(Las siguientes citas están sacadas de una entrevista a la escritora.)
Está lo de escribir por escribir: escribir relatos que acaban en un cajón: «[…] escribí seis páginas, que han permanecido prácticamente igual. Las escribí como un texto basado en el trabajo que también tenía algo que ver con una compañera de piso, algo extraña, que trabajaba de teleoperadora. Me quedé en esas seis páginas.»
Está lo de que no te paguen por trabajar: «[…] encontré trabajo como colaboradora externa y estuvieron seis meses sin pagarme.»
Esta lo de tener un blog sobre la periferia: «Para mi mostrar la periferia es algo que hice con toda la intención.»: madridesperiferia.blogspot.com.es
Está lo de ser Elvira Navarro. Ser eterna promesa. Ser una de las voces más singulares y prometedoras del panorama literario español (lo que tampoco es decir mucho, no se crean).
«Tenía estas seis páginas, y al cabo de un tiempo retomé la idea del texto sobre la trabajadora, y veía a una persona cruzando la ciudad de cabo a rabo.»
Y ya está, ¡ya tenemos novela!
No me creen. Vean, vean:
La cosa va de una mujer, Elisa (con E de Elvira), que habla directamente a cámara sobre su compañera de piso, Susana, la teleoperadora bipolar. Nos cuenta, Elisa, lo que le contó Susana: que un día puso un anuncio en el periódico para ver si alguien, quien fuese, se prestaba a lamerle el «coño con la regla en un día de luna llena.» Claro, le llueven las ofertas. Será por salidos. Le cuenta más cosas, todas íntimas, que no vamos a reproducir.
(Un dato vergonzante: la novela empieza poco menos que en esa frase y, por lo que he leído, esto ha provocado cierto “entusiasmo”. Hay quien lo califica de “brutal” y hay quien dice que “con semejante arranque las expectativas se disparan”. Bueno, en fin, yo creía que el efecto provocador del caca-culo-pedo-pis se quedaba en la escuela infantil pero se ve que me equivoqué.)
Susana tiene un discurso frenético con querencia al absurdo y la exageración, tanto que Elisa se inclina a creer que la muchacha miente más que habla. Y seguramente sea cierto. En cualquier caso, da igual, de lo que se trata es de exponer el delirante discurso de una mujer joven y enferma y presentarla como “la mujer con problemas” frente a esa otra mujer, Elisa, ejemplo de madurez, serena y profesional para luego darle la vuelta a todo. Y cuando digo profesional me refiero a esto: Elisa es escritora. O lo fue. Ahora se gana o se quiere ganar la vida trabajando para una editorial que la ha obligado a externalizarse y que la tiene en un sin vivir por eso del no cobrar cuando debiera, que ya son seis los meses de atrasos. Todo esto (¡sorpresa!) deviene en depresión (la editora está triste, qué tendrá la editora). Y ya tenemos tema. Y ya tenemos excusa para enmascarar El Tedio.
Por esto se ha dicho que esta es una novela sobre la crisis. En serio.
Pero de crisis, nada. A ver si va a resultar que antes había pleno empleo o que los negocios editoriales no quebraban o que las licenciadas no entristecían o que las blogueras no vagabundeaban. O que las escritoras no escribían.
Por no ser, “La trabajadora” no es ni realista. Y desde luego está muy lejos de resultar medianamente interesante.
Y, miren, ni periferia ni leches. Leer sobre una Elvira (o Elisa o qué más da) hasta las cejas de Tranquimazin cogiendo el metro o metiéndose en un autobús o recorriendo a pie callejuelas y barrios marginales de Madrid tiene, para el lector no cómplice, el mismo interés que puedan tener Zutanito escribiendo la lista de la compra mientras se toma un café en alguna plazuela de Teruel. El mismo. Ni más ni menos.
Susana la rara y Elisa la triste, como cuento infantil sobre la amistad y los antidepresivos, pase; como cualquier otra cosa, no. Ahora bien, si de lo que se trata es de celebrar que Elvira Navarro sabe coger un lápiz, entonces sí, albricias.
Sobre la crisis hay que actuar en la calle (quien quiera, que no es obligatorio), no ponerse a escribir novelas. Esto de la defensa de la literatura comprometida porque estemos pasando tiempos jodidos me lo paso yo por el forro de los huevos (la literatura ha de ser buena, no importa si trata sobre alguien perdiendo su trabajo o sobre una -hay que joderse- feria de arte contemporáneo en Kassel).
ResponderEliminaryo quiero apuntarme a lo de la Luna Llena!
ResponderEliminarMe parto! Es una indicación novísima de las editoriales: hay que incluir algo de la regla, la menopausia, o similar. A ser posible, con la palabra "sangre" en la primera frase. Ya lamer la sangre de la regla, se sale. Muy bien, se lo tragan.
ResponderEliminarTambién Fdez Mallo abunda en personajes con nombre de mujer a los que les ha dejado de correr la sangre por esa zona.
Fenomenal.
Habrá que ver si los taolines de Puerta de Hierro y el Manchester han tocado este tema.
Va a ser que sí. Es muy "looser", o sea: muy guay.
Yo creo que Mondadori tenia que dedicarse ya a publicar manuales de coaching y de ganadores, porque lo que es la escena de farmacodependientes abusados por el sistema, narradores que son escritores que no han escrito pero escriben, y autoficción meta anfetamínica, lo han bordao.
Dr J, la teleoperadora es la otra, claro. Yo soy artista externa fija discontínua.
Ya me lo decía hace poco un amigo, que hoy para "triunfar" en el mundilllo lo mejor es tener veinte años y hablar de las venas de la polla de tu novio.
ResponderEliminarEs triste constatar que efectivamente el truquito todavía funciona y que encima cuela, porque hay quien compra estos libros y los defiende como literatura rompedora, brutal, honesta, bla,bla bla... Como decian aquellos: "Moda punky en galerías...."
Abrazos
Decía Bértolo que el libro era un "pequeño acontecimiento".
ResponderEliminarLo que yo no entiendo es el crédito que cierta crítica concede a estos escritores porque son muy muy malos, que Elvira Navarro forme parte de la antología de Cátedra sobre el cuento español actual (como también Matías Candeira por decir otro) que es una editorial que canoniza en la literatura en español me parece alucinante. ¿Cómo lo ha hecho? ¿Uno puede ser una promesa toda la vida? Me recuerda a aquellos futbolistas que parecía que se iban a comer el mundo y luego no hicieron nada.
ResponderEliminarCon el primer libro prometía bastante.
Eliminarsobre escritores echados a perder
Eliminarhttp://documentalperdidos.com/
Candeira no está en Cátedra, más quisiera
EliminarCátedra es la tercera antología de cuentistas del siglo XXI, tras "Siglo XXI" y "Pequeñas resistencias 5", no salen reseñas de los libros de Cátedra, nadie los compra a no ser que obligen en el insti, ¿cuántas antologías de relato de Cátedra habéis leído en vuestras vidas? Yo os lo digo: ninguna. Dejemos de canonizar y de idealizar, basta de infantilismo trol. Si algunos escritores le han dado importancia a lo de Cátedra es porque los han seleccionado para esta y no para las anteriores. Pero, sinceramente, como lector, prefiero fiarme del criterio de Andrés Neuman, antólogo de Pequeñas Resistencias, el verdadero barómetro especializado del relato español, que del de una señora que da clases en un instituto o del criterio de Valls, que se mueve siempre por cuestiones personales. Sois muy ignorantes y muy pesados con estas cosas.
EliminarComo lector te podrás fiar del criterio de quien quieras pero eres un poco ingenuo y a ignorante no te gana nadie, tú que vas repartiendo insultos: no hay canon más duradero que el de la literatura que se estudia en el instituto y en la universidad y ahí manda Cátedra por muy chulo que te pongas
EliminarEl cantar del mío cid, cartas marruecas, el sí de las niñas, tiempo de silencio, la celestina, tú eres tonto, pero no como insulto, como definición psicológica.
Eliminar¿Perdona? ¿Es la lista de las lecturas obligatorias del insti? ¿Has leído esas obras que dices? Por cierto, al menos podías ordenarlas cronológicamente. Qué fácil es hablar desde la ignorancia. Sigue así campeón, tú si que vales.
Eliminarqué aburrimiento, por cierto.
EliminarEres un malote, el terror de las bibliotecas...
Eliminar¿Por qué no os sacáis la polla os la medís y acabáis con el problema?...hasta tendríamos el primer párrafo de una novela made in Elvirita...
Eliminar¡Ay, Fernando Valls, Fernando Valls! Ése sí que da para unos cuantos posts.
EliminarSobre hablar de fluidos fisiológicos la maestra es la inefable poetisa y diosa de la modernidad y vanguardia hispana afincada en Barcelona que se hace fotos con doritos. Por cierto, invitada por el Instituto Cervantes de NYC a recitar. Así se hace, bravoooooo
ResponderEliminarYa sé que le diste al botón que no era (por proximidad), pero, la intención de que la reseña terminase en ese deslumbrante "albricias", ¿era definitiva?
ResponderEliminarSí. La reseña estaba terminada. No suelo escribir en blogger; me molesta el formato. Simplemente no quería publicarla HOY. Por nada especial, espaciar las entradas y eso.
EliminarTus comentarios son tan aburridos que si se diera el caso de que un día te transmutaras en escritor, yo compraría tu libro, Alberto, y con él dormiría el resto de los siglos, amén-
EliminarVisita mi blog.
EliminarA veces, hasta pongo música.
Pero es que el mercado sigue necesitando madera. Bueno, siempre ha sido así, aunque no lo parezca, porque con la distancia lo prescindible se va quedando en el camino - el Lazarillo no : ) -. Se trata de a ver quién ofrece más combustible y de más duración.
ResponderEliminarEl artículo de Echevarría - http://www.elcultural.es/opinion_articulos/OPINION/Minima_molestia/10/160/5 -me ha hecho reflexionar. ¿Son necesarias las reseñas negativas? Bueno, parece que él debería estar claramente a favor, ya que por haberlas practicado tiene cierto "prestigio", pero, como siempre, tampoco se acaba de pronunciar. "Si", "no", "depende"... El problema es "cuáles". ¿Qué y a quién nos cargamos? ¿Lo que nos molesta? ¿Lo definitivamente "malo"? ¿Lo que impide que alguna gente pueda vivir "de lo que más les gusta"? ¿Y si todos pudiéramos vivir de lo que "más nos gusta"? ¿Sería lícito que algún "cabrón" que ni comparte nuestro criterio ni está "preparado" - porque se limita a decir si le gusta o no- intentara "cercenar" nuestras ilusiones? Qué malvado...
Ajjj!. Y perdón por tanta comilla y guioncillo, pero es que tiene tela. Democratización de la cultura sí, pero ¿para quién?.
¿Por qué reseñar lo malo?... no lo entiendo. Esta señora busca que la lean a toda costa, igual, exacto que usted con sus reseñas, bueno, usted y muchos otros claro, que si "patrulla de salvación", que si "malheridos"...
ResponderEliminarSi no merecen la pena ser leídos, no merece la pena una reseña ¿o buscamos adeptos en la agresión?
Creo recordar que no hay mayor desprecio que no hacer aprecio. Y usted, por malo que sea el libro, aprecia, pue se toma la molestia de comentar.
Un saludo.
Por cierto ¿ha intentado usted escribir algo que no verse sobre lo que escriben los demás? Hágalo, seguro que es toda una experiencia.
Ah, ya salió lo de "escriba usted si es tan listo". ¿Qué viene ahora? ¿Lo de la "envidia" no? Jesús...
EliminarAbra su mente durante siete segundos y trate de entender que en este mundo hay gente que es capaz de no sentir interés en escribir. Escribir me parece un coñazo, honestamente. Y sí, claro que es muy difícil hacerlo bien y sí, claro que yo lo haría como el culo, pero que no yo sepa cocinar no quiere decir que no sepa reconocer una tortilla que está demasiado salada.
De las reseñas negativas se sigue hablando más abajo. Yo entiendo su postura, haga un esfuerzo por entender la mía a ver si así...
¿qué va a ser lo próximo?, ¿que me digas que si los políticos no lo hacen bien entonces yo debería hacer algo para cambiar las cosas?...hombre, más allá de tu nariz hay mundo, que lo sepas.
EliminarBueno, si algo bueno tiene internet es que todos, y digo TODOS, podemos decir lo que queramos, lo que pensemos, lo que nos parezca sobre lo que sea. Por supuesto que tiene que haber reseñas negativas. Y positivas. Y de ni fu ni fa. En ninguna otra situación los argumentos de unos y otros podrán ser mejor contrastados para formarnos una opinión propia que aquí. Sale un libro nuevo. Uno lo deja por las nubes, con sus argumentos y sus explicaciones, ,"impresionistas" o "eruditas", y otro se lo carga también con sus argumentos, igualmente válidos, que resultarán más o menos creíbles según su autor, igual que el otro. Esa es la auténtica "democracia" de internet, o como mínimo su único valor para crear opinión entre los clientes, que en definitiva es lo que somos los lectores. Y "escritor" y "crítico" suelen ser antónimos recíprocos, aquí y en todas partes.
ResponderEliminarSaludos
La crítica negativa cumple una función higiénica fundamental, contrarresta los efectos distorsionadores de la promoción editorial en los medios, que nos venden como obras geniales lo que no es más que humo. Este contrapeso cobra aún más importancia en los libros de autores encumbrados o que publican en editoriales potentes. Siempre que se haga con argumentos sólidos, la crítica negativa es hoy más necesaria que nunca.
ResponderEliminarSí, pero también habría que poner en "cuarentena" algunas críticas negativas de algunos suplementos culturales, que tampoco son Dios ni cuando hablan mal. No sería la primera vez que un crítico se cargara la obra de algún escritor porque no comparte sus ideas políticas, porque compite con la línea editorial que le es más afín, porque no le gusta su estilo, los temas o, simplemente, porque le cae gordo.
EliminarEchevarría sigue dándole vueltas a la crítica negativa. Han debido pitarle los oídos. Hoy en el Cultural:
Eliminar"Como sea, no hay para el creador cumplido menos halagador que el de quien pretende abarcarlo por completo. Ésa es precisamente la marca que distingue la obra importante de la que no lo es: su condición inagotable. Llamamos clásicos a los textos
que, por virtud de su resistencia a ser enteramente comprendidos, generan, una generación tras otra, nuevas lecturas.
La crítica no es tanto un arte de la comprensión como un arte de la respuesta. Presupone un diálogo, y eso excluye de partida la adoración y la condescendencia."
Niet. Eso es una pedanteria. Todo texto puede ser perfectamente comprendido o ninguno. Depende del lector, de los lectores. Hay tanta formas de interpretar un texto cuantas sean las mentalidades de quienes se hayan decidido a su lectura. Incluidos, los críticos. Los criticos literarios son sólo, ni más ni menos, ni menos ni más- que otra mentalidad más, aunque vivan, o pretendan, vivir de ella. Y son esos esfuerzos, legítimos, los que les conducen a soltar pedanterías como la transcrita. Y como a nosotros no nos pagan por eso, vamos a dejar de hace "el bolo". Los clásicos son clásicos porque el talento del autor rebosa por todas y cada una de sus páginas.
EliminarEchevarría cada vez parece saber menos lo que dice. ¿"Resistencia a ser comprendidos", dice?. "Presupone un diálogo, y eso excluye de partida la adoración y la condescendencia". Para empezar, si a un crítico literario se le plantean "dilemas morales" a la hora de hacer sus críticas sería mejor que lo dejara y se dedicara a otra cosa. Y de "diálogo" nada. El crítico propone su visión, con el consiguiente y necesario arropo argumental, y el lector decide si su exposición es coherente o no, si le convence o no. De diálogo nada porque al crítico lo que menos le interesan son las réplicas.
EliminarCreo que está mezclando peras con manzanas a propósito. Una cosa es la crítica de periodismo cultural, la que él ejerce, y otra la académica, que suele mirar hacia el pasado buscando nuevas interpretaciones en obras clásicas. Como es fácil de comprender, en ningún momento este tipo de crítica puede realizarse desde un suplemento.
Y una última puntualización. No llamamos clásicos a los " textos
Eliminarque, por virtud de su resistencia a ser enteramente comprendidos, generan, una generación tras otra, nuevas lecturas" sino a los textos que, por virtud de su calidad, siguen siendo vigentes una generación tras otra, independientemente del momento o el contexto, el estilo o la intención con los que fueron escritos, que parece mentira que no lo sepa.
Relaja la raja, maja..
EliminarLa definición de los clásicos es correcta o, al menos, mejor que la tuya. Aunque si se trata de vomitar palabras, adelante.
"Y una última puntualización" dice...jajaja, "parece mentira que no lo sepa", jajajja.
Acuéstate, Ire
Vaya. Parece que a alguien le ha sentado mal el comentario. No era mi intención molestar. Me he limitado a dar la definición que se considera comúnmente aceptada en el ámbito universitario actual. Por eso me ha extrañado.
EliminarSaludos
Por este motivo luego llega gente como Sergi Bellver y se cree escritor. Piensan ¿este es el nivel? ¡Pues yo también puedo hacerlo!! Y no van muy descaminados..... Diarios, redacciones de colegio, escribir por aburrimiento, por rellenar páginas, por decir yo también soy escritor
ResponderEliminarLo que me maravilla es la falta de imaginación de esta chica O-o. Y que contando los rollos que cuenta haya llegado ahí..... ¿Leíste la reseña del ínclito Fernando Valls sobre el ladrillito de Elvira Navarro en Babelia?
¿alguien podría enlazar esa crítica de Valls?
ResponderEliminar"De todas formas, lo singular de esta novela es, primero, la voz narrativa, pues la rabia que experimenta destila verdad y convicción, además de inseguridad y duda, y ello considerando la precisión quirúrgica con que escribe la autora; segundo, el Madrid atípico que nos muestra, el sur, quizá la versión siglo XXI de aquel otro de La busca, de Baroja; y, por último, las precariedades emocionales y laborales de ambas mujeres, situación en la que han desembocado tras recorrer caminos muy dispares. Todo lo cual vale como prueba de la necesidad que tenemos de leer otro tipo de historias, contadas de manera distinta y protagonizadas por personajes diferentes que lleven vidas de hoy, como ocurre en esta inteligente novela."
Eliminarhttp://nalocos.blogspot.com.es/2014/01/sobre-la-trabajadora-de-elvira-navarro.html
Lo que no sé, es que tiene de distinto la forma que tiene Elvira de contar las cosas. De verdad que no. Ni veo personajes diferentes.
Este tío es tonto. No hay otra. Por borderlines como éste existen las Elviritas Navarro.
EliminarClaro que sí. El señor Valls, que es un crítico de verdad, y no un opinador de Internet, compara "La Trabajadora" nada menos que con "La Busca" de Pío Baroja. Eso se dice en Babelia, cultural de referencia en el territorio español. Y es que vosotros no entendéis. Por ejemplo, cuando la escritora Navarro habla de practicar cunnilingus en días de regla y bajo la luz de la luna llena está haciendo referencia al mito ancestral del hombre lobo, que adoptaba la forma de licántropo precisamente en los días de Luna Llena, y entonces se disponía a devorar sangre, y con esto la autora se está refiriendo al "homo homini lupus" pero aplicado a las circunstancias de nuestra sociedad actual. De igual modo las reminiscencias barojianas os pasan inadvertidas, pero os engreís machacando aquello que ni siquiera habéis comprendido en toda su profundidad. Ay, si don Pío levantara la cabeza. Seguramente también habríais machacado sus novelas si fuerab de vuestro tiempo. Aprended a leer más allá de las palabras, y no os dejéis engañar por las apariencias como lo de "comerle el coño en día de regla a laluz de la Luna Llena". Es que es absolutamente genial. Albricias!
ResponderEliminarEs un clásico. A los jóvenes promesas y jóvenas se les aplica la regla de promoción Babelia 2.0. La comparativa les pone a la altura de Joyce, Kafka, Baroja o quién toque. Descacharrante. Cuando, por lo que parece, sustancias y desarreglos, parece que sería más bien Lucía Etxebarria.
EliminarPero esto es literatura "seria", you know.
Espérate a que salgan las críticas de Jenn Diaz. De Virginia Woolf en adelante..
Sinceramente, Lucía Etxebarria y Espido Freire son mejores que Elvira Navarro. Hoy los críticos literarios son como los que van a catas de agua, me gustaría ponerles los libros delante sin portadas ni apellidos...
EliminarFernando Valls aparte claro, el nivel de ese personajucho es para vomitar.
CREO que a partir de ahora voy a abrir una sección de referencias donde se recojan todas las comparaciones que se hacen habitualmente en la crítica. Si lo hago en el mismo post de la reseña o en otro aparte está por ver (está por ver también que lo haga, pero bueno...). Es una idea. Los resultados prometen ser escandalosos.
EliminarDicho lo cual no me queda claro si tengo que suponer que la novela de Elvira es buena porque entronca con la obra de Baroja o si tengo que interpretarla como un homenaje a éste. (Tal vez simplemente se trataría de felicitar a Valls por su aguda inteligencia para las asociaciones). Puestos a comparar, qué coño, comparémoslo con el Dostoievski de Memorias del subsuelo, donde también un personaje inicial expone un "yo soy así y este es mi tiempo" en un primer episodio lleno de referencias ocultas para luego abrirse a una novela más "convencional". Por decir que no sea, no? Y desde luego no estaríamos faltando a la verdad. Lo que ya no tengo sé es qué quedaría de original en la novela de Elvira una vez terminadas las comparaciones.
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ResponderEliminarTongoy, te veo muy fino últimamente...
EliminarDepende del punto de vista. Lo siento, dudé en dejarlo, pero era del todo gratuito.
EliminarBueno, no sé; vale, puede que tengas razón. Pero la novela de la Navarro es un bodrio tal, y los comentarios positivos y sospechosamente unánimes suponen semejante tomadura del pelo al lector, que cualquier comentario me pareció válido. En cualquier caso, lo que hace la Navarro es, simplemente, aquello que se dice a veces de libros para gente a la que no le gusta leer. Lo sorprendente (o no tanto) es que haya quien los lee y luego se cree que son buena literatura (o se cree que son literatura, a secas). Pobres, digo.
EliminarY otra cosa: leyendo lo que escribió la Echevarría, me pregunto: ¿puede ser un cumplido no halagador? Si es que así no vamos a ninguna parte.
EliminarEl que dijo todo lo que había que decir sobre las crisis fue Benesdra en "El traductor". Y en los noventa, oiga. Y luego saltó al vacío.
ResponderEliminarSi me permiten (ya sé que sí) quiero volver a disculparme por no aparecer un poco más por los comentarios. Lo siento. Me cuesta mucho encontrar tiempo para leer y mucho más para escribir estas reseñas (algo a lo que me... resisto... a renunciar) pero lo de escribir comentarios me supera la mitad de las veces.
ResponderEliminarGracias a todos por pasar y participar. Sépanse leídos y disfrutados porque lo son (y no hablo de mí).
¿Ya está? ¿Esto es todo? Me parece que Elvira Navarro puede estar muy tranquila y a salvo de vosotros
ResponderEliminarAcabo de leer la novela. Y he leído lo que decís, especialmente Tongoy. Yo voy a aportar mi punto de vista, es decir, por qué esta novela no me ha gustado, y también por qué no dejo de pensar en por qué no me ha gustado.
ResponderEliminarQue una novela te hable de tu mundo más cercano, es bueno. Mundo ignoto, que nadie ha pisado todavía. Y esta novela con sus referentes pegados al aquí, ahora, yo lo hace con creces. Creo que una muy buena manera de vender ficción es que esta parezca que tiene suficiente verdad como para que parezca que, efectivamente, es verdad. Y es un mérito de La trabajadora, especialmente si eres madrileño, de unos treinta y tantos a cuarenta, un poco hipster y de letras. Si además el estilo es suelto y extrañamente poético, mejor. En esto estriba, creo, la calidad de Elvira Navarro. Una prosa emocionalmente intensa y sobria. A ratos brillante. Seamos justos. Hay páginas brillantes.
Hasta aquí, lo bueno.
Pero en algún momento la novela chirría. Y ya no deja de hacerlo. En primer lugar, no parece una novela para mí o para ti, sino un desahogo, para la misma autora. Esta falta de deferencia me parece muy importante, porque me he gastado 17 euros en un librito que, por decirlo de alguna manera, ni siquiera parece escrito para mí. Esto de la literatura como patología que se lo cuente al psiquiatra (de pago imagino), porque a mí me parece empacho de ego. A tanto llega que solo encuentro un personaje en la novela, la misma autora. Tanto en Susana, como en la jefa. La autora y sus problemas, la autora y sus deseos, la autora y sus paseos, la autora y sus fantasías.
Y a partir de aquí, es una novela que no me creo. No hay problemas reales. A Elisa, Elvira, no se le ha muerto un padre, no se le ha deshauciado de su casa, no se le ha descubierto un cáncer... Estoy cansado de existencialismo de pose. A Elisa, creo que le vendría bien un buen polvo, como decían en mi casa. Lo del curro precario es más elección que obligación, propio de esa juventud llorica que se pregona por ahí. No veo que le falten amigos, ni salidas, ni padres o familiares que le apoyen en un momento dado. Tiene ansiedad, ok. Piensa en qué ha fallado en tu vida, pero no me lo cuentes.
Eso es lo que más me molesta como lector. La ceguera de no ver que la vida no es tan mala. ¡Y eso que ya ha publica una novela! El egocentrismo intelectual y progre que no ve más allá de la pose. En ningún momento en la novela hay perspectiva, ni ironía, ni puesta en cuestión. Ni siquiera parece que haya narrativa.
Y, por ahí, la novela no va muy lejos.
Muchas gracias por esta reseña paralela, Isaac. ¿Por qué no montas un blog literario? Creo que lo harías bien. Un saludo.
EliminarElvira Navarro recibe, puntualmente, cada mes, una transferencia de papá a su cuenta corriente. Por eso puede permitirse sus largos paseos por la periferia, y psicoanalista de pago, y jugar a ser correctora y profesora de escritura y lo que le apetezca. Sé de lo que hablo. La conozco. Otro en su misma y privilegiada situación es Andresito Barba.
EliminarAquí otro Anónimo. Yo también conozco a la Navarro y puedo dar fe de que, como dice el anterior, ha vivido siempre de sus papás. No solo eso, sino que ella ha sido siempre muy de tenerle grima al trabajo y, por extensión, a todo el que, pudiendo dedicarse (como ella) al "arte", trabajase. A mí mismamente me dijo en toda mi cara que a ella eso le parecía venderse y sería incapaz de hacer lo que yo hacía (que era, agárrense, trabajar en una editorial). Es por ello (además de por la calidad de su prosa), por lo que no he leído más de media página de "La trabajadora" en googlebooks y no pienso leer más.
EliminarPero antes de montar un blog literario que le dé un repasillo a la ortografía: 'desahuciado'. Aunque solo sea de verla escrita, hijo.
ResponderEliminarY encima es fea de narices, la jodía.
ResponderEliminarHay novelas que no se entiende como las publican y ésta es una de ellas
ResponderEliminarLa intimísima de la Cagarro no creía en las enfermedades mentales hasta que leyó esta gran novela: http://nairobi1976.blogspot.com.es/2014/07/cosas-de-la-ciudad-ese-animal-lejano.html
ResponderEliminarEn serio que no sé si el asunto es pa mear y no echar gota o pa empezar a repartir leches.