viernes, 15 de julio de 2011

[Modo Vacaciones ON]

El asunto es el siguiente: estoy de vacaciones. Desde hoy, sí; desde este mismo instante. Asisten ustedes, pues, al minuto cero de los primeros quince días que dedico este año al ocio y al esparcimiento. Y aunque internet lo hay en todas partes yo no estoy por la labor de pasarme la quincena restante sentado frente a la pantalla de un ordenador. 

Pero porque soy de natural bondadoso y entiendo que no todo el mundo está en mi situación y quien tiene la costumbre de blogear no la pierde así como así he dejado escritas algunas entradas, tantas como cinco, que aunque por las prisas no han quedado todo lo bien que quisiera tampoco voy pasarme el fin de semana corrigiendo y por eso las voy a publicar tal cual están. Avisados quedan, luego no me pongan a parir por los errores ortográficos. La falta de rigor y la ausencia de aparato teórico son marca de la casa, no causa de la urgencia. Por si quieren descartar visitarme les cuento a qué libros harán referencia aunque no he decidido el orden todavía. Se aceptan sugerencias: 

"Los ingrávidos" de Valeria Luiselli 

"El gran cuaderno" de Agota Kristof 

"En la carretera (El rollo mecanografiado original)" de Jack Kerouac 

"Viaje de invierno" de Amélie Nothomb 

El apocalipsis de los trabajadores” de Valter Hugo Mae 


Y poco más. Disculparme de antemano porque probablemente no contestaré los comentarios que vayan surgiendo con la premura ni la dedicación que acostumbro. Pero ustedes no se callen ni dejen de clavarse puñaladas que yo les observaré en silencio cada día antes de echarme la siesta. 

Y ahora, sé que lo entenderán, debo preparar la mochila. Con el cepillo de dientes y el bañador incluiré también los cuentos comentados de Chejov, en la edición de Sergi Bellver; el último de Palahniuk, "Pigmeo"; "El fin de semana" de Schlink; "Oficio editor" de Muchnik; "Sed de champan" de Montero Glez y "Autobiografía" de Bertrand Russell (creo que se me ha vuelto a ir la mano) pero estoy dispuesto a cambiarlos todos por unas tapas y una copa de vino. 

Que tengan ustedes un feliz mes de julio.

7 comentarios:

  1. Nos debe usted la reseña, o al menos un comentario, de Residuos. Le adelanto que la de Luiselli me pareció una novela (¿novela?) pretenciosa y aburrida. El de los trabajadores suena bien.

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  2. Bon voyage!

    PD- ¿Para cuando los surrealistas? Todos se considera(ba)n poetas, como ocurre en el caso de Zambra, pero (también) escribieron ensayos y novelas.

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  3. La primera novelita de El gran cuaderno es una maravilla.

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  4. Me han sacado de la playa, esto no se hace.
    Anónimo 1:
    Vale, prometo Residuos, pero me quiero releer antes otra cosilla para establecer comparaciones. Por esto tardo, pero la prometí y la tendrá. Ya le adelanto que no es para tanto...

    Anónimo 2:
    ¿Surrealistas? Lo que me faltaba. Deme ideas, veré que hago con ella. Pero sea bueno.

    Anónimo 3:
    No diga tonterías, haga el favor. "El gran cuaderno" no es una maravilla. Es una obra maestra.

    Saludos,

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  5. No te pongas demasiada crema bronceadora, Carlos, recuerda que si todos nos ponemos un poquito de más, atraeremos el sol hasta que se nos venga encima. Odio tanto el verano. A ver qué se dice de Kristof, que tengo ganas de asentir simplemente y hacer mucho de comparsa (es actitud de vacaciones, también, imagino... aunque aún me queda un mes para empezar).

    ¡Un abrazo!

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  6. ¿Te has cambiado el nombre, Rubén?

    Vale, pues por aclamación pupular (esto es, dos comentarios) lo primero será lo de la Kristof. En un ratito.

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