martes, 24 de junio de 2014

148 páginas más de “La maravillosa vida breve de Oscar Wao” de Junot Díaz


Yo no sabía que cuando te daban el Pulitzer ya nadie te podía mear encima. Mola. No sé si pasa lo mismo con el séptimo arte. ¿Sabe alguien que por el hecho de tener un Oscar o un Goya a la mejor película ya nadie puede decir que es mala o es aburrida o “no lo merece”? Por esta regla de tres, ¿me tiene que gustar sí o sí Camino? ¿Me compro la Edición Especial?

Venga, va, de buen rollo: me he terminado el libro de Junot Díaz y no me ha gustado. ¿Qué me pasa, doctor?

* * * * *

Nada, qué me va a pasar. 

Ya hemos hablado de esta novela, pero nos gusta sufrir. Retomamos más o menos por aquí:

«Al principio, bueno, se va leyendo y hasta tiene su gracia, sobre todo si uno se acerca por primera vez al autor. Trata (lo que he leído) sobre una familia, que es una cosa que, bien llevada, puede dar mucho juego. Primero habla del Oscar al que da nombre el título, después de su hermana y en tercer lugar, y ya con más detalle, de la madre de estos dos. Oscar es de pequeño seductor y de mayor un nerd gordo con tendencia a la depresión por falta de cariño y a enamorarse de todo lo que tenga forma de mujer. Su hermana Lola es un ser humano temperamental que quiere huir de ese infierno que es el hogar materno. Su madre, como todas las madres, es un bicho. La tercera historia es la de la madre, claro, una mujerona que las pasó muy putas. En la cuarta parte el narrador cobra protagonismo. Ahí fue cuando lo dejé».

Después de lo anterior hay más partes. La del abuelo de Oscar, por ejemplo, que es lo mejor de la novela. Y ya. Después, vuelta al “presente” y a ver qué narices le pasa al bueno de Oscarito, a qué viene lo de la “vida breve”, “maravillosa vida breve”. Adivinen: se enamora de una puta. 

Igual es por eso que le dieron el Pulitzer.

O tal vez lo hicieron por el retrato que se hace de una dictadura, que es algo que parece gustar bastante (ver "El huérfano" de Adam Johnson, Pulitzer 2013 para más información).

O por meterse con Vargas Llosa.

Voto por esto último.

« Pero vamos a ser honrados. El rap sobre La Chiquita que Trujillo Deseaba es bastante corriente en la Isla. Tan común como el camarón antártico. (No es que el camarón antártico sea tan corriente en la Isla, pero ustedes me entienden.) Tan corriente que Mario Vargas Llosa no tuvo que hacer mucho más que abrir la boca para cogerle el gusto. Hay uno de estos cuentos de bellaco en casi todos los pueblos. Es una de esas historias fáciles porque, en esencia, lo explica todo. ¿Trujillo te robó tus casas, tus propiedades, zumbaron a tu mamá y papá a la cárcel? Bueno, ¡es porque quería rapar a la hija hermosa de la casa! ¡Y tu familia no lo dejó!»

Zas, en toda la boca.

Si es que son unos broncas, estos letrados. Y luego que si en Tongoy y tal.

Creo que la explicación, o parte, al menos, del monumental cabreo de Junot, puede encontrarse en una de las notas al pie, concretamente en la nueve.

«[…] Considerado nuestro «genio nacional», Joaquín Balaguer era un negrófobo, un apologista del genocidio, un ladrón electoral y un asesino de la gente que escribía mejor que él; es notorio que ordenó la muerte del periodista Orlando Martínez. Con posterioridad, cuando escribió sus memorias, dijo que sabía quién había cometido el criminal hecho (por supuesto, no él) y dejó una página en blanco en el texto para a su muerte completarla con la verdad. (¿Cabe decir impunidad?) Balaguer murió en 2002. La página sigue en blanco. Apareció como un personaje comprensivo en La fiesta del Chivo de Vargas Llosa. Como la mayoría de los homúnculos, no se casó ni dejó descendencia».

Hum. Que digo que parece (no sé si dicen, cuentan y rumorean; igual sí) que parte de la novela o tal vez toda ella está escrita/diseñada para poner en su sitio al Nobel peruano y esa intromisión en asuntos ajenos que es La fiesta del Chivo. Siendo así, el Pulitzer me parece incluso necesario, aunque no sea más que como elemento publicitario o instrumento de tortura. Ahora bien, si los méritos han de ser los de la propia novela, malo. 

La maravillosa vida breve… se queda en un relato genealógico irónico y despiadado, cargado de humor, si quieren, y de buenos momentos, que los hay; de buenas descripciones, que las hay, pero desde luego como cualquier otra cosa, como crítica al Americanismoh (con h intercalada), por ejemplo, resulta algo floja.

«La familia de León voló a la Isla el 15 de junio. Óscar se estaba cagando del miedo, pero emocionado; sin embargo, nadie estaba más hilarante que su mamá, que se había arreglado como si tuviera audiencia con el mismísimo Rey Don Juan Carlos de España. De haber tenido un abrigo de piel, lo hubiera llevado, cualquier cosa para hacer ver desde cuan lejos venía, para acentuar cuan diferente era del resto de dominicanos»
[…].
«Al principio, Óscar pensó que estaba solo de visita, esta jevita minúscula, un chin gordita, que siempre iba taconeando hasta su Pathfinder. (No intentaba aparentar americana, al contrario que la mayoría de sus vecinos del Nuevo Mundo.)» 

Y poco más.

Por mucho que gusten las polémicas, se esperaba algo más de un Pulitzer. Siempre se hace. Se esperaba, no sé, algo más que rascar que este pasar de puntillas por tanta gente tan corriente y ese final tan, eso sí, americanoh


11 comentarios:

  1. Nada, que tienes más razón que un santo.

    ResponderEliminar
  2. Y sin embargo...

    Sin embargo "Los Boys" está bien buena. Parece escrita por un tío distinto.

    El que le habla, que con esta de aquí no ha podido de ninguna de las maneras -es como la de Cavallier & Clark pero con dominicanos- con la otra se lo ha pasado estupendamente.

    En serio. Me la he leído un par de veces y la segunda me ha gustado tanto como la primera.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es que está escrita por un tío distinto. Bueno, traducida, que para el caso es lo mismo. He empezado a leer Los Boys y no tiene nada que ver. Creo que Junot prefiere la versión de esta novela.

      Eliminar
  3. Tongoy, no he leído la novela pero sí algunos cuentos del autor, que me parecieron buenos a secas. ¿Mantiene en la novela esa apuesta por reproducir la singularidad del español propia de aquellas tierras? Si la respuesta es sí, eso podría explicar la buena acogida que ha tenido la novela, y es que hay una tendencia a ver en la reproducción artísticas de los distintos dialectos de una lengua el culmen de la expresión literaria, con lo cual, dicho sea de paso, nunca he estado de acuerdo. Por estos rumbos, por ejemplo, siempre se ha dicho que Juan Rulfo es un maestro de la literatura porque capta muy bien el habla del pueblo, cuando en realidad sus virtudes se hallan en otro lado.

    En cuanto a lo de Marito Vargas Llosa, podrá ser todo lo entrometido del mundo, podrá incluso no tener ni pajolera idea de la historia de República Dominicana, pero aun así le salió una excelente novela, acaso su último suspiro de talento, porque desde entonces don Mario publica pura medianía cuando no auténtica basura. Entiendo la rabieta de Díaz, de cualquier manera, y me parece muy saludable que alguien le dé una sacudida a Vargas Llosa.

    Saludos.

    ResponderEliminar
  4. No sé, no he leído nada de él, porque tiene 'algo' que me tira pa trás. Leí una entrevista suya hace algún tiempo, para una publicación académica de los USA, y todo el discurso era anticolonialismo, anticapitalismo, antianti... hubo un comentario de un alumno que asistía a la conferencia, que le preguntó si su discurso en el fondo no era más racista que el propio establishment. No respondió. Lo siento, porque no la he encontrado. Yo decidí que no me interesaba demasiado lo que escribiera a partir de ahí.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues si su discurso contiene esa familia de 'ANTIS' bienvenido. De vez en cuando (de vez en cuando, por supuesto, no vayamos a volvernos demasiado contestatarios) encontrar a alguien anticolonialista, anticapitalista, antianti... alivia un poco y hasta despeja la nariz de la basura neoliberla que lo ha impregnado todo hasta tal punto que cuando alguien le hace frente solamente con las palabras nos resulta desgradable. El estudiante que le hizo es pregunta probablemente era un cretino antinada, un pijo protodo, cuya chacha sería dominicana y cuyo padre se trasladaría de un lugar a otro con automóvil conducio por un chófer puertoriqueño, a quienes en aras de un antiracismo notorio, la familia les obsequia cada Navidad con una gratifiación especial y un día de fiesta extraordinario

      Eliminar
    2. No creas. Me pareció una pregunta muy bien planteada, que además venía muy a cuento con esa obsesión reivindicativa en sus traducciones, que al final creo que no conduce a ningún lado, o no al menos al que teóricamente pretende.

      Por otro lado, tampoco parece que a su autor le haya ido tan mal en el mundo neoliberalista, aunque eso seguramente no tiene nada que ver.

      Eliminar
    3. Sí, más a menos todos sacamos algo del mundo neoliberal, porque es en el que vivimos. En esa lógica, unos pocos sacan más que la mayoría, y esa es la gracia (para esa privilegiada minoría pocos, claro.). Hasta el chofer del papá del estudiante saca algo: come y cría a sus hijos, fijate, a donde vamos a ir a parar.

      Cuando alguien pregunta ad hominem, sin plantear otro argumento que hipótesis y juicios de valor con respecto al interlocutor o es un cretino, o un demagogo, o carece de argumentos para debatir y provar sus afirmaciones

      Eliminar
    4. La lástima es que no tengo el artículo, hablador. Pero te aseguro que la pregunta no fue en absoluto 'ad hominem' sino relacionada con su obra. Al estudiante simplemente no le cuadraba la demagogia del discurso de Díaz con la realidad de su novela ni con su planteamiento. Él pensaba que si en realidad había una reivindicación en todo eso la mejor manera de hacerlo no era poner trabas absurdas a su divulgación. A mí me pareció bastante coherente su exposición. Más que la de Díaz, en realidad, que parece más preocupado en reflejar sus particularidades idiomáticas que ahondar en los problemas reales que solo parece esbozar de una forma algo frívola, aparentemente.

      Eliminar
  5. Aplaudo esta reseña, Tongoy, del mismo modo que criticaba que la hubieras hecho de media novela. Me parece mucho más profesional por tu parte (y, quieras o no, profesional ya eres, al menos para muchos de nosotros), si bien pudieras intuir con razón que la novela no te iba a dar mucho más. Gracias por la reseña completa y por quitarme el interés que me habían suscitado por este libro (que me fío mucho más de ti que de los críticos que lo suscitaron). Saludos.

    ResponderEliminar

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.