“Despidan a esos desgraciados” de Jack Green (Alpha Decay, 2012) es un libro con el que hay que tener mucho cuidado: es peligroso. Y lo es desde el momento en que puede darle a muchos la excusa perfecta para (tratar de) metérnosla doblada. Les voy a poner un ejemplo, pero antes, para los que no estén al corriente, aquí va un resumen de la película (esto es, del libro):
“Los reconocimientos” es una tochonovela de William Gaddis (“Mr. Difficult” para los enemigos) que cuando se publicó en 1955, recibió muchas (bastantes) reseñas negativas en periódicos y revistas y demás. A Jack Green, nuestro protagonista, la novela le gustó tanto tanto tanto que se dedicó en cuerpo y alma a desmontar todas y cada una de las críticas falsamente positivas y malintencionadamente negativas que se habían publicado sobre la novela de marras. En ellas había de todo:
· Dos críticos admitieron que no habían terminado de leer el libro;
· un crítico cometió siete pifias en una sola reseña, otros muchos dieron incorrectamente el número de páginas, año, precio, editorial, autor y título. A todo esto hay que añadir errores increíbles como confundir “diabético” con “adicto a los narcóticos”;· un crítico escribió su reseña copiando parte del texto de la faja de libro y parte de otra reseña,· otro dijo que el libro era “repugnante”, “malvado”, “soez” y que convenía que se le “lavara la boca con lejía” a su autor. Otros se mostraron despectivos o condescendientes,· de cincuenta y cinco reseñas, dos fueron acertadas.El resto eran chapuceras e incompetentes· por su incapacidad para reconocer la grandeza de esta obra,· al evidenciar su ineptitud para transmitir al lector cómo era el libro, cuáles eran sus cualidades esenciales;· por falsear esto último con idea estereotipadas (los clichés establecidos sobre cualquier libro que sea “ambicioso”, “erudito”, “negativo”, etcétera);· porque se valen de una jerga inhumana para fingir que están a la altura de su cometido;- Una sugerencia constructiva: ¡despidan a esos desgraciados!
Básicamente esto, pero desarrollado, es el libro. Incluye prólogo de José Luis Amores que, por cierto, es quien de verdad te mete en el cuerpo las ganas de leer a Gaddis. Lo mejor, en todo caso, es el debate que surge de las preguntas que plantea esta venganza que es “¡Despidan a esos desgraciados!”:
“¿Se reseñan libros que no se han leído? ¿Se escribe lo que de ninguna manera se opina? ¿Decimos que entendemos lo que no entendemos?”
No tengo nada contra criticar al crítico; es más, considero que es un ejercicio sano, necesario y hasta divertido. Estoy incluso a favor de ejecuciones sumarias periódicas, tanto de críticos como de escritores (si se puede elegir me pido la guillotina). Lo que ya no me parece tan bien es que el libro de Green (esto es, sus argumentos) sea utilizado por cualquiera para defenderse de las “agresiones externas”. Personalmente creo que cualquier crítica debería levantar siempre sospechas, pero no porque lo haya dicho Green, sino porque lo dicta el sentido común. Se olvidan estos grandes cerebros de que Green, al tiempo que desmonta la malas (reseñas), también tira a matar contra las complacientes a las que acusa, con muy buen criterio, exactamente de lo mismo: de mentir, de ignorantes, de cobardes... y de qué sé yo cuántas cosas más.
Pero les decía antes que tenía un ejemplo y es verdad, tengo un ejemplo. Parecerá un ataque frontal, pero no, es realidad es sólo un ejemplo (aunque cuentan ustedes con mi bendición si quieren ver en él cualquier otra cosa). Verán, hace un par de meses un ser humano, llamémosle X, publicó una novela muy moderna -moderna de morirte- que empecé y abandoné enseguida porque me pareció pesada, aburrida y porque tenía un poco bastante de todo-lo-que-no-soporto. Pues bien, el mismo día que salía a la venta, el autor publicaba en su blog una entrada en la que hacía referencia a este asunto (su estreno) algo que es, se mire como se mire, perfectamente natural. Menos natural era que junto con este título recomendaba también “¡Despidan a esos desgraciados!” de Jack Green. En ese post, en el texto que acompañaba la portada de su novela, explicaba que quería aprovechar la ocasión para recomendar “oportunistamente” el libro de Jack Green que, decía, era un manual de instrucciones de negligencias, vicios y errores que todos los críticos debería evitar. Un post francamente divertido.
Ahora, atención: la clave de este circo está en el reconocido oportunismo de la recomendación. Como no hace falta ser muy listo para pillarlo me voy a ahorrar la explicación del desternillante doble juego que ha sido lanzar una indirecta haciendo que parezca un chiste. Del mismo modo que Green se escuda en la defensa de “Los Reconocimientos” para atacar a la crítica (a los malos críticos), nuestro sujeto X parece escudarse en Green para defender su novela. Se trata, ni más ni menos, que de recordarle a la crítica que es precisamente con los libros difíciles (como el suyo, jaja) con los que más cuidado hay que tener; que siempre es mejor aplicar el criterio de prudencia que meter la pata hasta el fondo. “¿Recuerdan lo que pasó con Green? -parece decir- Pues no comentan ustedes el mismo el error” (ergo “o me hacen ustedes sitio en el Olimpo, caballeros, o me lo hago yo”.)
Insisto es que esto es un ejemplo. No tengo la menor intención de pelearme con nadie (si evito los enlaces es precisamente por esa razón) pero tampoco quiero dejar de llamar la atención sobre los efectos contraproducentes de este interesante “ensayo”. ¡Claro que hay que alertar sobre los peligros de la crítica! El mismo asco da leer “este libro es una mierda (porque no lo entiendo)” que “este libro es genial de puro postmoderno (y el tipo que lo ha escrito me cae muy simpático)”. En cualquiera de los dos casos no se está libre de no tener ni puta idea. Pero volvamos al escritor: me parece cojonudo, y esto lo digo completamente en serio, que uno defienda su novela con uñas y dientes. Vamos, es que sólo faltaba…. Pero, por favor, no caigamos en el error de tomar al lector por gilipollas: si una novela es buena debería serlo por sí misma (y ser capaz de demostrarlo antes o después) y no porque hace 50 años un puñado de imbéciles no hubiesen sido capaces de leerse y/o disfrutar las casi 1000 páginas de “Los reconocimientos”.
P.D.: Ya sabemos todos que la crítica (con mayúsculas) que se ejerce desde la blogosfera tiende ser, por lo general, bastante pobre (por no decir misérrima). Es fácil (y acertado) acusarla de carecer de aparato teórico, de no utilizar “referencias objetivas” y de enfangarse demasiado en el terreno de la apreciación personal, pero la otra, la "profesional”, la de los suplementos y revistas “especializadas” tampoco vale la mitad de las veces ni para limpiarse el culo en ella porque ser complaciente, "amiguista" o lameculos es pecar exactamente de lo mismo (aunque esto no le importe tanto a según quienes). Si queremos reseñar únicamente obras maestras, perfecto (nos ahorraremos un montón esfuerzo y papel), soy el primero en poner la cabeza en la picota; pero si los unos y los otros y los de más allá vamos a seguir reseñando toda cuanta mierda se publique entonces habrá que aceptar las reglas del juego que entre todos hemos ido estableciendo con los años (y que básicamente consiste en pasar un buen rato hablando de lo que más nos gusta) y no recurrir a odiosas comparaciones en un vergonzante intento de equipararse a Gaddis, Pynchon, Joyce o maría santísima. Porque no me jodan, las más de las veces, no-hay-color.
Podría escribirse un "Despidan a esos desgraciados" a la inversa; pienso, por ejemplo, en las decenas de reseñas (en Estado Unidos, aquí extrañamente privó el sentido común) positivas que cosechó una tontería como Tao-Lin. Es más, Patrulla de Salvación, con sus serias limitaciones y gusto cuestionable (preferir a Antonio Gala que a Olmos no muestra gran criterio) es una especie de Despidan a esos desgraciados a la inversa.
ResponderEliminarPor cierto, señor Tongoy, Patricio Pron, en el ABCD del sábado, nos notifica que La fábrica del lenguaje de Pablo Raphael (al que calificó con 5 estrellas) es el primer ensayo de valía que publica alguien de la generación de los setenta. ¡Despidan a ese desgraciado! Así estamos.
Jejeje, lo de Pron no deja de tener su gracia. Si ese es el mejor ensayo de valía que publica alguien de la generación de los 70 imagínese la calidad que tiene el resto. Hablando en serio: "La fábrica del lenguaje" es una apuesta por la literatura que se hace al otro lado del charco y aunque de Pron no se habla (se le cita una vez) es de esperar que le salpique. Despídanlo, sí, por favor.
ResponderEliminarLo de Tao Lin no es mala idea. Me ha parecido ver en alguna parte que se nos venía encima un libro nuevo. Quiero decir que será por oportunidades...
Saludos,
-"El mejor Ensayo hasta que publique yo el mío"
ResponderEliminarPensó Patricio mientras decidía entre renovar sus gafas o su corte de pelo.
Estoy a puntito de terminar de leer el libro de Jack Green (realmente interesante y divertido) y sé que leeré cosas de Gaddis (aunque no pueda afirmar si me van a gustar), pero no leeré nada de los "innominados" (porque no quiero emplear tiempo en hacerlo).
ResponderEliminarEn cualquier caso, la entrada es sugerente y, además de animar más todavía a echarle tiempo en leer a Gaddis, hace que leer entre líneas sea una obligación para entender lo que se dice.
No sé si he pillado todo lo que se decía "sotto voce", pero sé que no sé por qué en la lista de etiquetas hay una incluida -además de las obligadas a "Alpha Decay", "Jack Green" y "William Gaddis"- de "Mondadori".
Un saludo
Amén, sin peros, a la postdata.
ResponderEliminarDe todos modos, hay en todo esto bastante de una contradicción postmoderna de partida: no aceptamos cánones ni academicismos, pero no soportamos que cualquiera desde su casita nos critique en un blog; jugamos a que nuestra literatura desprecia la separación con la cultura elevada, a que estamos en el lío como todas las industrias (y por eso no nos molesta la crítica servil y ramplona de los suplementos), pero nos apresuramos a ponernos en un pedestal intocable si nos tratan como una novedad discográfica (mitad producto, diversión, promoción, imagen, discusión baldía -mitad obra de aspiraciones artísticas: las proporciones varían, claro)más y no aprecian nuestra diferencia, nuestra exclusividad, nuestra genialidad, vaya. Queremos jugar, pero solo si nos dan a elegir la mano...
Totalmente de acuerdo.
EliminarUno. La academia no hace el trabajo que sería deseable esperar de ella: rigor, erudición y un canon [ring] donde lxs escritorxs -todxs- salgan a batirse el cobre en saludable e implacable competición. Porque lo malo no es la superabundancia de libros, sino la superabundancia de libros malos. Corrijo: lo malo, es siempre, la falta de tiempo. Eso sobre todo y de ahí deriva el resto.
Y dos. Si borramos toda frontera entre baja y alta cultura [cosa un poco boba, porque de lo que se trata, creo, es de contar con ambas y de (re)concerlas y de jugar con ellas], si borramos, digo, esa separación entonces que se acaben de una vez todas las poses afectadas, así, dolientes y mohínas, y demos –llenos de júbilo– la bienvenida a un nihilismo sin concesiones y, con él, a la orgía de la opinión y a la tabla rasa del cinismo.
O qué.
No creo, señor Tongoy, que La fábrica del lenguaje sea una apuesta por la literatura que se hace del otro lado del charco (suponiendo, claro, que ese libro sea una puesta por algo). De hecho, es imposible hoy en día separar la literatura por océanos porque los escritores de uno y otro lado se parecen más (salvo honrosas excepciones) de lo que les gusta aceptar a unos y a otros. Pensemos en todos los muchachos que escriben sobre su infancia valiéndose de la autoficción, pensemos en todas las novelas en cuentos, pensemos en la anglofilia chabacana, pensemos en los Nocilla, que cuentan con su correlato en Argentina o en México. Más bien creo que Raphael pretende reivindicar cierto tipo de literatura seria (y solemne y rimbombante y afectada) a la Menéndez Salmón o, y aquí llegamos a la reseña del ABC, a la Pron de El comienzo de la primavera.
ResponderEliminarAsí que Fresy Patinete Abdullah se ponía a su Self-Ego a la altura de Gaddis. Cágate lorito. Esta gente se cayó en el caldero cuando bebés probeta y no se han mirado al espejo. Los gremlins de Timadori, poco a poco, van copando el mapamundi. El último que la armó, el tal Alberto Santamaria, con aquélla tontuna de lo "kitsch", resulta que estaba en labores promocionales quiméricas. En el número de este mes, Quimera, ya publica reseña o un algo. En veinte añitos, Vicentito Luis Góngora de la Mora, presidente del I. Cervantes y de la Academia de la Lengua, y los premios Principe de Asturias para Abdulla Fresy, Nocillas, Apalabaza, Elvirita Navarro y el resto de la colmena. Esperemos que para entonces ya esté legislada la Eutanasia Activa.
ResponderEliminarManfredo Casparrini.
¿X quien es ?
ResponderEliminarEl problema podría estar -al margen de que se escriba como el culo o como una sola de sus dos mitades- en que un autor de veintipocos años acuda, ya, a tan tierna edad a las autoreferencias -¿qué dejara usté para viejito mi amigo?- y la solución menos rebuscada residir en que el ensayo de Jack Green acaba justo, de publicarse, y farda lo suyo (una maniobra definitivamente anti-cool, que es lo que se impone) utilizarlo para la presentación del libro. No le busquemos entonces tres pies al gato y pensemos que si el joven escritor en ciernes ha recurrido a esta estratagema ha sido porque tenía reciente la lectura del libro de Green y le molaba de que la banda se enterase de que él se preocupa de leer obra escogida. De que no es un mandria, o sea.
ResponderEliminarDisculpas a todos por el "de" que va delante de la banda. Me sas ascapao.
ResponderEliminarNo sé si es un mandria o no , de lo que sí estoy seguro es de su inteligencia subnormal, canallesca y mafiosa después de haber leído en su blog que el 15-M debería poner algún muerto propio en su bandera, semejantes ideas lo dicen todo de quien las tiene y de sí mismas. Supongo que es tan imbécil que no sabe que es un fascista y ha llegado a creer que los demás tampoco lo sabemos, en fin...otro Sacerdote más dispuesto a sacrificar ovejas en el altar de su simonía
ResponderEliminarMejor monaguillo ¿no?.
EliminarAhí quería yo llegar, Carlos. Ni académicas ni blogueras. Buenas o malas. Tramposas u honestas. Documentadas o a ciegas. Manipuladoras y tendenciosas o distantes.
ResponderEliminarNo hay ni un solo crítico académico que me guste, actualmente. Quien más quien menos o está vendido, o quiere conservar el trabajo o tiene algún oscuro anhelo guardado en el fondo de su corazón. En La Patrulla una vez alguien hizo una pregunta trampa en este sentido y yo di una lista de críticos que están fuera del shobiznes, porque los demás no me interesan. De la mayoría de blogueros prefiero ni hablar, que me pongo de mala leche.
Y ese ejemplo que sugieres es un ejemplo más de manipulación insoportable. Que no se queje nadie, pero nadie, del desprestigio de la crítica, que se lo han ganado a pulso.
blogueras, blogueros, escritores, escritores, críticos, críticas...
ResponderEliminarYo follo bien. Son ellas las que no saben correrse.
ResponderEliminarPor otro lado, estoy con Abdul. Sé perfectamente qué se siente cuando un payaso no sabe descifrar la verdadera profundidad de tu obra maestra.
si todo es una puta mierda cierra el chiringuito
ResponderEliminarVamos a ver: si le aplicamos el modus tolens a " si todo es una puta mierda (entonces) cierra el chiringuito" nos queda "si no cierra el chiringuito (entonces) no todo es una puta mierda" proposición en la que los valores de verdad se conservan exactamente iguales ¿ lo has entendido o hay algo que se te escapa?. Ahora bien, las transformaciones lógicas pueden arrojar luz sobre el contenido implícito en una proposición y la estupidez de quien la propone pero no entrar el el fondo del asunto, en este caso concreto establecer la diferencia entre lo que es una puta mierda y lo que no; la entrada de Carlos, creo yo, intentaba delimitar el problema aplicando jocosamente el método de la "filosofía de la sospecha"
ResponderEliminarA tolens le falta un palo: tollens, hace tanto que lo estudié que ya ni me acordaba , lo acabo de comprobar, perdón
ResponderEliminarAmigo Secades, si me permite el consejo (y sin ser ni por asomo experto en Gaddis) yo empezaría por algo “pequeño”. “Gótico carpintero” es genial y se lee en una patada. Más o menos. También dicen que “Su pasatiempo favorito” es de las más accesible y un buen modo de empezar (claro que quien lo dijo lo hizo antes de editarse Gótico.) Yo será la siguiente que lea de él a ser posible antes de dos o tres meses. Estoy un poco harto de tanto clásico. Me voy a dar una panzada de “moderneces”.
ResponderEliminarP.D. Lo de Mondadori fue un lapsus. Arreglado.
Preocupin, “queremos jugar pero sólo si nos dan a elegir la mano”. Exacto. Al final todo se reduce a eso.
Anónimo de las 03:02 AM, creo que me he expresado mal. Cuando me refería a la apuesta de Raphael lo decía en el sentido de que considera a los escritores de allá mucho mejores que los de aquí. Si le soy sincero después de leer su ensayo sigo sin tener ni puta idea de lo que quiere.
Julian, la banda ya sabe que él se lee esas cosas (AD es AD). Buscarle los tres pies al gato es demasiado divertido. No tengo la voluntad suficiente para renunciar a algo así.
Anónimo de las 01:08, venga, venga, no se me enfade.
Hola, Ire. Tal como dices no hay muchos de quién fiarse. Yo no tengo ningún crítico a quien seguir. Leo esto, lo otro, lo de más allá y si pinta bien me la juego y decido por mí mismo y descarto mucho, claro, qué remedio. Llega un momento en qué, no sé cómo, se desarrolla un sexto sentido. Y los blogs son más de lo mismo. ¿Por qué? No lo sé. Un misterio. Yo leo unos cuantos, me divierto con algunos, me fio de pocos… Lo mismo de antes: se trata de recabar información y hacerme un idea.
Joder, Quiquiño, te cada día te haces más de rogar. Ya nunca vienes a verme. El 80% de los blogueros somos unos impresentables. Pensé que lo sabías. ¿Cómo va esa novela, por cierto? ¿Crece o no crece? ¿O mengua?
Exacto Anónimo de las 05:24: aquí se aplica la “filosofía de la sospecha”. Es toda una mejora. No hace ni un año se aplicaba “la presunción de culpabilidad”. Me estoy ablandando. Por otro lado, ese “si todo es una puta mierda cierra el chiringuito” es un poco absurdo en un post en el que precisamente se recomienda un libro. A no ser que se refiera a otra cosa, claro.
Muchas gracias a todos por pasar.
Y lo que es increíble es que Quimeras, Babelias y demás se hayan querido subir al carro del 'new old criticism' para ganar adeptos sin importarles si quedaban salpicados o no. Que despidan a esos desgraciados, sí.
ResponderEliminarNo me tires de la lengua, anda. A Quimera se le puede dedicar un post un mes sí y otro también que sólo con ellos ya tienes para rajar a diario lo que quieras y más. Por cierto, parece que están en crisis. Y no me refiero sólo a la económica.
ResponderEliminarEl último número de Quimera es triste. Rescato el texto de Santamaría y, y, y... listo. Pensé que la mudanza a Madrid iba a traerle aire fresco a estos muchachos, pero no ha sido así: el olor a encierro lo arrastran a donde quiera que vayan.
ResponderEliminarLa tengo casi toda sin leer (como siempre) pero sí, es verdad, "TRISTE" la define bien. Este mes medio-decidí no volver a comprarla. No sé qué hacer.
ResponderEliminarYo también volví-a-decidir no comprarla, pero la nostalgia por aquel tiempo en que existían publicaciones culturales me sigue ganando. Es de risa que a este paso el Qué leer (con todo y su último número flojito, flojito) sea una publicación más interesante, literariamente hablando, que Quimera. Señor Tongoy, lamento informarle que, a como se ve el patio, la supervivencia de la discusión literaria en este país descansa sobre sus hombros. La patria lo llama y las musas le piden auxilio, y usted que insiste en cerrar el tinglado e irse al bar por unas cañas y unas gambas.
ResponderEliminarTongo, q tal tus relaciones con Sexto Piso...?
ResponderEliminarUmmm, bastante bien, por lo q se ve.
Independencia..? Quítate un pelín la careta, aunque sea un par de días..
Yo me llevo bien con todo el mundo, ángel de amor. Esto incluye Sexto Piso, faltaría más. De todos modos si le sirve de ayuda le diré que nunca, hasta la fecha, he reseñado nada que me haya regalado esa editorial. Lo digo por si se queda más tranquilo, no porque necesite justificar nada. Y no se preocupe: cuando ocurra lo advertiré, como he hecho siempre. (Aprovecho para invitarle a darse un paseo por el blog, a ver si encuentra alguna reseña que no sea del todo un elogio a lo que publican.)
ResponderEliminarLa otra cosa que puede hacer, a la que le invito cordialmente, es no hacerme ni puto caso. Verá que pronto se siente mejor; más realizado.
A mí Quimera me la regalaban, y muchas veces, perdón, siempre, después de leerla, perdón, medio leerla, me alegraba de que me la regalaran (no me gusta tirar el dinero). jeje.
ResponderEliminarY señor Tongoy, chapeau.
eso si, deje un poco en paz a Tao lin, si hay que dar palos, deselos a un arbol, no se, abetos, Olmos, etc.
ResponderEliminar(no van las tildes)
EliminarTongui, cariño, la novela va bien pero despacito. De tan brillante como está quedando dudo que tú y tus secuaces seáis capaces de captar toda su profundidad. Pero bueno, ya se me hará justicia dentro de cincuenta años.
ResponderEliminarLa ventaja que tengo yo respecto de otros que no escriben ni la mitad de bien es que son las 00.30 y todavía llevo la corbata puesta. Es decir, tengo trabajo y no necesito que nadie reconozca mi grandeza para seguir comiendo calentito.
Y eso. Además, últimamente estoy bastante liado y si no vengo es porque me paso la semana más de acá para allá que de costumbre.
¿Qué te parece el nuevo título?: Panoli
Hey, señor Tongoy, ¿habrá reseña de Ejército enemigo? En caso negativo bien nos podría decir rápidamente qué le ha parecido.
ResponderEliminarGracias Danilo, muy amable. Por Tao no te preocupes, si en el fondo le hacemos un favor.
ResponderEliminarQuiquín, te echo de menos, pero me parece bien que hagas cosas de provecho. Mejor eso que me engañes con otra. El nuevo título me gusta más que el otro aunque confieso que le había cogido cariño.
Anónimo, pues mire, la verdad es que lo tengo sin leer. Ya, ya sé que soy un desastre. Lo empecé y luego lo dejé a las veinte páginas pero no por desinterés sino porque se me cruzó una mosca y me puse a leer otra cosa. Una cosa llevó a la otra... Entre eso y que lo tengo en el Kindle pues como que me lo estoy tomando con bastante calma. No le puedo dar una opinión porque apenas he leído nada, pero bueno, es muy malherido. Tengo la impresión de que Olmos sabe que si quiere "destacar" ha de ser tirando de personaje. No tengo nada en contra, es más, me parece que es lo mejor que puede hacer llegados este punto y en vista de que lo otro no funcionó muy bien (lo digo en el sentido de no le ayudó a promocionarse).
Un saludo y gracias a todos por pasar.
¿Harás reseña del de Calvo? Mira que me tira patrás el rollo que lleva este hombre, pero también parece que es el único salvable, como escritor, digo. A ver qué te ha parecido.
ResponderEliminarNo lo sé. Te voy a contar un secreto: la mitad de las veces nunca sé si voy a escribir una reseña hasta que lo estoy haciendo. La otra mitad lo decido durante la lectura. En el caso de Calvo de momento es NO, pero vete tú a saber, sólo llevo 100 páginas.
ResponderEliminarNo he leído nada de Calvo porque la verdad nunca me ha apetecido pero ya sentía demasiada curiosidad y me pareció un buen momento para probar. No sé mucho el rollo que lleva (lo que veo en facebook y tal) pero la verdad es que no es algo que me quite el sueño. Como traductor debe ser (con lo que yo sé de inglés bien pudiera inventárselo todo) la hostia. Con decirte que me gusta tanto como traduce a Wallace que me compré "País de Sombras" sólo porque también lo había traducido él. Algún día lo leeré (País de sombras). ¿Como escritor? Insisto, llevo 100 páginas y yo solo juzgo si llevo menos de cincuenta y más de doscientas pero de momento (argumento aparte) me está gustando bastante. Me hizo gracia el comienzo, que es muy DFW: “La posición en que la secretaria del capitán de artillería Ponce Oms encuentra a Arístides Lao, alias Sirio, en un rincón del suelo de su despacho es esa postura genuflexionada y con el cuerpo muy echado hacia delante que uno asocia con musulmanes a la hora del rezo o bien con gente que ha perdido una lentilla.” A su favor está que ayer me leí 100 páginas del tirón y hubiese seguido si no fuese la una de la mañana.
Parece ser que la buena, como traductora, se entiende, es su mujer. Por eso te lo preguntaba, porque 'fuentes fidedignas' me han dicho que no está mal, pero no me he acabado de decidir nunca, pereza, supongo. Esperaba a ver si acababas de decantar la balanza, y ya me sirve lo que me cuentas.
EliminarQueremos reseñas! A mí la de Olmos me gustó mucho. La trama negra decepciona; el ambiente, las ideas, el sexo, el torrente verbal, las ocurrencias son geniales. El problema y la cualidad de Olmos es que todos sus libros son radicalmente distintos (lo que habla bien de él como escritor). Esto hace que te pueda gustar o no dependiendo del que cojas. A mí, por ejemplo, A bordo del naufragio y El estatus no me gustan para nada (hay quien dice que son sus mejores libros...); en cambio, Trenes hacia Tokio, Tatami y Ejército enemigo me parecen excelentes.
ResponderEliminarEn cuanto a Calvo, su novela premiada me ha parecido bastante intrascendente. Las anteriores tampoco me entusiasmaban (un poco aburridas a mi parecer) pero al menos se le veía la intención de innovar, de experimentar. No sé.
Estamos en marzo, claro, pero este año en español no pinta bien...
Tengamos esperanzas en el Alfaguara.
Anónimo defensor de Olmos y su ejército, ¿lo del sexo le ha parecido genial?
ResponderEliminarYo no tengo en contra del sexo explícito, pero me ha parecido un poco cansino al respecto. Y no me refiero a que sea capaz de masturbarse hasta tres veces por página (en la del kindle, que es más corta que las otras), me refiero sobre todo a la descripción de los 40 y pico minutos del vídeo porno. Tengo que reconocer que llegado a un punto me pareció mejor opción pasar página.. y página.
Estoy en el 80% del libro y según termine me gustará más o menos, pero vaya, que yo le recortaría pajillas.
Un saludo
Marieta
Estáis todos enfermos, o sea, desnaturalizados. Ahora mismo me voy a fumar un trócolo mientras leo "El pirata Garrapata" y disfruto de lo mejor que la literatura puede darme. Y vosotros a sufrir como imbéciles, por pedantes y egocéntricos. Pringaos.
ResponderEliminarMarieta, precisamente esa descripción es la que me parece genial (¡Dios!, la subjetividad de la literatura). En ella Olmos se impone un reto muy interesante, y de pasada cuestiona el poder de representación de la literatura y su pertinencia (si todavía la tiene) en esta época audiovisual. Vamos, describe un vídeo porno del que ¡nos pasa el link! Concretando y confesándonos: a mí me excitó más la descripción textual que el vídeo original, que francamente me ha aburrido un poco (no crea, mientras escribo estas líneas me sonrojo, pues a mí me enseñaron que de estas cosas sólo se puede hablar con el cura del pueblo, y de pasada me acuerdo que tengo que borrar el historial de mi internet, pues eso del porno no está bien visto (nunca mejor dicho) es casa). Quizás esta diferencia entre nuestras apreciaciones, y créame que no me gusta hablar de estas diferencias lectoras basadas en un par de vocales y de órganos, se deba a un hecho bastante trivial: a las mujeres, a la mayoría al menos, no les gusta el porno (¡tengo que borrar el historial de mi cacharro!, ahora que me acuerdo).
ResponderEliminarEn cambio, como decía más arriba, el desenlace de la trama me ha decepcionado. El libro exigía una conspiración o algo del estilo... no digo más para no arruinar su lectura. Ya me dirá usted qué sabor de boca le ha dejado el libraco. Por cierto, una pregunta de un lego: si lo está leyendo en kindle, ¿puede acceder automáticamente al enlace que ofrece el generoso narrador? De ser así Ejército enemigo es una de las primeras novelas españolas que merece más la pena leer en digital que en papel.
Mis respetos, y espero que en el futuro tengamos la ocasión de charlar sobre escenas de libros que nos resulten (o me resulten) menos bochornosas.
No dé usted ideas, caballero, que ya me veo el mercado inundado de e-libros con escenas cochinas con enlace directo como reclamo...
EliminarQuerido anónimo.
EliminarHe llegado al final del libro. Cuando iba cerca del 90% (esto del kindle no ofrece páginas reales, solo porcentajes) yo también pensé que una conspiración le iba al pelo, pero en ese caso me hubiese defraudado, puesto que en ese momento estaba inmersa en otra miniconspiración(que no detallaré, por si alguien quiere leerlo todavía) ,que supuse, eliminaría esa posibilidad. ¿Muchas pajas-mucho porno- muchas conspiraciones? No sé, no sé.
Así que en cuanto quise pensar que el autor descartaría esa posibilidad, me centré en la que fue finalmente. Y para mi, eso es una gran alegría, porque no me ha defraudado. No por ser como pensaba, si no por no ser algo más terrible o desubicado que lo que pensaba (me viene a la mente aquel 'tangram'... y se me empañan las lentillas, oiga). Francamente, al 50% del libro pensé que esto acabaría en desastre y tendría que hacerle yo una crítica mordaz a mi hermanísimo si finalmente se decidía a no acabar de leerla (Carlos, cielo, haz un esfuerzo, que seguro que no te gusta).
Respecto a lo del enlace lo pensé en su momento, pero fíjese qué tontería que estaba en el parque infantil en el momento de la descripción de la que hablamos(leyendo tras un matorral por pura vergüenza ajena y para que la pasma no me llevase al cuartelillo). Iba a buscarla en internet por si fuera real, pero ni ganas y ahora que me lo ha recoradado he salido corriendo a por el libraco para probar. Lo malo del kindle: o subrayas algo o la búsqueda manual es un coñazo. No estoy tan intrtigada, pero en algún momento lo buscaé, lo probaré y se lo diré. Aunque ya le adelanto que dudo mucho este cacharro reproduzca vídeos. ¿Algún ingeniero informático en la sala?
Y por último, estoy de acuerdo en que no a todas las mujeres les gusta buscar y/o ver sexo en internet. No le voy a hablar de mi experiencia personal porque al menos un miembro de mi familia lee esto que escribo y además le gusta escribir de forma mordaz. El caso es que a mi, poco escandalizable (tengo suficiente edad para no tener vergüenzas, aunque no la suficiente para que me traten de usted, por cierto) me ha superado por excesivamente descriptivo . Me recordó a cuando internet era un privilegio y se buscaban narraciones explícitas en un quiosco alejado de la casa de tus padres y que leías a oscuras cuando sabías que no te oían (a mi esto todo me lo han contado, que lo sepa) y que precisamente eran narraciones tremendamente explícitas a falta de imágenes y fotos al respecto.
En cualquier caso, yo creo que que el libro, como dice, (aunque por otros motivos) merece más la pena en digital que en papel. Gracias Carlos, la biblioteca de Santiago te agradecerá eternamente que contribuyas a los recortes en educación. ¿Sabemos leer? pues se recorta todo lo demás y nos quedamos tan frescos. Ahí estamos...
Y cuando quiera que charlemos sobre alguna otra escena que le produzca menos pudor pues aquí estaré. Eso si, no me imagino cómo podré distinguirlo entre tanto anónimo (me pregunto si tendrá un nombre). Y por favor... el 'usted' déjelo al menos hasta que mi hermano cumpla los 49.
Un saludo
Marieta
"Ejército enemigo" pincha, para un servidor (y ya sé que, como ejemplo de ranciedumbre sin par,mi opinión tiene el mismo valor que un "no subiré los impuestos" en boca de Rajoy), justo cuando se aleja de su terreno: la voz de un narrador que tiende a ocuparlo todo, pero que deja también momentos brillantes. Se empeña, sin embargo, en construir una trama,con misterio incluido, que hace aguas; un personaje que resulta altamente inverosímil, cansino y que es la única amalgama para "traer" cosas de supuesta actualidad a la novela: el sexo cibernético, la solidaridad bienintencionada y cómoda... Olmos, en esta novela, quiere a ratos escribir como Umbral o Tizón pero también provocar, intrigar, o, dicho de otro modo, vender y claro, la novela termina siendo bastante peor que El estatus o que, especialmente, Trenes hacia Tokio, que sostenía mucho más su tono, su voz, seguramente por su falta de ambición o de las muchas servidumbres que lastran a Ejército enemigo. Con todo, Ejército enemigo no es tan mala como muchos se empeñan en decir, ni tan cojonuda como la han estado vendiendo otros, empezando por el propio Olmos (llegó a decir que no tenía fisuras, sin sonrojarse), que, pese a todo, y aquí podéis lapidarme, me sigue pareciendo un tío brillante como pocos, y alguien que me ha hecho pasar muy buenos ratos, con los libros mencionados ( sobre todo Trenes...)y con el ahora algo decaído Juan Malherido.
ResponderEliminarGracias, chicos.
ResponderEliminarVamos a ver si es posible un sólo post sin comentarios sobre/de/para/por la Gran Promoción del plasta OLMOS.
Yo creo como que no será posible.
Pero venga, vamos.
Porque este post TAMPOCO iba de Olmos, no?
Querida Marieta,
ResponderEliminarMe permito tratarte de tú, no sin cierta incomodidad, pero mis tartamudeos son preferibles a tu molestia. Quizás hablarte de usted ha resultado excesivo, pero sobre nosotros, los pobres anónimos, se han dicho tantas injurias e injusticias que lo único que nos queda es actuar con la humildad y la educación que en realidad nos definen.
Tienes razón con lo que comentas de Ejército enemigo, un final conspiranoico habría resultado evidente, predecible y trillado. Sin embargo, el final del libro sigue sin entusiasmarme, me parece algo anticlimático. Y qué risa que ese pasaje lo hayas leído en un parque infantil. Si un policía alcanzaba a hojear el párrafo que leías, quizás hubieras terminado en comisaría. Ya puestos, con la autoridad familiar que supongo tienes, deberías exigirle al respetable señor Tongoy que actualice más seguido, que este blog cada vez se va pareciendo más al aeropuerto de Castellón, con la triste diferencia que, hasta donde se sabe, aquí no hay subvenciones ni compadreos.
Por cierto, me he sacado de la biblioteca Ágape se paga, confiando en el buen juicio de quienes por aquí se pasan. Espero no tener nada que reprochar.
Un saludo,
¿No exageran un poco? Esta entrada tiene 7 días. (Por no hablar de que para hablar de Olmos vale cualquier sitio).
ResponderEliminarPero vale, luego les hablo de un libro muy chulo que me acabé la semana pasada.
De todo lo comentan lamento no poder participar porque no me he leído el dichoso libro pero guarden estos mensajes y los vuelen a sacar cuando corresponda.
Un saludo y gracias por pasar,
Lo prometido es deuda. Ya tienen regalito del día del padre: http://lamedicinadetongoy.blogspot.com.es/2012/03/el-padre-muerto-de-donald-barthelme.html
ResponderEliminarSaludos,