miércoles, 8 de mayo de 2013

“La vida interior de las plantas de interior” de Patricio Pron

Leo los breves apuntes que tengo sobre los relatos incluidos en este recopilatorio no sólo para refrescar la memoria sino también para buscar, si existe, un punto en común entre ellos. No lo encuentro. Pienso que el título podría ayudarme. No lo hace. Doy por jodida esta reseña que no voy a dejar de escribir. 

La anécdota de la semana es la siguiente: durante el octavo relato de los trece que componen este librito tomé la firme pero revocable decisión de no volver a leer a Patricio Pron. Puede que me pillase con el pie cambiado, pero no lo creo; en cualquier caso la sensación de perder el tiempo no me abandonó hasta el final y de ahí la fatal determinación. Lo tengo bastante claro: no volveré a leer a Patricio Pron. 

Ojo, no es una decisión que tenga que ver exclusivamente con el octavo relato; son cosas que pasan. Pero para no dejarles con la angustia, se lo voy a resumir porque como ejemplo es fenomenal y también nos ayudará a entrar en materia. A es un escritorzuelo, lector voraz, que un día abre un blog y suplanta en la red a su escritor favorito (uno de esos que venden muchos libros). B. es otro escritor, a diferencia de A. muy selectivo, que se dedica a meterse en blogs ajenos para explicarle a todo el mundo grandes verdades sobre sus grandes errores (1). Un buen día B critica al escritor —sin haberlo leído— en el blog de A, creyendo que A es el famoso escritor, y A modera los mensajes ofensivos de B, creyéndose en deuda con el famoso escritor. Es una guerra abierta. Sin embargo un buen día se conocen, sin saber quién es quién, y se hacen amigos. Nunca se cuentan lo de sus respectivos blogs (así de amigos). Otro buen día escriben un libro, lo publican, se alaban, se mienten, se reseñan mutuamente sin saberlo. Y poco más. A todo esto el escritor famoso sigue escribiendo, teniendo un hijo tras otro, ganando un premio tras otro, envejeciendo felizmente y serenamente ajeno a las hienas que se despellejan a sus espaldas, que son legión. 

Pues esto es un cuento y aunque tiene su gracia también es una soplapollez como un piano. Quiero decir que esto lo publicas en una revistilla del medio, preferentemente digital y gratuita, y tienes las risas aseguradas de todos los escritores que alguna vez han entrado en blogs anónimamente a ponerse a parir (que dicen por ahí que son unos cuantos) o aquellos que saben de otros que lo hacen. En general todas las personas del medio sentirían el impulso de reír y retuitear el enlace al relato y Pron, como escritor, se vería sobradamente recompensado porque habría llegado al corazón de aquellos para quienes lo habría escrito (al fin y al cabo, tal como decía Lars Iyer en Magma, “uno escribe […] para los amigos de uno, y menos para los amigos que uno tiene que para las innumerables personas desconocidas que llevan la misma vida que nosotros, aquellas que de manera general y aproximada entienden las mismas cosas, son capaces de aceptar o se ven obligadas a rechazar lo mismo, y que se encuentran en idéntico estado de impotencia y silencio oficial.” (cita original de Mascolo en Le Communisme)) 

Está también la sensación, maldita sensación, durante la lectura (voy a generalizar, injustamente), de que lo que ocurre en ellos tiene un efecto demasiado inmediato. Los relatos de Pron, tratan temas sin importancia o se plantean de un modo que da a entender que el tiempo dedicado a la lectura estaría mucho mejor invertido pasándole la ITV al coche, por ejemplo, que ya tiene bemoles. Yo no sé cómo es la vida interior de las plantas de interior. Supongo que aburrida. Los cuentos también. A ver si va a estar ahí la conexión. Juzguen ustedes mismos: 

El cerco es un juego, más que un cuento, muy del estilo de aquella película de Robert Altman llamada “Vidas cruzadas”, que por momentos se acompaña de un ejercicio descriptivista asombrosamente absurdo (2). “Un jodido día perfecto sobre la tierra” trata sobre un jurado de un concurso de relatos que descubre uno absolutamente genial condenado a no ganar porque aquello está, como siempre, amañado (3). En “Cincuenta y cuatro veces” es el perro de Picasso el narrador hablando de su experiencia como perro y modelo de Picasso. “Como una cabeza enloquecida y vaciada de su contenido”, utiliza un esquema similar al utilizado en “El cerco” para seguirle el rastro a una peluca hasta el principio de los tiempos (4). “En tránsito” es una historia de amor que empieza del siguiente modo: “A veces piensa que todos los buenos aeropuertos se parecen entre sí mientras que los malos lo son de formas muy diferentes.” “Diez mil hombres” es un relato que no recomiendo leer con sueño que trata sobre un escritor (¡sorpresa!) que publica algo que alguien quiere hacer pasar por real. O algo así. “El nuevo Orden de la última lluvia” lo dormí. “Trofeo de amantes que han partido” (Pron debería ejercer como titulista profesional de Mondadori) es el de los dos bloggers (5) (6). “La explicación” trata sobre un accidente y su explicación. Es, con diferencia, el más insufrible de todos los cuentos. Durante “Algo de nosotros quiere ser salvado” fui amablemente abducido por una bella mujer y lo olvidé. “Rododendro, tradescantia, tillandsia, bromeli” va de una mujer que encuentra y se queda una cartera que contiene la vida que para sí quisiera. “Algunas palabras sobre el ciclo vital de las ranas” trata sobre ¡un mal escritor! que vive debajo de ¡un gran escritor! al que admira y gracias al cual, creyendo que replica sus hábitos nocturnos, obtiene la disciplina necesaria para llegar a ser, él mismo, ¡un buen ¡escritor!. El relato se acompaña de ciertas reflexiones propias de ¡escritores! (7) “La cosecha”, el último relato, va de un actor porno con sida que se enamora de una buena mujer. Al igual que el primero y quizá por aquello de cerrar el círculo, este también se acompaña de una detallada e inútil relación de algo, en este caso actrices contagiadas (8). 

Seguro que de todos estos relatos —si uno le pone entusiasmo o siente hacia Pron cierta simpatía— se pueden extraer grandes enseñanzas o encontrar grandes virtudes que destacar, qué duda cabe, pero seguro también que esas mismas supuestas enseñanzas se pueden extraer de cuentos mejores, o, cuando menos, más amenos, menos formales, menos exhibicionistas, menos inofensivos y más de erizar el vello de la nuca o de perturbar alguna paz interior o de robar una lágrima que de rendirse a los pies de la Real Academia de la Lengua, la Gramática y la Estética. Seguro que hay cuentos, relatos, que jugando a lo mismo, no le dejan a uno con la sensación de haber elegido el libro equivocado una vez más. 


(1) Un buen día “B. decide que ha llegado la hora de darle un vehículo más idóneo a las verdades como puños que salen de su boca: entonces crea un blog en el que -con seudónimo, naturalmente- denuncia las servidumbres y los pequeños y grandes escándalos de la literatura y del negocio editorial, que él conoce bien porque es una persona inteligente y formada que lee la prensa cultural y sabe utilizar las redes sociales. No le va mal con el blog: aprende a redactar con cierta solvencia y obtiene una visibilidad que piensa que le servirá algún día, cuando dé lo que él llama «el gran salto» a la literatura de ficción.” 
(2) “Empuja un carro frente a sí y arroja dentro los productos que coge de los expositores con aire distraído. ¿Qué compra? Un kilo de arroz, dos paquetes de jamón de pavo ahumado, dos botellas de aceite, un paquete de pasta de la marca Palle, dos tarros de pepinillos en conserva, una docena de huevos de producción ecológica, tres bolsas de pan precocido congelado, dos cartones de zumo de manzana y uno de una mezcla de zumo de plátano y de cereza, tres pizzas congeladas de jamón de York y piña —que es la única combinación de sabores que a ella le gusta—, miel, un kilo de tomates, una col lombarda, unos filetes de cerdo empanados, una caja de puré de patatas deshidratado, una bolsa de medio kilo de coles de Bruselas congeladas, un kilo de zanahorias.
(3) “En una votación de tres contra uno gana el relato titulado «Una melodía para un sueño olvidado», cuyo principal mérito —comprendes tras un momento— es que la acción tiene lugar durante las fiestas del santo patrono del pueblo que organiza el concurso y el itinerario del protagonista por las calles del pueblo es riguroso y está bien documentado.” 
(4) “Aún más atrás en el tiempo, antes incluso que todo esto tenga lugar y las vidas de Chamo y del obrero chino, la mujer del médico de Dover, los amantes del piso en Noordwijk aan Zee, la anciana que salvó su peluca del incendio, Liza y el periodista de De Telegraaf y los albatros y todos los otros giren alrededor de las encarnaciones de un objeto de plástico sin ningún sentido, mucho antes de que todo eso suceda, hay un pequeño caballo hundiéndose en un pantano en algún momento del Eoceno inicial, hace algo así como cincuenta millones de años.” 
(5) “A. lee Trofeos de amantes que han partido en una noche y llora brevemente en su cama, asombrado y aturdido por la renovación de un descubrimiento. B. no lo hace, pero lee las reseñas en la prensa y, a raíz de que ya cree conocer bien sus vínculos con el negocio editorial —y los vínculos de amistad y de camaradería que supuestamente se establecen entre escritores y críticos y periodistas—, y leyendo entre líneas, determina que el libro es malo; […]” 
(6) “Aunque la crítica literaria sólo tiene importancia allí donde es legitimada por la figura de un lector reconocible y de calidad, la que realiza B. parece no caer en saco roto; es cierto que, a pesar de sus intervenciones, la literatura sigue siendo un negocio en el que sólo prosperan las hienas y los cuervos, pero esto quizá se deba a que B. no es lo suficientemente virulento, piensa éste, y redobla sus esfuerzos.” 
(7) “[…] en ocasiones ciertas personas infieren una relación unívoca entre la capacidad imaginativa y la calidad de la ficción pero omiten el hecho de que los desbordes imaginativos pueden tener consecuencias catastróficas para la calidad de lo que se escribe; y sin embargo, esa capacidad imaginativa es imprescindible en los comienzos de todo autor, lo alienta y lo sostiene y le hace creer que sus errores son aciertos y que él es o puede ser un escritor. Bueno, digamos que yo tenía demasiada imaginación por entonces […]” 
(8) “[…] la «primera generación» comprende a Stacie Candy, Desiree Slack, Ana Foxxx, Katie Persian, Martin Iron, «Gaucho» Cross y Alyssa Soul. La «segunda generación» se extrae de la siguiente lista: Stacie Candy ha trabajado con Diamond Maxxx, Filthy Doreen, Señorita Arroyo, Patricia Petit, Francesca Amore y Jocelyn Davies; Desiree Slack, con Kayla […]” 


50 comentarios:

  1. A ver si es que se te ha pasado por alto la metáfora, Carlos. Y gracias, hoy me he reído mucho con tu reseña, que ya sé que no es para eso pero qué le voy a hacer.

    Una preguntilla: ¿por qué lees últimamente tantos relatos si además no te gustan los relatos, creo recordar?

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. En una ocasión comenté que no me gustaban los relatos por varias razones. Una de ellas era que los olvidaba enseguida. Tengo una memoria horrible. Lamentaba que una vez terminados, el 80% en el mejor de los casos, desaparecía mientras que la novela se quedaba entralazada con recuerdos de actos no literarios. No sé si me explico. Alguien me contestó que sí, que vale, que bien, pero que la vida era fundamentalmente presente.

      Pues bien, por culpa de ese comentario “tan chorrras” un buen día decidí darle una segunda, tercera y hasta una cuarta oportunidad a los relatos. Leerlos, sufrir su inmediatez y luego, si no queda otra, olvidarlos. Me planteo leerlos como otros comer una pizza. Si está buena, repito y si está mala, no.

      Y en eso estamos. Recuperando el tiempo perdido una vez más.

      Eliminar
    2. Gracias por la respuesta. Pero eso del presente no me termina de encajar. Prueba a imaginar un día que no tienes futuro, que mañana a las ocho dejarás de existir, a ver qué presente vivirías. ¿Sería ese el mejor presente posible? Sí, claro, intentarías vivir un instante a medida, luego el presente sin el futuro no tiene sentido. Por eso a mí me gustan más las novelas.

      En cualquier caso, es una razón como otra cualquiera.


      Eliminar
    3. Honestamente, si me fuese a morir, lo último que haría sería terminarme una novela. Creo, fíjate lo que te digo, que lo más adecuado, puestos a leer, sería leer un cuentito, no muy largo, a ser posible.

      Bromas aparte, la cuestión es que me ha servido para tomarme la lectura de los cuentos de otra manera. Bienvenido sea.

      Ahora mismo estoy leyendo los de Aira, y mira, no están mal.

      Eliminar
    4. Yo no he dicho que te fueses a morir, sino que dejarías de existir. Hay mucha diferencia en el mundo de la ficción. Y estoy de acuerdo con el último anónimo. Acabo de llegar a él y estos comentarios parecen fuera de lugar después de leerlo.
      "No están mal" no es "me gustan". A ver la reseña.

      Eliminar
  2. Pues tengo que pasarle la ITV al coche; haré eso, antes que leer a Pron.

    De aquí a reseñar poesía te queda un pelo, Tongoy, como sigas así. :-D

    ResponderEliminar
  3. Este es uno de esos libros volátiles sobre los que me resulta difícil, cuando acabo la lectura, formarme un sentimiento concreto o unas ideas sólidas. Tenia en este caso la impresión de que necesitaba un tiempo para que los relatos aterrizasen y pudiera verlos con más distancia, en su totalidad y así valorarlos mejor, pero ha ocurrdio lo que me temía: al final se me han desintegrado del todo.

    A mí los cuentos como Un jodido día perfecto sobre la Tierra o Trofeos de amantes me han parecido meros desahogos del escritor, una necesidad demasiado obvia de dejar clara su opinión sobre los temas de los concursos o los blogs literarios en los que parece haberse visto implicado personalmente y me parece que les falta vuelo literario, o bien que el que se intenta (como con el interés desmedido del miembro de jurado por encontrar al escritor anónimo, por ejemplo) no resulta del todo convincente, los he sentido forzados, como si esos elementos estuvieran allí para que veamos que, efectivamente, no se trata de un artículo de opinión o un ensayo o un post para un blog.

    Y otra cosa que tab me ha empezado a hartar es esa querencia de Pron por las coincidencias, por buscar el sentido en las confluencias de todos y de todo, es un recurso que me fascinó al principio pero que empieza a ser demasiado reiterativo. Ya estaba en El mundo sin las personas… y aquí creo se repite con demasiada insistencia hasta agotar su efecto, como un truco de magia demasiado visto.

    Y ahora romperé una lanza a favor de Pron: yo sigo creyendo que tiene una gran capacidad para la fabulación, además sabe enfocar su mirada de una manera única y lúcida hacia detalles nuevos, hacia aspectos cotidianos que de pronto se vuelven del revés y nos sorprenden con una pregunta diferente. Todo ello siempre con una prosa cuidada, sobria pero no árida, salpicada de imágenes potentes y frases inteligentes. Lo malo es que esta cualidad si se aplica sobre cuentos volátiles que me temo, no son sino un puro relleno para salir del paso y publicar "algo", no es suficiente.

    Abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Volátil es una definición perfecta. Te la robo.

      Yo en Pron no veo eso bueno que ves. Sí veo un estilo muy cuidado, pero me falta un poquito de algo y no sé qué es. Me inclino a pensar que los temas elegidos no son mucho de mi estilo.

      ¿Has leído los cuentos de Aira, Zombie?

      Eliminar
    2. Joder, Tongoy, qué puta casualidad!! ¿Por qué me preguntas por Cesar Aira? ¿Sabes quién me lo recomendó a mí? Pues ni más ni menos que el escritor argentino del tupido tupé. Gracias a él leí "Diario de la hepatitis" un libro que si no has leído no te recomendaré porque va sobre el tema de la escritura, del no escribir, de cómo plantearse y vivir el acto de escribir, etc. y ya sé que estás de esto un poco hasta los huevos.
      A mí, el diario, me resultó bastante árido al principio y luego me gustó mucho. No sé por qué después no he vuelto a leer a Aira. Debería.

      Lo de Pron empieza ya a ser muy alucinante. Tanto que si te lo cuento no me creerías. Últimamente se me cruza por todas partes de las maneras más insospechadas, joder, tanta coincidencia empieza a recordarme al argumento de uno de sus cuentos...

      Eliminar
  4. It is an open war. But one day he know, not knowing who is who, and make friends. Well written your blog.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Que curioso, pero la reseña generó en mi el efecto contrario del esperado. Me provocó leer los relatos de Pron, puesto que las premisas que colocas para describirlos me parece ingeniosas... entiendo que dices que son aburridas, pero la verdad no me queda claro por qué... habrá que leerlo a ver.
      Por otro lado, no es un novedad que un escritor haga constantes referencias a su profesión... no sé si lo que criticas es que sea poco novedoso... pero en dado caso, lo han hecho grandes escritores.
      Saludos
      Felicides por tu blog

      Eliminar
    2. Gracias. Me alegra que la reseña le invite a la lectura. Lo digo sinceramente. No hay mejor juez que uno mismo. ¿Por qué es aburrido? Pues hombre (o mujer), aquí entra mucho el gusto particular. Deje que le ponga un ejemplo: leyendo reseñas de un libro de relatos de Jon Bilbao me encontré que apenas había dos reseñistas que destacasen los mismo relatos. Todos hablaban de una colección con altibajos, pero ni los bajos ni los altos eran siempre perfectamente identificables. Hay un punto en el que el autor conecta con el lector. A mi con Pron no me ha ocurrido. Si con Adkilsen y si (o eso parece) con Aire, por poner dos ejemplos recientes. Con Adkilsen sólo quería leer, con Pron sólo quería terminar.

      Eliminar
  5. Mi zombie polla aguanta mal el culo de Pron. Gracias por recordármelo.

    ResponderEliminar
  6. El héroe de las Mansardas de Mansard (Alvaro Pombo)

    La Hora Violeta (Montserrat Roig)

    ¿Y tú de quién ereeh? (No me pises que llevo chanclas)

    ResponderEliminar
  7. Muy buena reseña, Carlos, pero, ¿es que no presagiabas a años luz que este libro no te iba a gustar? Quizás tengas que empezar a preguntarnos a los parroquianos sabedores de tus gustos, antes de pillarte un nuevo libro, si te lo recomendamos o no... con el fin de ahorrarte los consabidos disgustos y eso.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Te juro que no, Mike. En realidad yo soy un tío muy ingenuo. De Pron sólo había leído lo de la lluvia y no tenía ni puta idea de cómo podrían ser sus relatos. Ahora ya lo sé. Tampoco pasa nada, son tres horas de mi vida, que, las cosas como son, leyendo un cuento hoy y otro mañana casi ni te enteras. Sobre todo si duermes un par de ellos.

      Y a vosotros no os pregunto nada, que cada vez que lo hago salgo de aquí con veinte recomendaciones. Miedo me dais.

      Eliminar
    2. Jaja, bueno, pues poco a poco quédate con la tecla (el próximo que saque Lerner, no; el próximo de Pron, tampoco): no vayas regalando oportunidades al tuntún, que seguro que tienes sobre la mesa mil y un cosas que te apetecen mucho mucho más (no de recomendaciones -que quién les hace caso cuando no vienen de uno mismo- sino de las que te pongan verraco por historial lector personal).

      Eliminar
    3. ¿Sabes lo peor de todo? Que en el fondo creo que picaré. Por lo menos, los ojearé.

      Hoy me ha puesto verraco descubrir que ya ha salido a la venta el nuevo libro de Jon Bilbao. Cangolá...

      Eliminar
    4. “‘Una mañana –no tiene demasiada importancia, pero es marzo, es el año 2010, es el día veintisiete– un joven corre junto a su perro por una calle silenciosa’. Así empieza el libro. Detrás de esas palabras una sucesión de acontecimientos que se superponen, que nada tienen que ver entre sí o tal vez tengan que ver. La confusión de la existencia, los desconocidos, las cabinas de teléfono bajo la lluvia, la ciudad de Rosario escondida en la letra R. Y lo bien que escribe Patricio Pron sin que se note que escribe bien, huyendo expresamente de la tentación de escribir bien, pulsión que echa a perder a tantos buenos escritores y hace vender millones de libros a los malos.”
      Daniel Serrano, Diario Abierto

      “[...] personajes que padecen un bloqueo emotivo y corporal y que logran liberarse mediante el ejercicio repetitivo de una tara: mujeres que leen necrológicas, caballos que piensan en Empédocles, floristas obsesionadas con viejos clientes y escritores cuya vida, como la vida interior de las plantas, es intrascendente.”
      Diego Gándara, La Razón

      “La vida interior de las plantas de interior es un libro sobre los pequeños e invisibles hilos que nos conectan y sobre lo caótico del azar. Un libro que en el que está contenida la belleza de la fragilidad de la vida.”
      Aloma Rodríguez, El Heraldo de Aragón

      "Cada una de estas trece historias [...] explora los desgarros emocionales, los tropiezos y la perplejidad de unos personajes que, al igual que las plantas de interior, intentan sobrevivir en medio de condiciones hostiles y de una realidad que les plantea preguntas ante las que no tienen respuesta. [...] En cada una de las piezas, la literatura se convierte en un peculiar personaje que se mira al espejo. También hay, en este espléndido mosaico de historias que Pron pespunta con mirada kafkiana, con una ironía inteligente que remite a Bolaño y con una compasión en ocasiones cercana a la ternura, sorprendentes animales capaces de enjuiciar la filosofía, el comunismo o la pintura del siglo XX. Igual que el caballo prehistórico obsesionado con Empédocles y el perro de Picasso que posó cincuenta y cuatro veces para sus variaciones sobre Las Meninas."
      Guillermo Busutil, Mercurio (España)

      "Comparados por muchos con los de [Roberto] Bolaño, los cuentos de La vida interior de las plantas de interior destacan por el ingenio, la emotividad y la sutil ironía que desprenden. Historias sobre personajes solitarios que, sin embargo, hablan de la inevitable naturaleza social de nuestra existencia."
      Jenesaispop (España)

      Eliminar

    5. "En este libro, Pron muestra más soltura, más humor y más autoironía que en los anteriores, así como la confirmación de un estilo único que dialoga con la tradición sin perder el pulso ni la originalidad."
      Rodrigo Pinto, El Mercurio (Chile)

      “Lo que más me llama la atención de estos cuentos es el acercamiento de Pron a la realidad y, en particular, su modo ‘visual’ de concebir la escritura: imágenes de gran potencia, a las que, poco a poco, va dando sentido y profundidad, casi a través de un proceso de adherencias de capas de significado. Escenas, separadas por espacios en blanco, que van tomando sentido al contacto con las siguientes. Capas de realidad, como las de una cebolla, que sin embargo no pegan del todo entre sí. Una escritura cartográfica, espacial, que abre las imágenes y las expande.”
      Miguel Ángel Hernández Navarro, No (ha) lugar

      “[...] como un primer borrador muy preciso, como un primer borrador que no necesita ninguna corrección.”
      Sara R. Gallardo, Koult

      "Una docena de relatos breves armados como si fuesen telegramas, o resúmenes de otros resúmenes, en los que se conserva apenas un esqueleto de la idea narrativa sin por ello perder la profundidad de su evocación. Es el sello de Pron, así como la originalidad de sus títulos, que actúan como un distractor que incita al lector a preocuparse de otros asuntos para luego caer golpeado por la sorpresa. El mejor libro de Pron hasta ahora."
      Tito Matamala, blog personal del autor

      Eliminar
    6. “En su poética parece que se hallara contenida la sabiduría que Pron atesora, a saber, la de contar unas historias que se narran como si ya no hubiera sentido y cuyas conexiones el lector percibe pero no puede explicar, unas historias rotas que ‘recuerdan(n) algo que aun no ha pasado’. La imagen luminosa de estos relatos llega precedida de una dialéctica de la turbación y de la soledad que Pron ha sabido transferir con esmero.”
      Ricardo Baixeras, El Periódico de Catalunya

      “En la técnica del cuento siempre parece que está todo dicho. Siempre lo parece hasta que surge alguien con ganas de desdecirlo.”
      J. Ernesto Ayala-Dip, Babelia

      "Uno de los puntos clave en la intuición filosófica de Nietzsche es la observación de uno mismo en el juego estético. En La vida interior de las plantas de interior, Pron se ha contemplado a sí mismo desde los ecos de numerosos Otros que resuenan en su mente; y los ha exorcizado en esta serie de relatos que escribe con la solvencia de quienes han seguido las enseñanzas de los maestros secretos del oficio de narrar."
      #Libro del Día

      “[...] el hilo conductor de la obra no es otro que los azares y las jugarretas del destino, la levedad y la vulnerabilidad de los proyectos humanos, la imposibilidad de prever y enfrentar las consecuencias de una gigantesca y caprichosa combinatoria de acciones que nos sobrepasan. [...] Más allá del brillante y convincente ejercicio literario, Patricio Pron narra con la autenticidad de quien apela y sacude al lector desde una voz absolutamente propia, algo a lo que nos ha ido acostumbrando con sus poderosas novelas y relatos.”
      Ernesto Calabuig, El Cultural

      "[...] lo mejor de leer a Pron es leer a Pron, no lo que te cuenta, sino cómo lo hace. [...] Es importante dejarse llevar por él, aunque uno no sepa dónde va exactamente, pues el viaje, como siempre, es más importante que el punto de destino. Hace falta una trabajada ‘cultura del cuento’ entre los lectores para apreciar en toda su magnitud y matiz la calidad de este libro inconcluso como la vida."
      David Burguera, Las Provincias (España)

      Eliminar
    7. " Y lo bien que escribe Patricio Pron sin que se note que escribe bien, huyendo expresamente de la tentación de escribir bien, pulsión que echa a perder a tantos buenos escritores y hace vender millones de libros a los malos.” (Daniel Serrano, Diario Abierto) MEN-TI-RA. La prosa de Pron es prosa de lucimiento y eso se ve a leguas. Me chirría el exceso de perfeccionismo.

      Eliminar
    8. ¿Exceso de perfeccionismo? ¿Y cómo demonios se consigue eso?

      Eliminar
  8. veo que te sigue doliendo que Pron haya sodomizado a tu amigo Olmos, búscate un psicólogo, chaval.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Lo de chaval me ha gustado. Hacía tiempo, ya.

      En lo otro sigue usted demostrando una perspicacia sin igual. Ya sabe que yo por Olmos MA-TO. Y ni Prones ni Echevarrías, ni leches. Como si tengo que inmolar el blog.

      Eliminar
  9. Hay que ver. Basta mentar a algunos autores y parece que les has mentado a la madre.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¿Y quién nos dice que no es algo así? Los escritores también tienen familia, amigos... Parecen personas. Se lo han montado bien.

      Eliminar
  10. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

    ResponderEliminar
  11. Carlos, ten un poco de decencia y borra este comentario nauseabundo. Y el mío.

    ResponderEliminar
  12. Pero yo creo, Carlos, que no hay que tomarlo como una obra sino como una compilación de textos que vieron la luz previamente por otros medios y en otros formatos. Juzgo el libro como lo que es: una compilación. Que a veces los escritores nos empeñamos en hacer leer al público escritos que sólo tienen un valor especial para nosotros, pues es verdad, es verdad, se admite y punto. Pero creo que Pron, que es un tío inteligente, y de sentarse con él a discutir, no tendría problema en aceptar la crítica (no es tan fácil mandar un texto a la basura y uno asume los riesgos que implica dicha acción). Por ejemplo, yo llevo cuatro años atrapado en un puta novela de relatos de mierda que probablemente sé que sólo tiene valor para mí. ¿Qué hago? ¿La tiro? Sería lo más inteligente y práctico. Pero no dejas de intentar salvar el texto como sea, porque lleva tanto tiempo contigo que buscas por todos los medios convencerte a ti mismo de que hasta para una hija fea, como insinuaba Cervantes, existe un pretendiente feo con el que casarla. El escritor es un ser humano como otro cualquiera que se equivoca constantemente. Y más en estos momentos que no sabes qué es realmente bueno y qué es realmente malo. Es un poco como en los blogs. Escribes una entrada de mierda y tú dices 0 comentarios y de pronto tienes no sé cuántos y tropecientas visitas en un par de días sin mover un dedo, a la gente le gusta, y tú con cara de idiota diciendo qué cojones he hecho. La verdad: no has hecho nada, sólo que lo creías que era tan malo no lo era en realidad. El problema es cuando ocurre al revés porque te hace dudar. Si esto es así en blogs, ni te cuento cómo es cuando escribes. Es una puta montaña rusa emocional. Ya lo decía la Woolf en Orlando. Un día te crees que eres el peor escritor de la historia y al día siguiente aparece alguien preguntándote inexplicablemente por tu novela de mierda. Es un jodido caos.

    De todas formas, el libro ya no empezó con buen pie. Si mal no recuerdo ya en la de Margarete la gente, yo entre ellos a mi manera, puso a Pron fino por uno de estos relatos. Se veía venir y supongo que Pron y sus editores eran conscientes de que no iba a funcionar. Hasta en La tormenta en un vaso, ejemplo del buenismo más empalagoso, no salió el libro bien parado. Aun así, sigo pensando que hay algunas ideas interesantes, raras y originales. Ya lo dije en su día: peores mierdas se leen por ahí. Aunque como tú bien dices, también las hay mejores, pero claro, hablamos de gente que juega en otras divisiones, jubilados y muertos de hace doscientos años. Es más, prefiero esto de Pron que cualquier mierda de la tetralogía Markson (menudo timo de la estampita, por cierto). Por lo menos, Pron le echa huevos y cuenta una historia, bien, mal, pero la cuenta.

    Un abrazo, Carlos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Vincent, creeme: yo los cuentos de Pron me los tomo como cuentos, no como "una obra". Sé que es un compendio de obras en su mayoría ya publicadas, pero una cosa no quita la otra y el final es siempre un hombre frente a un libro.

      No recuerdo lo de Margarete (¿por dónde anda, por cierto?) pero te doy mi palabra que yo lo afronté con ganas y ajeno a cualquier crítica. Esas las dejo para el después. Antes no me sirven de nada. También creo que hay "mejores mierdas" de escritores vivos. O al menos más afines a mi gusto particular.

      Eliminar
  13. No lo he leído todavía, así que nada puedo decir al respecto. Quizás el listón estaba muy alto después de 'El mundo sin las personas que lo afean...', un libro que me pareció muy bueno y del que de vez en vez releo algún cuento (hay alguno, en mi opinión, extraordinario).
    Todo lo demás (referencias personales, filias y fobias, el affaire de la reseña sobre Ejército enemigo, etcétera, etcétera) son cuestiones sobre las que cada uno tendrá su opinión, lo cual está muy bien, pero no es necesario llegar a cosas como el comentario nauseabundo (bien dicho, anónimo de las 1:32) que alguien vertió ayer y que me dejó de una pieza. Ingenuo que es uno.
    Saludos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tampoco dramaticemos lo del comentario. Gilipollas los hay en todas partes. Por alguna razón que desconozco Pron es la clase de escritor que tiene grandes enemigos. Es un poco Olmos y supongo que de ahí vienen los ríos tinta de aquel affaire tan tonto.

      No he leído el mundo sin las personas que lo afean... me quedo con las ganas y mira, por venir de ti, quizá lo intente, pero no ahora. Ahora no quiero repetir autor. Hay una larga lista. Larguísima.

      Eliminar
  14. El problema es que a Pron lo traducen a 8 idiomas distintos y a Olmos sólo a uno (al español, el original está en Segoviano, en la editorial lo tuvieron que rescribir).
    Ahí os duele, paletos.
    Segovianos y Gallegos unidos en el mismo ojo del culo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¿Eso es un valor? A Dan Brown lo traducen a 50 idiomas. ¿Lo hace eso mejor que Pron? Pregunto.

      Eliminar
    2. Me parecía raro que al autor le gustara tanto Olmos. A mí no me gusta nada xD Pero será que no es un escritor para mí.

      En cambio el libro "el mundo sin las personas que lo afean y lo arruinan" me parece fenomenal.

      No me gustó lo que dices de los cuentos. Un cuento de Chejov, Bolaño o Cortázar vale más que la narrativa de Olmos, Dan Brown, y muchos otros escritores, ya sean bett sellers o no. Saludos.

      Eliminar
  15. Ocho editoriales literarias de prestigio. Puedes buscar. Eso sí lo hace mejor. A Olmos lo mueve su agente pero no hay manera.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Qué pesado con Olmos. Cualquiera diría que tiene un problema con él.

      A todo esto, me alegro mucho por Pron. Es una suerte que edite con tantas editoriales de prestigio (me fiaré de su palabra). Por otro lado es una pena que en España no lo haya conseguido.

      Eliminar
  16. Creo que he resuelto la ecuación:

    A es Pron.
    B es Olmos.

    ResponderEliminar
  17. Lo de los aeropuertos que se parecen y los que lo son de forma diferente es de Anna Karenina.

    ResponderEliminar
  18. ¡Albricias!¡Chachi piruli! ¡Más relatos de escritores sobre escritores que hablan de otros escritores! Lo que nos hacía falta...
    Me muero de ganas de no leerlo.

    ResponderEliminar
  19. "El mundo sin las personas que lo afean y lo arruinan" en su momento me pareció que estaba bien escrito, que la prosa fluía, que el estilo tenía carisma... pero pasado el tiempo sólo me vienen dos imágenes a la cabeza: una bola de cristal en la que nieva al agitarla y una familia espeluznante que cada noche proyecta sus fotografías antiguas en el salón ante la mirada atónita de Pron (o del protagonista tras el que se esconde).

    Ambas imágenes tienen una dirección de arte cuidada, supongo que gracias a la descripción que Pron hizo de ellas, pero ¿Es un poso de lectura suficiente para un libro? No lo sé, pero desde luego para el dinero que me costó la edición rústica algo menos, menos mal que toda inversión literaria la amortizo con mi consorte que si no... la próxima me da para pillarlo en bolsillo o sacarlo de la biblioteca.

    En cuanto a la dicotomía Olmos-Pron, creo que me quedo con Pron, me cae simpático. Asistí a una coferencia suya en el festival eñe en la que se merendó a Giralt Torrente. Además, de entrada a Olmos me disuadieron en casa siquiera de amortizar la compra de "Ejército enemigo", ahí está en la estantería por si algún día me entero de que soy inmortal y me sobra tiempo. Sólo hay que echar un vistazo a los blogs de ambos, Pron me parece un escritor mucho más "profesional", creo que tiene una voluntad de trascendencia y una seriedad (demasiado tediosa a veces) a la que Olmos no llega. Creo que no he conseguido leerme un post entero de Olmos, me aburro antes,me parecen dispersos y faltos de ritmo (al menos los que he intentado leer, lo mismo tiene otros post buenísimos) y las fotos de tías en bolas no me sirven a mí de gancho.Eso sí creo que Pron podría aleccionar a sus secuaces o alter-egos virtuales porque le hacen o se hace un flaco favor. Igual que la agresiva reseña que hizo Pron de su contemporáneo...

    Soy de las que cree que "no hay mayor desprecio que no tener aprecio". Sin que haya duelo y sangre de por medio no hay manera de cerrar quién es mejor escritor por lo que al final creo que el primero que ignore soberanamente al otro y encaje mejor las críticas será el que gane el trofeo invisible de "escritor con clase". Pero...y lo divertidas que son las peleas de patio de colegio por dos supuestos letrados qué.

    ResponderEliminar
  20. Bastante de acuerdo con Nuria Cabello. A mí me parece que Pron y Olmos son dos ejemplos de escritores profesionales, el primero con algo que contar y el segundo con casi nada que contar, pero con más gasto de vaselina en el estilo.

    ResponderEliminar
  21. A mí, simpáticos, ni me caen ni me dejan de caer ninguno de los dos, la verdad, pero si tengo que elegir prefiero las críticas de Olmos. Me divierten más, que al fin y al cabo es lo que busco. Algunas veces la diferencia entre ambos me recuerda a la de los militares de carrera o academia. Están los que empiezan desde abajo y nunca pasan de Capitán y luego los que van a una academia y empiezan de Alférez, que es casi lo mismo. Pues esto igual. Con Pron tengo la impresión de que ha empezado con ventaja. No me parece normal que sus cuentos (si son como estos) se traduzcan a ocho idiomas, y mucho menos si realmente son de tanto prestigio como dijo el anónimo de más arriba, que no lo sé. No dejo de preguntarme cuál puede ser la razón y no encuentro respuesta.

    ResponderEliminar
  22. Yo creo que Olmos en otro idioma se queda en nada (como Cela o Prada) y Pron traducido tiene algo de chicha, nada más que eso.

    ResponderEliminar
  23. Si hay que elegir, yo digo PRON. Si no hay que elegi, también.

    ResponderEliminar

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.