jueves, 31 de enero de 2013

“Los pájaros amarillos” de Kevin Powers

Kevin Powers cometió dos errores imperdonables en su vida: el primero fue apuntarse a clases de poesía; el segundo ir a la guerra. Viendo el resultado, no sabría decirles cuál fue peor. Bromeo, claro. Creo. 

En Irak –su guerra- le dieron una ametralladora y le dijeron que la cuidase bien, que la mimase; que si tenía que disparar, disparase; que si tenía que matar, matase; que tonterías, las justas. El chaval se pasó dos años allí arrimado al fiero metal y al licenciarse se tiró a la calle a no saber qué hacer, que es lo habitual en la soldadesca retornada. Aprovechando que el río James pasa por Virginia (!) echó mano de sus cursos de versos desatados para hacerse un libro a la medida de sus posibilidades, esto es: pistolitas y versitos todos juntitos. Así nació Los pájaros amarillos

La novela cuenta la historia de un soldado, joven, aguerrido e inconsciente -mismamente el protagonista adulterado- que, de vuelta a casa, recuerda su estancia en Irak durante un momento muy concreto. Nada de contarnos en detalle lo emotivo de su evolución. Se agradece. Está a las órdenes de un sargento un poco bestia que resulta ser todo un personaje. Pues bien, una vez instalado, nuestro soldadito, ya más o menos veterano, conoce a un chaval temerariamente joven que, el mismo día que llega, es amparado bajo su ala protectora por imperativo materno. Marronazo. Al no querer ser uno protegido ni el otro responsable, nace una relación que no evoluciona si no es a golpe de arrepentimiento. 

Lo malo de una guerra es que ya sólo se innova en el armamento. Esto condena la novela de Powers a transitar caminos demasiado trillados. Si lo del héroe contra su voluntad está muy visto, lo del sargento de hierro ya ni les cuento. La mitad de la novela es el protagonista de vuelta en casa: sin forzar la imaginación ya sabrán por dónde van los tiros. 

Que para ir a la guerra hay que valer, ya se sabe, aunque no siempre a tiempo. Esto es un poco lo que viene a demostrar esta novela a partir de los tres únicos personales principales. El sargento representa la fuerza y da una idea (falsa, en vista de los resultados) de que para sobrevivir sin perder la cordura es necesario abstraerse de la realidad. El protagonista sería algo así como la sensatez personificada pero al mismo tiempo la estupidez que implica la obediencia irracional y absoluta a que obliga el ejército. Es el soldado perfecto. Demasiado, quizá. Finalmente el chico más joven es lo inevitable; es el yo no debería estar aquí, es el no ser capaz de aceptar lo extremo de la situación; es verse superado por la realidad. No destripo nada; la novela es así, empieza así. La novela es eso. Eso, y lo que está detrás. Con esto quiero decir que no todo es galería: hay una razón por la que un hombre finge estar loco, por la que el segundo obedece ciegamente y  por la que el tercero muere. De fondo, el sinsentido de la guerra y las atrocidades que en ella se cometen; atrocidades que Powers obvia en un valiente ejercicio de comedimiento pues hubiese sido demasiado fácil provocar el asco, la rabia y el horror mostrándonos las barbaridades propias de los ejércitos invasores. Powers sabe perfectamente que nosotros sabemos perfectamente, y nos lo ahorra.

La novela tiene poco menos de doscientas páginas porque tampoco es necesario mucho más para contar la historia que se cuenta. Se agradece la brevedad, en cualquier caso. Personalmente me ha gustado en la medida que decepcionado: esperaba más (no sé cuánto) pero al mismo me siento obligado a reconocerle el afortunado esfuerzo de intentar hacerlo diferente y aunque no puedo negar que ha sido una lectura más que agradable, tengo que decir no he aprendido absolutamente nada con ella. Es decir, no he llegado a ninguna conclusión a la que no hubiese llegado un millón de veces antes y por lo tanto no acabo de entender a qué viene tanta recomendación y tanto entusiasmo, que es lo que se ha venido haciendo desde su publicación, a excepción, quizá, de Rodrigo Fresán y su ya he visto esta película, que, como argumento, es de un simplismo terrible. Pues no se repite veces ni nada la misma historia en la literatura... Se trata muchas veces de saber cómo llegar al lector y Powers llega, sobre eso no tengo duda, pero la guerra... joder, la guerra; qué peñazo la guerra y sus traumas.


22 comentarios:

  1. Tienes razón, eso de "esa peli ya la he visto" es no decir nada. Si por eso fuera no podrían hacerse más películas, o libros o cuadros. La cuestión es saber aportar algo nuevo al tema y en ese aspecto, a mí me pareció original "El ladrón de morfina" de Mario Cuenca Sandoval, aunque muchos la pusieron a caldo por hablar de guerras lejanas y no de la corrupción en el ayuntamiento del pueblo del autor o whatever (otra cosa que me parece una valiente chorrada).

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    1. Bueno, Fresan dice más cosas, pero paso de criticar su crítica. Bastante tengo ya... Su reseña es muy extensa y da sus razones, pero al final la idea es esa, que le parece más de lo mismo.

      Y sí, valiente chorrada el comentario sobre lo de Sandoval. Que no he leído, por cierto.

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  2. No entiendo. Al final criticas lo de Fresán señalando el ya visto como argumento "de un simplismo tremendo" pero antes pones esto:

    Lo malo de una guerra es que ya sólo se innova en el armamento. Esto condena la novela de Powers a transitar caminos demasiado trillados. Si lo del héroe contra su voluntad está muy visto, lo del sargento de hierro ya ni les cuento. La mitad de la novela es el protagonista de vuelta en casa: sin forzar la imaginación ya sabrán por dónde van los tiros.

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    1. Claro, porque yo creo que Powers sabe que habla de algo manido, pero trata de hacerlo "diferente", evitando, entre otras cosas, los asesinatos y las violaciones y ese tipo de cosas. Es inevitable caer en tópicos con la guerra pero no siempre es una razón para despreciar una novela. Y que conste que estoy muy de acuerdo con Fresan, ojo, que de todas las críticas que he leído es con la que más coincido (tampoco la recuerdo mucho).

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  3. Ahora que hablas de guerra. ¿Alguien sabe algo de Quique? ¿Se ha alistado a los marines?

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    1. Estoy igual que tú. Le mandé un email la semana pasada pero no me ha contestado. Es un poco raro.

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  4. Pardiez! Lo que pasa es que, en virtud de mis cuantiosos ingresos, me pillé un iPhone5 que no me deja comentar en Tongoy desde el teléfono. Y luego, entre follar como un poseso y otras obligaciones de la vida moderna, no me vuelvo a meter desde el ordenador para contribuir con la frecuencia y genialidad acostumbradas.

    Intentaré remediarlo en lo sucesivo.



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    1. ¡¡Quiquiño!!

      ¿No te funciona blogger en el iphone? Ni el correo electrónico. ¿Te has comprado unos de esos chinos?

      Me alegra saber de ti.

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  5. Me entero, a través de Qué leer, de la existencia de un libro llamado Patologías que vendría a ser la contraparte rusa a Pájaros amarillos. Patologías está escrito por un veterano ruso de la guerra de Chechenia. La reseña la firma Milo K. Debe de ser un ejercicio fascinante leer ambos libros que, al parecer, abordan la guerra de una forma muy diferente. Lástima que el ejercicio fascinante cueste alrededor de 50 euros, lo que está más allá de mis posibilidades. A lo más épico a que tengo acceso es a descargar vídeos de Gila de Youtube.

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    1. Ayúdeme, no tengo la Qué leer a mano. ¿Quién es el autor? ¿Editorial?

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    2. Ya lo encontré. http://www.sajalineditores.com/?p=libro&l=42

      La he pedido a la biblio. A ver si hay suerte.

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  6. En efecto, es ése. La verdad que apetece leer y comparar ambos libros.

    Cambiando de tema, veo que está leyendo un libro de Duomo. ¿Qué tal? Yo tengo enfrente de mí Desventuras de un fanático del deporte. Pero Duomo es ya cosa del pasado. Una lástima. Han echado a la editora, magnífica editora, y a juzgar por sus novedades ahora se dedicarán al bestseller puro y duro. Para dar una idea de la magnitud del cambio de línea editorial, sus libros vienen ahora con una faja de, de, de... ¡Albert Espinosa! Una verdadera lástima.

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    1. Joder, Albert Espinosa. Cielos.

      Pues el de Duomo me está decepcionando un poco. No mucho. Ya llego a los libros con cierto temor. Pensé que sería otra cosa. Que sería mejor, quiero decir y resulta que es bastante normalito. Lo acabaré porque voy por la mitad pero...

      No sabía que hubieran echado a la editora. Vaya, empezaba a cogerle cariño a la editorial.

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    2. Veo que Mathilda fue publicado en septiembre de 2012; quizás forme parte ya de la nueva línea editorial. Es más, todo punta que es así.

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  7. Se te ve el plumero Tongoy. Sexto Piso te regala los libros y tú como cachorro fiel y agradecido mueves la colita.

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  8. y ya que alguien habló de la editorial Duomo: el libro que publicaron de Hemon, "Amor y obstáculos" es muy bueno. Bah, en realidad, todo lo que escribe Alksandar Hemon es muy bueno (también viene a tono con los comentarios, porque de fondo aparece la guerra de los Balcanes). lo has leído Tongoy?

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    1. grrrrr... no, no lo he leído. Un día me voy a poner tonto y voy a prohibir las recomendaciones, especialmente de relatos. ¿No ven que soy extremadamente débil? Venga, lo pido (a la biblio) y a ver qué pasa.

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    2. si prohíbes las recomendaciones de relatos, entonces te recomiendo también de Hemon la novela "El proyecto Lázaro" (creo que en español la publicó Anagrama, quizás esté en la biblioteca, nunca se sabe)

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  9. Señor Tongoy, ¿qué opina de las instrucciones de Echevarría para escribir una reseña, que publica hoy El Cultural? Si este señor sabe tan bien cómo deben ser las reseñas ¿por qué no se pone a escribirlas?

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    1. Todavía no he tenido tiempo de leerlo, ¿se lo puede creer? Esta noche me pongo pero conociendo a Echevarría supongo que dirá muchas cosas sin decir realmente ninguna. Un ejemplo perfecto de reseña Cultural, por otro lado.

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  10. A mí me pasó algo similar, Los pájaros amarillos me gustó y decepcionó al mismo tiempo. Si estilo poético me pareció muy interesante.
    En cierta forma tuve la misma sensación que con Vidas de hojalata de Paul Harding, me pareció interesante, pero no acabó de llegarme.
    Vamos, de ese tipo de autores a los que estás más que dispuesto a darles una segunda oportunidad, esperando que esta vez sí rematen la faena.
    De todos modos las críticas (casi) unánimes a la novela no son de extrañar, ya que venía abalada por unos cuantos premios y nominaciones a otros tantos (y algunas muy a tener en cuenta como el National Book Award), y aquí los críticos sienten bastante recelo a llevar la contraria. Por otra parte hay novelas infinitamente peores que la de Powers que tienen críticas positivas (y estas sí que te preguntas de donde salen)

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