UNO
No sabría decir cuándo fue maldita la hora que empezó todo esto. Debió ser hace meses. Vivía yo entonces en la bendita ignorancia de creer que la corrupción de los premios de narrativa era insuperable. Insalvable, incluso. Vivía yo así, ya digo, ignorante, cuando un amigo llamó mi atención al decirme, un poco de pasada y otro poco no, que si creía que los premios de narrativa estaban corruptos tendría que ver los de poesía. No le creí. Es decir, sí, le creí, pero haciendo algún esfuerzo (tampoco mucho). Además creo que por entonces acababa de enterarme de que a “Los enamoramientos” de Javier Marías le habían dado no sé qué premio europeo o de la crítica o algo muy importante por lo que mi fe el sistema (la poca que me quedaba) estaba lo hundida que pueda imaginarse. Parecía imposible caer más bajo. Me equivocaba.
No volví a pensar en los dichosos premios hasta que en noviembre o diciembre leí en una esquina de la revista Qué leer no sé qué polémica con el premio Ciudad de Burgos. Sí, yo creo que se puede decir que fue entonces cuando empezó todo, cuando a raíz de aquello, -tirando de un hilo que más tarde supe infinito- descubrí que mi amigo estaba equivocado: los premios de poesía no están corruptos; los premios de poesía eran la corrupción versificada.
Sé lo que están pensando: ¿qué tiene esto que ver con Luis García Martín? ¿Qué tiene que ver él con la corrupción, los premios, los amiguismos, la crítica y/o la poesía? Veámoslo. Pero déjenme ir poco a poco; este es un hilo con mucho cabos de los que cuelgan otros hilos de los cuelgan otros cabos y es fácil enredarse, asustarse y salir corriendo. El futuro soy yo deshaciendo un tafetán. En cualquier caso vaya por delante que utilizo a Luis García Martín sólo como la excusa para presentar la punta de un iceberg de proporciones épicas. Líricas, más bien. Reconozco también que, al menos para mí, representa nada más que uno de los de uno de los tantos hilos de los que he ido tirando y de los que sigo tirando y de los que creo que podría seguir tirando el resto de mi vida sin dejar nunca de tirar. Moriré de viejo y aún quedará hilo, urdimbre, trama. Sobre todo, trama.
DOS
Les pongo en antecedentes (parte de ellos, al menos): Luis García Martín dirige la revista Clarín, que es una revista que me libro de leer gracias a que no tiene una distribución que se pueda calificar de ejemplar. Quizá me equivoque pero no creo estar perdiéndome gran cosa. Esto lo digo porque Luis García Martín también tiene un blog llamado Crisis de Papel desde el que ejerce ese mal incurable que es la crítica literaria. Pues bien, después de leer algunas de sus críticas tenía yo a Luis por un tipo serio, formal, educado, con una marcada tendencia a las fotos horteras y al aburrimiento, pero también con cierta disposición a ejercer la crítica no-complaciente.
Pues bien, estaba yo un día sentado en una hamaca tomándome una cerveza y tirando del dichoso hilo (que a estas alturas se había traducido en bufanda gris plomo fea de morirte) cuando di con un artículo bastante interesante, escrito por Luis, llamado “Justicieros” en el que criticaba (¡y cómo!) al Colectivo Addison de Witt (fue publicado el 9 de julio de 2011 en el suplemento cultural del Abc y el 21 de ese mismo mes en su blog personal).
TRES
Hagamos una pausa para hablar de Addison de Witt.
A este colectivo, formado por cinco poetas y/o críticos, lo descubro, como casi siempre, demasiado tarde, esto es, después de su despedida. Una despedida que tiene lugar en un artículo que publican el 10 de julio de 2012 en el que dicen lo siguiente: “ El objetivo inicial del blog fue denunciar tanto la corrupción existente en los premios de poesía como la forma en la que el amiguismo se ha apoderado de toda la crítica hasta el punto de que ya no se lee una sola reseña negativa de un libro (con alguna honrosa excepción)”. (La cursiva es mía). Cuesta no darles la razón. Dicen más cosas en esa despedida; dicen, por ejemplo, que “A nivel de premios los casos de corrupción, de amiguismos y endogamias no se han reducido ni un ápice desde que comenzamos este blog”. Resumiendo, que han acabado hasta las narices de denunciar el calamitoso estado de las cosas sin obtener ningún resultado satisfactorio (entendiendo esto como acabar con la corrupción) y se van a su casa a leer o a dar de comer al gato.
Por aquello de no quedarme con el regusto amargo de su despedida hago un poco de historia. Echando un vistazo a sus aviesas intenciones recuerdo que en su primera entrada, fechada el 4 de mayo de 2007, se hacían eco de aquello que Anson había denunciado desde su tribuna en El Cultural unos meses antes: “El Cervantes es un premio absolutamente politizado que debería otorgarse directamente en Consejo de Ministros”. En los siguientes artículos hilaron más fino, pero seguir ese camino es tirar de otro hilo y aunque la tentación es grande (porque es un hilo mucho más jugoso que este de hoy) la voluntad es fuerte y yo soy un hombre con una misión.
CUATRO
Vuelvo a Luis García Martín y a su artículo “Justicieros”.
En este artículo, fechado el 21 de julio de 2011, Luis pone de vuelta y media a los Addison de Witt. Critica su sistema de crítica porque le parece demasiado matemático y ya se sabe que la poesía, al operar desde el sentimiento, no es precisamente una ciencia exacta. No quería hoy a entrar a juzgar si la forma de Addison es correcta o no o si Luis tiene más razón que un santo porque, al igual que hace un momento, he visto que ese hilo conduce a un lío de mil demonios (es casi una colcha de cama). El fondo del asunto es lo mucho que me llama la atención que a Luis le moleste especialmente que los Addison tengan en cuenta la relación existente entre los miembros del jurado, o el hecho de haber publicado en la editorial que otorga el premio. Entiendo que si a Luis le molesta esto, a Luis le molesta todo. Como no tiene pelos en la lengua (o de tal cosa parece presumir) dice lo siguiente de la valoración de esos impresentables: “No importa que el jurado esté compuesto por cinco, seis o más miembros. Si uno de ellos es profesor y el poeta ganador también lo es, la objetividad queda fuertemente mermada. Y desaparece por completo si se puede establecer algún vínculo con Luis García Montero o la editorial Visor”. ¡Zas!, ya salió. Lo retrasé lo posible, pero ha sido inevitable: ya lo tenemos aquí. Me refiero, cómo no, a Luis García Montero. El hombre. El sospechoso habitual número uno. Así, en general.
El artículo no es tanto un análisis detallado de la mecánica crítica como el desquite de Luis ante la acusación de los Addison de Witt de que uno de los premios en los que Luis García Martín ejercía de jurado (junto con Luis García Montero, Josefina Martínez, Aurora Luque, Chus Visor y Carlos Marzal) estaba poco menos que amañado. Se trataba del premio Emilio Alarcos y el ganador fue Eduardo Jordá, a quién Martín aseguró haber reconocido de inmediato cuando lo leyó, algo que suena bastante a disculpa por parte de Martín (a quien llamaré así a partir de ahora para distinguirlo del otro Luis García [Montero]). Tampoco voy a tirar de este hilo, porque he mirado y lleva directamente a un calcetín.
A cambio sí voy a llegar a donde quería, al fin, después de tanta palabrería. Presten atención, por favor, al final del artículo de Luis García Martín:
“Pero no se trata de defender la ‘ecuanimidad’ del premio Emilio Alarcos ni de ningún otro premio concreto, que no puede ser cuestionado por quien lo ignora todo sobre su desarrollo, sino de poner en cuestión la credibilidad de quienes van de anónimos justicieros por la vida y denuncian, no ya sin pruebas, sino con caprichosos argumentos.
Que hay premios amañados, de acuerdo. Que conviene denunciarlos, por supuesto. Pero para eso hace falta algo más que desinformadas buenas intenciones (damos, por supuesto, que al menos las intenciones son buenas). Hace falta —además de algún indicio, aunque sea mínimo— cierto conocimiento del medio literario y, sobre todo, alguna inteligencia”.
¡Y se queda tan ancho! El tipo, perdón, el crítico, es capaz de decir, con la boca grande, que le consta que hay premios amañados que conviene denunciar pero sin embargo no sólo no hace el menor esfuerzo desde su tribuna personal para llevar a cabo tal denuncia sino que tiene las santas narices de tachar de tontos e ignorantes desinformados a unos anónimos que sí lo hacen por el simple hecho de que al bueno del señor no le gusta que hayan cuestionado su honradez como jurado en un momento determinado y eso aun dando por supuesto que las intenciones de los Addison son buenas. Si las intenciones son buenas, Luisito, y, como tú bien dices, los premios se amañan y hay que denunciarlos y Luis García Montero, de profesión sospechoso, está metido en el ajo, a lo mejor, Luisito, lo que hay que hacer es ayudar a despejar dudas y no, como haces tú, echar balones fuera, que pareces de la escuela de Rajoy, tú, con tanto mirar para otro lado y decir que no a todo con la cabeza y con la boca pequeña que, bueno, que sí, que alguna cosa sí.
Sorprende que Luis García Martín, que no duda en ironizar sobre el hecho de que el libro de Pere Gimferrer (Alma Venus) pueda ser “uno de los grandes libros del año, sin duda alguna, para los suplementos culturales más prestigiosos y para la crítica acrítica habitual en ellos”, (anticipándose cinco días a un Luis García Jambrina que considera que en ese mismorevolucionario libro hay un “ Gimferer pletórico”), sorprende, digo, que así como reclama justicia sobre los premios amañados no dude en tachar al crítico (en general) de perfecto inútil o de hablar de crítica acrítica cuando ésta no atiende a sus intereses particulares (prestigio personal, amistad…). Sorprende, y mucho, este ejercicio suyo tan de estar por encima de todo, y porque me sorprende es por lo que empiezo a tirar de ese hilo del que les vengo hablando desde hace demasiado rato; un hilo tras el que me he encontrado más de lo que se puede contar en un solo artículo.
Si les parece bien (y si no también) otro día hablamos de tantos y tantos poetas y escritores y críticos anexos a Martín y más concretamente de Montero, ese personaje que parece salido de una película americana de gánsteres enamorados de la luna. Me quedo también con ganas de hablar del Premio Ciudad de Burgos; de descubrir cómo se silencia una acusación; de entender cómo se defiende lo indefendible. No sabe uno a veces si está hablando de política o de poesía o de ambas cosas a la vez, o si acaso en el fondo lo que ocurre es que todo es la misma mierda, que se camufla entre tanto hedor.
Sí, es una lástima que hayas descubierto tan tarde a los de Addison de Witt, hacían una labor excelente pero también se entiende, muy, muy ingrata y solitaria. De todas formas siempre viene bien el apoyo de alguien que está en la misma "guerra", ojalá esto sirva para que se animen a continuar. Y si te vas a poner al día en su blog prepara la bacinilla, es tremenda la mierda que hay por remover...
ResponderEliminarAprovecho para mandarles un saludo y todo mi respeto a los Addison. A ver si tu post genera muhcas visitas y se animan a seguir dando caña.
Abrazo
Los conocía "de oídas" pero claro, siendo poetas, tardaba menos en salir de su blog que en entrar y si no hubiese sido por esto de DK...
EliminarFantástico artículo, Carlos.
ResponderEliminarYo a los de Witt los llevaba siguiendo desde hace bastante, no solo por su denuncia incesante de lo amañados que están todos los premios de poesía, sino por sus críticas argumentadas y certeras. Su disolución me vino a confirmar lo que ya sabía.
Gracias, guapísima.
EliminarLos finales, en estos casos, los supongo inevitables. Tiene que llegar un momento en que acabes muy harto de tanto quejarte para nada.
Toco madera.
Ufff... ¿no tienes miedo? Has empezado a tocar a García Montero y a los suyos... ufff... miedo, miedo... Son muy poderosos. Y muy grande ese blog y el colectivo. Hicieron lo que pudieron, mucho. Pero esto no tiene solución, maldito país de trepas, amiguismos e ineptos.
ResponderEliminarMagnífico blog. A seguir así. Hilando.
Volpone
A ver si no voy a poder publicar mi gran novela.... ;)
EliminarNO creo que pase gran cosa, honestamente, al menos con este artículo. No sé con el de la semana que viene, porque está dedicado íntegramente a Montero.
Ese artículo incluirá una sorpresa final que nada tiene que ver con ellos. Pero no puedo adelantar nada.
Gracias por pasar.
Al final, la estupefaccionante frase de Mariano va a hacer furor:
ResponderEliminar"Todo es mentira menos algunas cosas que son verdad"
y esta reflexión que a mí se me antojaba antes el culmen de lo chundarata, va a ser la que conecte de manera pluscuamperfecta con las convicciones más íntimas de la ciudadanía española.
"Ningún premio está amañado, menos los que se amañan"
"Ninguna mujer es infiel menos las que ponen los cuernos"
Podemos continuar adelante tan prolijamente como deseemos.
El colmo de la sutilidad y la perspicacia... . "La leche en verso" como diría un chuleta.
Para mí el primer defecto de los Addison no eran sus denuncias o sus críticas, sino poner al final de cada crítica (lo hacían siempre) un factor de objetividad. Ese factor quería medir la relación que tenían con el autor criticado, es decir, si ellos (pero no sabemos quienes son ellos) tenían amistad o no. No le veo ningún sentido a eso. Eso es como si digo ahora que yo soy Rafael Reig o González Peón, o García Martín, o Montero. Factor de objetividad 0/0.
ResponderEliminarLa diferencia entre los Addison y García Martín, es que al último lo puedes criticar, porque hace sus críticas a cara descubierta.
Dicho eso, tienes razón en la crítica García Montero, alguien que ha ignorado por completo la ética cuando ha sido jurado.
García Martín, por ejemplo, lo ha criticado también por eso.
Creo que mezclas a dos personas que no han actuado de la misma forma.
No sé de qué hablas, lo que valoran es la relación entre el ganador y los miembros del jurado o la editorial que publica el premio, no veo que ellos se metan por ningún lado, dejo una entrada del blog de Addison como ejemplo, la primera que he encontrado de este tipo. Vosotros diréis, a mí me parece un ejercicio de transparencia y de honradez. Cuando no tienen suficientes datos como para valorar la ecuanimidad de un premio así lo dicen.
Eliminarhttp://criticadepoesia.blogspot.com.es/2012/05/analisis-de-premios-del-ultimo.html
Yo tampoco sé a qué te refieres, estás equivocado. Como dice Zombie Girl lo que evaluaban, hasta donde podían, eran las relaciones entre los miembros del jurado o la editorial y el ganador.
EliminarY ya que lo comentas, puedes enlazar donde García Martín critica, según escribes, a García Montero por su 'ética' cuando ha sido jurado. Entonces nos quedará a todos muy claro. Sería interesantísimo, pero me da a mí que no. Asco de todo.
Volpone
Creo que te has confundido con Vicente Luis Mora. Los de Witt, cuando hacían críticas, no reflejaban en ellas su relación con el/la criticado/a, porque nada cambia por el hecho de hacerlo o no, está claro. Hay que basarse en los argumentos de dicha crítica, aunque sean primos hermanos o enemigos lejanos.
EliminarYo no critico a dos personas por hacer lo mismo (todo se andará) sino que critico a Martín por criticar a quien denuncia... bueno, vamos a ver, ¡si lo he puesto en negrita! Pero ni con esas.
EliminarOtro cantar es que el también fuese "acusado de" por los AdW por estar metido quizá dónde no debía. Lo ignoro (aunque a título personal estoy empezando a creerme toda cuanta mierda encuentro). En cualquier caso si vas a denunciar, denuncia, y si no vas a denunciar por lo menos evita ciertos temas. Y ojo, que no es la primera vez que Martín hace exactamente esto, por lo que no es que esté metiendo la pata de forma casual. La primera es la referida más arriba (tema Alarcos); la segunda fue, precisamente, por defender a Montero. Pero esto lo veremos la semana que viene, que bastante largo ha sido ya este artículo.
El mundo realmente se acaba. Su Santidad renuncia pero no denuncia, y Tongoy, con la fe de un con-verso, abre las puertas de su campo de concentración de poetas que no acaban de suicidarse, equivocadamente, como algunos tozudos novelistas. O muertos o laureados. Decídase, o no.
EliminarEsta afectada preocupación por los poetas resulta inquietante. Pues bien saben ellos que de sus lecturas y elogios, poco pueden esperar, salvo volver al banal uso de los campos, y seguir así “concentrados” en sus cosas.
Qué cosas tan tremendas sueltas, González, como si nadie lo supiera:
ResponderEliminar"Un dato que yo no sepa. Respuesta mayoritaria en el Wikilit; atentos: "bueeeeeno -con voz de escritor que se hace de rogar- que los premios están amañados". Joooder, qué fuerte, qué fuerte, qué fuerte. Así, sin anestesia. Directo como un puñetazo e igual de efectivo. ¡Quién lo iba a decir! Y yo pensando que Boris Izaguirre era uno de los mejores escritores de este pedazo de península!"
Brillante. Qué gran capacidad de síntesis. Siempre me pilla.
EliminarNo creo que Addison de Witt se hayan disuelto. Sólo han bajado el número de publicaciones. Una lástima.
ResponderEliminarBueno, yo me limito a repetir lo que ellos dicen. Guerra no parece que vaya a seguir dando, quitando momentos puntuales.
EliminarBueno, en realidad el Addison de Witt sigue en activo. En concreto hace unas cuatro semanas que han convocado el premio de poesía Ausiás March. Imagino que todo irá por buen camino.
ResponderEliminarHace unas cuatro semanas que Addison de Witt concovó el premio de poesía Ausiás March. Yo los considero en activo. ¡Y por mucho tiempo!
ResponderEliminarSí, pero parecen haber dejado de lado su faceta más crítica y beligerante. Es evidente que saben de lo que hablan cuando hablan, y algo que se les debe reconocer es que han intentado no hacer hincapié en el amarillismo, con lo difícil que es eso en este mundillo. Son parte afectada, está claro, desde el momento en que también son poetas y así lo han reconocido en todo momento. Yo dudo que recobren el tono de protesta anterior, aunque lo lamento enormemente.
EliminarSupongo que uno termina por cansarse incluso de sí cuando los casos son los mismos una y otra vez. Es como si ya hubieran dicho todo lo que debían y entrar en los casos concretos sea repetirse cada año, hacer de su espacio algo cansino. Su aportación a la poesía es global, y se agradece. Tratan de ser crítica y referencia: para mí está bien, me dan confianza.
EliminarCita de los AdW:
Eliminar"¿Es esta una despedida definitiva? Nunca se sabe. De momento, este año, mejor dicho el que viene, publicaremos la lista de mejores libros del año 2012 como ejercicio de despedida oficial. Hasta ese momento, salvo que veamos algo que nos produzca una rabia muy pronunciada, nos dedicaremos a nuestros libros, a nuestros trabajos y a nuestras vidas, además de a leer poesía, algo que nos sigue apasionando."
Pues eso: no estaban muertos, estaban de parranda.
Es cierto: usted leyó lo que ponía.
EliminarCarlos, me sorprende un poco tu candidez: lo de los premios de poesía, especialmente los grandes, es la cosa más sórdida, siniestra e indecente de este malhadado país.
ResponderEliminarEn cuanto a Addison, se puede discrepar puntualmente de sus juicios o no compartir la forma en que a veces los expresan, pero sería muy injusto negar que su labor es necesaria.
abrazo.
Es que yo he sido siempre una persona muy cándida, Cadou. Me alegra que esto haya servido para traerte nuevamente por estos pagos. ;)
EliminarAbrazo.
Yo no recuerdo haber visto críticas con más criterio literario que las realizadas por el colectivo de Witt, Cadou. Una pérdida, sin duda. Y seguimos bajando.
EliminarNo discuto que el colectivo Addison de Witt tiene criterio, estimada Ire. Es obvio que lo tiene (y vaya si lo tiene). Cosa distinta es que sus juicios literarios sean siempre incontrovertibles (from my humble point of view, claro)
EliminarSaludos
Sí, claro, hay una parte de criterio personal en mi afirmación, sin duda. Yo los conocí por casualidad. Un amigo que dio a leer un poemario de Jorge Riechmann, hace ya algunos años, para que le dijera qué me parecía. Una vez leído le dije 'pues ni fu ni fa'. Él me contestó : "¿verdad? Pues tendrías que ver cómo lo pone todo el mundo por las nubes". Busqué opiniones en internet, y estaba en lo cierto, a todo el mundo le había parecido una maravilla. Menos a los de Witt, y justamente sus argumentos eran los míos. A partir de ahí los fui siguiendo, y personalmente solo puedo afirmar que he estado de acuerdo con ellos en el 100 por cien de sus críticas. Por eso lo lamento. Parece que teníamos un concepto bastante parecido sobre la calidad poética.
EliminarSaludos
¿Te refieres a este?
Eliminarhttp://clementcadou.blogspot.com.es/2009/11/riechmann-y-su-pepito-grillo.html
Claro: cuando todo el mundo pone una cosa por las nubes, la decepción es casi inevitable. A mí no me pareció demasiado bueno, la verdad.
Exacto. Me alegra ver que estamos de acuerdo.
Eliminar(Disculpen mi "ausencia". Hoy es festivo aquí.)
ResponderEliminarLuis Garcia Montero tiende, como todos, sus redes para medrar. Con su mujer, la muy muy leída y por ello muy potente Grandes, forman un Grandes Monteros Inc, a cuyo capital simbólico añaden siempre sonrientes torrentes de corrección política. Si LGM fuera un poeta de interés, valdría, pero entre sus poemazos y la lírica de Camilo Sesto, el mayor poeta de la experiencia, poca diferencia. Dos hilos entre mil para que tejas lo que muchos ya conocen y hagas y deshagas como Penélope: ¿por qué crees que Planeta (la editorial de JM Aznar) le ha publicado una novela a LGM? (Habrá que emitir una carta que firmen Sabina, García Martín, Chus Visor, Rafael Reig, y sus secuaces para que LGM no avale con su ínclita presencia las oscuras tramas del torvo Kapital del infante de Lara) ¿Por qué crees que la viuda de Ángel González lo acusa de traidor (públicamente)?
ResponderEliminarEn el Diario no tolerarán que lo critiques y te tirarán de las orejas (si no lo han hecho ya).
Oh, claro que lo permitirán. Atento a la semana que viene.
EliminarLa novela de MOntero la tengo pedida y será leída y criticada, pero eso aquí.
Me anoto las sugerencias. Me interesa mucho todo esto, como se verá.
Otras sugerencias: para empezar, esta:
Eliminarhttp://hemeroteca.abc.es/nav/Navigate.exe/hemeroteca/madrid/abc/2001/12/11/049.html
Y esta
http://www.elcultural.es/version_papel/OPINION/2769/Una_reclamacion
Después, esta:
"La alegria de los naufragios", número 5 y 6, página 154 y ss. Disponible en la diabólica Google Books.
Y, por último, las guindas:
Eliminarhttp://elpais.com/diario/1997/09/27/cultura/875311206_850215.html
http://elpais.com/diario/1997/04/03/cultura/860018409_850215.html
Estoooo... salvo error "La alegría de los naufragios" número 5 y 6 no está en google books. Justo ese, no está; los otros sí, todos.
EliminarDel resto de los enlaces me quedo con esto ya que sin tener ni puta idea de poesía tuve exactamente la misma impresión y también yo pensé en catalogar con ese nombre a un grupito de gente: "Consciente de que la poesía es, por encima de todo, una experiencia de conocimiento y metalenguaje, "en las antípodas de lo instrumental y legislable", Valente denuncia la emergencia de la llamada poesía de la experiencia, que pone el énfasis en "el fetichismo de la comunicación". "Curiosamente, se corresponde con la reivindicación de la peor poesía, ramplona y monosémica, no sólo entre los poetas de mi edad, sino también de ahora, a los que englobaría como la generación del premio Loewe".
No he profundizado mucho más porque tras escribir este (y el siguiente) artículo he acabado bastante harto. Últimamente me he dado a la lectura.
Me las anoto, en cualquier caso (dicho y hecho), para rescatarlas en un futuro cercano.
Sinceramente, lo único que me ha quedado claro (aparte de que la caspa nacional se extiende por todos y cada uno de los rincones de éstas Nuestras/Vuestras Españas) es que para pintar algo en el mundillo éste, hay que llamarse Luis García algo...
ResponderEliminarno me ofrece usted mucha confianza. Ni siquiera da bien el nombre del crítico que quiere criticar.
ResponderEliminarSí, va a ser ese el problema.
EliminarSeñor Tongoy, la pregunta es obligada: ¿qué opina de las selecciones de fútbol de Luisgé Martín y de Olmos, publicadas en el suplemento donde usted mismo colabora? ¿Quién falta y quién sobra?
ResponderEliminarMadre mía: lo acabo de leer. Qué penoso. Sólo por haber puesto a Juan Manuel de Prada, aunque sea como último suplente, habría que echar del país a gorrazos al pesado del Olmos.
EliminarPues si no me avisa ni me entero. Le pido disculpas, estoy incubando algo y la cabeza no me trabaja bien. Quiero decir que lo hace peor de lo habitual.
EliminarNo me dice mucho, la verdad. Entra en lo previsto. De Olmos me sobra Elvira, claro. Además la pone de segunda, joder. Eso lo hace para fastidiarme. A Neuman no lo he leído. Me da una pereza... Y entre los suplentes me sobra Sanbasilio y me sorprende que aparezca Torné tan abajo. Yo no aguanté su libro pero tanta maravilla que fue en su momento era de esperarle mejor posición.
De Barba sólo leí un libro y bueno, en fin... Por otro lado yo creo que a mi no me daría ni para un equipo de vela, por lo tanto el problema será mío, que les exijo mucho.
Me parece increíble que sólo haya dos mujeres y que ambas sean escritoras de nouvelles. ¿No hay novelistas mujeres que valgan la pena? Increíble. Habrá que investigar. También habría que pensar por qué no está Pilar Adón.
Y me falta gente claro. ¡Dónde está Patricio Pron?!! ¡Dónde Alejandro Zambra?!! ¡Dónde Care Santos?!! Dónde Dolores Redondo?!! Maldita sea, ¡tanto genio incomprendido!
Y Olmos, claro. También me falta Olmos. Claro que igual es que está haciendo de entrenador.
Pron y Zambra están en la selección latinoamericana, Tongoy. Sí, yo pienso lo mismo: son los Falcao y Messi de la literatura...
EliminarEn cuanto al jueguecito éste del futbolín (recuerdo que le tocó hacer algo parecido en un programa de la tele, hace un porrón de años, a Pardeza, que era un jugador con fama de que ¡leía libros y todo!), si entramos al trapo, creo que la selección de escritores españoles de los 60 daría , claramente, una paliza a la de los 70 (no digamos ya a las de décadas posteriores). A no ser que jugara también Olmos, claro. El CR7 de Segovia.
Entiendo. Acabo de verlo. Entonces en la lista de Olmos sobre Neuman, no? Que lo cambié por Care, coño.
EliminarHay un montón de latinos a los que no conozco de nada. Me anoto algunos nombres.
Eso sí, me falta uno: ¡¡Claudi!! (Es decir, Claudia Apablaza, si no son tan amigos de ella como lo soy yo). ¿Y la muchacha esa argentina que publicó en Alpha Decay? (No me sale el nombre y no merece el esfuerzo de buscarla).
¡Ah, sí! Y la moza del director del Quimera, de cuyo nombre tampoco logro acordarme. (Joder con el frenadol).
Siempre igual. A las mejores las ningunean. Pobres.
Sí, lo de las mujeres es impresionante, y la presencia de Navarro huele a cuota de género, pues la corrección política parece haber alcanzado a Malherido. No se me ocurre ninguna mujer novelista, salvo Sara Mesa, a quien no he leído.
ResponderEliminarYo sí he leído a Sara Mesa y me gusta más que Navarro.
EliminarAquí tienes el enlace (sobre los García y sus secuaces)en la diabólica google books:
ResponderEliminarhttp://books.google.es/books?id=ft7fR2m7ayYC&printsec=frontcover&dq=luis+garcia+montero+jose+angel+valente&hl=es&sa=X&ei=SkQdUa_CDKmJ0AXg54CADA&ved=0CDUQ6AEwAA
El 12 de febrero escribí en esta bitácora, en tu primera nota sobre LGM, que en “el Diario no tolerarán que lo critiques y te tirarán de las orejas (si no lo han hecho ya)”. Conseguiste publicar el artículo, pero a qué coste. Admirable valor moral el tuyo, aunque sospecho que no sabías con quienes te estabas metiendo.
ResponderEliminarEs obligación moral aceptar los motivos que aduces para retirarte de El Diario. Pero me parecen sospechosos (como recomiendas) y entiendo que debas protegerte. Tal vez ni siquiera puedas permitirte publicar estas líneas.
En todo caso, es muy importante que los interesados lean estos antecedentes (sobre todo los tres primeros) sobre Viernes (y su Mamá Grandísma):
http://elpais.com/diario/1997/04/03/cultura/860018409_850215.html
http://elpais.com/diario/1997/09/27/cultura/875311206_850215.html
http://www.elcultural.es/version_papel/OPINION/2769/Una_reclamacion
http://books.google.es/books?id=ft7fR2m7ayYC&printsec=frontcover&dq=luis+garcia+montero+jose+angel+valente&hl=es&sa=X&ei=SkQdUa_CDKmJ0AXg54CADA&ved=0CDUQ6AEwAA
http://hemeroteca.abc.es/nav/Navigate.exe/hemeroteca/madrid/abc/2001/12/11/049.html
Lo cierto es que tomé la decisión de abandonar DK en Navidad. A principios de enero se lo comuniqué a ellos. Me pidieron unas semanas. Se las di. Fuero cuatro, creo, pero era absurdo seguir. Cuando usted me dijo lo que me dijo ya estaba todo “hecho”. Lo siento, no lo dije porque quería que fuese sorpresa.
EliminarMire, yo no sé el poder que tiene Montero pero lo que sí es lo siguiente: si no puede obligar a Blogger a cerrarme el chiringo, conmigo no puede y no puede porque yo no soy nadie. Lo he dicho siempre. No tengo libros editados ni por editar. No soy escritor. No soy periodista y jamás en mi vida he ido a la presentación de un libro. No tengo aspiraciones editoriales, no digamos ya traductoras. Nada. Cero. Yo leo, y porque me parece divertido, comento mis lecturas. Sólo eso. El resto vino solo.
Me quedo los enlaces. Prometo imprimirlos y leerlos y, bueno, quien sabe, si un día me pilla tonto monto algo. No sé las visitas que tenía en Diario Kafka, pero sí sé las que tengo aquí y, bueno, malo será que algo de ruido no haga.
Le quedo agradecido. Si tiene más no duda en pasármelo. Puede hacerlo en este post o en cualquier otro o, si lo prefiere, mi correo electrónico aparece en mi perfil de blogger. También lamedicinadetongoy arroba gmail.com funciona. O lo hacía hasta hace poco.
Nuevamente gracias.
Un saludo,
El nombre es José Luis García Martín.
ResponderEliminarLo sé.
EliminarLa última noticia que me llegó de la participación de GM en un jurado : se cargó el libro de una poeta joven bajo la especie de que "Está en todas partes"( sic) y "Publica mucho"(sic)De modo que, con esos criterios tan justos, él, que no publica nada ni se le ve por parte alguna, se lo dio al amiguete de turno y se quedó tan campante. Suele hacer esto a pesar de la oposición de algunos miembros de los jurados por donde brujulea, de manera casi siempre anfibia: a menudo, votan uno o dos poetas del terruño del premio en cuestión, o el alcalde, o vete a saber, alguien relacionado con la institución que sufraga el baile, y se allanan ante su fama de poderosísimo pope aspirante a Archimandrita. Si a ello sumamos su voto y el del editor de turno, el mal ya está hecho.Siempre he sospechado que ni se lee los libros¿Para qué? Existe el riesgo de que, un día, se presente Eliot o Kavafis o Federico y ,obligado a destruir al genio y a amañar el premio para su nepote, se le ponga en marcha la conciencia. Cosa que no mola. Es mejor adormecerla con los sahumerios de incienso que demanda y atesora aquí y allende los mares y poder seguir serpenteando ¡ Vers le Nobel!
EliminarMi experiencia personal como jurado:En el primero, me metieron un gol, y quedó inédito un libro maravilloso que todavía recuerdo. Lo fallamos entre dos: un catedrático, académico de la Real y yo, estudiante de 21. Una vez abierta la plica, como decía Pepe Hierro, "Resultó ser mi cuñada"·:
"-Ah, qué curioso. Es el hijo de unos amigos míos..."
Sí. Muy curioso.
Desde entonces, espabilé. Aún así, a veces hay trapicheo en la preselección, y el jurado no puede hacer nada aunque se lo imagine. La trampa se hace del siguiente modo: Se rodea un libro o un relato mediocre de otros absolutamente infumables, y se eliminan los de calidad, para que el recomendado de turno sea la única opción. Y el jurado, por no dejarlo desierto y no perjudicar al premio, ve, una vez abierta la plica, a la inevitable Doña Emilia, de profesión, cuñada.
A veces, el olfato de un jurado profesional puede llegar a hilar finísimo. Recuerdo un caso, por ejemplo, en que un sujeto se había tomado la molestia de plagiar mediante variación y cambio de protagonista el poema de ¿Colinas? Sobre Casanova. Había hecho una labor de ganchillo alucinante. Donde el otro decía" rojo", éste escribía "escarlata". Ni una sóla palabra era igual, pero el poema era el mismo. Antonio Porpetta lo detectó, aún no sé cómo. Si el tipo aquel-al que un miembro escribió para decirle" ¡te cazamos!"- hubiera hecho alguna alusión al autor original, podría haberse tolerado como homenaje. Pero no. Se había apoderado del poema al modo del Saco de Roma. Eran los Fusilamientos de la Moncloa en encaje de bolillos.Con esto quiero manifestar que, del mismo modo que un experto en arte puede saber al primer golpe de vista quién ha pintado determinado cuadro, un jurado de poesía puede detectar también la autoría de un libro por puro olfato .
Siempre me ha parecido que intrigar con fines particulares-como hace García Montero sin recato- es un delito que debería estar tipificado cuando se trata de dinero público. Una cosa es que un gran libro se le escape al jurado-bien porque se formen en torno a dos libros bandos furibundos y se lo lleve un tercero, cosa que a veces sucede, bien porque nadie lo sepa ver por exceso de concursantes, o porque el jurado se equivoque honradamente, ya que cada uno de los miembros tiene su particular estética y juzga según su saber- y otra cosa es declarar publicamente- como hizo el vate GM-que concede los premios a sus amigos "porque son los mejores".
No he leído nada de José Luis García Martín y veo que en la BP e mi ciudad están parte de sus diarios "Dicho y hecho" y "Gabinete de lecturas" (Crítica). ¿Los conoces? ¿merecen la pena?
ResponderEliminarGracias
Ah, con el GM de mi comentario me refería al conspicuo G. Montero. Con el abate G. Martín me despache en una carta al País a tenor de unas viejas declaraciones suyas recogidas en libro, donde decía" Odio la poesía escrita por mujeres". Así. Tal cual. Desde Safo hasta Patti Smith.
ResponderEliminarLuego, cuando publique mi último libro, saco un suelto en el Abecé perdonando mi vida lírica y metiéndose en mi vida personal con un chismorreo vil que a él le parecería seguramente muy fino y conciliador. Seguro que se asustó con la carta, que era más bien demoledora.
Tras ello, el Abecé publicó una crítica de mi libro, ya que el columnoide de G. Martín no era tal, sino, como digo, una mezcla de cotilleo y alusiones indulgentes.
Entonces tu amado Addison aprovechó para decir que si yo y el Abece tal y cual . Por cierto, es muy gracioso cuando se mete con los jurados anónimos, sobre todo porque ese colectivo es anónimo y concede un premio anónimo.
También es muy graciosa la censura de los comentarios.
Y se nota que ninguno de ellos tiene la menor experiencia en jurados.
También se nota la envidia, ya da palos a todo el que es alguien en el mundo de la poesía menos a los leoneses y a Olvido Garcia Valdés.
A mí me parece que la gente que no es capaz de sostener sus opiniones a cara descubierta es altamente sospechosa de incurrir en bandolerismo o en cobardía. Si temen represalias, es que algo se traen entre manos en el mundo de las letras, eso esta claro. En fin.
Me he enamorado de la intensidad de su comentario.
EliminarGracias.
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