Ya estamos de vuelta. Nada es para siempre. Las vacaciones lo primero. Este ha sido un mes de pocas lecturas (mucho comic y novela corta) pero aun así me las he arreglado para escribir un post larguísimo. Se ve que lo echaba de menos. Espero que sepan disculparme.
Para no hacerlo peor de lo que ya es, empecemos:
“El piloto y el principito” de Peter Sís
Aquí un cuento de Sexto Piso. Librazo fenomenal que cuenta la vida, obra y milagros del autor de El principito, que era un señor al que le gustaba tanto volar que no se bajaba del avión ni a golpe de misil. Descubro en Peter Sís una asombrosa habilidad para selección y concentrar información en esos pequeños espacios llamados cuentos pero sobre todo descubro un dibujante imaginativo y personal. Confieso mi debilidad por estos cosillas pero una cosa no quita la otra y, desde ya, “El piloto y el principio” se ha puesto una medallita y ha ocupado un espacio en mi estantería que muchos para sí los quisieran.
“El coloquio de los pájaros” de Peter Sís
Después de leer y habiendo disfrutado tanto “El piloto y el principito” era inevitable seguir, sí(s) o sí(s) con “El coloquio de los pájaros”, un cuento que Sexto Piso publicó el año pasado y yo fui dejando un poco por pereza y otro poco por culpa de la obra original.
“El coloquio…” está basado en “La conferencia de los pájaros” de Farid al-Din Attar (Gaia, 2002) que es un extenso poema sufí (el típico poema de chorrocientos mil versos) de corte filosófico o religioso o un poco de todo que viene genial si uno pretende alcanzar alguna epifanía o iluminación sin demasiadas contorsiones. Intenté leerlo cuando recibí este libro de Sís y todo por haber escuchado, no sé dónde, que el amigo se había pasado con el resumen, y puesto que yo quería enterarme de qué iba la película… El caso es que no pude con ella (con la de Attar), entre otras razones porque me pareció larga, aburrida, porque entraba en demasiados detalles que no me interesaban. Tengo que decir que Peter Sís resuelve el problema más que satisfactoriamente. Galardonado con el Hans Christian Andersen de la Ilustración en 2012, “El coloquio de los pájaros” cuenta exactamente la misma historia que Attar pero en breve, esto es, la esencia y poco más, que por algo el premio es a la ilustración. No sé si este, pero algún premio merecía porque los dibujos son francamente buenos. ¿La historia? Bien, gracias. Trata de unos pajaritos que alcanzan la anteriormente citada iluminación cuando van en busca de un rey que no tienen. Muchos pajaritos mueren, porque claro, el viaje es tan largo que recorre siete valles (esto permite a Sís regalarnos la vista con una larga sucesión de paisajes) pero al final llegan a alguna parte y descubren lo que tienen que descubrir. La edición, perfecta. Una pena no haberla leído en su momento. Merece una atención que no tuvo.
“Órbita 76” de Gabriel Noguera y José Pablo García
Y después de Peter Sís (el mismo día, de hecho) zapatazo que te crió. “Órbita 76”, comic que me hizo llegar uno de los autores, ganó un premio, concretamente el de Arte y Creación Joven Desencaja del Instituto Andaluz de la Juventud, que ya sólo el nombre ocupa medio folio. Va de un chaval que quiso ser astronauta y acabo siendo un triste funcionario. Un día su abuelo el confiesa que es Yuri Gagarin y tras una serie de tiras y aflojas acaban en un coche camino del lugar en el que supuestamente el viejo ocultó la nave espacial. Bueno, pues nada, eso. La historia, bueno, vale, tiene un pase (un pase corriente y moliente) pero los dibujos son feos de morirte.
“Las sirenas de Titán” de Kurt Vonnegut
En plena fiebre de literatura de ciencia ficción y dejando un poco de lado tanto dibujito elijo seguir con Kurt Vonnegut y la extravagante historia de “Las sirenas de Titán”. La novela es, en una palabra, desternillante. No me atrevo a hacer un resumen del argumento (no, al menos, en este balance mensual) pero quédense con la idea de una novela muy espacial tremendamente divertida. Vonnegut forever.
“La isla de cemento” de J.G.Ballard
Y, bueno, Ballard. Hasta este momento todo lo que había leído de Ballard (que tampoco había sido gran cosa) me había gustado mucho. Repito: hasta este momento. “La isla de cemento” (o de hormigón, según la edición de RBA de 2012) supuso una más que ligera decepción. En ella un tipo del que apenas sabemos nada y que a lo largo de la novela nos interesará menos que poco, cae por un terraplén en una isleta de cemento que se encuentra bajo un cruce de autopistas. Por razones que rozan lo surrealista no es capaz de salir. Sobreviviendo como puede en ese reducido espacio acaba encontrándose con otros habitantes de la isla, que ya es para mearse de la risa tanta gente en tan poco espacio, que ni que fuera el metro. La novela se va conduciendo más o menos bien hasta que el protagonista toma una decisión que no tiene pies ni cabeza pero que se veía venir desde lejos de igual modo que Colombo sabe antes que nadie quién será el asesino. Decepcionante. Entretenida, pero decepcionante.
“Presencia humana nº 2” de VV.AA. (Ed.Aristas Martínez)
Esta es una revista editada por Aristas Martínez que contiene artículos, relatos, algún cómic y dibujitos varios. En este número colaboran (cita de la web de la editorial): Ana Galvañ, Sara Mesa, Aixa de la Cruz, Laura Fernández, Esther García Llovet, Marian Womack, Colectivo juan de madre, Layla Martínez y Ana Ramos.
Y hasta aquí puedo leer. Precisamente ahora estoy con la reseña (a dos manos, ya ven, recuperando el tiempo perdido) y prefiero dejar los comentarios para entonces. La semana que viene en sus pantallas.
“Rascacielos” de J.G.Ballard
Otra vez Ballard. No podía quedarme con tan mal sabor de boca. Y mira, acerté. Rascacielos cuenta una historia tanto o más absurda que la Isla de Cemento, si acaso tal cosa es posible, pero al menos es entretenida y expone las miserias humanas mucho más acertadamente de lo que La isla planteaba la necesidad de huir, probablemente porque dedica menos esfuerzo en resultar creíble. Ambas novelas devuelven al ser humano a cierto primitivismo pero Rascacielos es como una reunión de vecinos en un inmenso edificio que acaba como piden a gritos acabar todas las reuniones de vecinos. Muy interesante.
“Jimmy Corrigan: el chico más listo del mundo”
Se trata de un extenso comic (casi 400 páginas) que recopila un montón de historias protagonizas por Jimmy Corrigan, una suerte de Chris Ware llevado al extremo de la desesperación (del lector). Magnífico. Un comic para tener y disfrutar poco a poco, algo que yo, por razones equis, no pude hacer. No del modo que quisiera, al menos. Por poner un pero (un gran PERO): la edición: cómprense una lupa y ármense de paciencia. No sé en qué formatos fue publicado originalmente pero el comic merecía algo más grande que lo ofrecido en esta ocasión por Planeta.
“Axiomático” de Greg Egan
A pesar de los peros (que no sé si irán aquí o allí, en la reseña que todavía no he empezado a escribir) ha sido la sorpresa del mes. Axiomático es un conjunto de relatos de un escritor adscrito a la llamada Scifi hard que es algo así como el nivel dos de los frikinabos aficionados a la ciencia ficción, esos a los que les gusta saber cómo funciona, exactamente, la maquina esa que dispara protones o si tiene los bordes cromados o si usa pilas duracell. Esa clase de gente. A mí personalmente esto no me disloca, pero tampoco me sobra. Me quedo con algunos de los relatos de Egan, realmente fantásticos. Ya hablaremos con calma de esto.
“Hombres salmonela en el planeta porno” de Yasutake Tsutsui
Como podrán deducir por el título, esta colección de relatos de ciencia ficción no es precisamente de corte dramático. Divertido al más puro estilo Vonnegut, sus relatos son una gamberrada muy bien pensada que aprovecha que pasaba por allí para hacer un poco de crítica social y dejar en evidencia la estrechez de miras o la intolerancia de una sociedad que parece igual en todas partes.
Quiero ponerme con la reseña inmediatamente. Perdonen que lo deje aquí.
AGOSTO
Y esto ha sido todo. Ahora mismo me encuentran leyendo tres libros simultáneamente; dos, en realidad, ya que la “Arte Salvaje” la biografía de Jim Thompson la tengo en pausa. Son los siguientes: la de momento (100 páginas) interesante “La insólita reunión de los nueve Ricardo Zararías” del Colectivo juan de madre (Ed.Aristas Martínez) y “Muero por dentro” de Robert Silverberg (La factoría de idas), que será probablemente la novela que cierre este ciclo veraniego dedicado a la ciencia ficción. Ya es hora de recuperar viejas e insanas costumbres.
Para el resto del mes no tengo planes. Lo que tenga que ser que sea pero tienen todas las papeletas para venirse a la cama conmigo “Leche” de Marina Perezagua, “Extraños eones” de Emilio Bueso, “Presencia humana 3” de VV.AA. y “Nadie desaparece del todo” de Lázaro Covadlo amén de la mencionada bio de Thompson.
Y ya.
Descanse señor, pero también piense en nosotros, sus lectores, porque necesitados estamos de ver cómo descuartiza "obras" de los aspirantes a celebritys.
ResponderEliminarAcabo de encontrar ésta, su página en google, y he leido la crítica de Viola di Grado, novela que pensaba leer y que espero despejar dudas sobre nuestra afinidad en gustos literarios, mientras tanto esperaré la crítica de "Leche" para ver...
ResponderEliminarRecuerde pasar por aquí a comentar. Viola di Grado es perfecta para tomar medidas.
EliminarLamento que no le haya gustado nuestro cómic, don Carlos, lo que es más que respetable (cada uno tiene sus gustos), pero me veo obligado a discrepar con usted radicalmente en lo que respecta al dibujo de José Pablo. Una cosa es que el estilo de la línea clara no le agrade, pero calificar el excelente trabajo de mi compañero de fatigas como «feo de morirte» me parece totalmente fuera de lugar e impropio de un crítico serio.
ResponderEliminarSin más, quedo a sus pies (y a los de los caballos) para futuras trapisondas.
Pero es que lo de los dibujos es tan personal.... Lo siento, no me gustaron nada. De hecho es hasta posible que la historia sufra por ello más de lo deseable.
EliminarUn cordial saludo y gracias por todo.
Hola
ResponderEliminarDe ese aluvión de libros del post, decir que a mí Leche de Perezagua me resultó un libro de relatos muy desnatado, escasamente alimenticio. Me gustó entre muy poco y nada.
Saludos.