lunes, 23 de mayo de 2011

"Nada" de Janne Teller


Nuria Roca, la del Waku Waku, aseguraba hace unas semanas en una entrevista que le hacían en un programa vespertino de (adivinen) Los 40 Principales (1) que lo mejor que le podían decir (tal como le dijeron) de su segunda novela recién estrenada era que [el libro] tenía la virtud de ser adictivo. Como lo oyen. Yo siempre he creído que decirle a un escritor que su novela era adictiva era un poco una manera de escurrir el bulto y evitar los fangos de la verdad (“Tu novela es una mierda, hijo, pero muy entretenida”). Por lo que se ve no hago más que equivocarme. Lo que pretendo con esta introducción es sentar las bases de lo que voy a decir a continuación: la novela de Janne Teller es adictiva. ¿Es eso un cumplido? ¿Es algo más que eso? ¿Sí? ¿No? Veamos. 

En esta ocasión ha dejado transcurrir un mes (más o menos) desde la lectura hasta el momento de escribir esta reseña. Quería ver qué pasaba una vez le hubiesen llovido las semanas. Algunos libros que en su momento me parecieron salvables descubrí con el paso de los meses que no lo eran tanto. Se va su recuerdo diluyendo con el tiempo y cuando te das cuenta estás mirando en alguna web de qué iba exactamente aquello y cómo pudiste caer en la trampa de creer que valía la pena. El caso de “NADA” parecía de esos: una historia sencilla, breve; una suerte de acercamiento al existencialismo para jóvenes. No fue así; me acuerdo de todo. De ahí que no entienda nada porque esto tenía toda la pinta de morirse a la primera.

Quizá conozcan la historia de este libro. Por si no fuera así se la resumo. Cuando se publicó -y viendo el tema delicado que trataba [ya llegaremos a eso]- a algunos países les dio por prohibirlo. Entre ellos estaban Noruega, Dinamarca, Francia y [creo que también] Alemania. Todos indignadísimos por no sé muy bien qué razón. Algún tiempo después -años, seguramente- los censores vieron que los niños, al leerlo, no morían ni se mataban entre ellos ni abortaban ni apostataban en masa, reconocieron su error y levantaron el veto. Tarde piaches. La prohibición ya lo había hecho famoso, líder de ventas y ganador de un montón de premios (creo que por ese orden, pero no me atrevería a jurarlo). Quizá para enmendar su error y demostrar que a pesar de las apariencias estos países son en realidad un referente de progresismo y tolerancia lo hicieron lectura obligatoria en los institutos. La iglesia, con un par, lo incluyó entre las lecturas recomendadas a los confirmandos. Parece mentira que a estas alturas sigamos siendo tan imbéciles. Lo puedo entender de la iglesia, porque ya sabemos cómo se las gasta y al fin y al cabo sale un cristo un poco maltratado, pero lo del resto no tiene perdón de dios (valga la redundancia). 

Supongo que aquellos que no saben de qué coño estoy hablando pensarán que la novela va de Dios follándose a niños o algo así. Para nada. Va de un niño que descubre que nada importa (“Nada importa. Hace mucho que lo sé. Así que no merece la pena hacer nada. Eso acabo de descubrirlo”) y se sube a un ciruelo. Sus amigos deciden amontonar "significado" para convencerle de lo equivocado que está. Esto es casi literal. Cada uno deberá renunciar a algo que tenga para sí mismo una importancia vital y echarlo en un montón de significado que ocultan en una nave industrial abandonada para así, cuando tengan suficiente, avisar al niño para que baje del ciruelo, lo vea y crea. El motivo de la polémica es que el libro se pone un poco salvaje a medida que avanza, sale un cristo mal parado y no tiene el mensaje mas positivo del mundo. Hasta aquí puedo leer. ¿Ustedes ven justificada la prohibición? ¿Verdad que no? Pues hubo mucha gente que sí. Países enteros de gente. 

Total, que sólo me queda decirles si vale o no vale la pena, si es para niños o para adultos y si está justificada o no tanta furia censora. Resumo la respuesta: la censura no está justificada, sólo faltaba; la novela es para jóvenes y no tan jóvenes y vale la pena en la medida que vale la pena todo aquello que inquieta a medio planeta. A mí no me ha descubierto nada que no supiera, pero es que yo soy muy listo. Sí defiendo su lectura en la medida en que puede ser una novela atractiva para la chavalada más reacia a la cosa de la letra impresa porque además de entretenerlos les puede dar que pensar. ¿Y para los adultos? Bueno, para los adultos no sé; no mucho. Dependerá del grado de madurez, supongo.

Como esto me ha quedado un poco chapuza [depresión post-electoral, supongo] les voy a recomendar que se pasen por el blog de Jordi Corominas que fue quien escribió la [reseña] que a mí me animó a la lectura de esta novela y en la que se explica mucho mejor de que va todo esto, lo mejor o peor que está y cómo hay que leerla para que guste. Es un poco larga pero vale mucho la pena. Les acompaño hasta su puerta y ya me despido. Es por aquí: http://corominasijulian.blogspot.com/2011/01/nada-de-janne-teller-en-revista-de.html Que tengan un buen día.




(1) No me pregunten cómo lo sé. Tampoco se extrañen de un hecho en apariencia tan sorprendente como puede ser una entrevista a una (en esta ocasión) escritora en un programa de las características del “Anda ya!”. Si Carrefour es el comercio que más libros vende (porque lo es), lo más normal es que este tipo de entrevistas se hagan en la emisora que podría perfectamente suministrar los contenidos del hilo musical de alguna tienda de moda juvenil. La literatura hace extraños compañeros de cama.

4 comentarios:

  1. Vale, pero avisado quedas: no es una novela que yo recomendaría leer expresamente. Es interesante sobre por ver que con que cosas se sigue escandalizando cierto sector.

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  2. Querido Tongoy mío,

    ando muy liado diseñando macabros exámenes que exterminen en masa a mi alumnado (aquí habría de oírse una risotada malévola). Últimamente no puedo quitarme el traje de profe y no hago más que planear estrategias para destruir a mis alumnos del año que viene, por eso me ha llamado mucho la atención que en su reseña mencione que esta novela pueda ser leído por la muchachada. Le pediría una valoración aproximativa. ¿Cree usted que este libro podría encajar en alguna edad comprendida entre los 12 y los 16 años? Haga usted de pedagogo y écheme un cable. A ver si me animo, leo esta obra y la propongo el año que viene como lectura obligatoria. Gozaría infundiendo el nihilismo en el corazón de todos los niños que pasen por mis manos.

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  3. Estimado,

    a su alumnado es mejor que lo mate poco a poco. Qué sufra. (Aquí no hay risotada malévola que valga porque yo siempre hablo muy en serio).

    Respecto al asunto de lo conveniente o no que sea esto para la chavalada: bueno, a ver. Yo creo que es ideal de la muerte, de hecho esto es literatura juvenil adaptada a los tiempos, esto es, con mucha sangre, sexo y, bueno, no sé, no recuerdo que haya drogas de por medio.

    Yo creo que los 14, 15 o 16 es ideal. Los 12 no sé, que hay padres muy raros. Le dará juego porque además de las reflexiones nihilistas que tanto echa usted en falta tiene miga. Podrán reirse pero sobre todo podrán pensar. El final, sin querer ser demasiado cabrón, es lo bastante jodido como para resultar creíble.

    Mire, yo se lo mandaba de mil amores allá donde estuviera pero el libro no es mio, lo cogí en la biblioteca y me da cosa robarlo porque tengo que volver y hay un sistema muy moderno de alarmas y policías armados y paso de jugarme la vida por 15 euros.

    Si quiere que entre en detalles (no me parece correcto desvelar la trama delante de todos estos señores) me da usted una llamada en el facebook o directamente por email.

    Abrazos,

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