Hoy tocaba reseña, pero después de los chorrocientos comentarios del post anterior me voy a regalar un par de días y este articulillo que irá de criticar por criticar el último suplemento de El Cultural, aprovechando que hoy todo en él es la hostia y sabiendo que no hay mejor novela que la última novela. Tómenlo como los anuncios de un intermedio pero olvídense de marcas blancas y otras mediocridades, aquí sólo hay anunciantes de primera división: Seix Barral, Alfaguara, Plaza & Janes, Anagrama... Bueno es El Cultural para eso.
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Isaac Rosa, por ejemplo, que se lleva las cuatro primeras páginas del suplemento (las mismas que la semana pasada regalaron a Coetzee (la comparación es mía)). La articulista, Nuria Azancot, lo entrevista con motivo de la publicación de su última novela, “La habitación oscura”, un relato que, dice Rosa, tiene mucho que ver con “El vano ayer”, “El país del miedo” y sobre todo, “La mano invisible”. Muy bien, así nos aseguramos que la compre todo el mundo. Dos páginas de entrevista dejan otras dos para que Senabre se deje los huevos en la promoción. La frase final aspira a ser la faja de la segunda edición: “La habitación oscura será con seguridad una de las novelas más destacadas del presente año”. Y por esto no fuera suficiente: ¡la caballería! Aramburu recita entrecolumnadamente: “A veces […] asoma el hacha que rompe el hielo interior y entonces la calidad y fuerza del libro leído me libera del vicio profesional. Llegan la fascinación, el abandono al disfrute, las intensas reflexiones suscitadas por la lectura. Enhorabuena a Isaac Rosa por su gran novela.” Esta va a ser la novela de mes. Sí o sí. No hay escapatoria. Léanla o mueran.
Care Santos reseña “Hijos apócrifos”, la novela de Victor Balcells Matas, (se ve que a Care le gustan jovencitos, ñam, ñam), un viejo conocido de este blog. Según ella “la novela es muy ambiciosa”, que de todos los tópicos es el peor. Termina la reseña (el resumen de la novela, en realidad, porque esto es lo único que realmente hace) del modo más neutro posible: ni pa ti ni pa mí ni pa nadie: “Apunta alto y en ocasiones da de lleno en el blanco. En otras, se hace prolija y redundante en exceso. He aquí una estupenda primera novela. Demasiado buena para no esperar de su autor mucho más.” Que no le gustó, vaya, pero que tampoco se atreve a decirlo.
Laura Fernández apuesta, como es habitual, por los lugares comunes, (por algo es periodista) en este caso ¡la bomba de relojería!, que es una expresión que ya hacía por lo menos dos meses que no escuchaba. La muchacha reseña “Calle Berlín, 109”, la apuesta noir de Susana Vallejo para Plaza & Janés. Vean: "Pero la historia de Susana Vallejo no es un mero ejercicio de voyeurismo literario (y criminal), pues ambiciona la recreación de un momento, el presente, en un lugar, la Barcelona del Ensanche, que es en realidad la verdadera protagonista de la novela, el motor de una historia que funciona como una auténtica bomba de relojería." La crítica establece paralelismos con “La comunidad”, de Alex de la Iglesia, y “La ventana indiscreta” de Hitchcock. Ahí es nada. Si con eso no pican, no picarán con nada.
Sanz Villanueva se las ve y se las desea para recomendar una novela sobre la postguerra: “El arranque de Los ingenuos [Manuel Longares, Galaxia Gutenberg] está concebido con una malicia que supone un reto para el lector apresurado.” O lo que es lo mismo: que el comienzo es un auténtico coñazo. “Buen número de páginas despiden inconfundible aroma costumbrista. Encontramos una familia menesterosa en una destartalada y gélida portería del centro menestral de Madrid. La España miserable de los años 40, el fanatismo, las privaciones y negocietes turbios de entonces tienen trazas de testimonio documental, aunque algún disparate, excentricidad o exageración, apunta a un tipo de realismo diferente.” ¿Qué tal? ¿Emocionados? Claro. Si con esto no se les ha hecho la boca agua, benditos sean Yo esta me la voy a saltar porque así de entrada parece la novela más bien orientada a los incombustibles fans de Cuéntame.
Joaquín Marco reseña la última de Vargas Llosa, “El héroe discreto” (Alfaguara), una semana después de que tanto ABC como Babelia le hubiesen dedicado sus portadas. Excusaba hacerlo, Joaquín, pues a estas alturas ya sabemos todos que este es, junto con el de Coetzee y el de Rosa, uno de los tres libros que todo el mundo va a leer. A Coetzee le tocará llevarse los palos, por extranjero y para demostrar que la crítica se limpia el culo con los premios Nobel. Joaquín dedica, atentos, algo más de 700 palabras de un total de 970 a contarnos argumento y estructura, así como detalles de ambos. El resto es una ovación contenida un rato y otro, el final, no: “La nueva novela del incansable premio Nobel no defraudará a sus lectores y a quienes quieran sumárseles. No es exactamente una novela de tesis y está lejos de sus primeras obras. Se trata de una gran broma barroca que intenta demostrar el papel del azar en la vida o las complejidades que puede depararnos el azar.”
Bernabé Sarabia reseña el ensayo perdedor (también llamado finalista) del premio Anagrama: “Librerías” de Jordi (o Jorge, nunca sé) Carrión. Dice Sarabia que “el autor utiliza más bien las librerías como un argumento literario que va desenvolviendo la historia”. Se estarán preguntando cuál es la historia y porqué esto no es una novela. No sean malos, ya saben que hace tiempo que hemos fundido las fronteras entre ensayo, novela, relatos y microcosas. Ahora todo es Literatura y ya. Retomando, la historia es esta: “Desde la Librería del Pensativo en 1998 hasta los primeros meses de 2013, Jorge Carrión narra en primera persona sus encuentros con las librerías y va dando cuenta de sus peculiaridades culturales, de sus espacios, de su manera de facilitar la lectura a los clientes y de la propia arquitectura del local.” Es decir, que las librerías se utilizan como argumento literario para hablar de las librerías, lo cual, viendo el percal, es todo un avance. Ya sólo por esto muero por leerlo.
Ignacio Echevarría se va a poner tetas. Qué cosas. El título de su artículo de esta semana hace referencia a lo que dijo Pedro Lemebel cuando le concedieron el Premio Iberoamericano de Letras José Donoso 2013, dotado con 50.000 dólares: “Me voy a poner tetas”. La cosa de Echevarría hoy va de ensalzar la figura de Lemebel: “En la escena literaria española no hay ni ha habido equivalente alguno a la figura de Lemebel.” No lo hay, dice, ni desde el punto de vista de su orientación y militancia sexual, ni desde su estrategia literaria, ni desde su posicionamiento político. Bueno, nada, todo muy pesado. En definitiva, que editen y lean ustedes a Lemebel y se dejen de tonterías. Yo voy a ver si lo encuentro pirata por ahí.
Y ya no me apetece seguir escribiendo. Me voy a ver una película.
Repito lo que ya te dije, la de Coetzee es un sinsentido, o un con-sentido horripilante. No soy escritor, ni editor, ni (a penas) español. No me mueve ningún interés crematístico. Sólo quiero que nadie salga perjudicado.
ResponderEliminarHoy le zurra Molina en Babelia. A Coetzee, digo. Poquito a poquito han acabado por quitarme entre todos las ganas de leerlo.
EliminarMe gusta la idea. Me ha recordado a los análisis diarios de periódicos del periodista de El País José María Izquierdo. Va, mañana sale Babelia.
ResponderEliminarBabelia lo pone francamente difícil. Hoy, sobre un libro de poesía de Eduardo Moga: "No es sólo la música, ni su viveza plástica y verbal, sino su respiración disidente ante la realidad instantanea del presente."
Eliminar¿Cómo puede uno asomarse a la poesía y no pecar de suicida si tiene que aguantar esto?
Ya verás que todas sean la polla y que el otoño de 2013 se recuerde en el futuro como una estación tan decisiva y fundamental para la literatura como el año 1922 lo fue (con Balcells, Rosa, Longares como futuros Joyce, Rilke, Eliot y Carrión como el Wittgenstein del siglo XXI). Entonces llorarás y te arrepentirás de tanto escepticismo, pero ya será tarde.
ResponderEliminarCada mes hay por lo menos seis libros fundamentales. Tanto "fundamentalismo" agota.
EliminarNinguna editorial es capaz de hacer lo que ha hecho Seix Barral con los libros de Jesús Carrasco o Isaac Rosa.... Hasta se han comido a Vargas Llosa con papas.
ResponderEliminarLa pregunta sería.... ¿de verdad son tan buenos? Hasta donde puede estirarse el marchamo de calidad de Seix? ¿No es puro marketing?
Claro que es marketing. Y lo hacen de puta madre. Será por contactos... Cada vez pongo la ventana y alguien dice la palabra "intemperie" Francino tiene un orgasmo. Qué tío pelma. Yo sé que trabajan mucho, pero podían mirar de leer otra cosa de vez en cuando.
EliminarTotal, al final el buen lector decide.
ResponderEliminar¿No lo hace siempre? El bueno y el malo. Y el feo.
EliminarMe quedo con ese preocupante final, en el que cuentas de pasada que vas a ir a ver una película, como si no supieras que todos los trailers (como TODAS las fajas) parecen apetecibles.
ResponderEliminarSugiero que practiques el crossover y hagas una crítica de los avances que hayan puesto.
"ir a ver" al sillón, tampoco te creas. Al cine solo voy a ver cine de acción, pero cada vez menos porque desde T2 cada vez muere menos gente en las películas. Es un asco. Ya no hay ni sangre.
EliminarAl final la noche acabó con dos episodios de Breaking Bad.
Pues Manuel Longares es un gran escritor. No sé que tal será esta
ResponderEliminarúltima novela suya, pero "Romanticismo" me parece una obra magnifica e imprescindible. Léanla si aún no lo han hecho, me lo
agradecerán.
NO lo dudo, pero el tema de esta es la cosa menos atractiva de libro que he visto en meses. Y he visto cada cosa...
EliminarA mí no me interesa ninguna de las novelas de las que se ha hablado en El Cultural, ni tengo nada que decir sobre ellas o sobre lo que tú has dicho que ellos dicen sobre ellas. Pero como quiero que batamos la marca de comentarios, al menos de la reseña anterior, aquí dejo mi grano de arena. Siempre al pie del cañón, pa lo que haga falta.
ResponderEliminar¡¡¡Patria o muerte. Venceremos!!!
LA idea era tener pocos comentarios. NO jodas. Reservemos las fuerzas. Pronto habrá una nueva sección llamada #ineditosis donde podremos sacar lo peor de nosotros.
Eliminar¡Y en nada la reseña de una novela escrita por un sacerdote!
LA vida es maravillosa.
Lo peor de mí es malo de cojones! Me muero de ganas por participar en tu nuevo parto. Creo que va a ser un éxito sin precedentes.
ResponderEliminarquique
Este post patrullero es bastante tedioso.
ResponderEliminarNo me gusta nada esa idea del crítico como gendarme "¡cuidado con lo que leéis!" "¡os tratan de engañar!" a medio camino entre el censor y Charles Bronson.
Creo que no es tu estilo, que es innecesrio (todo el que lee El Cultural, BAbelia o lo que sea sabe quién es quién en este reducido mundo) y que no aporta nada.
Los palos a los libros son otra cosa. A veces se te va la mano (casi siempre), pero siempre partes de posiciones bastante acertadas.
Esto no, esto es una mierda pinhada en un palo, Carlos.
Bueno, había que probar. Es por no estar callado, más que nada.
EliminarEso de que casi siempre se me va la mano me ha gustado.
Sólo eres un capullo, Tongoy.
ResponderEliminarNadie es perfecto.
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