No soy muy amigo de las crónicas paraliterarias (por ejemplo, aquello que tiene que ver con las razones que nos llevan a leer ciertos libros) entre otras cosas porque creo que la mitad de las veces aburren a los muertos y la otra mitad sólo interesan a quien las escribe, pero hoy me apetece hacer una excepción y además me he levantado tan hijo de puta que igual hasta me sale algo interesante.
Gonzalo Garrido es la imagen de un hombre queriendo alcanzar la luna de un salto. Lo conocí hace unos meses, no recuerdo cuántos. Se presentó como el organizador de un congreso que se celebraría en Madrid el tres de marzo de este año llamado "Encuentro blogs literarios" que pretendía aclarar qué son los blogs literarios y para qué sirven, si acaso sirven para algo... Un poco el quienes somos, a dónde vamos, de dónde venimos aplicado a este ramo específico de la blogosfera. Había mucha gente invitada: estaban Alberto Olmos, Luis Magrinyá, David Pérez Vega, Pilar Adón, Jordi Corominas, Javier Avilés, Constantino Bértolo, Sergio del Molino y un largo etcétera. Yo decliné la invitación básicamente porque no tengo mucha fe en este tipo de eventos y también porque no tengo ni puta de idea de para qué sirve hablar de estas cosas. En cualquier caso Gonzalo fue muy amable al invitarme y yo aproveché para sentirme halagado, que es algo que, dice mi mujer, me rejuvenece. Confieso haber hecho gala de una falsa modestia ejemplar. Tendrían que haber visto qué comedimiento. A veces, si me dejan, soy un tío cojonudo.
No soy bueno para las fechas (ni para los nombres, ni para las caras y no digamos ya para la crítica) pero debió ser por entonces, cuando lo del evento, que empecé a seguir a Gonzalo en twitter, todo lo que yo sigo a la gente en twitter, que viene a ser lo que tardo en sacar el coche del garaje o cuando, por las noches, se me caen algunos libros de las manos. Pues bien, en algún momento Gonzalo empezó a hablar de Las flores de Baudelaire. Yo, en mi ignorancia habitual di por hecho que se trataba de alguna de sus muchas novelas. Si hubiese sido un poco más curioso de lo que fui entonces no hubiese tardado tanto en enterarme de que no sólo era su primera novela sino que además estaba, todavía, por entonces, inédita; no se publicaría hasta el ocho de mayo (fuente: Amazon). Con esto no pretendo dar a entender que ese evento, el de los blogs literarios, hubiese sido un instrumento al servicio de la promoción de su novela pero no deja de ser una divertida coincidencia (de la que no quiero dejar de aprovecharme) que le ha venido que ni pintada al bueno de Garrido.
A medida que se aproximaba la fecha de estreno los tweets de Gonzalo se iban multiplicando exponencialmente (cuanto escribo estas palabras supera los 4700) alcanzando la categoría de despropósito desde el momento en que aparece en librerías. Ningún problema con esto, lo juro; cada uno promociona cómo le sale de los cojones o como buenamente puede. Es más, cuanto más ruido se haga, mejor, que por algo se ha estado currando como un cabrón sólo dios sabe cuántas horas. Hay que tener en cuenta que Alrevés, la editorial en que se publica “Las flores…”, no es Mondadori, ni Tusquets, ni Anagrama y es de suponer que tiene sus limitaciones presupuestarias a la hora de organizarle bolos a los escritores o simplemente para colocar reseñas en los diarios y revistas. Al menos yo es la primera vez en mi puta vida que leo un libro de estos señores.
El caso es que un buen día, en plena promoción, recibo un email de Gonzalo ofreciéndome un ejemplar de su novela. Excusó decir (lo excusamos ambos) que en agradecimiento al gesto yo habría de hacer la reseña de un libro por el que hasta ese momento no había sentido el menor interés (la culpa, toda, de Baudelaire). No es un secreto que esto es lo que se espera de los blogs. No sé a ustedes, pero a mí, incondicionalmente, sólo me regala libros la familia o los amigos. Mi respuesta fue la habitual en estos casos: le pregunté si se había vuelto loco. Le di a entender que la reseña podía ser lo mismo buena que horrible, que esto dependía un poco de lo que me pareciese la novela. Aceptando pulpo como animal de compañía y supongo que suponiendo que era mejor eso que nada tardé como una semana en recibir el libro dichoso y algo así como cuatro meses en leerlo (todo un record). Si me paro a pensarlo, y conociéndome mínimamente, uno tiene que estar muy seguro de sí mismo para enviarme una novela como esta, tan poco de mi estilo. Garrido lo hizo y yo le respeto por ello. Se arriesgó. Perdió.
Quería saber Garrido para qué servían los blogs literarios. Para esto sirven.
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LA RESEÑA
Comentaba más arriba que esta novela cuenta, para ser escrita por un completo desconocido (entre comillas, esto), con una de las promociones más salvajes que le recuerdo a una editorial aparentemente tan modesta como Alrevés. Pero esto es así y no es así. Supongo que aquellos que tenemos agregado a Garrido en Facebook y seguimos sus ires y venires en twitter somos más conscientes de esto que nadie, ya que otra cosa no, pero Garrido, hablar, habla por los codos. Y habla mucho de “Las flores de Baudelaire”, porque como buen comunicador sabe que, matices aparte, el sexo dura lo que dura dura y un libro vende en tanto se hable de él. Lo que se dice y quién lo dice es fundamental y quizá por eso no he dejado de escuchar desde que todo esto empezó la sonatina de que a Eduardo Mendoza esta novela le ha parecido “una intriga bien contada que acaba envolviendo a la sociedad bilbaína y, lo que es más importante, al lector”. Espero sinceramente que alguien se haya acordado de recompensar adecuadamente al Sr. Mendoza por ser de los primeros en leer la novela y por esta chorrada que ha tenido que a bien escribir una de dos: borracho o bajo amenaza (de impago).
Lamento sinceramente parecer tan desagradable precisamente con esta reseña que no debería ni estar escribiendo porque hay una cosa que es escandalosamente cierta: muchos autores de reconocido prestigio (es un decir) publican día sí día también literatura basura y lo más sensato sería ponerlos a parir a ellos y no a Garrido que es nuevo en esto y sólo trata de hacerse un hueco como buenamente puede en este mercado tan corrupto. El problema es que a mí pocas veces me apetece leer a esos autores de reconocido prestigio y en cambio sí a Garrido, precisamente por todo lo contrario. Tampoco me apetece ser el tío que tiene un blog y que te hace una reseña elogiosa si le mandas el libro. A mí el que me quiera mandar un libro que me lo mande, faltaría más, pocas veces he dicho que no, pero esperar, lo que se dice esperar, que no espere nada o, en todo caso, que se espere lo peor. Esto me ha quedado un poco chulo, pero hagan un esfuerzo por interpretarme que tampoco soy tan complicado.
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Pero vamos con la reseña de una puta vez. La novela está ambientada en el Bilbao de 1917. A una familia adinerada de la zona le matan una hija fea como un cardo y más tonta que un bote de sopa. La policía, que o es inútil o está comprada cede el protagonismo a un fotógrafo profesional con mucho tiempo libre y amigo de meterse en problemas. El resto se lo pueden imaginar: nuestro detective aficionado, más valiente que un jabato, se dedica a preguntar y a molestar a un montón de gente lo que le asegura recibir un par de veladas amenazas de muerte que sólo le preocupan durante un par de capítulos. No hace falta pensar mucho para acordarse de setecientas novelas o películas sujetas al mismo esquema. Pues así de original pero con vascos de fondo.
La novela, en mi opinión, tiene tanto para criticar (entendiendo esto como todo aquello que me provoca rechazo) que detenerme en cada detalle me obligaría a dedicarle un tiempo que no estoy dispuesto a perder. Por otro lado es una novela adscrita claramente al género de intriga (quien diga social, miente) algo con lo que yo suelo ser bastante tolerante por aquello de no sentirme nunca engañado. No es el caso. A esta novela la vienen queriendo hacer pasar por lo que no es desde que tengo conocimiento de su existencia.
Lo peor, con diferencia, es el estilo. Hay una falta absoluta de personalidad, achacable, quizá, a que sea una primera novela, pero hay muchas primeras novelas infinitamente mejores ergo no hay excusa posible para esa falta de naturalidad, esa artificialidad, ese deje mecánico, ese continuo demostrar que se es jodidamente bueno con el diccionario de sinónimos. Esto se traduce en una frialdad en la escritura que contagia la narración y se come vivos a los personajes, que no parecen otra cosa que fotografías en movimiento. Mención aparte para unos diálogos de juzgado de guardia. Lamentable. Y no es culpa de los personajes, por más que estos no sean más que simples estereotipos nacidos de demasiados visionados de Colombo o Se ha escrito un crimen. El protagonista, un tipo infelizmente casado, independiente, mujeriego y un poco imbécil; sus colaboradores, el matón y el pupilo brillante; el jefe de policía arisco pero sospechosamente buen profesional; un juez corrupto; los matoncillos suburbiales; la femme fatale…. En este novela no hay acción pero gente sí, para aburrir. O quizá para despistar; puede que tanto aparato no sea nada más que una ceremonia de la confusión tratando de disimular las carencias argumentales que se han ido sacrificando en favor de las documentales. Me explico: la novela de Garrido sufre de lo que me pareció en su momento que sufría aquella única novela de Perez-Reverte que leí sobre Alatristre. Documentarse está bien -es fundamental, diría- pero no hay que olvidar nunca que los efectos especiales han de estar a la altura de la historia. No es el caso. Quiero decir que aquí no se tiene ese cuidado; se atiende demasiado a los detalles y al dibujo social de una época que no sé hasta qué punto importa a la narración, que una cosa es novelar y otra impartir una lección de historia y que para hacer ambas cosas y hacerlas medianamente bien hace falta mucho más arte del que demuestra tener Garrido. Esto no tendría por qué ser un problema si no fuese tan evidente, si no estuviese la narración tan al servicio del contexto histórico.
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No busco hacer sangre. No a Gonzalo, al menos. Otro cantar sería la sangría que quisiera para la prensa escrita o la digital o la agradecida blogosfera contra la que ya me estoy hartando de disparar un día sí y otro también cuando no es para tanto. Pero lo que yo quiero nunca se cumple. (Comentario 1)
Cuando uno lee ciertos artículos decir cosas tipo esta: “Las Flores de Baudelaire es un libro ágil que entrelaza con maestría el suspense de la investigación con la descripción de una sociedad y la psicología de unos personajes” lo que en realidad parecen estar diciendo es que no se han leído el puto libro. De hecho el resto de la entrevista (ENLACE) es un copipasteo de lo que ha dicho el escritor en el que se habla de “la originalidad de la historia, el estilo sencillo y depurado de la narración y la fuerza de los personajes que vertebran toda la trama” o cosas como que la novela pretende "provocar, hacernos pensar en nuestras propias vidas" o que “la obra tiene varios niveles de lectura, desde el sencillo al más sofisticado”. Varios niveles de lectura… Por el amor de dios...
La blogosfera peca exactamente lo mismo, como siempre. Incluso los más críticos se apuntan al carro del peloteo: “Un libro que entretiene. Una narración suelta, documentada, modelada con historia investigada, tanto por el protagonista como por el autor. Compilar de esta manera el ayer de una estirpe debe producir mucho placer y mucha autoestima.” Decir esto que parece tan de aspirante a crítico de academia equivale a no decir nada o peor, decir esto es un insulto a la inteligencia. Si alguna vez escribo una novela y me dicen algo así sabré que me están mintiendo.
Días antes de publicar esta reseña (semanas después de haberla escrito) Gonzalo Garrido anunció en twitter que ya está en la imprenta la segunda edición. Se ve que sí era el camino.
Plop! Pasando por alto lo que tiene usted de villano (el sentido común en ciertos contextos y desde ciertos puntos de vista acaba siendo lo mismo que la maldad), he disfrutado como enano la lectura de esta reseña.
ResponderEliminarSólo un argumento en favor de Garrido y su novela: no está publicada en una editorial con pretensiones literarias ni se nos vende como un nuevo Cervantes. Y, por lo que entiendo, ha leído la novela entera, lo que en estos tiempos no es un mérito menor. Al menos.
Sí, la leí entera, es verdad, pero confieso que me costó. No acostumbro a hacer este tipo de esfuerzos pero pensé que esta ocasión lo merecía.
EliminarNo sé a qué ser refiere cuando dice que no esté en una editorial con pretensiones literarias. Garrido las tiene. La cita de Mendoza, repetida hasta la saciedad, demuestra claramente lo que Garrido espera de sí mismo. ´
Y no soy tan malo, no se crea. En la intimidad soy una bellísima persona. Tengo testigos. Lo que ocurre es que los demás son demasiado buenos.
Muchas gracias por pasar. Un placer.
COMENTARIO 1
ResponderEliminar¿Saben qué sería realmente divertido? Que todo fuese mentira. Me refiero a que todo esto: el libro de Garrido, la promoción, el puesto 78 en la lista de los 100 más vendidos… que todo, absolutamente todo, fuese un benéfico plan del escritor perpetrado con el único fin de desenmascarar la corrupción “del sistema”. Déjenme imaginar, adoro fantasear: veo a Garrido en su mesa escribiendo una mala novela (“Las flores de Baudelaire”) al tiempo (sería un tipo lleno de manías, Garrido, y tendría siempre abiertas dos ventanas en el ordenador) que estaría preparando otro libro, un ensayo seguramente, o la novelización de una experiencia. Elegiría una pequeña editorial a la que no le importase arriesgar, acostumbrada a publicar cualquier cosa. Quizá la engañaría también a ella. Utilizaría sus contactos en comunicación para salir en prensa, invertiría, quizá, algo de dinero, no mucho, lo justo para unos pinchos en la terraza de algún hotel bilbaíno y algunas botellas de vino en agradecimiento. Enviaría cien ejemplares a blogs y revistas, sería simpático, omnipresente, llegaría a ser ALGUIEN en el negocio. La publicaría. Le iría muy bien, claro, y un año después, por ejemplo, publicaría ese otro libro, el que llevaba en segundo plano. Se trataría -a esta altura estaríamos ya casi seguros- de un ensayo que pactaría ser finalista en el Premio Anagrama de Ensayo. Se llamaría “Literatura basura. Fotograma de corrupción literaria” o “Mercado Basura: Literatura”, algo así, algo llamativo. El libro relataría las miserias del mercado, el sótano que habitan los Asensi, los Reverte y toda esa banda pero también el otro mercado, el incipiente, la literatura de minorías, que es la literatura de la mayoría. Nos contaría como unos y otros se someten al imperio de la mentira. Hablaría también de las citas y la fajas, que contarían con su propio departamento en el sótano de alguna editorial barcelonesa, por ejemplo: cita de dos párrafos de Muñoz Molina, 200 euros; de Eduardo Mendoza, 300; de VilaMatas, 320; de Espido Freire, 25. Al final haría cuentas, diría cuánto ganó ese año y lo daría todo a la lucha contra el cáncer o las plagas de langostas en África Oriental.
Pero cállate, Tongoy, no desveles nada, hombre.
EliminarVaya aterrizaje de inicio de curso. :)
jajajaja! Veo que el verano le ha sentado bien. Espero que continúe así, al menos, hasta Reyes. Yo no soy seguidor de Gonzalo Garrido en twitter y por ello no me he entrado de absolutamente nada de su novela. Es más, de no ser por algún amigo informado, ni sabría de la existencia de este libro y este señor. Es curioso: si uno atiende el twitter o el Facebook de ciertas editoriales parecería que toda España vive hablando de sus libros, cuando en la realidad analógica, nadie conoce su existencia. El mundo literario es corrupto, y cruel. Solo queda ser curioso y leer, para que no nos cuenten.
ResponderEliminarEsto que dice usted es absolutamente cierto. Es increíble, pero hay un montón de gente que no NADIE, que no es NADA y que sin embargo gozan del don de la omnipresencia. Quiero pensar que la culpa es mía que miro hacia dónde no debo pero supongo que no es del todo así. En la literatura hay demasiados NADIES escribiendo NADERIAS a quienes se les hace demasiado caso porque los mismos periodistas que los promocionan son mindundis tratando de vivir en la misma oquedad en que viven esos escritorzuelos.
EliminarPero, es que, joder, son tan divertidos...
Un saludo. Y sí, gracias, las vacaciones me han sentado de puta madre.
Preparando la vuelta al cole con ganas ¿eh, Carlos?.
ResponderEliminarAl final vas a conseguir que no te vuelvan a enviar un libro para reseñar ni por casualidad. Y seguramente así debería ser. Los críticos, esos que cobran, deberían ser ellos mismos quienes eligieran los libros de los que hablar, bien o mal.
Independientemente de tu reseña, creo que nunca me habría decidido a leer un libro con ese título. El pobre Baudelaire y tantos otros deben de revolverse en la tumba cada vez que alguien los cita en vano.
Saludos
No te puede imaginar las ganas que tenía de empezar septiembre. Me obligué a dos meses de calma chicha y ahí están. Pero ya.
EliminarSobre los libros. Si he de serte sincero apenas recibo ninguno. Hubo un tiempo que sí pero la mayoría eran una mierda o de un estilo que no me iba y fui dejándolos a medias. (También tengo algunos muy intersantes pendientes de leer todavía, un año después de haberlos recibido, pero esto es defecto del animal). Entre eso y las malas reseñas comienza a ser un hecho excepcional que el cartero me traiga algún paquete que no sea una bomba de relojería. Y te voy a decir una cosa: lo prefiero (que no me traigan paquetes, digo, no las bombas). Los editores y los escritores se equivocan. Un escritor sabe lo que quiere leer y lo que le puede gustar. Lo normal sería que les ofreciesen cosas de su catálogo, a placer. Eso, en la mayoría de los casos, garantizaría una buena reseña y honesta, además. A mi esto me pasó una vez, con resultados excelentes, diré. Tan fácil como eso. Ahora bien, claro, si te mandan el librito del escritorzuelo de turno... pues no, la verdad.
Abrazo,
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarNo tomarás el nombre de Baudelaire en vano.
ResponderEliminarUn título absolutamente abominable. Entiendo que el resto del libro está a la altura.
ResponderEliminarSi un día llego a publicar algo, se lo enviaré. Será un honor dejarme destrozar por usted.
El honor (de dejarle hecho unos zorros) será todo mio. Cualquier cosa que le haga feliz, no tiene más que decírmelo.
EliminarSaludos,
Yo puse en mi blog el vínculo del blog de este señor porque cuando tuve noticia de las jornadas aquellas de blogs literarios sentí curiosidad. Inmediatamente percibí cierto tufillo porque en las jornadas participaba más famoseo del que proporcionalmente correspondería. E inmeditamente después vino lo de esta novela: el susodicho blog sólo se dedicaba a hablar de ella. Sólo y exclusivamente a hablar de su novela. En fin, para mi se convirtió en algo irrelevante, veo que por fortuna.
ResponderEliminarSi, yo con su blog tuve la misma impresión, pero bueno, hay que decir que ya existía antes de las jornadas. Lo más interesante es que resulta fácil ver como funciona el asunto de la autopromoción. Es todo un curro.
EliminarTe estoy viendo. Debajo de la higuera-limonera, chirriando los dientes, mordisqueándote los pellejos y deseando (pero posponiendo) asomarte a tu propio blog para descubrir la sangre sobre la pantalla y el resurgir del negocio de venta de kleenex.
ResponderEliminar¿Pero tú cuántos capítulos del 'manual de la buena persona' te has saltado?
Seguro que a algunos se nos hace más llevadera la vuelta al cole con esta promesa tuya de hacer rodar cabezas, mientras otros piensan en su (tu) posible suicidio. Hay para todos, por lo que veo.
En fin, vayan afilando sus cuchillos.
Saludos,
Marieta
PD: Quique, tontorrón, ¡cómo no te vamos a querer!
El problema fue que este lo leí en casa y completamente sobrio, creo. Y yo el manual ese creo que nunca llegué a tenerlo pero lo puedo buscar.
EliminarBesos,
Tonguito, rey, ¿cómo cojones se me ocurriría a mí enviarte un manuscrito?
ResponderEliminarCuando tenga tiempo y ganas intentaré que me lo publique alguien. En la faja pondrá: "una pequeña obra maestra" - Carlos G. Peón.
Lo dijiste.
Y me haré famoso. Rico ya soy. Y hala, a follar. Te dejaré hacer de coche escoba si te apetece.
Ya, Quique, la verdad es que tuviste valor, vamos, a mí ni se me ocurre, vete tú a saber cuáles son los gustos de este señor Tongoy nuestro de cada día que yo no los pillo ni al vuelo. Pero aún así tú saliste bien parado.
EliminarConchi, cielito, deja de resistirte. Si lo estás deseando... Envíame esa novela.
EliminarTonguete, mi novela bebe de Bruno Schulz, que no sé si conoces; tiene algo del ambiente sórdido de Nada, que sí te gustó, y algo del melancólico de Pedro Páramo, que no sé si leíste, pero sí sé que te gustó El Desierto de los Tártaros (para asombro mío; relaciono ambiente melancólico con poesía y a ti te sale urticaria con solo oír esa palabra), todo ello hilvanado con una magnífica prosa-poética que no deja de contener algún deje del estilo neo-pop de Viola de Grado, a la que detestas. (Veo que no escatimo en influencias).
EliminarConclusión: la masturbación (esto no sé qué significa pero lo dice siempre mi hermana que se debe de matar a pajas, la pobre...)
Ah, la masturbación! Qué de recuerdos, caramba! Lo otro también son pajas, pero mentales. Lo de las referencias, digo. Todo es influencia de todo. Somos lo que comemos y todo eso. Como dice Vincent más abajo: dime como lees y te diré como escribes. Pues más o menos: dime qué lees y te diré qué escribes. Y ahora me voy a leer al puto Schulz sólo para dejarte sin excusas.
Eliminar(Lo de Viola di Grado me sigue doliendo cada vez que lo dices. Basta. Tú vales mucho más que ella.)
Hola, Tongoy:
EliminarMiro las estadísticas de mi blog, y me extraña algo: De repente, tengo en dos días 50 visitas a la entrada "Madurar hacia la infancia" de Bruno Schulz, que escribí en 2010, y digo ¿de dónde viene esto?
Ya he resuelto el enigma.
Menudo poder de convocatoria que tienes: citas a Schulz en un comentario y la gente se pone a buscarlo.
Schulz es un escritor de lectura exigente, pero de gran calado literario; posiblemente uno de los genios ocultos del siglo XX.
Por cierto: ¡¡menudas fuerzas con las que empiezas la nueva temporada!!
saludos
¡Hostias! ¡50! Carlos, ¿cuántos pirados te leen al día? ¿Es un secreto?
Eliminar¡Eh! Que la que ha citado a Schulz he sido yo... De verdad, hasta aquí se nos ningunea... Unos cardan la lana... (O algo así)
EliminarEn fin, me cabreo.
(Luego me paso por tu blog y leo esa entrada, a mí Schulz me maravilló hasta el éxtasis).
Quiquiño, a ti no hay modo de interpretarte bien. Te queremos, pero también te hemos dado por imposible.
EliminarMi madre me enseñó que no debía nunca hablar ni de dinero de ni estadísticas. Pero para que te hagas una idea digamos que este blog lo visitan x+50 personas. Dejemos la cuestión en el aire. Las respuestas hacen estúpidas las preguntas (esto no lo digo por ti, que me pareces un hombre brillante).
Y es verdad, la que citó a Schulz fue Conchi. ¿Creías que la tenía aquí solo por amor? No, que va, también me mueve el interés.
Amor, me voy una semana fuera, ¿podrás vivir en mi ausencia? Luego vuelvo renovada para leer estas críticas destroyer. Un beso. Pensaré en ti.
EliminarHola:
EliminarVale, me expresé mal, disculpa Inmaculada; lo digo mejor:
Inmaculada fue la que citó a Schulz, pero eso sólo tuvo repercusión porque lo hizo aquí (en Tongoy), que si lo hace en cualquier otro sitio no tiene repercusión...
Voy a probar yo, a ver si funciona: usted lo que debería leer son los cuentos de Cazadores de Marcelo Lillo, uno de los mejores libros que he leído en mucho tiempo y al que casi nadie hizo caso cuando apareció en España.
saludos
Qué bonito, Conchi. Trataré de llevarlo. Se feliz.
EliminarJoder, David, Cazadores es un cuentario o un relatario o cómo quieras llamarlo. Me queréis matar, joder. Yo me lo apunto, pero por apuntar más que nada y porque viene de ti. De todos modos y por asegurarme: ¿Sabes que a este blog puedes venir cuando quieras sin traer nada (recomendaciones, se entiende), verdad? Ya hay confianza, hombre.
Hola Tongoy:
EliminarSí, hombre, si ya sabes que entro de continuo aquí aunque no siempre deje comentario.
Y, quitando la búsqueda general en google, desde este blog, es desde donde más visitas recibe el mío. Pero lo de Schulz es que me ha dejado sorprendido. Ya van por 65 visitas desde ayer...
Lo voy a poner fácil, ya que me das la confianza:
http://desdelaciudadsincines.blogspot.com.es/search/label/Bruno%20Schulz
saludos
Y yo aprovecho para introducir el Link a la traducción de Jorge Segovia y Violetta Beck. Se recomienda leerlo a solas, con una buena música de fondo, paladeando cada palabra, diccionario en mano, eso sí.
Eliminarhttps://docs.google.com/document/d/1t3I0gZVQihYU7OkQilsMyhe_4Vw7Ou9iaa2Ln2Rs6sE/edit?pli=1
Saludos.
Si, David, lo sé. Lo decía porque siempre me andas fastidiando con alguna recomendación que sabes que no dejo de anotar. EStoy agotando las filas del excel.
EliminarInma, (¿pero tu no estabas de viaje?) si me tengo que comprar un equipo de música y un diccionario para leer a ese señor, mal vamos. Bromas aparte, he ojeado el link y tienes razón: si vas de ese rollo es mejor que no me mandes tu novela. Así también me aseguro de que seguimos siendo amigos.
Saludetes,
Si te conoceré como si te hubiera parido. No te gusta porque es muy poético. Confesar que a uno le gusta lo poético no implica ser menos machito, Tongo. Anda, haz un esfuerzo con Schulz y luego te mando mi novela.
Eliminar(Me voy ahora de viaje, ya veremos si no acabo en alguna cuneta disparo en cráneo). Me llevo el Tom Jones.
Un besito.
Hola, por cierto, Tongoy, que se me olvidó comentártelo:
Eliminarcreo que Inma te está engañando un poco porque no te avisa que de lo de Schulz son relatos, o como mucho una novela formada por relatos interdependientes. Toma ya.
saludos
Joder, David, ¿me estas diciendo que la Conchi, mi Conchi, me está haciendo la cama? Deja que la pille a solas.
EliminarQue sean relatos me parece casi pero que lo de la prosa poética.
(Ahora, ya te digo también que la Conchi es mucha mujer para batirse en duelo con ella. Tú verás.)
Saludos,
Oye, me parece fatal lo de "Espido Freire: 25". ¿Por qué ella 25 y "Vila-Matas 320"? A mí también me ha salpicado la sangre, espero que este señor no tenga ninguna enfermedad venérea, lo ha dejado todo perdido, madre de dios, mañana me hago las pruebas del SIDA.
ResponderEliminarNo sabría decirte. Espido Freire me cae mal sin ninguna razón. Igual es maravillosa y una escritora excepcional pero me gusta tener mis prejuicios. Me humanizan.
EliminarA mi el SIDA me da igual, yo lo que espero es que este señor no tenga sed de venganza porque la dirección de mi casa ya la conoce.
Joder, si te paras a pensarlo esta profesión acojona un poco.
Es mejor una mala crítica honesta que una buena hipócrita. De la mala, si es sincera, se aprende, sobre todo al principio; la buena, si es interesada, lo único que provocará es que la vuelvas a cagar. Que duelen, ¡coño, claro que sí, no te jode! Tanto es así que no vuelves a ser el mismo escritor. Pero mejor una buena hostia a tiempo que una nueva cagada en el futuro. Te tomas más en serio este oficio, comienzas a respetar el idioma como nunca antes, pero sin lugar a dudas lo mejor es que te obliga a madurar horrores, no tanto por lo que escribes a partir de entonces sino por la conciencia con que lo escribes. Al principio es para suicidarse, pero si tienes carácter, voluntad y el suficiente talento, tarde o temprano, vivo o muerto, como decía el jodido Turgeniev fusilando al cabrón de Goethe, la rosa florecerá. El objetivo no es escribir a los treinta una obra maestra; el objetivo es escribir a los cuarenta una novela sin hacer el ridículo.
ResponderEliminarOtra cosa totalmente diferente es que el 90% de los lectores no sepa interpretar un texto literario en condiciones. Hay un proverbio muy borgeano entre escritores que dice: dime cómo lees y te diré cómo escribes.
Me ha gustado la entrada. Parece de verdad.
Un abrazo.
Gracias, David, muy amable. Sólo un detalle sin importancia: me mandaste tu libro en mayo, en pdf. Lo digo porque no dudo que no te acuerdes, pero seguro que alguna vez ya pasaste por aquí. (A todo esto, no, todavía no lo leí, confieso que me da un poco de pereza).
ResponderEliminarUn abrazo y gracias por volver.
La crítica es de verdad, Vincent; todo absolutamente cierto. Y sí, ya supongo que todo esto duele. Por eso me gusta vivir al margen del mundillo, para que no duelan los dolores ajenos. Dicen que las buenas críticas se olvidan pero las malas jamás. Según esto debe haber un montón de gente acordándose a diario de mi querida madre.
ResponderEliminarPor otro lado no puedo estar más de acuerdo contigo. Cuando más he aprendido (en general, en mi vida) ha sido cuando más me han criticado. Darme la razón no ha servido nunca absolutamente para nada. Ni aún teniéndola (la razón).
Si te paras a pensarlo yo debería estar cobrando por estos favores que le hago al mundo editorial.
Que no sabemos leer es una gran verdad. Y aquí tengo un conflicto que nunca he podido aclarar. Por un lado pienso que un escritor que publica debería adaptarse a su público o al menos ser consciente de las "limitaciones" de este (no todos los lectores son críticos literarios y todo lector,como tal, tiene derecho a expresar su opinión (si nos vale su dinero debería valernos su parecer)). Por otro lado también creo que uno tiene que escribir lo que le salga de los cojones y que cada lector haga lo que pueda con su entendimiento. Supongo que la conciliación de ambas posturas es la clave del éxito.
Un abrazo, Vincent.
...siempre que no te ahogues en algo.
EliminarEn cuanto a las críticas, depende de cada cual. Supongo. Dada la circunferencia de mis pelotas tiendo a pensar (tiendo no, lo pienso del todo) que el que me critica no tiene puta idea o no ha sabido (insisto: sabido) interpretar lo no tan difícilmente interpretable.
Es decir, soy completamente consciente de mi propia genialidad. Son los demás los inconscientes de sus limitaciones.
Inma, cari, suelta ya ese manus. Bueno o malo te diré que se ahoga en algo.
Totalmente de acuerdo, Carlos. El escritor del siglo XXI se parecerá más a Roth que a Gaddis, a Bolaño más que a Borges o a Lawrence más que a la Woolf. De ahí que de Baudelaire y Tolstoi para abajo, salvo los clásicos básicos y cada vez menos, no se lea absolutamente nada hoy día. De todas formas, no adscribo el problema tanto al lector como al escritor. El problema no es que el lector lea como un crítico, nunca ha sido lo esperable, sino que el escritor no lea mejor que el crítico. Eso mismo es lo que ha puesto del hígado a los escritores serios a lo largo de dos milenios y pico, que se dice pronto. Lo que es una vergüenza es que Paul Auster haya sido una de las referenciales literarias primordiales entre los escritores de nuestro país en los últimos veinte años -me ahorro los nombres que no apetece discutir con los incondicionales- y que no sean capaces de explicar por qué una novela como El palacio de la luna es tan buena. Yo no ataco a los lectores; ataco a los escritores que siendo meros lectores de a pie -el common reader que decía la Woolf- se metan a escribir novelas y crean -he aquí el verdadero problema- que eso es literatura. La literatura es un arte y todo arte es, además de una técnica, un símbolo de la realidad no una mera reproducción, copia o calco. Que se lo digan a Valera, Galdós y a Clarín, que de cronistas tenían el estilo y poco más. Es tan sencillo como entender la diferencia entre la denotación (lo que emociona al common reader) y la connotación (lo que interesa al literato). Y la obra maestra es la que alcanza el equilibrio entre ambas, la justa medida como decía el cansino de Aristóteles. Pero claro, hoy tratas de explicar esto y defenderlo y quedas como un puto freak pedante y snob. Vamos, que te sientes gilipollas, con ganas de que inventen la máquina del tiempo para volver al Barroco y que le den por el culo al cochino siglo XXI.
EliminarUn placer, como siempre.
Sí pero no.
EliminarCada vez que uno de mis lectores se queja de que no dejo claro si la protagonista de mi novela está viva o muerta, yo siempre digo lo mismo: los muertos no cagan. No hay excusa.
Ahora bien, cuando un lector se queja del exceso de digresiones, de que tanto nombre de escritor marea, o de cagadas monumentales tales como "atlántico" en minúscula, pues se acepta y punto. Nadie es perfecto y menos con 26 tacos.
Claro tú piensas que la gente se mete entre pecho y espalda a Juan Goytisolo como pasatiempo; que está acostumbrado al fárrago de Faulkner; que se pelea a diario con el castellano viejo de Don Juan Manuel; y no, ni mucho menos. Evidentemente, no vas a dejar de hacer lo que haces, pero llega un punto en que tomas consciencia de que lo que haces no es para todos los públicos. Para mí, entre una novela y un poema no hay diferencia. Si la postura crítica de Croce hubiera triunfado sobre la de Tynianov, las cosas, por lo menos en crítica, hubieran sido muy diferentes.
En cuanto a la genialidad, estimado Quique, no creo en ella. Es el último mito romántico. En lo que creo es en el trabajo, la voluntad, el esfuerzo, las noches sin dormir, los no fines de semana, las no vacaciones, el venga a romper papel, el venga a reescribir, por no hablar de las cincuenta mil horas que te tiras delante del papel o el portátil revisando una y otra vez la misma mierda que has escrito hasta que se parece a algo a eso que llaman literatura. Prefiero hablar de que un escritor posee una sensibilidad y una imaginación mayor que la media, pero eso es todo. Lo demás es culpa del maldito Capote, que genio sí, pero cuando no estaba borracho. Yonkiladas, vaya.
Saludos.
VD, amigo, ¿quién te dice que mi presunta genialidad no es el fruto del esfuerzo, el trabajo y las noches sin dormir?
EliminarTendrías que haber leído las primeras 200 páginas que escribí. A ver si rescato un par de párrafos y te los pongo por aquí y nos descojonamos todos a gusto. En serio. ¿Quién iba a pensar que semejante mierda iba a convertirse en tamaña obra maestra?
Pues así fue.
Además, casi nunca digo nada para que os lo toméis en serio, coño.
Algo leí, querido Quique. Me recordó al estilo de Sharpe. Pero creo que le falta un intensivo, uno de 100 horas mínimo con el Panhispánico de dudas al lado. Algo así dijo Pérez Vega, si mal no recuerdo. Mejoraría sobre todo la puntuación y me involucraría menos en la historia, es decir, la abordaría desde un punto de vista más objetivo -nuestro principal defecto como generación, me aplico el cuento-. De todas formas, puliendo el aspecto ortotipográfico, tarde o temprano la obra tendría que estar en la calle. A estas alturas o te conviertes en corrector de pruebas de tu novela o no te publica ni Dios. Y a veces ni con esas. Lo bueno que tiene tu novela es que es entretenida y está escrita para todos los públicos. No le metes caña al lector, lo cual es un punto a favor. Yo, en sentido, soy un jodido nazi y así me va.
EliminarVenga, va,deja que me justifique.
EliminarUna alabanza que me llevé fue que hacía especialmente leíbles y comprensibles las frases muy largas. Eso por lo de la puntuación, que yo prefiero minimalista.
En cuanto a involucrarme en la historia, no sé, es la de un chavalillo escrita por él mismo. Lo raro sería que escibiera como un escritor que no estaba allí. Y ni es(soy) escritor y sí estaba él allí. Imposible objetividad.
Saludos.
Yo diría que se está sin estar. Yo, por lo menos, cuando estoy no me aguanta ni Dios. Imagínate, doscientas páginas sobre libros olvidados, guarrillas enviniladas, ansiedad, discusiones de pareja, protagonizado por un gilipollas nihilista que lleva una doble vida. Na, queda una cosa muy rara entre el Lazarillo, Carlyle, Papini y Ellis, que sólo un verdadero zumbado estaría dispuesto a publicar. Pero de esos ya no quedan.
EliminarCréeme. Estuve allí. Y esa mierda que dices a mi me tiende a gustar. Pero es como todo. Se puede hacer bien, regular y mal.
Eliminar“Tener la palabra”, es una de esas expresiones que esconden una manera de analizar la Historia, al menos la que esta parte del sol ilumina con su indiferencia, que explica esa necesidad de hablar, de escribir y por tanto de ser y estar en el mundo que nos es tan familiar en algunos y que goza de una salud envidiable. La Palabra, y su posesión, modelan la Historia. La de los Dioses y la de los súbditos rebeldes.
ResponderEliminarNo hay escritor, ellos y ellas, que se resistan a dar su opinión, en sus más diversas estancias, precisamente, porque se les da la palabra, y nadie se resiste “a pasarla”. Tener la Palabra es participar del poder, y si bien no se pueden atestiguar los posibles efectos a la larga, proporciona a quien la tiene, a cada instante, momentos de placer que por sí solos parecen justificar absolutamente todo, entre otras cosas esa exposición al ridículo que compensa la amabilidad de los extraños, una gracia que invariablemente tiene un precio.
¿Por qué se publican tantos Libros? ¿Por qué tantos dan tan alegremente la palabra a los demás? ¿Por qué se escriben tantos malos libros? Para tener la Palabra, y por ello, el derecho a réplica, es hoy, tan necesario.
Entre “Tiene la palabra” y “Toma la palabra”, navegamos los demás.
Saludos.
P.D. Tongoy, es usted responsable de mis desvaríos.
Al final resultará que tengo yo la culpa de todo. Menos mal que la espalda del crítico es ancha y alargada.
EliminarSus desvaríos serán siempre bienvenidos a este blog.
Saludos,
Gracias, Carlos, por tu esfuerzo. Como te dije en mi mail hay que saber estar a las duras y a las maduras. También en el mundo de la redes sociales. En cualquier caso, una descalificación tan absoluta dice más del crítico que del criticado. Saludos
ResponderEliminarHola, Gonzalo. Bonito desencuentro tenemos aquí.
EliminarSólo dos cosas.
Uno: la crítica no es tanto hacia tu persona como al sistema de promoción de novedades. Lo que ha ocurrido es que con este libro te has convertido en el ejemplo perfecto de algunas cosas que quería denunciar.
Dos: a mí hace tiempo que se me ve venir.
Gracias en cualquier caso por pasarte.
Un saludo,
Impresionante tu argumentación, Gonzalo:¿"una descalificación tan absoluta dice más del crítico que del criticado"? ¿De dónde has sacado eso? Si un libro (no el tuyo, uno en general) es malísimo, ¿qué debe hacer el crítico? ¿Quieres para tus novelas algo así como lo que escriben los críticos oficiales? ¿Quieres que como hacen Sanz-Villanueva o Senabre se añada a la reseña una caricia condescendiente? ¿Un eres malo pero no te desmoralices, chaval? ¿Quieres un caramelito?
EliminarPodría ser algo así: "El autor ha perpetrado un atentado contra la literatura en castellano pero sin embargo su dominio de la puntuación y la ortografía es remarcable. Se nota que fue muy aplicado en el colegio de los padres franciscanos al que acudió durante su infancia," ¿Quieres una reseña así para tu novela?
Un poco de seriedad, Gonzalo, que se te ve el plumero.
La sargento Margaret
Sr. Garrido
ResponderEliminarHay cosas -y no lo digo exactamente por su libro que no he leído- que pueden, y deben, según en que contextos, y a partir de unas nobles aspiraciones, merecer una descalificación rotunda, absoluta.
Visto el estado de panyaguamiento y amiguismo de la crítica literaria -y la entidad de las obras de autores españoles que vienen siendo su objeto- a un blog como el presente se le debe -es conveniente hacerlo- otorgar credenciales de desnuda ecuanimidad. Una ecuanimidad meditada y sincera. Sentida.
Un saludo a todos!
Gracias Bluff, es muy amable por tu parte. De todos modos al escritor maltratado (en general) hay que perdonárselo todo. Y más ahora, en pleno arranque de la segunda edición.
EliminarDe todos modos, con 200 bocas hablando maravillas de este libro (en público), yo, si fuese Gonzalo, tendría reservas de tranquilidad para un rato largo.
Ay, G. G., te mataste solito.
ResponderEliminarYo jamás de los jamases me compraría un libro de la editorial Alrevés porque son unos malquedas. Les he escrito dos emails y se han hecho los locos, y eso que no soy escritor y mi intención al escribirles no era mandarles mi manuscrito.
Así se habla, Tongoy, sin pelos en la lengua. Eres mi héroe. No la cagues.
Valiente crítica. Ya somos muchos los que estamos hartos de todos esos "escritores" que utilizan su tiempo y valor para promocionarse en internet más que para aprender a escribir bien. Es un claror la cantidad de lectores que no nos creemos en absoluto las falacias, mentiras y estulticias de la crítica que los periódicos al uso, o las revistas del ramo dicen ejercer. Está contaminada hasta la nausea de amigismo, parcialidad e ignorancia interesada. Por eso es de agradecer la labor que vienes realizando en tu blog Carlos. Y creo, sinceramente, que si no existiera La Medicina de Tongoy tendrían que inventarla. Es impagable, que una persona capacitada, sincera y honesta ofrezca a los demás sus fundadas opiniones poniendo sobre la parrilla toda su desinteresada pasión por la LITERATURA.
ResponderEliminarOtra cosa. Respecto a Schulz. Yo ahora mismo no me leería sus obras completas, publicas en Siruela. Su flamígera y deslumbrante prosa no deja de ser, en estos momento de mi periplo vital, un tanto aburrida. Lo que prueba, una vez más que cada escritor tiene su momento vital en nuestras vidas. De Schulz, prefiero ahora sus dibujos, como los que realizó para "El libro idólatra". Pura imaginación Goyesca, extravagante y masturbatoria. (Maldoror ediciones.)
Me sacas los colores, Agapito. Gracias.
EliminarRespecto a Schulz (por aquello de cambiar rápidamente de tema) no lo conocía pero leído un fragmento de aquello a lo que mas arriba enlaza Inma confieso haber sentido cierto espanto. Me he anotado ese que dices. En un par de días lo saco de la biblio. Ya te contaré.
Abrazo,
Esto de los comentarios cruzados y auto-promociones de blogs literatos y tal se está pareciendo cada vez más a la sífilis que pillaban los padres jesuitas en misiones.
ResponderEliminarAfectuosamente,
Dr J
Estimado Tongoy:
ResponderEliminarCorre Usted el riesgo de convertirse en un prescriptor cultural, de los que anuncia, apocalípticamente MVLL, su declive, por motivos que al peruanoespañol le deben de repatear, llegar a Nobel para que nadie te haga ni caso no debe ser el mejor de los escenarios de ese espectáculo que desde su planetario quiera contemplar, perdón, decía que…
No es responsabilidad suya, no creo, sinceramente, que esté en su animó sentar cátedra y repartir certificados, pero se echa en falta una respuesta más crítica por parte de quienes deben tener también opinión propia. Tal vez esto sólo sea una sensación tras leer el tono cuasi panegírico de los amigos todos de este blog, rara vez se jalea su gusto y aprobación en la misma manera en que abruma la visón del estruendo que capacita su desafecto. Será parte de la naturaleza de las cosas.
Reúne en torno a usted una cohorte que delega su autoridad vaya a saberse su porqué, pero esto le deja en el fondo muy sólo. El patíbulo siempre se queda vació, y del ajusticiado no se acuerda ni el verdugo.
No obstante, lo más llamativo, tras la intervención de las duras sin madurar, es precisamente la escasa defensa que ejercen los aludidos en ocasiones como la que nos ocupa. Es digno de creer que cuando uno es consciente, y por tanto responsable, del valor de su obra, no debería eludir la batalla, a no ser que en realidad la nombradía nos lo proporcione el editor, el bloguero amigo, el crítico suplementario y despistado en apariencia o la revista que nos dice qué leer, y a nadie pareciera molestar tamaña osadía, amen del las redes sociales y su volatilidad en los pareceres. Todo consiste en vender, aún a costa de la verdad, y ésta la conoce cada cual de sí, no es necesario que Nos la cuente Usted, Don Carlos. ¿El lector? Un daño colateral.
Vaya mi respeto para usted, aquí, en la retaguardia, los cadáveres sólo aparecen tras el polvo disipado.
Saludos.
Me gusta su discurso, señor Anónimo. Un escrito muy digno pese a algún que otro desliz.
EliminarEn mi caso, me siento a gusto en este lugar porque quien lo administra lee como un maldito cabrón, dice lo que piensa y para colmo es un tío majo. Y todo de forma independiente y gratis. Más no se puede pedir. De hecho, a mí me encandiló cuando le hablé de poesía y me mandó a la mierda (es un decir) con una naturalidad y una sinceridad que me acojonó. Vamos, que Tongoy tendrá muchos defectos, como todos, pero a diferencia de la mayoría no se mueve por intereses. Eso y que quedar en el Top Ten de El Cultural, no siendo escritor ni crítico profesional, es la mayor hazaña ciberespacial de la que tengo noticia. Es el Michael Kohlhass de los blogs.
MVLL le ha echado un par de pelotas. Gana el Nobel y acto seguido publica el muy zumbado la diatriba más políticamente incorrecta de los últimos años. ¡Olé!
En cuanto a eludir la batalla, hay que decir que el ser humano es cobarde por naturaleza. La valentía del señor Garrido, como mínimo, es más que respetable (y no se preocupe que seguro que tiene su público; yo como mínimo, le echaré un ojo, en parte gracias a Tongoy, con lo cual, pese a la mala crítica, el autor ha salido ganando).
Lo que está claro es que a nadie le gusta que le recuerden que le ha salido una hija fea. Ya sabe cómo somos los padres: creemos que nuestros hijos son los más guapos, los más listos y los más educados cuando en el fondo sabemos que es una burda mentira que ideamos para no asumir la responsabilidad genética.
Saludos.
V.D
EliminarPuntualizo sobre el párrafo final de tu comentario.
"... o para intentar subvertir la inexorabilidad genética".
No, ahora en serio. A los jóvenes autores (y no tan jóvenes) españoles, a los que se viene comentando por aquí, no creo que les suceda eso que dices. Han leído a Cortazar, a Auster, a Palahniuk, a Lóriga y ¡cómo no! a Vila-Matas y ¡ti-ti-ri-tiií! al malogrado Bolaño, o no han leído prácticamente a nadie, y piensan -me jugaría un trozo de dedo en el embite, del meñique, como en el conocido cuento de Dahl- que se lo hacen de puta madre.
Ya te comentaré en tu blog sobre la entrada de Valera. Pero... sí... "Pepita Jiménez" es tremenda. Ahora a por "Fermina Márquez" de Valery Larbaud. Verás que gusto al compararlas.¡Un abrazo!.
Hombre, lo hecho, hecho está. No creo que se pueda subsanar nada una vez publicado. Lo único que se puede hacer es aceptar que se ha cometido un error (a veces da la impresión de que en el mundo literario nadie comete errores), aprender de él e intentar no cagarla en el futuro.
EliminarNo conozco la obra que mencionas. Pero sí, espero con agrado la comparación, estimado Bluff.
El administrador del blog aquí presente no sienta cátedra, Sr./a anónimo/a. Tongoy no tiene más influencia que la queramos darle. Sí tiene mi confianza, de momento. Si los comentaristas nos mostramos pusilánimes en ocasiones es, la mayoría de veces, porque no hemos sentido la curiosidad ni tenido la osadía - bonita palabra- de leer el motivo de la entrada en cuestión, en parte por los motivos que exponemos, en parte porque no nos apetece. Hablo por mí, por supuesto. Pero no siempre es necesario leer para opinar, desgraciadamente. Muchos lo hacen y sin embargo no lo reconocen. La negación también puede interpretarse como afirmación, sin duda.
ResponderEliminarGarrido sabía que se exponía a eso cuando le envió un ejemplar a Tongoy. Bien, forma parte del juego. También su intervención. Si sale beneficiado a la larga, pues mejor para él, que nadie quiere linchar a nadie sino pasar un ratito distendido y echarse unas risas, que buena falta hacen, nomás, que la literatura al fin y al cabo es eso principalmente.
Yo creo que Garrido sale muy beneficiado, Ire. Yo leo Baudelaire en un título y empiezo a vomitar, más que nada porque el 99% de los lectores de Baudelaire no entienden ni papa de Baudelaire. Piensan que el Albatros es un pajarraco que vuela muy alto y interpretan literalmente las flores del mal, cuando, como sabe cualquier estudiante de francesa que pasa por el poemario, son un eufemismo para hablar del pecado original, el terror de Baudelaire hacia el coito, la polla y el coño para dejarnos de correspondencias. Pero lo mismo pasa aquí con Los placeres prohibidos de Cernuda y el manoseado Romancero de Lorca. La gente se pelea con la poesía pero por una razón u otra la trademark Baudelaire© se impone entre las masas.
EliminarY por eso Garrido sale beneficiado. Como ya he dicho, en condiciones normales, jamás me habría interesado por Garrido, de la misma manera que Garrido, salvo milagro, se interesará por mis novelas en el futuro de ser publicadas a menos que un bloguero hable de ella. Bien, mal, da lo mismo. Se habla.
Habrá lectores de Tongoy que jamás leerán la novela reseñada, seguramente; pero habrá otros que sí la lean, mi caso, sólo por mera curiosidad. Garrido, por lo tanto, ha acertado enviándole la novela a Tongoy. Y ni hablemos de la editorial, a la que siempre le interesa la promo, sea como sea. Sin ir más lejos, tienen uno de Anna Karina en el catálogo que pienso comprar.
Un abrazo.
Una última cosa para terminar. Si algo hay que destacar de este blog y su autor es que en él hay cabida y gusto por el editor independiente, el autor novel o poco mediático y la pequeña novela. Si eso no es motivo suficiente para quitarse el sombrero, algo falla en el panorama literario de este país.
EliminarQue el anonimato no os confunda, queridos comentaristas, Tongoy no da su opinión, destroza por norma a todo autor joven que publica un libro. De hecho, cuando alguno no le disgusta, se siente obligado a criticarlo igualmente y a compararlo con algún clásico. A veces acierta, como cuando se mete con los nocillas-modernitos y otras no tanto, como en el caso de Garrido.
ResponderEliminarEsto es un blog para escritores frustrados como yo, que pasamos por aquí a desahogarnos un rato metiéndonos con quienes tienen la suerte de ser publicados. El grado de objetividad de este blog de “crítica literaria” es igual a cero. Aunque a mí bien poco me importa mientras pueda seguir desfogándome tras el anonimato.
Saludos a todos.
Lo de la frustración escribiente parece una obsesión. ¿Tanto cuesta entender que no todo el mundo queremos escribir, publicar y vivir del cuento con un poco de suerte, sino simplemente decir lo que piensas sin que te censuren los comentarios? Y los del anonimato, otro 'locus amoenus'.
EliminarVincent lo ha expuesto muy claramente. Todos, absolutamente todos los aquí citados, reseñados y demás se benefician claramente de ese hecho. Lo importante es que se hable, bien o mal es lo de menos, que para eso están las redes. No entiendo tanto aspaviento ni tanta hipocresía, la verdad. Y como eso lo sabemos todos, que no hace falta ser un lince, cada cual se reserva el derecho a picar o no. Otra cosa es hablar de las evidencias, que para eso son evidentes, claro, y decir qué te parece el conjunto visto desde arriba. Faltaría más.
Saludos
Lo dicho arriba.
EliminarLos blogs de crítica objetiva son un mito, estimado anónimo. Eso en los departamentos de Filología y ahora con los deconstructivistas ni eso. Sólo hace falta ver lo gilipollas que se han puesto todos con la literatura pangeica, tanto que se han puesto de moda el Cortázar de Último round y el Julian Ríos de Poundemonium. Por no hablar de la fiebre repentina que les ha entrado a todos los teóricos con Foster Wallace. Pero nunca es tarde si la dicha es buena.
Qué rápido os habéis dado por aludidos. Por qué será.
EliminarRepito: Tongoy destroza por norma todo autor joven. Su criterio es igual a cero.
Saludos, Ire, guapísima.
Aludidos tampoco, hombre, que esto a Dios gracias ni es fúboll ni es choricismo político. Que a veces Tongoy comete errores, hostias pues claro, pero que en un compendio general es un bloguero sensato, natural y que dice lo que piensa. Y es gratis, repito. Otros dicen exactamente lo mismo y mienten y cobran de puta madre. Que al criticar mi novela me pone a caldo, se asume, se acepta y qué se le va a hacer. Ya habrá otro al que le guste. Todo escritor tiene su público. Hasta Hugo Ball y el Gerardo Diego más kamikaze lo tienen.
EliminarEs verdad, los destrozo. Pero lo hago por su bien. A la larga notarán una mejoría, ya verá.
EliminarPor otro lado Garrido, joven, lo que se dice joven, no sé si lo será. Y el mercado lo conoce de puta madre, como también conocía de puta madre la práctica habitual (que tan bien ha descrito usted) de este blog. No hay que ser muy listo para sumar dos y dos, por mucho que uno sea de letras. Garrido sabía bien lo que se hacía. A eso me refería cuando decía en el post "suponiendo que suponía que era mejor eso que nada". De ahí que me sorprenda un tanto cuando veo que a Garrido se le olvida retuitear (o como se diga) esta entrada. NO me estoy quejando pero no deja de resultar sorprendente. Muchos otros, que también recibieron críticas negativas, no tuvieron inconveniente en aceptar las opiniones negativas ergo Garrido, a las duras, lo que se dice a las duras, no está. Confieso que me ha decepcionado un poco.
Y de escritores jóvenes, muy jóvenes, seguiremos hablando el resto del mes. Un Septiembre Sangriento no puede ser de otro modo. Por el criterio no se preocupe; es lo de menos.
Más que frustración yo hablaría de incomprensión, Ire. Es el zeitgeist predominante en historia de la literatura occidental, desde Píndaro y Eurípides hasta Juan Goytisolo y Gaddis.
ResponderEliminarEl interés es mutuo, veo.
ResponderEliminar¿Alguien necesita criterios de nadie, fuera del suyo?
Igualmente, cariño.
Mis disculpas a todos. Quería participar en el debate pero estoy un poco de..., ¿como lo diría?... vacaciones y con el reflejo del sol no veo bien la pantalla. Esta noche prometo venir un rato por aquí y participar del debate en condiciones.
ResponderEliminarSaludos, abrazos y besos para todos.
La verdad es que hace un día de puta madre por estas tierras. Si es que no hay como coger las vacas en septiembre, por lo menos en Galicia. Na', me voy a la biblioteca a por la Quimera esa en la que entrevistan a la Margarete.
EliminarUn abrazo.
Mierda, la Quimera. Me había olvidado. NO sabía que salía Margarete. Mañana sin falta.
EliminarVincent, ya me he leído el Quimera. Bueno, la entrevista. Nada nuevo bajo el solo. La Maggie en su línea y el Jaimito empeñado en que es un tio. A Jaime el sexo le importa mucho, se ve.
EliminarYo creo que del Quimera de este mes se sacan, fácil, un par de post. Un exclusivo y otro no tanto. También ha cambiado ligeramente el diseño. Para mejor. Y hoy, en el parque, me he leído hasta la página 18. Es la primera vez.
¿No la tendrás en pdf, jeje? Joer, es que el marujeo es tremendo. Pese a todo, tiene mérito lo de la Margarete, hay que reconocerlo. De Quimera, las veces que la he leído, lo mejor la parte de Carrión. Es de los pocos que dice algo que se sale del abecé ultramoderno. Los demás Gerardo Diegos de la vida. Una espumeada, vamos.
EliminarSeamos justos. La Quimera de este mes está bien. Al pobre Roberto Valencia Domínguez Michael le queda demasiado grande, pero la entrevista está bien. La reseña de Fresy Cool no tiene desperdicio. Las entrevistas con el Sargento y los editores prometían más, pero se dejan leer. Pron y sus relaciones pública siempre son interesante, y pedantes. En fin.
EliminarParece que en cuanto les han quitado la subvención se han puesto a trabajar.
Vincent, miro de escaneartelo. A ver si luego robo un rato en el pc.
EliminarResulta que ahora el señor Tongoy da lecciones éticas y nos dice qué es bueno y qué es malo para los autores noveles. E inmediatamente después nos habla de un septiembre sangriento en el que va a destrozar a unos pobres novatos que publican con editoriales menores. ¡Qué valiente (y coherente) es usted, don Carlos de A Coruña! Pero lo más gracioso de todo es el personaje que se ha creado; un malo malísimo virtual, un filón para guionistas.
ResponderEliminarSiga intentándolo, don Carlos de Tongoy, pronto le ficharán los de El Cultural como payaso primero de la Corte de Echevarría (que, claramente, es a lo que aspira para dejar de engrosar la lista de parados). Entonces sí que nos vamos a reír...
No veo la incoherencia. Y he mirado bien, creo.
EliminarA todo esto, ¿que le hace pensar que no he recibido ya alguna oferta? Vamos, piense, seguro que se le ocurre algo.
Deje que le confiese algo: lo del Septiembre Sangriento es una chorrada como un piano. Cebo para anónimos, eso es. ¿A que está rico?
Saludos,
¿No se ríe ya? Dígame que sí, sea bueno.
ResponderEliminarEs que es para reírse, Carlos de A Coruña.
ResponderEliminar3 días, 74 comentarios, anónimos reincidentes, escritores que han vendido, al menos, tres ejemplares esta semana. La gente que lee, aunque sea un blog, haciéndole un favor al plan lector del gobierno.
Es cierto, estás acabado.
Una lástima, con lo que tú eras.
¡Y qué bonita es A Coruña!
Bicos,
Marieta
74 comentarios escritos por tres personas: Carlos (no olvidéis que Carlos es siempre el primer anónimo, el que alimenta su propia paranoia), Ire y VD. ¡Oh, sí, qué exito! Dame más, Carliños, que los anónimos follamos poco y tenemos mucho tiempo libre.
EliminarY la Follarás, que se me olvidaba.
Eliminar¿Tú también estás libre? Si mides como mínimo 1,80 envíame un mail y hablamos, nunca se sabe. Eso sí, me gustan altos.
EliminarCada vez tengo más ganas de abrir un blog. Es una pena que seguidores tan fieles como tú tengáis que ir siguiéndome de aquí para allá, sin rumbo ni concierto. Si me decido os aviso, vale? Es muy halagador ese interés.
Hala, un besito y hasta otra.
Una verdadera obsesión lo del número de comentarios, los ejemplares vendidos, los autoanónimos y la promo en Twitter. ¡Pero tanto cuesta reconocer el mérito ajeno, hostia! Que Tongoy tiene 91 comentarios, olé sus cojones; que Garrido acaba vendiendo 2500 ejemplares, pues ande él caliente y ríase la gente. Si es que no es tan difícil, joder. Todo envidia, hombre, todo envidia. No sé, debe de ser que yo follo mucho.
EliminarYa sabes, Vincent, la misma y sobada táctica del acoso y derribo aquí y allá. Ese estilo...
EliminarEn fin, ni caso.
SORNA:
Eliminardel lat. surnia, mochuelo
1. (s. f.) Tono irónico o burlón con que se hace o dice algo.
Sinónimos
socarronería, ironía, burla, retintín, guasa
Antónimos
llaneza
Saludos,
Marieta (siempre apoyando al señor de A Coruña, por si no se nota)
El de Garrido es un típico caso de confusión editorial. Evidentemente organizó el encuentro de blogs para darse a conocer, como quinceañera (¿quién es él para organizar un encuentro así?, y no porque se requieran recomendaciones de la Casa Real, pero sí, al menos, haber llevado un blog literario durante un par de años), pero no era su sitio (salvo, quizás, por Jenn Días). Lo que él escribe no tiene nada que ver (y esto no es un elogio ni una crítica) con lo que hacen Olmos, Aparicio Belmonte, Pérez Vega, Laporte o con lo que editan Periférica, Caballo de Troya o Impedimenta. Él está más cerca de La esfera de los libros, de Grijalbo o de Suma de letras y de Matilde Asensi o María Dueñas, lo que, evidentemente, no tiene nada de malo. Al contrario, esos son los libros que se leen. De no ser por sus movidas, en este blog o en La ciudad sin cines o en Malherido jamás se hubieran enterado de la existencia de su libro, pues estos eruditos críticos leen otras cosas, del Tom Jones a Fresy Cool. La promoción de Garrido debió dirigirse a otra parte.
ResponderEliminarPor favor no os perdáis la última entrada de su blog. Y la entrevista en La Razón que enlaza en su blog, en la que afirma que aspira a ser un longseller.
Sería interesante averiguar qué leía Garrido antes de publicar su libro, porque se nota a leguas que no tiene idea de lo que publica cada sello. Para mí que escuchó que las redes sociales es la forma de promover libros, buscó blogs de libros en Google y listo.
Del principio al fin un caso bochornoso y tierno.
Supongo que se refiere usted a esto: "Y, encima, determinados gurús se reirán de que promociones tu libro porque los muy señoritos piensan que es rebajarse."
Eliminarhttp://literaturabasura21.blogspot.com.es/2012/09/promociona-que-algo-queda.html
Me parece una reacción bastante natural.
Por lo demás estoy completamente de acuerdo con usted. El círculo en el que Garrido debía moverse (por el tipo de novela que ha escrito) es de la otra gente. Todo llegará; primero ha de hacerse un nombre.
Hoy he sabido que la primera edición era de 2500 ejemplares. 2500 es una bonita cifra.
Saludos y gracias por pasar.
Me pregunto quién coño es el tal Pérez Vega y por qué lo menta usted entre Olmos, Aparicio Belmonte o Laporte.
EliminarAh, ya lo he cogido: Pérez Vega es un comentarista de este blog. Vale, ya lo entiendo todo.
EliminarBueno, señor Tongoy, es oficial: usted es un Gurú de la crítica literaria. El señor Garrido se ha encargado de oficializar algo que ya era hecho sabido. Enhorabuena.
Eliminar2500 ejemplares como primera edición no está nada pero nada mal. Si Garrido supiese de cuántos son los tirajes del mundo al que creía pertenecer se reiría a carcajadas.
Su blog es un clásico básico. Lo raro sería que no hubiese participado en el simposio y que no formase parte de la lista de ilustres.
EliminarHe leído todo de arriba abajo y cuando voy a comentar se me viene a la cabeza el "Sálvame" de la tele. Claro, esto es de literatura y me acuerdo cuando mi padre decía que en su pequeño pueblo ocurría lo mismo que en el mundo entero (Principio de Pascal: la prensa hidraúlica y vasos comunicantes) Mañana empieza aquí el curso: educación para empezar, así sr. Tongoy será mejor valorada su opinión, eduquemos a los pequeñines ya que muchos mayores no tienen solución. Lo del "share" es terrible, crea problemas graves de ansiedad y malos rollos en el hogar ideal.
ResponderEliminarUsted al criticar a este individuo escritor tiene tanto derecho como él, en las redes, a su rato de gloria.
Yo vengo aquí a leer gratis, gracias.
Saludos
No se merecen. Lo del Sálvame me lo dicen mucho. Es una comparación curiosa. Efectivamente, de esto hay en todas partes y siempre lo ha habido. No somos nada y no dejaremos huella, no me cabe duda. Nos queda pasar un buen rato y así lo haremos.
EliminarSaludos,
Quiz show:
ResponderEliminarAdivinar sin mirar la web de mariaduenas.es cuáles son las partes originales de Misión Olvido y cuáles las morcillas.
A veces la vida se nos cae a los pies con el peso y el frío de una bola de plomo. No es que las profesoras universitarias juguemos habitualmente a la petanca, pero no sabría comenzar con una imagen más poderosa para describir el estado de shock en el que me encontraba.
Así lo sentí al abrir la puerta del despacho. Tan próximo, tan cálido, tan mío. Antes.
Y, sin embargo, a simple vista, no había motivo para la desazón. Ni para nada en realidad, seguía teniendo mi carrera, mi puesto de trabajo y tenía por delante tiempo para descubrir qué sentían las mujeres que en vez de saberse rechazadas, se tomaban el desamor y las crisis como una promesa de nuevas oportunidades. Todo permanecía tal como yo misma lo había dejado. Sólo yo tenía la llave. Las estanterías cargadas de libros, el panel de corcho repleto de horarios y avisos. Carpetas, archivadores, carteles de viejas exposiciones, sobres a mi nombre. Lo habitual cuando quieres dar la impresión de que trabajas, y más siendo profesora. El calendario congelado dos meses atrás, julio de 1999. Todo se mantenía intacto en aquel espacio que durante catorce años había sido mi refugio, el reducto que curso a curso acogía a manadas de estudiantes perdidos en dudas, reclamos y anhelos. Los estudiantes en sus estampidas siempre me hacían abusar de los sinónimos, en su precario equilibrio de cercanía semántica.
Todo seguía, en definitiva, igual que siempre. Lo único que había cambiado eran los puntales que me sostenían. De arriba abajo, en canal. Pensé confusamente, o estaba abierta cual ternera dispuesta para la venta y sin andamios, o nada había cambiado. Pasaron dos o tres minutos desde mi llegada. Quizá fueron diez, quizá no llegó a uno siquiera. No llevaba reloj. Pasó el tiempo necesario, en cualquier caso, para tomar una decisión. Pues las decisiones siempre las tomaba en un instante impreciso. El primer movimiento consistió en marcar un número de teléfono. Llamé pues. Por respuesta obtuve tan sólo la cortesía congelada de un buzón de voz. Era esa forma de educación que mantenemos en frío por los milagros de la técnica. Dudé entre colgar o no, ganó lo segundo. Estaba tomando decisiones muy importantes aquella mañana.
Gracias Espido, sin ti, no lo habríamos conseguido.
Joder, Tongoy:
ResponderEliminarSe despista uno, atendiendo a sus propios asuntos particulares (incluyendo descanso y otros), y encuentra que se ha montado un fenomenal jaleo, divertidísimo para haber seguido en directo, pero apabullante en diferido.
Así que presento justificante firmado por el vigilante de la playa que me exima por no haber estado y, a pesar de ello, querer meter baza.
Que me reí mucho, que lo de la (auto)promoción es de traca y que, con un poco de tiempo (no mucho, ya verá), le haré una pregunta sencilla.
(((puede considerarme un corderillo adulador, sin criterio propio)))
Las preguntas sencillas son mis preferidas. La espero con interés.
ResponderEliminarQuedan usted y su ausencia disculpados, pero que no se repita.
Saludos,
CODA:
ResponderEliminarSegún fuente desconocida la novela de Garrido está de número ocho en ventas en la sección de novela de ficción.
¡Al fin conozco a alguien que ha leído la novela! Mira que he leído loas y gente que la quería comprar, pero me costó encontrar algo suculento con tintes de cruda realidad. Puff, lo he pasado mal leyendo todos los comentarios del blog, demasiado complejos e intelectuales, pero ha sido esclarecedor. Por mucho que intente Garrido en face y en twitter a todas horas no la voy a leer, gracias. Dinerito pa la saca. Un saludo.
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