jueves, 3 de noviembre de 2011

"Caribou Island" de David Vann


David Vann se hizo famoso con un libro fenomenal llamado Sukkwan Island (Ediciones Alfabia, 2010) del que no hablé en su momento aunque sí recomendé un par de veces, todas ellas con éxito (es decir, que sigo siendo amigo de quienes siguieron mi consejo, que tampoco es algo que me ocurra todos los días.) El caso es que para hablar de Caribou Island, y sin que sirva de precedente, también necesito hablar de Sukkaw Island. Pero acabo enseguida, se lo prometo.

* * * * * * * * *

Sukkaw Island iba de un padre que quería pasar un año entero de la custodia compartida con su hijo en una isla miserable de Alaska a la que sólo se podía llegar en avión. La idea era estrechar lazos y otros derivados del divorcio pero estaba claro que el tipo estaba como un cencerro porque eso de recuperar el tiempo perdido con tu hijo en un páramo helado es de de hijo de puta integral. La única razón por la que el chaval acepta es porque Vann (el autor) lo necesita para expiar un pecado de su propio pasado: a los 13 años su padre le pidió que realizasen ese mismo viaje y él le dijo que no porque prefería quedarse en California junto a su madre y hermanas y es que uno tiene que querer mucho a su padre para cambiar un sitio por el otro. Dos o tres semanas después su padre su suicidó pegándose un tiro. Este dato biográfico es importante tenerlo en cuenta porque se vendió junto con la novela. Esto le dio una doble lectura que probablemente, y sin desmerecer el resto, ayudó a mejorar el resultado. Sukkaw Island es una novela corta, absorbente, intensa, desquiciante, demoledora (especialmente la primera parte). Un viaje al infierno de ser un niño. Muy recomendable, en definitiva. 

Hasta donde yo sé Caribou Island es la segunda novela de Vann. El argumento es más o menos el siguiente: una mujer se ve obligada a acompañar al gilipollas de su marido (que pasa por la enésima crisis de identidad) en otro viaje infernal: se trasladarán a vivir a un pequeño islote situado en el centro del frío lago a orillas del que viven en el que construirán con sus propias manos, y sin tener las más remota idea de cómo hacerlo, una cabaña de madera en la que pasar el invierno. Esto es: la experiencia salvaje del retorno a los orígenes de la humanidad y tú vienes conmigo porque lo digo yo. Al igual que en Sukkaw Island partimos de la premisa de una imposición del “cabeza de familia” y una aceptación del eslabón débil de la cadena aunque en este caso por diferentes pero justificados argumentos: ella trata de evitar que la abandone su marido,  teme quedarse sola y acabar suicidándose tal como hizo su madre. El suicido otra vez, sí. 

A diferencia de la anterior novela en la que sólo importaban dos personajes (padre e hijo aunque quizá habría que incluir el entorno como tal) en esta ocasión Vann incluye otros miembros de la familia a quienes otorga demasiado protagonismo: sus dos hijos y las parejas de estos. Que a todos les pase algo y no siempre sea igual de interesante es, a mi entender, el punto más flaco de la novela. Esto lo digo porque no acabo de entender qué relación tiene (o qué mensaje quiere transmitir Vann con) lo que le ocurre al marido de su hija con lo que ellos (siendo "ellos" los verdaderos protagonistas) están llevando a cabo en el islote. Lo mismo con el trabajo de Mark, su otro hijo, que apenas sí comparte cinco minutos de escenario con el resto y vive de la pesca del salmón, un procedimiento que Vann explica con el mismo lujo de detalles con que lo explica casi todo. Da la sensación de que su intención al crear esas historias paralelas no es tanto la de enriquecer el drama familiar como la de adornar una trama principal que sin ellas sería excesivamente breve y demasiado parecida a Sukkaw Island. Pero esto (y es importante tenerlo en cuenta) únicamente por lo odioso de comparar ambas novelas. Seguramente enfrentar la lectura sin el lastre de esa obra anterior sería mucho más agradable, pero hay demasiados paralelismos como para obviarlos o al menos yo no pude hacerlo.

En cualquier caso y por ir acabando, Caribou Island, aún pareciéndome inferior a la anterior, es una novela que en general se deja leer con notable interés si uno es capaz de perdonarle las escenas eroticofestivas que no aportan absolutamente nada a lo que realmente importa que es eso tan horrible que le ocurre a un matrimonio en crisis en un islote miserable de un lago perdido de Alaska. 




76 comentarios:

  1. Yo me compré la primera enganchada en el anzuelo del suicidio del padre del autor. Cuando el entorno (que como bien dices, es otro personaje) me aburrió, la dejé. Lo hice cabreada porque me sentí víctima de un engaño comercial. El morbo y la curiosidad que me animaba a seguir no fue suficiente para tragarme una novela en la que no pasaba nada. Y cuando llevas 70 páginas y lo único que ha ocurrido es que el padre llora por las noches, pues, cómo te lo diría, que se me hincharon las glándulas y lo tiré a la piscina, como Umbral. Con este, lo siento, no me pillan. Hay manuales de psicología maravillosos en los que se aprende más sobre asuntos como la culpa, la depresión y eso.
    Un beso
    La sargento Margaret

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  2. Otro detalle: Sukkaw Island es en realidad un cuento largo o nouvelle incluida en Legend of a Suicide, una novela-en-cuentos (el género preferido de Tongoy). Es verdad que es el mejor texto del conjunto; sin embargo, al leerlo todo junto el lector se lleva una mejor impresión.
    Alfabia nunca tuvo a bien informar este hecho a sus lectores. Aún así, Vann es un escritor sobrevalorado; yo me ahorra este regreso del salmón suicida.

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  3. Dos hombres solos en una islita de Alaska, sin habérmela leído, ya sé cómo acaba. Y no te digo ya un hombre y una mujer.

    En cuanto a "perdonarle las escenas eroticofestivas que no aportan absolutamente nada", pues hombre Charlie, no sé. A lo mejor no todo tiene que aportar algo a la historia necesariamente.

    Es decir, tiene uno que poder irse por la tangente excepcionalmente si cree que con ello puede aportarle algo al lector aunque no le aporte nada a la historia que se le está contando. ¿No? Algún ejemplo de esto tiene que haber (tú lo sabrás mejor que yo) en algún lugar de la literatura de alto copete.

    Ojo. Yo estoy aquí a lo que tú mandes. Si es que no, es que no.

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  4. Yo sólo quiero decir bien alto: ¡RECAREDO VEREDAS!
    Ya está, nada más.
    ¡Viva Segovia!

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  5. La primera parte peca de indefinición y Vann así lo admite: durante cien páginas no supo quién era su protagonista. Cuando se decide, eso sí, la cosa cobra fuerza. Y no, no es SUKKWAN ISLAND. Pero es que SUKKWAN ISLAND era mucho SUKKWAN ISLAND. Respecto a los cuentos de LEGEND OF A SUICIDE, Alfabia tenía pensado editarlos, pero se me escapa la fecha exacta. Y es cierto que añaden al conjunto. Un saludo.

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  6. Hola Carlos,

    Sukkwand island es, como apuntas, bastante mejor. Sin embargo, me gustó más la segunda parte. La primera es demasiado morosa y descriptiva, llega a exasperar. No hacía falta tanta descripción para saber que el paisaje es el tercer personaje. En cambio, en la segunda parte, me parece un autentico viaje a la locura con un final demoledor. Caribou island es un poco más de lo mismo. Y el final precipitado e inverosimil (aunque te lo esperas desde la página 2).

    Un saludo,
    Carlos.

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  7. ¿Nadie puede meter a Krmpotic en una jaula?

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  8. Quique, qué bueno que hayas vuelto. ¿Vas a actualizar el blog o qué? Me parece que ya me lo he mirado entero. No me vengas con que el curro en el sex-shop te ocupa todo el día.

    Por cierto, Carlos, nunca te he preguntado por qué no digieres bien las novelas articuladas mediante cuentos. ¿Y eso?

    Un saludo.

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  9. Paso de leerme esa mofernez depresiva. Tuve suficiente de esquimales y nevadas y bosques y vientos con mi compadre doctor en Alaska. Y el tema de la pesca, lo cubrí a los nueve años leyendo El viejo y el mar. Si es que Hemingway se lo dejó jodido a los after-hemingway, Vila-matas incluido. En fin, jueves lluvioso.Voy a ver si pillo alguna fiesta de post-veinteañeras en la city, a ser posible vampiritas frustradas del escaso ardor llamado Halloween.

    Dr J.

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  10. Pero vamos, que si pa echar un polvete con las poetisas del Nuevo Vómito botellonero hay que decir que has leido lo de Sukkl...su madre Island, vale, que me ha encantado.

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  11. Jaja, Herr Doctor, usted es que le dispara a todo lo que se menea.
    A mí el rollo este depresivo no sé si me va mucho. En cualquier caso me apunto que el primero sí, por si me da un aquel.

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  12. José Martínez Ros4 de noviembre de 2011, 8:48

    Esta novela, como ya señalé, en mi propia reseña, es una mierda. Y usted últimamente se curra menos las reseñas, Sr Peon

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  13. Margaret, claro, si el entorno no te gusta apaga y vámonos. Por eso yo nunca leo novelas ambientadas en África, por ejemplo. Prejuicioso que es uno. En cambio Alaska… oh, Alaska… en Alaska viviría yo, mira qué tontería. Con ese frio y ese volumen tan reducido de escritores… Entiendo que no llegaste al final de primer capítulo. Lo de los manuales de psicología te ha quedado un poco así así.

    Anónimo de las 17:23, sí, que era la parte de un todo lo sabía aunque sí es verdad que se cuidaron mucho de decirlo. La opinión general es que gana siendo un conjunto. Es una pena pero mira que bien que así saca dos veces pasta cuando de otro modo sólo lo haría una.
    Completamente de acuerdo en lo de sobrevalorado y es que hay que leer cada cosa… Robo un par de citas del recientemente estrenado nuevo blog de Mondadori (que algún día dará que hablar):
    Como Melville, Faulkner y McCarthy, Vann ya es un grande de la literatura americana de hoy. (Manuel de la Fuente, ABC)
    David Vann confirma con Caribou Island, su segunda novela, que nos encontramos ante un escritor de talla. Su estilo, tan duro como expresivo, lo aproxima a la estela melvilliana de la novela estadounidense contemporánea. (José María Guelbenzu, Babelia, El País)

    Así, directamente, con los grandes. Con sólo dos “novelas”. Yo entiendo que hay que vender libros pero tampoco hace falta exagerar hasta ese punto porque se logra el efecto contrario.

    Quique, seguramente tengas razón pero a mí en este caso me pareció exageradísimo el tiempo que le dedica, por ejemplo, a los impulsos sexuales del yerno de los protagonistas que nada más que piensa en follarse a una de veinte. Que me parece bien, ya sabes que todo lo que sea follar… pero… es que a nadie le importa! No aporta nada de nada, ni a la historia ni al lector. Nada. Y lo mismo con la pesca del salmón y las técnicas de arrastre de pequeñas embarcaciones y hombre hechos y derechos llorando a lágrima viva porque ellos, no como otros, no follan lo que quisieran. Es decir, que si va a aportar algo, bien, pero si no va a aportar nada, ¿a qué viene contarlo? Pues eso: para llenar páginas.

    Milo, mira, eso no lo sabía; es interesante. De todos modos cuesta creelo porque la historia de los padres es demasiado potente como para que Vann no supiese quien acabaría siendo su protagonista. Además eso no es excusa y dice muy poco en su favor en lo que se refiere a la planificación de la trama. Esto de improvisar está bien, pero hasta Kerouac con su rollo de escritura automática partía de un esquema.

    Al anónimo de las 21:19: no joda hombre. Si vienen los “hunos” deberían poder venir también los otros.


    Carlos F. Romero No estoy yo tan seguro de que esa segunda parte sea mejor. Quizá más dura… Sobre el final, sí, está claro desde la página uno. Pocas veces he visto un final más evidente.

    Daniel, esa pregunta tiene tela. No sé responderla. Supongo que es defecto del animal. Los relatos por lo general no me gustan porque me obliga a entrar y salir continuamente de una historia para meterme en otra y ese entrar salir entrar salir entrar salir (no se pongan cachondos todavía) me desespera un poco. Y tampoco tengo la disciplina de leerme un cuento diario. Me gusta sentarme y que me cuenten una historia y si tiene mil historias que las tenga pero siempre que eso al final tengo una razón de ser. Pero insisto: es un problema mío que tampoco estoy seguro que querer corregir.

    Dr. J. hace usted bien. Yo en cambio quedé con ganas de más Dr. En Alaska. De ahí quizá que siga buscando.

    José Martinez Ros He leído su reseña y me ha gustado mucho (he aprovecha para robar la recomendación del comentario). Tiene mucha razón. En mi caso suelo salvar la novela cuando no me provoca rechazo. Este tiene cosas que sí y otras que no. Bueno, lo que ya he dicho. Respecto a lo que me curro las reseñas, tiene usted mucha razón, pensé que con la confusión no se notaría. Trataré de corregirlo en el futuro.

    Muchas gracias a todos por pasar.

    Un saludo,

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  14. Doctor en Alaska, joder. De las mejores series que he visto en mi vida...

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  15. Señor Tongoy, entiendo lo que comenta sobre los cuentos, pero entonces ¿no preferiría los cuentos-hilvanados, justamente por el argumento que esgrime?

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  16. Es que no hay una regla.... Si tiene sentido la estructura de cuento hilvanado, cojonudo. Ahora mismo no se me ocurre ningún ejemplo en que eso haya ocurrido pero seguro que leído alguno. No me gusta cuando parece forzado, cuando yo, sin pretenderlo, veo cuentos cuando debería estar viendo novela.
    Pero insisto, no hay reglas y me resulta muy complicado explicar porqué unos me provocan rechazo y otros no. De todos modos no es como con la poesía, que la rechazo de plano; con los cuentos trato de corregirme y leo cosillas de vez en cuando.

    Es un tema interesante de debate. Prometo reflexionar sobre ello.

    Un saludo,

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  17. Es un debate interesante. ¿Para quién escribe uno? Con todo lo que lleva encima, a Vann le sale mucho más a cuenta escribir que ir al psicólogo (que también, también ha hecho terapia). La redacción de CARIBOU ISLAND se da, además, a lo largo de varios años: la escribe, se va a navegar, la reescribe... Obviamente, el lector "sufre" esa falta de definición de la primera parte. Pero no descarto que Vann la mantenga por entender estas obras tan catárticas como un todo orgánico: aprendizaje, autoconocimiento, aceptación, qué sé yo. Satisfacer al lector es importante, pero la fidelidad a uno mismo lo es más. Y en esto usted estará de acuerdo. Así que mire, la novela no es perfecta. Y sí, el final se intuye en la página 2, como decía alguien (aunque en la 50 has dejado de intuirlo, también es cierto). Pero quizá no tendría esa fuerza y sinceridad en caso de haber seguido un esquema previo o de haber recortado o...

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  18. Una pregunta clásica, Milo. Pero el error consiste en creer que se 'escribe para'. Quien 'escribe para' no es escritor en realidad. La preposición solo es aceptable en un tipo de literatura de liberación que actúa como terapia. Solo en ese caso se 'escribe para', para huir del horror.

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  19. Sí, claro, los motivos por los que cada cual escribe solo los sabe quien lo hace. Yo hablaba desde el punto de vista lector.

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  20. @ 12:04 - Más que de un error se trata de una simplificación. Pero siempre se escribe para algo o alguien y en diferentes medidas. Caso de que una primacía del objetivo catártico desautorice, desde ya me declaro incapaz de señalar quién es escritor en realidad y quién no. ¿Hablamos en términos de oficio? Abunde, si gusta, que siento curiosidad...

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  21. Bueno, la literatura no debe tener finalidad para ser considerada como tal. Si partimos de esa premisa, que para mí no es discutible porque entonces estamos hablando de otras cosas y no de literatura, la única finalidad que acepto, siempre como lector de literatura, es la que he señalado. Por esa misma razón, el escritor de literatura no debería mostrarme su objetivo ya que entonces pierde automáticamente su literariedad ¿Me explico?.

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  22. Sí, creo que sí. Y supongo que algo de razón lleva, pero sólo en situaciones en que el objetivo no estrictamente literario se imponga de forma exagerada ante el resto de componentes de la obra. Todo en esta vida es cuestión de grados y yo desconfío (me perdonará, espero) de absolutismos del tipo "esto es tal, esto no lo es". EL CORAZÓN EN LAS TINIEBLAS, ¿es menos literatura por la denuncia que conlleva de una situación concreta? ¿Y no hay una cierta catarsis en ella? Claro que su condición literaria tampoco se debe en exclusiva al oficio con que Conrad maneja esos ingredientes. Dentro de todos los autores onanistas que en el mundo han sido, ¿qué convierte a Bukowski en literario? Es un tema amplísimo, desde luego, y cada ejemplo no hace más que poner de manifiesto su vastedad. Regresaré, por ello, al principio: hay catarsis en Vann, y es posible que en este caso concreto atente ligeramente contra la integridad de la obra, pero hay muchos otros elementos (oficio, estilo, me atreveré a decir que "genio" por acotar un poco lo inidentificable) que hacen de sus trabajos obras literarias.

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  23. Totalmente de acuerdo. Solo presentaba la teoría básica, que además resulta de mucha utilidad para saber por dónde empezar a valorar adecuadamente cualquier obra. Luego está el saber hacer de cada cual, sin duda, y aquí ya entraríamos en clasificaciones como buena o mala literatura. El caso de Bukowski entra precisamente en esa necesidad de huir de su horror particular y además sin que se le note demasiado. Por eso es literatura.

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  24. "No escriban jamás pensando en la crítica, en los amigos o parientes, en la dulce novia o esposa. Ni siquiera en el lector hipotético. No sacrifiquen la sinceridad literaria a nada. Ni a la política ni al triunfo. Escriban siempre para ese otro, silencioso e implacable, que llevamos dentro y no es posible engañar".

    J.C Onetti

    Siempre pensé que estas palabras encerraban algo importante acerca de la cuestión que estáis tratando. ¿Qué opinión os merecen?

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  25. Una verdad como un puño, Daniel.

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  26. Que son muy bonitas. Pero que, a última hora del día, ese otro, "silencioso e implacable", generalmente se pone pantalones, zapatos y camisa para salir a la calle. Y a veces hasta se peina y perfuma. Cada uno asume sus pactos, cada cual decide a qué convenciones se somete. El mundo está lleno de libros sincerísimos y carentes de cualquier compromiso que resultan ilegibles. Y yo me lo he pasado muy bien, en cambio, con muchos best sellers pensados y orientados hacia conseguir ese disfrute del lector. Dicho todo esto, personalmente, cuando escribo soy incapaz de escapar al "otro" onettiano, que para el caso es el mío. Siempre he escrito lo que necesitaba o deseaba y así me ha ido en ventas (o en reacciones como la del amigo Tongoy, aquí presente). Pero insisto: forma parte del pacto, de mi pacto. Soy razonablemente feliz, pero tampoco me disgustaría hacer razonablemente felices a más lectores.

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  27. Por eso es tan difícil ser auténtico, hacerlo bien, trascender el tiempo. Lo que dice Oneti es tan cierto como lo es la incapacidad de la mayor parte de autores (nuevos y veteranos) por caminar esa senda.

    Bolaño decía que el escritor era muy similar al gladiador: salía a la arena a sabiendas de que iba a dejarse la vida, de que iba a perder.

    Y aun así la mayoría de los que publican se siente triunfadores por el hecho de hacerlo

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  28. Se escribe para que te editen. Se edita, para ver si tu lo compras. Lo compras, para ver si follas algo, y como follas más bien lo justo tirando a poquito -como todo el mundo-, compras libros que no vas a leer porque has perdido toda esperanza de que haciéndolo vayas a follar algo. Es decir, terminas comprando libros como consuelo. Más te valía tocar un instrumento, la guitarra española de Leonardo Cohen. Y sigues escribiendo a nadie, para que te lea nadie, porque no has nacido en Alaska.

    Dr., analista de diputados y autores.

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  29. Paradojas.
    Pero estábamos hablando de literatura, ¿no? Casi mejor no preguntar.

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  30. Defina el campo "literatura", para que solo hablemos de "literatura" (letra escrita).

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  31. Creo que ya lo he hecho, y de forma muy clarita, para que se entendiera sin problemas.
    Las clases particulares las cobro aparte.

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  32. Estamos todos asquerosamente de acuerdo, por lo que veo. Coincido con el texto aportado por Daniel. Siempre he creído que la escritura debía ser un ejercicio liberador, íntimo, personal que poco o nada debería tener que ver con los “materialismos” que la rodean aunque siendo sincero esto no era nada más que una teoría puesto que jamás he sentido el deseo o la necesidad de hacerlo.
    Es decir, que lo primero es escribir y luego todo lo demás. La sensación que tengo desde hace un tiempo, más o menos desde que empecé a prestar atención a las señales, es que para muchos el acto de escribir es lo último y desde luego nada íntimo. Recuerdo hace meses leer a un escritor en Facebook que iba a hacer visibles todos los muros de sus “agregados” para desayunar con sus muros delante. Poco después anunció que empezaba en ese instante a escribir su nueva novela después de haberse tirado todo un año montando las piezas o algo así, bueno, esas cosas que hacen los escritores. Mi desconfianza empieza ahí. ¿Para quién escribe ese escritor?

    En el caso de Vann, por retomar, no pongo en duda la honestidad de su escritura y de hecho vuelvo sobre lo que ya dije: Sukkaw me parece una forma de redimir un “pecado” de su infancia, algo que se ve que necesitaba hacer (escribir). Es una buena novela en parte porque es una novela dura, durísima y porque la economía en el lenguaje y la tristeza con que está escrita le va a uno minando la moral poco a poco y es inevitable que este tipo de libros no se olviden. No le estoy restando méritos, que conste. En cambio en Caribou Island ya no veo eso sino más de lo mismo con ligeras variaciones e inflado con otras historias sin interés porque no me jodan (los que lo han leído) que le ven algún sentido a toda la aventura extramarital del dentista. Porque para hablarnos de la falta de apoyo y cariño que una madre sufre de sus hijos no hace falta que nos cuenten que el chaval está a su rollo, que es un fumado y cómo se pesca el salmón. Drogas no, quiere a tu madre. Anda que… Y es que esta novela de Vann me tiene completamente despistado porque no sé si me estoy perdiendo algo.

    Nada más. Se acerca el fin de semana y hay que recogerse, asar unas castañas y ver alguna película insustancial.

    Milo, por cierto, un off topic: me acabo de traer de la biblioteca “Un vampiro argentino”. Ya les contaré.

    Ah, sí! Y les felicito por el debate.

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  33. Al anónimo de las 14:09h > tu eres tonto, chaval.

    En toda la acepción metafórica posible del término.

    No sólo has sido capaz de leer toda la IRONÍA implícita en el reto planteado -definir el campo "literatura"...como si esto fuera el metro de platino iridiado..- sino que te atreves a proponer clases particulares, con tu nivel. Venga, coleguita, hazte otro intensivo en Fuentetaja, que a lo mejor llegas.

    (ironía te lo escribo en mayúsculas, para que sea visible)

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  34. Dios me perdone, yo creo que literatura es lo que a cada uno le parezca que es. Para mí, cualquier cosa escrita con cierta intención estética lo es, independientemente del resultado o de la ristra de porqués y paraqués que a cada uno se le puedan ocurrir.

    Pero esta solamente es mi opinión de hoy. Con muy poco me hacéis cambiar de parecer vosotros que sois más listos y más leídos que yo y tenéis apellidos impronunciables.

    Por cierto Milo, hoy has estado bien.

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  35. Claro, son retos absurdos. Es como aquéllo de hablar de la realidad. Bueno, hay un bar que se llama así, en Malasaña. Y tanto no se sabe bien lo que es -ni ganas- que casi todas las entrevistas a presuntos escribidores natural born gili-digitals, léase Olmos, giran sobre esa pregunta.

    Vean este encuentro de lumbreras.

    http://www.adn.es/impresa/cultura/20111103/NWS-0210-Enrique-Alberto-Olmos-Rubio-Vs.html

    -Cuantos puntos me das de uno a diez, a mi novela?
    -Vale, venga, y tu a la mía?

    No sólo hace falta ser escritor gañote, hoy en día. Además, se necesita que:

    1.- te publiquen
    2.- participes en encuentros digitales con los "lectores"

    Im-pre-sio-nan-te
    Es para reirse, la campaña de publcidad de Timadori. Me confirma gente bien informada -de dentro- que lo de "Ejército enemigo" segunda edición, es campaña de publicidad y nada más. Son la hostia.

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  36. Inmaculada Concepción4 de noviembre de 2011, 19:46

    Eh, panda de sabios, ¿podéis decirme si hay alguna novela de las grandes en las que se hable de sexo de forma explícita y sucia? Estoy escribiendo un texto de equis extensión que aún no sé cómo denominar y que contiene sexo explícito y sucio, pero como yo sí escribo con vistas a que me publiquen, igual me corto un pelo, ¿no?

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  40. Inmaculada Concepción4 de noviembre de 2011, 20:00

    Oh, my god, me he querido suicidar varias veces...

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  42. Impresionante parodia Cadou, impresionante. Olé tus cojones.

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  43. Cadou, había cosillas en spam. Lo he liberado todo (2 mensajes). NO puedo hacer mucho, estoy en el móvil. Si no es eso avísame y miro cuando llegue a casa.

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  44. Carlos, tío, soy Clément. ¿Has tocado algo o qué? De pronto me he encontrado con que se ha eliminado mi blog. Ya sé que igual lo merezco por los comentarios, pero coño, dime si has tocado algo, que se me ha ido todo el chiringuito por el aire. Gracias.

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  45. Inma, échale un vistazo a Miller y sus trópicos a ver qué sacas en claro. Seguro que te va bien. Ya sé que no es lo mismo, pero en "La conjura de los necios" Kennedy Toole realiza un par de aproximaciones al onanismo de Ignatius que son estremecedoras.

    Quique: al final, después de tanta historia y requiebro, la mejor forma de definir la literatura quizás sea la que has apuntado. ¿O qué si no?

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  46. Hola de nuevo, Carlos, ya se ha restablecido (algún duende de la red o algo).
    abzo.

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  47. Lo que para cada cual es literatura es asunto suyo. Un prospecto de un medicamento puede serlo para ti. Si no te gustan las respuestas no preguntes, insisto.

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  48. Y no, a Fuentetaja no voy ni que me den canapés. Thanks.

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  49. Jajajajajajaja. Llevo diez minutos partiéndome la polla de risa con los comentarios de Clemente Cadou. Buenísimo, brillante, simplemente genial.
    Saludos, señor Tongoy.

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  50. Para novelas con sexo yo recomendaría Houellebecq (Las partículas elementales, Plataforma) o David Trueba (Saber perder), cada uno en su estilo.

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  51. Pues sí, Nehmo. Sin mí esto se hunde. Por cierto, puse una parida a tu salud después de no sé cuánto tiempo.

    Inma, quién nos iba a decir que estabas metida en semejante empresa. Ahora mismo no se me ocurre nada de alta literatura que no te hayan recomendado ya. Sí me atrevería a opinar (y de hecho me atrevo a continuanción) que no te van a salir mejor las guarradas porque te leas antes a Miller o Houllebecq. Si eres capaz de escribir bien te saldrán unas guarraditas maravillosas. Si no, te saldrá una castaña.

    Sobretodo no te olvides del agujero del culo. En algún momento él podría meterle a ella un soldado de plomo, del ejército alemán y de montaña que alguien (el hijo adolescente de ella, por ejemplo) se hubiese dejado sobre la mesilla de noche por casualidad. Con sus esquís puestos y sus palos bien abiertos para no perder el equilibrio durante el descenso trepidante.

    Y detrás del soldadito, el nabo.
    Y después a la boca. El nabo.
    Y dos semanas más tarde, en otra ocasión, reaparece el soldadito, del que ya no se habían vuelto a acordar, que sale del cuerpo más o menos en la misma postura que entró.

    Por ejemplo. Seguro que si pides ideas aquí te las dan. No sé qué pensará Carlos.

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  52. Es fácil, Conchi. Píllate alguna obsesión, tipo el orto, como bien te aconseja Quique, y explota todas las posibilidades. Si acabas siendo repetitiva tampoco pasa nada.

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  53. Otros que también escriben bastante bien con sexo son Philip Roth e Irvine Welsh (aunque éste último da un poco de asquete, diría que se regodea).

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  54. Anónimo, me repito con el orto porque lo demás es casi motivo de cárcel.

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  55. Ya sé, ya sé, Quique.

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  56. Eh, qué pasa con los comentarios del Caduco? Se habia tomado un par de aspirinas? Que si las vicentas, que si las moras. Queremos leerlo!

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  57. A ver, enteradillos, tanto que sabéis, alguien me puede recomendar autores españoles jóvenes que no pertenezcan al grupillo de escritores de Facebook y Twitter y el mundillo anónimo, y que no salgan en Qué Estupidez, digo en Qué Leer, ni en Verdulera, digo Quimera, y que merezcan ser descubiertos por una señorona tan respetada como yo.
    Resulta que estoy buscando nuevos talentos y ninguno de estos egomediáticos sirve ni para tomar por el saco.
    ¿Quizá en el lodazal del underground? No sé, no sé, recomiéndenme algo, por favor, necesito nuevos talentos, que mis nobeles están ya muy vijitos.
    C.Balcells.

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  58. ¡Qué tributo, Quique! La analidad económica en estado puro. La dedicatoria se agradece; es un honor.

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  59. Juanito Sotez Ivars. El mejor. El único. El grande. El libre. El más grande.

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  60. Manuel Asturleonés. Otro grande.

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  61. Se me olvidaba: "Las once mil vergas", de Apollinaire, tiene mucho del asunto este del soldadito esquiador. No la he leído entera, que conste, porque se me cruzó en un momento en el que andaba yo muy colmado de lecturas; pero me calcé los primeros capítulos. Que le eche un vistazo Conchi, y tú, Quique, que te será de gran ayuda en tu camino a la cárcel.

    Un saludo.

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  62. Inma (la-enculada) Concepción5 de noviembre de 2011, 19:33

    ¡Gracias! No, no era para leer, a mí no me gusta leer sobre sexo ni leer descripciones gráficas de relaciones sexuales ni nada de eso que me parece un poco obsceno; era para saber si eso puede o no triunfar escribiendo sobre sexo, y veo que sí. Ok, tomo nota.
    Quique, la modificación de mi nombre va por ti. JA JA JA JA.

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  63. @ Daniel

    Hombre, el de Apollinaire muy erótico no es que sea. Más bien "nauseabundo"; aunque es cierto que como sátira está muy bien.

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  64. @ I. Concepción

    Desde ahora serás Inmaenculada. Forever.

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  65. Es cierto lo del libro de Apollinaire. Por eso se lo recomendaba a Quique; allí le espera un vergel de ideas frescas. El adjetivo con el que lo calificas es muy adecuado, aunque no leí mucho. Me pareció una especie de caricatura del marqués de Sade.

    Un saludo.

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  66. ¿Ideas frescas? El 90% de las que se me ocurren a mí son irrealizables.

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  67. Nuevamente mis queridos plumíferos:
    Los saludo con devoción en mi alma, este día que ni sabrán que nació uno de los grandes escritores de todos los tiempos y por eso los perdono de tanta injuria y estupidez. Ustedes no estarán enterados de nada, como veo en este blog tan bajo de nivel. De todas formas le doy una palmada en la espalda a este gran tongoy que sabe alentar a las masas incoherentes y poco ilustradas, ya que bien sabemos, pan para hoy, hambre para mañana.
    Saludo también desde el Olimpo a mis amigos nocilleros, a mis amigos de la vanguardia que se viene, y que bien sabemos no es ese dramón que montaron los tres pelagatos que ya sabemos.
    Yo soy el drama, el honor y la fuerza.
    Vosotros sois la decadencia literaria.
    Me dirijo a vosotros para darles la noticia del año.
    Me he comprado todas las editoriales españolas modernas y antimodernas, así que todo el lujo editorial y el canon pasará por mis narices.
    Desde mañana poseo las acciones de:
    Tusquets
    Anagrama
    Alpha Decay
    Contexto todo
    Random House Mondadori
    LDS
    Alphabia

    ¿Qué podéis hacer vosotros?
    Nada, plumíferos del mañana.
    Seguir en esta joda o con la vieja iletrada de la Patrulla. A mí me la sudan tantísimo. Iré a hablar con los inversores, y veremos la forma en que vosotros anónimos podáis seguir en este juego.
    Los saludo desde el Olimpo.
    No los quiero.
    Los desprecio.
    Ya tendrán más noticias.

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  68. Estrictamente, en el "todos" también te incluyes tú mismo. Es un cuantificador universal a nivel lógico. Yo sólo lo digo, por si acaso.

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  69. Hola anónimo, soy Quique. ¿Jugamos al cateto?

    PD: Carlos, mientras anoni se lo piensa, mira a ver si cuelgas algo nuevo antes que nos empecemos a sacar los ojos de la cara.

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  70. Peón, aquí te dejo caviar:

    - El nuevo blog de Mondadori... ¿adivinas a iniciativa de quiénes?

    - Cierta reseña en cierta revista de cierto rey (pálido). Apoteosis del narcisismo.

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  71. Jiji, estos tienen miedo de que unos simples anónimos catetos, incultos y paletos les quitemos la "primacía cultural". Para morirse de risa. O pena.

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  72. Yo digo que jueguen al cateto. Y, bien pensado, me apunto yo también, que la vida es corta...

    Vamos allá, Quique; cuenta conmigo, joder.

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  73. Les tengo muy abandonados. Lo sé. Lo siento. El tiempo es el que es y yo sigo sin dar con el secreto de los panes y los peces. Además me juré hace tiempo que la lectura tendría prioridad sobre la escritura por lo que es probable que a partir de ahora y durante un tiempo X me vean un poco menos por aquí. Trataré de compensarles con alguna sangría de vez en cuando.

    Ya habrán visto la entrada aunque quizá no era lo que esperaban. Ha de haber de todo.

    Respecto al blog de Mondadori. Lo conozco. No me gusta. Me parece que desmerece la editorial. No sé, quizá me equivoque. Lo del Rey Pálido lo he leído sólo por encima porque estoy tratando de leer lo menos posible sobre el libro de Wallace. Sobre las cosas que ya tengo decidido leer quiero saber lo menos posible.

    Un saludo,

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