Sí, esto es exactamente lo que parece pero a fin de que lo entiendan quisiera aclarar un par de puntos.
Verán, hace cosa de un año, al poco de haber empezado con el blog, al poco, en realidad, de habérmelo tomado mínimamente en serio (todo lo “en serio” que se puede tomar un blog como este) me encontré con otro ya caído cuya última entrada era un mensaje de despedida muy parecido a este. En él, el autor explicaba las razones del abandono. Afirmaba dejarlo por motivos (hablo de memoria) de sentido común. Desde hacía tiempo –decía- estaba eligiendo las lecturas condicionado por el blog y no al contrario, que sería lo más normal. Recuerdo haberme reído al leerlo y también recuerdo haberme jurado en silencio que nunca me ocurriría algo así y si me ocurría nunca sería a un nivel tal que tuviese que echar el cerrojo. Obviamente me equivoqué o no estaría hoy contándoles la historia que empieza en el siguiente párrafo.
Hace unos días fui a la biblioteca. Tengo libros en casa pendientes de leer para aburrir, algunos de ellos compromisos con editoriales y escritores, pero aún así fui a la biblioteca porque tenía unas desideratas que recoger amén de otro libro al que quería echarle un vistazo. Total, que me traje para casa lo siguiente: “El rey pálido” de David Foster Wallace, “La conjetura de Perelman” de Juan Soto Ivars, “Canción de Tumba” de Julián Hervert (Premio Jaén de Novela), “El desguace de la tradición” de Javier Aparicio Maydeu y “Los reconocimientos” de Gaddis. Para que se hagan una idea les diré que sobre la mesa tenía mucho Dostoievski, también a Gogol, Turgueniev, Bernhard, Nabokov, Walser, Roger Martin du Gard, Pushkin, Torrente Ballester, Cortázar, Beckett, Hesse, Joseph Frank, Pynchon, Celine, Faulkner, Russell, Flaubert, Ellroy, Gombrowicz, Montaigne y un larguísimo etcétera. Esto, repito, sobre la mesa; todos ellos en propiedad, unos en papel y otros no, pero todos míos y esperando desde hacía mucho a ser leídos. Cuando de todas las lecturas posibles elegí el de Juan Soto Ivars supe que lo que ya antes no iba bien ahora estaba peor que nunca.
No quiero DRAMAtizar. Soy consciente de que no es tan grave. Leer a Soto Ivars no lo mismo que pegarle a un ciego y todo el mundo merece una oportunidad. Quiero decir que nunca presupuse que “La conjetura de Perelman” fuese una mala novela. Tampoco he empezado a leerla por oportunismo, ni para hacerle una crítica salvaje, ni mucho menos para repetir la malsana experiencia del post de Nuevo Drama. Lo cierto es que jamás tuve intención de reseñarlo, ni para bien ni para mal. De hecho, para evitar el "desmadre", ni siquiera iba a contarles que lo había leído. Simplemente sentía curiosidad, como la he sentido por tantos otros que seguramente lo merecían mucho menos que Juan. Pero no me estoy explicando bien. Lo que quiero decir es que esta novela en concreto no ha sido el motivo del "malestar" ni ha sido lo que me ha llevado a tomar la decisión que les cuento un poco más abajo. Simplemente lo que ha ocurrido es que se ha colmado el vaso. Pero hay más:
Yo no soy amigo de comprar libros. Me gustan claro, me gusta tenerlos y saber que están ahí y me gusta que me los regalen o nunca hubiese aceptado las ediciones de cortesía de las editoriales pero cuando compro un libro -cuando el bolsillo del que sale el dinero es mío- lo hago siempre tras haberlo meditarlo mucho, sin arriesgar demasiado, tratando de no fallar y de ahí que la mayoría de mis compras acostumbren a ser libros que sólo consigo previo pedido, rastreando en la red. Soy consciente de que a mí es realmente difícil hacerme este tipo de regalo y acertar (pero no dejen ustedes de intentarlo.) El caso es que los libros como los de Ivars, Márquez, Hervert, Olmos, Zambra, Pron, Espinosa, Mora, Carrión, Navarro y un largo etcétera son el tipo de libro que nunca me compraría (ni me compraré) y sin embargo siempre los antepongo a los que sí un poco por curiosidad y otro poco por maldad, porque las reseñas más divertidas surgen siempre de las peores lecturas. Y esto es lo lamentable del asunto: que vaya pasando el tiempo y yo siga eligiendo este tipo de novelas que por otro lado no me parecen siempre tan despreciables como estoy insinuando.
Luego está lo de leer demasiado rápido. La novela que más consumo actualmente es un tipo de novela corta e intrascendente a la que parece que cada vez le cueste más pasar de las doscientas páginas cuando hasta hace unos años yo era más amigo de aquellas macronovelas de seiscientas o mil páginas que ahora me provocan un rechazo muy poco natural del que únicamente tienen la culpa el blog y mi costumbre, que ha tomado ya forma de adicción, de escribir dos reseñas semanales y no leer menos de diez libros al mes. Esto no sólo no tiene ningún sentido sino que es a todas luces una de las mayores estupideces que he cometido desde que tengo uso de razón (tampoco hace mucho de esto, no se crean). Me obliga a leer mal y me obliga a leer rápido y lo que es peor, me obliga a sustituir calidad por cantidad. Eso no está tan mal. Quiero decir que en la vida uno no tiene porqué limitarse a leer supuestas obras maestras o recurrir a los clásicos de siempre. En la novela actual hay también grandes historias contadas por buenos narradores y si uno quiere estar al día de lo que se cuece en el presente ha de estar a las duras y a las maduras y arriesgar, sobre todo arriesgar y yo, leyendo diez libros al mes, me la juego, leyendo dos, no. Con esto lo que quiero decir es que el problema no está tanto en las lecturas que elijo como en las que descarto.
Estos dos últimos meses he cambiado el ritmo: he pausado la lectura, he profundizado en ella, he leído cosillas que tenía por casa, he escrito menos, he publicado menos y sin embargo he disfrutado más y he pensado que por fuerza este ha de ser el momento perfecto para cambiar de hábito y sobre todo para cambiar de lectura, lo cual implica necesariamente, abandonar el blog. Creo sinceramente que dejando el blog de lado durante, digamos, uno o dos años, podré dedicarme por entero y sin presiones autoimpuestas a todas aquellas lecturas que llevo demorando demasiado tiempo y que parecen haber sido condenadas sin merecerlo. Pero sobre todo y por encima de todo lo que quiero es evitar pensar en el blog mientras leo un libro; no quiero tomar notas para una futura reseña; no quiero pasear y tener una idea “genial” para comentar un asunto equis. Al mismo tiempo tampoco quiero dejar de escribir; soy consciente de que en ocasiones publicar una reseña en el blog ha sido la mejor manera de corregir errores de comprensión o interpretación fruto de malas lecturas. Que esto no le sirva a nadie para darle la vuelta a la tortilla, que nos conocemos. También hay un proyecto en marcha que tiene que ver con Dostoievski; un proyecto que me tiene entusiasmado y que espero poder trasladar al "papel" y ya veremos si compartirlo también. Quiero pensar que sí.
Hay dos razones más por las que no me verán desaparecer inmediatamente (manejamos, en cualquier caso, plazos muy cortos). La primera son todos aquellos libros que he recibido cortesía de las editoriales y/o escritores -a excepción de aquellos que he recibido sin quererlo y que sé que no me gustarán- y a las que debo como mínimo una reseña. La segunda excepción son una serie de entradas que ya tengo escritas o están en "proceso de". Serán diez, más o menos, seguramente menos. Unas tienen una semana, otras un mes y otras mucho más. Esto incluye el habitual resumen de lecturas del mes -que tampoco es plan de abandonar precisamente ahora- y el de lo mejor y (quizá) peor de 2011. En cualquier caso “La medicina de Tongoy” dejará de ser, durante un tiempo todavía por determinar, lo que ha venido siendo hasta el momento para convertirse directamente en nada. Lamento parecer tan extremista pero me conozco lo suficiente para saber que no serviría de nada hacerlo de otro modo y de hecho la razón por la que no he esperado hasta el último minuto para contarles esto es para asegurarme que no cambiaré de opinión en los veinte días que faltan para acabar el año. Suena a decisión precipitada pero créanme si les digo que le he dado más vueltas de las necesarias y la conclusión ha sido siempre la misma.
Eso es todo. No me queda más que agradecerles a todos sus visitas y sus comentarios. Yo me he divertido mucho; espero que ustedes también. Sepan que les echaré de menos. A todos gracias y besos en la boca. Nos vemos, seguramente.
Lea usted lo que le plazca y al ritmo que le pida el cuerpo, cómo no. Incluso pase temporadas sin leer. Para una libertad que tenemos en la vida...
ResponderEliminarQue le vaya muy bien.
Ivars (o el personaje de éste) le dio visitas y poco después Ivars le lleva a cerrar su blog; qué paradoja. En cualquier caso, su decisión es muy honesta. Le felicito por ella.
ResponderEliminarQue sepa que gracias a algunas de esas lecturas que le han quitado tiempo para leer lo que verdaderamente quería, me ha descubierto libros con los que he disfrutado mucho.
ResponderEliminarMil gracias y buena suerte.
Primero:
ResponderEliminarComo intentes besarme en la boca, la tenemos.
Segundo:
Pincha este vínculo: http://hadrianhispania.wordpress.com/2011/02/06/los-oficios-anonimos/
Podría aplicarse a muchos blogs, por casualidad se refiere al mío.
Me explico: la vanidad. Efectivamente, has de reconocerlo, el tamaño del ego aumenta cuando uno siente que es leído y tenido en cuenta. Efectivamente si uno no se controla acaba siendo condicionado en sus lecturas por las apetencias del propio blog. A mí empieza a ocurrirme. ¿Que voy a leer Libertad, de Franzaen y no he leído Guerra y Paz porque me da pereza tanta página? ¿Que he pospuesto la lectura de No es país para viejos, de MacCarthy por reseñar Tengo una pistola, de Enrique Rubio...? No me lo hubiera creído hace unos meses. Como bien dices, en principio no tiene por qué ser malo, pero no es lo que uno quiere elegir. Por fortuna, tuve claro desde un principio hacer las reseñas por pura afición y no entrar en la vorágine del mercadeo actual, lo que me permite volver al trayecto con un pequeño movimiento del timón.
Leer diez libros al mes no lleva a ningún sitio, sólo a tener varias decenas de comentarios por entrada (la susodicha vanidad). Son muchos los buenos blogs que, como el tuyo, han contagiado a su autor hasta convertirlo en una máquina de hacer reseñas y han desaparecido infectados hasta el tuétano. Dos o tres reseñas al mes atraen sólo tres, cuatro o ningún comentario por entrada pero permite respirar profundo y sin ahogos (aunque el ego protesta, no creas).
Tercero:
Dejas el blog por el proyecto relacionado con Dosto porque lo otro bien podría corregirse reduciendo la dosis. Espero impaciente el resultado de tu iluisonante trabajo.
Cuarto:
Voy a echar de menos la justificada mala leche y el ocurrente cinismo de algunas de tus entradas. Gracias por todas tus reseñas.
Quinto:
Hablando de egos y vanidades. Haz el puto favor de hacerte seguidor de mi blog y dejar tus comentarios más ácidos, cojones, ahora que vas a tener tiempo para navegar por la red relajadamente y sin compromisos.
Sexto:
Un abrazo.
Cómo no, se va a extrañar este blog. Sabias palabras las suyas, señor Tongoy. Lamento los buenos libros que me perderé al perder sus recomendaciones, y echaré en falta su ingenio, su agudeza y, sobre todo, su sentido común. Un consejo: no caiga (aunque aclara que no es el caso) en la tentación snob de leer sólo a Dostoievsky y no a sus contemporáneos; de ser así, piense que de haber vivido en tiempos de Dostoievsky no hubiera leído al autor de Los hermanos Karamazov. Un abrazo, y a la vuelta.
ResponderEliminarVaya, ¿justo ahora que llego cierras?
ResponderEliminarBueno, pues que sepas que lo lamento, porque me divertía y me demostraba una serie de cosas que no vienen - o sí - al caso, pero que tampoco hay que darle muchas más vueltas porque son como son, y en el fondo poco importa, al menos a mí.
Y como ya me estaba poniendo a hablar sola, pues solo añadir que entiendo lo que te pasa, y que me alegro por ti.
Un abrazo
Pues realmente ha sido un placer conocerle, pero su decisión me parece muy acertada. Siento perderme las críticas que vendrían, pero al menos ahora me queda descubrir antiguas entradas.
ResponderEliminarSuerte en el camino :)
De verdad, de verdad, de verdad....
ResponderEliminarLo voy a numerar para no perderme:
1. He pasado sin comer tres días para empezar a ser como tú. Uno para hacerme socia de la única biblioteca decente en 50 km a la redonda y que está a 15 de mi casa. Otro para recoger el carnet y un libro de esos que aparecen en medio de todo eso que escribes. El tercero (ya por vicio) para ir a recoger el libro del difunto Wallace y así evitar que el Dr.J me tenga hacer resúmenes de esos que sólo él entiende.
Total, un kilo menos y una comida que me debes.
2. Llevo años haciéndole creer a la gente (a poca gente, la verdad, que no todos son tontos) que soy medianamente culta. No es cierto, tú y yo lo sabemos, pero había decidido mirarme en el espejo de mi hermano (no el más guapo, pero sí el más leído) y parecerlo. Ahora, sin perro guía, tendré que voler a los panfletos de Física Cuántica y los tratados de Psicología. Una desgracia.
3. No leo revistas del corazón, no veo el Sálvame cacaDeluxe... pero me estaba conociendo ya a los actores y protagonistas de tu blog. Cabreos, reconciliaciones, espías.... no me digas ahora que voy a tener que engancharme a alguna serie nacional porque podría morirme en el intento.
4. ¿Te das cuenta de que ya no tendremos nada de que hablar cuando nos veamos? Seremos como hace (no demasiados) años cuando tú me odiabas a mi en silencio y yo a ti de manera pública. Me has destrozado las Navidades. Ahora que me caías un poco bien... vas y la cagas! Estás haciendo mucho daño, así que no te extrañe que tu amigo invisible te regale 'El Quijote' y un par de calcetines.
5. Pero lo entiendo (lo que dices, digo) y por eso y sólo por eso te voy a perdonar un poquito. El que vuelva a dirigirte la palabra se lo pides a los Reyes Magos.
Aquí seguiré si decides volver.
Un bico, pero no en los morros, que eso creo que es incesto.
Marieta
Una basura menos. ¿No se dio cuenta, señor Peón, que nos reíamos de usted? Usted está podrido como todos los Milos de este mundo. Ahora vamos a por el siguiente.
ResponderEliminarBesos.
La Sargento Margaret
F.B
ResponderEliminarLeer libros buenos es mejor que leer libros malos y leer poco a poco mejor que deprisa.
Saludos
"Quiero decir que nunca presupuse que “La conjetura de Perelman” fuese una mala novela. Tampoco he empezado a leerla por oportunismo, ni para hacerle una crítica salvaje, ni mucho menos para repetir la malsana experiencia del post de Nuevo Drama. Lo cierto es que jamás tuve intención de reseñarlo, ni para bien ni para mal." Excusatio non petita, accusatio manifesta est. Anda que no. ¿Y por qué tengo la sensación de que no me va a sorprender la crítica que usted tenga para esta novela?
ResponderEliminarBuena suerte Carlos.
ResponderEliminarCuando te reencarnes en otro blog (que lo harás, seguro), deja una pista para que podamos identificarte.
¡salud!
Carlos, siento que desaparezca un blog inteligente y meditado, no hay muchos... casi todos son basura de autopromoción imbécil. Entiendo tus razones muy bien, como no entenderlas cuando se ama de verdad la literatura con mayúsculas y no esa seudo que circula en abundancia por las librerías en nombre de lo último.
ResponderEliminarDe todas formas sigue pendiente el café cuando te vengas por Madrid.
Un fuerte abrazo.
Gracias Márquez. No me olvido de ti, ni de tu Tangram. Ya he leído los dos primeros “relatos” pero tuve que dejarlo por un problema de plazos bibliotecarios.
ResponderEliminarAnónimo de las 09:06, sí, no deja de tener su gracia. La decisión estoy convencida de que es la correcta. Cada vez más.
Anónimo de las 09:41, yo también he disfrutado mucho con esos libros. Con todos. Puede parecer que no, pero en el fondo no lamento haber “perdido” el tiempo con ninguno de ellos. He aprendido mucho de todos ellos.
Arrecogiendo, soy seguidor desde hace mucho y de hecho creí que lo era “oficialmente”. Ya he corregido el error. Cuenta con las visitas, por supuesto.
Respecto a la vanidad. Es un asco, sí. ¿Sabe qué pasa? Que si yo me quisiera dedicar a esto de la literatura pues aún bueno, tendría un pase el esfuerzo, pero la verdad es que no tengo el menor interés por escribir ni una triste línea y no digamos ya moverla por el mercado. Sería un escritor horrible y no sólo por carecer del talento sino por la fea costumbre que tengo de editar y editar y corregir y corregir y borrar y borrar y todo el día así y luego acabo publicando de puro hartazgo. (Bueno, no siempre; hay veces que el texto sale solo).
Tengo que decir también que sólo una parte del blog condiciona las lecturas. En realidad el blog lo que condiciona son las lecturas que decido reseñar. Es una mezcla de ambas. Lo que me mata es la curiosidad de la actualidad y eso es lo que trato de evitar con esta “espantada” aunque ya supongo que habrá cosas que no podré evitar, claro que para eso está el Facebook. Quiero decir que una cosa es que no haga una reseña y otra que no exprese una opinión.
Anónimo de las 10:12, gracias. Ni se imagina lo que les voy a echar de menos yo a todos ustedes. Ni se imagina. Un horror.
Respecto a lo otro, efectivamente, no tengo intención de leer sólo a Dosto. El proyecto Dosto es un proyecto a largo plazo pero no exclusivo y fíjese si afecta a sus contemporáneos que tengo parada la segunda parte de la reseña de Pobres Gentes (la primera está también por publicar, pero ya escrita) por culpa de dos cuentos (uno de Gogol y otro de Pushkin) que me tengo que leer para poder profundizar en él y claro, entre localizarlo, leerlo… Es bárbaro, esto, lo estoy pasando como un enano. Pero sí, mucho por leer, mucho por releer, muchos libros que quedaron a medias… Ayer empecé a dibujar un calendario de lecturas y ya me puedo ir poniendo las pilas. Este mes va de relax, por aquello de las fiestas y las vacaciones, pero en enero entro a matar.
Ire, lo siento. Si te sirve de consuelo muy de vez en cuando iré dejando cosas de las que acabo de hablar en el párrafo anterior. Son textos que escribiré para mí pero no tengo problema en dejarlos escritos siempre que no sea esa su intención. Nos vemos por ahí, seguro.
ResponderEliminarMaine, el placer ha sido mío. No rebusque demasiado y no me tenga demasiado en cuenta el pasado.
Marieta, amor. Lo siento en el alma. Ya sabía que no te haría maldita la gracia. Pero te digo lo que te dije más arriba: tenemos el Facebook (y para rajar en las comidas no hay mejor fuente. Ya te pasaré unas “amistades”, verás que risa). Que no te sirva esto para devolver el carnet de la bibliotasca. Yo cada vez que voy tengo la sensación de que me visitan los reyes magos. Ni que los libros fuesen míos. Respecto a Wallace que no te quite el sueño: no tenía intención de reseñarlo. Eso ya lo hacen todos. Dirán que es maravilloso y todo eso. Lo esperado. Y lo dice un fan, ojo. Ya me he leído las tres primeras páginas que recomendó el buen doctor J y efectivamente algo de risa floja entra. Ahora lo voy a dejar en la biblioteca otra vez porque lo tienen reservado y yo no tengo intención de leerlo de momento. Quizá en verano. O nunca, directamente. Es que eso más que un libro suena a que es un collage. Besitos pringosos. Y lo siento. Algo inventaremos para animar esas comidas.
Anónimo de los 10:57, todos mis esfuerzos iban orientados a hacerles felices. Si se han reído debe ser que lo he logrado. También le echaré de menos, créame.
F.B.
Gran verdad. Pero tampoco está bien pasarse con el chocolate y mire, de vez en cuando… es un exceso perdonable.
Anónimo de las 13:25, no le va a sorprender la crítica que haga (es un decir) de la novela de Ivars por una razón evidente: nos hemos rozado tanto que ya sobran las palabras. Por eso debo dejarlo, antes de que se aburran de mí. Mire, cuando yo empecé a leer este libro ya sabía que iba a cerrar el blog. Es más, si usted no hubiese dicho nada la cosa quedaría aquí. A mí el señor Ivars me puede caer mejor o peor, siendo esto un misterio hasta para mí, pero acerca de su prosa no tengo nada decidido y ojalá fuese la octava maravilla porque el primer beneficiado soy yo. No me tiene que creer, entiendo que no lo haga. Son cosas que pasan. Todos todos todos no podemos estar de acuerdo.
Pobrecito Hablador, cuando me reencarne (que me reencarnaré, sin duda) será en este mismo blog. O esa es la idea. Es decir, que seré algo así como un ave Fenix suicida. No cambiaré ni la foto, aunque espero perder un par de kilos. Salud, Hablado, ha sido un placer. Nos vemos por ahí.
Joder, Agapito, con lo bien que íbamos, eh? Lo siento, es una pausa necesaria, la pide el cuerpo. Me estoy haciendo la lista de lecturas para el 2012. He anotado 138 libros pero no me va a dar tiempo a tanto porque hay mucho tochito de más de 1000 páginas. He puesto algo de teatro, no mucho, pero sí a Chejov. El día que se te ocurra alguna recomendación ya sabes dónde estoy. Y para cualquier otra cosa también. Un abrazo muy fuerte. (Ese café sigue en pié, por supuesto. Y dos también.)
Se agradece esta entrada para estar sobre aviso. Muchos dejan morir sus blogs poco a poco, espaciando las actualizaciones hasta que un día, al cabo de semanas, te das cuenta de que su autor no volverá jamás. Una especie de abandono. Hasta pronto, y gracias por tu labor hasta ahora. Diego
ResponderEliminarVaya, Carlos. Imagino que, como dices, la despedida es provisional y que volverás después de colgar esas reseñas pendientes y desaparecer (te conozco: volverás). El caso de tu blog es digno de una reflexión detenida; pero bueno, no nos pongamos plastas y estupendos. Me limito a desearte suerte y a mandarte un fuerte abrazo. Hasta pronto, amigo Peón.
ResponderEliminarDiego, no se merecen. Es lo menos que podía hacer. De todos modos, y aprovecho también para contestar al amigo Cadou, es una adios relativo. Sí, dejaré de publicar, pero no inmediatamente. Dejaría de buena gana de hacerlo antes de acabar diciembre pero aún no sé cómo voy a arreglármelas con esos libros que debería leer. Lo digo porque algunos no me apetecen.
ResponderEliminarSí, Cadou, volveré. O al menos esa es la intención. Cuándo, ya no lo sé. Yo calculo que en un año o así. Prometo no escribir relatos o novelas en mi ausencia. Que nadie me pueda llamar traidor! Jejeje. Eso de ser "digno de una reflexión detenida" no sé si me pone cachondo o me acojona. Supongo que depende en qué situación me deje. Si algún día necesitas sacarlo me mandas un mail y tan amigos.
Nos vemos Cadou. Un abrazo,
No deje que le afecten los comentarios de un tipo cuya meta en la vida es trolear en un blog.
ResponderEliminarEs una pena este agotamiento, producido por una intoxicación de malas novelas. Por lo menos, tiene cura.
Un saludo.
Ya notaba yo un ritmo endiablado de lectura, pero, egoístamente, disfrutaba a más no poder del humor, el estilo y el análisis de este blog. Voy a echar de menos esta medicina, aunque entiendo los motivos del desalojo... ¡buena suerte!
ResponderEliminarHola Carlos:
ResponderEliminarMe ha apenado leer este texto en el trabajo esta mañana. Tus reseñas las estaba leyendo siempre. Me parecen divertidas, sentidas e instructivas.
Las reflexiones que haces me han parecido sinceras y muy interesantes para mí, que también llevo un blog de reseñas. Como mi blog es menos popular que el tuyo yo he recibido menos ofertas de libros regalados y eso, pero también las he empezado a recibir, y no quiero caer en esa trampa que comentas: no quiero recibir como regalo (compromiso) libros que no elegiría leer yo, y cuando le he rechazado el libro a algún autor eso me ha hecho sentirme algo mal, pero creo que hay que ser firme. Al final para mí leer es pura diversión y la diversión no se debe convertir en una obligación, que además pasaría a ser compromiso ante qué decir a un libro regalado. Y para mí elegir qué leer siempre ha sido una parte muy importante de la diversión. De hecho no estudié Filología Hispánica, entre otros motivos, por eso: para elegir yo lo que iba a leer.
Quizás me ha parecido un poco radical lo que concluyes, quizás podrías simplemente cambiar las tendencias: no aceptar lo que no te apetece leer y comentar lo que lees, aunque no haya entrada en el blog durante tres semanas, porque en ellas has leído un libro de 1.000 páginas. Las visitas y los comentarios bajarán, claro. Pero eso no debería importante y los que leemos tus entradas con interés lo agradeceríamos.
Espero que te vaya muy bien hagas lo que hagas, y que disfrutes siempre de tus lecturas.
David
Hablando de vanidad, citarse a uno mismo es la más patética, pero allá va:
ResponderEliminar"La obsesión por el hilo que pueda seguirse, la imagen impactante ha calado mucho más allá de los medios de comunicación y las agencias de publicidad. Así, los políticos, los bloggeros, los artistas tienen siempre acelerado el pulso: rápido el comentario, la novedad, la respuesta, otra novedad. La hiperestesia ya no es un estado, es una condición."
http://regardelagilipollua.blogspot.com/2011/10/voracidad.html
Entiendo su argumentación y admiro su entereza (retomar la verdadera lectura, sin mediaciones, recuperar el pulso, renunciar a la vanidad de saberse seguido). Diría, sin DRAMAtizar, que la mayoría aplastante de blogs de reseñas necesitan una buena reflexión, y que usted (seguro que odia esto que voy a decir, que no es su intención)está señalando una realidad que va más allá de su caso particular, dando de hecho una lección, un gran ejemplo. Aunque no podía seguir el ritmo, echaré de menos pasar por aquí de vez en cuando, disfrutar de sus entradas y seguir algunas de sus pistas. Gracias por todo. Seguiremos leyendo esas últimas entradas prometidas y estaremos atentos a su "renacimiento" bloggero. Gracias, otra vez.
Joder, tío, me acabas de dar un disgusto. Me gustaba tu frescura dentro de toda esta porquería.
ResponderEliminarPero supongo que es difícil mantenerse en medio de todo eso. Solo espero que no lo dejes por presiones. Y que no te vea yo publicando en Mondadori o voy a buscarte. Y no bromeo.
Un beso en tos los morros.
No me jodas. Ahora tendré que reactivar el mio para compensar la pérdida de talento en la red. El primer "post" os lo dedicaré a Nehmo y a ti, por majetes más que nada.
ResponderEliminarPero antes de eso permíteme que me meta un soldadito de plomo a caballo de plomo al galope tendido y la lanza bien extendida por el ojo del culo a modo de homenaje. Tras haber probado diferentes objetos, hace poco pensé en el soldadito con lanza a caballo y pensé que reservaría su escasísima ¿romez? ¿romosidad? para cuando tuviese algo realmente grande que homenajear. Y en esas apareces tú para decir que lo dejas.
Di si vas a rondar algún blog de por ahí y así nos podemos seguir "viendo".
De tu decisión no opino. Tu sabrás lo que haces y porqué, que ya vas teniendo una edad.
Si algún día vienes por Barcelona y te aburres un cojón, di algo. Como todo el mundo sabe los catalanes somos unos perfectísimos hijos de puta, pero a veces se nos olvida. Invitas tú, eso sí.
Ha sido un placer.
Joder, me has dejado helado. te echaré de menos.
ResponderEliminarPues yo también siento despedirme nada más conocerle. Un saludo.
ResponderEliminarDejo puerta abierta para los que todavía tenemos ánimo para seguir peleando.
http://comunsinsentido.blogspot.com/
Yo también echaré de menos tus maneras. Si te soy sincera, lo que menos me importaba era el libro sobre el que hacías la reseña. Me gustaba esa actitud irreverente de decir lo que te daba la gana sobre lo que fuera. Y eso, es verdad, es lo que está en peligro. Entiendo que con esta decisión estás defendiendo justamente eso: seguir haciendo lo que te pide el cuerpo, vamos, seguir disfrutando de la lectura.
ResponderEliminarDe eso se trata ¿no?
Bueno, que celebro tu decición porque estoy segura de que a partir de hoy te lo vas a pasar realmente bien aunque espero encontrar algo tuyo por ahí pronto.
Si algo demuestras con este gesto (algo dramático, sí, pero qué se le va a hacer... todos tenemos algo de Unamuno dentro) es que eres valiente y coherente. No sabes lo que agradezco que alguien apueste por el silencio ahora que se grita a diestro y siniestro.
Un abrazo.
Hola Iracundo. Ya sabes cómo son estas cosas. A uno le cobran seis euros por un cubata de garrafón en cualquier discoteca. Con los libros igual. Y la resaca cabezona no te la quita nadie. Está todo corrupto, es terrible… Gracias por todo.
ResponderEliminarGracias Deborah. Nos vemos pronto. Ahora tendré más tiempo de hacer visitas.
David. Lo de los libros regalados no es un problema. Es decir, hay medios. Lo primero es aceptar únicamente lo que te interesa. El problema son los libros que te llegan sin pedirlos, pero entiendo que sobre esos no hay “compromiso”. Los otros, basta con dejar las cosas claras: o reseña honesta -la que salga- o silencio administrativo y a ver qué tal la próxima vez. Lo que sea menos escribir reseñas complacientes. Lo que sea. Cada reseña que veo en un blog que me parece sospechosa hace a todo el blog sospechoso. Me da igual que sean conocidos, amigos o familia. De tu blog me he leído unas cuantas reseñas y jamás he dudado de ninguna por lo que mereces el mayor de mis respetos y seré tu fan hasta la muerte. Menos con la poesía, claro. Ese es un defectillo que tenemos que ir mirando de curar.
Sobre escribir menos… es que me conozco, David. Mi mujer dice también que dejarlo es una estupidez pero yo creo que lo mejor es no hacer planes. De todos modos hay otra razón, para este silencio. Una cosa es que yo reseñe, por ejemplo, el Alba Cromm o Los Muertos (ya todos sabemos de quien) que son libros de una profundidad como si dijéramos, tirando a nula. Mucha metanarrativa y mucha hostia (méritos que les he reconocido siempre) pero completamente vacías de contenido. Quizá me equivoque. Ojalá. Son novelas que no pasan del año y uno se acuerda de ellas lo mismo que se acuerda del color del perro del vecino. Una novela como “Memorias del subsuelo” ya sólo por la historia que rodea su escritura es para no olvidar jamás. Al menos a mí me pasa. Pero es que por algo han sobrevivido casi doscientos años. ¿El motivo? A saber. Yo sólo sé que leo una y leo otra y me queda el cuerpo diferente según cual sea. El caso es que escribir sobre algo así a mí personalmente me cuesta, me acojona, me intimida. Sobre las mencionadas más arriba no, de esas te hago una entrada en media hora. Claro que ser un cabrón siempre es más fácil que dar argumentos. Lo que quiero decir, amigo David, es que mi blog no está muerto de muerte mortal sino simplemente en hibernación y si un día me da por hablar de algo, lo que sea, pues lo cuento y tan amigos pero prefiero avisar de la ausencia que vendrá porque aquí hay mucha gente que viene y va y comenta que merece un respeto.
Y luego que siempre tendremos tu blog (y París). Lo que ya te adelanto es que de mí no te vas a librar tan fácilmente. Ahora bien, avisado quedas con lo de poesía. No me jodas, no me jodas. No me obligues a tener que matarte. (Me acabo de acordar que Gombrowicz tiene un libro llamado “contra los poetas” con el que a ver si me hago de alguna manera y ya luego quedamos para lo de la terapia).
Un abrazo David. Nos vemos.
Preocupín, me ha gustado la cita, mucho. Y sí, efectivamente, mi intención no es parecer nada. Me limito a hacer lo que creo mejor para mí. Eso y que me apetece cambiar la perspectiva. ¿Sabe aquello decimos todos tanto de lo bueno que sería poder volver a tener quince años sabiendo lo que sabemos ahora? Pues bien, en cierto modo esto es una oportunidad para hacerlo posible dentro de este mundillo blogero/literario. Un abrazo y gracias.
ResponderEliminarAnónimo de las 22:22, acepto. Quiero decir que si me ve publicando en Mondadori (o cualquier otra editorial) dejaré que me rompa las piernas en tantos trozos como desee. Pocas cosas hay en este mundo que me apetezcan menos que ser escritor. Qué pereza. Además tengo familia. Ser escritor y tener familia debe ser toda una odisea. Otro beso en los morros también. Prometo hacer mucho ruido cuando vuelva, para que se me vea desde bien lejos.
Quique, sorry. Pero mira, si reactivas el tuyo ya tenemos donde quedar. Nos falta Daniel, que no sé por dónde anda. Seguro que le está amargando la vida a unos cuantos con los exámenes de diciembre. Tiranos…. Si algún día voy por Barcelona (que seguro que sí, pero no creo que este año) te llevaré el soldadito de plomo con la lanza más bella que se halla metido jamás nadie por el culo. Todita para ti. Y que tenga además un yelmo y un escudo bien brillantes, para dar con ella sin problema en la insondable oscuridad de su destino. Las pinzas para sacarlo las compras tú.
Otro día concretamos puntos de encuentro, ahora debo ocuparme de una erección.
Anónimo de las 00:34. Sorry también. Yo también les echaré de menos. Gracias,
Alberto Secades, habrá más oportunidades, ya verá. Me anoto su blog. Nos vemos.
Paz, sí, de eso se trata. Y de reiniciar el equipo y siguiendo el símil informático, de iniciarlo en modo a prueba de fallos, corregir los errores y volver a empezar. Y le voy a meter también el mejor antivirus que se ha visto nunca. Me los voy a comer con patatas. A los virus, digo. Es sólo cuestión de tiempo. Gracias por todo. Nos vemos.
Joder, esto si que es una catástofre; el 90% de las visitas a mi blog vienen de este sitio.
ResponderEliminarEl poeta siempre tuyo
"insondable oscuridad de su destino"! Qué grande eras, joder! Qué puto monstruo!
ResponderEliminar¿Te vas en la cúspide de tu fama, como una diva de Hollywood, como Marilyn, como James Dean, como Jeff Buckley, como Kurt Cobain, como Amy Whynehouse? Bien, bien... Así serás por siempre inmortal en el imaginario colectivo.
ResponderEliminarUn placer, Tongoy. Le echaré de menos, vaya que sí... (me quedo con un gurú menos).
Si viene por Valencia también le invito yo a una cerveza y unas papas en un café que se llama Carajillo.
Pringao.
ResponderEliminarNo pretenderás que te hagamos unas exequias públicas, no?
ResponderEliminarPues lo menos que podríais hacer todos los "Decaýdos" - jeje, qué ingenio el mío- es regalarle un jamón a Carlos, que podréis seguir tranquilitos una temporada. Sería un bonito detalle que os reconciliaría con el mundo en estas fechas.
ResponderEliminarHola Carlos:
ResponderEliminarGracias por lo de confiar en mis reseñas.
Y si crees que el mundo de la novela tiene cosas podridas, mejor no te acerques al de la poesía.
Yo reseñé "Nocilla experience", tras más de medio año de blog. Una de mis pocas reseñas negativas, y tras hablar de Juan José Saer, Philip Roth y autores así, durante 7 0 8 meses, de repente, empiezo a tener muchas más visitas y comentarios: pero, claro, tener más visitas y comentarios en el blog implica leer novedades y buscar libros que no me gusten para decirlo. Y lo hice esa vez porque no me gustaba la actitud de Mallo: su discurso "lo demás ha dejado de tener sentido, todo empieza en mí"; ¿lo demás? ¿Lo que yo leo no tiene sentido, la novela clásica? ¿Leer a Franzen, por ejemplo, no tiene sentido? Y Mallo había publicado su novela en una editorial grande y estaba en todos los medios. Si su actitud hubiese sido más humilde, si la editorial no fuese conocida ni él, imagino que no hubiera hecho esa reseña. No hubiera escrito nada y ya está. De hecho, sobre algún libro leído con esas características, editorial pequeña, autor desconocido, al que le he visto muchos fallos, he preferido callar y ya está. Pero no mentir.
Y aunque sea menos popular me emociona más hablar de alguien casi olvidado en España como Juan José Saer, que me parece un escritor muy brillante y poco considerado, y pensar que puedo conseguirle algún lector, dispuesto a buscar en bibliotecas o librerías de segunda mano. Y claro estas entradas consiguen pocas visitas y comentarios. Pero vi que no era lógico leer libros que pensaban que no me iban a gustar para reseñarlos negativamente en el blog.
Lo mejor que me ha pasado tras 2,5 años de blog: un anónimo me agradeció que le había descubierto a Rodrigo Rey Rosa. Eso me emocionó mucho.
De hecho, sí vi que con el blog yo también leía libros más cortos, pero estoy intentado retomar los más largos. Me has picado con Dosto, estas navidades, con las vacaciones de profe, me leo "El idiota", que es uno de los que me falta.
Pues si te decides a comentar esas largas lecturas, aquí estaremos para leerlas.
saludos
¿Puedes confirmarnos que detrás de la caída de este blog está la acción conjunta e insólita de los lobbies NuevoDrama y LaCavernaDeOlmos?
ResponderEliminarMira que me jode que esto se termine justo ahora. Nos ibamos a partir la caja con las novedades que trae Timadori para enero de 2012. ¿Dónde vamos a despellejar?
ResponderEliminarDavid Pérez Vega:
ResponderEliminar>
Y lo hice esa vez porque no me gustaba la actitud de Mallo: su discurso "lo demás ha dejado de tener sentido, todo empieza en mí"; ¿lo demás? ¿Lo que yo leo no tiene sentido, la novela clásica? ¿Leer a Franzen, por ejemplo, no tiene sentido? Y Mallo había publicado su novela en una editorial grande y estaba en todos los medios. Si su actitud hubiese sido más humilde, si la editorial no fuese conocida ni él, imagino que no hubiera hecho esa reseña. No hubiera escrito nada y ya está. De hecho, sobre algún libro leído con esas características, editorial pequeña, autor desconocido, al que le he visto muchos fallos, he preferido callar y ya está. Pero no mentir."
>
¿Puedes aclarar dónde leíste a Fernández Mallo referirse a sí mismo como lo que describes? Se puede tener una opinión más o menos afortunada de la trilogía Nocilla, pero siempre había tenido a Mallo como alguien con una imagen pública bastante humilde en lo que se refiere a su obra y su posición en el panorama.
Saludos.
¿Novedades de Mondadori? Uff, no sé yo si estaría mucho por la labor. Anoche me puse con el de Hervert, "Canción de Tumba", y bueno, en fin. Es pronto para decir nada pero así de entrada no estoy mucho por la labor de seguir leyendo estas cosas de Mondadori. Otras sí. Quiero decir que es una editorias con cosas muy interesantes, pero precisamente de las que usted habla... Y bueno, otra es conseguirlas. Le recuerdo que sigo esperando por el de Olmos. Casi nada.
ResponderEliminarDavid, no me digas eso de la poesía que se me ponen los dientes largos. Sobre leer libros que no te van gustar para reseñarlos negativamente... bueno, más bien lo que ocurre es que me gusta hablar con conocimiento de causa. De todos modos siempre trato de enfrentar las lecturas con una actitud abierta pero es que cuando se pone de no se pone de no. Yo no tengo la culpa. La afirmación "la literatura española actual es una mierda" no tiene fuerza si no la leo. Es decir, que lo que realmente soy es un martir, coño.
Respecto a Dosto y ese Idiota (que sólo dios sabe cuándo llegaré yo a él)... ¿has leído "Pobre Gente", su primera novela? Podría interesarte. Bueno, es que es muy interesante. La semana que viene debería poder publicar la reseña pero está siendo un mes complicado.
Inma, me apunto a esas papas. Además debería viajar a Valencia un día de estos (es un decir) a ver a la family. Te aviso.
Un saludo a todos,
P.D. Lo del jamón pagado por los Decaydos me ha gustado mucho. Creo además que es una idea excelente y me jode no haberlo pensado antes. Podía haber negociado, al fin y al cabo la decisión ya estaba tomada. NO perdía nada.
P.D. Confirmo que sí: detrás de esto está el Nuevo Drama y La Caverna esa. No me pagaban lo suficiente...
Hola Raúl:
ResponderEliminarAl contrario de lo que pueda parecer, a mí Mallo no me cae mal. De hecho, una vez hablé con él –poca cosa, 3 minutos- y me pareció un tipo bastante simpático y cordial.
Quizás yo esté equivocado, pero me pareció que Mallo, que venía del mundo de la poesía, trasladaba a la novela un tipo de discurso que es bastante frecuente en poesía: hablar de la poética propia como la mejor opción posible. En poesía puedes encontrarte con autores que escribir sin rima, con rima, social, antisocial, en prosa, verso clásico… y suelen crear grupos de autores que hacen cosas parecidas y suelen opinar que lo que hacen no es su opción, sino LA OPCIÓN, y eso es lo bueno y el camino correcto (simplificando las cosas).
Y Mallo me pareció que tenía este discurso: las nuevas tecnologías hacen que la novela clásica ya no se adecue a las necesidades lectoras del consumidor actual de ficción, ya que la información actual es fragmentaria, al ser el lector actual un individuo que suele frecuentar Internet y pasar de una web a otra, donde no hay una linealidad, sino un discurso polifónico y deslavazado, y eso, lo polifónico y deslavazado, era lo que tenía que imitar en su composición la nueva novela. Y claro este discurso es educado, mesurado; pero me parecía (y puede que esté equivocado) que al marcar la existencia de algo llamado “nueva novela” o “nuevo paradigma” ; de forma implícita se marcaba también la existencia en el mercado de la “vieja novela” o novela no adecuada a los tiempos actuales y a las necesidades del nuevo lector.
Y esto fue lo que deduje al hojear el libro de Anagrama “Pospoesía” (como no lo leí entero, puedo, repito, estar equivocado), y al leer las reseñas sobre este libro que leí cuando aparecieron.
Y es más: me parece que al venir Mallo del mundo de la poesía, es alguien que controla mejor la creación de pequeñas escenas y no la construcción más amplia de la novela. Y por tanto adapta el discurso de lo que debe ser la “nueva novela” a sus capacidades creadoras. Y luego más gente se une. Por ejemplo Manuel Vilas, otro poeta, escribe en prosa casi lo mismo que escribía en versos, y se une al movimiento Nocilla.
En realidad, lo que se vende no es la poesía, ni el relato, sino la novela. Entonces Vilas (de quien me encanta su poesía) hace un libro de relatos o fragmentos (de poemas largos, sin separación de versos) y dice que eso es novela, y es “la novela moderna” o el “nuevo paradigma”.
Y mi reflexión es: más que haber detectado el movimiento Nocilla que la nueva novela partía de la tecnología y del uso de Internet, son creadores que parten de la poesía y trabajando bajo sus supuestos de composición fragmentada (o en poemas) afirman que sus trabajos de poeta escribiendo en prosa son “la nueva novela” (y es importante remarcar que sus nuevas obras son novelas, que es lo que mejor se vende en el mercado literario). Que de forma implícita, esta “nueva novela”, marca un avance respecto de la “vieja novela” que está escrita por autores (según mi opinión) que componen como novelistas, y que no se adecuan a las necesidades del lector actual (según el moviendo Nocilla).
Y todo esto lo desarrolla el moviento Nocilla de muy buen tono, estoy de acerado contigo. Y aquí es donde yo leo “Nocilla experience” y me apetece afirmar la vigencia de la novela vieja (que yo sigo leyendo y me gusta) que según Mallo no es “el nuevo paradigma”.
Y me apeteció hacer esta crítica partiendo de la reflexión y las ideas, como defensa de “la vieja novela” que había quedado, aparentemente, imposibilitada para describir lo real.
Espero haberme explicado ahora mejor.
¿Y, Raúl, qué opinas tú de Juan José Saer?
Saludos
Yo creo que eso fue uno de los reclamos publicitarios de los 'promotores' del nuevo paradigma y toda la coña aquella. Afortunadamente, parece que aquello ya pasó a mejor vida, porque les afeaba un montón. En cuanto a Mallo, es cierto que no es de los más odiosos a nivel personal. Aunque haya hecho piña en torno a Eloy Fernández Porta, ya sabes, el teórico de la 'ilustración'.
ResponderEliminarSaludos
Pues yo, para variar, no sé quién cojones es ninguno de todos esos de los que habláis excepto Mallo, del que una vez supe y le compré el libro que tras tres o cuatro páginas jamás retomé. ¿Tan malos son? ¿Todos? ¿Y tan capullos?
ResponderEliminarBueno, Quique, son tirando a malillos. Y creídos un rato. Pero ya sabes, entre gustos... Bueno, disputas sí. Este blog es una muestra.
ResponderEliminarSaludos
Los nocilla fue una promoción de vicente luis mora, quién luego se desmarco al comprobar que el beneficiado era el tapado del grupo, forrest gump, osease, el mallo. Simpático,donante de sangre o apadrinador de ballenas, lo grave del tipo para mi es la falta de relación entre el talento que se piensa que él tiene (ego) y los resultados (aburrimiento astral). Efectivamente, un afán de totalitarismo bajo el disfraz de popero de buen rollo. Pero ahi lo tienes, recorriendo los centros culturales hispánicos repartidos por el mundo y haciendo caja a base de proyecciones de filminas, youtubes y demás. El circo cultural, siempre necesitado de nuevas atracciones.
ResponderEliminarYo creo que lo que sobra en este blog son los comentarios. ¿Por qué no sigues colgando las reseñas que te vengan en gana, y bloqueas los comentarios? Ya sé que es contradictorio pedirlo desde uno, pero...
ResponderEliminarJAJAJAJA! Va, conteneros un poquito, que ya se acaba. Anda que no os vais a quedar descansados ni nada! No os lo merecéis. Sois lo más, de verdad. A vosotros sí que se os echará de menos, con las meteduras de pata constantes que habéis ido dejando por aquí.
ResponderEliminarHola David,
ResponderEliminarde Juan José Saer leí Nadie Nada Nunca durante el verano, y me gustan los coletazos ferlosianos que tenía, muy à la Jarama. A su obra ensayística le he metido mano, pero ahora lo tengo enterrado entre otras cosas. No es tan desconocido como afirmas, al menos a mí no me lo parece, y menos con internet - pues sí, señores libreros, es más fácil conseguir a Saer, Levrero y Fogwill en internet que en sus tiendas. Espabilen.
A lo que íbamos, de Mallo. Te bajas de la postura estética de Mallo -en tu blog y por aquí-, y al mismo tiempo afirmas que tan solo has hojeado Postpoesía y sus reseñas, y que has leído un libro, un Nocilla. Es decir, que mi pregunta venía por conocer de dónde sacabas esas inferencias, que Mallo afirmaba de sí había creado un paradigma, que si había que escribir así o asá, y demás. Porque ya te digo que, sin ser yo tampoco un fan terrible de su literatura, nunca le he visto en ningún artículo coronarse ni impartir lecciones de literatura. Pero aplaudo su mérito: cuatro libros de poesía, cuatro de narrativa y uno de ensayo, y cada uno ha creado controversia, ruido, debate: eppur si muove. Serán lo que uno quiera que sea, superficiales o state-of-art, pero está ahí, esos libros hablan lo que tengan que hablar: ya se verá en qué queda todo, pero agitan. (Y David, tú que eres escritor, ya sabrás que lo que uno diga de su propia obra es tan irrelevante como lo que el comentarista más beligerante de la red. Los libros son los que hablan al final, a través de sus lectores). Cuando alguien ametralla a Mallo (individuo) o en general a cualquiera, hablando de cómo debería ser la novela o la poesía o los guiones de los Serrano me entra la misma urticaria que cuando los imames de Tower Hamlets hablan de la corrupción de la moral occidental. Brr.
Que Carlos dé cera éste o aquél tiene su gracia -y nadie mínimamente interesado en la literatura se tomaría al pie de la letra lo que Tongoy escribe, si es así sería mejor que se desconectara un tiempo, consultara a un psicoanalista y recuperara otras lecturas - pero un escritor rajando de otro escritor siempre me ha parecido sospechoso: ¿no se trata del mismo oficio, del mismo trabajo, del mismo sudor? Elaborar historias, desmenuzarla, desocultar y luego lo mundano: La lucha por publicar y una vez publicado la lucha por seguir siendo publicado, aguantar la tempestad crítica, las ventas cortas, el puto internet.
Pues eso. Sorprendido.
Pues que se lo digan a Pron, Raúl, que primero puso a caldo al Mallo como ha hecho con el Olmos. Todo sea porque hablen de mí más que de los otros.
ResponderEliminarSaludos
Hola Raúl:
ResponderEliminarMe alegra que hayas leído a Saer.
Entiendo tu postura, y a mí también me parece muy respetable la obra de Mallo, y que haya gente que lea sus libros y que le gusten me parece que eso está muy bien.
Pero espero que cualquier lector, aunque escriba él mismo, tenga derecho, dentro del respeto, a opinar sobre un libro leído, dando argumentos. Yo leí aquel libro de Mallo, atraído por ese debate del que hablas y lo que leí no me gustó.
Lo que quería decir en mi mensaje inicial aquí, es que aquello, mis ideas sobre el libro leído (al hilo de la entrada de Carlos) hizo que hubiera más visitas y comentaristas en el blog. Y yo podía haber decidido entonces leer más libros de Mallo para comentar que no me gustaban o leer otros libros similares para afirmar que no me gustaban. Pero preferí no hacer eso y buscar libros que sí me gustaran.
Como conclusión, por supuesto que la obra de Mallo me parece muy respetable, al igual que su persona y sus lectores, al igual que me parece muy respetable que yo lea uno de sus libros y pueda sentir la libertad para decir lo que no me gusta.
saludos
Bueno, Carlos. Espero que te vaya bien. Pero que sepas que ya me estoy imaginando un nuevo look de LA MEDICINA DE TONGOY.
ResponderEliminarDe momento me quedo echando de menos tu atípica gracia al escribir, así como tus nervios templados y, en general, tu actitud ante los comentarios. En ese sentido este blog tiene mucho que enseñar a otros.
Echaré de más cierta incapacidad de ponerte en el lugar de aquellos escritores que afrontabas con prejuicios.
Pero ya te digo que, no sé por qué, me estoy imaginando un blog de las lecturas que gustan a Carlos Peón y eso, amigo, sería una fiesta.
Respecto a la polémica que Raúl y David mantienen intervengo añadiendo algo: Yo no lo he pasado mal con un par de nocilladas que leí, de hecho me entretuve y algo entresaqué que merecía la pena desde mi punto de vista. Cuando ataqué el Remake me pareció, directamente, mierdoso, una falta total de respeto a Borges y otros lectores. Puede que Mallo no se haya proclamado referencia pero sí lo han hecho desde las editoriales y otros grupos de poder. Y no. Lo de Mallo, lo mejor suyo, es sólo algo más, un aporte entre tantos. En cuanto a la actitud de David frente a otros escritores bastaría, Raúl, que te dieras una vuelta por su blog, verás que pecas de lo mismo que le acusas.
Un saludo a todos.
A los 16 mi primera chica me plantó por carta. Se había tomado la molestia de escribir las razones en cuatro folios, con un letra preciosa, todo muy bien explicadito. Desde mi punto de vista, tomó la decisión más extrema y equivocada. Al leer esta entrada he vuelto a los 16, eso sí, no se enfade, sin atracción física de por medio.
ResponderEliminarEspero que retome algo de su Tiempo Perdido, y que el blog resucite cual zombi haitiano hipervitaminado a no tardar mucho.
¡Salud!
Irenita, bonita, Pron está en todo su derecho en decir que los productos del tal Mallo y el nene plasta Olmos son caquita. Sabes por qué? Porque lo son. Caquita. Ya está bien de darle vueltas retóricas a las cosas con palabreria y retórica.
ResponderEliminarY sabes por qué? Porque a ambos los dos plastas nos los han metido hasta en la sopa. Especialmente grave lo del Olmos, todo el día dando el coñazo en las redes y provocando, a ver si vende algo. Sólo hace falta ver como escribe.
Pili.
No, si a mí lo que digan Pron, Olmos, Mallo y cia me da completamente igual. Como si se quieren despellejar vivos, Pili, cariño. Solo lo ponía como ejemplo de comportamiento digamos que poco elegante entre escritores a raíz de la observación de Raúl al comentario de Daniel, que no era más que una opinión personal.
ResponderEliminarSaludos
David, sorry
ResponderEliminarPerdonen que no me meta en el tema Nocilla pero estos días ando algo liado y no tengo el tiempo quisiera para participar. Tampoco tengo nada que aportar. Soy el que menos Nocilla he leído de todos. Aunque lo que dice Ire es cierto. Muchos de ellos recularon y les dio por llamarse MUTANTES o algo así.
ResponderEliminarQuique, tienes un día que llevarme a pasear por tu mundo. Anda que no conocer a la Pleyade Paraliteraria Española del siglo XXI…
Anónimo de las 01:44, ¿bloquear los comentarios? ¿Por qué iba a hacer algo así? A veces se pasan, pero bueno… en toda discusión se producen “calentamientos”. La solución, a mi entender, nunca pasa por eliminar el debate. Creo también que escudarse en “el anónimo me ha insultado ergo yo tengo razón” es facilón facilón. Si he sido tan tolerante, quizá en ocasiones demasiado, fue porque creía y creo que de todas las opiniones se puede extraer algo y que hay que saber leer entre líneas.
Peri, ya no tengo edad para cambiar de look. Gracias por el cumplido del segundo párrafo. (Y ese blog que imaginas es posible y quizá acabe siendo una realidad sin haberlo yo buscado. Pero no, mejor no pensar en ello...)
Roberto, la falta de atracción física no la entiendo, la verdad, pero bueno… De todos modos piense usted que la situación es algo diferente: imagine que la chica le deja a los dieciséis para volver con usted a los diecisiete. Pues eso. Muchas gracias por todo. Nos vemos pronto, prometido.
Un saludo a todos. Me vuelvo a mi cueva.
Hola!
ResponderEliminarQue quede claro, que desaparezca tu blog no es bueno. Siempre viene bien tener lugares en los que poder descubrir libros y autores que conoces pero no has leído, o directamente de los que no has escuchado hablar nunca. Qué diablos, o simplemente es estupendo que exista un blog que trate de libros.
Dejando ésto aparte. Estoy absolutamente de tu parte y comparto tus opiniones. Se quiera o no, es ineludible el verse condicionado por todo tipo de sugerencias y recomendaciones. Y es que es difícil complacer a todo el mundo, y terminas quedando a merced de otros gustos. Sí, sería fácil eso de leer lo que te dé la gana y punto, eso sería lo ideal, pero siempre entran en juego otros asuntos, entre otros el querer mantener vivo el blog, por lo que empiezas, como bien dices, escogiendo lecturas "rápidas", donde cuenta el número de páginas, primando la cantidad sobre la calidad.
Y supongo que te viene a la cabeza que creaste el blog para disfrutar de los libros, algo que no estás haciendo, porque pasas más tiempo preocupado por el blog que por los libros. Y no se sabe si fue antes el huevo o la gallina.
En fin, que lo que hagas bien hecho está.
Saludos!
Tongui, si quieres ya puedes pasear por mi mundo, que no es mejor ni peor sino diferente. Y siempre quiero hacerme el gracioso, lo cual resulta cargante. Pero también es verdad q a veces lo consigo.
ResponderEliminarEn cuanto al anónimo de eliminar los comentarios, qué gilipollez. Qué gilipollez como la copa de un pino.
Quique, I love you so much... You are too much!
ResponderEliminarQuique, yo me he paseado por tu mundo y no veo res de res de nou!!! Podrías publicar algo... Eres un soplo de aire fresco en este mundo enrarecido (Tongui también lo era pero se va...)
ResponderEliminarGracias Inma. Alguna cosa tengo en la recámara. El problema es que he estado sin ordenador un mes, tirando de ipad, y con eso no se puede dibujar ni siquiera mal. Ahora ya puedo. Pronto os alumbraré.
ResponderEliminarJusto cuando tocaba la reseña del libro de Juan Carlos Márquez va y cierra el blog. Y casualmente su comentario es el primero de todos, no tardó ni un minuto. ¿Qué pasa? ¿Le ha amenazado? Ahora va por ahí presumiendo de que a los de Bilbao no les toca un pelo nadie...
ResponderEliminarTongoy, eres un mariposón. Una florecilla del campo que no aguanta ni la menor brisa.
ResponderEliminarPons, tienes razón. El blog lo abrí en realidad porque me pilló un día juguetón y luego era una buena excusa para no dejar de leer, que yo soy mucho de ir dejando unos hábitos por otros. El resto es historia.
ResponderEliminarAnónimo de las 09:16, la reseña de Márquez será escrita, pero ahora mismo no puedo. Ni puedo ni quiero. En su defensa y aunque no lo necesita diré que antes de leerlo me dijo que no era necesario que la reseñase. Puede que tengamos pocos puntos de encuentro, pero las cosas como son.
Un saludo,
P.D. Decidido pues, Inma: quedamos todos en el blog de Quique y ya nos quitamos allí las espinitas que correspondan.
P.D. Quique, algún día quiero salir en una viñeta. Pero ya sabes: sin prisas.
Soto Ivars te ha ganado sin subirse al caballo.
ResponderEliminarEste tío es un tapado, se dedica a promocionar editoriales. Como bien escribió Carlota Moseguí en un twitter, hasta para despedirse se pone dramático.
ResponderEliminarEs un agente secreto de Libros de silencio. Dostoievski es un mcguffin para distraer la atención.
ResponderEliminar¡Pero cómo no me voy a poner dramático! ¿Se imagina usted el dolor que es privarme del placer de su compañía? Me planteo el suicidio, con eso se lo digo todo.
ResponderEliminarParece broma, pero no lo es. Bueno, lo del suicidio sí, pero lo otro no. Me dejan ustedes sin un montón de risas.
Y lo de las editoriales es verdad, lo confieso: soy un agente doble que trata de acabar con el mercado. Dentro de nada saldrá una nueva editorial de la que seré consejero. Ahora perdonen pero estoy acabando de montar otro blog con otra identidad para promocionarla sin que note mucho. Les reto a que me encuentren.
Besos y arrumacos a todos. Les amo.
Para un blog bueno que había sobre libros en español. Bueno, siempre es mejor disfrutar de la vida, ya que Internet no entiende mucho ni de vida ni de realidad.
ResponderEliminarA mí también me pasa lo mismo con los libros nuevos, aunque me pongo histérico. El último de Olmos lo tiré contra la pared. El Homo Sampler lo desencuaderné a patadas. Suena a trolleada, pero lo digo en serio.
El descanso le será provechoso, no lo dude. La pena es que me quede sin leer opiniones sobre Dostoievski y eso que me gusta coleccionarlas, por así decirlo.
Filodeglás
Por eso no se preocupe. Tengo intención de seguir publicando opiniones sobre Dostoievski, que ya supongo numerosas pues la intención es leer (releer en según qué casos) toda su obra (a excepción de los cuentos que no lo sé). Lo que ya no sé es cuándo ni cómo pero seguro que aquí.
ResponderEliminarGracias por pasar. Nos vemos.
Ah, por cierto, he estado en Rusia un par de veces, conozco la historia, la lengua y la cultura de ese país. Todavía me queda mucho por aprender, pero me molesta que pazguatos como el Soto Ivars recurran a esa Rusia de cartón que ponen en los telediarios. Y encima se cree un gran escritor. No digo lo que me gustaría hacerle para no romper el decoro y la elegancia que hasta ahora han destilado mis comentarios.
ResponderEliminarFilodeglás
Un poco de orden, que se nos traslucen los cabellos a todos. Los que se alegran en secreto por este Regreso Al Orden, los que respiran aliviados, por el espacio que aspiran a ocupar y los que sinceramente se lamentan. No ha lugar par estos últimos, Un Blog No está muerto por que su autor guarde silencio. De hecho muere cuando el quien lo escribe no tiene nada que decir, a propósito de “Henry”, o de Homero, por tanto, guardemos nuestras lágrimas para nasciturus…Blogs.
ResponderEliminarMerito que se obtiene, no por casualidad. Sólo quien alberga oscuras intenciones, puede exigir a los demás cuanto no da. Una buena reseña, o crítica, no caduca, El Libro, no cambia, pero sí Los Lectores…Para peor, cuando se confunde el monólogo interior con chatear con uno mismo, y quien se olvida que para Intertextualidad, la de Cervantes…Y eso que el Manco, no oyó jamás nada de la jerga Posmoderna.
¿Queda algo nuevo bajo el sol? No, en realidad, todos sabemos qué, todo ya se ha dicho, sólo sea por que Dios lo pensó primero…Es Broma, sólo es nueva la forma de contarlo. La civilización Occidental, se pasa el día y la noche Eterna, descubriéndose a si misma. Bien a la Francesa, es decir barnizando, o bien a la Británica, quitando el polvo…Lo Germanos, fagotizando y regurgitando para ellos mismos y los demás, en fin aspirando a su momento de Gloria, todos ellos gozamos de uno, pero Somos hijos de Caín…
No se alegren pues del aparente suicidio…”Las Bacantes” ya se escribieron, y por cierto no acaban bien…No así La Medicina, mientras uno no persiga tener razón, y Don Carlos no elimina el Blog, se pede volver a él…Es lo que tienen las cosas que sin querer se escriben sin aspirar a la Gloria…a veces acabas en ella. Pero hoy todas vivimos en Ella. Ruiz Iriarte…
Addenda: Es cierto, Don Carlos, no reseñaría a Dostoievski, No por no ser un Antiguo…Si no por que nadie le Hubiera Publicado…semejantes “tochos” de vivir Hoy. La República de las Letras está llena de pedradas de Honda. Pero sin decapitación, no hay muerte. Y al final ni al Rey David le fue bien…Recordemos y oremos, es lo que toca. Con toda mi gratitud.