A continuación, una reseña doble de “Ejercito enemigo” de Alberto Olmos: la Opción A se inclina claramente a su favor, la B en contra. Pueden leerlas en el orden que gusten. Elijan la que prefieran, la que más les interese y, si les apetece, adivinen cual de las dos es la sincera (si acaso hay alguna, que vayan ustedes a saber).
OPCIÓN A
Calificar esta novela de simple, mediocre o deficiente equivale a no tener ni puta idea de lo que se habla. Disculpen que sea tan directo pero no quiero pasarme toda la noche con esto. Decía que: aquí o allá o a dónde sea que miren y vean a un crítico -o a un payaso haciendo de crítico-posicionarse en contra de esta novela, sospechen, porque me juego un huevo y parte del otro a que lo que realmente ocurre es que ese individuo, por llamarlo de alguna manera, está sufriendo un ataque de envidia [cochina]. Lo digo completamente en serio. Que tenga que denunciarlo precisamente yo, que he sido considerado algo así como el enemigo público número veintiocho de Alberto Olmos, ya tiene cojones pero aquella reseña en la que Patricio Pron desarmaba (o lo intentaba) “Ejercito Enemigo” (desde ahora EE) es una sandez como no he visto antes y más viniendo de otro escritor. A ver si ahora va a resultar que somos todos tontos menos uno.
No es fácil resumir EE y, siendo honestos, tampoco viene mucho al caso hacerlo. Permítanme una pausa para justificarlo: tengo el firme convencimiento de que la mitad de las críticas literarias utilizan el argumento como una excusa para escribir sin tener que comprometerse a nada, dejando casi todo en manos del lector y limitándose a cubrir de palabros uno o dos párrafos, generalmente bastante ridículos, en los que nos contarán que muy bien por esto, Alberto, o bien por lo otro o ya veremos en el futuro, te seguiremos la pista, majete. La otra mitad de las veces resumir el argumento es la única excusa que necesitan algunos para burlarse de la novela, utilizando SU PROPIA falta de interés por la historia como UN ARGUMENTO a favor, esto es, el que les da la razón, cuando lo único que consiguen con ello es confirmar lo que todo el mundo sabe: que en la crítica amateur -y en la no tan amateur también- lo críticos son en su mayor parte unos ineptos, una panda de vagos, unos maleantes y unos jetas. Que no hay por dónde cogerlos, vaya, empezando por mí, lo sé.
Volviendo a la novela, dudo mucho que la pretensión de Olmos fuese escribir un clásico moderno. Hay que ser bastante gilipollas para creer algo así y mucho más que bastante para juzgar al escritor basándose en semejante memez que es a la postre lo que todo el mundo hace. ¿Si no es una gran obra no es una buena obra? Paparruchas. Puede no ser grande, vale, pero puede ser buena, o puede ser mala, o puede ser OTRA COSA, por ejemplo: una novela de su tiempo: un lúcido reflejo de la actualidad. Porque acusar, como se ha acusado, a Olmos de haber escrito una novela únicamente para convertir a su alter ego -Lector Malherido- en "protagonista de" equivale a reconocer que, o bien no se ha leído la novela o no sabe uno hacerse el tonto. Santiago no es Malherido, Santiago es nosotros, mal que nos pese, que somos lo peor, joder, no hay más que vernos. La solidaridad ha fracasado, repite una y otra vez Santiago. Y tanto que ha fracasado. La solidaridad APESTA. Patricio Pron acusaba a Olmos de tener ideas ingeniosas pero no inteligentes. No, amor, ni ingeniosas ni inteligentes, en todo caso valientes. Pero, claro, es más fácil perderse en los cerros de Úbeda que reconocer que las ideas en la novela de Olmos tienen el mérito añadido de ser actuales y accesibles; estar escritas de forma que las pueda entender hasta un tonto del culo. A mi denme una buena idea y quédense con toda la acción.
Acabada la novela la solidaridad sigue siendo un fracaso pero al menos nos queda el consuelo de saber que no somos los únicos que lo pensamos. Quiero insistir en algo que me parece fundamental y que probablemente sólo será justamente valorado dentro de veinte años: Ejército Enemigo es una fotografía de un instante, de una sociedad adicta a las drogas, al sexo, al facebook o a todo al mismo tiempo; un retrato de los que dentro de nada serán los únicos culpables de todo lo que pase: los que hoy están en Twenty, mañana dirigirán el país. Prepárense para los quince minutos de gloria de veinte millones de impresentables que harán que Santiago, a su lado, sea todo corazón. Al tiempo. Respecto a Ejécito Enemigo: que no les mientan: NOVELÓN.
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OPCIÓN B
“La solidaridad ha fracasado”. Sobre esta premisa Olmos construye esta novela de casi trescientas páginas cuyo argumento, grosso modo, es el siguiente: un tipo bastante cretino, un gilipollas integral amante de las palabras y el sexo, es amigo de otro bastante papanatas que cree en aquello de hacer el bien sin mirar a quién. Al segundo lo matan un día en un descampado, angelito, y nadie sabe porqué. El primero, bastante capullo, se entristece, claro, coño, era su amigo, pero son cosas que pasan. Que la procesión va por dentro lo sabemos porque recibe una carta póstuma que tarda un siglo en abrir: así es como demuestran los hombres el amor en esta novela tan viril. La carta dichosa contiene la contraseña del correo electrónico del fallecido que, claro, ya no le hace falta para nada. En el correo hay algo así como 25.000 mensajes que el muchacho va leyendo a ratos porque, ya lo dije, le gustan mucho las palabras y tiene mucho tiempo libre porque como es tan imbécil no tiene amigos y sus ex-amantes lo evitan en la medida de lo posible. Enseñanza número uno: follar bien no lo es todo.
Me quejaba yo en una red social, hace tiempo, cuando empecé a leer la novela -poco antes de interrumpir la lectura de lo tanto que me estaba gustando- que notaba en “Ejercito Enemigo” (desde ahora EE) una huella o presencia demasiado palpable de Malherido (especialmente en Santiago, el personaje protagonista). Lo que quería decir con esto era que Olmos parecía haber sido devorado por su alter ego haciendo de la carne verbo. Un conocido me contestó (hablo de memoria) que él no veía problema en eso, más bien al contrario: que quizá el personaje de Malherido había nacido para hacer posible (y creíble) esta novela o al menos su protagonista. Es una forma de verlo. La otra es que Olmos, sabedor del éxito de Mal-herido, se ha construido una novela a medida quizá tratando de asegurarse la cuota de mercado que ha ganado con sus críticas literarias.
El caso es que por haches o por bes EE acaba siendo una novela de temática irregular (argumentazo) que por lo menos sirve de excusa, al autor, para hablar de todo y de todos y no dejar títere con cabeza o eso quisiera él. Así es que nos encontramos con repeticiones machaconas de la aburrida actividad laboral y masturbatoria del protagonista o el detallado follar ante la cámara de un adolescente con su prima, una suerte de inútil manual sexual para vagos que lo que pretende significar se pierde entre las sábanas. También se habla de blogs, de microblogs, de esa paranoia de Olmos de reconocer la sintaxis de los demás en sus paseos por el mundo (virtual) adelante como si le fuera a servir de algo saber que fulanito es en realidad futanito o menganito no le quiere tanto cómo él quisiera. También se habla de la vida en la red, de la red como un lugar en que vivir, de los intereses que se ocultan tras los nicknames, de lo divino y de lo humano en la red, la red, la puta red, que parece que no haya otra cosa que hacer que pasar todo el santo día abriendo y cerrando ventanas. Es decir: de lo mucho que nos ha cambiado a todos la vida poder encender la lavadora desde el trabajo y saber cuándo aclara o centrifuga o el hacer turismo aún con saldo cero en la Visa gracias al streetview. Una sucesión de brevísimos cursos temáticos sobre la evolución del homo tarifaplanis, ideal para poner al día a los recién llegados o pánfilos analógicos pero que puede acabar condenando al EE a una permanente itinerancia por las secciones de historia, drama y misterio de las bibliotecas públicas. Mal chiste.
Pero el que mucho abarca poco aprieta, ya lo decía mi madre, y hay que ser muy bueno para arreglar el mundo (entiéndase la broma) en trescientas páginas y encima colarnos una investigación que no es tal y sólo quiere dar salida a un novela que de otro modo aburriría a un santo y aún así. En mi humilde opinión el problema de esa investigación no es tanto que no tenga suficiente presencia (que no la tiene) o que no sea especialmente interesante (que no lo es) sino que aparece de repente y se va del mismo modo dejándolo todo perdido de una nadería insufrible. Todo para rematarla con un anticlimax de cincuenta páginas en una fiesta que acaba como acababan todas aquellas fiestas en las que participaba Jessica Fletcher, que ya ven ustedes qué bien, qué maravilla, qué original. En fin pilarín, para qué hablar...
Este que aquí comenta cree que el engaño consiste en que la opción a habla en contra y la b a favor, o las dos en contra, o algo
ResponderEliminarSin duda, algo.
EliminarSaludos,
Hola Carlos:
ResponderEliminar¿Opción A y B? Creo que acabas de inaugurar una nueva era de la crítica literaria en Internet.
Vicente Luis Mora va a hablar de este momento trascendente en su próximo ensayo.
Saludos, campeón.
¿Inaugurarla? Oh, sería maravilloso. Tengo que mirar como va eso de los derechos de autor, jeje.
EliminarAbrazo, David.
Me quedo con la opción A, pero rebajada de ditirambos. Me pareció una novela algo irregular, aunque con momentos muy buenos. Sin entrar en análisis sesudos, destacaría su pertinencia desde el punto de vista político (Cfr., al respecto, entre otras muchas, pp.18-19, 77 y 252).
ResponderEliminarMe interesó más el "honrarás a tu clase y a tu barrio" que la porno-náutica digital. Menciono dos buenos momentos (en mi opinión), a ver si estamos de acuerdo: a) El despiadado retrato de Rodrigo y la reflexión asociada al mismo (pp. 111-114); y b) La conversación entre Santiago y Eduardo en el parque (pp. 120-127).
abzo.
Tengo que mirarlo y te contesto, Cadou. Deja que arregle algunos problemillas informáticos y te digo algo. Los ditirambos de una y otra opción eran necesarios o tendríamos dos reseñas idénticas.
EliminarAbrazo,
1 (de 3)
EliminarRespecto su pertinencia desde el punto de vista político: yo no quería mojarme en esta reseña, Cadou, joder, me apetecía mantenerme al margen pero ya veo que no voy a poder. Mira, yo estoy MUY de acuerdo con Santiago. Mucho. Cómo él, también yo creo que la solidaridad tiene mucho de circo y una parte de mí también cree que esto debería reventar de una puta vez, que la solidaridad, a la larga, no es más que otro parche social que tapa los errores de bulto de una mala gestión política pero al mismo tiempo entiendo la postura de Daniel de no querer rendirse y es que antes de reventar mucha gente lo va a pasar realmente mal. Es toda una encrucijada, esta. Cito a Olmos para que la gente sepa de qué cojones estamos hablando: “¿Durante cuánto tiempo nos seguiremos engañando con esta mierda? ¿Durante cuánto tiempo dejaremos que legiones de listillos se enriquezcan a costa de la gran burbuja de la solidaridad? ¿No sería mejor dejarlo todo al albur del caos, cesar en las ayudas puramente amansadoras, y permitir un sufrimiento tal que, al cabo, hiciera a millones de personas tomar las armas y devolvernos la calderilla? La solidaridad no sólo ha fracasado, sino que ha evitado la reacción, gritaba yo.” (Pegaría más citas en el otro blog, pero paso de buscarme problemas.)
Esta es, de todas, probablemente la idea más interesante y que mejor entronca con aquello que fue el 15-M y por lo que tanto se habló del libro de marras en las revistas. Los otros párrafos que citas tienen más que ver con la juventud y ese momento, justo antes de caer en las redes del sistema, en que uno defiende valores superiores y la forma, también esto es cierto, en que algunos (es justo decirlo) se sitúan en un plano superior. También creo que mientras los jóvenes pasen por esa “etapa” habrá esperanza en el futuro; no quiero imaginarme una generación como la del anuncio de Loewe. No tengo mucha confianza en las nuevas generaciones, Cadou, la verdad. Cuando escribo esto acaba de salir una noticia en el periódico en la que dicen que Alemania se plantea dejar de operar a los más ancianos del lugar. Que ya no sale a cuenta, vaya. Sería interesante saber cuánto tardaría Médicos sin Fronteras en hacerse cargo de este desastre o qué ocurriría si no fuese así. ¿Tendríamos la tan ansiada revolución o pasaríamos directamente a la eutanasia colectiva como medida de ahorro extremo?
Creo que esta es la parte en que yo confieso que la novela de Olmos no me parece ni tan buena como la pinta la opción A ni tan mala como lo hace la B. He querido hacerme eco de los extremos porque es la sensación que tengo respecto a lo que rodea a Olmos: quienes está a su lado están demasiado a su lado y quienes le odian lo hacen con una pasión demasiado sospechosa y creo que todo esto tiene muy pocas veces nada que ver con sus novelas sino con su persona (malherida o no). Situarse en cualquiera de los dos extremos es una forma ideal de cagarla. ¿Juzgamos al autor o juzgamos su obra? Si hacemos los primero que cada cual haga lo que le salga de los huevos, ahí no me meto, pero si lo que juzgamos es lo segundo es de ley reconocerle el tino que ha tenido publicando ahora esto. Pero que tenga una buenas ideas no quiere decir que sea una buena (en el sentido de redonda) novela. Está bien cuando está bien pero se resiente mucho cuando se despista, que es unas cuantas veces a lo largo de la narración.
(sigue)
2 de (tres)
EliminarRespecto al retrato de Rodrigo, no sé qué decirte. Sí, bueno, está bien, me hace gracia; no dudo que haya gente así. Respecto a esto:
“Una mujer mantiene a un vago con ínfulas de artista (casi son éstas las palabras que me dijo Ana), lo ama como a su sangre, lo cuida, lo respeta, lo defiende frente a tanto gilipollas consumista (palabras exactas son), lo mima, cree en él más que él mismo, no le importa estar así toda la vida, hasta el fin de los tiempos, pero llega una edad, llega un momento, llega una única petición, que casi no es una petición egoísta sino una inercia natural, y todo queda en vilo: es el hijo; y si el presunto artista no le concede eso a una mujer, después de que ella le ha encomendado su vida entera, su alma, todas las horas de un reloj generoso, entonces la madre de todas las artes no quiere ya ser madre de ninguna, y los besos pierden fe, y hay que decir adiós.”
No acabo de aceptar imagen de esta mujer que antes de que sonase el reloj biológico ejercía de madre y ahora, de repente, de esposa. No lo digo como una crítica a la mujer, sino a una relación de pareja absolutamente irreal, como si el asunto de los hijos fuese algo que los matrimonios tratasen cuando le suena el despertador a la susodicha y no a lo largo de su vda. No sé. Me cuesta entender estas cosas.
(sigue)
3 de (tres)
EliminarSobre la conversación en el parque. Hace unos años en la tele le preguntaron a un niña de 15 o 16 años qué quería ser de mayor. Contestó “administrativa, porque mis padres también lo son”. Somos bastante gremiales, es verdad; y gilipollas también. Esto lo digo por esto: “[…] la mayoría de los profesores de instituto son hijos de profesores de instituto. Mis padres daban clase de Lengua y de Ciencias Sociales. Te dirán que lo llevan en la sangre, cualquier profesor, que tenían vocación y demás estupideces. Nadie lleva nada en la sangre, ¿entiendes?, ninguna vocación. Uno hace lo que hacían sus padres porque es lo fácil; lo fácil. Si tu padre es director de cine, te metes en el mundo del cine; si tiene un bar, lo heredas y sigues con él; y si es profesor de Lengua pues opositas, que ya sabes cómo se hace y qué esperan de ti. En realidad seguimos siendo una sociedad gremial.” Pero ya supongo que a lo que tú te referías es a esto otro; “Vivimos en un simulacro, pero no formado por símbolos katakana dados la vuelta, sino por anuncios publicitarios. Todo es publicidad, la publicidad es ideología. La publicidad afecta a los productos de consumo, pero también a la imagen de las empresas, de los gobiernos y de las personas. Ya nadie hace caso a eso, a ese partido de fútbol, ni hace caso a la calle donde vive. La gente, Santiago, no cree en la calle, lo que cree es lo que sale por la tele o corre por internet. Esa es la realidad, es decir, no es la realidad. Pero es donde estamos todos. Lo que no es público no existe.” Y lo que sigue. Pongo las dos citas juntas, aunque no tienen nada que ver, como ejemplo de eso por lo que no me acaba de convencer EE: ese disparar a todas partes a cada minuto evitando centrarse en una idea a la que le podía haber sacado mucho más partido. Es como: voy a ponerlo todo de vuelta y media.
La conversación a la que haces referencia recoge el testigo de la primera parte de esto rollo que estoy largando y lo traslada, el ejercicio de la solidaridad (in)útil, a la esfera política: no somos lo que parecemos.
“[…] la acción social empezó en algún momento a interesarse por los métodos de expandir su influencia, y la publicidad, como sabes mejor que yo, siempre ha estado interesada en encontrar ese elemento diferenciador, de distinción, que hace que se fijen más en tu anuncio que en el de otro. De repente, ser solidario se convirtió en cool, ésa es la clave, por lo que todo se volvió solidario, es decir, lo solidario se volvió superficial, se alejó del terreno íntimo para ser incorporado al simulacro...”
Es cierto: tiene momentos buenos, interesantes, necesarios pero también mucha paja, valga la redundancia. Este libro es como una gran oportunidad mal aprovechada.
Joder, vaya paliza de post.
Al ser verdaderas ambas, prevalece la A.
ResponderEliminarVale, pues la A.
EliminarLo curioso es que:
ResponderEliminarA - No tengo ninguna intención de leer el libro.
B - No me apetece participar en el juego adivinatorio.
Sin embargo:
1 - Como antes dejó escrito David PV (o eso quise interpretar yo): sugerente propuesta.
2 - El artículo es interesante desde el principio hasta el final.
Conclusión: Tongoy, escribes de cojones. Adivina si A (de bien) o B (de mal).
De tu conclusión: me gustaría que fuese A, pero sé que es B. No pasa nada, lo tengo más que asumido. Uno tiene sus limitaciones. Esta es otro de ellas.
EliminarUn saludo, Alberto.
Opción A: este blog es un blog literario de referencia.
ResponderEliminarOpción B: este blog es una puta mierda.
Opción C: este blog es una puta mierda de blog de referencia.
Opción D: todas las opciones son correctas.
Me quedo con Opción D, con querencia a la B.
EliminarGracias por perder su tiempo aquí. Un saludo,
A ver lo que tarda el Acorazado en dejar aquí una cagarruta, con lo que le gustan las críticas bipolares.
ResponderEliminarJaja, me he reído mucho, Carlos, tanto con la opción A como con la B. Sea cual sea la que tú crees, a mí las dos me producen una sensación de pérdida de tiempo de libro que pa qué. O sea, que si en alguna de ellas querías motivar la lectura has hecho aguas. Habrá que perfeccionar el estilo.
ResponderEliminarSaludos
Bueno, como la idea no era invitar a la lectura (eso es algo que debería poder hacer el libro sólo) voy a pensar que algo del estilo se puede salvar. Respecto a perder el tiempo, a ti no te puedo engañar: sí, hay opciones mejores.
EliminarSaludos
Amén.
EliminarPues yo voy a pasar de tus desbarres mentales de lunes por la mañana y aprovechando que nadie me ha pedido mi opinión la voy a dar. Porque si, porque yo lo valgo.
ResponderEliminarPersonalmente me voy a quedar por la opción B. Y no solo por haberme tragado una descripción demasiado realista (para mi gusto) de una escena de contenido altamente sexual en un parque infantil a las 5 de la tarde. Eso puedo soportarlo. Al fin y al cabo los niños, hoy en día, son todos unos salidos.
Lo que me ha herido en lo más hondo de mi ser es esta afirmación (especificaría la página, como los profesionales, pero las copias piratas no entienden de esas cosas): "La gente es gilipollas. Mira, cualquier persona con perfil en una red social es gilipollas" Vale, lo soy, lo admito. Soy gilipollas, de hecho hace tiempo que lo sé. Pero no me gusta que lo hagan público, por muy pirata que sea el libro.
y tú, Charles de mi entretelas, elige la opción que más te convenga, pero tampoco te libras, por muy pirata que sea tu libro también... "Debido a la proliferación de servicios, un internauta avanzado al que le tomaras la medida pasaba a serte más conocido que tu propia madre. Tenía un blog, donde veías su sintaxis y sus opiniones, si era inteligente o estúpido, acomplejado o engreído. Internet había obligado a la gente a expresarse por escrito, y eso hacía de leer una forma de conocimiento peronal. Las faltas de ortografía eran como corbatas mal anudadas, zapatos sucios, uñas mordidas. Las frases cortas parecían pasos pequeños o tendencia a tamborilear sobre la mesa. Un vocabulario selecto remitía a fumadores en pipa o a pedofilia. Escribir todo en mayúsculas denotaba afán de protagonismo; utilizar abreviaturas propias de sms, prisa por follar. La tipografía era un rostro, y leer, mirar directamente a los ojos. "
Dicho esto, recuérdame que nunca haga pública la dirección de mi blog, que aquí fichan a cualquiera por una tontería de nada.
Y por si alguien no se había dado cuenta todavía, no me ha gustado el libro. Ya he hablado de esto. Esperaba que algo sucediese al final, aunque lo natural era que no sucediese nada especial porque en las últimas páginas los acontecimientos se habían precipitado y sería demasiado redundante.
Personalmente me sobran páginas, descripciones. Y alguna trama me parece demasiado rebuscada. Pero hay una buena noticia. ¡No tengo ni idea de literatura!... ¿Qué? ¿A que ya respiramos todos un poco más tranquilos?
Lo sé, lo sé, podrían vivir todos perfectamente sin mi opinión. Pero ahí les queda.
Porque yo lo valgo.
Un saludo a todos.
La hermanísima, o sea, Marietísima.
Veo que estás haciendo grandes amigos por aquí. No digas que no te advertí. Como ya sé lo muchísimo que esto te importa no voy a perder más tiempo.
EliminarRespecto a la escena eroticofestiva de los adolescentes… bueno, tienes que pensar que el hecho de que te provoque tanto rechazo quizá sea la razón por la que Olmos la escribió. A ver, ¿no te parece raro que le dedique tanto espacio? No digo que sea acertada, sino que deberías tratar de verla con la intención del escritor…. O no. Es decir, si no ha logrado provocarte otra cosa que “rechazo” quizá sea porque es fallida. Seguramente. ¿La intención es lo que cuenta o no? No. De buenas intenciones están llenas todas las novelas entre las que hay grandes mierdas. Para hacer falsos cumplidos ya están la familia y los amigos. Este es un debate muy interesante; el de la intención, digo.
Esto: "La gente es gilipollas. Mira, cualquier persona con perfil en una red social es gilipollas", no debería ser un motivo para rechazar el libro. Que no, que no. (Perdona pero en este reseña le tengo que llevar la contraria a todo el mundo, incluida tú, o no habrá servido de nada el esfuerzo de escribirla). Además, es una trampa. Ese es el tipo de exclamaciones a las que me refiero cuando digo que Olmos parece que únicamente busca provocar al lector y tirar a matar contra todo, las redes sociales también. No es gilipollas el que las usa; es gilipollas es que las usa mal o el que se vuelve gilipollas por usarlas. Gilipollas hay unos cuantos; impresentables también, mira los poetas. De todos modos a mí me gusta mucho cuando una novela escupe verdades más que cuanto escupe mentiras aunque prefiero que sean verdades que de otro modo me pasarían desapercibidas.
Tu tercer párrafo demuestra otra vez, en mi opinión, la preocupación de Olmos por la sintaxis. Esto es recurrente en él, tanto en la novela como fuera de ella. Pero está bien: es escritor y es normal que le interesen estas cosas. También es el ataque de las 5:30, en esta ocasión a los blogs. Tampoco le falta razón esta vez, me temo, aunque quedarse en la sintaxis es como quedarse con el hecho de que un tipo se muerda las uñas o que el novio de tu hija lleve rastas. Es más interesante, creo yo, lo que hay detras: el fondo de las cosas pero ya supongo que eso requiere un cierto esfuerzo que no todo el mundo está dispuesto a realizar. Yo la mitad de las veces no, eso seguro.
Del final no voy a hablar. Ya he dicho demasiado. Más de lo que debería, me temo.
Acabo: yo no creo que haga falta ser experto en literatura para comentar un libro. Vamos, ni que fuera una cuestión de estado. Y piensa: un escritor lo que único que quiere es vender un producto. No darse a conocer, no, que para eso se sube al amazon y se vende por diez céntimos, sino venderlo, ganar dinero, dinero, dinero. Cuando lo saca al mercado, no le pone una faja que diga “sólo para expertos en literatura” o “absténganse aquellos que no hayan leído tres veces Ulises”. No, sólo pone: “Maravíllese” o mierda similar. Los quince o veinte euros de un analfabeto valen lo mismo que los de un crítico de arte ergo ambos lectores tienen exactamente los mismos derechos a dar su opinión. Hay mucho vendemotos por ahí: ni puto caso.
Besos, niña.
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ResponderEliminarFb
ResponderEliminarLa Fletcher tenía un montón de sobrinos, ahora que están de moda las series alguien tendría que hacer un libro sobre los sobrinos de Jessica Fletcher y la mala relación que tenía con sus hermanos, que nunca lo vi por la serie.
o que ocultaba el cadaver de su madre en el armario...
EliminarMarietísima, no es necesario que insistas en que no sabes nada de literatura: ha quedado demostrado en varias ocasiones. Para ser como tu hermano, solo tienes que abrir un blog.
ResponderEliminarAaaaaaaaaaaaaaaaaaay qué risa!!!!
EliminarLo peor de un escritor mediocre es ser tan tremendamente fantoche de creerse que todos los que cogerán su libro entre sus manos caerán rendidos a la locuacidad del autor, se enamorarán de su narrativa, esperarán impacientes su aparición en medios de comunicación, recortarán sus fotos de las revistas literarias y se echarán a dormir mientras esperan por la publicación de su siente 'milagro literario'.
Pero ahí van las malas noticias: yo no soy la única que no entiende de literatura en ese sentido tan peculiar que le dan a lo literario los que escriben. Algunos compran y leen. Otros leemos y después, si acaso, compramos. E independientemente de nuestra ilustración literaria (porque no todos podemos ser de letras, que alguien de ciencia también tendrá que haber) al final formamos el mercado. Ese que le da de comer al supuesto escritor.
Y creerse uno que 'por pelotas' un libro tiene que gustar si o si, lo único que demuestra es falta de inteligencia. Ya ve, unos pecamos de 'listura' y otros de egocentrismo supino.
Y a pesar de tener un blog, no soy como mi hermano. Yo tengo el pelo largo y rizado, soy más delgada y le saco trece meses de edad. Tampoco tengo pene, pero llevo los suficientes años en este planeta y suficientes libros leídos para saber lo que me gusta y lo que no. Y lo bueno de vivir en este país es la posibilidad de poder expresarlo de manera libre. Lo que el país no puede controlar es que individuos a los que no les gusta una opinión o un blog se empecinen en leerlo y se dediquen un día festivo a cabrearse solo porque el mundo no piense como ellos.
Hágase un favor y vayase a leer la carta de ajuste.
Y para usted, desde luego, me llamo Señora Marieta. O mejor, no me llame.
Un saludo a los demás.
Marieta.
Anda mira, no había visto este mensaje. Y yo rajando de lo mismo más arriba...
EliminarMarieta, puedes poner unas fotos de tu pene?
EliminarEso es el mercado, Marieta, exacto: un lugar donde también, como demuestra su comentario, hay verduleras.
ResponderEliminarGran descubrimiento, anónimo, gracias. Desde que se me ocurrió meter el pie en este mundillo (gran día, por cierto) no he visto otra cosa que verduleras. Es apasionante. Lo digo en serio.
EliminarCreo que la A simboliza lo que el propio Olmos piensa de su novela, como ha demostrado en diversas intervenciones y entrevistas. Incluso imitas un poco el estilo malherido.
ResponderEliminarEn la B vuelve Tongoy.
Pero tal y como están las cosas, me temo que en la próxima faja en Mondadori incluirán frases de tu reseña A, aun a sabiendas de que es falsa.
Pues déjese de coñas, pero sería un bonito detalle.
EliminarLo del estilo malherido no puedo evitarlo. Soy fan y me sale sin querer. Bueno, vale, queriendo, pero lo hago como homenaje, eh?
Saludos,
Por otra parte, ser más delgada que su hermano, tampoco creo que la haga entrar en el Guinness, señora. Lo de no tener pene, tiene arreglo, póngase un cinturón con uno de pega y penetre a quien se deje. Tampoco tiene idea de literatura y comenta.
ResponderEliminarYo también quiero tener un blog en el que la gente entre para atizarse
ResponderEliminarPues a la chavala de la portada a) le llenaba yo la boca de carne y b) le comía la rajica. O lo uno o lo otro.
ResponderEliminarAnónimo último, no te quejarás.
Lo que no entiendo es que el nombre del autor (en este y en otros muchos casos) venga más grande que el título. Como si fuese más importante el autor que la novela. ¿Me equivoco mucho? Anónimo ¿qué dices tú?
El autor es mucho más importante que la novela. De hecho, la escribe. Negarlo es ser un gilipollas o esforzarse en querer demostrarlo.
ResponderEliminarOh, qué bien ofendes. De hecho, desde mi humilde punto de vista el gilipollas eres tú, no por ofenderte sino porque de verdad creo que te faltan luces.
EliminarLa gallina es más importante que el huevo, según tú. Pero yo quería una tortilla.
Ojo, es una metáfora. No te vaya a dar un ataque epiléptico.
Incluso tú eres mejor que lo que escribes, Quique, y mucho mejor que los monigotes sin gracia que dibujas. Yo no estoy libre de la epilepsia, pero a ti nunca te dará un ictus cerebral.
EliminarOtro que no folla.
EliminarA lo mejor, digo yo, Quique estaba planteando una de estas dos cosas, o quizás ambas simultáneamente:
Eliminar1) El libro ya no se considera obra de arte literario, sino mera mercancia (fetiche-mercancia, como dirían los marxistas), y esto lo somete a los imperativos de la mercadotecnia. Se vende al autor, y las posibles polémicas que lleve consigo, pero no al libro mismo como forma y contenido literarios. Esto parece interesante, a la vez que ilustra muy adecuadamente el asunto del gigantesco nombre en la portada de "Ejército Enemigo". Esta era facilita, Anónimo. No me diga que no.
2) El tema clásico del autor como genio de la creación, en cuya naturaleza individual reside el arte (doctrina romántica de la musa), enfrentado a una concepción algo más analítica (como la de los formalistas, por ejemplo) que viene a afirmar que lo crucial respecto al arte literario es el texto mismo y su forma lingüística concreta. Y al autor que le vayan dando bien, porque no importa un carajo a nivel de explicación y análisis estético de la obra. Fíjese qué necia, Anónimo de mis entretelas, toda esta panda de formalistas rusos. Escríbales rápidamente para informarles de su condición de gilipollas, y entable con ellos una justa dialéctica; le vamos a echar de menos aquí, pero todo sea por el progreso intelectual.
A mí me parecen temas interesantes, la verdad. Una buena conversación sobre el asunto nos hubiera hecho, a mi juicio, más que felices. Aunque a lo mejor, como soy un tío raro, no acabo de darme cuenta de que la respuesta adecuada al comentario de Quique era más bien el exabrupto y la bilis fácil. En fin, que ando enredándome en demasiadas palabras, como suelo, cuando lo adecuado sería señalarle lo impresentable que es usted. Pues eso: IMPRESENTABLE.
Por cierto, Quique, leo ahora, por recomendación tuya, "El maestro y Margarita". Y sí, tío, merecía la pena.
Un saludo a todos.
Otro bobo más. Este culturoide.
EliminarLa indiscutible profundidad de sus argumentos no deja lugar a réplica. A fe mía que ni el mismo Aristóteles urdió jamás una trama conceptual como la que despliega usted aquí, su Majestad Anónima.
EliminarCon lágrimas de emoción, y admirándole a usted por sobre todas las cosas, le saluda su Daniel.
ZZZZzzzz.
Eliminar¡Y aún puede superarse! ¡Dioses! ¿Es un hombre acaso, esta criatura de tan divino intelecto?
EliminarEsto de "ZZZZzzzz" me parece interesante no, lo siguiente. En serio lo digo.
EliminarYo creía que el autor se llamaba "Ejército Enemigo", y que era el nombre de un colectivo de poetas y artistas nihilistas contraculturales prepostmodernos de la última mitad de la década de los años 10 del siglo XXI que había montado un libro de ensayos sobre el ínclito Olmos.
ResponderEliminarEl comentario de Quique es para enviárselo a la editorial. Ése si que lo ponía yo de faja
Esa idea para el ensayo habría que registrarla; alguien podría hacerse daño con ella.
EliminarEstoy destrozada.
ResponderEliminarDesde que hice público que no me gustaba el estilo ni los libros de Pérez Reverte, Rosa Montero no deja de llorar y me ha montado una verdulería.
Temo decir en voz alta que tampoco me gusta lo que ella escribe por miedo a que Paul Auster deje de publicar. Creo estar hundiendo la industria literaria por culpa de mi no saber leer y se me ha ocurrido quitarme los ojos y pasarme a escuchar música, pero me preocupa que el que no me guste Amaia Montero deje sin comer a los futuros hijos de Robbie Williams.
Otra opción sería cortarme el pene, pero igual me sale un juanete.
No se qué sería de mi sin toda esta amable gente que me dice lo que me tiene que gustar y el negocio que debería montar, al mismo tiempo que me deja con la duda del tamaño de pene con el que le gustaría que le diera placer.
Debí ser pescadera... aún a riesgo de hundir la industria cárnica.
Marieta.
Hostias, no sabiamos que er Tongo era el Olmos éste.
ResponderEliminarJusto cuando el Olmo malfo vuelve a formspring, er Tongo Olmos saca doble critica de un librito ya muy pasado.
A ver si vende un par de ejemplares más antes de pasar a guillotina.
Sí, Olmos, tu nombre, en tamaño 20 en la portada, a la guillotina. Es lo que pasa cuando se tira tanto libraco en la edición.
Cada vez que Olmedo publica, una generación entera de primos lloran los árboles muertos en la selva Amazónica.
Me ha pillado. Le pido que no lo airee. Deje que siga siendo un secreto. Gracias.
EliminarSe confirma lo de éste anónimo.
EliminarEl Olmos es verdad que ha vuelto a formspring, y ahora va de angelical ser moderado rebosante de sentido común. "No me importa nada la gloria literaria. Sólo hacer bolos y cobrar la pasta". Y luego, claro, sus habituales, "Marías se repite", "Yo soy la hostia. Nadie ha entendido mi novela. No volveré a escribir en ese estilo, hasta que Egpaña esté preparada.(como si el chorbo tuviera otro estilo, además del habitual metralleta/malherido/barroco de USEra...) La única critica salvabe es la de Ayala-Dip, que me comparaba con Dostoievski y los hermanos Karamazov". Chicos y chicas, no dejen de seguir al personaje Olmos. Engancha. Es un cruce imposible entre el humor de Eugenio y la rumba-casette de gasolinera. No entiendo como no lo llevan al ciclo del CCCB de literaturas del EGO. Vamos, será por pasta. Igual no le pagaban el ALSA.
Anónimo de las 10:17,
EliminarQuizás sería bueno para tu salud mental que dejaras de ocuparte y preocuparte obsesivamente por el autor del libro comentado en este post.
Pero vamos a la meta-crítica: personalmente, la crítica de Ayala-Dip me pareció excesivamente benévola. A mi juicio, una buena reseña (quizás algo entusiasta, pero acertada) es la que escribió Ehrengard. Me gustó también la del amigo David Pérez Vega. Dejo el enlace de la de Ehrengard, por si alguien está interesado en leerla.
Saludos.
http://simonelestilita.blogspot.com.es/2011/12/ejercito-enemigo-de-alberto-olmos.html
Anónimo, te inventas frases de Olmos como te sale de ahí mismo:
Eliminar"Hola Alberto, aquí un fan. ¿Estuviste hace unos años en un Hay Festival en Segovia, no? ¿qué te parecen ese tipo de eventos? Saludos
Hola. Estuve dos veces, sí. Pues... bueno, todo el mundo sabe que el dinero ahora mismo en la literatura está en los "bolos" y que, por tanto, hay un tráfico importante de favores y unos criterios más amicales que intelectuales para seleccionar a los ponentes, y que, en definitiva, es todo turbio y salmantino. Como oyente, no he ido nunca a un festival de ningún tipo."
Tú sí que pareces tener aprendida bien la lección, man.
EliminarPues repites exactamente lo mismo que el Olmos en su formspring. "Ehrengard el mejor, el único que me ha comprendido...". Ummm. Obsesión? Compulsión? Repetición? Síntoma?
Éticamente, el tono de distanciamiento del segundo párrafo, irreprochable. Otro que nada por encima del bien y del mal. Primer párrafo: palo en la distancia corta.
Segundo párrafo: vamos a la meta-crítica. Porque yo lo valgo.
Jajaja. Los obsesivos de vuestras obsesiones sois cómicos del lenguaje en grado supremo.
Lo de Ehrengard es infumable. Como lo de Ayala-Dip (dostoievski...jaja).
Y ahora, vamos todos juntos a la meta-crítica, como hermanos de la caridad.
Y en cuanto a obsesiones, anónimo de las 02:37, solo hace falta pasarse por tu blog. Asusta tanta pureza. Pero eso tu ya lo sabes.
EliminarAnónimo,
EliminarYo no tengo la culpa de que seas un neurótico, man. No pasa nada, no hay problema con eso; ahora bien, no atribuyas a los demás tus taras (es algo bastante frecuente en las personalidades obsesivas)
Saludos
Clément, querido. Te voy a confesar un secretito. No hay campo para la normalidad. Es así. Estructural. Te aseguro que hay cosas más jodidas que la neurosis. El hecho de que utilices la palabra "personalidad" y "neurosis" como arma arrojadiza, es lo que me asusta. Cada quién, maneja sus recurrencias a gusto, las que le dan más gusto. Incluso las obsesiones son las que manejan el tema, más que el propio sujeto. Ahora, si quieres cambiamos las mías por las tuyas, a ver cuales son más valiosas. Lo que no se puede es decir "yo no llevo cartas, paso". Hay que jugar la partida. La locura debe ser un tema muy importante para tí. Lógico. Lo es para todos. Aunque casi nadie lo reconozca.
EliminarOh, Doc, muy foucaultiano y antipsiquiátrico eso de que no hay campo para la normalidad, bla, bla y bla y todo lo demás
EliminarPor supuesto, cada quien maneja sus recurrencias a su gusto. Te confesaré una obsesión mía: cuando se habla de un libro, me mola que se hable del libro, no de las miserias (o grandezas) del autor.
Además, en el fondo tú y yo nos queremos bastante. ¿O no es así?
De verdad crees en los psiquiatras? Joder, eso sí que tiene que ser duro.. Te confesaré algo: el libro ese no me interesa lo más mínimo. Pero me encanta el fenómeno de su autor. Deja a los niños que se diviertan, hombre! Por lo demás, te gustará más, menos o regular, pero casi nadie ha hablado del libro. A mi lo que me gusta de verdad es matar dentistas. Pero es que está muy perseguido!
EliminarSaludos, Clément.
Nihilismo a tope.
Bueno, tanto como creer... la psiquiatría es, como sabes, internamente muy heterogénea: así las cosas, no es posible "creer" en los psiquiatras sin complementos de especificación. Joder, léete el libro, así puedes contrastar. Saludos para ti.
EliminarEstoy ahora con Libertad. Joder. Al Franzen lo han puesto de vuelta y media todos estos avanzados modernetes. Que si decimonónico, que si realista. Joder. Me he leido las primeras 150 páginas de un fucking tirón. Creo que hacia años que no me ocurria. La escritura de este tipo está inyectada de vida. Tal cual. Al contrario que todos estos tamagochis de Timadori.
EliminarSeguiremos informando.
Por cierto, me informan en la biblioteca de la Obra Social de Cajamadrid que el innombrable Rodrigo Rato cierra a finales de mes todas las biblios en España, menos 10. Unas cien personas a la calle, ERE mediante.
Con eso va a solucionar el agujero del ladrillo de la entidad, unos 35.ooo millones de euros...
hola
Eliminar¿y de repente aparezco yo aquí en una conversación sobre psiquiatras?
Sí, LIbertad merece la pena; y Las correcciones puede que incluso más.
saludos
Cojonudo el Franzen. Ahora se ha puesto de moda denostarlo. Es superdivertido esto.
EliminarLa hermana, el chistoso sin gracia y el profe de instituto que cree que los libros nacen y crecen en los árboles. Ya estáis todos. Hala, a soplar la velas.
ResponderEliminarNo, no... Jamás he afirmado que los libros "nacen y crecen en los árboles". Sólo recordaba que existen escuelas de pensamiento filosófico y teoría literaria que han sacado del juego al autor como elemento a considerar respecto a la naturaleza estética de la obra. No he afirmado que yo, personalmente, lo sostenga; únicamente recordaba a nuestro anónimo que no es tan de gilipollas el hecho de planteárselo como hizo Quique, puesto que muchos otros tipos muy sesudos ya lo hicieron antes y el debate aún sigue vivo en el ámbito de la estética filosófica.
EliminarPor otra parte, fíjese en que todos los que usted menciona son, en realidad, el propio Tongoy. Incluso yo soy Tongoy, Olmos también, e incuso Franco y el Arcipreste de Hita eran Tongoy. Y eso tiene mérito, no lo negará.
Tongoy somos todos. Qué bonito es eso, Nehmo, joder, que me enterneces....
EliminarSí, y el anónimo listillo por encima del bien y del mal que retrata al grupo y se siente fuera (pero eso sí, mirando por el ojo de la cerradura, palpé la pared, más e interruptor no hallé...a ver si se le pone tiesa). Venga, espabilao, dále al click.
EliminarPor encima del bien, del mal y del regular. "Dale", sin tilde, como "ignorante". "Clic" para ti, que no has pisado Manhattan. Tiesa solo me la ponen las mujeres de tu familia.
EliminarAnonímo, con tilde en la í. Vivo en Manhattan, muy cerca de la casa de Caperucita, Greenwich Village. ¿Como lo has adivinado, mamoncín, con tilde en la í? A seguir contemplando la escena, pero no te palpes, no vaya a ser que te halles el interruptor...
EliminarEs curioso cómo hacéis piña para responder a un faltón cuando el "faltado" es de vuestro club. En cambio, no he visto ninguna recriminación a quienes "faltan" a otras personas. Los insultos a los demás son críticas.
ResponderEliminarHola. Ante todo, por favor, aclaro que te comento esto sin acritud ni nada por el estilo; con el máximo respeto. Lo que afirmas no resulta del todo cierto. Y no es que me parezca mal lo de apoyarnos entre pervertidos, pero eso que dices no es exacto.
EliminarExaminando los comentarios del blog encontrarás sin muchas dificultades que, por ejemplo, algunos de nosotros recriminamos la actitud de ciertos anónimos (no de todos, ni mucho menos, porque la mayoría criticaron educadamente) para con Luna Miguel, Juan Carlos Márquez y otra gente que fue insultada sin venir a cuento.
Recuerdo, además, que Carlos mantuvo un agrio debate con unos cuantos acerca de la moderación de comentarios y, con mucho pesar por su parte, hubo de sacar algunos de circulación, por lo ofensivos y absolutamente malintencionados.
Y no pretendo negar lo evidente, que nos caemos bien y nos escuecen los insultos a cualquiera de los miembros de nuestro contubernio judeo-masónico, en eso llevas toda la razón, pero de ahí a ser una pandilla de gañanes va un trecho. Y de verdad que puede comprobarse; sólo hay que releer los comentarios a las entradas de los últimos meses.
Un saludo.
Yo también, como Nehmo, digo lo que viene sin acritud, por favor, que no se malinterprete.
EliminarA ver, que uno defienda a otro no creo que haya sido jamás criticado en este espacio. Cada uno defiende a quien le sale de los huevos por la razón que sea. Otro cantar son los insultos. Yo sé que este es un tema polémico y muy delicado (y algún día habría que abrir un post para comentarlo) pero mire, le voy explicar, en dos palabras, la razón de mi postura tan aparentemente “liberal”:
Probablemente en este blog uno de los que recibe más insultos soy yo y después, seguramente, Olmos, es cierto, pero no de mí, que conste. ¿Y? A nadie le gusta que lo insulten pero, joder, una cosa es que a uno lo insulte su madre o su hermano o su hijo o su jefe o un cajero automático y otra cosa es que te insulte, en la red, un anónimo por más que este pueda ser en realidad tu madre, tu hermano, tu hijo, tu jefe o… bueno, el cajero automático no. Yo creo que esto es de cajón. No se le puede dar importancia a las cosas que no la tiene.
¿Por qué consiento los insultos? Pues mire, por dos razones:
Una: porque muchas veces, entre los insultos, mal que nos pese, también se dicen otras cosas, algunas de ellas interesantes. Cuando no es así, cuando el insulto es absolutamente gratuito, me planteo seriamente eliminarlo por razones obvias y de hecho algunos he borrado y de otros, que caían en spam, no han llegado ni a enterarse. Todo esto con matices claro, no hay reglas y todo depende de qué pie me haya levantado yo esa mañana. En cualquier caso, y ante la duda, suelo ser más amigo de dejar las cosas correr que de hacer dramas con ellas.
Dos: porque con el tiempo he logrado ir “depurando” los insultos y no hay que ser muy listo para conocer (según los hilos) su origen, que ya le adelanto que el 98% de las veces está en el propio mundillo literario. Que esto (siendo “esto” el mundillo dichoso, no este blog, que también) apeste no es culpa mía, yo me limito a dejar que sea evidente.
Estoy harto de escucharle a decir a todo el mundo: “Modero o he cerrado comentarios por culpa de los trolls”. Que sí, vale, que yo también he sentido ganas de hacerlo pero por otro lado he sentido más curiosidad por saber qué ocurriría si no lo hiciese, si no cerrase. Y ya ve, no ha ocurrido nada. De vez en cuando viene uno y me recuerda que soy un gilipollas o un ignorante o que este blog es una puta mierda. Vale. Es terrible, eso. Lloro cada día un ratito antes de dormir de tan mal que lo paso.
Venga, no sean niños. La gente odia a los escritores famosos desde que el mundo es mundo. Eliminar al troll o el insulto y tratar de aislarse de todo esto es un poco querer vivir en los mundos de Yuppi. Allá cada cual pero conmigo que no cuenten. Si me quieren acusar de hacer daño que sea por cosas de verdad, como evitar que alguien se compre un libro o deje simplemente de leerlo sólo porque a mí no me haya gustado, como si esto fuese razón suficiente. Eso sí es criticable y si me apuran, hasta condenable, no que un anónimo que seguramente es uno que no fue incluido en X antología venga a decir que eres un mal escritor o un prepotente o qué sé yo que infantilada.
Reciba un cordial saludo,
Nehmovich, has pensado en entrar en Gran Hermano, con el Pater motero (Tongo)...? Estas a tiempo.
EliminarNos pone mucho más "Tú sí que vales". Iremos todos los de la pandilla y nos vamos a llevar al Anónimo de antes. Vais a flipar; ni el Circo del Sol, ya veréis.
EliminarPerdón, Olmos escritor famoso..? Será en su pueblo o en Usera..
ResponderEliminarLo sacas de los corrillos de internés y no lo ha leído ni su abuela (por suerte para ella).
Lo llamaría más bien "famosete".
Definición: aquélla persona que dedica gran parte de su energía a que se hable de ella en internet, sin conseguir trascender más allá de la pantalla. Ejemplo máximo de "famosete viral": Vicentito Luis Mora (y su faldero Alvy Singer) , Olmos, Luna, Abdullah Patinete, Elvirita, Márquez, y tantos otros.
Es decir, hay gente que tiene vida real, y hace cosas reales y en un determinado momento, por interés en lo que hacen o por lo que sea, salta a las pantallas digitales. Esto, cada vez es más raro.
Hay otros que azotan las pantallas digitales, están por todas partes dando el coñazo y eso les hace sentirse con derecho a.
Eso, famosetes digitales. Esta es la tragedia de Olmos. Tenía cuatro jaleando sus chascarrillos y le hizo pensar que eran miles. Ahi están las ventas, amiguete. Y las críticas.
Ahora declara en su formspring, "el dinero está en los bolos, es lo que interesa". Si es que este chico sólo habla de dinero. No habrá pensado en buscarse un curro..? Claro, eso es para las personas ordinarias, comunes.
Yo confieso: soy fan de Olmos...es decir, del Malherido, pero sólo por las fotos. Y ya no son lo que eran, también hay que decirlo.
EliminarBueno, de ventas a sacado dos ediciones, algo que no podrán decir el resto de participantes de la lista. Claro que con toda esa prensa, menos de dos ediciones era para matar a Adam Smith.
EliminarBueno, vale, sí, claro, hay niveles de fama, pero estamos hablando del círculo en el que Olmos es un tío famoso no de aquel en el que Albert Espinosa es un "excelente narrador".
EliminarLo de los bolos está muy bien. Desconozco la pasta que se mueve ahí pero explica muchas cosas, por ejemplo, que lo que importe es el nombre por encima de todo.
Anónimo: "ha" sacado. Con hache. Al precio que está tirar una edición en Timadori, lo raro es que la promo no rece "Sexta Edición" en el mismo tamaño letra que ALB OLM. Pero ahora que la SinDeScargas se va a hacer con las riendas de la editorial y el marquesado, todo cambiará. Claro. Me pegaba más la Sinde con el Olmos, en plan "las descargas han fracasado".
ResponderEliminarhttp://www.vanitatis.com/noticias/2012/04/08/angeles-gonzalez-sinde-enamorada-de-nuevo-18311/
No pienso escribir otra vez lo que me parece EE.
ResponderEliminarNo pienso escribir otra vez lo que me parece EE.
No pienso... En el blog de David P.V. ya lo hice, y también aquí en otra ocasión (y me llovieron hostias)... así que, ahora que toca, ya estoy cansado. Baste decir que si Olmos se atreviera en Mondadori a pasarse por el forro la trama, la intriga y se quitara parte de ese peso de retratista de su tiempo, seguramente sería uno de los mejores escritores de este país, pero claro, haciendo eso las entrevistas irán escaseando, las portadas ni se huelen y de encendidos admiradores y detractores en la red ni hablemos. Y ya ha dicho él que lo que quiere es tener muchos lectores y no (esto lo digo yo)solo unos cuantos y tirando a feos.
Respecto a algunos comentarios de este blog, se está preparando un reportaje en la sección de Psicología de EPS, "Descargar la ira en Tongoy y la conquista del equilibrio", que sin duda nos abrirá las puertas al futuro de la autoayuda.
Preocupín, desde EPS estamos preparando para la próxima semana un reportaje especial sobre "Los comedores de nabos visitan los blogs". Contamos con tu aportación. Tranquilo, ya han confirmado su presencia los habituales comedores Ehrengard, David, el otro y el otro. Será muy interesante.
ResponderEliminarClaro, claro, anónimo, cuenta conmigo para el reportaje. Seguro que aprendo algo de esa lucidez tuya: sólo hay una forma de estar en desacuerdo, dar patadas en los huevos; y sólo hay una de no estar en desacuerdo, comer nabos. Qué claridad de ideas, anónimo. Qué feliz voy a ser cuando aprenda a pensar así, qué mundo tan agradable de habitar...
Eliminar¿yo he confirmado mi presencia?
EliminarBueno, ya sabeis que en estos bolos es donde está el dinero, que con el que pagan por las reseñas positivas no alcanza..
saludos
por cierto ¿qué es EPS?
ResponderEliminarla verdad es que siempre tengo la impresión de no enterarme de las cosas importantes...
Escritores de Posts Sesudos (EPS).
EliminarUna revista de tendencias.
Tongoy eres un mierda y un subnoraml y un perro malayo mricón
ResponderEliminarYo, para mi, que un perro malayo es lo mismo que un perro español pero ladrando en asiático. Con lo rico que es nuestro idioma y va usted y usa un insulto tan absurdo como poco currado.
ResponderEliminarEso debe ser de leer poco.
Y por el amor de dios, aprenda a escribir.
Escenario: La Feria del Libro de una cuidad cualquiera (no, cualquiera no: tenía que ser la mía) 20.53 horas del día de ayer, mi amiga yo ambas con minifalda y una licenciatura a cuestas, pelo suelto, mirada aderezada con tinturas y carmíneos los labios, ojeando libros de Alianza, baratos, manejables y blandos como algunos hombres, hablando de Dostoievski, mi amiga me pregunta cuál le aconsejo comprar: El doble, Los demonios. Hay también Tosltoi, y Joyce, y tantos otros loados autores "clásicos" más allá de Olmos, claro. Le hablo de mi experiencia con Dosto, me acuerdo de la reseña aquí mentada de El doble, le recomiendo El Doble, animada por mi devoción a Tongui, y porque hace tanto que leí Crimen y Castigo que no me acuerdo, y me dejé a medias los Hermanos Karamazov... Elige EL doble y Los demonios. ¿Cómo quedarán en mi mesilla de noche? De PM, le digo yo, y tus amantes fliparán. Se acerca el dependiente, un tipo elegante con anillo de oro y camisa a cuadros, pelo abundante y castaño. Conversación: "Estos libros no son para vosotras, ¿verdad?". Silencio. "Claro, es una literatura de nivel... Son para un regalo, ¿no?". Silencio. Y yo que me enciendo poco a poco. "¿No se puede estar buena y leer a Dosto?" " ¿Tenemos que tener pinta de bolleras para leer a Dosto?". Le digo que no necesito comprar ninguno de esos libros porque en casa los tengo absolutamente a todos, a todos los grandes, y estoy aburrida y mis dedos erosionados de pasar y pasar páginas. A continuación expongo en monótona retahíla nuestros logros, los de ambas, intelectuales, y debería además haberle hecho un listado de los tíos que nos habíamos tirado, si eso, además. El tío mira a mi amiga. Yo le miro a él: "Ahora buscaremos la sección de Espido Freire, si eso, más a nuestro nivel". El señor no me mira, sonríe, gilipollamente, y nos piramos.
ResponderEliminarAsí anda el mundo, amigos. ¿Moraleja? Creo que ninguna...
Gracias, Inmaculada, por tu maravillosa anécdota. Tú no eres tonta, eres lo siguiente. Si eso.
ResponderEliminarTotal ok, Carmago.
ResponderEliminarInma Conchi/Nehmo/... pensábamos que nos habiamos librado de tí.
Qué plastez + insulsa!
Y no se olvide de Quique, porque también soy Quique. Ignoro si soy Marieta, pero en breve lo consulto y le mantego informado. Agradezco su apoyo a mi singular Proyecto Pessoa 2.0.
EliminarA mandar.
Daniel, sería un gran honor para mi que aceptaras ser (también) Marieta. Aquí estamos para lo que nuestro contubernio judeo-masónico necesite.
EliminarUn saludo.
Marieta, desasosegándose cual Pessoa.
Oye Inma, ¿la anécdota es cierta? Ya sabes que a mi me gusta todo lo que dices pero, ¿lo de la "literatura de nivel" y tal no es coña? No me lo puedo creer. Nivelón.
EliminarA lo tonto a lo tonto me has vuelto a colar al Dosto en la planes a corto. De momento he tirado de fondo propio y rescatado un cuento (para no interrumpir las lecturas en curso) llamado "El sueño de un hombre ridículo", que empieza así de bien:
"SOY un hombre ridículo. Ahora me llaman loco. Esto representaría un ascenso de categoría si no continuara siendo tan ridículo como antes para la gente. Sin embargo, ahora ya no me enfado, todo el mundo me parece simpático y diría que más aún cuando se ríen de mí. Yo mismo me reiría con los demás, no por querer reírme de mí, sino por amor a ellos. Lo haría si al contemplarlos no me causaran tanta pena. Me entristecen, porque no conocen la verdad y yo sí la conozco. ¡Qué duro, ay, ser el único en conocer la verdad! Pero cosa es ésta que no comprenderán. No, no la comprenderán.
Como la vida misma. Je.
Besos, niña.
Qué fragmento tan inane y abstracto, tan viejuno. Si te gusta eso no me extraña que no te guste casi nada contemporáneo. Es un bla bla bla que no lleva a ningún lado y un comienzo de cuento malo.
EliminarVale lo de inane y lo de abstracto pero, ¿criticar algo por viejo no es un poco exactamente lo mismo que hacerlo por ser demasiado nuevo? Joder, ni yo me he atrevido nunca a utilizar semejante argumento para criticar algo.
Eliminar"Si te gusta eso no me extraña que no te guste casi nada contemporáneo." Esta usted sembrado hoy. No damos una. A mi me gusta todo: lo viejo, lo nuevo, hasta lo de los ochenta me gusta. Tengo esa suerte. Lamento que usted no.
Un cordial saludo,
Me encanta que me trates de usted, es como si bajo mi anonimato intuyeras que debo de ser el tipo importante y respetable que en realidad soy.
EliminarSupongo que esto viene a demostrar que las dos reseñas valen lo mismo:
ResponderEliminarhttp://hkkmr.blogspot.com.es/2012/05/todas-las-proposiciones-valen-lo-mismo.html
Acojo
Eliminar/
nante
Pues a mí me ha recordado al ¿Anónimo? de 30 de Abril a las 20:38.
ResponderEliminarOlmos ya huele.
Franzen en cambio, mola.
Las dos proposiciones anteriores son ciertas.
Se nota que Alberto Olmos es un personaje de extremos: suele levantar pasiones, no siempre favorables. Sin embargo "Ejército Enemigo" me ha dejado un poco frío. Olmos es un escritor ocurrente, con buenas frases, momentos brillantes, ingeniosos. Pero la estructura es un poco deslavazada. Hay momentos en los que parece que ha ido uniendo trozos que tenía escritos de antemano, sin más nexo de unión que el carácter del protagonista, que sí, parece un Malherido joven (el del blog, no sé por qué, siempre me ha parecido el blog de "un señor mayor"). También me parece que la novela decae lentamente, y se termina con una cierta sensación de indiferencia.
ResponderEliminarEspero que al bueno de Alberto no le devore su personaje más famoso...
Todos los esperamos.
EliminarCoincido bastante con ese "deslavazamiento", pero cuenta a su favor que toca un tema muy interesante y eso mantiene la novela.
Gracias por pasar.