jueves, 16 de enero de 2014

“Amado monstruo” de Javier Tomeo

“Amado monstruo” fue la lectura que me recomendaron cuando pregunté que debía leer de Tomeo, ya que “Creadores de monstruos” había sido una terrible decepción. Por dónde debía empezar. “Amado monstruo”, dijeron. Y vale, pero antes hice una parada en Problemas Oculares, la colección de relatos miopes de la que, si no hemos hablado, ya hablaremos. O algo. 

Amado monstruo, por entrar en materia, cuenta la historia de una entrevista para un puesto de guardia de seguridad en un Banco de origen alemán. El entrevistador establece una condición para las entrevistas: poder inmiscuirse en la vida privada del entrevistado sin que éste ponga objeciones de ninguna clase.

Quiere dejar claro desde el principio que los métodos que utiliza para seleccionar a los futuros empleados del Banco son bastante heterodoxos y que nuestra entrevista va a ser bastante larga. Deberé responder a todas las preguntas que me haga, incluso aquellas que puedan parecerme excesivamente íntimas, sin omitir ningún detalle (tampoco los más insignificantes) porque en cualquiera de esos detalles puede esconderse el dato revelador.

A partir de aquí, surge la historia. El entrevistado es un hombre hecho y derecho que busca entrar por primera vez en el mercado laboral, un mercado hasta ahora inaccesible por culpa de su madre y esa manía de sobreprotegerlo hasta lo indecente. Y esa es la historia. Amado monstruo cuenta la relación entre madre e hijo durante los días y horas previas a la entrevista, un hecho traumático como pocos dentro de sus vidas de mierda. El entrevistador tampoco está del todo libre de pecado pues oculta una enfermiza pasión por su fallecida madre, pasión que invoca la melancolía del texto dando como resultado un continuo estado de melancolía.

Tengo que decirlo: decepción (sin que esto quiera decir que me parezca una mala novela. Hay grises).

Lo mejor: la tensión de la narración, siendo la historia (una madre y un hijo discutiendo, ya ven) algo tan chorras. Mamá no me deja salir, señor, deme un trabajo no es precisamente lo que yo esperaba que ocultase tan singular título pero ahí está, Tomeo, durante 110 páginas dando razones más que suficientes para no poder dejarlo. Tanta gente con tanto misterio, que a ver porqué la madre se muestra tan absorbente, a ver porqué el niño no se ha liberado antes del yugo materno, a ver porqué acaba siendo el entrevistador tan poco profesional.

Por curiosidad y por sincero interés, uno lee las ciento diez páginas del texto y tan amigos, pero no sé yo si esto tuviese otras tantas estaríamos hablando ahora de una lectura interrumpida y conste que lo digo como un cumplido, no todo el mundo sabe morderse la lengua cuando hay que hacerlo. 

¿Qué es lo que no, entonces? Los personajes, fundamentalmente y una historia (una entrevista) que no da para mucho. ¿Hábleme de su querida madre? Vamos, hombre, no me jodas. Háblame de tu santo padre a ver si así. Y es que entre uno que parece tonto y no lo es y otro que lo es y no lo parece queda un triángulo de relaciones más vistas que el tebeo: la madre que lo parió —que lo quiere nada más que para él— y el niño que no acaba de salir psicópata —cuando es lo que pide el guión— sólo llaman la atención si se meten en un despacho con un entrevistador con complejo de Edipo. 

Aquí, en esta libretita (que mi madre utilizó para anotar todas sus recetas) encontrará por lo menos media docena de platos distintos preparados fundamentalmente a base de macarrones.
¿Y qué prueba eso?, le pregunto, siguiendo la broma.
Demuestra (responde) que el repertorio de mi madre, por lo menos, era mucho más amplio que el de la suya.


20 comentarios:

  1. Hola Tongoy:

    Ante todo enhorabuena por tu nuevo hijo, que hacía mucho que no pasaba por aquí (para dejar comentario, que para leer lo leo siempre) y ya de paso casi que te felicito el nuevo año.

    Yo leí varias novelas seguidas de Tomeo y entre ellas ésta. Recuerdo que estaba bien, pero Tomeo me parece que es un escritor que escribía mucho, con un estilo muy particular, muy en tono de broma; algo parecido ocurre ahora con César Aira: escritores que juegan, escriben mucho y a veces aciertan y a veces no tanto.

    En todo caso, de lo que leí recuerdo que la mejor novela, con diferencia, era "El castillo de la carta cifrada".

    Saludos

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    1. Me han recomendado mucho El Castillo pero después de cuatro lecturas decepcionantes de Tomeo he acabado por desanimarme. Pero bien, vale...

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    2. Gracias, por cierto. Y feliz año.

      Un abrazo.

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  2. Jo.

    Yo me acuerdo de cuando hacía entrevistas de trabajo y no se me ocurrían estas cosas para hacerlas más entretenidas.

    Seré imbécil.

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  3. Está claro que no te gustó. Bueno, tampoco pasa nada. A mí estas situaciones absurdas que Tomeo plantea sí me gustan. Se burla, creo, de las leyes de la pragmática - o sea, del contexto para crear situaciones inesperadas que sí, son absurdas, pero acaban teniendo un sentido que no siempre es el mismo para todo el mundo.

    Bueno, que eso, a mí sí me gustó.

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    1. Comparto tu opinión. "El cazador de leones" me gustó más todavía.

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    2. VAle, vale, tampoco hace falta que hagáis piña.

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  4. La he leído hace muy poquito y tampoco me gustó demasiado a pesar de las expectativas que tenía (“El castillo de la carta cifrada”, como comentan por ahí arriba, me pareció mejor); creo que la clave está en ese detalle que comentas: “… y el niño no acaba de salir psicópata –cuando es lo que pide el guión-“… la historia y la histeria de sus personajes lo piden a gritos efectivamente, el final me parece espantoso y eso se me antoja poco menos que imperdonable en este tipo de relato corto, donde un The End con enjundia resulta imprescindible.
    ¿Quién sabe? Puede que la Srta. Nothomb, especialista en las distancias cortas, lo hubiera bordado… o no.

    Saludos.-

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    1. Supongo que la cosa es demasiado absurda para pedirle realismo pero con todo no dejo de tener la sensación, con Tomeo, de que sus novelas son serie B. Me pasa lo mismo con Nothomb. De todos modos tienen a su favor que sabes lo que te vas a encontrar y no arriesgas nunca al volver.

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  5. Acabo de leerme EL PLANTADOR DE TABACO. Borro inmediatamente tu blog de mis preferencias.

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    1. Pues si quieres deshacerte de él y me lo dejas a buen precio te lo compro, anónimo, que tengo curiosidad por leerlo... (perdón por el apunte mercantil)

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    2. Nada que perdonar. Aquí estamos a favor del reciclaje.

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    3. Para Jose Pedro Moreno Díaz. El plantador de tabaco te lo cambio en cuanto mi mujer lo acabe.
      Soy Antonio Báez.
      Dame razón aquí si te interesa y contactamos por otro medio.

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    4. Para Jose Pedro Moreno Díaz. El plantador de tabaco te lo cambio en cuanto mi mujer lo acabe.
      Soy Antonio Báez.
      Dame razón aquí si te interesa y contactamos por otro medio.

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    5. Hola Antonio, claro que me interesa, además eso del trueque suena muy bien: creo que lo último que cambié fueron unos tebeos hace ya casi 40 años... ¿cómo nos ponemos en contacto? (Carlos: gracias por permitir el amistoso mercadeo, espero que se traduzca en un aumento de buen karma...)

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  6. Mejor Napoleón VII, para mí. Locos, quijotes y otros pirados. A ver si empieza a coger fuerza el hombre y se mantiene en el recuerdo, que lo merece.

    Y ya que hablábamos de Palahniuk no hace mucho, insisto: Asfixia. Hazme caso, Carlos, que te vas a partir.

    Y dos rarezas de una antigua editorial la mar de freak que sé que te van a interesar: Bitzok. Dos obras de esta editorial a destacar. Una rara de narices, tipo Espinosa, pero decepcionante al final en una valoración final: Ars Quimérica de Cristobal Serra (Nivel bibliófilo: 8). Y una obra maestra, no por los balas perdidas que circulan por sus páginas, sino por cómo escribe el Pere, macho (deprime): Los raros de Gimferrer (Nivel bibliófilo: 6.5). Tremedo como escribe el Pere, en serio, dan ganas de tirarse por la ventana. Menuda máquina el tío. Mejor como prosista que como poeta.

    Eso, un saludo y a ver si este mes tengo algo más de tiempo para pasarme.

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    1. Te hago mucho caso aunque me das mucho miedo, Vin. Me los anoto. Cuando pase por la biblio, me traigo alguno. (Si hubiera voluntad de pasarlos a digital ya podría comprarlos y tenerlos, joder, que aburrimiento de editores).

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  7. Pienso lo mismo que David Pérez. "El castillo de la carta cifrada" es una delicia de libro. Y aprovecho ya que no suelo entrar a los comentarios para recomendar un comic relamente impresionante, Palomar y todo lo rlacionado con su mundo, de Beto Hernadez. (Moon Martin del soukseek)

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    1. Aaaaanotado. La semana que viene me paso a recogerlo. Gracias por la recomendación.

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