(Y más concretamente sobre “La vida para principiantes" publicado en 2013 por Acantilado.)
Y digo breve porque, por su tamaño, no merece, el librito este de Mrozek, nada más que eso: una breve nota a pie de página, un asomo de reseña, un algo así como llamar la atención sobre su existencia. De otro modo temo que este libro, se ponga dónde se ponga, pase desapercibido de puro minúsculo.
Confieso mi ignorancia (esto es un clásico): nunca había leído a Mrozek. Prejuicios, ninguno. Simple cuestión de prioridades. Mrozek siempre era aquello que podía ser leído en cualquier otro momento. Hablamos de libritos de nueve o diez euros, maldita sea; me gasto más en revistas al mes. Por eso, cuando recibí la nota de prensa de Acantilado informando del estreno de este (ahora lo sé) pequeño volumen de algo -no sabía entonces yo bien qué-, no me resistí a la tentación de pedirlo a mi biblioteca habitual (de la que me vuelvo a declarar fan fatal una vez más), en la que se ve que, para según qué autores, no hay crisis que valga.
No me enrollo. Leo a Mrozek sin prejuicio. Leo Mrozek sin esperar absolutamente nada, sin ser, Mrozek, otra cosa que la imagen de ese escritor polaco de cuyo nombre no logro nunca acordarme. No me vuelve a pasar, se lo juro por mi gato. Y no lo hará porque hacía tiempo que no me divertía tanto con un libro como me he divertido las dos horas que me ha durado esto (y es que tendrían qué ver tamaño, qué gran absurdo, qué despropósito, qué desconsuelo una vez terminado, qué ganas de salir corriendo a la librería, qué pena que me pille tan lejos, qué rabia, qué dolor del alma mía, qué triste tener que elegir entre tanta alternativa para acabar leyendo alguna italianada (prepárate Lumen, que voy)).
El libro en cuestión se compone de 39 pequeños, minúsculos, relatos en los que -déjenme decirlo bien- Mrozek se muestra rematada y jodidamente divertido.
Hace unos días hablé, en este blog, de un ruso llamado Jarms que había escrito unos cuentos absurdos en forma y fondo pero que, pese a lo encantador del resultado, quedaban a cierta distancia de alcanzar la excelencia. Quizá fui algo más duro que esto, pero, bien, a lo hecho pecho. El caso es, ayer, leyendo al polaco este, encontré aquello que le faltaba a Jarms, sin llegar a saber exactamente qué era. Sospecho que el truco está en la ironía contenida, es decir, en no evitar el absurdo pero tampoco caer en el exceso de todo vale. También que Mrozek se muestre como un artesano ejemplar, dedicando a cada cuento exactamente el espacio que necesita, ni una línea más, ni una línea menos. No hay en todo el libro (el libro chiquitin, chiquitín, chiquitito mío) ni un relato aburrido. Ni uno. No hay ni un momento en que uno piense que, bueno, qué coño, que este se lo puede saltar. Tampoco; ni el primero. Que ya tiene su mérito que diga yo esto, habiendo reconocido hasta la saciedad mi aversión cada vez mayor por el relato (especialmente el breve). A veces me la tengo que tragar; pero tan feliz me la trago. Y ojalá no sea la última.
Lamento no poner citas, me pillan en estado de semi inconsciencia y temo que si lo pienso mucho, acabe por no darle al botón de publicar y ya les digo ahora que yo otra reseña a este libro tan enano no la vuelvo a escribir ni fumado.
Les dejo un cuento, por aquello de dotar de contenido el post. También lo pueden leer haciendo clic AQUÍ.
Les dejo un cuento, por aquello de dotar de contenido el post. También lo pueden leer haciendo clic AQUÍ.
EL HIJITO
A Isabel, reina de Inglaterra:
El abajo firmante solicita ser adoptado por vuestras mercedes.
Actualmente soy huérfano, por lo que tengo que trabajar cada dos por tres. Debo aclarar que he terminado la escolaridad—dieciséis años de escuela primaria, dos por curso—y también el servicio militar. O sea que no tendrían ustedes que ocuparse de mi instrucción y les sería muy útil, porque podría cuidar de sus otros hijos, mis queridos hermanitos y hermanitas.
Estoy sano, a excepción de los días uno y quince de cada mes y de los domingos por la mañana en que me duele la cabeza. Y me falta un diente por culpa de una bronca con un compañero, pero en general estoy fuerte, especialmente de piernas.Tengo un carácter alegre. Me gusta cantar y me sé muchos chistes, por ejemplo el de la viuda y el deshollinador o el de aquel que estaba en cuclillas. Se los contaré con mucho gusto, pero únicamente si les apetece.Soy un muchacho obediente. Se me puede dejar en casa con la criada o incluso solo, no necesito ayuda para afeitarme y nunca me duele la tripa. Por lo que se refiere a la educación sexual, se ahorrarán el mal trago, porque ya estoy iniciado. Llegado el momento, podría añadir algún detalle sobre el tema si viniera a cuento.Soy práctico y puedo hacer buen servicio en casa: arreglar un grifo, sacarle brillo a la corona, descargar el carbón para el invierno; sé hacer de todo, y así no tendrían ustedes que llamar a gente de fuera. Barato y de confianza.Domino el inglés. Cuando en el cine echan una película en inglés, leo los subtítulos en voz alta y lo entiendo todo, especialmente si es de indios y vaqueros.Sin más que añadir, quedo a disposición de Su Majestad para cualquier aclaración. Estoy siempre junto al chiringuito de cerveza, pero por si alguna razón no me encontrara allí, déjele el recado a mi amiga que trabaja en la esquina. Recuerdos para papá.Un respetuoso saludo,el principito
Nota: La traducción es de un montón de gente. A saber: Joanna Albin, Francesc Miravitlles, Anna Rubió, Jerzy Slawomirski y Bozena Zaboklicka. Pero lo hacen tan bien, tan bien, tan uniforme y tan bonito todo que parecen uno solo y aún les sobraría gente.
Qué buena pinta, gracias. Ya era hora de que nos recomendases algo con esas ganas, ando últimamente toda desmotivada...con decirte que ya estoy en nivel experto en el guitar hero.
ResponderEliminarAbrazo
Lo siento, es verdad: tiendo a callar las buenas lecturas. No voy a prometer corregirme porque "prometer" no está en mi naturaleza, pero intentaré hablar dedicarle unos minutos a alguna otra recomendación.
EliminarComo Tongoy no se moja, yo te aconsejo, por ejemplo, "Familias como la mía", de F.Ferrer Lerín
Eliminar¿Ferrer Lerín? ¿El prologuista de "Del enebro"? Vaya...
EliminarGracias, Hablador,
Eliminarpor fin alguien que hace algo útil en este blog ;)
No, en serio, me lo apunto.
A mí me han soplado que Lerín es un coñazo. Yo me lo voy a saltar, aprovechando el prejuicio adquirido ahí atrás.
EliminarNo vienen nada mal unas risa en estos días. Por cierto, al ejemplo que has puesto le cambias de pais, pongamos el nuestro, y da para mucho más.
ResponderEliminarjajaja, sí, sí lo hace. En general todos los cuentos tienen mucho dónde rascar. Es lo mejor del recopilatorio. Que lo haga con un humor tan fino sólo lo hace mejor.
EliminarZombie, si te vale una recomendación que no venga de Tongoy, te aconsejo "Familias como la mía" de F. Ferrer Lerín (Tusquets).
ResponderEliminarMe alegro de que te haya gustado, ya dije que los que había leído de Mrozek (todos en Acantilado / Quaderns Crema) me habían parecido muy divertidos. Voy a hacer desiderata yo también en mi biblioteca a ver si lo traen (lástima que Acantilado no publique en ebook, éste es el típico que por 6 o 7 euros no podría resistir comprar, pero no está mi economía para libros de más de 10 euros).
ResponderEliminarSaludos
Yo me estoy planteando comprar EL ELEFANTE por aquello de la nueva traducción pero la verdad es que teniendo acceso gratuito a la anterior (de Seix Barral, creo) da como cosa.
EliminarYo estoy leyendo El Elefante y aunque le reconozco el humor y la profundidad, me parece que estira demasiado la fórmula. Me queda la sensación de que leído uno, leídos todos. Eso sí, el cuento La Revolución (que está en el volumen que reseñas, si no me equivoco) es delicioso.
EliminarCiertamente, el relato es fantástico y además hay versión cinematográfica de Juan Martín Rosete (muy recomendable también): http://www.youtube.com/watch?v=p1DQqxHX3uw&noredirect=1
EliminarA ver si te vas a convertir en un incondicional del relato...
ResponderEliminarSe agradece la recomendación, que a mí sí me gustan si son buenos.
Quita, quita, qué grima. Tengo cuatro más en casa por leer (de otra gente, se entiende). Estoy deseando deshacerme de ellos. Son como losas en la estantería.
EliminarPues si no le importase añadir otra losa a su estantería, EL ELEFANTE sería, en efecto, una magnífica elección.
ResponderEliminarUn saludo y felicidades por su blog, señor Tongoy.
Lo dije un poco más abajo (hoy empecé por el final): no lo tenían en la librería. Me conformaré con la edición de Seix Barral de los sesenta.
EliminarGracias,
La portada le va como anillo al dedo. Gracias por descubrirme al autor.
ResponderEliminarYo no sabía nada de este autor y hace unos tres años, en un especial de Babelia dedicado al cuento, varios cuentistas citaban a Mrozek como uno de sus preferidos. Fui a la librería y me compré un par de libros de Acantilado. Le reconozco ingenio, ironía, absurdo pero qué quiere, señor Tongoy, el polaco no conquistó mi corazón. Esta noche de San Valentín no quedaré a cenar con él.
ResponderEliminarUna pena, sin duda. Espero que haya pasado una noche agradable en buena compañía. Yo leí a Márquez.
EliminarHablando de Márquez y de cuentistas. Hoy en DK, en la sección de Malherido, se hace un repaso a los mejores cuentistas a partir de 1960. Son estos:
Convocados
Titulares
1. Jon Bilbao (1972)
2. Ignacio Ferrando (1972)
3. Fernando Clemot (1970)
4. Esther García Llovet (1963)
5. Óscar Esquivias (1972)
6. Ángel Zapata (1961)
7. Eloy Tizón (1964)
8. Víctor García Antón (1967) 9. Javier Sáez de Ibarra (1961)
10. Matías Candeira (1984)
11. Miguel Serrano Larraz (1977)
Suplentes:
Carlos Castán (1960)
Pedro Ugarte (1963)
Ernesto Calabuig (1966)
Carlo Padial (1977)
Juan Gómez Bárcena (1984)
Sara Mesa (1976)
En detalle, aquí: http://www.eldiario.es/lectormalherido/Cuentistas-espanoles-Footbal-Team_6_100499966.html
Lo que dejan en claro las selecciones de Olmos es que sobran escritores. Quizás uno de esos nombres sea un Borges, pero entre tanta paja...
EliminarPues La velocidad de los jardines de Tizón es de todo menos rápida de leer, y mira que es finito el libro. No dudo que el hombre tiene una prosa excelene pero no se qué sentido tiene ser bueno si aburres a las piedras...
EliminarÉste lo tengo esperándome en casa desde hace unos días. Le he echado algún que otro vistazo y me parece genial. Leí hace unos años un par más de Mrozek (Dos Cartas, y otro de cuyo nombre), y eran también muy divertidos. Muy buena recomendación, Tongoy.
ResponderEliminarY ya es hora también de que "El Atentado", de Harry Mulisch, sea encontrado, devorado y reseñado por el señor Tongoy. Este autor merece una mayor presencia en nuestro idioma, a gritos.
ResponderEliminarLo saqué hoy de la biblio (me refiero al de Mulish) pero saqué demasiadas cosas (como no tenía bastantes en casa...). También El Elefante de Mrozek y... bueno, muchos, muchos.
EliminarLa verdad es que estuve a punto de comprármelo yo también y al final pudo el tamaño del libro para (no) decidirme... ¡ahora, sin embargo, estoy convencido de que tiene que estar entre lo próximo que lea!
ResponderEliminarEs que el tamaño sí importa, lo sabe todo el mundo. A mí también me cuesta gastarme la pasta en esas cosas tan chiquitas. Hoy pasé por una librería para ver si tenían El elefante en la edición de Acantilado. Y no. Pero de este sí tenían varios, en la estantería, escondiditos. Una pena. Lo que sí había en las mesas de novedades era mucha mierda. Eso sí. A paladas.
EliminarDónde está la gracia y genialidad de ese cuento? Se supone que la carta la escribe "El Principito" por antonomasia?
ResponderEliminarSi es así, se parece tanto al original como si le ponen los rasgos de Belén Esteban.
No exageremos. Nadie ha hablado de genialidad.
EliminarBienvenido al club de los adeptos a Mrozek... además tiene una estupenda obra de teatro publicada en español de 1964... Pieza que causó sensación en los años 70 en los teatros españoles y aunque ha envejecido un poco se puede leer con una sonrisa de satisfacción.
EliminarUna pena que no hubieses llegado un par de horas antes. Me pillabas en la biblio. La hubiera cogido.
EliminarHablando de teatro, ¿recuerdas aquella obra de teatro que me recomendaste de Wajdi Mouawad (Litoral)? Era buenísima. Es. Pues saqué la "segunda parte": Incendios. Sé que hay una película (me lo dijiste tú, precisamente) pero evidentemente primero leeré la obra. Volví a sacar Litoral por si tenía que volver a ella para algo. Supongo que no.
Diar Tongoy: Como veo que te sobra el tiempo, yo te recomiendo sobre todo "El juego de azar" (con ese acierto seguro, fue el primero que me leí de él y me harté de recomendarlo en la librería) y "La vida difícil" (los dos en Acantilado). Gora Mrozek, gora.
ResponderEliminarIncendios es tan buena como Litoral... y la película canadiense es ya un clásico moderno de como trasladar la tragedia griega a la actualidad. Inteligencia y sensibilidad que te pone los pelos de punta. Una gozada.
ResponderEliminar¡Mrozek te queremos! ÍDOLO.
ResponderEliminarHe llegado aquí al ver en otro blog la portada del libro de Mrozek y comprobado con una sonrisa que ambos hemos escrito sobre este magnífico autor el mismo día en nuestros respectivos blogs. ¡Qué agradable coincidencia! Mrozek no tiene desperdicio. Un saludo desde Berlín.
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