lunes, 16 de septiembre de 2013

Guerra [Una apología pirata]

Llevaba tiempo intuyéndose pero no fue hasta septiembre que sucedió lo inevitable: me harté de acumular papel. 

El metro cuadrado va muy caro y suponiendome un marco ideal todavía me quedan veinte o veinticinco años como comprador cuasi compulsivo (y cada vez más selectivo) de libros. Por eso en septiembre (a día 15, cuando escribo estas palabras) y después de darle muchas vueltas, me planteo seriamente darle prioridad al formato digital. Tiene mucho que ver el balance que acabo de hacer y sus conclusiones: más de la mitad de los setenta y pico libros que llevo leídos en 2013 ha sido en ebook. Es por un margen ínfimo (apenas un 2%) pero más que el margen es la tendencia. Y más que la tendencia, es la intención.



Claro, el encanto del papel. Que sí, que sí. Pero el problema del espacio. Ajá. Y la cuestión del precio. 


La cuestión del PRECIO

Entre el uno y el quince de septiembre me hago con seis libros vía Amazon por el módico precio de (agárrense los machos) 18 euros. Ni un céntimo más, ni un céntimo menos. Seis libros. Uno es gratis [#ineditosis al canto] pero los otros no. Por Los hechos de Philip Roth (Mondadori), pago 5,69 €, lo mismo que por Zuckerman Encadenado (que para más inri viene a ser un 4x1). Por tres libros de Playa de Akaba (la editorial de Lorenzo Silva & Co.) pago 6,62 € con el siguiente detalle: unas cartas de T. E. Lawrence, 1,89; Enemigo innúmero de Carlos Soto, 1,89; Judith y sus muñecas monstruosas, 2,84 (la mini-Tongoy reclama su parcela). La última “compra”, Democracia a sueldo, de un tal Cliffhanger, me sale degratis por casualidad (pasaba por allí).

Lo que quiero decir con esto es que aunque me declaro públicamente ladrón de derechos de autor también soy de los que ante un buen precio prefieren pagar y que cada uno reciba lo suyo. Ojo, ANTE UN BUEN PRECIO. 

He aquí la causa de mi indignación y la subsiguiente


Apología Pirata

Llevaba tiempo intuyéndose pero no fue hasta septiembre que sucedió lo inevitable: me harté de que me tomasen el pelo. 

Un día (el 14, por ejemplo) a las tantas de la noche leía y me aburría y era tal la aburrición que salí disparado a Facebook para pasar el rato agradable mirando los egos ajenos y allí no sé quién se acordó y me recordó que Piglia, Ricardo Piglia, había sacado libro nuevo y, de repente, así como quien no quiere la cosa, me dio por consultar en Amazon el precio del libro dichoso, a ver si me lo podía bajar en plan legal y tal. Y es que la cosa digital tiene la irresistible ventaja de la inmediatez, que ya la quisieran para sí las ganas de follar. 

La versión digital del libro (todavía no disponible, por cierto) era de 13,29, que venía a ser casi el doble de lo que yo había pagado el mismo mes por seis libros, algunos de ellos novedades. Claro, 13,29 euros, son muchos euros. Y más teniendo en cuenta que la versión en papel costaba exactamente 17,00. Para los que son de letras Amazon informa de que el ahorro es de 4,61 euros que comparado con la inmensidad del océano es una puta mierda y comparado con lo que cuesta el cine últimamente, pues también. 

No parece mucho de recibo que una cosa que tiene forma de libro, huele como un libro, pesa como un libro y ocupa como un libro cueste casi tanto como otra que no tiene forma de nada, que no ocupa nada, que no pesa, que no huele si no es a quemado y además no puedes prestarle a un amigo ni ojear una tarde de enero ni recordar aquello que habías destacado. Por no hablar de ocultar margaritas o entradas de cine entre sus páginas o llevarlo a que lo firme el culpable y te dé las gracias y te recuerde cada vez que lo abres lo especial que fuiste para él aquella tarde.

A ver si nos enteramos de una puta vez:


El libro digital ya está aquí

No es una utopía, no es una amenaza, no es como el invierno de Juego de Tronos, que no acaba de llegar, ni es el gadget de una película de Stanley Kubrick. Es una realidad. 

A quien le gusta leer, le gustan los libros. Y a quien le gustan los libros —la física de los libros, se entiende— no creo que le haga mucha gracia que le suponga el mismo desembolso verlos en la estantería que imaginárselos en la memoria del iPad. No hay color. 

Veamos un ejemplo práctico.

Esta mañana, temprano, después de las abluciones matutinas entré en Amazon para consultar el precio del último libro de Vargas Llosa, El héroe discreto. Costaba 9,59. Yo lo siento mucho pero mi tope está en ocho, por eso, y mientras me tomaba un yogourt, me lo bajé de una conocida web pirata. Minutos más tarde, acabando de desayunar, empecé a leerlo. Así de fácil. Así de rápido. Así de sencillo. Así de BARATO. 

Anoche, curioseando, di con una de las novedades de Seix Barral (Ha vuelto, de Timur Vermes). Hoy, ya lo he dicho, con Vargas Llosa. ¿Cuánto tardaremos en ver lo último de Isaac Rosa, de Piglia, de Foster Wallace, de Richard Ford (si acaso no están ya, que tampoco he mirado)? El siete de noviembre sale lo último de Cormac McCarthy, ¿quieren apostar sobre los días o las horas que tardará en estar disponible? 

Insisto: el libro electrónico YA está aquí. Y es imparable. 

Los lectores no somos idiotas. Sabemos perfectamente lo que cuesta escribir un libro del mismo modo que sabemos (también perfectamente) lo que nos jugamos cada vez que hacemos un download. Otra cosa es que nos importe. Cada vez son más los escritores que claman al cielo y advierten sobre las posibles consecuencias de NUESTROS actos, como si los ladrones, ahora, fuésemos únicamente nosotros; como si el negocio editorial no tuviese parte de la culpa a fuerza de mirar para otro lado y fingir que lo del libro electrónico no va con ellos.

De acuerdo, asumamos las consecuencias de nuestros actos y veamos sus consecuencias: es posible que Lucía Etxebarría deje de escribir. Bueno, vale, ¿y? Y nada, efectivamente. No se detiene el otoño por esto. El retiro de Philip Roth fue noticia durante dos días. Al tercero, las redes sociales seguían hablando de fútbol. No pasa nada. Será por escritores. Será por novelas. Será que no tenemos fondo de estantería para veinte, treinta, cien vidas ejemplares. (Mención aparte para todos aquellos que ni siquiera contemplan la posibilidad de incluir semejante tecnología en su catálogo).


Ocho euros. Ocho. Eso es todo lo que yo, personalmente, estoy dispuesto a pagar por un libro digital. Y ya me parece que no está mal. Y también me parece que no soy el único que piensa así. A partir de ahí hay dos opciones toda vez que la opción bibliotecas, en tiempos de crisis, ya no es una opción: piratearlo o leer otra cosa. A mí me da igual; tengo una lista con más de 1200 lecturas pendientes y no espero vivir para contarlas. Por eso, el que quiera dejar de editar porque no le sale a cuenta, que lo deje, pero el que no, que se atenga a las consecuencias de no ajustar los precios a un mercado con alternativas reales de pasárselos por el forro.

Así es la guerra.

Y ahora, si me disculpan, voy a ver cuánto cuesta el último libro de Gonzalo Torné antes de decidir si lo compro o no, porque ya les digo que leer, lo voy a leer.

Clic.


212 comentarios:

  1. No prometa, señor Tongoy, lo que no se puede cumplir. Por ejemplo, leer la novela de Torné. Por leer ("leer, lo voy a leer") entiendo de la primera a la última página, y eso, ya lo verá, es algo imposible d ehacer.

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    1. Mira, es tan fácil como que yo, que en principio no tengo ningún interés en el libro de Torné, me lo compre y se lo 'deje' a Tongui, aunque solo sea en pago a las muchas cosas que me ha dado a leer, y que desde aquí le agradezco.

      La cuestión es la misma que con las discográficas. Se han pasado tres pueblos durante años con los precios. Por eso no hay sentimiento de culpabilidad.

      ¿Que eso es malo para la cultura? Sin duda. Creo que alguien que pone su talento y su esfuerzo para crear pensamiento, sentimientos, experiencias, etc. debe obtener una recompensa económica a su trabajo. Si no la cultura está muerta. O más muerta todavía de lo que ya está.

      Quien se compre un e-book es un 'militante' de la cultura, tal y como está el patio hoy. Pero que tampoco nos pidan que contribuyamos como con una ONG por convencimiento, porque hay mucho listo que cobra comisión por colaborar con buenas causas teóricas y llevarse el dinero a su casa. Es un símil.

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    2. ¿Qué grandes libros has descubierto en este blog? Cita cinco. Solo 5.

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    3. Y la cantidad de grupos interesantes que están saliendo, sin necesidad de una discográfica potente detrás, que llenan conciertos es cada día mayor.

      La diferencia es que si escuchas una canción y te gusta, y ese grupo actúa en un concierto dentro de poco, irás a verlo y pagarás la entrada. Con un libro se te pide que compres a ciegas. Ahí está la gran diferencia.

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    4. Lo de Torné era una maldad. Lo tengo sobre la mesa, de la biblio, pero sí es verdad que lo prefiero en digital. Será cuestión de esperar. No sé si lo acabaré, pero lo empezaré seguro.

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    5. Jaja, soy demasiado inocente contigo :)

      No, me refería a los que me ha dejado Tongui.

      P.S.: Conste que la intención era buena, que si a ti te hacía ilu...

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    6. Carlos, ¿has comenzado ya con el de Torné?

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    7. No. Acabé anoche el de Lara. No sé si ponerme con él o darme a otra cosa.

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  2. Vale: esta es la impresión del común de los mortales, muy bien contada.

    Ahora que venga alguien que sepa del asunto (tú, comentarista impulsivo, no: relájate y deja pasar esta oportunidad) y nos explique por qué el libro electrónico aún está tan caro, si es verdad que el libro electrónico ha llegado (representa el 1% de las ventas de las editoriales a día de hoy, según leí no sé dónde), si las editoriales son las malas o lo son las distribuidoras o lo es Zapatero, etc.

    Porque si al final lleva razón Tongoy acabamos todos practicando la ilegalidad (y eso perjudica a la cultura sí o sí y lo sabemos) aunque sea a nuestro pesar.

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    1. A mí lo del 1% me hace mucha gracia. ¿Pero cómo no va a ser del 1% con esos precios? ¡Nadie en su sano juicio compraría un ebook de Mondadori en su estreno! Así es imposible que superen esa marca. Los culpables de que no se venda más en digital son los mismos que dicen que el digital supone un margen ínfimo de las ventas. La pregunta es: ¿por qué? Pues mira, no lo sé. Personalmente creo que flota en el aire la idea de que sacar al mercada la edición en digital de un libro se lo pone más fácil a los piratas. O quizá les jode las estadísticas y ya no saben cuántos libros tendrían que sacar al mercado en papel si el precio de la versión digital fuese… sensata. Ni puta idea. Lo que está claro es que una de las grandes dé el paso, aquí no se mueve casi nadie. Casi, digo, porque sí es verdad que hay

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    2. Existe por parte de las editoriales un compromiso con lo que actualmente y desde el principio de los tiempos han sido su principal canal de distribución y venta, Las Librerías y distribuidoras tradicionales. Éstas están sufriendo también seriamente el varapalo de la perdida de lectores y siguen siendo las que dan de comer, aunque dietas más estrictas, a la editoriales. Algunas editoriales temen que si apuestan por la edición digital bajando los precios estén haciendo un flaco favor a sus puntos de venta más rentables y que dicha rebaja en los precios digitales acabe de una vez por todas con un porcentaje mayor si cabe de puntos de venta tradicional. Además está el temor de que por este motivo sus catálogos se vean relegados a estantes menos visibles de la librerías, que éstas prioricen a aquellas editoriales que apuestan por el bando analógico en esta guerra.

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  3. No creo que pierda nada el pirateado, porque como dice Tongoy, por ese precio tiene otras opciones más interesantes. O sea, que supuestamente está perdiendo un dinero que de otra forma no iba a ganar. En cambio, una vez leído, si el libro es bueno, el autor se beneficia del boca a boca. Además, existe la posibilidad de que Tongoy se compre el libro una vez comprobado que es tan bueno (a mí me da por comprar las primeras en primera edición).
    Para la industria, creo que es preferible que la gente lea, aunque sea en versión pirata (o es que la editora de las 50 sombras ha quebrado por el pirateo).
    Saludos

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  4. Con esto de los libros electrónicos pasa como en política, especialmente en asuntos de enorme actualidad: los hay que se empeñan en adaptar la realidad a las leyes en lugar de las leyes a la realidad.

    Quique, independentista (odontólogo no colegiado)

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  5. Hola,
    A finales de agosto, por lo que cuesta un libro de bolsillo, me compré cuatro libros en Amazon (tenía que estrenar el kindle que me habían regalado por mi cumpleaños). Se agradece comprar legalmente tan barato, que es a lo que se refiere el autor del blog. Por si os pica la curiosidad, fueron los siguientes: "Holocausto Manhattan" de Bruno Nievas; "El lejano país de los estanques" de Lorenzo Silva, y un par de esos autores que se autopublican que me llamaron la atención: "Mariano Presidente" de Juan 23 y "Antonio mató a Luis en la cocina con un hacha porque le debía dinero" de Roberto Lopez Herrero. Me ha sorprendido ver tantos autores autopublicándose a precios muy baratos. De los cuatro, me han gustado 3 y medio, así que repetiré y segúramente iré abandonado el papel poco a poco, por lo comentado, por el espacio y por el precio.
    Saludos.

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  6. "Demócrata a sueldo" (que no democracia) es de la editorial Cliffhanger, que estaba de promoción gratuita. Cacho burro. http://cliffhangerpublishing.com/

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    1. Ah. Es que estas cosas tan modernas se me dan fatal. ¿Y el libro qué tal? ¿Lo has leído o eres de las que solo hablan?

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  7. Tongoy, perdona el paletismo, pero siempre he pensado que hay una gran diferencia entre el pirateo de libros y el de música o cine. Un disco te lo bajas, lo escuchas y al hacerlo, o bien tienes la certeza de que es lo que buscabas o bien te das cuenta en seguidia de que eso es otra cosa diferente a la que buscabas, de que le falta un tema, o de que es una mala imitación. Lo mismo pasa con una peli. A la primera imagen de una tía chupándosela a un tío te das cuenta de que esa no es la que buscabas (o sí).
    Cuando uno se baja un libro, una novedad editorial ¿quién garantiza que ese es el libro íntegro? ¿quién garantiza que contiene todas y cada una de las páginas del original? ¿cómo saber, con el punto y final, que uno ha leído lo que creía leer? Esa garantía solamente la ofrece el papel (digo yo). Quiero decir que yo ahora me pongo a hacer de Pierre Menard, y empiezo a escribir el Quijote, pero me da el punto y en la parte en que Sancho pierde a Rucio hago que el pobre animalico no se pierda, y sigo con todo lo demás hasta el fin. Después cuelgo mi Quijote en Internet, bien maquetadito, y llega el primer novatillo y se lo descaraga, y se lee el Quijote sin pérdida de Rucio, y tan campante, hasta que lo comenta con alguien y ese alguien le dice: "¡Sí, sí, pero vaya fallo que cometió Cervantes! Se pierde Rucio y luego aparece como por arte de magia, sin explicaciones." Y claro, al novatillo no le quedma más remedio que discutir: "!Cómo que se pierde Rucio! ¡Pero si Rucio es de lo más listo! ¡Menudo es Rucio, como para perderse!"
    Y así.

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    1. Bueno, yo en el caso de los libros nuevos no dudo. Puedo equivocarme, pero me extrañaría. De todos modos prefiero arriesgarme que acumular más papel o dejarme la pasta en libros. Bastantes compro ya.

      Con los clásicos es otro tema. Yo no bajo versiones gratuitas de Amazon (las hay) básicamente porque no sé su origen, ni tengo referencia de su traducción. Estos sí que tienen fama de estar mutilados. En estos casos la labor editorial es fundamental y por eso suelo cogerlos en la biblioteca o comprarlos (es casi lo único que compro en papel). Lo ideal sería que Alba pusiese sus ebooks a precios razonables porque cobrar 15 euros por la nueva traducción de La señora Bovary me parece un despropósito.

       

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    2. Hay maneras de controlar eso. Una, es el origen del ebook. Si te bajas dos veces una mala edición de un libro, te vas a otra página hasta que encuentras una de la que te fías (esto es así con casi cualquier producto de descarga). Dos, las opiniones de otros usuarios y otras referencias como el número de descargas que tiene una obra. Si son muchas, bueno.
      Sí, puede ocurrir que alguien cuele un párrafo donde no va, pero la inteligencia colectiva casi siempre funciona.

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    3. Javier, me ha gustado mucho eso de la "la inteligencia colectiva". No hay más que echar un vistazo a las encuentas de intención de voto. ;)

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  8. Gracias por la mención. Quienes estamos en Playa de Ákaba procuramos ser coherentes con nuestro discurso. También como autor he logrado que prácticamente todos mis libros estén en ebook por debajo no ya de 8, sino de 6 euros. Y todos por debajo de 10.

    Aun así, los siguen pirateando, pero cuando me voy a dormir por la noche pienso que yo he hecho todo lo que podía.

    En tu teoría falta una variable: todo esto es así porque Internet es un espacio sin ley al servicio de la NSA (la única ley verdadera) y mientras le dejen acceso a todo a los espías competentes, todo vale para sus operadores. Si hubiera una ley (la tecnología no lo impide, y hasta podría coadyuvar a hacerla eficaz) que penalizara la difusión gratuita de obras ajenas y su acceso a través de motores de búsqueda públicos y universales, la cosa quedaría muy reducida. Te costaría un poco más encontrar ese libro de Vargas Llosa recién aparecido: tanto, que a lo mejor desistías. Y si tú no, sí que desistirían otros muchos. Lo que abriría un mercado viable donde tal vez podría haber competencia y bajadas de precios generalizadas, y no sólo las de los locos románticos como yo.

    Pero bueno, esa ley no está ni se la espera, así que coincido contigo. Hay que combatir al enemigo (hablo como autor y editor) con lo único que tenemos: la generosidad, el esfuerzo y la razón. Porque quien cree que puede servirse a placer del talento y el trabajo ajeno, carece olímpicamente de esos tres atributos.

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    1. Muy bien dicho, sr. Silva (estupendo escritor, por cierto, además de admirable editor). Mi saludo y mi aplauso desde aquí.

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    2. Hola, Lorenzo, encantado.

      Sí, cierto, una ley así estaría bien, pero no serviría de nada. No digo con esto que no deba hacerse igualmente, pero no se le pueden poner puertas al campo. Siempre habrá formas de conseguirlo. ¿Qué lo pondrías más difícil? Seguramente, pero sólo durante unos meses. Cuando hace poco cerraron tantas web de descarga directa hubo un momento en que costaba más encontrar lo que buscabas. No sé si esto sigue siendo así; yo desde luego no tengo problema en ver la película que me apetece cada fin de semana.

      De todos modos nos olvidamos de algo (o nos olvidamos, pero no quería eternizar el discurso): ¿Cuántos de los libros que se bajan significan la pérdida de una venta real? Seguro que muy pocos.  No hay más que ver qué es lo que se baja masivamente y que es lo que bajan cuatro gatos. El último libro de Manuel Vilas, por ejemplo, en la web que yo consulté, que es única en la que encontré ese libro, decía que se había descargado 40 veces (41 con la mía). ¿Cuántos de esos 40 dejaron de ir a la tienda por culpa de ese espacio? Me juego lo que sea a que menos dos, si acaso llegan a ser tantos. ¿Cuántos de esos son posibles lectores de un libro al que de otro modo no hubiesen llegado? Metiendo la cuestión en tu casa, yo nunca hubiese leído (“tenido intención de leer” de momento) el libro de Carlos Soto que tú has editado si no fuese por el precio.

      Estoy convencido de que con ebook a precios adecuados se ganarían muchos lectores. ¿Qué hay cuarenta lectores que se aprovechan gratuitamente de la situación? Sí, claro, como en las bibliotecas.

      Y no sigo, que no se parar.

      Gracias por pasar.

      P.D. Veo mucha poesía y poca narrativa en Playa de Akaba. Me vas a tener que perdonar el atrevimiento de decir algo en público pero, ¿has pensado en ampliar el catálogo? El otro día hablaba con una amiga que tú editorial era un espacio muy interesante para editar a autores que se quedan fuera del mercado por razones “inexplicables”. Yo ponía un caso muy concreto, el de Celso Castro, que tras la caída de Libros del Silencio se había quedado sin editor y cuyo “aparente problema comercial” (ya sabemos que la narrativa es lo que tiene) lo estaba “marginando”.

       

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    3. Perdón por inmiscuirme de nuevo en el diálogo de tan insignes protagonistas del mundo de las Letras, pero me gustaría puntualizar eso de que también los escritores y editoriales pierden "clientes" por culpa de las bibliotecas. Tal vez me equivoque (y si es así, que alguien me corrija, por favor), pero tengo entendido que el estado, vía Ministerio de Cultura, subvenciona a muchas editoriales, o al menos la publicación por su parte de ciertos libros, precisamente para compensar la posible pérdida en ventas que van a sufrir por el préstamos bibliotecario de esos libros. Es más, no me extrañaría que hubiera determinadas empresas, autores y/o títulos que obtuvieran más beneficios a través de esas "subvenciones" (si es que se las puede considerar así) que a través de la venta directa).
      Por supuesto, no estoy insinuando que éste sea el caso del sr. Silva, al que estoy seguro que no le hace falta, je, je...

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    4. Respondiendo a tu pregunta, seguiremos haciendo narrativa, pero tiene tres problemas:

      1. Es difícil encontrar novelas por las que realmente puedas apostar como editor. Muy difícil. Te lo decimos después de haber mirado cientos.

      2. Editar bien una novela, pese a lo que leo por aquí (supongo que gente que nunca ha escrito ni editado ninguna) es bastante laborioso y representa una inversión que hay que pensarse mucho desde una pyme como somos nosotros. La poesía también ha de ser editada, y también cuesta, pero la escritura poética ya viene muy destilada y son textos más breves.

      3. La impresión en papel de un libro de 300 o 400 páginas, si no quieres hacer una chapuza, y ése no es nuestro negocio, no es en absoluto barata.

      4. El fruto de tu elección, tu trabajo y tu inversión en papel e imprenta lo arrojas luego a un mercado absolutamente deprimido donde los libros duran dos días y a unos libreros con el agua al cuello que devuelven los libros como si les quemaran.

      Éstas son las cosas que acaban pasando cuando nos acostumbramos a no pagar por lo que queremos, nos guste o no...

      Pero vaya, ya tenemos una novela para el año que viene y una antología de relatos de viaje para noviembre. No nos arrugamos así como así.

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    5. Sí, ya vi a Elías (Gorostiaga) comentándolo en Facebook.

      La respuesta del punto 1 me ha gustado especialmente. Mejor eso que publicar un número X de libros al año.

      Salvo raras excepciones yo no suelo comprar narrativa actual en papel, pero mientras tengáis eso precios en ebook no llevaremos estupendamente.

      Gracias por pasar y suerte.

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    6. Hola Lorenzo.

      Desde mi ignorancia: lo que del mercado deprimido donde los libros duran dos dias se debe a que no estamos acostumbrados a pagar lo que queremos no me lo creo (aunque con las dos afirmaciones por separado si que estoy de acuerdo).

      A mi me parece que responde mas a un modelo en el que muchisimas editoriales buscan un "boom" con el que costear la edicion de 100 libros mas, y a ver si entre los cuales hay otro boom que permita... etc.

      Si un libro no es un best seller, quiere decir que va a vender poquisimo, asi que la libreria se descarta de el. Es un modelo de cola larga, hay muy pocos terminos medios.

      De hecho, seguro que te sabes el numero: que porcentaje de autores es responsable de la venta del el 90% de libros? un 1%? menos?
      Y de quien es culpa esa distribucion? del lector? del editor? de las agencias de marketing? del librero?


      Por otra parte, la ley que propones no es etica. No le puedes pedir a buscador que filtre los resultados segun un criterio determinado, aunque ese criterio si sea etico. Eso seria hacer al buscador responsable del contenido en el que busca.

      Lo de que es tecnologicamente viable tampoco del todo cierto. Desde el momento en el que la navegacion anonima es posible (Tor, etc.) es practicamente imposible controlar lo que circula en la red.
      Asi que siempre habra la manera de encontrar lo que se busca, con o sin google (aunque cuesta mas y a lo mejor desistas, como tu dices)

      Saludos y perdon acentos.

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    7. Querido anónimo:

      La relación entre el mercado deprimido y la costumbre de no pagar no la saco por intuición. Lo respalda un muestreo de varias decenas de libreros que han perdido clientes de 10 libros al mes desde que se compraron el Kindle (no desde que perdieron el trabajo, que muchos de esos lectores conservan, y bien pagado).

      Y que la ética de dejar que suceda un expolio ilegítimo en las redes o sistemas que operas y explotas, siendo perfectamente consciente de que sucede y cómo sucede, y sacando un gran beneficio económico por ello, sea superior a la de tratar de evitarlo de modo razonable y proporcionado, con amparo legal y garantía judicial en caso de abuso, perdona pero no termino de verlo.

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    8. "Lo respalda un muestreo de varias decenas de libreros que han perdido clientes de 10 libros al mes desde que se compraron el Kindle"

      Lo cual quiere decir que la gente compra libros a Amazon en vez de a esos libreros, y no que los piratea, no crees?

      "tratar de evitarlo de modo razonable y proporcionado"

      Y quien pone el limite?
      Si yo subo a la red un archivo tias-buenas.zip que en realidad contiene una obra protegida legalmente, hay que multar a los buscadores por haberles metido un gol?
      Y si yo me creo un buscador manhana con mis ahorros, tengo que costear el immeso esfuerzo de identificar contenido ilegal para filtrarlo?

      La tecnologia no es tan sencilla, no existe un boton de "evitar expolio ilegitimo" que lo pulsas y todo se arregla.

      Si el que comete una ilegalidad es el que tira un libro al mar, hay que perseguir a quien ha tirado el libro, no al mar ni a los que lo faenan.

      Que es dificil, ya lo se.

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  9. Perdón por la impertinencia, amigo Tongoy, pero ¿tú te haces gráficos con los libros que lees? ¿En serio? Vete a que te lo miren, de verdad....

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    1.  

      Jajaja, no, sólo en este caso. Sospechaba que leía más en digital pero no estaba seguro. Me sorprendió el resultado. Creí que la diferencia era mayor (a favor de lo digital).

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    2. Bueno, perdón, que igual me he pasado: después de todo, yo elaboro diagramas de quesitos sobre las fantasías de mis momentos de autoerotismo... no soy quién para criticar a nadie. Sorry.

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  10. Me parece un debate interesante y sospecho que parte de la respuesta es que las editoriales no quieren hacer el esfuerzo de adaptar unas estructuras que van camino de quedarse obsoletas.
    Por ejemplo, las distribuidoras, a quienes se les acaba el chiringuito con esto del libro digital. Las propias editoriales son monstruos creados para editar en papel. ¿Y qué decir de las imprentas? Hay toda una industria que se resiste y de ahí esos precios absurdos.
    El único inconveniente que tiene el digital frente al físico es el IVA. En todo lo demás, gana el digital por goleada. Los costes de producción son ridículos. Sólo necesitas un documento de Word, un corrector y un maquetador (y ni siquiera). Que la última novela de Luis García Montero cueste casi 14 euros en digital un año después de su lanzamiento es, directamente, absurdo. Y las editoriales están perdiendo dinero y, sobre todo, tiempo por no bajarse de la burra.
    ¿Sabéis cuándo dejé de descargar música? Cuando tuve un servicio como Spotify, que me proporciona música ilimitada en casa y en el móvil por 9€ al mes. Cuando exista algo parecido en series y películas (y ese día está cerca) dejaré de descargar las series de las HBO. Por ahora no pirateo libros porque sigo teniendo sitio en casa pero los que he comprado para el Kindle nunca han costado más de 3 euros. Hasta que no bajen los precios y aparezcan tarifas planas, no pienso pagar más de esa cantidad.
    Parece mentira que con el ejemplo de las discográficas y los cines, las editoriales no hayan aprendido nada.
    Y hay algo que también tendrá que empezar a cambiar: con la estructura de costes que trae el libro digital, ¿qué pasará con el porcentaje del escritor?

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    1. Amigo Javier: permíteme una reflexión a partir de tu reflexión. Yo ignoro las cifras de ventas de libros en digital con respecto a libros en papel, pero tengo la sospecha que si los precios que las editoriales ponen a éstos son tan altos (en efecto, a veces son casi los mismos), es porque 1- no se lee tanto en formato digital como pensamos (ni en formato papel, por otro lado) y 2-lo que se lee en formato digital es, fundamentalmente, pirateado. Por los tanto, las editoriales, que están obligadas a ofrecer esta opción, de todas formas , piensan: bueno , si alguien está dispuesto a bajarse este libro a su e-book de manera legal y tal, pues que pague por ello, por tonto (lo de tonto lo añado yo, pero imagino que es lo que piensan, sobre todo si hablamos de comprarse la novela de Luis García Montero), ya que no le importa hacerlo. Es lo que los economistas llaman, si no me equivoco "autoincriminación en la fijación de precios", por la cual las empresas pueden determinar quién está dispuesto a pagar un precio más elevado por determinados productos (y es algo que no tiene nada que ver con los costes de producción)... precisamente poniendo un precio más elevado por ellos. Por explicarlo con un ejemplo facilón: es como cuando vas a una tienda de ropa en época de rebajas... y acabas comprando una prenda de la "nueva temporada", que suele estar a un precio más elevado de lo que va a estar después. Pero si la quieres en ese momento, te toca pagar más por ella.
      Conclusión: si en España los índices de lectura, en general, fueran los mismos que en Alemania o Reino Unido, seguramente los precios del libro en digital también serían más bajos y más acordes con sus costes de producción. Y habría menos pirateo, con lo que las editoriales también estarían más dispuestas a mantener esos precios bajos. Pero de donde no hay, no se puede sacar.

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    2. Para apoyar tu teoría te diré que yo me compré INTEMPERIE en digital por casi diez euros. En mi defensa diré que había bebido y era tarde. Pero nunca más.

      ¿Alguien sabe de algún artículo periodístico dónde se ha planteado esta cuestión a las grandes editoriales?

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    3. Jonan, no entiendo mucho de ventas, la verdad, pero frente a tu opción de "autoincriminación en fijación de precios" me parece más interesante otra opción: el long tail. Vender barato (con menos margen) pero vender mucho. Estoy seguro de que más de un incauto compraría un libro digital sólo porque es barato y no le ocupa espacio, y porque "ya me lo leeré" (y seguramente nunca lo haga). En papel no puedes jugar a esto pero en digital sí porque te cuesta lo mismo producir y vender un libro que mil.

      A mi comentario anterior le añado ahora un gasto impepinable, el marketing, pero ése también lo tienes en papel.

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  11. Hay cinco agentes en este negocio; la editorial, la distribuidora, la librería, el autor y el lector. De repente, gracias al ebook, los únicos agentes verdaderamente imprescindibles son los que siempre han sido: el autor y el lector. Todo lo demás sobra. El emperador está desnudo.

    Y por eso el ebook es una amenaza; si controlas las distribuidoras, controlas lo que se pone y cómo se pone en la mesa de novedades y controlas los medios de comunicación puedes vender a los lectores lo que quieras, porque no tendrán otra opción que comprar lo que publicas, y además, como reza el marketing, lo que no se publicita, no existe.

    Aceptar el ebook es perder el control del mercado. Es devolver el poder al autor y al lector. Es que la literatura deje de ser puro negocio. Supone que un montón de gente deje de vivir del esfuerzo del autor. La obra existe sin editorial, sin distribuidora, sin librería, pero sin autor, no hay obra. Y sin embargo, en la práctica, el autor cobra nada o casi nada. ¿Cómo no van a querer frenar el ebook? y, en España, lo habían conseguido. Lo que no pueden evitar es que venga Amazon desde Estados Unidos y los barra.
    Si el dueño de Amazon fuera español, ya habría aparecido con un tiro en la cabeza en una cuneta. Afortunadamente, habita donde no alcanza la mafia patria.

    Que cada autor publique lo que crea conveniente y le ponga su precio, y que cada lector lea lo que le apetezca. Eso es la libertad.

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    1. Discúlpame por mi escepticismo, pero yo tengo la sospecha de que, aunque tuviéramos la absoluta seguridad de que TODO el dinero que cuesta una descarga fuera a parar al bolsillo del escritor, única y exclusivamente, mucha gente (en mi opinión, la mayoría de los usuarios) lo seguirían pirateando de igual forma. Al menos, en España.

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    2. Sospecho que a la mayoría de los autores les importa poco que les pirateen.
      Con poco quiero decir que les viene a importar alrededor de un euro, que es lo que dejan de ganar. No da ni para pagar un café, no digamos el recibo de la luz.

      Pero incluso esto es engañoso; la inmensa mayoría de los que piratean no comprarían el libro. Lo descargan, y quizá lo leen, porque es gratis.

      Creo que los autores de verdad prefieren ser leídos, aun a costa de ser pirateados, a no ser leídos. Si escribieran por dinero, no escribirían. Incluso la mendicidad es más lucrativa.

      Los editores, los distribuidores y las librerías lo que quieren es vender libros, todo lo demás les da lo mismo. Lo llaman amor, pero quieren decir sexo. Quieren que compres el libro. ¿Que luego resulta que es un truño? da lo mismo, ya han cumplido su objetivo, que lo compres.

      Por eso les jode todo lo que no sea ganar dinero. También la piratería.

      Los autores están hechos de otra pasta.

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    3. Hombre, yo supongo que la mayoría de los que escriben lo hacen porque les gusta a hacerlo, sí, no por ganar pasta gansa, pero eso no quiere decir que no les guste ganar algo de esa pasta, aunque sea para tomar ese café que dices. En todo caso no acabo de entender esa especie de dicotomía de autor-por-amor-al -arte frente a editor-distribuidor-librero-por-amor-al-vil-metal. Y luego están los lectores, que bien sea pagando, bien sea sacando el libro de una biblioteca pública o sea descargándose una versión piratilla, siempre es el público-al-que -tanto-quiero-y tanto-debo de las folclóricas y está por encima de cualquier otra consideración...
      Sinceramente, no comparto esta visión. O todos moros o todos cristianos (a ser posible, Cristianos Ronaldos, que ese sí que está podrido de dinero. Y no habrá leído un libro en su vida, el payo).

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    4. Estoy con Jonan, los autores escriben porque les gusta y comen porque lo necesitan.

      Son muy pocos los autores que pueden vivir exclusivamente de sus obras, si os fijáis raro es el que no complementa el sueldo con clases, colaboraciones en medios, o con otro tipo de labores alejadas del mundo de la literatura.

      La mayoría de las editoriales tradicionales estipulan con el autor un beneficio de un 10% sobre el precio de venta,1,5€ por libro vendido en el caso de un libro de 15€; por otro lado , las editoriales digitales, al menos las que conozco, reparten con el autor 50/50 si no son traducciones, por lo que a fin de cuentas al autor de da lo mismo que pagues 15 euros en papel, o 3 por el ebook; va a ganar lo mismo de POCO

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    5. HOy en día de la venta de libros no vive ni dios. El otro día me enteré de los ejemplares que había vendido un libro que estaba en la lista de los 10 más venidos de no sé dónde y casi me meo da risa. Los novedades duran cuatro días, es una puta locura.

      Un libro cuesta mucho escribirlo y merece el reconocimiento que merece (que dependerá de su calidad, nunca del esfuerzo).

      Por otro lado yo creo que a los autores sí les jode que les pirateen porque un libro no vendido es una venta que no cuenta y la edición del siguiente libro dependerá de cómo le haya ido al anterior. Puede darles gustito saberse pirateados, porque significa que eres conocido o que te conocerán, pero es un placer amargo, en el fondo, porque si lo han hecho hoy lo harán mañana, con este y con todos.

      Ire tiene razón: hay que educar a la gente, pero mientras tanto, habrá que ir pensando en otro plan, porque yo eso a corto plano no lo veo factible. Un ebook a tres euros y por lo menos rasca el voto de los que tienen un poco de conciencia.

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  12. Es que son muchas cosas juntas: el constante dar gato por liebre de estos últimos años, los precios abusivos, las ediciones llenas de erratas, defectos de impresión, acabado deficiente, la progresiva pérdida de confianza en una serie de editoriales de referencia....

    El pirateo es nefasto, cierto, pero a esta situación no se ha llegado porque sí. También hay un porcentaje de gente que se baja cosas por bajárselas, aunque puede que no vaya ni siquiera a leerlas, pero no supone ningún peligro porque no son clientes que han dejado de serlo sino que no lo serían nunca.

    En fin, que todos somos un poco responsables, pero absolutamente todos. Si se sigue culpando solo a la gente que se piratea cosas sin pararse a pensar por qué lo hace, o si los demás han hecho bien las cosas hasta ahora, no se solucionará nada, con o sin leyes.

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    1. En el caso de los libros no lo sé, porque tampoco conozco a mucha gente que se lo lea todo (bueno, o que lea más del best-seller de turno, para qué vamos a engañarnos) pero si tomamos como ejemplo el tema de las pelis, sí que se de más de uno que se descarga by the face absolutamente todas las peliculas que puede, casi como una obligación. Pero luego hay muchas que ni ven, por falta de tiempo o de interés.

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    2. Pues si eso lo traduces a libros, es decir, hábito de lectura, ganas, tiempo, dedicación, etc, el resultado está cantado. Si con las pelis pasa - y pasa- que no te supone ningún esfuerzo más que sentarte a mirarlas, imagínate con los libros.

      Por eso, que lo del pirateo tiene muchas lecturas.

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    3. Un día, hace meses, me ofrecieron un pendrive con 8000 libros. En serio. 8000. La persona que me lo ofreció, atentos, todavía no tenía ebook y debía leer algo así como cinco libros al año (no sé cuales). Esta situación es casi extrema, pero difiere mucho de la realidad. Yo tengo chorrocientos libros en el kindle. Este año he leído unos 40. No dejé de comprar ninguno. Lo que sí hice fue leer alguno que no pude conseguir de ningún otro modo (caso de "La senda del perdedor", por ejemplo) y alguno que no esperaba.

      Que no. Que la piratería no es la amenaza que nos vendes. Que son libros, por el amor de dios. Que en este país apenas se lee.

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  13. Mira qué oportuno. Me acaba de llegar una nota de prensa de una nueva editorial llamada MALPASO que arranca el 2 de octubre y que dice, entre otras cosas, lo siguiente:

    "Hemos decidido brindar a los lectores la versión impresa y la digital de nuestros libros al mismo tiempo y a un solo precio. Porque creemos que nuestros libros deben poder leerse en cualquier lugar y de todas las maneras posibles. Y porque no estamos de acuerdo con la falsa pugna entre formato impreso y digital. El dilema es quién lo vende, no el formato en que se comercializa. Y ahí no tenemos duda ninguna: nuestra apuesta es por los libreros. Ellos son quienes aportan el valor añadido constituido por el intangible que supone poner en relación a cada libro con su lector. Ellos serán los principales vendedores de nuestros libros en formato digital, sin menoscabo de los canales tradicionales para e-books."


    ¿Al mismo precio digital y papel? ¿Y eso cómo se come?

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    1. Esto también podría enlazar con la sobresaturación - valga la redundancia- del mercado. ¿Cómo puede alguien en su sano juicio creer que hay público suficiente para absorber el ritmo de publicaciones actual? La única solución es picar un poco de aquí, otro poco de allá, y ver con qué te quedas al final, porque si alguien cree - y parece que son muchísimos- que esta sobreproducción está ajustada a la demanda es que no vive en este mundo.

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    2. El ritmo de publicaciones actual supera los 1000 títulos nuevos al mes, y si tenemos en cuenta que un gran porcentaje de la población lectora, los que tienen entre 30 y 50 años, son parados de larga duración, esa cifra es insostenible.

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    3. A mí no me cuadra que nueve personas, repito ¡nueve! pretendan vivir de esta editorial:

      http://malpasoed.com/nosotros/

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    4. Vaya cagada, Carlos Glez Peón, rajando de MALPASO sin enterarte de lo que dice el texto. Y así siempre. "MALPASO propone a sus lectores un concepto de libro total: para disfrutarse en todos los lugares y de todas las maneras. Y para lograr que nuestros libros lleguen a sus lectores, contamos con los indispensables libreros, quienes al vender un libro que contiene tanto el impreso como el digital, verán recompensado su esfuerzo comercial. Así, MALPASO, con la voluntad de servir mejor a sus lectores y en total consideración a los libreros, propone una innovación que, estamos seguros, será seguida por otras editoriales y redundará en benecios para nuestra atribulada industria: dos tecnologías, un solo libro."http://es.scribd.com/...

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    5. Cierto. Ya he entonado el mea culpa y habrá acto de contrición. Cada cosa a su tiempos. Compensaremos el error y hasta inclinaremos la balanza hacia el otro día. Pero usted relájese hombre, que va a dar algo.

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  14. Dice un anónimo por ahí que con autor y lector ya vale. Hombre, sí, claro. Pero se escribe tanto y hay tantos lectores que se necesita un mediador, filtro o como cada uno lo quiera llamar.

    El problema es si ese mediador se empeña en seguir haciendo lo que sabe en lugar de hacer lo que se necesita que haga.

    Opino (humildemente, como siempre) que el editor del futuro es un Tongoy que tiene cinco, diez o cincuenta tipos leyendo manuscritos que va filtrando, otros tres aconsejando mejoras al mejor 3% (por decir algo) y otro maquetando y subiendo novelas a la red desde su casita de 300€ de hipoteca en el valle de Ordesa.

    Si ese Tongoy consigue una reputación, ya tenemos editor. Y si un día se relaja, siempre puede vender esa reputación y empezar a recomendar mierda previo cobro de unos honorarios.

    Quique

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  15. Menudo artículo, Carlos. Y mejor debate. Sobre el porqué de los precios caros, el porcentaje de lo que se paga por un libro, suele oscilar entre el 10-15% para el autor, 21% para la editorial (y de ahí paga, en el mejor de los casos, al editor, a la imprenta (un 5-10% del libro), al maquetador, al corrector, al publicista y al diseñador gráfico), 4% para Hacienda y el resto (más o menos un 60-65%) entre distribuidora y librería. Las cifras son aproximadas pero son las que más circulan por ahí y me cuadran bastante con experiencias propias y ajenas. Supongo que la realidad no variará demasiado en lo fundamental: la distribuidora y el punto de venta son quienes más se llevan. También son los más importantes para que un libro se venda, lo saben bien las editoriales: lo más importante es contar con una buena distribución, eficaz y de fiar. Pero si además no tienes el beneplácito del librero, lo llevas claro igualmente. Una vez la misma cajera del Hipercor me ofreció un pedazo libro de una autora famosísima al ir a pagar la leche. Por motu propio, probablemente.

    Si publicas en e-book, la distribución de beneficios varía: 25% para el autor, 21% para Hacienda, la distribuidora y punto de venta pasan del 60-65% en formato libro al 25-35% (supongamos esta cifra para portales digitales que actúan como distribuidor y punto de venta y son ajenos a las editoriales). A esto también se le suman los costes por el almacenamiento virtual del ebook, que depende del tamaño pero que también se paga, vamos a suponer un 1%. El resto es para la editorial, en torno a un 25-30%, y sigue pagando a todos los que hacen el libro, que se libra de la imprenta pero ahora paga al informático o similar.

    Con esas cifras, si un libro se vende a 20 euros, hay que vender el ebook a unos 12-14 euros para ganar lo mismo. Así que parece que las cuentas no salen, sobre todo porque eso de vender millones de ebooks a un dólar no ocurre más que en EE.UU. y a 9 euros en España con las sombras y el mismo día en que el ebook está en el portal, los motores de no sé dónde piratean tu libro, aunque lo vendas a un euro.

    Pero además hay otros problemas añadidos que alejan a las editoriales del ebook: cuando se publica en digital, por ahora es el portal es que lo vende y, una vez expuesto allí, el editor pierde todo el control sobre "la estantería". ¿Quién decide qué es lo que se publicita en Amazon? Amazon. Las editoriales pueden pagar por mostrar sus novelas pero la publicidad por la que más apuesta Amazon porque "fideliza" a sus clientes y por otros motivos es el Kindle Flash. Y el Kindle Flash es muy peligroso: acostumbras al lector a esperar a la oferta a un euro o a tres para comprar aquello que le interesa o incluso aquello que no le interesa. Además, el gigante es tremendamente poderoso (tanto poder concentrado asusta) y, para más meter el dedo en la herida, permite a los advenedizos que no pasan por editorial publicarse a sí mismos con precios con los que las editoriales no pueden competir. Porque las editoriales son finitas y los advenedizos surgimos con cada luna llena. Y para esto no hay solución.

    Por cierto, que, a pesar de ser una advenediza, no estoy nada de acuerdo con el anónimo de muchos anónimos arriba: eso de que sobra todo lo que no sea autor y lector. Quizás sobre la tienda pero no el editor. La tienda donde compramos el ebook ahora es la que parte el bacalao y, puestos a elegir, prefiero como repartidor al editor que a la tienda, que ya ni siquiera es un librero al que le preguntas qué le ha parecido la última de Silva, sino un ente estrictamente comercial.

    Un abrazo.

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    1. El tema del librero que señalas, Amelia, es otro punto importante, a mi modo de ver. No hablo de El Corte Inglés, o de la Fnac, ni siquiera de La Central, sino del librero de confianza, de esos que ya casi no quedan y que era la única referencia de la que te podías fiar.

      ¿Ahora tendremos que fiarnos de las estrellitas de Goodreads? Uff, todavía habrá más descargas piratas.

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    2. O, quién sabe, también del Washington Post, Ire.

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  16. Para salir un poco de tanta cifra y porcentaje, Celso Castro, ese que tanto se cita en este suplemento cultural, no tiene lectores. A lo sumo Jenn Díaz, Carlos Glez Peón y el propio autor. Curiosamente son todos colegas, así que los halagos que el llamado Tongui le dedica son humo. Para Carlos Glez Peón solamente sus colegas son buenos escritores, pero quién cojones lee a Celso Castro: NADIE. No deja de ser otro Azorín.

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    1. Siguiendo ese razonamiento, Ana Rosa Quintana es o ha sido una magnífica escritora. Como la ha leído tanta gente...

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    2. Carlitos, Carlos, Don Carlos… Pero qué picajoso eres. Regreso de vacaciones, dejo a Marcelo por un negro con una tranca de escándalo, me conecto a tu blog (jijiji, “suplemento cultural” lo han llamado, qué gracia, y es que leyéndote en serio, La medicina de Tongoy lo es: un suplemento de la cultura), y lo primero que leo es el nombre de Ana Rosa Quintana. ¿Sabías que estuvo con el director ese, cómo se llamaba, García? Lo digo porque a ti se te nota que te va la marcha en plan Sálvame de Lujo, o algo así. ¿Celso Castro es guapo? ¿Tú lo eres? No sé, es que a veces te imagino cojo y ciego, como a Quevedo, y otras veces alto y musculoso como a Hugh Jackman, aunque me dice mi olfato de mujer que eres más bien como el primero, de ahí las insidiah y la mala cepa, por algún complejo vitamínico que no te tomaste cuando eras un niño, no hace tanto tiempo. Seamos serios: hacía que no leía tanta conjunción copulativa junta (El afinador de habitaciones) desde El Conde Lucanor, pero, claro, Don Juan Manuel era casi príncipe y dudaba entre et, e, y…, cosa lingüística que tiene su aquel. Tanto El afinador… como astillas son una chapa de libros. Lo que me resulta intrigante, y a muchos también, es que tú estés de acuerdo con la mayoría, cosa sospechosa donde se goce. En ti se entiende, ya que compartís bares y ciudad, pero del resto… Tampoco podemos mencionar la infancia vivida entre autor y editor (Requiescat in pace, una pena su muerte, sin duda). ¿No hay tongo aquí, Tongoy? (Jijiji, ha sido sin querer) Vamos, Carlitos, Carlos, etcétera, que no hay que haber estudiado letras ni compararlo con Ana Rosa Quintana para aburrirse leyéndolo, hombre.
      Un besito, querido:
      Laura Glez

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    3. Yo también leí el afinador de habitaciones y me gustó.

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    4. Hola guapetón, te echaba de menos. Todas la visitas se agradecen. Todo suma, ya sabes.
      Yo soy más cojo y ciego y cargo un poco del lado derecho. El defecto en el habla apenas se me nota porque no me relaciono mucho con la gente. Por lo demás bien. Normal.
      Me alegra saber que no le han gustado las novelas de Celso.

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    5. Celso Castro sí tiene lectores, chalao. Quizá no miles, pero sí cientos. Que ya es suficiente. Y es un buen escritor. ¿Lo has leído? No digas majaderías.

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    6. Leí a Celso Castro: menuda bazofia. Aburre a Dios y a María santísima.

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    7. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  17. Yo hablo de escritores, por favor… ¡Menuda argumentación más peregrina! Un consejo: deberías conocer (personalmente) más escritores, de esa forma su prosa te gustaría tanto como la de Celso no sé quién.

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    1. Lo de Ana Rosa es una estupidez o un mal ejemplo; argumentación peregrina es decir que un buen escritor es aquel que es muy leído. De nota.

      P.D. conozco la cifras de ventas de Celso Castro y son más de tres. Por lo menos cinco más.

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  18. Salgo del anonimato para seguir la perorata.

    De todos los agentes, autor y lector son imprescindibles. El editor puede que sea preferible, pero no imprescindible.

    Yo veo este problema; James Joyce tuvo que autopublicarse Ulises. La mejor editorial francesa de su época rechazó Por el camino de Swann. La mejor editorial española (y otra decena de ellas) rechazó Cien años de soledad.

    Y no quiero ni imaginar cuántas grandes obras nos hemos perdido gracias a las editoriales.

    Algo falla, ¿no?

    El editor no se guía exclusivamente por la calidad literaria. Se guía ante todo, necesariamente, por la comercialidad. Lógico. Incluso inevitable. La editorial es una empresa. Y no leen todo lo que reciben. Eso requiere lectores, y los lectores cuestan dinero. En la práctica, la mayor parte de las editoriales no lee nada. Y cuanto más grande, menos lee. No lo necesitan. Te venden lo que se les pinte porque pueden, y listo.


    Y sí, rechazan Ulises, pero es que incluso también rechazaron 50 sombras de Grey. No aciertan ni con lo literario ni con lo comercial. Las editoriales NO funcionan. Para lo que sí funcionan es para vender lo que ellos deciden arbitrariamente vender, porque controlan el mercado.

    Así que la editorial no es imprescindible. James Joyce, sí.

    Y por otro lado, ¿quién es nadie para decidir lo que debe o no publicarse? Cuantos más títulos se publiquen, mayor es la riqueza cultural. Nunca los títulos pueden ser demasiados, porque cada obra busca su lector ideal. Las editoriales venden estandarización, o lo intentan, y sí, todos pueden cubrirse el cuerpo con el mismo saco de patatas, pero los buenos trajes están hechos a medida. La verdadera literatura susurra en TU oído, no se sube a un pódium y grita Buenas noches Alcorcón, sois los mejores.

    ¿Qué es preferible que alguien que se acerque a tu talla como lector te recomiende títulos? sí, es preferible, te ahorra mucho tiempo.

    Pero tras aceptar el paso previo; que sea el autor quien pueda decidir qué publica,y que el lector decida si quiere o no leerlo.
    Eso es la libertad.

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    1. Sr. Azul, de acuerdo estoy en el principio de tu exposición pero no en el final. Prescindir de editorial no es la libertad puesto que no vende todo el que se autoedita y la libertad del lector es ficticia. Tan ficticia como que si, como autor, no consigues que vean lo que publicas, nadie te compra. Tampoco te lee (ya no te digo comprar) ni dios si no consigues superar el rechazo hacia el autoeditado, que es tan grande como Júpiter.

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    2. Tampoco vende todo lo que se edita.

      La libertad no es ficticia; si puedo publicarlo yo mismo a través de una plataforma, puedo hacerlo público. Si está expuesto en un lugar público, el lector puede leerlo.

      Pero si no puedo publicarlo en ninguna plataforma y he de sepultarlo en un cajón, ningún lector puedo leerlo. Ni yo tengo la opción de hacerlo público, ni el lector tiene la opción de leerlo.

      Cierto que si no se publicita, no se ve tan bien como lo que aparece en la portada de El cultural o el Babelia. Pero existe. Antes no podía existir.

      El rechazo a lo autoeditado puede ser grande, pero no es más que un prejuicio, y los prejuicios tarde o temprano caen.

      Joyce se autoeditó, y Kafka ni siquiera se atrevió a tanto, y míralos ahora.

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    3. El problema es que hay demasiados libros buenos y todavía más libros malos, el tiempo que tenemos es limitado, y si queremos explorar nombres y libros más allá de las obras maestras reconocidas "unánimemente" -que con éstas probablemente ya tendríamos lecturas para toda una vida, todo sea dicho- nos tenemos que tragar mucho bodrio, y si cualquiera que sepa escribir publica, se hace más difícil diferenciar lo que se quiere leer de lo que no (que no tienen por qué ser una obra maestra, eso va en el gusto y en el momento de cada uno); de ahí que las editoriales tengan una función que por otra parte, hay muchas veces que no se cumple. Por ejemplo, me estoy acordando del bestseller de Albert Espinosa, que me pareció lo siguiente a pésimo, que un niño de ocho años pudiera haber escrito mejor, y en cambio se publicó y fue un éxito de ventas.

      PD- He estado ojeando la última de Saccomano y tiene buenísima pinta, aunque es un poco tocho.

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    4. Coño tú., haberte fijao, que era Albert Espinosa... si sólo con leer el título ya bastaba... ; )
      Por otro lado, estoy completamente de acuerdo contigo. Además, en ese mundo ideal donde autores y lectores serían sus únicos y felices habitantes, al final los lectores tendrían que discriminar de alguna forma. ¿Y cómo lo harían? Pues fiándose de blogs como éste, sin ir más lejos o de publicaciones culturales o de recomendaciones de grupos de comunicación, etc...que supongo también tendrían sus propios intereses en promocionar a éste o aquél... es decir, que volveríamos a lo mismo, a que los más leídos serían quienes tuviesen acceso a la publicidad, pagasen más sobornos o una buena cuenta de amiguetes influyentes tipo Tongoy que los recomendaran. Eso sí, como no habría editores ni distribuidores de por medio, la pureza de todo el proceso se mantendría incólume.
      A mí, la verdad, me recuerda a cuando te tienes que poner tú mismo el combustible en la gasolinera, pero te cobran lo mismo que si te lo pone un empleado.

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    5. El lector puede leerte pero no te leerá si no te conoce. La diferencia cuando es el editor el que elige y excluye existe, es cierto, pero en muchísimos casos, la mayoría, es inapreciable porque el medio en el que se publica cuando no existe el editor también ejerce de filtro. Y el criterio que se aplica en este caso no está precisamente alejado de la comercialidad.

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    6. También de acuerdo con Jonan y Willie, el editor es el filtro; aunque cada editorial tiene su línea, en teoría, si te gusta una obra escogida por sus editores, te podría servir de orientación para las siguientes y evitarte así perder tu valioso tiempo en la búsqueda. Sustituir el criterio del editor por el del portal digital (el modo en que selecciona los libros que hace visibles para sus clientes que son los que más se compran salvo excepciones raras) es lo que anula esa libertad de la que hablaba Sr. Azul. Y además, por el camino, perjudica también a la literatura porque el editor la liará de vez en cuando pero al menos se lee (o eso debería) a los autores que elige para publicar y apoyar.

      Por eso yo creo que los autores, al final, a pesar de que ahora sí tenemos libertad para autoeditarnos y publicar sin editor, seguimos sin ser libres: pasamos a depender del medio en el que vendemos, lo queramos o no. Una solución sería vender tus novelas en tu propio sitio y ser realmente independiente pero ¿cómo darte a conocer con la sobreproducción de libros y autores?

      Además, yo sigo pensando que el editor que ayuda al autor a mejorar su obra existe.

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    7. Lo que argumentáis es que el editor es necesario porque hace labores de crítico.

      Pero el editor es un empresario y su trabajo es que cada inversión tenga un retorno. Por eso no puede hacer funciones de crítico. Inevitablemente lo monetario prevalece sobre lo literario. O eso, o la editorial quiebra y deja de existir.

      Y por esa misma razón, lo minoritario no tiene acceso a la publicación.

      Lo que permite el bajo coste de publicación del ebook es que se pueda publicar, precisamente, lo minoritario. Y eso hace que se pueda prescindir del socio capitalista, el editor, y hace aún más necesaria la labor del crítico.

      Necesitamos más críticos honestos, no más editores. Y más críticos que critiquen lo minoritario en lugar de estar repitiendo hasta la extenuación loas a Franzen, a Javier Marías y a Foster Wallace, por ejemplo. Por no hablar de los clásicos. Ya no necesitamos que nadie nos repita más veces que Kafka es genial. Lo sabemos.

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    8. No digo que el editor sea imprescindible, estoy bastante harta de que la mayoría de las editoriales no acepten manuscritos si no es a través de agencia o de sus amigos y conocidos, y de que las agencias no admitan a más autores más que a quienes les recomiendan sus amigos y conocidos. Estoy harta de que nadie, ya no hablo por mí solamente, pueda entrar por méritos que no sean su proyección como posible producto comercial o su fama en este mundo endógeno y de contactos que es la literatura y muchos otros. En los años que llevo intentando llegar a las editoriales y las agencias, solo me he encontrado dos editores que me han respondido amablemente con nombre y apellidos. Y, a uno de ellos, mejor no le hubiera conocido. Lo que digo es que sustituir a la editorial por el canal de venta es una equivocación. En la autoedición no solo está el autor y el lector, también está el portal donde vendes y ahí es donde está la trampa. Al final, existe una criba que tampoco depende de la calidad y que escapa, por supuesto, al autor.

      Y sí necesitamos más críticos honestos. No solo más críticos, más personas honestas.

      Por cierto, que muchos lectores también tienen esta sensación que tengo yo. Y eso también lleva al pirateo pero la autoedición no lo soluciona.

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  19. Hola, Carlos:

    permíteme que te responda a tu apología pirata contando el caso de primera mano.

    Como ya supondrás, LIbros malditos, malditos libros es un proyecto modesto. Una miseria según los baremos de hace unos años, pero algo que empieza a ser más habitual de lo que se cree, incluso entre escritores de cierto renombre y con un pene mucho más largo que el mío. Si se vendiera toda la tirada, lo que para mi modesta escala sería todo un éxito, las ganancias alcanzarían para renovar mi discreto parque tecnológico familiar (un portátil) y tal vez para un fin de semana en algún alojamiento rural con la parienta.

    El texto del libro ha estado ha disposición de quien quisiera, gratis et amore, colgado en mi blog personal durante un par de años. El libro vio la luz el 9 de mayo. Fue un parto discreto, sin publicidad y sin presentaciones públicas. Dos meses después, ya había quien lo solicitaba en las páginas piráticas a las que algunos acuden para hacer justicia literaria, como es tu caso, o para coleccionar la Biblioteca del Congreso en su iPad sin más pretensión que la de acaparar, como otros muchos hacen.

    Libros malditos es un caso difícil, pues intercala fotografías con los textos. Puedo decir orgulloso (ser pirateado debe ser señal de cierto grado de éxito en este mundo tan dos-punto-cero que nos ha tocado vivir) que ya me han robado. Algún altruista se ha tomado la molestia de escanear todas y cada una de las páginas del libro y fabricar un monstruoso pdf de 300 Mb. a disposición de toda esa patulea de justicieros, acaparadores con síndrome de Diógenes y lectores con pocos escrúpulos (la nueva población lectora del país, vaya tela). Y no importa si el libro se vende por 8 euros, 4 euros o 10 céntimos. No importa si existen bibliotecas públicas a la vuelta de la esquina. No importa si un iPad vale 600 euros. Lo importante es que por los libros muchos no van a pagar NADA. Y algunos, que encima viven (o sueñan) de esto, como creía que era tu caso, lo justifcan. Vaya tela.

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    1. Con tu permiso, Juan Carlos, y ya sé que la intervención es para Carlos, yo creo que aquí nadie está justificando el pirateo, y creo que Carlos tampoco, aunque ya es lo bastante mayorcito para defenderse él solo.

      Se trata, creo, de analizar las causas del pirateo y no contentarse con decir que somos un país de chorizos, que también, sobre todo para intentar frenarlo, porque por mucha ley que se apruebe esto es difícil de parar.

      Te pongo el ejemplo de Francia. Está muy, pero que muy mal visto eso de poner a gratis disposición de otros un patrimonio que, entre otras cosas, supone una parte importante de su prestigio y de su PIB. ¿Son menos chorizos que los españoles? Puede, pero seguro que algunas más cosas han hecho bien que nosotros. Insisto en que al menos yo no he defendido la piratería en ningún momento, pero en que un país donde a un pobre diablo que abre un chiringuito en la playa durante tres meses cobrándole unos impuestos de infarto la SGAE le cobre un mínimo de 40 euros al mes por poner música es un robo, sí o sí.

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    2. La argumentación ya me la conozco. Prescindiendo de adornos y fintas verbales, es como sigue: El precio de los libros es un robo, así que yo también robo y el equilibrio del universo se restablece.
      Vamos, ni Tomás de Aquino.

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    3. Yo no sé si en España hay más chorizos que en Francia (bueno, lo sospecho) o simplemente se les nota más... por la falta de glamour, supongo. Tampoco sé si descargarse cosas por la patilla es chorizeo o no... pero sobre las costumbres autóctonas, recuerdo un "experimento" por llamarlo así, que hicieron hace un tiempo en un programa de la tele (creo que El Informal): dejaban una bici sin atar en la calle, en diferentes ciudades españolas, a ver cuánto tiempo duraba sin que alguien se le llevara. Inevitablemente, antes o o después algún ciudadano la cogía , al darse cuenta de que no llevaba candado. Y cuando le preguntaban, respondían todos (en diferentes sitios, repito), con cara de asombro: "es que, como estaba ahí sin cadena ni candado, pensé que no era de nadie".
      No sé que hubiera pasado en Francia o en Suecia, como no sé qué harían en Marruecos , en la India o en Burkina Fasso. Pero en España, está claro.
      Pues eso.

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    4. El experimento de la bici lo hicieron los de El Intermedio.

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    5. Yo no defiendo la piratería. Yo compro libros. Pero compro libros a precios razonables. Mira, estaría incluso dispuesto a pagar por alquilarlos, del mismo modo que puedo alquilar películas o música (antes se hacía, ahora no sé). Lo que no es de recibo es ese atraco a mano armada. Lo que digo planteo es que la culpa no puede ser sólo del lector entre otras cosas porque en otros países los ebooks cuestan cantidades razonables de dinero y aquí parece que seamos todos millones. Lo que yo digo es que si bajamos los precios de un producto que se ahorra muchos costes (distribución e imprenta, para empezar) y le ahorra al editor el riesgo de tragarse las devoluciones de los productos vendidos (conocí un escritor que compró una partida brutal de sus propios libros para evitar que fuesen triturados) pues seguramente habrá más lectores dispuestos a gastar los seis euros. Porque los otros, los que se bajan todo lo que encuentra y presumen de tener 8000 libros en su ebook, ni son lectores ni son nada, si acaso un poco gilipollas. Lo que yo planteo es que el libro digital está ahí y la piratería está ahí y el lector está ahí y el escritor está ahí. El único que no está ahí (salvo contadas excepciones como PLaya de Akaba) es el editor, que parece que la cosa no vaya con él. Pues mira sí, va con él. Ya verás como cuando todo dios tenga un ebook se entera. Al tiempo.

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    6. Hola. Me he equivocado antes, Elena, quería poner "El Intermedio", pero me confundo con los nombres de estos programas.
      Por otro lado, estoy de acuerdo en que, obviamente, si se leyese más (ojo, en e-book, en papel o como fuera, si es que hay más alternativas, que no sé), seguro que bajaban los precios de las descargas: las editoriales mantienen el precio alto porque, para cuatro que se venden, prefieren ganar algo de pasta con esos cuatro, supongo... Y también es cierto que el precio de los aparatos (y no sólo de éstos, sino de la tecnología infórmática y digital en general, de los discos duros, el software, las lineas ADSL, etc...) es también más alto que en otros países de Europa. Pero como España es un país de listos (de inteligentes ya es otra cosa), ¿qué hace el personal? Desde luego, no renunciar a tener su Tele de plasma de tropecientas pulgadas con 3D, ni una tablet para cada miembro de la familia mayor de 3 años, ni los smartphones ni las consolas ni, es de suponer, el e-book.... lo que se hace es comprar todo eso buscando un chollo que te encuentra tu cuñao y luego piratear la señal de Canal Plus, bajarse pelis por la patilla, o ponerle la tarjeta ful al la Nintendo para que vayan los juegos piratillas (que les pregunten a los del sector del videojuego, a ver qué piensan del tema...) Y si no se piratean más libros es, sencillamente, porque se lee poco tirando a muy poco. Y lo que se lee suele ser el premio Planeta, la novela revelación recomendada por Francino o el best-seller de turno ese año, ya sea esotérico, erótico o policiaco (por cierto, menudo truño lo del Harry Quebert: parece un episodio de "Se ha escrito un crimen" pero sin sra. Fletcher tecleando tan pizpireta ella). Y a ser posible que sea un tocho gordo para que quede bien como regalo de Navidad o cumple, que es de lo que viven las editoriales. Pero no nos engañemos: la bajada de precios (que por mi parte, ojalá fuera así) no haría que se piratease menos, porque a los que les podría importar serían una minoría. El resto de la gente seguiría bajándose los títulos by the face, aunque luego no se los leyera (y, para acabar, dudo que todo dios llegue a tener un e-book, como no sea el que te regalan al hacer la Comunión. Lo que se lleva son las tablets, que puedes leer libros, sí, pero sobre todo jugar al Pou y "guasapear". Que a ver si os codeáis más con el pueblo llano y no sólo con los autores intelectuloides ésos, hombre).

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  20. A lo mejor es tan simple como concienciar a la gente que está pagando por algo que vale la pena.

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    1. Difícil solución si todo cuanto se publica se vende como la rehostia y luego es un remake de lo de la semana pasada.

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    2. Ahí está parte de la cosa. O ser algo más selectivos con lo que publica.
      ¿Sabías que una de las actividades económicas más potentes de Francia es la exportación de literatura?. Pues eso.

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    3. Aquí exportamos directamente a los escritores.

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    4. Y también exportamos lectores., ¿Que no? Fíjate en la cantidad de licenciados universitarios (que digo yo que algoleerán, aunque sean los libros de la carrera) que exportamos a Alemania, a Suiza, a Inglaterra...

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    5. Jaja, sí.

      Pongamos dos ejemplos: el Goncourt y el premio de la Academia y...¿el Planeta y el Nadal?. Los dos primeros generan expectación internacional y traducciones al instante. En los medios de comunicación se generan debates en prime time sobre si los escritores premiados merecían el premio o no, por qué sí, por qué no.... Eso al nivel más visible.

      Es increíble que aquí nadie se dé cuenta de lo mal que se están haciendo las cosas. Y luego dirán que las editoriales cierran por falta de lectores.

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    6. En España también se generan debates sobre si el premiado con el Planeta se lo merece o no. Sólo que, además, el debate se produce antes de la entrega del premio... ¡no somos chulos ni ná!

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  21. Los libros físicos podrían pasar a ser libros gourmet, libros con una calidad literaria muy alta, vendiéndose a unos 15 o 20 euros. Todo lo demás se podría publicar en digital, cada editorial con su página web con opciones de compra, entre 2 y 6 euros, incluso con secciones digitales en las propias librerías. Y si las ventas y el público aclaman una obra digital, ésta se publica en papel como premio al autor. La publicación en papel debería ser vista como algo que dé prestigio al autor y al libro, independientemente del beneficio económico.

    Si a mí me garantizasen que la mayoría de libros que hay en una librería son de calidad, seguramente piratearía mucho menos. Si pirateo es porque dudo de la calidad de los libros y no quiero pagar 15/20 euros para leer una basura. Nunca se me ocurriría piratear un libro de Pynchon, de Gaddis o de Bernhard, porque son obras maestras y merecen ser leídas en papel, porque es más placentero, y además, seguramente en un futuro quiera volver a ellas.

    Más allá de todo esto, hay que tener en cuenta que hay bibliotecas llenas de libros y que el único factor que hace que alguien compre un libro es la sensación de inmediatez y de estar leyendo algo recién salido del horno, quizás sea algo social. Esa tendencia del "ya" va en contra de la calidad literaria y a favor del marketing, ya que éste vende presente intentando evitar uno de los filtros más honestos que existen: el tiempo. Al final es Cronos el que acaba poniendo a cada obra en su sitio.

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  22. Es llamativo que nadie haya dicho una sola palabra de las decimonónicas condiciones de trabajo en Amazon–Europa. Creo que es bueno que la gente esté informada, aunque me temo que el consumidor-depredador estándar de nuestros días (por no hablar del autor a la búsqueda histérica de visibilidad) no querrá saber nada de este asunto.

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  23. Es que eso compete a los sindicatos, a los jueces, al gobierno que dicta las leyes laborales y a los ciudadanos que votan a ese gobierno que dicta esas leyes laborales. Si los consumidores nos ponemos estrictos en ese sentido, no podríamos comprar un libro en ninguna parte porque en todas cuecen habas. De hecho, al final no podríamos comprar ni un yogur.

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  24. El problema no es tanto que los libros digitales se vendan a un precio u otro, más caros o más baratos. La cuestión es que, por muy baratos que éstos se vendan, el lector que tenga la posibilidad de descargarlo por cero euros de "esa conocida web", se decantará por esta opción. No seamos cínicos.

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  25. Si no ponemos a hablar de lo que es justo y de lo que no lo es, no acabamos nunca. El tema que nos ocupa es más qué se puede hacer en este país con este problema y con las cosas como son.

    Dicen algunos que bajar el precio del ebook ayudaría. Yo creo que sí. Un libro cualquiera a 14€, se venderá X; a 9€ se venderá Y; a 3 se venderá Z. Vamos, digo yo.

    Entiendo que X<Y<Z.

    Qué es lo que tiene que pillar el editor por encontrar, promocionar (o no) y colgar un libro? Preguntón. No vale ir al modelo antiguo y, a partir de él, ir haciendo. Hay que separar negocio papel de negocio ebook, cada uno con su cuenta de resultados independiente y política específica para su público específico.

    Yo, que no soy nada más que un payaso, creo que el libro de papel tiene que ganar valor como cosa. Para competir con el ebook, ya no vale con imprimir en blanco y negro. En muchos casos se le puede sacar valor artístico, "coleccionístico" o como regalo. Rollo Taschen aplicado a la novela.

    Yo mismo, si tuviera tiempo y ganas, lo haría con mi obrita maestra. Con mi dinero, obviamente, pues me sale por las orejas, así como las propuestas de yacimiento. Le pondría tapas de cuero, dibujitos, gramages diferentes, colores, fotos, relieves, una balanza de precisión de regalo, o un número de lotería, etc. Y me lo pasaría pipa, probablemente.

    Para la versión ebook (o para las dos, qué coño), pues dos o tres dialoguitos extraídos del texto, más o menos salerosos, filmados con cámara digital y dos chavalillos de 16 años que se prestasen a ello por la patilla probablemente. Se sube a Youtube y a ver si gusta. Y si no gusta, pues a seguir yaciendo.

    Eso haría si tuviese más tiempo y no fuese un holgazán de tomo y lomo.

    Pues por ahí creo yo que pueden ir los tiros. Fijaros en McSweeney's. Dónde coño está el Eggers español?

    Pero faltan pelotas, creo. Y dinero, claro. Pero yo no soy del gremio. Yo ya hago mal lo mío. Ellos que sigan haciendo mal lo suyo.

    Quique

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  26. Yo creo que si el pan vale más de 20 céntimos lo voy a robar. 20 céntimos es lo más que estoy dispuesto a pagar por una barra de pan. Si no quieren que robemos el pan que lo ponga a 20 céntimos.

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  27. La única razón por la que se piratea los libros y la música es clara: Porque se puede.

    Si se pudiera coger un ipad gratís se haría, y lo mismo con la comida, ropa (por cierto bastante más necesarios para la supervivencia que la lectura de un libro por muy bueno que este sea) o con cualquier otro producto que queráis imaginar.

    Algunos ponen paños calientes en su conciencia, buscan su autoindulgencia con argumentos rocambolescos o lamentables. Todo mentira.

    Yo pirateo, pero al menos sé que no es algo éticamente correcto. Me estoy quitando, eh, pero es dificil. Es tan comodo y barato.

    Pero si yo escribo un libro y quiero venderlo a 100 euros y no te llega, pues te jodes. A mi el solomillo y la langosta también me parecen caras y por eso no me las llevo a casa metidas en la entrefaja.

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    1. Pues eso. Cuestión de cultura, pero a todos los niveles.
      En el país de los pícaros si el menor de ellos tiene remordimientos de conciencia será porque le parezca que no está siendo 'honesto'. Pero si no hay 'honestidad' en ninguna parte simplemente pensará que no va a ser él el único que haga el primo, así de simple. El hombre es un ser de comportamiento imitativo.

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    2. Hay una diferencia fundamental: si te llevas una langosta, nadie más que tú se la come. Si haces una copia de un archivo epub que hay en mi ordenador, todo el resto del mundo sigue igual, no has DISMINUIDO ni un ápice las posesiones de nadie en el mundo.
      Si oyes un chiste por la calle y luego lo cuentas tú, tampoco le has "quitado" nada a nadie.
      Hemos vivido en un mundo en el que la tecnología disponible creaba ciertas oportunidades y la gente las aprovechó. Ahora empezamos a vivir en un mundo con tecnologías y oportunidades diferentes.

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    3. Por cierto, no se entienda esto como una defensa a Amazon, que empresarialmente deja mucho que desear, por muy gustoso que sea el servicio que presta

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    4. Yo solia gastar 200 euros al mes en libros hasta que me entere de que la mayoria de los escritores son unos muertos de hambre, pero que hay unos poquitos que viven como reyes. Es culpa mia?


      Si yo pirateo un libro de Anagrama es porque puedo, porque cuesta 20 euros y porque Herralde es un arrogante que trata a los lectores de ebook como gilipollas.

      No solo eso, si no que no voy a pagar por ningun libro de Anagrama de papel simplemente porque me caen mal. Si no encuentro un libro de Anagrama pirata, no lo leo y punto.

      Pero no pienso darles un duro porque tengo alternativas: puedo jurar que Anagrama no pierde ni un solo euro conmigo.

      Tambien me caen mal las farmaceuticas, pero no puedo robar unas aspirinas y no puedo prescendir de ellas, asi que me jodo yo.

      Es la guerra, y la musica, libros y cine es el unico frente en el que va ganando el consumidor. Asi de claro.

      Y al igual que muchos, los ebooks de Mondadori si que los compro porque valen 6 euros.

      Asi que no es solo una cuestion de etica y de poder.

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    5. Si te comes una langosta nadie más se la come. Si les copias los planos a un arquitecto, o la idea a un científico, o un concepto a diseñador tambien puedes decir que NO HAS DISMINUIDO LAS POSESIONES DE NADIE,. Simplemente le has birlado su trabajo y su tiempo CONTRA su voluntad.

      Si yo escribo un libro y llego a un acuerdo con un editor y quiero venderlo a 400 euros aunque no venda un puto libro creo que tengo que tener el derecho de hacerlo. Sino vendo libros peor para mi, ya bajaré el precio.

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  28. Plenamente de acuerdo.
    Sobre este tema, y en verso: http://abordodelottoneurath.blogspot.com.es/2013/09/la-cancion-del-pirata.html

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  29. No había leído una defensa de la piratería tan clara desde los tiempos en que la reina de Inglaterra alababa a Francis Drake. Se nota que Carlos Glez Peón lo único que desea es hundir y saquear a los escritores, editores y libreros. Qué asco de post.

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  30. Hoy, como me siento generoso, voy a dar por hecho que todos los que escupen condenas a la piratería no se han bajado ni una triste película en su puta vida. Y me lo voy a creer, además. 

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  31. No, yo nunca me he bajado una triste película, ni siquiera una película triste: me gusta la comedia. Ya sabes lo que se decía cuando éramos niños: antes de acusarme te acuso, aunque solamente sepa que yo lo he hecho. Vamos, hombre, estás hablando de libros no de cine. Si quieres hablar de cine, monta otro blog.

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  32. Para hablar de ética estamos. Yo no pirateo nada, quizás porque me gasto 250€ al año en libros, por decir una cifra. Pero opino que si la "industria" quiere sobrevivir, existen opciones más allá de echarle la culpa al empedrado (aunque la tenga).

    Y en eso debería estar. Escuchar lo que los consumidores opinan no parece mala idea. Por lo demás, estoy de acuerdo con Quique, que soy yo.

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    1. En realidad, Quique, el porcentaje de libros pirateados para leer es infimo. La mayor parte de la gente que se descarga un libro pirata no se lo hubiera comprado nunca, o sea que no hay perdida real, de momento. Puede haberla si los ebooks se venden casi al mismo precio que el papel.

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  33. Quique, Tongoy, Carlos Enrique: el término es "pirata".

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  34. ¿El que piratea puede ser considerado consumidor o para ser considerado consumidor (aunque sea consumidor potencial) es necesario pagar por un producto? Creo que dependiendo de cómo se responda a esa pregunta uno toma políticas de precios y de marketing diferentes (o directamente cierra el chiringuito y pasa a otra cosa). Me parece que las editoriales en español, salvo alguna excepción, consideran que la persona que piratea no se volverá consumidor nunca, por más que se baje el precio y se facilite el acceso al producto. Supongo que la idea de que bajar los precios no aumentará el consumo se basa en que, por ejemplo, y según tengo entendido, desde que se instaló la crisis la venta de libros de bolsillo ha disminuido muchísimo: los lectores de “supermercado”, como le dicen en algún gran grupo, que estaban dispuestos a pagar poco pero, al ser numerosos, movían grandes cantidades, han desaparecido, ya no gastan en libros.
    Además, creo que las editoriales ya no tienen en cuenta como “mercado” al número de lectores de literatura “seria” (me refiero a lo que está por fuera de los bestsellers, del libro de moda y de los premios planetas) porque somos poquísimos y con esos poquísimos es casi imposible siquiera sobrevivir y pagar los costes (de hecho, las editoriales que peor lo llevan son las medianas, ya que tienen unos costes demasiado elevados que no pueden cubrir; en las pequeñas, en donde una o dos personas hacen todo, se vuelve un poco más sencillo; por su parte, las grandes apuestan por el bestseller y punto).
    En mi opinión es un error de las editoriales porque, por más que no sean numerosos, están perdiendo un círculo de consumidores que, en realidad, suelen ser bastante fieles. Creo que al darle la espalda a esos pocos lectores y, por otro lado, pretender continuar con esas maquinarias que son los grandes grupos los llevará a la ruina. Por dar otro ejemplo: Tusquets volvió a fusionarse con un gran grupo, todo parece indicar que el movimiento es hacia el mismo lado, hacia la búsqueda del bestsellers; pocos, o casi ninguno, se atreve a intentar algo nuevo, arriesgar.
    Si bien no estoy del todo de acuerdo con usted, señor Tongoy (aunque en algún momento me pareció algo contradictorio y no me quedó claro su postura, ya que el título dice “apología” de la piratería y luego, en un comentario, dice “yo no defiendo la piratería”), me parece un planteo interesante y que debería ser tenido en cuenta por quienes deciden estas cosas. Si algo no cambia, los libros de literatura pasarán a circular como lo hacen los libros de poesía. Por mi parte, como no tengo un duro y soy muy malo con las tecnologías, compro en los mercados de usados (que si hablamos de ética, al fin de cuentas, para la contabilidad de una editorial, viene a ser lo mismo: ingreso cero). Muy buen artículo.

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    1. Parece contradictorio porque es contradictorio. Digamos que apoyo la piratería en la misma medida que la rechazo. Lo ideal en un mundo ideal sería un mercado con precios que no obligaran a dejar de comer para poder leer. Hay gente que vive en los mundos de Yuppi. Y yo me considero afortunado, que tiro de biblioteca con fondos, pero no todo el mundo puede decir lo mismo. Decía alguien en facebook que la alternativa es dejar de leer. Y bueno, tiene razón pero seguiríamos escuchando los mismos lloriqueos. 

      ¿Seguiría pirateando si bajasen los precios? Solo hay una forma de saberlo, pero ya le adelanto que soy de los que siguen gastándose demasiado dinero en libros tanto físicos y virtuales. Y me consta que no soy el único.
      Con este post lo que pretendo, más allá de invitar a la piratería, es provocar una reacción, aunque sea en mi contra. No sé explicarlo mejor. El post está ahí. Creo que al lector hay que cuidarlo y recompensarlo y más ahora que están las cosas como están y algunas editoriales todavía tienen margen de maniobra. Créame, no tengo ningún interés en que Jon Bilbao deje de escribir y estoy convencido de que al mismo Jon no le gustaría que yo dejase de comprar sus libros. Ahora, Tusquets mueve.

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  35. Y es que además ¿cuál es la ventaja de un ebook, entonces? Te compras un kindle que se supone que amortizarás con el dinero que ahorrarás en papel, y luego resulta que vale casi lo mismo. Para eso te sigues comprando los libros en papel, no?. Y si es por espacio, pues te desprendes de los que no vayas a volver a leer y punto. No tiene sentido crear tecnología para nada.

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    1. NO te pases. El ebook tiene muchas ventajas. Una es que puedes comer pipas en el parque un día de viento sin perder NUNCA la página. Juro por dios que así es. Increible. Y otra ventaja es que si el libro es un mierda puedes pasar a otro sin tener que llevar veinte en la mochila.

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  36. Yo, como ya he dicho antes, no estoy seguro de que el pirateo de libros, pelis, etc... se pueda considerar "robar", en sentido estricto (tampoco estoy seguro de que sea "robar" lo que hacen Bárcenas y sus amigos, pero muy bonito no parece)... en todo caso, sí que tengo claro que están disfrutando (o padeciendo, según) gratuitamente de una creación literaria a cuyo creador le gustaría que pagaras por hacerlo y ha puesto las disposiciones necesarias para ello (edición tradicional o digital). Supongo que el problema, en el fondo, es que no pone las disposiciones SUFICIENTES: muros, alarmas, rejas, guardias de seguridad, perros guardianes, respuesta armada ante los intrusos...yo qué sé, algo en plan americano: NO TRESPASSSING, UNDER YOUR RESPONSABILITY... o por lo menos, como en El Corte Inglés, unos arcos electrónicos y un menda con una caquetilla roja y un walkie-talkie... Vale, tampoco seré yo quien defienda al Corte Inglés, a la editorial Planeta o a Menoscuarto, que son todos siervos del Estado Imperialista de las Multinacionales...
    Ahora bien, por lo que no paso es porque se insulte a mi escasa inteligencia, que para hacerlo ya estoy yo: no me trago el argumento de que la gente se baja las cosas por la cara como represalia porque las editoriales, en este caso, son muy malas y se dedican a sacarle la guita al comprador y, (aún más flipante) explotar malamente al sufrido autor del libro... o que, como ha insinuado el sr. T. todo el mundo lo hace, en mayor o menor medida, así que es sólo cuestión de cantidad.... me recuerda a cuando le comentas a alguien que defiende a los políticos corruptos cómo puede hacerlo y te responde el consabido: "Tú también lo harías" o "El que no lo hace es porque no puede"... pues mira, eso, para este caso es verdad: el que piratea es simple y llanamente, porque PUEDE. Y no va a tener un radar de la Guardia Civil vigilándole ni a un inspector de policía tras su pista ni le van a detener por hacerlo, ni un juez le va a encausar. Y ya está.
    En todo caso y para acabar con ánimo positivo este mi enésimo comentario (prometo que va a ser el último, aunque ahora alguien me ponga a caldo), creo que al menos todos estamos de acuerdo en una cosa: el precio de los libros digitales es excesivo, por lo general, y así no hay manera. Las editoriales, pues, que se pongan las pilas. Los escritores, que escriban (y que no tengan que pasar su tiempo elucubrando maneras de promocionarse en la red, en vez de hacerlo). Y los lectores, que lean o leamos, a ser posible generando un beneficio mutuo para todos.... Coño, qué bonico me ha quedao...

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    1. No me respondas, Jonan, que entre tú y yo llegaremos a los 500, jaja, pero como decía el anónimo de las langostas antes, si pones un libro a 100 euros porque te da la gana, y si puedes lo compras y si no te aguantas, y si ese mismo libro puedes cogerlo sin pagar nada, aunque ni se te hubiera pasado por la cabeza comprarlo, por chulo, más que nada, qué harías? ¿Quién tiene menos 'ética'?

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  37. Vamos a ver, Mongoy: ¿cómo es posible que confundas publicar con escribir? ¿Tú crees que Jon Bilbao va a dejar de escribir porque Tusquets no baja los precios? ¿Cómo es posible que confundas de nuevo comprar libros con leerlos? ¿Cómo se puede ser tan contradictorio? Dices que tiras de bibliotecas y a continuación, en los comentarios, que el único camino es comprar libros... Dices una cosa en el post (defender el pirateo) y después que ni una cosa ni la otra sino todo lo contrario. No lo tienes claro. Words, words, words... Este blog se está quedando sin ideas, y es una pena con lo que gana el autor con él. Todo el mundo sabe que estos blogs se montan para que el autor reciba libros gratis de las editoriales, de todas, y no gastarse un euro. Luego se niega la mayor y aya está, todo aclarado. Y una mierda: que recibas libros gratis de las editoriales y luego defiendas el pirateo solo dice de ti que perteneces a la secta del cretinismo.

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    1. Jesús vaya comentario...
      lo de no vender y que dejen de publicarte le dice usted a su mamá que se lo explique. Sobre lo otro: atento, a ver si es capaz de seguir la bolita sin perderse: yo tiro de biblioteca y unas veces los leo y otros no. A veces pido por pedir y otras no. A veces compro en digital, a veces en papel. Según me dé. Unas veces los leo, otras no. ¿Me sigue? Todos los de pálido fuego los he pedido a la biblioteca y también los he comprado. ¿Que le parece? Genial, no? Así me aseguro que otros también los conozcan. No tiene que darme las gracias, lo hago encantado.

      Los libros que recibo de la editoriales se cuenta por millares, efectivamente. Están todos deseando mandarme sus libros. Donde antes tenía el buzón, ahora he puesto un contenedor. Y ni con esas.

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  38. Otro día habría que hablar del precio de los libros en papel. Un mismo modelo de tele te puede costar 400 euros en la fnac y 350 euros en el Carrefour, pero el precio de un mismo libro (nuevo, no de segunda mano) siempre es el mismo, lo compres en La Casa del Libro o en la papelería Jospita de tu barrio. ¿Es esto libre comercio? ¿Es justo para el consumidor?

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  39. Hola a todos:

    Me sumo al debate.

    Me ha llamado la atención un comentario anónimo más arriba: “en esta guerra, la batalla del cine y los libros la está ganando el consumidor”. En realidad, podríamos apuntar que si alguien puede bajarse una película de estreno pirata es únicamente porque hay espectadores que todavía van al cine a ver la película y pagan por ello. Si este grupo de espectadores decidiesen que ellos también se merecen ver la película gratis, entonces la batalla para el consumidor no creo que estuviese ganada, porque se dejarían de hacer películas. ¿Cuál sería la alternativa? ¿Ver vídeos caseros grabados en el jardín? ¿Renunciar a un arte que nos hable del presente y poder sólo disfrutar del arte del pasado?

    Sobre los libros de Anagrama: igualmente si todos decidiésemos que nos merecemos los libros de Anagrama gratis, dejaría de haber traducciones de libros de Anagrama. Los libros de los españoles ¿estarían en una plataforma gratuita? ¿Y cómo podríamos saber en esa plataforma cuál podría ser un libro como los de Anagrama y cuál no?

    Si no se puede ganar dinero con las películas o la traducción de libros estos bienes desaparecerán y al final la libertad ganada por el consumidor será la de buscar en el desierto que va a ser la red, donde la libertad de conseguir los nuevos productos pirateados sólo funciona como un modelo parasitario del mercado establecido. Los consumidores piratas no quieren un vídeo casero ni el libro de un aficionado, quieren el último estreno cinematográfico y la última traducción (de un libro seleccionado por una editorial americana y ensalzado por la prensa escrita y pagada de Norteamérica). Si todo el mundo piratea, el huésped muere y el parásito también muere porque no tiene nada que parasitar.
    La libertad real de internet sería que se crease un mercado alternativo al oficial: como pienso que el mercado oficial de libros no funciona, lo dejo de lado; yo sólo leo los libros de autores desconocidos que los dejan de forma gratuita en la red, y considero que estos son los únicos y verdaderos escritores ya que no están ensuciados por un mercado que considero corrupto (sólo se publica a amigos, etc.). Esto sí que sería ser un pirata rebelde.
    En realidad, la supuesta libertad de internet ha sido promovida por multinacionales, como google, y por santos laicos como Steve Jobs, o Bill Gates: que ellos ganen dinero con sus bienes/servicios está bien, que lo ganen otros (creadores) no. Si en la tienda de informática de vuestro barrio se pudiesen roban los Macintosh, entonces la gente los robaría porque los Macintosh son muy caros. Como no se pueden robar la gente los paga y no hay debate sobre el precio de los Macintosh; de hecho ganarse el dinero es eso te hace ser cool. El debate sobre el precio de los libros sólo empezó en España cuando internet permitió que se pudiera conseguir a 0 euros.

    (sigue abajo)
    Jorge Varlotta

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  40. Viene de arriba:

    Leo en facebook que una editorial se queja porque les piratean los libros digitales que venden a 0.89 euros. Creo que con esto queda dicho todo sobre que el problema son los precios. En realidad, hablando en términos económicos, estábamos hablando de la utilidad marginal y del coste marginal. Si la utilidad marginal de leer un nuevo libro (x útiles) es > que su coste marginal (cero euros en el caso de los libros pirateados) al consumidor le va a interesar piratear ese libro. Así que cualquier precio > 0 hace que la piratería esté justificada. Dudo de las consideraciones morales sobre el tema. Si creo en las puertas al campo (y como decía Rafael Reig: ¿qué no se pueden poner puertas al campo?, que se lo pregunten a la duquesa de Alba),

    Más economía: la revolución industrial se inició en Inglaterra entre otras cosas porque durante los siglos pasados se había establecido el primer sistema de patentes del mundo. Si alguien inventaba algo que supusiese una mejora en las técnicas de navegación de la época, por ejemplo, ganaba dinero si algún armador usaba su invento. Esto aportaba incentivos a la investigación, y había más inventores interesados en tener ideas. Esto contribuyó a que Inglaterra se convirtiera en la primera potencia mundial de la época.
    ¿Qué los escritores no tienen incentivos económicos, que solo escriben porque quieren? Me uno al comentario de Juan Bonilla: ¿Es mejor la literatura del siglo XX que se ha producido en Somalia, donde nadie puede ganar dinero escribiendo que la literatura norteamericana del siglo XX, donde nadie piensa que no debe cobrar por lo que escribe?

    Jorge Varlotta.

    Saludos

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    1. Y perdona, Jorge, que en general estoy de acuerdo con tu exposición, pero ¿tú crees que alguien que se piratea un libro que vale 0.89 euros es significativo o es un colgao?
      A ver, que me parece que estamos dramatizando todos un poco. Claro que hay gente que se baja lo que pilla por el simple hecho de que sea gratis, pero no es, ni mucho menos, la mayoría. También hay gente que se llena la mochila de los libros que regalan las bibliotecas públicas por Navidad y no son para leer, sino porque hay una pila encima del mostrador para que la gente coja uno.

      Simplemente se trata de ver si tiene algún sentido que los ebooks sean igual de caros que los libros convencionales en España, porque en otros países no es así.

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    2. En mi opinión los que piratean a destajo no leen a Richard Ford o a Eugenides y mucho menos a Pynchon. (En realidad nadie lee a Pynchon). No, al menos, masivamente. La literatura de la que hablamos en este y otros blogs del estilo, es minoritaria. A ver quién es el chulo que encuentra pirata el libro de Chimal, por ejemplo. Los pocos que piratean estas cosas no suponen una amenaza para nadie.
      También es verdad que hay excepciones pero estoy con Ire: aquí se dramatiza mucho. Ahora va a resultar que cualquier vendería cientos de ejemplares si no lo pirateasen. Anda que...
      Si yo pido que bajen los precios no es para tocar los huevos sino para poder seguir comprando libros y que el sistema no caiga. Que no será igual está claro, pero hay grises.


      Lo dije en facebook y lo repito aquí: ME HAN CONVENCIDO. A partir de ahora, libro que no me pueda comprar, libro que no leeré. Así todos contentos. Seguro que así irá todo mucho mejor.

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    3. Interesante comentario; pero creo que nadie dice que un escritor no deba cobrar por su trabajo.

      Ya que hablamos de economía, el hecho es que estamos demasiados plegados a la ley de la oferta y la demanda, que ni siquera es una ley (entendido como algo impepinable), sino una opción, una alternativa.

      Si yo produzco algo que me cuesta 10, en vez de venderlo a un precio en función del coste (a 12) lo voy a vender al máximo precio tal que el mayor número posible de gente lo compre (a 100).

      Lo vendo a 100 porque soy libre de hacerlo; pero esa libertad es a costa del consumidor. A 10 el consumidor tiene la opción (la libertad) de comprarlo o no, pero a 100 no tiene esa opción sencillamente porque no se lo puede permitir.

      Entonces, si hablamos de langosta, pues hijo mío, come Gallo, nadie te manda ser un gourmet. Pero si hablamos de medicamentos, la libertad que se toman las farmacéuticas para establecer precios tiene efectos muy graves en según qué poblaciones.

      ¿Y los libros?, ¿dónde están?

      Como los libros permiten el róbo fácil y anónimo, se abren los caminos:

      Si es a 10 puedes comprarlo, robarlo, o renunciar.
      Si es a 100 puedes robarlo o renunciar.

      Así que si lo robas, ¿estás causando un perjuicio económico?

      Pues la respuesta es que SÍ depende del precio. Sí y mil veces Sí, se pongan como se pongan, por mucho que alguien haya encontrado su libro de 89 céntimos pirateado.

      El jaleo viene a cuento de que ahora la "ley" de la oferta y de la demanda se tiene que plegar a este hecho, y no se puede ignorar a la hora de decidir el precio de un producto.

      El jugador más listo, en este negocio y muchos otros, es el distribuidor.

      El distribuidor dice: conecto a productor y consumidor, ambos dependen de mí, así que voy a poner una tarifa que me deje un margen espectacular. ¿Por qué? Porque puedo.

      El mismo razonamiento que hace un pirata cuando se baja el libro. ¿Cuál es la diferencia, entonces?

      Que uno lo ha hecho durante mucho más tiempo.

      Así que no entiendo cómo a un autor le molesta más que le pirateen un libro que el hecho de que por cada libro vendido haya un montón de intermediarios que van a recibir por esa venta mucho más dinero que él.

      Y el editor, como dicen en mi pueblo, a verlas venir.

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    4. En la sociedad de consumo o de libre mercado, el precio de los productos ya sean libros, langostas o mercedes clase S lo ponen los que los venden, libremente (excepto los alimentos de primera necesidad, algo de lo que no estamos hablando). Y los posibles compradores, los compran también libremente, evaluando si el precio que se pide les parece adecuado o no.
      Pero lo que es absurdo es pretender que si el precio es demasiado elevado, eso justifica que el comparador se lleve el producto sin pagar por ello. Si a mí me gustan los Mercedes clase S, pero no puedo o no quiero pagar los 100000 € que cuestan, eso no me da derecho a robarlo del concesionario.... Sí, ya sé, no estamos hablando de Mercedes, pero tampoco de langostas, como ha puesto alguno por ahí (supongo que un lector de DFW) ni de libros de 100 euros, que tampoco hay tantos.
      Según tú, el malo de la película es el distribuidor, que gana unos porcentajes abusivos con los libros, porque puede... bueno, y tú puedes comprar ese libro o no hacerlo. O puedes piratearlo.
      Y el que piratea, efectivamente, lo hace porque también puede. Pero resulta que el distribuidor, el editor o el propio autor, no pueden hacer nada al respecto. Luego no es un sistema de mercado libre y justo para todos, ciertamente.
      En cuanto a porqué los autores se molestan más por el pirateo que por los porcentajes que se llevan los distribuidores, la respuesta es obvia: de un libro vendido legalmente, el autor se puede llevar, digamos que un 10% del precio, es decir, que si cuesta 20€, él se lleva 2. Eso, aunque los malvados distribuidores se puedan llevar el 50% del precio final. Pero de un libro descargado ilegalmente, el autor se lleva el 0% es decir, 0 €... ¿Tú que preferirías?
      Por cierto, comenzaste tu comentario afirmando que nadie dice que un escritor no deba cobrar por su trabajo. Yo creo que sí que lo dice alguien: al final, lo has dicho tú.

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  41. Completamente de acuerdo con Jorge Varlotta. El pirateo no conseguirá mejorar la literatura, solo acabar con ella. Los piratas son lo peor y aquellos que defiendn au práctica solo quieren acabar con ella.

    Rogelio.

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    1. Eso está más claro que el agua. Pero si existe, y existe, habrá que intentar acabar con la mentalidad tan española de 'a ver quién pilla', solo eso, porque nadie, absolutamente nadie, parece ver más allá del momento concreto. Sin creadores no hay cultura, pero sin lectores tampoco.

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  42. Hola...ejem... sé que antes he escrito que no iba hacer más comentarios, pero entretanto se me ha ocurrido una reflexión que no puedo evitar compartir aquí, con vuestro permiso. No es exactamente sobre el pirateo, sino sobre lo que podemos entender hoy día, en Espña, como "políticamente correcto". Todos sabemos lo que significa esta expresión, o lo que ha acabado por significar: decir lo que consideramos conveniente en público aunque pensemos lo contrario en privado (concepto surgido, si no me equivoco, en las universidades americanas de hace 30 años o así: leer "La mancha humana" para más ahondamiento). Vale. Lo que ocurre es que en España y en estos tiempos, se ha dado un cierta inversión de esta idea, creo yo, al menos en sus diferentes versiones ya sea en el espacio público o el privado. Me explico: todos coincidiremos en que, en un ámbito público, no es educado ni conveniente hacer declaraciones contra los inmigrantes extranjeros y mucho menos que suenen racistas. Ahora bien, en el ámbito privado, en la calle, para entendernos (o en el bar, en el trabajo, con nuestros familiares o amigos), ¿cuánta gente no tiene que morderse la lengua cuando oye soltar con total alegría precisamente esas expresiones xenófobas o racistas? ¿Quien se atreve a llevar la contraria a la mayoría popular que se expresa de esta forma? (digo se expresa o piensa, no que toda la población pertenezca al Ku Klux Klan, por fortuna: en eso, como en otras cosas, España no deja de ser un país de bocachanclas). En ese ámbito lo "políticamente correcto" es precisamente lo "incorrecto. Lo mismo ocurre cuando hablamos de corrupción política: enprincipio, todos estamos en contra, claro,e indignados como los que más al oír hablar de sobres, enchufes y pasteleos. Pero luego las conversaciones que se oyen son del tipo: "Para que lo hagan otros, que lo hagan los míos"..."Tú también lo harías"..." Total, si son todos iguales, qué más da..." y a muchos nos toca asentir o poner cara de circunstancias por no discutir.
    Pues con el pirateo digital, igual: en público, delante de los medios, nadie se atrevería a decir que le parece de perlas bajarse gratis total las pelis y los libros y que se jodan las editoriales y los autores. En privado, lo "políticamente incorrecto-pero-correcto" es todo lo contrario: todo el mundo tiene claro que pagar por lo que se puede conseguir de esta forma es de tolays. Y pero aún: el que nos trate de convencer de lo contrario, me está llamando ladrón, y eso no se lo consiento ni a mi padre.... Y además, lo que mola , para qué engañarnos, no es ser el Pepito Grillo de la peña, sino ponerse una careta de Guy Fawkes (famoso terrorista ultracatólico del s. XVII) y declararle la guerra ala SGAE, a Dreamworks y al Grupo Planeta. Pero desde el sillón, delante del ordenador y con unas birritas...
    Y ya me callo. Gracias.

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    1. NO seas malo. Ahí arriba hay uno que no piratea nunca. Yo me lo creo. Y a los que sólo ven los documentales de la 2, también.

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  43. De todas formas, parece que no está muy lejos eso de cargarse al editor que algunos deseáis, pirateando o autoeditando o como sea: http://antinomiaslibro.wordpress.com/2013/09/16/hemos-tocado-fondo/

    Digo yo que algo no cuadra: si los precios pudieran bajar como pide Tongoy y otros muchos, ¿sería este el panorama?

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  44. Qué coñazo con que lo justo y lo injusto, el bien, el mal y la madre que parió a Celso Castro.

    Es una putada la piratería, sí. Es injusta, es perversa, es peligrosa. Sí, sí, sí.

    Si se puede evitar, evítese. Si no, a ponerse las pilas el mundillo o van todos de cabeza a la mierda.

    Quique

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    1. Soy escéptico en materia de ética, es decir, no cognoscitivista, tanto desde el punto de vista ontológico como gnoseológico. Me conformo con un intuicionismo tentativo. Lo curioso, Quique, es que los apologistas del pirateo (o al menos la gran mayoría de ellos) son tipos totalmente convencidos de que está moralmente justificado piratear o, peor todavía, que piratear es un bien en sí. Este tipo de objetivismo ético de corte tendencialmente absolutista es, me parece, el que hay que combatir en cualquier cuestión controvertida. Por eso, no es un coñazo hablar de lo justo y de lo injusto, del bien y del mal (y sí es un verdadero coñazo hablar de la madre que parió al autor que citas). Cordialmente, as you know.

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    2. No piratean porque justifiquen el pirateo, sino justifican el pirateo porque piratean. Es decir, porque les interesa justificarlo. Como se hace sobre tantas otras cosas, por otro lado....

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    3. Eso es exactamente lo que he querido decir.

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    4. Yo no he dicho o contrario. Digo que el problema de la "industria" es sobrevivir al pirateo y que tiene dos opciones: discutir acerca del bien y del mal mientras se les va el negocio a tomar por el culo o buscar la manera de adaptar el negocio a la realidad, que es la que es, nos pongamos como nos pongamos.

      Yo que están más en la 1 que en la 2. Y creo que deberían estar más por la 2 que por la 1. Toma opinión maliciosa.

      Vamos, que no pienso pedir perdón por no apetecerme (por inútil) hablar del bien y del mal.

      En cuanto a esto último de que justifican el pirateo porque piratean, estoy de acuerdo. Es naturaleza humana. Te podría poner setecientos ejemplos.

      Quique, que te quiere.

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  45. Tengo muchísimo interés en que mis hijos aprendan a gastar dinero en libros, en cine, en música, en todo lo que se puede piratear. ¿Por qué? Porque fui un niño y un joven pobre ( Qué penita!) y me di cuenta pronto que las gentes cultivadas gastaban dinero en entradas al cine, a los museos, a los teatros, gastaban dinero en libros y hermosos discos de vinilo. Sin embargo, tardaban en renovar ciertos aparatos que los pobres renovaban enseguida: las teles, los electrodomésticos, el coche, etc. La cultura es el lujo y el placer de pagar por ella. El todo gratis es un engañababos para las clases populares, para que nunca sepan dónde está el valor y lo confundan con el precio. Mientras pagamos un dineral por ordenadores, móviles, tabletas, ebooks y demás soportes, estamos perdiendo de vista que los contenidos tienen además de valor precio. Y lo vamos a pagar caro.
    Saluditos amigos.

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    1. No lo has entendido. Lo que ocurre es que Planeta, Mondadori, Anagrama y Lengua de Trapo son entes malignos creados por Sauron mediante artes nigrománticas para extender la oscuridad por la Tierra Media. Sin embargo, Apple, Microsoft, Toshiba, Google, etc... son ONG's que tan sólo tratan de conseguir la fraternidad y la armonía universal, mediante la conversión del mundo en una globosfera digital, de carácter humanista, igualitario y, sobre todo, gratuito.
      ¿No lo sabías?

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  46. El gobierno prepara un endurecimiento del Código Penal contra la piratería:

    http://cultura.elpais.com/cultura/2013/09/18/actualidad/1379531206_301491.html

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  47. Estoy en desacuerdo con la práctica de la piratería. A pesar de eso, quiero contarles mi experiencia, desnuda y sin adornos, por si pudiese interesar a alguno.
    En 2008 publiqué una novela. Un año después, cuando la editorial me informó que llevaba cuatro mil ejemplares vendidos, descubrí que en un sitio de internet podían descargarla gratuitamente. Ese sitio tenía además la desfachatez de anunciar la cantidad de descargas. Así pude saber que ya se la habían descargado alrededor de veinticinco mil veces. ¿Pero qué creen? Pues que a pesar de eso, el año siguiente mi libro todavía vendió unos tres mil ejemplares más en librerías.
    Para que quede claro: con todo y las descargas piratas, el libro vendió algo más de siete mil ejemplares en librerías.
    Cinco años después, tiempo presente, el libro ya no está en librerías, pero la editorial sigue teniendo los derechos. Firmé un contrato por cinco años, que están a unos meses de fenecer. Mientras tanto, he encontrado por casualidad a cuatro o cinco personas en diversos sitios de internet preguntando dónde pueden encontrar mi libro. Lo que he hecho es ponerme en contacto con ellos para enviarles la novela, porque tengo el pdf que en su momento me envió la editorial para que yo hiciera una última revisión. Así que, para todos los efectos, lo que he enviado a esas personas es un libro electrónico, el cual por cierto también está a la venta en ese formato en Amazon y en otros sitios.
    Ojo: al enviar mi libro a esas personas he cometido un delito porque es la editorial, y no yo, quien posee los derechos de un libro que de todos modos ya no está a la venta y que, además, estoy seguro de que mis editoras no iban a enviárselo a esas personas que evidentemente deseaban leerlo.
    Movido por la curiosidad (originalmente puesta en marcha gracias al post de Tongui), llamé ayer a mi editora para preguntarle cuántos e-books míos se han vendido. Me dijo que no más de veinte.
    Preguntas para quien desee responderlas o reflexionar en ellas: ¿Creen que me perjudicó (o a la editorial) que se hayan descargado veinticinco o treinta mil veces mi libro?
    ¿Cuántos de esos miles se habrán leído realmente el libro?
    ¿Cuántos de esos miles se habrían comprado el libro de no encontrarlo gratuitamente?
    Lo único que puedo decirles para terminar es que, a pesar de las descargas piratas, pienso relanzar el libro en un año, con otra editorial, y creo que volverá a venderse bien.
    Abrazo, Tongui,

    Pocoyó

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    1. Yo creo que sí te perjudicó. Pero mira, sarna con gusto, no pica...

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    2. De entrada, a quien perjudicó clarísimamente es a la editorial, que a su vez te ha perjudicado a ti -la editorial- y las descargas ilegales en un porcentaje difícil de precisar, creo, porque la desproporción es demasiado grande (si solo tú tienes treinta mil lectores o eres Coetzee ; ) o no salen las cuentas).

      Por otro lado, queda claro que tu libro generó interés y, por lo visto, se vendió bien. Si lo reeditas apostaría a que se seguirá vendiendo aunque vuelvan a pirateártelo. Ya nos lo contarás.

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  48. Imaginemos que las editoriales, a este ritmo de descenso de ventas tan vertiginoso, terminan desapareciendo. Leído lo leído, parecen ser los monstruos culpables del pirateo porque quieren ganar dinero con lo que hacen y no bajan los precios, entre otras razones. Si no hubiera editores, hay fondo de armario ya para leer tres vidas y los escritores seguiríamos escribiendo, ¿en autoedición? ¿Ese es el futuro de la literatura? ¿Autoeditados ilusionados, gigantescos grupos editoriales o minúsculos sellos con los seguidores incondicionales justos y necesarios para mantener a un equipo de una o dos personas?

    Desde luego, en la parte que conozco, "ser" un autoeditado es una proeza, es como si el cirujano tuviera que limpiar el quirófano, comprar el bisturí, rasurar al paciente, anestesiarlo y luego darle la comida mientras se recupera. Lo que se paga por un ebook de un autoeditado, si es que se paga, no da para contratar a todos los profesionales con los que cuentan (o deberían contar) las editoriales y es más un acto de fe que otra cosa.

    A mí la verdad es que la apología esta del pirateo que has hecho me da mucha pena. Por muchas razones; solo una de ellas es que hay muy buenos autores autoeditados que no publicarán jamás como es debido (no hablo de mí) y a pocos importa, es lógico, pero cuando solo podamos leer a autores que nos hablen desde el pasado, a lo peor nos arrepentimos.

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    1. "A mí la verdad es que la apología esta del pirateo que has hecho me da mucha pena. Por muchas razones; solo una de ellas es que hay muy buenos autores autoeditados que no publicarán jamás como es debido (no hablo de mí) y a pocos importa, es lógico, pero cuando solo podamos leer a autores que nos hablen desde el pasado, a lo peor nos arrepentimos. "



      A lo mejor. Ese permanente estado catastrofista os va a provocar una úlcera. El pirateo no nació ayer. ¿Has dejado tú de comprar? No lo sé. Yo sólo te puedo hablar de mí. Entre 2012 y 2013 habré comprado (he echado un vistazo para no tirarme una hora porque no es una información que guarde) entre 60 y 70 libros. Uno de ellos, hace unos meses, "los Buddenbrok" de Thomas Mann, concretamente la edición de 40 euros. 40. Y no me sobra el dinero. Pero mira, ha sido un capricho que me he dado a pesar de tener la misma edición (Edhasa) en versión pirata y a pesar de existir la edición de bolsillo a 13 euros. ¿Por qué? Pues porque en el fondo a los que nos gusta la literatura somos un poco frikis. Por esta misma razón compré "A la busca del tiempo perdido" o "Moby Dick" a un precio similar, ambas de Valdemar. Y tendría más ejemplos que me voy a callar para no parecer lo que no creo ser.



      Yo no sé si es que no lo entendéis o no lo queréis entender pero este post no defiende la piratería, no al menos como lo estáis interpretando algunos. Este post trata de llamar la atención sobre una realidad; un hecho que YA está teniendo lugar. ¿Que Anagrama no quiere mover ficha? Que no lo haga, pero luego que no llore. Y te lo dice un tio, ¡que se va a comprar el último de Piglia! 



      Y mira Amelia, los autoeditados que se jodan. Lo siento, es lo que hay. Yo no leo autoeditados si no conozco, de un modo u otro, a los autores. Esto es lo que hay. ¿Por qué? Porque he picado aquí y allí y no me han gustado (algunos incluso me han llegado a casa en papel) y porque ya supongo que habrá de todo y porque hay demasiadas cosas que quiero leer como para ponerme a indagar entre productos de completos desconocidos.



      Es absurdo creer que la piratería puede acabar con la literatura. Nada va a acabar con la literatura. Como mucho con algunas editoriales y dudo que Anagrama sea una de ellas. Es como los que dicen que el cine se va a la mierda. En "La pantalla global" de Lipovetsky se dan cifras y la conclusión es clara: nunca el cine dio tanto dinero como ahora. Nunca. Tampoco se ha gastado tanto en publicidad ni han ganado tanto los actores, pero esa es otra historia.





      Y sí, de todo esto una de las cosas más curiosas es ver a los escritores defendiendo el modelo actual. Quisiera saber si estarían haciendo lo mismo si el post tratase sobre los porcentajes que cobra cada parte. De verdad que no lo entiendo. Ejemplo: MALPASO venderá los ebooks desde su propia platarforma, sin intermediarios, suponque para incrementar el porcentaje del autor. YO COMPRO (compraré). Así de hijo de puta y así de pirata soy. Al final va a tener Olmos razón y mi problema es que soy imbécil.





      (Pocoyo, mira que para estas cosas no soy yo nada cotilla, pero pagaría (es un decir) por saber quién eres.)

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    2. Hay una revista sobre e-books, Encubierta. Se supone que habría de ser de crítica literaria, para desbrozar ese camino de dices, Tongo, y servir de faro entre todos esos autores autoeditados. Quizá para descubrir talento, no sé. Pero al final lo único que hacen es dar publicidad a ediciones en e-book de libros físicos, incluyendo entrevistas a autores archientrevistados y extractos de los libros (cosa que ya hacen las propias editoriales en sus webs). Lo cual, se mire por donde se mire, es estúpido. E inútil.

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    3. Pero el tema de los porcentajes es un asunto exclusivo entre los escritores, las editoriales, los distribuidores, etc... no algo que deba afectarnos ni interesarnos a los lectores/consumidores. Además, no creo que cobren los mismos porcentajes Vargas Llosa o Pérez-Reverte, por ejemplo, que el último nocillero que vende 20 ejemplares, entre su familia y amigos, fundamentalmente.
      Y en todo caso, no es justificación para el pirateo. Ahora va a resultar que los que se bajan gratis los libros lo hacen porque se siente como Robin Hood y quieren vengar la afrenta que les hacen las editoriales a sus autores. Es ridículo.

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    4. Carlos, me encanta tu respuesta. Porque en tu artículo no dices lo mismo. Aunque disiento en algunas cosas. La piratería no ha existido jamás como existe ahora, el incremento de las descargas este año ha sido de un 40% con respecto al anterior. Un 40%. Además, en España, cada venta de un dispositivo de lectura supone una reducción en la compra de libros y un aumento en el pirateo brutales, los mayores de toda Europa. Y me extraña que tú no veas realmente una relación entre lo que te quejas continuamente, la mierda que se publica ahora, con la piratería y la disminución en las compras. ¿Eso no es acabar con la literatura? Quizá no de forma categórica pero, si de cada diez títulos que se publican ahora, nueve te parecen una porquería, desde luego la literatura bien parada no sale.

      Y yo no defiendo a ultranza el modelo actual por muchas razones pero cargarme al editor no va a mejorarlo, ni mucho menos.

      Y no sientas lo de los autoeditados, es el sentir general. Por algo será.

      Por cierto, no entiendo por qué te cabreas, si titulas un artículo «Una apología pirata», se supone que es una apología pirata. Si luego compras libros de 40 euros, es que no haces tanta apología.

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    5. Amelia, la mierda "que se publica ahora", como tú dices, no tiene nada que ver ni con la pirateria ni con la disminución de las ventas. Más bien al contrario. Los editores literarios durante los últimos años, siguiendo ese capitalismo de casino de moda, han utilizado el prestigio de sus editoriales para vender productos de ínfima calidad a los que les adherían el marchamo de "calidad literaria". Hay unos cuantos ejemplos de esto: Acantilado, Anagrama, Seix Barral, Mondadori, Candaya, etc El lector cayó una vez, dos, tres a lo sumo. Pero a la cuarta ya no traga. Eso es lo que ha pasado, que han querido vender a los lectores literarios basura de calidad subterránea, cuando no directos malos bestsellers encubiertos e incluso novela juvenil amparándose en su prestigio pretérito. Ahí reside la traición de los editores.

      Fdo: Un lector más que harto


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    6. (yo no estoy enfadado. nunca me enfado con estas cosas. quizá enfatizo demasiado pero desde luego estoy muy lejos de estar enfadado).

      Porque si lo llamo "un problema ético" seguramente no provoque la misma reacción y lo que quiero con esto es hacer un poco de ruido. PROVOCAR. Pierde toda la gracia cuando lo explicas, pero espero que no lea mucha gente. Me arruinaría la reputación. En cualquier caso da igual, es evidente que ha funcionado.

      Mi discurso es siempre el mismo. He hablado de la física de los libros. Ya he dicho que el lector compulsivo prefiere el papel. Yo lo soy. Yo prefiero el papel. De toda la vida. Pero (vuelto otra vez a lo mismo) no tengo más sitio. Puedo deshacerme de los viejos, es verdad, pero me da no sé qué. Da igual. Una cosa es que yo piratee un libro y otra que deje de comprarlos. Prefiero pagar 40 euros por Thomas Mann en tapa dura y papel decente que 14 en el ebook. Claro, siempre que tenga los 40 euros. Esta es más o menos la razón por la que todavía no me he decidido a comprar Anna Karenina en kindle. 

      Que yo piratee el último de Vargas Llosa es una chorrada como un piano porque lo tengo pedido y aceptado en la blibio y supongo que llegará en un par de días. Llosa conmigo no ha perdido un lector, sí un comprador. Pero YO NO SOY EL TEMA, el tema son todos aquellos que sí dejarán de comprarlo porque la versión digital está muy cara y pasan de ir a la biblioteca. EL PANORAMA HA CAMBIADO. Y ya no lo repito más; a partir de aquí creed lo que querías. ¿Que soy el mayor pirata del mundo? Perfecto, no hay problema. ¿Que me bajo películas? Claro. ¿Series? Claro. Y música. Y mujeres. Y tengo un alambique en el garaje y empleados asiáticos sin papeles haciéndome la pedicura. Y fumo tabaco de contrabando. 

      Esos porcentajes (el 40% más de descargas) me hacen mucha gracia. 

      Noticia 1: En este país cada vez se lee menos. Noticia 2: La feria del libro aumenta sus ventas respecto al año pasado. Noticia 3: Aumentan las descargas un 40%. ¿Qué me estoy perdiendo? ¿Cómo es posible que haya datos sobre el incremento del volumen de descargas y los lectores perdidos (http://cultura.elpais.com/cultura/2013/09/18/actualidad/1379532134_635897.html) pero no sepamos nada (como leí no sé dónde) de cuántos libros se publican al año en este país mientras que Francia tiene ese dato hasta el último decimal? Tiene su gracia. 

      Que a mí lo que se publica me parezca o no una mierda tiene un impacto de -0000000000001. Si al final lo que se vende es Dan Brown y 50 sombras de Grey. ¿Pero de qué estamos hablando? ¿Cuál es la literatura que mantiene las editoriales? (Las grandes, porque ya supongo que las otras irán por la vida con el agua al cuello).

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    7. Hablando de datos, ¿por qué es imposible saber la cantidad de unidades vendidas por un ejemplar en este país? Ni siquiera puede saber el lector el número de ejemplares de una tirada, por qué. Los editores no dan esos datos y cuando lo hacen mienten (se hinchan para que dé bien en la prensa y sea un número redondo; y esto lo digo con conocimiento de causa). Más trasparencia, por favor, más trasparencia ya de una maldita vez.

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    8. El listado de estafadores sería interminable: Tusquets, Lengua de Trapo, Destino, Periférica, Páginas de Espuma, etc etc etc

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    9. Respondo al anónimo que me mencionaba: no soy yo quién para tildar de mierda lo que se publica, debí entrecomillarlo: lo he leído cientos de veces, en los clubs de lectura en los que cotilleo, por conocer a los lectores y cómo respiran cuando se reúnen y hablan de lo que leen. Yo tengo mi opinión pero me la guardo porque no viene al caso. Si lo que opina Carlos sobre lo que se publica no es relevante, lo que opino yo lo es todavía menos. Pero ese es un comentario muy, muy, muy habitual. No les gusta lo que publican las editoriales, muchas de ellas. Es curioso, porque es cierto que no he encontrado casi ningún lector que haya admitido que le gusten las sombras, aunque muchos lo han comprado o pirateado y solo lo hayan hecho por hablar de algo. Hay clubs de más de 11.000 personas, que no será un recuento real, está claro, pero ahí andan.

      Y, Carlos, te entiendo, entiendo lo que pretendes con este artículo: ¡editoriales, bajad los precios de los e-books de una puñetera vez! Yo también estoy de acuerdo en eso. Sobre los porcentajes y las cifras que salen de donde les da la gana a algunos te digo que no hace falta que se las inventen. Mi propio entorno me da la tónica. Cuñada compradora de diez libros al mes, diez, se compra el kindle y pasa a ser excompradora. Amigo comprador de tres libros al mes, se compra el Ipad y aprende a usar Calibre. Y suma y sigue.

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  49. Vuelvo al ruedo con una confesión: YO PIRATEO. Sólo pirateo series y cine, pero pirateo. ¿Por qué pirateo? Porque no tengo otra manera de ver lo que quiero ver de una manera sencilla e instantánea. ¿Podría joderme y no ver lo que quiero y no piratear? Podría. ¿Por qué no me jodo? Porque si las series y películas que descargo no están disponibles online pagando no es porque no se pueda, es porque NO SE QUIERE. ¿Por qué no pirateo música? Porque existe Spotify.

    Es decir, cuando alguien de la HBO se dé cuenta de que su mercado ya es global, estaré encantado de pagar una tarifa plana para ver sus series. Y lo mismo con Warner y cualquier otra productora de películas. Filmin está ahí pero por ahora su catálogo es pequeñito pequeñito. Cuando crezca (y ya pago por alguna película) o cuando surja otro proyecto parecido, pagaré para ver las películas directamente en mi televisión y sin tener que recurrir a una página pirata. Y otra cosa: tengo la estantería llena de DVD's y Blu-rays, y cuando salgan Breaking Bad o Mad Men completas, en su cajita, las compraré, igual que compré West Wing o Six Feet Under. ¿Las compraría si no existiera Internet? La respuesta es NO, porque no las conocería o, con suerte, las habría visto GRATIS en la televisión.

    Como yo, todos mis amigos. Todos (y no son seres especiales, ni culturetas con mucho dinero) consumen y compran discos, películas, videojuegos y libros. Van al cine y van a conciertos. Y sí, también descargan.

    Y es que Tongoy lo ha dicho ya: la gente que disfruta de la Cultura, paga por la Cultura. En serio, curro en una empresa que se dedica a vender productos culturales y no sabéis la cantidad de adolescentes que se lanzan a las tiendas para conseguir el último disco de Lady Gaga o el nuevo videojuego (¡que cuesta 60 euros!). Hay gente ahí fuera decidida a pagar y hay que ponérselo fácil. Cobrar 13 euros por un archivo digital quizás se adapte a los costes (lo dudo), pero desde luego no es ponerlo fácil.

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  50. He estado siguiendo este debate tan ameno sobre el pirateo sin decir ni mu porque, sinceramente, no tenía una opinión clara al respecto, sobre todo por pura pereza mental y quizá porque todo el mundo suele empezar a hablar de esto con un "es un tema muy complicado". Bueno, al final he hecho un esfuerzo que casi me cuesta un aneurisma y le he dedicado dos minutos o así.

    Y he empezado por lo básico ¿realmente es una cuestión tan compleja o nos viene bien decir que es así para justificar conductas poco éticas? (y yo me incluyo aquí, que he pirateado de todo). Creo que si simplificamos, si vamos a la esencia del asunto, si todos asumimos nuestra responsabilidad en la parte que nos toca sin esperar a ver qué hace el otro, la cosa es bien sencilla y clara. (No sé por qué suena en mi cabeza "you can say i'm a dreamer...).

    Recuerdo cuando en este país se empezó a reciclar, al principio era muy común eso de "para qué, si nadie lo hace" "si no sirve para nada, si es un engaño, si los que tienen el poder luego no hacen nada, si las grandes empresas luego no lo hacen..."
    Poco a poco nos hemos ido acostumbrando a hacerlo, y creo que ahora, si tiras el papel junto a lo orgánico el miedo no es que te pillen, es tu conciencia la que te toca los cojones y no se traga todas esas viejas excusas. También creo que hoy en día será más difícil engañar a una sociedad concienciada con el reciclaje que a una que lo realizaba en un porcentaje irrisorio. Lo que podría haber empezado como un simple lavado de cara por parte del gobierno, ayuntamientos... se ha convertido en una preocupación real porque la sociedad lo ha hecho real.

    Bueno, pues espero que con esto todos lleguemos a ser responsables de lo que nos toca y empecemos por pedirnos cuentas a nosotros mismos y no al de enfrente, porque así es como se enquistan las cosas para siempre.

    Abrazo

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    1. La comparación es acertada, Zombie, y el reciclaje es necesario, es evidente, pero eso no justifica que se culpabilice a la pobre abuela que no lo hace porque en la cocina no le caben los envases de porexpan del súper, el cristal, el plástico, etc. Mientras las empresas sigan produciendo residuos a destajo, por mucho que reciclemos...

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    2. Yo conozco gente (y no uno ni dos, sino varias personas) que no reciclan nada, porque: 1) No les sale del parrús hacer lo que les dicen que tienen que hacer, y menos si se lo dice una panda de ecologistas perroflautas tocacojones.
      2) Dicen que ya pagan sus impuestos de basura y de reciclaje de residuos, así que ese trabajo que lo hagan otros.
      Pues en lo del pirateo digital, igual: ¿quién eres tú para decirme a mí que no puedo hacer lo que yo quiero hacer y además sé que puedo hacerlo?. ¿Y que encima pague por ello?
      Typical spanish.

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    3. Lo que jode del reciclaje es que tú te ocupas de guardar el papel y lo llevas a un contenedor de esos azules y antes de que el ayuntamiento lo recoja vienen los rumanos y se lo roban. Si no es que algún simpático les ha pegado fuego durante la noche.

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    4. ¡¡¡Malditos rumanos que me roban MI BASURA!!!

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  51. Y entre tanto, Libros del Silencio, cierra, por lo visto: http://patrulladesalvacion.com/2013/09/18/silencioso-adios/
    No digo que sea por culpa de la piratería, obviamente, pero vaya....

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  52. Parte 1.


    Creo que el problema no tiene en absoluto que ver con la tecnología. Solemos atribuirles a los inventos una conciencia y una ética que no tienen. Si viviésemos en un mundo como el planteado por Bradbury en Fahrenheit 451, con estos mismos avances de que disponemos hoy, probablemente veríamos con ojos de amor la posibilidad de esconder en un pen drive tantos libros que luego podrían ser leídos clandestinamente. Creo que la base para el futuro del consumo de cultura (qué frase tan horrible, por favor) está en la libertad de que el lector se acerque a un libro como le venga en gana. Personalmente, me horroriza tener que escuchar constantemente a editores, escritores, críticos (y por extensión, publicistas) cómo tengo que establecer mis hábitos de lector... se supone que uno puede leer sin llevar ninguna etiqueta, ¿no? No hay nada tan feo como ver a personas distinguidas diciendo a sus lectores cómo han de comportarse.

    Luego hay otro elemento en este debate, que procede precisamente de nuestro principal defecto al debatir: la incapacidad de ver que los cambios en el negocio editorial no consisten en ganar una guerra, sino que pueden suponer una oportunidad para examinar qué leemos o escribimos, en función de una realidad más que instalada como la del libro electrónico. Si uno defiende leer en eBook, automáticamente es convertido en asesino del papel (cuando hay libros editados en papel que, como bien sabemos, han sido más que desastrosos para el Amazonas). Si uno elige seguir leyendo en papel, es un romántico barato, un falso progresista, o un extremista. O peor: un intelectual.

    Para colmo, hay un tercer problema que debemos dejar de lado para tratar este asunto con eficacia: el ego majestuoso de todos. Por desgracia, a los prejuicios y las reticencias se suma la amargura por no poder publicar, la frustración por no poder ser un tipo admirado que aparece en fotos con rostro pensativo y mano en el mentón (rodeado de estantes en una librería encantadora); el sueño roto de ver que las expectativas son más bajas, y que crecen libros y escritores como champiñones tras la lluvia, que uno envejece y que los que vienen, más jóvenes, son más leídos (que no más inteligentes) y salen en más suplementos literarios (que no en prensa importante) ... todo este dolor es culpa del ego... y no se cura con el precio fijo, ni con una ley editorial más perfecta, ni con obligar a los niños a leer cuando estos quieren pelarse las rodillas en un tobogán, ni con toda la cantidad de ideas absurdas que escuchamos a diario...

    Un libro muy interesante (y divertido) al respecto es "El fin de los libros", de Octave Uzanne. Les aconsejo que lo lean. Para este curioso miembro de la comunidad científica, el fin de esta especie es una cuestión de excesos.

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  53. Parte 2.

    Les dejo, para finalizar, una cita extraída de "El año 2000. Una visión retrospectiva", de Edward Bellamy, para que veamos cómo entendían lo que se discute hoy los lectores del siglo XIX:

    —Y, puesto que hablamos de literatura -dije-, ¿cómo se publican hoy los libros? ¿Se encarga de ello la nación?
    —Ciertamente.
    —Pero... ¿cómo se realiza? ¿Es que el gobierno imprime todo lo que se le presenta, a expensas de la nación o bien ejerce una censura y no publica más que los que aprueba?
    —Ni lo uno ni lo otro. El departamento editorial no ejerce ningún derecho de censura a todo lo que se le ofrece, pero imprime sólo con la condición de que el autor pague los primeros gastos, con cargo a su tarjeta de crédito. Debe pagar el derecho de llegar a oídos del público, y si tiene algún mensaje que decir, consideramos que ha valido la pena. Evidentemente, como sucedía antes, con rentas desigualmente repartidas, esta regla no permitiría ser autores más que a los ricos, pero siendo iguales los recursos de todos los ciudadanos, nuestro sistema sirve, sencillamente, para poner a prueba la sinceridad de la vocación literaria. Al precio de una prudente economía y de algunos sacrificios, se puede apartar, del crédito de un año, con qué publicar un libro de tamaño ordinario. Una vez publicado el libro, la nación se encarga de su venta.
    —Supongo que el autor recibirá un porcentaje sobre la venta como en mi tiempo -sugerí.
    -Pero no de la misma manera que entre ustedes -respondió el doctor Leete-. El precio de venta de cada libro se calcula sobre su precio de coste, más un porcentaje para el autor. Éste determina a su gusto este porcentaje. Por supuesto, si lo coloca irrazonablemente alto, el libro no se venderá. El importe de este porcentaje es llevado a su tarjeta de crédito, y se le dispensa de todo otro servicio a la nación mientras este crédito baste para el sostenimiento de los ciudadanos que tendrán que sostenerle a él. Si el libro alcanza un éxito moderado, obtiene de esta manera una licencia de unos cuantos meses, de uno, dos o tres años, y si en este intervalo produce otras obras de éxito, su dispensa de servicio puede prolongarse tanto como la venta de sus obras lo justifique. Un autor de mucho éxito comprobado puede sostenerse con su pluma durante todo el período de servicio, y la medida del talento de cualquier escritor se determina por la voz del pueblo, cuya medida le otorga a éste la oportunidad de dedicar su tiempo a la literatura. Ya ve que desde el punto de vista del resultado, nuestro sistema llega a las mismas consecuencias que el suyo; hay, sin embargo, dos diferencias notables. En primer lugar, el grado, tan elevado, de la cultura intelectual en el siglo XX, da al veredicto del público un valor concluyente del mérito real de la obra literaria, que en su época era casi imposible de tener. En segundo lugar, no existe nada que se parezca al favoritismo o a la intriga que interfiera con el reconocimiento del verdadero mérito. Todo autor dispone exactamente de las mismas facilidades para presentar su obra ante el tribunal popular. A juzgar por las lamentaciones de los autores de su época, ustedes hubieran apreciado grandemente esta igualdad absoluta de oportunidades.

    Un saludo cordial.

    Daniel Jándula

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  54. Amelia, mujer, lo que Tonguito (a quien empiezo a odiar profundamente, sigo esperando mi jamón) quiere (creo) decir es que, pudiendo la gente (española, con sus defectillos), si le cobras 14€ por algo que puede obtener gratis (y además entiende que no arrastra un coste de producción proporcional); si por la misma cosa en papel, con su imprenta, su tinta, su señor de la furgoneta, su librero, su huntamiento al crítico de turno (dicen), etcétera, digo, si ese español le pretendes cobrar solo 5€ más por algo que cuesta y vale bastante más (aunque solo sea porque en papel lo puedes envolver para regalo, y tocarlo, y olerlo, y arrancar las hojas para encender la chimenea), entonces te puede pasar que ese españolito con la ética justa, el dinero justo y las ganas justas de hacer rico (cree él) a quien (cree él que) le está tomando el pelo, acabe pirateando a manos llenas.

    Decir eso y comprarse un libro de 40€ no lo veo yo tan contradictorio. Algún motivo habrá (y ese es el quid de la cuestión) para ello. Va de motivos para hacer una cosa o la otra. Creo yo. Y ahora, con todo este panorama, alguien tiene que mover ficha.

    Y con esto doy por terminada mi brillante intervención. Saludos a todas.

    Vuestro Quique

    PD: ¿Alguien sabe cuántos ejemplares se vendían en total hace 10 años y cuántos se venden a día hoy, sumando papel y digital? ¿Coinciden? Lo pregunto porque si antes se vendían un millón de libros y ahora, entre ventas y descargas (piratas o no) salen 6 millones, pongamos por caso, no podemos pensar que se están hurtando 5 millones de ejemplares a 22€ la unidad.

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    1. Que sí, Quique, hombre, que ya lo sé. Pero gracias por la aclaración. Si, en el fondo, a los que nos apasiona leer, lo que nos gustaría en realidad es que el Estado este bienhechor y velador de la cultura creara bibliotecas digitales y el que quiera comprarse un libro en papel, porque ame al autor o porque se lo quiera regalar a su madre, se lo compre y el que no, que no tenga que sentirse un pirata por leer lo que le gusta, cuando y como le gusta, en lugar de molestarse en ir a la biblioteca de la esquina. Pero, mientras ese momento llega, creo que no podemos dejarnos llevar y acostumbrarnos a que mejor jamás compramos un libro, porque eso es lo que está pasando, por razones varias, y el resultado no parece muy halagüeño.

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  55. También podríamos hablar un poco de los escritores, o de algunos escritores, al menos, que aquí parece que solo el consumidor es culpable de todos los males éticos que aquejan al mundo.

    ¿Alguien recuerda la lucha y defensa enardecida de la abolición del Copyright? ¿No es una especie de pirateo encubierto del talento ajeno disfrazado de 'creatividad' para camuflar la propia incompetencia? ¿Es posible que entre las 'fuerzas del orden' aquí presentes - ironía, aviso- haya alguien que defienda la libre apropiación de derechos intelectuales de otros? Pregunto.

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  56. La piratería no va a acabar con la literatura. Acabará con los profesionales de la literatura, que es otra cosa. ¿Sabeis en qué consistían los derechos de autor de los primeros libros de Onetti? Su editor le daba un pollo a´last, un cartón de cigarrillos y un par de botellas de vino. Y listo. ¿Dejó Onetti de escribir? No.

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    1. Claro. En este mundo, alguien puede ganarse la vida siendo "Coach Manager Chairman de nosé qué" o "Asesor en la estrategia de posicionamiento global de los mass media", pero si quiere escribir novelitas, que se joda y lo haga gratis. O que pague por ello, incluso. Que invite a pollo a su editor.

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    2. Ya me callo, que yo normalmente veo, oigo y no digo nada. Pero es que esta manía por ver en la literatura una necesidad humana por expresarse capaz de superar todos los obstáculos me resulta curiosa. La escritura es un proceso que dura toda la vida, se empieza escribiendo generalmente mal, salvo genios, y se aprende a través de mucho trabajo, esfuerzo, dedicación, impulso, más trabajo, más estudio y más esfuerzo. Luego está la necesidad de contar algo. Pero si la cosa sigue así, por mucho que algunos escritores sigan escribiendo y esforzándose por llegar a escribir algo que merezca la pena, ¿quién los encontrará? Sin profesionales de la literatura, no se llega al lector más que a trompicones. Y lo que no se lee es como si no existiera.

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    3. ¿Y si no hubiera un sistema crítico que hubiera ensalzado a Onetti, de forma académica y a través de las revistas, periódicos y suplementos culturales; y además no hubiera una industria editorial que lo edita de continúo, conocerías tú a Onetti?

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    4. Pero seguramente Onetti podía ganarse las habichuelas escribiendo para periódicos y revistas... que están desapareciendo por el GRATISTOTAL. En el fondo lo que se piensa es que lo de juntar palabras es una mingada y que lo hace cualquiera y que suficiente tienen los escritores con que les lean para satisfacer su ego: ¿que quieren ganarse la vida con ello? infelices...

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    5. Claro que no, anónimo, no lo conocería, por supuesto. Yo metía al sistema crítico del que hablas entre los profesionales de la literatura, pero tienes razón, ya el sistema crítico más fiable no es el profesional, o solo lo es una parte. Luego quizás sí se llegaran a conocer esos autores... ¿o el sistema crítico aprofesional solo lee lo que los profesionales de la literatura seleccionan?

      Seguramente, Hellboy. Antes, sí.

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    6. Lo único que pretendía decir con el comentario de Onetti es que la literatura la hacen los escritores. De ellos depende que siga existiendo, todo lo demás es accesorio y circunstancial.
      La literatura seguirá existiendo mientras haya escritores dispuestos a escribir y críticos dispuestos a interpretar y difundir esos textos.
      Y ni a unos ni a otros les mueve el dinero. Aquí los únicos que se guían exclusivamente por el lucro son los agentes, los editores, los distribuidores y los libreros. Cosa que es legítima y está bien.
      Así las cosas, la diferencia entre el grupo A (escritores, críticos) y el grupo B (editores, agentes, distribuidores y libreros) es que a los primeros no los mueve exclusivamente el dinero mientras que a los segundos sí. Ese es el punto crucial de todo esto. Si el grupo B genera beneficio con lo que produce el grupo A deben remunerarlos por ello adecuadamente, esto nadie lo discute. Pero, repito, ni los críticos serios ni los escritores serios se mueven por el dinero.


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    7. Ni los escritores serios ni los críticos serios se mueven por dinero... ni los lectores serios, supongo (a no ser que consideremos como un beneficio económico los eurillos que te puedes ahorrar descargando libros gratis), de acuerdo. pero aún así, yo no veo porqué en cualquier otra actividad humana se considera lícito que quien la ejerza gane dinero (desde los futbolistas a los toreros, que supongo que no se mueven SOLO por dinero, a los registradores de la propiedad, que... bueno, ésos sí que se deben mover exclusivamente por la pasta, porque si no, no se explica...), pero en cambio los escritores, o cualquier persona que se dedique a una actividad artística o creativa, que pretenden hacerlo son unos falsos, unos fariseos o unos impuros....
      Suena a rencor pequeñoburgués, la verdad.

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    8. Nadie ha dicho que no sea lícito lucrarse con el trabajo de uno. Ahora bien, realizar cualquier actividad económica anteponiendo el beneficio a cualquier tipo de consideración sí lo es. Y eso vale lo mismo para un escritor, un futbolista o un torero como dices tú, o un fontanero o un restaurante. Del mismo modo que te cabreas si un electricista te realiza una pésima instalación o utiliza materiales de mala calidad para que le sea más rentable (y así todos estaríamos de acuerdo en que te está engañando) pasa lo mismo con las editoriales. Si un editor a sabiendas de que un libro es regulero lo presenta como una excelencia literaria, te está tangando. Y si infla el precio también. E igual sucede con un escritor que publica un libro escrito en menos de dos meses, sin apenas haberlo corregido, ni trabajado ni nada. Te está tangando. Porque ese libro vale lo mismo que uno que se ha tardado años en escribir. El escritor que tarda mucho tiempo en escribir un libro claro que lo hace porque quiere obtener un beneficio, pero ante todo piensa en la calidad del producto que va a ofrecer. No intenta engañarte. Esa es la diferencia.

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  57. Por otra parte, lo de la piratería desgraciadamente lo van a solucionar apretando al que gana dinero (porque la piratería da de ganar a muchos). Metiendo mano a las empresas de telefonía proveedoras de internet se matarán dos pájaros de un tiro: terminamos con la descarga compulsiva y expulsamos de internet a la morralla, porque las tarifas aumentarán de forma exponencial, y nos quedamos con la élite volviendo las aguas a su cauce: sin aglomeraciones en los aeropuertos, puertos deportivos con amarres de sobra, carreteras libres de utilitarios de mierda, discotecas sin olor a colonia y perfumes baratos...

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  58. A todos aquellos que ya empiezan a llorar la futura pérdida de los editores, los distribuidores y los libreros les pido, por favor, que reserven unas lagrimillas para los creadores, distribuidores y vendedores de revistas y dvds porno, tan castigados por el malvado pirateo y a los que nunca hemos oído quejarse, pobrecillos ellos. Quizá es que, acostumbrados a no estar subvencionados, sabían que nadie iba a dar la cara por ellos.

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    1. ¿Que no se quejan? Eso es porque tienen la boca llena...

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    2. je, je
      eso sí que es humor de brocha gorda y no el que se gasta ElMundoToday con lo de los gitanos que "vuelven al cobre".

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  59. Internet, amigos, es eso. Libre circulación. De ideas, de bienes, de información, de desinformación.... Para lo bueno y para lo malo. No hay 'ética', la ética es algo personal. Puedo apropiarme de una idea, de una obra, de información, de trabajos, sin que nadie me lo pueda impedir realmente. ¿Es bueno? ¿es malo? ¿es justo? ¿es injusto?. Eso ya depende de cada cual.

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    1. "¿Es bueno? ¿es malo? ¿es justo? ¿es injusto?. Eso depende de cada cual"... respondió la señora MacFarlane cuando los agentes le preguntaron si no le parecía un poco excesivo golpear a su marido en la cabeza con un bate de béisbol porque no se ponían de acuerdo sobre la cantidad exacta de azúcar que había que poner en el bizcocho.

      Es para distender, querida Ire, es para distender.

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    2. Jaja, lo sé, Clement, lo sé.
      Yo también, aunque no lo parezca.

      Saludos

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  60. Estoy bastante de acuerdo con varios comentarios: el precio de los e-books debe bajar (también coincido con el límite de 8 €), pero tampoco podemos pretender que se pongan a un precio regalado porque de ahí hay que pagar al autor, al editor, a los correctores, al maquetador, al diseñador de la portada, al traductor, los costes de promoción... Un libro, en e-book o impreso, es más que lo que escribe el autor y eso se olvida con demasiada frecuencia. Por ejemplo, Tongoy hablaba de lo caro que es un e-book de la nueva traducción de un clásico publicada por Alba, pero es que hay que tener en cuenta que las traducciones no son baratas (y menos las de esta editorial, que suele contratar a profesionales de gran trayectoria) y las ventas deben compensar esos costes. A propósito, hace poco escuché una frase de Enrique Redel en una entrevista de radio que ilustra bastante el tema. Decía algo parecido a: "Al poner un e-book a 1 € estamos engañando al lector, porque un libro no cuesta 1 €". Y a la larga es perjudicial que el público se acostumbre a relacionar ese coste tan barato con un libro.

    Además, hace tiempo leí que en España los libros (en cualquier formato) son más caros que en otros países porque se venden menos y hay que compensarlo de algún modo. Hacer un libro tiene unos costes, que son los mismos tanto si ese libro se vende poco como si se vende mucho. En un país poco lector, es necesario "compensar" el número de ventas con un beneficio mayor para que la publicación sea rentable. Y aparte está la ley del precio fijo (que no la tienen los países anglosajones, que son el ejemplo que se suele poner para hablar de libros baratos) y el desorbitado IVA para el e-book, que no ayuda nada a que tenga un precio accesible.

    A todo esto, planteo una reflexión basada en un caso que conozco: un autor publica un libro en formato e-book con una editorial (es una colección que apuesta por nuevas voces en este formato). El precio es de poco más de 2 € y se puede encontrar en todas las librerías online. Sin embargo, a las pocas semanas el autor empieza a encontrar el libro pirateado en varias páginas. ¿Qué se puede hacer? Aquí el dinero no es una excusa, y en este caso las descargas ilegales sí pueden perjudicar al autor, porque la editorial tenía previsto lanzarlo en papel si alcanzaba un número de ventas notable.

    En fin, que sí, que las editoriales deben poner las cosas más fáciles, pero también hay que educar a los lectores. Tengo la sensación de que solo somos conscientes del problema de la piratería los que leemos mucho y estamos interesados en el mundillo; mucha gente solo ve la palabra "gratis" y ya está (aunque de gratis nada, porque bien que pagamos el ordenador, la conexión y el e-reader, y nos tragamos la publicidad de las páginas). La crisis económica tampoco ayuda, claro, aunque no creo que solo descarguen los que tienen lo justo para vivir. Algunos conocidos míos se quejan de lo caros que son los libros, pero luego son ese tipo de gente que se cambia de móvil cada dos por tres, tiene tablet, viaja varias veces al año y sale con frecuencia a cenar o a tomarse a unas cervezas. Yo, que voy mucho más justa, hago lo que puedo para seguir comprando libros. Nos hace falta valorar más el libro...

    Un saludo.

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    1. Es que en España mucha gente está más que dispuesta a pagar por el continente (ordenadores, tablets, e-books, smartphones...) e incluso está bien visto, a pesar de la crisis, tener siempre lo último que ha salido. Pero no están tan dispuesto a pagar por el contenido, ya sean libros, películas, música, juegos o incluso los propios programas informáticos.
      No sé si es por el sempiterno desprecio al trabajo intelectual o porque si te pillan robando una tablet en el Media Markt el guardia de seguridad te canea, pero si te descargas un libro en casa, no.

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    2. Me parece que la razón es esta última que apuntas: no hay ningún policia al lado de tu ordenador para detenerte.
      Pero llegará el momento, igual que ha pasado con la prostitución, que la policia informática denunciará a quien se baje contenidos con copyright y no solo a la web que provee esos contenidos ilegales.
      Y si no, al tiempo.

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    3. Espero que también a quien los utilice sin citar fuentes o compensar económicamente a quien así lo reclame.

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    4. Yo creo que será complicadísimo denunciar o penalizar a los usuarios. En lo que sí tengo esperanza es en una política más firme para cerrar webs, porque podría llegar a complicar tanto la búsqueda de esos contenidos ilegales que los usuarios desistirían (y si eso fuera unido a una bajada significativa de precios, perfecto). O en que inventen una especie de Spotify para libros, que también sería una buena opción.

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    5. Eh, que yo no digo que haya que entrullar a nadie por bajarse un libro pirata. Ni siquiera estoy seguro, como ya he escrito en otro de mis tropecientos comentarios, que hacer algo así pueda calificarse como "robo", en sentido estricto. Pero sobre las motivaciones del personal para hacerlo, lo tengo cada vez más claro: que no me cuenten milongas de lo avariciosos que son los editores, lo aprovechados que son los escritores y lo sinvergüenzas que son los distribuidores. La gente lo hace para que le salga gratis y punto. Y sobre todo, porque no hay castigo, al menos para el usuario final.

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  61. Ítem más, Tongui:

    Dice mi querida Ire que me perjudicó "clarísimamente" que se hayan hecho más de 25 mil descargas piratas de mi libro. Pues yo no lo tengo tan claro, y trataré de explicar por qué.

    Además de dedicarme a escribir en los últimos años, también he sido editor durante muchos más, y algunas experiencias me han llevado a dudar que la piratería sea el enemigo. La verdad es que no dudo, la verdad es que creo, contra la opinión predominante, que la piratería, en muchos casos, ayuda a que un libro se venda mejor. Hablo de México, pero estoy segurísimo de que esto vale para todo el ámbito iberoamericano.

    En el 2000, a dos años de la muerte del premio Nobel Octavio Paz, yo era un imberbe jovencito que trabajaba como editor en Planeta. Paz era muy famoso, pero sus libros no se vendían. Para que la cosa valiera un poco la pena, Planeta imprimía sus libros en España y luego distribuía el total entre España y las filiales en América Latina. No sé o no recuerdo cuántos hacían en España, pero a México nos enviaban solo 500 ejemplares de cada. Era lo que llamábamos un libro "sindicado". Estamos hablando de una época muy reciente, aun así en el 2000 aun no existía el e-book ni se hablaba de la piratería editorial. Pero el hecho es que Octavio Paz, premio Nobel de literatura, no vendía más de 500 ejemplares en México.
    En la actualidad, si se miran sus libros en internet, podrá advertirse que se los descargan gratuitamente por decenas de miles. Decenas de miles de libros de Paz a cuenta de la piratería. ¿Significa esto que a los lectores les han entrado una súbita fiebre por leer a Paz? Pues la verdad es que no lo creo. Lo que sí creo es que esas decenas de miles de consumidores no leen lo que se descargan y, por descontado, tampoco se lo comprarían.
    Entiendo que como yo vendí siete mil ejemplares de mi novela en librerías, y por otra parte se la descargaron gratuitamente más de veinticinco mil veces, se piense que la piratería me perjudicó, pero los números engañan, y engañan muchísimo.
    Es muy simple culpar a la piratería y a los consumidores, por eso todo mundo carga contra ellos. Pero yo creo que los verdaderos culpables del desastre editorial son otros, y trataré de explicarlo en otro comentario a continuación.

    Pocoyó

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  62. Me parece que hay dos razones principales por las que la industria editorial está tan deprimida.

    Por una parte, tenemos a Internet. No me refiero a la piratería que propicia internet, sino a la existencia misma de internet que, con su apabullante oferta de entretenimiento y gratificación instantánea, ha apartado a algunos lectores de los libros y ha impedido que surjan nuevos lectores en las generaciones más jóvenes.

    Por otra parte, tenemos a los dueños de los grupos editoriales, cuya voracidad obliga a los editores a buscar libros de rendimiento inmediato, y las consecuencias han sido totalmente contraproducentes. Y de remate, a los editores mismos, que culpan a la piratería por comodidad y porque este chivo expiatorio les permite exculparse de su pereza y de sus propios errores.

    Les daré algunos ejemplos que me atañen o que he tenido muy cerca.

    Un editor aprende su oficio en Planeta, es listo y comprometido con la buena literatura y atiende muy bien a sus autores, así que prospera y a los pocos años es nombrado director literario de Random House Mondadori. Entonces se olvida por completo de la literatura porque sus nuevos amos (a quienes solo les preocupa el dinero de los accionistas) lo presionan para que cumpla los presupuestos. La consecuencia es que este editor, ahora, publica cada vez más basura en la esperanza de vender mucho, con una indiferencia absoluta, por no decir desprecio, por el lector.

    Otro ejemplo. El sello Nueva Imagen, fundado por Guillermo Schavelzon, en el que se publicaba a Cortázar, Fuentes, Benedetti, etcétera. Es un sello literario absorbido por un grupo muy poderoso de libros de texto, Patria Cultural, pero sobrevive. Hace cinco o seis años Hachette compra Patria Cultural para fusionarla con Larousse, y los nuevos dueños de la empresa deciden desaparecer Nueva Imagen porque es la división que les deja menos dinero. En una rueda de prensa, el director general culpa a la piratería de la desaparición de Nueva Imagen, no a la voracidad de sus nuevos dueños, a quienes por supuesto lo que menos les importa es la literatura.

    (Por cierto, el sector que más debería estar dañado por causa de la piratería es el de los libros de texto. Curiosamente, es el sector financieramente más sano de la industria editorial).

    Y termino con un ejemplo muy concreto de por qué creo que internet no perjudica, sino que favorece las ventas de libros. Hace unos siete años traduje un libro por encargo de una editorial. Vendió muchísimo, así que el editor en ese entonces me propuso que escribiera un libro con la misma temática. Fue un libro por encargo, diseñado para un público masivo, y lo publiqué con seudónimo. También corrió con suerte y durante los primeros cuatro años vendía un promedio de seis mil ejemplares por año. Hace un año, más o menos, una de las administradoras de una página de Facebook llamada “Atrapada entre libros”, que tiene más de ciento cincuenta mil seguidores, mencionó ahí este libro mío publicado con seudónimo. La consecuencia inmediata fue que aumentó el número de ventas del libro, que en la actualidad lleva algo más de cincuenta mil ejemplares vendidos. Podría suponerse que los seguidores de ese sitio correrían a descargarse el libro; bueno, algunos lo habrán hecho pero, por lo visto, la mayoría se fue a comprarlo a las librerías.

    Los editores siempre nos hemos quejado de que la gente compra pocos libros, y es una queja hasta cierto punto legítima. Pero ahora descargamos nuestras culpas y errores en la piratería que, en muchos casos, en vez de perjudicarnos, está haciendo muy bien el trabajo de promoción que nosotros no hemos sabido hacer o que siempre hemos hecho muy mal.

    Un abrazo, Tongui, disculpe usted la extensión.

    Pocoyó

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    1. En realidad, Poqui, decía que a quien había perjudicado claramente era a la editorial, porque sean 3 o 30.000 los ejemplares dejados de vender por la piratería repercuten directamente en sus cuentas, aunque mucho menos en las tuyas como autor, por aquello de los márgenes.

      Por lo demás, estoy totalmente de acuerdo contigo.
      Un beso

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    2. Extiéndase, extiéndase, por favor.

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    3. ¿Me daría usted permiso, Pocoyó, para llevarme este comentario a una cosilla que he escrito en mi blog? Lo extraño es la atribución de la cita pero de igual modo me gustaría conservarlo.

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  63. Eso de que el sector de los libros de texto es el financieramente más sano no es verdad, Te podría dar yo unos cuantos nombres de empresas del sector que están echando a bastante gente a la calle...

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  64. Ire, cielo, gracias por los besos. Estoy que salto como canguro de alegría.

    Amelia, claro que sí, gracias por el interés.

    He citado pocos números porque dije que son muy engañosos y pueden manipularse para que cada cual, dependiendo de su postura, lleve agua a su molino; sin embargo, quisiera responder brevemente, espero, al Anónimo de las 13:20.

    Todos los ejemplos que he citado los conozco de primera mano, por así decir. Hablo del sector de libros de texto porque nadie me lo ha contado. I was there. Puedo citar el caso de una editorial de libros de texto que durante los años 60, 70 y 80 era líder en libros para secundaria y preparatoria. Pues a principios de los años 90 quebró, en la era predigital. Era Editorial Herrero, fundada por españoles y dirigida (hasta su muerte) por españoles. A mí me contrataron en Herrero durante un año para fabricar, junto con otras siete personas, varios libros de texto para secundaria. En la realidad, nos pagaban por pasarnos las mañanas dibujando en una pizarra diagramas de flujo y contando chistes. Por las tardes, nos visitaba el dueño de la editorial para pasarse un buen rato en nuestra compañía. Debido a esa atmósfera tan amistosa, durante el año que duró mi contratación yo habré escrito unas 30 páginas para el libro de literatura para secundaria por el que me pagaban. Y los otros siete lo mismo. Nadie nos pedía cuentas, nadie nos reclamaba. Yo estaba deseando aprender el oficio de editor, así que me sentí aliviado al salir de esa empresa. Estaba tan mal dirigida, se derrochaba tanto que no fue sorpresa para mí enterarme, cuatro o cinco años después, que Editorial Herrero había quebrado. Ahora, atentos: como estábamos en la era predigital, no se podía culpar de la quiebra a la piratería de la que habla Tongui aquí, pero supe que el dueño de la editorial cargó amargamente contra otra clase de piratas: aquellos que hacían fotocopias de los libros de Herrero, a los que culpó de sus desdichas. Verídico.

    Claro que hay empresas del sector que están echando gente a la calle; claro que otras, pocas, han tenido que cerrar. Pero verán que los editores siempre se las arreglan para culpar a otros de sus males, y nunca a sus propias gestiones.

    La dejadez, la irresponsabilidad y la pereza de los editores en general, salvo contadísimas excepciones, jamás van a señalarse como parte responsable de la crisis editorial. Muchos, muchísimos, ganan entre 15 y 20 mil dólares mensuales y se pasan todo el año asistiendo a cocteles, presentaciones de libros, comidas "de negocios" y multitud de actos sociales sin dedicar un solo minuto a hacer su trabajo. Claro, ante los medios se muestran como ejemplos de laboriosidad y aprovechan para quejarse de la piratería, de la crisis económica y de spm.

    ¿Cómo consiguen esos editores cumplir con su plan editorial y aumentar sus catálogos si no trabajan nunca? Es sencillísimo: tiran de recomendaciones de las agencias literarias y se van a pasear durante unos días a la feria de Frankfurt, donde contratan montones de libros mediocres. Si se esforzaran por trabajar, por cultivar a los autores de su catálogo, por proponer proyectos propios, por ya no digo leer, sino echarle un ojo a los originales que les llegan, por arriesgarse a llevar adelante iniciativas propias, conseguirían mejores libros de los que van en manada a contratar a Frankfurt.

    Pero, claro, hacer eso es muy cansado.

    Pocoyó

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    1. Jaja, tontorrón.
      Pero tienes toda la razón en lo del pirateo. Incluso para las editoriales, es el chocolate del loro y les sirve de excusa para dejar de hacer bien otras cosas mucho más importantes para su negocio.

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    2. Mil gracias.

      Y por supuesto que tengo interés en lo que cuentas. Es lo más cerca que creo que voy a estar de saber qué pasa dentro de las editoriales. Y además confirmas algunas de mis suposiciones, que por desgracia me ha llevado años deducir estando del otro lado. Por ejemplo lo de las agencias literarias. Ojalá hubiera tenido tan claro hace años que no leen los originales. En fin, ya da lo mismo.

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    3. Sin pretender contradecirte, amigo Pocoyó, quiero señalar que eso de que hay muchos editores que se tocan la vaina y luego lo arreglan con lo que les cuelan las agencias o lo que pillan por ahí en las ferias, ya nos habíamos dado cuenta, teniendo en cuenta ciertas cosas que se publican... ; )

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  65. Pocoyó, seas quien seas, eres mi héroe.

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  66. Desde la ignorancia y haciendo uso de mi (i)lógica: supongo que los editores tendrán "lectores de confianza"; en los que delegan. Sobre todo editoriales pequeñas que deben seleccionar muy bien porque de ello depende su subsistencia.

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  67. A mí este tema me la trae floja, pero os dejo un informe que, si es que no lo habéis puesto ya, quizás os interese: http://anatomiteca.com/wp-content/uploads/2012/01/ICLAVESFinal.pdf

    Y, de paso, también una gran documental sobre la piratería, centrándose en el famoso FNAC madrileño: http://www.youtube.com/watch?v=AFtYOvRQztY

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  68. Magnífico debate, he encontrado intervenciones muy interesantes.
    Sólo una matización: puedes justificar la piratería como quieras: porque no tienes dinero, porque eres ácrata y no te sale de los huevos pagar por ello, porque odias a los editores, distribuidores y libreros, en fin, por lo que te dé la gana. No me meto con ello, es una decisión personal. Que cada cual haga lo que quiera con su conciencia... Pero, coño, no me digas que es porque así no te dan gato por liebre, porque precisamente hoy, 20 de septiembre de 2013, tienes más información y herramientas que nunca para saber qué es lo que compras (o pirateas). Y aun así te equivocarás, porque es inevitable que algo que pensabas que te iba a gustar al final no te guste. Pero, ¿qué quieres, que tus errores te salgan gratis también? (Tómese esto último un poco como broma).

    Rafa Valdemar

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