jueves, 21 de febrero de 2013

“Intemperie” de Jesús Carrasco

Un hombre, un burro y un niño y, tras ellos, un coyote sin gracia. Eso es Intemperie. El resto es decoración. Bueno, quizá no tanto. No le resto mérito como árbol de navidad pero está lejos la cosa de ser la supuesta maravilla. En mi humilde opinión, claro.

Quería dejar pasar algunas semanas antes de sentarme a escribir esta reseña. Quería hacerlo sin el ruido mediático de su estreno, ese runrún insoportable, ese ir y venir del pasmo a la genialidad. Sin darme cuenta, caí en el letargo de la espera. Me saca de él, hoy, mientras escribo estas palabras, Vicente Luis Mora, que la recupera para su blog enfrentándola -en una reseña anormalmente breve para lo que suele ser habitual en él- a la de Ivan Repila (El niño que robó el caballo de Atila). A Vicente le gusta más la segunda. A mí también, honestamente.

Intemperie es un ejemplo perfecto de lo efectivo del marketing salvaje. Me pilló una tarde de enero hablado de ella en Facebook. Veinte minutos después la estaba comprando en Amazon para el Kindle cuando lo que tenía que haber hecho era buscarla pirata, que seguro que ya estaba (de hecho la encontré hace sólo unos días en todos los formatos posibles imaginables y un par de ellos más). Pero bien, me pudo el impulso del momento, que ya supongo que es la clase de impulso para la que se proyectan este tipo de campañas de ensalzamiento.

Dejen que les cuente un secreto: ¿saben qué es eso que tiene intemperie que tanto gusta a críticos y lectores? Un burro. Sí, un burro. No un burro extraordinario, de un mundo de fantasía,  no el burro que llevó al mesías, ni un descendiente directo del bueno de Platero. No; un burro vulgar, corriente, moliente y hasta un poco feo, seguramente. Un burro que llama la atención por los aperos, su andamiaje, todo lo relativo a la logística que lo acompaña. El burro como lección de historia y como vasodilatador. No me creen. Miren, cuando algunos leen esto:

El viejo agarró al burro por la cabezada y tiró de ella hasta que el asno se puso de pie. Sin destrabarlo, colocó sobre su lomo un albardón largo de lona armada. Encima dispuso un ropón de arpillera raída y luego una albarda de centeno cuyo ataharre el viejo pasó por debajo de la cola. Antes de cargar al animal, redistribuyó el relleno de paja, que con el trasiego se había acumulado en las partes bajas del aparejo. Lo aseguró todo con una cincha de esparto gruesa que apretó bajo la panza de la bestia. Encima de la albarda extendió el mandil, lo que hizo al chico recordar el momento de la misa en el que el cura volvía al altar después de haber dado la comunión. Con la ayuda del monaguillo, iba apilando sobre el cáliz el corporal, la patena, el purificador y la llave del sagrario. 

[Cuando algunos leen eso] se les pone como una piedra. Lo juro. Normal, por otro lado. Imagínense: de repente un hombre que utiliza el diccionario y sabe cómo se decora un burro. He visto orgasmos por menos. Y es todo tan de campo, caramba, tan de aquí, de nuestra tierra. Al fin, la literatura nuevamente frente al terruño y lo equino como seña de identidad. Vuelve el escritor de chaleco y dominó los domingos por la tarde. Carrasco, con esa boina y ese bigote y esa pluma, hablando de burros e invirtiendo el apocalipsis macarthyano y pareciendo Delibes ensangrentado y ese burro, cielo santo, ese burro que sube la meseta y baja la meseta con los serones de esparto unas veces llenos y otras vacíos y ese viejo diciéndole al crío, recién violadito él, que parece una amapola todavía, que descargue al burro, cojones y, una vez más, que lo vuelva a cargar. Y toda la puta novela es el crío y el viejo puteando a un pobre burro que no tiene maldito afán protagonista y que nada más que sirve para darle a la novela una página más y otra página más y otra página más. Que ya no hay burros como los de antes, queda cristalino, en la novela. Tiene el cielo ganado, Carrasco, por este rescate de lo tradicional artesano aplicado a la dinámica asnal.

Lamento la exageración, pero es que yo, que soy de natural compasivo, tiendo a ponerme siempre del lado del más débil y en esta ocasión le ha tocado al pobre burro. Menuda jartá de llorar la mía durante la lectura. Menos mal que era chiquito, el libro. Pero eso no quiere decir que no haya sentido pena por los demás. Lo que he sufrido, qué duda cabe, por esos pastos sin pastos, por esas cabras leche ni sin esperanza de futuro. Y por el niño, claro, porque la cosa va de un niño, en realidad. 

Argumentatorio: Un niño huye por una meseta desértica. Un viejo cabrero lo recoge desesperadito y se lo lleva con él. Comen queso curado, duermen a la intemperie. Un hombre los sigue a caballo. Se supone que el hombre es malo o no estarían huyendo. Puestos a suponer podemos suponer por qué huye en niño y por qué lo persigue el hombre. Y, bueno… pasan cosas. Se mueven de aquí para allí, los mazan a hostias, intiman a golpe de recelo… quehaceres propios de la gente del campo. Cualquiera que haya pasado unos días en un torreón abandonado en medio de ninguna parte lo sabe.

Lo más especial que tiene Intemperie es que la película va a costar cuatro duros. Vivimos tiempos difíciles, conviene adaptarse. Por lo demás no es nada del otro mundo, sin pretender ni mucho menos con esto desmerecer sus virtudes: a saber: climatología extrema, rudeza de carácter, villanos duros como tojos y hombres en período de gestación. La vida, en definitiva, lavada a la piedra.

Por lo demás, verborrea, sinónimos y serones de esparto a raudales. También pasarlo fatal por el tanto sufrir de la criatura, que no se ha visto tal desde Ruanda la semana pasada, por ejemplo. 

Imaginó un molino de agua en un hayedo y también horizontes como serruchos mellados. El cielo penetrando en la tierra, derramándose sobre ella y, en dirección contraria, los picos elevándose a lo alto. Morada de los dioses. El paraíso del que tanto hablaba el cura. Un tapiz verde en el que los árboles reposaban negligentes, ajenos a su propia abundancia. Arces, abetos, cedros, robles, pinos de Flandes, helechos. Agua brotando entre rocas siempre húmedas. Fresco musgo tapizándolo todo. Charcas donde la transparencia era ley y el sol iluminaba los lechos pedregosos. Torrentes momentáneamente remansados, donde la luz dibujaba espirales iridiscentes. 

55 comentarios:

  1. Muy divertida la reseña, y es verdad que el burro se lleva la peor parte. A ver, la novela está bien. Quizás el principal problema ha sido que se ha vendido como algo más que lo que es: un buen western a la ibérica con una figura de lazarillo como protagonista. Lo contrario que con la nueva novela del Repila que mencionas, de la que se ha oído hablar muy poco antes de su publicación, pero de la que se va a oír hablar mucho de aquí en adelante (quizás sea la forma lógica de hacer las cosas).

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  2. España, como diría el gran Salvador Dalí -o, si no, seguro que diría algo parecido- es el país más fervorosa y clericalmente ateo de todo el orbe. Y sacar cosas de curas y misas en la meseta, sexo teñido de violencia y pecado, y maltrato animal, son, en este puto país de altaneros acomplejados, garantía casi plena de éxito. La cosa consiste en que los que aparezcan en el argumento de la trama las estén pasando más putas que tú. La redención y el castigo. ¡Nos encanta eso!.

    Por cierto... ¿se folla alguién al burro?. Visto lo visto, eso es algo que podría caber dentro de la lógica.

    Abrazos!

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  3. Me gustan tus críticas; porque estoy al margen, claro. No sé lo que opinará Carrasco y, desde la lejanía, todos los burros son pardos. Me tiré mucho tiempo buscando críticos para mis novelas y no existe la mínima posibilidad de que se lea a un autoeditado, independientemente de sus ventas. Y no te intento picar: si quiero que me lean, ya me voy a Patrulla y se lo pido al espacio internesiano. El cachondeo demuestra mi teoría.

    Pero a lo que iba, que los cerros para los burros: ¿no será que el burro es tipo del de Apuleyo a lo posposmoderno y no nos hemos dado cuenta ninguno más que Seix Barral? Ando yo intentando averiguar qué ha de tener una novela de un novel para que una editorial como Seix Barral la publique. Carrasco no tiene pinta de tener un buen culo (he leído en algún otro artículo que ayuda). Algo debe de tener su novela ¿o no?

    No sé si viene al burro pero tal vez no te importe darme tu opinión: ¿qué ha de tener una novela de un novel para que, en este momento raro, la publique Seix Barral?

    Saludos

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  4. Bueno, a ver, bromas aparte, la novela no está mal pero tampoco es tan especial, ni tanta cosa ni tanta maravilla. Yo me meto con el burro (que no es más maltratado que cualquier otro burro) porque aburre. A mí me gustó, moderadamente, seguramente porque me gusta el western y en esta novela hay un “desierto”, un villano y un hombre bueno y rudo ayudando a un niño. Joder, tenía que ser muy mala para no gustarme. Lo que también hay es un recrearse en la prosa que carga bastante. Carrasco se mola mucho a sí mismo y se olvida un poco del lector.

    Echevarría, mira qué casualidad, hoy habla de este mismo libro en El Cultural. De su promoción y de su calidad. A continuación, el final de su artículo:

    Hay razones sobradas para saludar Intemperie como un debut prometedor. Las hay también para celebrar su vigor estilístico, lastrado, como no ha dejado de señalar alguno, por un formalismo excesivo y algo autocomplaciente. Pero se ha hablado insistentemente de austeridad, cuando yo percibo más bien lo contrario: una especie de bulimia hiperrealista (con cierta tendencia al gore) que, para desplegar toda su panoplia léxica, abusa hasta la exasperación de minuciosas secuencias descriptivas, con las que se dilata una historia que daba más bien para un cuento, y que abunda en no pocos clichés.
    El revuelo armado por Elena Ramírez con Carrasco recuerda al que armó Beatriz de Moura, hace más de veinte años, con Luis Landeroysu primera novela, Juegos de la edad tardía (1989).No parece improbable que aquella historia se repita.
    Por mucho que se consienta y hasta se aplauda que se vaya de vez en cuando de picos pardos, de la narrativa española no hay nada que se celebre más a gusto que los reencuentros con la que se entiende que es su propia tradición: realismo, preciosismo estilístico y ética de los sentimientos.
    Pues bueno.

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    1. Yo con el que no puedo es con Echevarría. Sus lugares comunes aburren hasta al más complaciente.

      Sí que parece un Delibes revisited, sí. Lo cierto es que, de momento, no me apetece demasiado su lectura. Puede que en verano.

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    2. Me lo has quitado de la punta de la lengua, Ire. Apesta a Delibes con tintes a lo Benet. Habrá que leerla, pero dentro de quince años. Ahora es tontería. Después de estudiar el caso, parece un mito a lo Barthes. Veremos cuánto aguanta en el escaparate.

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    3. Hostias, Vicente Diable(Olmos) citando a Barthes. Olmos y su habitual falta de imaginación para crear personajes.

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    4. Que sí, que ya sabemos que estás enamorado de Olmos. Hala, ya está. Hay que ver lo que se parece la blogosfera a una clase de 3° de Eso. Por el amor de Dios.

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    5. Acabo de leer la crítica de El Cultural e insisto en lo que ya he dicho otras veces. Echevarría es muy bueno. Hoy por hoy, en el ámbito en el que se mueve -no tengo noticia de como andará la cosa en los foros académicos salvo por lo que a veces nos apunta V.D- Ignacio es alguien que "se sale"; directamente.

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    6. Y que dice a fin de cuentas el bueno de Eche, Julian? Nada, as usual.

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    7. ¿Pero qué quieres que diga el pavo, mon cheri...?. Dice justo lo que tiene que decir y lo dice bien. Que el problema de la nueva narrativa española no es ya lo que los jóvenes pretendan contar, sino que, al hacerlo, el texto no se asemeje al reporting de operaciones de un vendedor de cafeteras sin filtro infatuado de veleidades poéticas

      ¿Estamos o no estamos, moiselle? Y un besín que es sábado.

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    8. Yo creo que Julian es Echevarría. Lo vengo sospechando desde hace tiempo. Esto lo confirma. ;)

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    9. Tongoy,

      No soy Echevarria, pero acostumbro a estar de la misma mala hostia que Echevarría al comprobar que en este país la "mediocridad" se ha convertido en un coloso irreductible. ¡Me río yo del monstruo de Quake!.

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  5. Apunto: "Lo que también hay es un recrearse en la prosa que carga bastante. Carrasco se mola mucho a sí mismo y se olvida un poco del lector" frente al final de Echevarría "[...] realismo, preciosismo estilístico y ética de los sentimientos".
    Encontrar un término medio entre no matar de aburrimiento a nadie y el preciosismo ese es jodidamente difícil.
    Gracias.

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    1. Ojo, Eche, antes de eso, dice: formalismo excesivo y algo autocomplaciente. Que demasiado bonito todo, vaya. El término medio supongo que es lo que lleva a merecer el éxito. NO hay fórmula para esto. A Senabre fue la prosa lo que más le gustó. A mi la historia. En este caso sale ganando él.


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  6. ¿McCarthy & Delibes, remixed? ¿Tremendismo rural mesetario, cien años después? ¿Burros maltratados, niños violados? ¿Niños maltratados, burros violados? Jesús, María y José... la culpa debe ser de ZetaPé.
    Lo de la promoción, efectivamente, brutal (incluyendo el seguimiento que se ha hecho en los blogs)... hasta y he estado a punto de picar, qué carajo. Gracias, Tongoy, por hacer de cortafuegos (y enhorabuena, en todo caso a Elena Ramírez... lo siento,ya sé que parece peloteo, pero esta mujer es mi debilidad).

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    1. Todos mis respetos para Elena. El día que yo publique mis memorias (una colección de 15 microrrelatos) quiero a Garrido de agente y a Elena de editora. Y a vivir.

      El seguimiento masivo atiende a otras razones entre ellas el aburrimiento. Quizá nadie se ha dado cuenta, con tanta fiesta, pero desde noviembre del año pasado el panorama editorial es un muermazo que sólo han salvado "Intemperie" de Carrasco y "Limónov" de Carrere (lo digo por su multipresencia en todos los medios). Andamos todos como locos agarrándonos a clavos ardiendo.

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  7. Tongoy, no sufras, me consta que el burro de Carrasco era hinchable como el elefante de Mrozek, al final, aunque el autor no lo cuenta, se eleva sobre la meseta perdiendo toda su carga y desaparece.
    (Estoy disfrutando con el polaco, gracias)

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  8. Más que Ruanda, el Congo padeciendo a Ruanda.
    Preciosismo literario: "los árboles reposaban negligentes, ajenos a su propia abundancia." Si es que un árbol nunca está en lo que tiene que estar.
    "Charcas donde la transparencia era ley"

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    1. Con lo de los árboles no hay nada que hacer pero lo de la charca y la transparencia es una referencia clara a la situación política actual. Se me escapó como novela ideológica.

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    2. No tiene pinta, lo de novela ideológica, Carlos. Pero, por lo del preciosismo ese, espero el descuajaringado del Lector iracundo. Ojalá le hubiera leído antes este tipo de autopsias antes de meterme en esto. Observaciones como las que hace María del árbol son fantásticas para poner mil ojos en lo que se escribe.

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  9. Por primera vez te voy a hacer caso, Tongoy. Y mira que no estoy de acuerdo contigo, nunca. Pero tampoco te alborotes, no ha sido un logro tuyo. Lo ha conseguido Carrasco con sus primeras 20 palabras (la cita que pones). La mezcla de estilo y tema está bastante pasado, para la España rural de burros, campos, curas y pederastia ya tenemos autores de sobra conocidos.

    El libro suena a un fin de semana de turismo rural, donde la reluciente cabeza de Carrasco tuvo su epifanía por el shock de una visita al "Refugio del Burrito". Y de vuelta a la ciudad, con una bolsa de palomitas, se rodeó de todas las ediciones del Diccionario de Sinónimos, de las obras de Delibes y revisó cuarenta veces "Bienvenido Mr. Marshall".

    Y ahí lo tienes, ahora que está tan de moda ser moderno, planto una historia arcaica con una literatura arcaica (= que no se entiende porque necesitas el diccionario de sinónimos del siglo pasado y un manual antropológico rural). Y sin mencionar, por supuestísimo, ni Internet, ni Facebook, ni un triste móvil. Producto redondo y a vender.

    Vale, que lo mismo está bien rehacer Hispañistán para el siglo XXI. Delibes del nuevo milenio, o algo. Pero no es de recibo la brutalidad de tanto marketing para meternos la portada de la cabra por los ojos.

    La novela esta no la toco ni con un palo. Vergüenza de marketing.

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  10. ¿Nunca? ¡¡¿¿NUNCA??!! No me lo puedo creer. Con lo que tú y yo hemos sido, Saruca. Sangre de mi sangre, casi.
    Da igual, que me hagas caso es siempre motivo de celebración. Hoy me voy a emborrachar; está decidido.

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    1. Hombre pues sí, nunca, que la distancia cronológica es insalvable. Si los escritores "jóvenes" hablan de "tonterías de jóvenes" pues me gusta, que hago las mismas tonterías. En tu juventud, se hacían otras cosas diferentes y por eso nunca te gustan, ¿no? :P

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    2. Claro, el día que encuentre una novela en la que los protagonistas jueguen al futbolín un domingo por la tarde la llevaré a lo más alto, sin duda. :P
      Esa razón es la misma por la que me gustan las novelas de Dosto, especialmente Memoria de la casa de los muertos. ¡Cuántos recuerdos compartidos!

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  11. Me he reído a gusto con tu artículo. Buena pieza. Y eso que te ha gustado el libro. Eres implacable! jajajaja. A mí no me llama nada, y de toda la movida mi principal conclusión es: Atiende a lo que le mola a Senabre para cambiar de acera.
    Randy Waters

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    1. A mi últimamente me está pasando lo mismo con Senabre. El otro día leí, con cierto retraso, sus elogios a Los Enamoramientos, de Marías, y el buen hacer de Prada.

      Pero está bien. Es útil.

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  12. Según mi humilde criterio de la calle, del que no lee más de lo que dedica a ver la tele, el ejemplo ese del árbol es más que suficiente para saber que esa novela no me puede gustar. Si Baltasar Gracián levantara la cabeza

    Quique

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  13. Me comentan que Carrasco es el nuevo novio de Vicentito Luis Mora, y que por eso, le han lanzado a lo bestia en Seix Barral, saltándose todos los filtros de seguridad. Vamos, no se los ha saltado, ha tenido que pasar por caja. En otra época, Vicentito sólo le hubiera podido colocar en DVD ediciones. Pero ahora le va mejor. Cuando un burro sube un peldaño, hay otro que sube al peldaño anterior. Y así. A su vez, Vicentito le come los bajos a no se quién Pere en Seix Barral. Cuando un trepa come bajos, hay otro que come más abajo y todo sube.

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    1. A mí el montaje este de Seix Barral me sugiere más, acompañado de las correspondientes críticas de los 'popes' de turno, a un intento de lanzar otro 'Tiempo de silencio', a ver si suena la flauta.

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  14. El problema no es de la novela ni de Jesús Carrasco. No sólo son inocentes sino que lo hacen bien. El problema, como siempre, es de los medios, de lo que hacen y deshacen para construir o destruir con hipérboles lo que les parece en gana.

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    1. El medio se mueve entre hipérboles. En ese sentido tiene razón Echevarría: estos hacen lo que les dice unos cuantos. Claro que no es lo mismo Seix Barral que libros del silencio. A ver cuando vemos un seguimiento como este por la novela de un nobel que edita en una menor.

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  15. Pues a ver si toda esa pandillita están un buen tiempo de silencio, pero no creo. Son redes adictos. Coincido con Ire en lo de montaje. Creo que desde el Nocillas no se había vuelto a ver una cosa así. Todo el tema es un título que sea una palabra vaporosa -Intemperie- y que lo han comprado veinte editoriales en Frankfurt. Vale. Hombre, también le dieron el premio Tusquets a Reig antes de que escribiera la novela (luego, tardaron como tres meses en editarla). Pero todo el mundo conoce a Reig, no intentaron venderlo como el Murakami de la sierra de Madrid. Bueno, o quizás sí? Lo que mola son los que se meten cosas pa escribir. Lo del Echevarria con que es el nuevo Juegos de la edad tardía y Landero.. Intenté leer esa obra maestra como diez veces. No pude pasar del arranque. Será que lo tuve de profesor. Pobrecillo. Aquél megalanzamiento le ha obligado luego a ser un escritor serio, a libro por año, casi y a mucha conferencia en fundación Juan March y en ese plan. Con lo feliz que él era contemplando a las lolitas en la clase de Literaruta Dramática. La vida, siempre más perra que gata.

    Dr J.

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    1. Bueno, yo no he dicho que sea mala. No tengo ni idea. Es más, tanto Delibes como McCarthy no me desagradan, cada uno en su estilo y su momento, y si resulta que es un mix de las dos, pues igual hasta está bien. Lo que molesta, y en esto coincido con Roberto, es la cantidad de aire caliente que se le está insuflando para que se eleve sin dar tiempo a ver si vuela sola o no.

      Es que nos hacen muy tontos a los lectores. Si algo es bueno lo descubrimos siempre. No hace falta que nos lleven cogidos de la manita.

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    2. Landero, al principio de su carrera, cuando ese "megalanzamiento", tardó 5 años en sacar la segunda y 4 en sacar la tercera. Que no te gusten es otra cosa, pero tiempo tuvo de mirar piernas casi con la misma calma que antes.

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  16. Ire, mujer, las editoriales viven de vender libros. Su obligación como empresas rentables es llevarte de la mano.

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    1. Si yo lo entiendo, eso. Lo que ellos parecen no entender ea que una promo brutal como la de este libro tiene que ser suficiente para despeetar el interes del lector medio. Pero para eao hay que esperar un poquito. Intentar meterte 'la cabra en vena' cimo dice Sara acaba generando desconfianza y finalmente rechazo

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    2. Pero es que se trata de ganar pasta y ganarla ya porque el mes que viene vendrá otro y lo de Carrasco pasará a ser "aquello" de febrero. La literatura se parece cada vez más al cine, insisto, pero sin la ventaja que tiene éste de poder sacar el dvd tres meses después.

      Lo que realmente me alucina es eso que dice Doc y sobre lo que no se está haciendo mucho ruido. Me refiero a que haya comprado los derechos medio mundo. Todos locos perdidos por el burro dichoso y a la novela le faltaba todavía un mes por salir. ¿Cómo se vende esto? ¿"Chicos, tenemos un libros que vamos a promocionar así"?

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  17. Al hilo de la descripción del árbol que comentabais, he encontrado otra descripción arbórea con la que me identifico más. Mucho más:

    "...y húmedo bosque de árboles
    mastodónticos (con sus ramas, sus hojas, sus matices, etcétera)..."

    Quique

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  18. Desde que leí bueno en realidad ni lo pude terminar el asesino hipocondríaco, todo lo de aquí que se publica es una basura y este libro para por el camino.

    Gracias por ahorrar tiempo o peor aún comprarlo xD

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    1. Bueno, basura no es; tampoco hay que llegar a ese extremo. Lo del Asesino Hipocondríaco es un buen ejemplo de más de lo mismo a pequeña escala.

      Un placer.

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  19. El texto que refleja cómo el viejo apareja el burro, y del que se chotea tanto, el autor lo hubiera podido resumir así: "El viejo aparejó el burro, y andando..." Pero no, lo que hace Jesús Carrasco es recuperar esas palabras que estaban en el olvido a punto de extinguirse, porque los burros, y sobre todo sus aparejos, así lo están, e incorporarlas de nuevo a la lengua.
    Todo el mundo habla de lo terrible que es que una lengua desaparezca. En el mundo en la actualidad hay muchas lenguas que están en ese trance. El español, afortunadamente, no está tan mal, pero entre las palabras que van perdiendo uso porque lo que representan prácticamente ya no existe (el caso que nos ocupa) y los extrangerismos, principalmente anglicismos, que se incorporan a la lengua día sí y día también, lo cierto es que está bastante tocado.

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    1. No creo que nadie le eche en cara eso a la novela. Yo desde luego no. Sí me parece criticable (a mí, personalmente) que el autor se recree tanto en ese lenguaje. Parece que sea lo más importante. Pero bueno, quien guste de tal (Senabre, por ejemplo) lo disfrutará enormemente, sin duda. Y mira, es de lo que se trata, no?

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  20. Me parto con tus comentarios Carlos... Definitivamente tienes que escribir un libro humorístico sobre los pormenores de la literatura Española. ¡Prometo comprarlo!
    Pobre burro, joder, la protectora de animales tiene que intervenir en la salvaje masacre que describes... ¡Gracias por tu comentario, porque no tenía intención de leerlo, pero después de tu comentario ni de coña!
    ¿Por cierto, qué opinas de otro de Seix Barral, "Demogracia" muy promocionado también? La anterior novela de Pablo Gutierrez, "Nada es crucial" me gustó moderadamente, pero esta última se me atraganta con tanta verborrea poética, lucida y ensimismada.

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    1. No he podido leer DEMOCRACIA y mira que tenía ganas cuando salió. Pero pasaron dos cosas: uno, que mi biblioteca rechazó la desiderata y dos, que un colega me dijo que no le había gustado mucho y esto, viniendo de quien venía, me desanimó bastante. Hubiese hecho el esfuerzo pero, ya te digo, no las tenía todas conmigo. Mira, si el precio de la versión kindle no fuese de 12 euros (frente a los 17 del papel, que ya tiene cojones) lo hubiese comprado y leído, pero así han perdido un comprador y un lector. Magnífica política de precios.

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  21. He leído la crítica sobre este libro de la que hablabas al principio, la de Mora. Cada día me sorprende más ver opiniones tan dispares, te vuelves loca. Según ese señor, este libro es una "brillantísima novela", "excelente y necesaria".
    Eso, la verdad, es que también libera.
    Saludos

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    1. Verás muchas críticas buenas y otras no tanto, lo cual da una idea de la validez del criterio objetivo del crítico.

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  22. Me parto con la reseña. Lo que parece ser vendible fuera es lo de siempre, la España profunda. Y lo que vende dentro, el diccionario voluminoso con olor rancio. La portada de Seix Barral es de premio de diseño con el escorzo de cabeza de oveja en primer plano. Se agradece que hayan descartado el burro, seguro que era una opción.

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  23. Procuro leer y no comentar porque lo dicho por un juntaletras sobre otro siempre puede sonar a envidia, rencor, etcétera. Pero es que comparar este libro con Delibes hace que, sí, lo admito, sienta rencor. "Intemperie" carece de ritmo, economía del lenguaje y hasta de personajes. Lo único que tiene es Marketing. Eso sí, muy bien hecho. Respecto al lenguaje, ya lo decía Cortázar: "Hay por lo menos dos clases de lenguas muertas, y la que manejan esos escritores y esos lectores pertenece a la peor; pero nada lo justifica porque esa muerta es una especie de zombie al revés, y sólo dependería de nosotros que despertara a una vida bien ganada y a pleno sol. Lo malo es que si no hay oreja, como decía Unamuno, si no hay ritmo verbal que corresponda a una economía intelectual y estética, si no hay ese sentido infalible del vocabulario, de las estructuras sintácticas, de los acatamientos y de las transgresiones que hacen el estilo de un gran escritor, si novelista y lector son cómplices metidos en una misma celda y comiendo el mismo pan seco, entonces qué le vachaché, hermano, estamos sonados".

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    1. Estaría bueno que usted porque ha publicado una novela no vaya a poder decir que otra novela que le parece mala. Lo último. Quítese de la cabeza esas ideas absurdas: es usted un pipiolo... y péguele duro. De todos las maneras, haga lo que haga, se ponga como se ponga, le van a dar por culo inevitablemente. Aproveche, entonces y trate de vivir feliz. Es un consejo (gratuito) del mismísimo julian bluff; no lo desaproveche usted.

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  24. No lo he leído. No pienso leerlo. Con los fragmentos que nos habéis regalado ya es suficiente. No entiendo el motivo por el cual esta novela ha producido tanto efecto. Es una cuestión inconmensurable para mí. El autor habla en todas sus entrevistas de la "poda" en su prosa, pero luego, al parecer, nos regala hojas y hojas de ambiguas descripciones (aunque en realidad solo ponga un sinónimo tras otro en la "estilística" parrafada). El mundo editorial es un misterio para mí, algo corrompido mejor dicho, y el de España apesta un tanto más. Ah, y por cierto, ¿a quién demonios se le ha ocurrido compararlo con McCarthy? Creo que McCarthy nunca llevaría un look así. A Jesús Carrasco solo le falta el galgo español atigrado y famélico a su lado.
    ¡Oh, se me olvidaba! Aunque la novela sea mala (o al menos no tan buena como la pintan) detecto cierta envidia en los comentarios provenientes de otros escritores que no han sido pagados para que hablen bien del libro. El éxito lo anhela cualquiera, lo sé, pero novelas como están deben motivar al BUEN escritor a olvidarlas y escribir y escribir y escribir. Por cierto, alguien dijo (no me acuerdo quién) que un escritor jamás debería leer literatura de sus coetáneos compatriotas. Tomen buena nota, aquellos pseudo-escritores que con una novela se lanzan a criticar otras novelas de mayor repercusión (aunque están sean horribles, insisto).

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  25. Te he leído hoy varias reseñas y estoy totalmente de acuerdo con todas las opiniones... Con esta también. Te seguiré leyendo.

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  26. Yo la leí cuando salió y me gustó mucho. Así que sospeché. La he releído este mes y bien. No es una mala novela ni mucho menos. Si Carrasco es serio de verdad las hará mejores y esta en concreto da sopas con honda a muchas más encopetadas y cargadas de premios de esos "de la crítica". Saludos y enhorabuena por el blog :)

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