Me quejaba el otro día (demasiado amargamente, todo hay que decirlo) de la mala suerte que estaba teniendo en la elecciones de mis lecturas del último mes. Una voz, desde otro lugar, se preguntaba si no sería más bien un problema de tener las expectativas demasiado altas. Probablemente. Reduciéndolas al máximo, hasta el punto de leer sin ganas, fue como afronté, inmediatamente después, la lectura de “Knockemstiff” y debo decir que me fue bastante bien. Luego traté de hacer lo mismo sin demasiado éxito (porque es imposible no esperar algo de determinadas obras) con “En la carretera. El rollo mecanografiado original” de Jack Kerouac. El resultado fue de nota, claro, pero estamos hablando de una obra maestra. Después de algo como esto es difícil saber qué leer. Debí elegir algo de Amelie Nothomb, que siempre me relaja, pero me olvidé y acabé con este de Belen Gopegui entre las manos. De lo que sí me acordé fue de rebajar las expectativas otra vez, que las tenía por las nubes tras lo de Kerouac. Y menos mal.
Porque ya supongo que no todo el mundo está al corriente de las novedades y sus argumentos les voy a hacer un resumen ejemplarmente breve de la novela: Julia, la protagonista, es la vicepresidenta del gobierno (el nombre del presidente no se llega a decir jamás), pero todos sabemos que en realidad se está refiriendo a "de la Vega", como también sabemos que Alvaro, el ministro de interior, no se llama realmente Alvaro, sino de otra manera en una traslación cuasiliteral de la vida real a la ficción literaria. La cosa parece que va de hackers y conspiraciones gubernamentales que giran en torno al asunto de la privatización de las cajas de ahorro pero de lo que realmente se trata es de que Belen Gopegui nos cuente, en clave de ficción y absoluta parcialidad (que por algo el libro es suyo) lo que piensa del asunto. (Esto lo digo para ir descartando a los amantes de la ficción documental).
Al principio, durante la primera parte, cuesta saber si estamos frente a un thriller en clave política o una novela política en clave de thriller. Después, en las siguientes partes queda claro que se trata de la segunda opción. Gopegui quiere darnos su opinión sobre cierto asunto y como necesita espacio para desarrollar sus ideas y dinero para pagar las facturas escribe un libro que no es otro que este. Como sabe que nos aburriríamos enseguida lo adorna de diferentes maneras: cuela crímenes y golpes de efecto dejando así, además, el terreno abonado para que Tele5 lo adapte con forma de teleserie de tres episodios de martes por la noche, al más puro estilo “noviazgo del príncipe” o esa más reciente sobre la vida de la duquesa de Alba.
Un consejo: si van a leerla háganlo ya, no esperen a que se la traigan los reyes magos porque para entonces será lo mismo que leer una noticia de un periódico de hace seis meses. Esto si le damos más importancia a la parte política porque si lo que queremos es salvarla apelando a su condición de thriller político vale, pero pilladito por los pelos, que lo sepan. Es decir, que si van a leer esto sólo como un caso más de conspiraciones gubernamentales dejen que les recomiende cualquier cosilla de David Baldacci, que es a quien parece que Gopegui recurre como referente a la hora de construir la trama.
Y ahora las preguntas: ¿Es interesante? Pst, a ratos. ¿Vale realmente la pena? Buena pregunta (se nota que le he hecho yo). Dependerá de qué busquemos en ella; lo mejor o peor que nos caiga la escritora o la curiosidad que sintamos por el tema en cuestión siempre y cuando no olvidemos que por muy verosímil que resulte no deja de ser una ficción. A mí me ha dejado frio glaciar y si escribo está crítica tan churrera es porque temo que si espero más de dos días se me olvide lo fundamental. En definitiva, ¿vale la pena o no vale la pena? ¿Justifica el desembolso o no? No sé; miren, yo creo que no mucho, la verdad. Es decir, ¿qué aporta? ¿El ideario político de la escritora? ¿La idea de que en política también se juega sucio? ¿Qué las cosas están peor de lo que pensamos? ¿Qué hace falta un político valiente que desenmascare al resto pero que no lo hay? Bah, nada de eso es un secreto. ¿Y la intriga, la tensión, el dolor de barriga? Se lo he dicho: hay cientos de novelas mejores. Los pasadizos del poder de Washington dan más juego que los de la Moncloa. Gopegui lo sabe y por eso juega a rollito americano con espías sin nombre, micrófonos ocultos allá donde uno mire, cámaras a diestro y siniestro, hackers, abogados comprometidos (esto es lo que da más risa) y para reforzar el drama un poco de violencia de género. Pero en el fondo todo esto no es más que una pataleta y el subsiguiente intento (fallido, por muy de acuerdo que estemos con el mensaje) de implicar a quienes todavía no lo están.
Mamón, haz una reseña del de Kerouac, que ése sí me lo he leído. De Gopegui leí "deseo de ser punk" y me gustó, aunque claro, también depende de las espectativas con la que cojas la novela, como tú bien dices.
ResponderEliminarOstras, tú, que el de Kerouac es mucho libro para comentar, pero vale, de acuerdo, lo intento a ver que sale. Yo de Gopegui sólo había leído a medias "EL padre de Blancanieves" y también me estaba gustando mucho pero lo tuve que dejar por X razones. Tengo ganas de retomarlo. Este no se lo voy a tener en cuenta porque tiene una intencionalidad tan clara que es como criticar a alguien porque necesite desahogarse (y te cobre por ello).
ResponderEliminarUn saludo,
Creo que la obra de Gopegui hay que analizarla en su totalidad, desde "Tocarnos la cara" o "La escala de los mapas" hasta este último, así los libros no parecen satélites descompensados, sino eslabones de una trayectoria narrativa impecable, en el caso de esta mujer. No creo que haya escrito "Acceso no autorizado" por necesidad económica y aprovechando el momento político, no es en absoluto su estilo. En "El lado frío de la almohada" o en "El Padre de Blancanieves" la política es una parte más de la cotidianidad, no podemos mirar para otro lado, se entiende como asunto que nos compete a todos.
ResponderEliminarDesde luego Belén Gopegui es algo más que una autora comercial, y ninguna de sus obras, al menos a mí, me ha pasado desapercibida nunca.
Hola Puri,
ResponderEliminarAntes de nada: por favor no malinterpretes mis palabras.
Después de nada: no es la primera vez que dicen eso de "la obra de X hay que analizarla en su totalidad". La última fue con motivo de la entrada de Javier Marías. Te dijo mas o menos lo mismo que dije entonces: no me vale. Y no me vale fundamentalmente porque no he visto que en la contraportada haga advertencia alguna respecto a ese asunto antes de que el lector se deje el dinero en ella ni veo tampoco que se venda con el subtítulo "Saga Gopegui 37". A mi una escritora me vende un producto y yo lo leo y lo que juzgo es lo que pago. Sería cojonudo y de hecho lo es, que juzguemos las novelas de los escritores veteranos basándonos en su trayectoria. Lo que popularmente se conoce como "coge fama y échate a dormir", que es como están viviendo muchos en este y otros países.
No dudo que Gopegui sea una magnífica escritora. Creo que en ningún momento cuestiono eso. Lo que sí hago es dudar de que esto sea lo mejor que ha escrito porque la verdad es que es bastante flojo si atendemos a la fama de la escritora.
También creo que sí ha escrito este libro aprovechando la situación económica y por dinero, ya que de lo contrario hubiese escrito un ensayo y lo hubiese dejado en descarga libre. No dudo que además de esto también tenga el convencimiento de hacer lo correcto, de tratar de aportar su visión de la situación política que no trataré aunque si te sirve de algo te diré que estoy bastante de acuerdo (con ella). Esté libro ha sido escrito única y exclusivamente por la que está cayendo. ¿Legítimo? Absolutamente. ¿Oportuno? al 100%. Otra cosa es que la novela valga la pena. En mi humilde opinión el mayor pecado de la escritora ha sido la total falta de sutilidad a la hora de contar la historia. Va demasiado al grano y el conjunto de la novela se resiente. Hubiera sido bonito que dejase que el lector llegase a la misma conclusión que ella.
Otro día, cuando me quite cosillas del medio leeré otras novelas suyas (este sería un momento ideal para que me recomendases alguna) y las juzgaré independientemente. Sin objetividad, eso también lo digo, que eso a mi me da mucha grima.
Muchas gracias por pasarte a comentar, Puri.
Un saludo,
Hola Carlos:
ResponderEliminarCreo que lo verdaderamente interesante de los blogs y de los comentarios literarios, es la opción de conocer y poder expresar otras opiniones, y con ellas debatir, y exponer nuestros puntos de vista. No estoy en casi nada de acuerdo con lo que dices, a mí no me importa que vaya demasiado al grano de la novela ni que no sea sutil, precisamente eso es lo que busco cunado la leo, que no lo sea. Ya sabes que una cosa es lo que se escribe y otra las "gafas de lectura" de cada cual... Por otra parte ya sabemos que en cada libro no pone en ninguna parte que deba pertenecer a saga alguna, pienso que es la memoria de cada cual, en función de lo que haya leído del autor-a, la que debe situarse desde la obra en conjunto. Desde luego yo tampoco espero, ni creo, que "Acceso no autorizado" sea lo mejor que Gopegui haya escrito, porque le queda mucho bueno por delante para escribir, y así lo espero de ella. Puedes empezar por "La conquista del aire", o por "Deseo de ser Punk", ninguna de sus obras se parece a otra, aunque todas coinciden en situar al lector como comprometido con la época que le toca vivir, no como sujeto pasivo de entretenimiento.
En cualquier caso, encantada de pasar por tu blog y gracias por responder a mi comentario.
Un saludo,
Perdona, se me ha olvidado antes añadir esto:Su libro ha salido en la editorial Mondadori en dos formatos: papel, con un precio normal; electrónico, cuatro veces más barato y licencia Creative Commons.
ResponderEliminarNo, gracias a ti. Da gusto discutir con tanta educación.
ResponderEliminarObviando todo aquello que tiene que ver con los gustos de cada cual (las formas de desarrollarse la novela, por ejemplo) te doy la razón es que es inevitable echar mano de la memoria cuando uno se ha leído parte o toda la bibliografía del autor que sea, estableciendo así conexiones que de otro modo serían imposibles. Eso también me pasa a mi. En el caso de Gopegui voy sin red porque no he leído nada y quizá haya elegido el libro menos adecuado para empezar, no lo sé. Seguramente no pues sigo interesado en leerla. A mucho otros (pienso en Ugo Cornia, Garriga Vela o Wallace Stegner) no les he dado más oportunidades que una (y me sobró la mitad). Pero eso no quita para que cada libro deba funcionar también de forma independiente. Formar parte de un todo siendo uno mismo. Esto lo defenderé a muerte hasta la muerte.
Lo del formato electrónico es cierto, no me acordaba. Eso está bien, debería cundir el ejemplo. Yo de momento no me he pasado al ebook porque tengo suficiente fondo en papel para el resto de mi vida pero el día que lo tenga, que lo tendré, optaré sin dudarlo por esa opción. Incluso puede que empiece a comprarlo, cosa que no hago ahora.
Muchas gracias por pasar,
Un saludo,
Buen comentario. Belén arma una novelita discreta y playera. Nada aburrida, toda novelita para leer con bronceador. Exasperantemente superficial. Todo es una excusa para meternos de semi-contrabando (superficialidad es sinónimo de obviedad en literatura) las cuatro sandeces que componen todo el ideario político de la autora. No vale la pena comprarla, pero sí que merece la pena pedírsela al de la sombrilla --o el chalecito-- de al lado.
ResponderEliminarNo sé, da la impresión de que después de su 'conversión' al compromiso político y social, Gopegui no ha producido más que novelas a medio camino... A ver si mejora. Saludos.
ResponderEliminar"Acceso no autorizado" me está gustando independientemente de que esté hablando de esta vicepresidenta o de otra. Como novela de intriga me parece bastante interesante, pero sobre todo me gusta su manera de escribir. Cualquier introspección en su escritura justifica el dinero que has pagado.
ResponderEliminarBelén Gopegui ha escrito un libro infantil, desde la falta de talla intelectual,(una cosa es la literatura y otra la cultura política), con la arrogancia de los que se creen "puros e inocentes" y arengan desdela superioridad moral de la izquierda. Su discurso es deplorable y parte de premisas falsas. ¿Qué maravillosa Arcadia imagina ella para el común de los mortales?, ¿la Cuba de Castro que tanto defiende?
ResponderEliminar"La escala de los mapas" es el mejor libro de Gopegui, verdadera literatura.
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