BARTHELME: UNA INTRODUCCIÓN
Para los desinformados: Barthelme, después de haber leído “El padre muerto” (y al igual que me ocurrió con Gaddis tras leer “Gótico Carpintero”), ocupa un espacio destacado en mi Olimpo particular. Con-un-solo-libro. Esto así porque es así, no porque yo quiera. Los dioses no se eligen: se nos imponen desde la infancia o se nos aparecen en zarzas ardiendo. Tanto con Barthelme como con Gaddis esto es exactamente lo que ocurrió: ambos escribieron novelas que fueron como zarzales que combustionaron espontáneamente al entrar en contacto con la parte del cerebro que sea que se ocupa de conectar la lectura con la inteligencia.
Hace ya algún tiempo publiqué una reseña de "El padre muerto". Lo digo por si la quieren leer. (Clic) Fue una reseña elogiosa, evidentemente, ya que esta novela, no me duelen prendas decirlo, la tengo en un altar con su terciopelo, sus velitas perfumadas y toda la parafernalia habitual. Y esto sin haber entendido una puta palabra. Exagero, ya saben. Lo que quiero decir con esto es que Barthelme no es para nada un escritor fácil. Todo lo contrario. Barthelme es posmoderno y por lo tanto experimental, irónico, heterogéneo y un largo etcétera así como aquello de lo que más tiendo a escapar: fragmentario. Pero si huyo de lo fragmentario no es porque no me guste lo fragmentario sino porque normalmente lo que se presenta como fragmentario es en realidad una puta mierda troceada.
Hasta aquí la introducción. Les he contado todo esto para que no se lleven a engaño: Barthelme es un escritor que se las trae y será por ello seguramente que es tan bueno y será también por ello que no se reedita y de ahí que tenga uno que dejarse los huevos para conseguir cada uno de sus libros. Y conste que yo no me quejo, que bastante fácil me lo ha puesto la providencia, tan divina ella.
PARAISO: UNA RESEÑA
Vaya por delante que Paraíso es una novela, en mi opinión (esto siempre, claro) bastante inferior a El Padre Muerto lo cual no quiere decir absolutamente nada pero debería servir de aviso a aquellos navegantes que busquen puerto en el que atracar. Pero: Paraíso, con todo, es una novela estupenda, ágil, inteligente y muy divertida. Garantizo risas continuadas. Dos horas felices, eso garantizo.
El argumento le va a encantar al público masculino: Simon es un arquitecto moderadamente atractivo de cincuenta y pocos años. Padre de una hija universitaria y en pleno proceso de separación de su mujer, Simon acoge un buen día en su apartamento de soltero a tres jóvenes y estupendas veinteañeras que conoce una noche en un bar y que hasta quedarse en paro venían ejerciendo el noble oficio de la pasarela. Sí, modelos, y de las estereotipadas, además. Esto es: antes morenas, después rubias, siempre lozanas, fogosas y tontas del bote. La fantasía sexual de cualquier hombre, no me digan.
El caso es que Simon, en un gesto de generosidad sin límites, les abre las puertas de su casa, les compra unas camas y pone la nevera a su disposición. No hay exigencia de ninguna clase. Allá cada cual que haga con su cuerpo lo que le plazca: beber, comer, llorar, reír, cantar, hablar… Follar.
Cuando se preguntaba a sí mismo qué estaba haciendo en un apartamento elegantemente desnudo de Nueva York, sin muebles, viviendo con tres mujeres jóvenes y hermosas, Simon tenía que admitir que no lo sabía. Estaba escuchando, suponía. Aquellas mujeres eran taciturnas como cowboys, sólo respondían a preguntas concretas y probablemente ignoraban en qué siglo estalló la Segunda Guerra Mundial. No, estaba siendo injusto, lo que ocurría era, más bien, que sus conocimientos eran caóticamente enciclopédicos, una especie de ragut de Spinoza con un sorbete de William Buckley flotando en el centro. Una tarde, cuando llegó a casa, se las encontró a las tres en el comedor, de rodillas, con el trasero alzado hacia él. Obviamente, lo que se supone que debería haber hecho era bajarles sus tejanos y atacar a las tres a vez, pero se trataba de algo tan obvio como quimérico.
Esto, bien montado, podría perfectamente pasar por el paraíso si no fuese por un pequeño y algo machista inconveniente: tres mujeres, por muy buenas que estén, e independientemente del grado de sumisión, no dejan de ser tres mujeres y Simon un hombre, solo, además, obligado por las circunstancias a vivir con ellas bajo el mismo techo. ¿Dónde se ha visto orgía semejante que no conduzca al caos? El problema viene con la convivencia. Llega un momento, es inevitable, en que salta la liebre del feminismo, que es una liebre más difícil de matar que la del machismo. Pero no nos pongamos trascendentales.
El libro incluye algunas escenas de sexo (lametones, frotamientos, embates, arañazos, seis pezones alineados, ochenta dedos a pleno rendimiento) pero se las voy a ahorrar para no turbarles el sueño. No es necesario que me lo agradezcan. Pero el sexo no hace de cualquier novela una buena novela o en buena hora estaríamos poniendo a parir la cosa esa que es “Cincuenta sombras de Grey” y que apesta desde la primera línea. Una buena novela necesita más ingredientes que los flujos y reflujos vaginales de una virgen sin reparos.
Me llega, mientras escribo esta líneas, un email que me anuncia el estreno de una novela con las siguientes características: “Con una escritura magnífica, de estilo preciso y estupendo ritmo y con un delicioso sentido del humor, el escritor zambulle al lector en un…” y luego ya se imaginan ustedes lo que quieran. (La reseña es el último de Guelbenzu.) Sabemos perfectamente que esto es mentira. Algunos somos mayores para que nos la metan doblada tantas veces. Pero hubo un momento (muchos momentos) en el que esto fue cierto, en el que algunas novelas eran exactamente lo que prometían las críticas elogiosas (caso de haberlas). En ese tiempo, en esos momentos, ser escritor parecía significar algo más que ahora. Lo que trato de decir con esto es que no se apuren, frente a las miserias del presente, siempre nos quedarán los libros de Barthelme a aquellos que estamos realmente interesados en escritura magnífica, estilo preciso, estupendo ritmo y delicioso sentido del humor.
Dos de ellas se la chupaban al amanecer, por turno, a las cinco, a las seis de la mañana, mientras él bebía vino blanco, un vino más bien malo, y fumaba. Duró una eternidad. De vez en cuando una ponía en posición a la otra y empezaba a lamer arriba, entre las piernas, cerca del sexo, muy cerca del sexo, mientras Simon le acariciaba las nalgas, deslizaba sus manos de la cintura a las nalgas con embates moroso y apreciativos, rastrillándolas con las uñas, pero con suavidad, clavándoselas, pero con suavidad. La carne es algo tan delicioso, dijo Dore. O tal fue Anne quien lo dijo.
Me encanta tu reseña... pero siento discrepar en una cosa; para mi Paraíso (en Anagrama) es mejor novela que El padre muerto, que me aburríó un poco con tanta posmoderna literatura al borde de lo pedentillo. Son gustos. Por lo demás Barthelme es un escritor estupendo apreciado por minorías escasas, que no "de culto".
ResponderEliminarBueno, yo siento por EPM una debilidad especial que me niego a analizar con detalle no se me vaya a pasar lo tontería esta que tan feliz me hace. La imagen de ese padre de 30 metros tirado por un grupo de hombre en traje y un hijo en leotardos es de la que no me quito de la cabeza. Ahora, esta es divertida a rabiar. Tengo por aquí algunos relatos de Barthelme, pero como siempre, me da mucha pareza ponerme con ellos.
EliminarAbrazo,
Carlangas, va a ponérsete el culo como a las pibas de tu novela, hacia arriba y jugosete, pero me gusta bastante más el estilo de lo que has redactado tú -tú; sí, tú- que los que transcribes del tal Barthelme. Ná, que er niño ezcribe mejohr cada día!
ResponderEliminarUn abrazo y...¡qué no decaiga!.
Ostrás!
EliminarMe he retrotraído a mi más tierna infancia, cuando Tongoy no era Carlos, que era Carlangas.
Julián, me has emocionado. Y créeme, no es fácil.
Saludos,
Marieta
Aquí Carlangas. Hacía como treinta años que no me llamaban así, de ahí la emoción de mi hermana, tan sensible ella a estas cosas de la nostalgia. Cosas de la edad.
EliminarSe me ha hecho el pis coca cola, es verdad Julian. Gracias, pero mi cumpleaños fue hace un mes. Este post es anterior a otros; quiero pensar que eso no significa nada.
Abrazo,
Bueno, bueno.
EliminarA lo mejor es que el Barthelme es bastante peor de lo que tú crees
O también puede pasar que hayas elegido, para su inclusión en la glosa, los pasajes más chungos de "Paraíso" y de esa forma conseguir propulsarte -per terminus comparatione- (¿a qúe "me se" nota que no tengo ni idea de latín) hasta las cumbres cimeras del Olimpo literatúrico (ni de castellano).
Abrazos! ;-)
A ver, Carlos, varias cosas
ResponderEliminarPrimera, como decía un comentarista en el blog de Juan Tellón, si nos organizamos, follamos todos. O mejor, si no follamos todos, la puta va al río.
Segundo. No sé que os dan los autores a los que no hay manera de entender debido a su gloriosa y admirada inteligencia. Uno, si no se entiende con su pareja, se divorcia; si uno no entiende a un político, no le vota; y así con todo. Leer por leer y salir con la sensación de que lo que se ha leído es la hostia de importante pero uno no sabe bien qué, pues no sé, no le veo la gracia. Es como escuchar música dodecafónica y poner cara de extasiado.
Tercero. Guelbenzu, en mi opinión, es uno de los imprescindibles contemporáneos en lengua española. No sé si has leído "El Mercurio" (te gustará, porque es difícil), o "El río de la luna", o "El amor verdadero", o "La mirada". Claro, no es posmoderno anglosajón; es castellano de los de sujeto, verbo, complementos, con una trama comprensible, coherente, que utiliza una retórica clásica, sin espavientos, florituras ni imposturas estilísticas. Guelbenzu, según mi gusto, es literatura honesta, muy trabajada y en muchos momentos exquisita.
Y cuarto, un saludo.
NO hombre, a Barthelme cuesta seguirlo y de el padre muerto se me escapan muchas cosas pero ininteligible no es. Eso es lo que quería decir con "Exagero, ya saben", porque es verdad, yo siempre exagero un pelín.
EliminarNo he leído a Guelbenzu, no me interesa (de momento) Guelbenzu, pero mi intención no era ir contra él en ningún momento. Lo mencioné para evitar googlear a los curiosos (estuve a un tris de no meterlo). Mi comentario iba por la crítica, que parecen cortadas todas por el mismo patrón. Ese fragmento se lo puedes poner a la novela que quieras, que cuela.
Me anoto "El mercurio"
Saludos, caballero.
Maldita sea, Carlos, ya has tenido que volver a mencionar el libro ese del padre 'finiquitao'.
ResponderEliminarLe tenía ganas hace tiempo (y me estaba resistiendo porque el título me da cosa (cosas de la edad)), pero cuando por fin se me estaba olvidando, llegas tú con tu reseña de viernes ocioso y me obligas a consultar el catálogo de la biblioteca. Ahora resulta que tienen un bonito ejemplar que lleva mi nombre.
Que está bien, no creas, pero al ritmo que leo yo los principios de curso, tendré que usar hasta los carnets que no tengo para la renovación. Y encima, te diré, al final empezaré a leer cierto libro de un payaso 'opinoso' cuando celebre mi próximo cumpleaños (lo bueno es que podrás usar uno de mis carnets para renovar el regalo (ji)).
Pues eso, otro viaje a los santiagos de mis ¿amores? en busca del libro recomendado por Carlangas.
Dudo si darte las gracias.
Un bico, 'graposillo' mio
Porque quieres. El Papi Cadaver lo tengo en casa desde hace mucho. Me jode prestarlo a padres de familia por lo que tiene de arriesgar su integridad, pero vaya, que si hay que sacrificarlo se sacrifica. Todo sea por hacer el bien. Ahora, si lo tienen en la biblio y a ti te da igual, pues mira, mejor el suyo que el mio. Es que este y "La broma infinita" son libros que me juré no prestar viendo muchas veces el estado de las devoluciones (no es tu caso). Claro que yo he sido siempre mucho de faltarme a las promesas.
EliminarBesos,
No lo sé, señor Tongoy. Percibo algo extraño. ¿Qué pasaría si Fernández Mallo hubiese firmado Agape se paga? ¿Lo juzgaría como una genialidad o como la gilipollez que es? Soy cruel puesto que Pájaro carpintero es más legible. Pero para mi gusto no acaba de cuajar. Si los murcianos escribiesen las gilipolleces que publica Alpha Decay, ¿los publicaría Alpha Decay? Evidentemente, no. Eso sí: aún no sale un DFW de Murcia. Pero hay tantos imbéciles en NYC como en Levante.
ResponderEliminarJuzguemos con el mismo rasero.
No: en Levante hay más.
EliminarSi algún día Mallo publica algo como Agape se paga yo mismo le haré los porros en el próximo viaje que haga a León para escribir otro poemário.
ResponderEliminarGótico Carpintero es anterior a Agape, ya lo sabrá. Cuando Gaddis la escribió (Agape) ya había demostrado todo lo que tenía que demostrar sin embargo la sensación que tengo con Mallo es que con Nocilla Dream dió todo lo que tenía que dar. Ojalá me equivoqué. Nunca he temido retractarme.
Y no seré yo quien defienda a los imbéciles de NYC.
Coincido en que parece ser que Mallo dio lo que tenía que dar con Nocilla Dream. Ojalá seamos dos los equivocados. Si lo que gusta es leer bueno libros, aunque los escriba Eugenia Rico!
ResponderEliminarMis respetos.
O Espido Freire, que amenazaba ayer con recopilar historias sobre sus gatos. Estoy 100% con usted: me da igual quien me haga disfrutar. (Ahora leo a un completo desconocido y mañana seguramente un cuento de Bellver. ¿Quien dijo miedo?).
EliminarAhora que mencionas a Mallo y a su nocilla.
ResponderEliminarLibro de texto de Matemáticas, 2º BAC, editorial Santillana, tema 4, Geometría en el espacio. El tema comienza con un extracto de Nocilla experience. En la página siguiente, el señor/señora que escribe el libro, hace un resumen del contenido del mismo donde se nombran a los fermiones, los bosones, a Nietzsche, Wittgenstein, Julio Cotázar...
Y a continuación un par de ejercicios teórico-prácticos: ¿cómo ha podido Marc (el protagonista)convertir los tendales de la azotea en un sistema de coordenadas? Luego hay que asignar coordenadas a un nuevo tendal para determinar la posición de los folios que cuelgue en él.
¿Las respuestas? Si quieres te mando el enlace de la editorial y lo descubres, aunque temo que no lo entiendas.
¿Conclusiones?
No has valorado el libro en todo su esplendor pedagógico, muy posiblemente por esa manía tuya de rechazo a la divulgación científica.
La posibilidad de establecer este libro como lectura obligatoria la trataré con el jefe de la editorial (más que probablemente pariente de Agustín), a ver qué le saco.
No me extraña que tú y yo no nos entendamos en esto de la literatura. ¡Eres tan poco de ciencias!
Bicos,
Marieta
Hola Carlos:
ResponderEliminarAl final vas a conseguir que lea a Gaddis, pero con Barthelme no sé. Me parecía que su nombre me sonaba y lo he mirado: en la antología del relato norteamericano, con los cuentos seleccionados por Richard Ford, un libro de 1276 páginas, donde la gran parte de los cuentos eran fantásticos, el de Barthelme fue el que menos me gustó de los 65 seleccionados.
Se titulaba "El levantamiento indio" y consistía en una serie de párrafos inconexos uno detrás de otro. LLamaba la atención su inclusión en ese libro porque normalmente predominaba una línea de relato muy clara y realista. Y este de Barthelme parecía que, bueno, estaba allí por representar una época, pero la verdad es que a mí al menos no me dijo nada.
saludos
Mira, David, si todavía no he conseguido convencerte de leas a Gaddis es que lo estoy haciendo rematadamente mal. Pasa de Barthelme, pero no de Gaddis. Tienes que leer Gótico Carpintero sí o sí. Te daría mi copia si tuviese alguna (es la pena que tengo).
EliminarUn abrazo,
Hola Carlos:
ResponderEliminarPrometo leer Gótico Carpintero.
Además quería este año leer a más norteamericanos: Foster Wallace, Philip Roth, Lethem, Updike...
un abrazo
¿La broma infinita? (Publicidad. Volvemos en diez segundos) Deberías echarle un ojo al libro de Conversaciones con DFW. (Ya estamos de vuelta). Yo debería recuperar a Roth pero como es tan famoso me da pereza.
EliminarDavid, deberías leer a Chabon, gran escritor, inmenso, original, mayestático. Ah!, que ya lo has leído... bueno, lee al monernillo del mes... americano, por supuesto... Empieza por Ágape se paga y me cuentas...
EliminarHola Tongoy: Tenía anotado a DFW desde hace mucho, pero cuando se suicidó pensé que se iba a hacer asquerosamente famoso y bajó bastantes puestos en la lista de posibles lecturas. Creo que ahora es el momento, pero no voy a empezar por un volumen de entrevistas a un escritor del que no he leído nada, ni tampoco por el más gordo. Creo que empezaré por La niña del pelo raro, Algo supuestamente divertido que no volveré a hacer o Hablemos de langostas.
EliminarYo empecé mi blog hace tres años hablando de Roth, y desde entonces no he vuelto. Tengo que hacerlo, es mucho tiempo ya, y es un autor que me gusta mucho.
Lethem me apetece bastante.
También volver con Malamud o Bellow.
Hola Anónimo: vaya, debes de tener telepatía o ser aquel con que tomé michelada de clemato el viernes. Sí, después de este domingo, que volvemos a Chile, va a haber Chabon en mi blog para aburrir. 1.200 páginas de Chabon que me he leído del tirón...
saludos
Para aquellos que estaban esperando mi humilde opinión diré que tanto DFW como Roth son bastante de mi agrado. He dicho. De Lethem tengo uno a medias que no estaba mal pero tampoco tanto como le había parecido a Tongoso.
ResponderEliminarEn cuanto a esta, tiene que ser buena por narices. Un cincuentón que vive con tres modelos y además hay humor, por cojones tiene que ser buena.
Esta la leí sólo para llamar tu atención. Fíjate. Por nadie más hago estas cosas.
EliminarYo tuve que dejar "Gótico Carpintero" a mitad, no por su dificultad, sino porque me ponía de los nervios. Todos los personajes parecían salidos del mismo manicomio.
ResponderEliminarEs que pone de los nervios. Es una de las cosas que más me gusta de ella.
EliminarNo te disculpes, Tongo, y dilo bien alto : Yo también soy un salido y estoy orgulloso.
ResponderEliminarOrgulloso no, orgullosísimo. Este estado me ha reportado tantas satisfacciones...
EliminarDí que sí, con dos...bemoles. Por cierto, se me olvidaba decir que la reseña de esta novela (que yo no he leído pero prometo hacerlo en cuanto pueda), me recuerda a aquella tira de Calvin y Hobbes en la que Calvin le preguntaba a su padre: "¿Papá, por qué vives en esta casa con mamá y conmigo, cuando podrias hacerlo en un apartamento con un montón de chicas semidesnudas?" Imaginad la cara del padre.
EliminarLa pregunta es ¿Créeis que Bill Watterson leía a Barthelme o es algo que se nos ha ocurrido a todos los hombres de todas las épocas y lugares? la respuesta es dolorosamente obvia, supongo....
Señor Tongoy, veo que está atravesando por un periodo Sexto Piso. ¿Ha leído La marrana negra de la literatura rosa? Yo, sinceramente, no sé si es una chorrada o una genialidad. Si alguna vez se topa con ella, me encantaría conocer su opinión. Ah, y hoy en una librería he visto Los pájaros amarillos, que apetece mucho leerla. El problema es que había tantos libros interesante que finalmente no he comprado ninguno.
ResponderEliminar¿Periodo Sexto Piso? No, que va, debería pero no. Me mandan cosillas pero soy un desastre y una de dos: o tardo un siglo en leerlas o dos en reseñarlas (o ambas cosas). El de la marrana ese no lo tengo porque ya tienes su tiempo. El de los pájaros amarillos tampoco pero en este caso es sólo culpa mia. Me lo ofrecieron pero ví la palabra "Guerra" y dije que no.
EliminarMe lo pienso y si acaso los pido. No lo tengo claro.
Barthelme, Pynchon, DeLillo, Vonnegut y todos los neosurrealistas posmodernos son buenos y originales, pero creo que no están a la altura de los judíos, los Salinger, Roth, Bellow. Es una opinión personal.
ResponderEliminarGaddis recuerda a un Gombrowicz en versión yanki. Un bicho raro. No encaja en Norteamérica.
Saludos.
En cualquier caso no hay solo nombre prescindible en tu comentario, Vincent.
EliminarEsta crítica me ha dejado perpleja. Los párrafos extraídos, también. ¿no deberían ser muestra de algo? ¿O era por escribir en el mismo estilo contradictorio de la novela?
ResponderEliminarNecesito mucho más que esto para interesarme.
Si la crítica te ha dejado perpleja, María, sea cual sea el motivo (salga yo mejor o peor parado) me doy por satisfecho.
EliminarYo, directamente, no me puedo creer el argumento de esta "novela". En serio, no me lo puedo creer, y empiezo a pensar que es todo una estratagema de Quique y Tongo y que no puede ser que el movimiento de Feministas Furibundas que puebla este blog no alce la voz crítica. Yo es que por hoy ya me he quedado sin voz, pero necesito ayuda, de Ire o alguien sensato. ¡Ireeee!
ResponderEliminar¿Alguién ha pedido sensated? Tranquilos todos, ya estoy aquí.
EliminarHola niña. No te hagas la ofendida, que tampoco es para tanto. Un hombre viviendo y follando con tres mujeres es claramente insostenible a poco que entre los cuatro sumen medio cerebro. Tienes que verlo como un cuento, relajarte, dejarte llevar y disfrutar.
Hostia, nena, que no había visto tu llamada de auxilio. Me sabe mal, pero es que resulta que a mí Barthelme me gusta bastante. Me parece un tipo bastante cínico, del rollo molón que me va, vamos. Lo siento. Pero no te preocupes, que otras ocasiones habrá para desplegar la bandera del feminismo reivindicativo a ultranza, el que jode de verdad, jaja.
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