Sobre el error que ha sido leer a Lerner y más concretamente sobre el error que ha sido terminar el libro dichoso de Ben Lerner. Sobre odiarse a uno mismo otra vez y sobre no acabar de entender a qué viene tanta tontería.
Meterla Doblada, una introducción
He aquí el par de razones que me llevaron a leer esta novela (*) (o la culpa siempre es de los demás):
Razón number one: Frazen, Auster, Ashbery y la puta faja que los parió: “Hilantante y endiabladamente inteligente”, dice Franzen; “Absolutamente entrañable”, dice Auster; “Extraordinaria”, dice Ashbery, haciéndose el tonto.
Ya tenía que haber sospechado algo con ese apelar al absolutismo por parte de Auster. Absolutamente entrañable podría ser el osito de mimosin, el perrito de scottex o el gato con botas, si me apuran, pero no un fumado americano en lo alto de un tejado madrileño. Eso es absolutamente imposible. Por otro lado (pero esto lo descubrí una vez terminada la novela) la afirmación de Hilarante que escupe Franzen dice muy poco en favor de su sentido del humor (algo que ya suponíamos cojo de alguna pata). Y por último, en el caso de Ashbery, que para los que no lo sepan es un poeta al que Lerner dedicó un ensayo enterito, es fácil ver la relación: su nombre aparece once veces en esta novela, uno en los créditos y cuatro en los agradecimientos. Si yo fuese Ashbery también creería que este libro de Lerner es lo siguiente a extraordinario.
Razón number two: Lector Malherido (desenfajado). Hubo un tiempo en que mi fe en Malherido era inquebrantable. Donde hubo fuego, cenizas quedan y yo me dejé llevar porque uno también se cansa de tirar. De su reseña me quedé -como hago siempre, y así me va- con todo lo bueno. Hablaba de romanticismo tolerable, inteligencia extraordinaria, ligereza compositiva (¡) o de la honestidad y el encanto de lo imperfecto, último punto este que, así como sin quererlo, valida casi toda la narrativa existente, incluyendo la saga Dragones y Mazmorras. No estuve atento, sin embargo, al párrafo fundamental, aquel que pudo haberme evitado el disgusto y por mi mala cabeza no lo hizo: “La novela de Ben Lerner no es gran cosa, en principio; no trata asuntos graves ni cuenta con una trama imaginativa o mínimamente ingeniosa; ni siquiera sigue la tradición artesana de la literatura de su país, esa novelística impecable en su estructura dramática, pues en una página estamos en Madrid y en la siguiente en Granada o Barcelona, sin otro motivo justificador que el hecho de que Ben Lerner anduvo seguramente por allí y quería sacar estas ciudades en su libro.”
De lo que se deduce que si camina como un pato y grazna como un pato seguramente sea un pato, pero eso sí, un pato inteligente, hilarante y entrañable. Un pato extraordinario, en definitiva.
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Otro día que venga más a cuento podemos hablar de la Inteligencia que, junto con la Profundidad, es uno de mis criterios críticos favoritos. Cuando leo que una novela es inteligente siempre me pregunto lo mismo: exactamente, ¿a qué nivel de inteligencia nos referimos? ¿Cómo es una novela no-inteligente? ¿Cómo distinguir unas de otras? ¿Acaso no es un poco gratuito decir que una novela es INTELIGENTE, así, sin más? Quiero decir, ¿qué hace que una novela sea inteligente? ¿Y en que se traduce? ¿Nos hace más listos a los lectores? ¿Podría hacernos más guapos, también? Y voy más lejos: ¿puede una novela ser más inteligente que su escritor? ¿Sueñan los poetas con novelas inteligentes?
(De la profundidad ni hablemos, pero citemos a Lerner; démosle sentido a este post: “lo más cerca que había estado de tener una experiencia profunda del arte probablemente era […] una experiencia profunda de la ausencia de profundidad”.)
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Esa cosa que debería ser la reseña
Por aquello de hablar un poco del libro les voy a resumir de qué va. El protagonista es un joven americano que viene becado a España a escribir unos poemas (proyecto poético, le dicen) que tienen algo que ver con la guerra civil. No queda muy clara la cosa seguramente porque son poemas de libre interpretación. Pues bien, la novela es este muchacho pasando de todo. Literalmente. Se levanta, fuma, cafetea, toma pastillas blancas para favorecer el atontamiento y se echa a la calle a verlas venir. De vez en cuando plagia algo (las becas no se ganan solas): traduce, recorta, pega, descontextualiza y a ver si cuela. Y sí, cuela, porque pocas cosas hay más tontas que un poeta madrileño haciéndose el interesante: “Me dije que daba igual lo que hiciera, daba igual lo que hiciera cualquier poeta, los poemas constituirían pantallas sobre las cuales los lectores proyectarían su propia fe desesperada en la posibilidad de la experiencia poética, fuera lo que fuese, o les darían la ocasión de llorar su imposibilidad.”
Al igual que para el terrorismo (la aventura coincide con el atentado de Atocha) también hay tiempo para el amor: tiene el muchacho una facilidad para enamorarse sospechosamente relacionada con la erección del momento. “Bebimos y fumamos hasta vaciar la botella y luego nos fuimos a la habitación y echamos un polvo rápido y me enamoré perdidamente.” […] “Un poco antes de las diez sonó el timbre y bajé a la calle y me encontré con Teresa. Me besó en los labios y me enamoré de ella.” A mí a los quince me ocurría exactamente lo mismo. Quiero pensar que esto no es a lo que se refieren cuando hablan de novela profundamente inteligente. Quizá sea a este otro momento Nespresso.:
El gato seguía en el sofá rojo, parpadeando. Aunque no me había movido ni había hecho ruido, Teresa sabía que estaba despierto y, con el teléfono encajado entre la oreja y el hombro, me trajo un café; no había oído la cafetera. No supe interpretar su sonrisa. No podía creerme lo bueno que estaba el café. Regresó al escritorio y yo me senté y me terminé el café e intenté escuchar su conversación; decía algo de una entrega o un envío; quizá sí trabajara para la galería. Después del café fui al baño y abrí el grifo de la ducha y cagué y me tomé una pastilla blanca y luego me metí en la ducha. La alcachofa era compleja y podía ajustarse la textura del agua de varias maneras. Por alguna razón, más que ningún otro objeto del piso o el piso en sí mismo, me hizo sentir que la riqueza de Teresa era ilimitada. Me di cuenta de que no había bebido agua, solo café y alcohol, desde hacía tanto tiempo que me asusté. Abrí la boca y dejé que se llenara de agua y tragué.
La novela está plagada de experiencias vitales de este calibre. Cierto es que hay mejores momentos, algunos probablemente inteligentes, y que tiene su gracia ser observado y analizado con bastante acierto por un extranjero, pero la novela no deja de ser el relato del ir y venir de un perfecto gilipollas. Uno de tantos.
Era incapaz de conseguir un café en ese país, no digamos ya de comprender su guerra civil. No había visto la Alhambra. Era un mentiroso compulsivo, bipolar, violento. Era un americano de verdad. Nunca iba a aplanar el espacio ni a hacerlo añicos. No había visto El pasajero, una película que yo protagonizaba. Era un fumeta, puede que un alcohólico.
Debe atentar contra alguna ley física que la trayectoria de un cuerpo sea siempre descendente, pero eso es lo que algunos parecen empeñados en querer demostrar. Me refiero, por supuesto, a Mondadori y su querencia por lo prescindible. Como dice Iago Fernández, crítico de El Sindicato (el Suplemento Cultural Juvenil de Mondadori), LEANLO (si quieren, añadiría yo) pero luego no me echen a mí la culpa.
Y telón
Cuenta Kundera en “El telón” que en una ocasión recomendó a un amigo, un escritor francés, que leyese a Gombrowicz. Cuando volvió a encontrárselo, éste estaba algo molesto porque no le había entusiasmado. ¿Qué has leído?, le preguntó Kundera. Los hechizados, contestó. ¿Los hechizados? ¿Por qué elegiste Los hechizados? Kundera se sorprende porque esa es una novela de juventud que Gombrowicz escribió y publicó por entregas en un periódico polaco antes de la guerra. Gombrowicz, en Testamento (una conversación con Dominique de Roux en la que comenta TODA su obra) no dice ni una sola palabra de Los Hechizados. Ni una. Así de en tan alta estima la tenía. ¡Tienes que leer Ferdydurke! ¡O Pornografía!, le dijo Kundera. El amigo, el escritor francés, lo miró con melancolía: “Amigo mío, la vida se acorta ante mí. He agotado la dosis de tiempo que tenía guardada para tu autor”.
Quizá Ben Lerner sea un escritor de una inteligencia prodigiosa, capaz de elevar el coeficiente ajeno a golpe de chascarrillo, quizá haya escrito la mejor novela generacional de la década, quizá el suyo sea el retrato más perfecto de la apatía que nos consume, y quizá estén por venir sus obras maestras, pero aquí servidor ha agotado la dosis de tiempo que tenía reservada para ese autor.
¡Siguiente!
(*) "Saliendo de la estación de Atocha", Ben Lerner, Mondadori, 2013 - Traducido por Cruz Rodríguez Juiz
Buenísimo; poco puedo añadir a este libro que duró más tiempo en mis manos de lo que era supuesto. Mi conclusión: no estoy teniendo yo mucha suerte con las novedades editoriales del año (Lerner, Intemperie, Mr Gwyn, etc.). Eso sí, las últimas 30 páginas me han gustado algo más. Parece que ahí el autor se olvida de sus mensajes enigmáticos y abstractos y asienta un poco los pies en la tierra.
ResponderEliminarYo voy por la página 109 y me aburroooooo.... Lo único bueno para mí es que he descubierto a Ashbery.
ResponderEliminarLo peor es el plagio de la escena en la que Caetano Veloso canta Cucucrucucu paloma en Hable con ella...
Seguro que alguna cosa peor que esa encuentras. Es cuestión de tiempo.
EliminarTambién te adelanto que no dejarás de aburrirte.
Bueno, en la peli Caetano canta en español, no en portugués, como en el libro.
Eliminar¿Mr Gwyn? NO caigo.
ResponderEliminarEn las treinta últimas páginas el tipo se vuelve más normal. Se vuelve inteligente. Es broma. Lo que tiene el final es que el pollo toma decisiones. En fin... No nos rendimos.
Mr Gwyn, lo último de Baricco. Bueno, he de decir que tampoco había leído nada de él, así que lo único que tenía a mano era la sinopsis. Es cierto, se vuelve más normal. Estaré atenta a "El Plantador de Tabaco". Gracias.
EliminarPaso de Baricco. ¿Joya literaria? ¿Thriller poético? Cielos...
EliminarYa habrá tiempo para hablar sobre ello pero voy adelantando que el 3 de junio sale a la venta EL PLANTADOR DE TABACO.
ResponderEliminarhttp://issuu.com/sexto_piso/docs/catalogo_final
Y muy pronto (creo) más cosillas: "La ópera flotante", "El fin del camino" y "Giles el niño-cabra".
Dientes largos... ñam, ñam.
Eliminar¡La culpa siempre es de los demás!
ResponderEliminarEso es lo que me enseñaron en la escuela concertada. Luego en la pública cambió el tono pero yo ya estaba instruido.
Eliminar¿A eso lo llamas tú estar de guardia? Más bien pareces un segurata con 10 cámaras de vigilancia ; )
ResponderEliminarMás quisiera. ¡Pero si yo no me entero de nada! ;)
EliminarAntes tenía un blog en el que comentaba libros y creo que "Me la han vuelto a meter doblada" fue uno de los comienzos más recurrentes. Cada vez oigo a más gente decir que ya no se fía ni de las fajitas ni las contraportadas, de seguir así ¿no llegará un día en el que simplemente serán tan inútiles como los mensajes de los paquetes de tabaco y dejarán de escribirlas? Yo si fuera un editor avispado utilizaría ese espacio para publicidad, no sé, en plan teletienda, así al menos sacaría el dinero engañando honestamente al personal.
ResponderEliminarSaludos, y a ver si nos recomiendas algo bueno, que vaya carrerón llevamos...
Bueno, es que de las fajitas ya no se fía ni cristo. Las ponen para que los aficionados a criticar al crítico (qué tiempos aquellos) tengamos algo con que entretenernos. Yo estoy pensando en coleccionar las mejores.
EliminarPrometo recomendar algo. Ahora viene la semana santa y supongo que me pondré en modo Familiar pero a la vuelta prometo no una, sino dos recomendaciones. Y luego lo que salga de estos días, ya que tengo por leer dos novelas que pintan muy bien (Everett y Rubén Martín).
A mí me gustó bastante X. La historia de "Por culo" es de un gamberrismo genial. Ahora, ¿crees que si el autor no fuera negro la habrían acogido igual de bien, no le habrían saltado a la yugular? ¿Puede en USA un autor blanco escribir algo tan ácido y crítico sobre el tema racial?
EliminarAhí está. Por eso hay que dejar que los negros sigan escribiendo.
EliminarEs broma. Seguramente si la novela la hubiese estado firmada por un blanco, hubiese sido mucho más famosa. La habría editado Anagrama y el escritor viviría en una finca a las afueras de Nueva York. Probablemente el hecho de ser negro le obliga a seguir dando clases.
"Señores, existen sobre la tierra ambientes menos o más ridículos, menos o más infamantes, vergonzosos y humillantes, y asimismo la cantidad de estupidez no es igual en todas partes. (...) Pero lo que sucede en el medio artístico del orbe supera todos los récords de la estupidez y la infamia, hasta tal punto que un hombre normalmente decente y equilibrado no puede dejar de inclinar su rostro, inundado por el sudor de la vergüenza, frente a esas orgías infantiles y pretenciosas"
ResponderEliminar(Witold Gombrowicz, 'Ferdydurke', p. 97)
Lo artístico ha ido siempre muy unido a la tontería. Por otro lado es lo que le da vidilla al asunto. Imagínatelos a todos llevándose bien y siendo honestos. Qué asco.
EliminarEs cierto: sería insoportable.
Eliminarabzo.
Bueno, sr. Tongoy, a veces me pregunto por qué yo, un modesto aficionado a la lectura, pero mayormente de biblioteca pública y con recursos no todo lo extensos que me gustaría para poder adquirir libros, pierdo el tiempo rebuscando en los blogs de crítica literaria como éste,puesto que muchos de los libros reseñados no los voy a leer, por falta de fondos, de tiempo o de interés. Pero en casos como éste, me siento en paz conmigo mismo, pues gracias a usted, admirable señor, he esquivado la frustrante experiencia (seguramente conocida por todos)de haberme gastado los ahorros en un truño (y he estado a punto esta vez, que conste). Gracias, de nuevo (y a mí también me gustaba el Malherido pero me fio más de tí).
ResponderEliminar¿Vienes a leer las críticas? Me cuesta entender que la gente me tome en serio, pero, bien, sea.
EliminarUna observación: que la gente se ahorre dinero siempre es motivo de alegría. Habiendo tanto y tan bueno por leer, la verdad es que pensar en que alguien se gaste el pasta en esto (no por malo sino por "mejorable") es como triste. Por concretar: si me cayesen los 20 euros que debe costar este libro, perdería el culo por comprar BOSQUES de WAJDI MOUAWAD (que no he leído, pero aún así).
Y ojo, a mi me sigue gustando Malherido, pero también me fío más de mí (lo cual es una desgracia por razones obvias). Gracias. ;)
Ay, Tongo, ya le dejé un mensajito cifrado en la reseña de Mal-leído y peor comprado en el DK > los avatares existenciales de los modelnos q no encuentran parking para su bici plegable. Canela fina.
ResponderEliminarPero dices esto > "Se levanta, fuma, cafetea, toma pastillas blancas para favorecer el atontamiento y se echa a la calle a verlas venir. De vez en cuando plagia algo (las becas no se ganan solas): traduce, recorta, pega, descontextualiza y a ver si cuela." No la he leído, pero me ha parecido una descripción de Fresy Cool Patinete.
DrJ
salud y alerta máxima q con la ola de fria nos la quieren meter con el doble de Vicentito Luis Mora aka Sergio del Molino aka Umbral reloaded, según Mal-leído y peor comprado, aka Cinco Tinteros for my Friends, haciendo patria.
Yo tampoco he leído al Fresy y no puedo decirle, pero mire, en defensa de Lerner diré que este me lo pude terminar.
EliminarEn realidad la culpa de todo esto la tiene la poesía.
Un saludo, Dr. Me alegra ver que sigue usted en forma.
Pregunté por él, recuerdas? Yo también lo vi en una librería y pensé, por la faja, que podía estar perdiéndome algo. Y te pregunté. Y me has contestado. Y ya voy saliendo de dudas. Otro sorete, y van...
ResponderEliminarEn cuanto a la hilarancia, no lo puedo culpar. Quizás supo, Lerner, de mis ahogos, y decidió que mucha hilarancia puede ser demasiada, aunque luego el editor, con sus dos cojones, entiende que puede ser un buen reclamo para el lector medio, ese que lee lo que leen las personas normales, no como vosotros.
Total, cada día tengo más claro que la literatura necesita urgentemente gentes, como yo mismo, guapas, simpáticas, entrañables y agudas en sus ratos libres, con su gracia y sus pocos deseos de trascendencia, sus normalidades y, si se me permite la expresión (mayormente metafórica) su mundano requesón. O, al menos, que lo parezcan.
Por cierto, me está gustando el fatalista, pero menos que el plantador. Qué buena noticia su edición. No para mí, que ya me lo leí. A ver cuántos venden. Y a ver la faja. Dirá "hilarante"?
Saludos, tu Quique.
¿Cómo que "si recuerdo", mamalón? ¡Pero si lo leí por ti! Para no hacerte gastar el dinero inútilmente. Cuando digo que ejerzo una función social y la gente se ríe, se ríe injustamente. Ejerzo una función social, cojona. Me jode un poco, porque yo siempre he soñado con ser de pago. Con DK estuve ahí ahí, pero tampoco. (Los chicos son agarradillos; les cuesta soltar la pasta. Debería planear un ERE sobre Hotel Kafka.)
EliminarEs que el plantador es mucho plantador. A mí también me gustó menos el de Jacques, pero me reí mucho con la peculiar relación amo/criado. Después prueba, si quieres, a leer "X", de Percival Everett. Te echarás unas risas. Además incluye una novela dentro de la novela llamada "Por culo". Para tí, ideal de la muerte.
Besos.
Córcholis, Tonguete, qué buena pinta también este. He estado investigando diez minutos y por cojones me tiene que gustar el tal Everett. También he leído una entrevista y me he puesto morcillón como tú, que hace ya tiempo que me pillaste el rollito, habrás adivinado. Lo que no me explico es cómo se lo ha ido montando para encontrar editor con semejantes características.
EliminarPor último, se puede saber por qué no reseñas estas cosas y sí otras, melón?
Ya dirás. Y ahora, con tu permiso y el de los presentes, procedo a zurrarme convenientemente la sardina.
Saludos, Quique.
No estamos a lo que hay que estar:
Eliminar"X" de Percival Everett. Qué buena novela y qué divertida. Pero divertida de verdad. Y eso que la narración está salpicada de interrupciones algunas de las cuales parecen no venir a cuento de nada, como las de protagonista explicando la mejor manera de cortar la madera. Pero en esta novela todos los excesos o posibles off topics quedan compensados por la última parte, la que lleva el título “Porculo” y que viene mucho a cuento de lo que estaba comentando más arriba. La novela trata sobre la literatura, sobre los buenos y malos libros, sobre los buenos y malos lectores, sobre los críticos literarios y sus mentiras, sobre el derecho a llevar la contraria a la mayoría (aquello de huir del rebaño), sobre los jurados literarios y sus intereses pero también sobre el racismo y lo que se espera de uno cuando es de otro color y alcanza cierta notoriedad. Una buena novela que funciona en dos niveles, que cuenta una historia y oculta otra detrás que se hace evidente llegando al final, que es más o menos la definición que hace Piglia de cómo debe ser un cuento perfecto. No le pongo cinco estrellas porque no es para tanto pero si les apetece leer una novela entretenida y pasar un rato estupendo no se la pierdan. (Pensaba reseñarla también, pero ya no sé porque esto me ha quedado un poco largo y bastante claro.)
Aquí: http://lamedicinadetongoy.blogspot.com.es/2011/10/resumen-de-lecturas-octubre-2011.html
Vete a cagar, soplagaitas. Me pillarías follando, supongo. No te jode...
EliminarCon las chapas que metes de vez en cuando con noveluchas de tres al cuarto, te dejas las buenas para los especiales de fin de año.
Lo dicho: eres un soplagaitas. Galaicidad obliga.
Quique.
Sí hombre, sí. A ver si te crees que libros como este salen todos los meses.
EliminarLo otro es para hacerme el interesante.
Joder, no te lleva nadie la contraria.
ResponderEliminarA mí este libro no me pareció tan bueno como lo pintan, más que nada porque parece claro que el prota es un trasunto del autor y los textos autobiográficos me dan un poquitín de repelús. Aún así, incluso lo de ser autobiográfico no lo lleva tan mal, más que nada porque se ríe de sí mismo. No va de guay, y con eso ya le saca ventaja a la mayoría.
Los párrafos que citas como prueba de su mal hacer, psé. Las dos primeras citas, sobre la falta de profundidad y los enamoramientos (que viene a incidir también en la falta de profundidad, por la desdramatización que implica) de hecho me gustan. No está hablando, como suponen algunos de los comentarios, de lo aburriiiiiido que está el tipo, de lo mucho que pasa de todo, etc. Habla de la imposibilidad de crear arte cuando se ha desechado la idea de la trascendencia, y apoya el argumento de esa falta de trascendencia sobre la superficialidad de una experiencia diaria. La diferencia es sutil, pero importante, porque es lo que diferencia a los originales de las copias. Lerner es un original, los del tedio existencial son las copias que intentan sonar como gente como él.
Los otros dos párrafos que citas no son brillantes, vale, pero creo que puedo encontrarte "prosa-pegamento" en cualquier novela de más de 50 páginas.
Total, que ni tanto ni tan calvo. El libro sería la polla si el personaje fuese inventado (y tendré que leer una segunda para comprobar que esto no es así), pero tal como es está mucho mejor que cualquier otra novedad que haya leído últimamente, exceptuando a Repila.
Yo no sé qué le pasa a la gente. Es cierto, antes me llevaban más la contraria. Yo creo que la gente me está cogiendo cariño o algo. Voy a tener que empezar a leerme los libros de los anónimos.
EliminarA ver, sobre los párrafos: él único que parece digno de ser criticado como tal es el del café. El del amor lo puse para hacer chiste sobre lo infantil del personaje. Lo cierto es que yo creo que Lerner (o su traductor) escriben bastante bien. Es el tema lo que me disgusta, no el estilo.
Hablando de novedades: hoy he querido volver a jugármela y he sacado el de Enard de la biblioteca (quería el de Luis Noriega, pero se me adelantaron).
Yo del de Enard ni idea. El de Noriega (normal que desaparezca con esa portada y ese título) he estado a punto de comprarlo varias veces. Pero ése es el problema de gastar en libros y ser pobre: que te lo piensas dos veces. Las comedias, con excepciones, bah. La ciencia ficción, poco, cuanto más abstracta y alegórica, menos. Pero es que los payasos sí que no. Aún así ya veo que acabaré cayendo. Por la portada, que soy así de tonto.
EliminarUn saludo.
Yo caeré porque es gratis. De otro modo iba a caer por aquí (imagínese el gesto).
EliminarDe Enard no contaba yo con nada pero allí estaba y mira, ojearlo tampoco me cuesta nada. Anoche medio-vi una entrevista que le hicieron en canal-l y se me quitaron un poco las ganas de leerlo. Hoy lo recomienda (o algo así) Colomer en "La Vanguardia", pero no hace crítica, sólo dice de qué trata. Es decir, que o no la leyó o no le gustó. Si alguno conoce a Colomer que le pregunte.
Hablando de Colomer, ¿ha sacado libro juvenil a cuatro manos o me lo parece a mí? Es muy gracioso porque se llama "Terror en la red" pero no lo venden en digital. Qué cosas.
¿Hablando de Colomer? ?¿En serio? Espero que la pregunta vaya dirigida a todos en general, porque yo... Ni Enard, ni Colomer, y Noriega de chiripa. ¿Es esto mi castigo por haber hablado de "novedades" como si estuviera al día? Entonces lo admito: ¡vale, de acuerdo, no tengo ni puta idea! ¡Pero deje de torturarme con todos esos... nombres! :P
EliminarCreo que está muy irritable, señor Tongoy. El libro no es ni de lejos ninguna maravilla, pero me ha parecido una lectura agradable. A ratos es ingenioso, sobre todo cuando el prota solo entiende algunas palabras de lo que escucha y se ve obligado a interpretarlas de todas las formas posibles. Una novelita olvidable pero amable. Quizás el problema sea esperar de ella la gran obra maestra que no es.
ResponderEliminarMis respetos.
Jajaja, no, que va, simplemente hay que dramatizar un poco. Cosas de la farándula, ya sabe.
EliminarClaro que es ingenioso (a ratos), creo que un poco de pasado lo he dicho. En buena hora me lo iba a terminar si no tuviese momentos buenos. Simplemente que, en mi opinión, si lo pongo en una balanza pesa más el tedio.
Estamos de acuerdo en que es olvidable. Y ojo: yo nunca esperé una obra maestra. No creo que a estas alturas de la película nadie lo haga, pero de ahí a "extraordinaria".
Ya...
ResponderEliminarPero por donde va el post creo -o si no va el post, el que va soy yo- es por señalar que empecemos a custionarnos por qué "Entre Limones" (un sajón en las alpujarras) del tal Chris Stewart es una novela que no mola cuyos destinatarios son pacones y marujas y esta otra, del Lerner (un sajón en el foro) es tan guay y tiene que molarles a los guays.
La respuesta: porque Lerner, en su país, se junta con los guays y tiene pinta de guay y Stewart, en el suyo, se junta con sus amiguetes de toda la vida -me parece que durante una época el tío tocó con Génesis- y tiene pinta de carpintero o de oficinista de los viernes, que es cuando a la banda la dejan vestirse de casual.
Un asunto básicamente de "tribus urbanas". Como casi todo, por otro lado. Pero vamos que ninguno de los dos es Gerald Brennan o Robert Graves.
Ea, a mandar!
"Después de salir de Génesis (fue el batería de su primer álbum), se unió a un circo, aprendió a esquilar ovejas, se enroló en un yate en Grecia, fue a China para hacer una guía de viaje en ruta, consiguió una licencia de piloto de aviación en Los Ángeles, y completó un curso en cocina francesa. Desde que escribió Entre limones, Chris, Ana —su mujer— y su hija Chlöe continúan viviendo en un cortijo en las Alpujarras, con sus numerosos perros, gatos, pollos, una oveja, un loro misántropo y, para arrepentimiento de Ana, una recién estrenada guitarra."
EliminarBen Lerner es poeta.
He ahí la diferencia.
;-)
EliminarMe ha encantado tu crítica. Empieza a ser preocupante. Una lástima.
ResponderEliminarY no sé de qué os extrañáis con eso de las fajitas y las recomendaciones de unos autores a otros.
Un abrazo.
Espero que lo preocupante no sea que te haya encantado mi crítica.
EliminarLo de las fajas no nos extraña. Es por rajar de algo. ;)
¡Ah!, vale, si es por rajar...
EliminarY es curioso que te llame más la atención que algo me parezca preocupante a me parezca una lástima. Pero sí, lo preocupante es que coincida tanto contigo, hacía mucho que no encontraba un blog de reseñas en el que, a pesar de poner a parir lo que se ha leído, lo hiciesen tan razonadamente que no puedo poner objeciones. Además eres muy original en tus razonamientos o al menos a mí, en mi ignorancia, me lo pareces. Ahora estoy leyendo a otra autora pero, si no fuera así, no me leería este libro. Por tu culpa.
Guapa, ¡tú!
EliminarNo te guardes el secreto: ¿qué lees?
jaja Qué va... lo que sí te digo es que jamás digo algo por dorar la píldora. Hace años, muchos, incluso dejé un buen trabajo de esos que muchos consideran la leche para hacerme autónoma, precisamente para no dorar píldoras ni similares e ir por libre. Así que créeme. Me gusta mucho tu blog. Algún otro de los que te frecuentan también pero intervengo mucho menos porque tengo poco que decir y menos tiempo todavía.
EliminarY sobre lo que leo, es largo de contar y difícil de creer pero esto de no ir de anónima me impide determinadas cosas y una de ellas es decir a quién leo. Algunos se lo tomarían a mal. Aunque no es demasiado interesante, ahora mismo, no leo por leer sino para documentarme o aprender.
Que disfrutes estos días.
Por cierto, lo que sí que estoy haciendo últimamente es colar recomendaciones de algunos de vosotros. Estuve mucho tiempo sin leer, ahora leo varios libros a la vez. Y te confieso que cada vez que quiero colar uno nuevo, rebusco por los blogs en los que voy confiando, este entre ellos. Como lectora, lo más importante es tu tiempo.
EliminarNo sé, a mí me gustó. A ratos sus pajas mentales son ininteligibles, a ratos no sé muy bien qué quiere contar con tanta ida y venida, pero me gustan los personajes y me gusta como espejo de otra literatura, la de los Tao Lin y compañía. Porque aunque parezcan lo mismo, no lo son. Y me eché alguna carcajada, eso también.
ResponderEliminarDe todas formas, no entiendo muy bien esa manía que tienen algunos de escribir autobiografías y/o novelas sobre escritores. Son libros que al final sólo interesan a otros escritores&sucedáneos.
Yo estoy hasta los mismísimos de los escritores y su necesidad de novelizar el quehacer diario. Yo creía que lo hacían para que otros escritores los leyesen pero luego resulta que no es así, que no se leen unos porque la mitad son amigos y pasan de hacerse daño jugando a decir la verdad. Al final no los lee ni dios, o sí, nosotros, que somos los tontos más tontos de todos.
EliminarMi problema fundamental con Lerner es que no he sacado ninguna conclusión válida o interesante de su lectura. Pudiera ser que no lo cogiese con cariño, pero me da no.
Un inciso mini: normalmente, los pocos escritores que conozco no tienen ese problema, solo se dicen la verdad si no se hacen daño o solo se dicen la verdad si es para hacerse daño.
EliminarSeñor Tongoy, basta de preámbulos, queremos que lea y nos diga que le ha parecido Menos joven. Yo he escuchado que es genial, tan genial que me la he leído y... me guardo el comentario para su reseña.
ResponderEliminarSé que no tengo perdón de dios, porque ya lleva semanas en casa, pero... es que yo soy así. Basta que tenga un libro para que quiera leer otra cosa.
EliminarEsta semana me pongo en serio con ella. !Como si tengo que dejar de dormir! Estoy hasta nervioso y todo.
Va a leer La hora violeta? Es un libro que, por el tema que trata, nadie se atrevería a decir que es malo, que ojo, no estoy diciendo que lo sea. ¿Pero quién va a tener la cara para decir que el libro es malo cuando trata de la muerte de cáncer de un niño, sin ficción?
EliminarUff. Iba a leer "La hora violeta" aprovechando que lo tenía una amiga, hasta que supe de qué iba. Ahora ya no sé, la verdad. Es que esos temas me parecen muy bien como terapía, pero no veo porqué tengo que "pagarla" yo.
EliminarNo deja de sorprenderme tu arbitrariedad continua unida a cierto buen juicio. Por ejemplo, este comentario sobre un tema que te parece bien como terapia, pero que no ves el motivo por el que tienes que pagar tú esa terapia. ¿Qué otra cosa es la literatura si no es eso que tu llamas, en sentido despectivo, terapia? En tu insatisfacción como lector creo que va implícito un deseo de que te las hagan pagar todas en una (como crítico estás perdiendo el norte). Te niegas a una lectura por prejuicios, como muchos hacemos, pero en tu caso, desde tu púlpito, quieras o no, vas a convertir en categorías tus manías, si la gente te sigue haciendo caso.
EliminarUn lector más
Pues no sabes lo que te pierdes. Así, si no tienes ningún hijo pequeño y adorable que pille un cáncer que se lo lleve por delante, podrás saber lo que se siente al menos durante un par o tres de horas. Con un poco
ResponderEliminarde suerte no te tiras después por la ventana.
Al editor le sobra la pasta, supongo.
Quique
Ahora Malherido va a tener la culpa de que un libro sea un coñazo.
ResponderEliminarPuffffff, estoy terminando la novela y había leído tan buenas críticas que estaba asustándome de lo poco que me gustaba.
ResponderEliminarPrescindible del todo. Una cosa buena, es muy corta.
Dios increíble, pero cierto siempre es grande. Después de varias versiones de mi solicitud por el banco, he recibido un préstamo a través de una señora muy amable.
ResponderEliminarPara obtener más información, póngase en contacto con ella por correo electrónico a: mickaelduboquet@gmail.com que ofrece préstamos de € 3.000 a € 3.000.000 a
cualquier persona capaz de devolver con intereses a una tasa baja de 2 %, no lo dude ese mensaje. Esta es una realidad perfecta. Corre la voz a amigos y familiares que
están en necesidad.
el pago comienza cinco meses después de recibir su crédito
Que Dios os bendiga.
No sé si este canal ya está cerrado, no he leído todo lo que se dice aquí, pero sí buena parte y no puedo comprender cómo le dan las gracias por evitarle el gasto de la compra de un libro de Lerner, que es uno de los mejores escritores del momento, el mejor de su generación sin duda. Resulta un alivio que un escritor que no llega a los 40 se postule ya como el sucesor de Roth de Delillo. Iba a decir que es una irresponsabilidad que uno escriba contra un buen libro y la gente le haga caso, pero la irresponsabilidad es del que hace caso, por supuesto. Quien se aburra con la literatura que vea Netflix. Lerner es literatura, lo malo es que la literatura está desapareciendo, me temo que en buena parte por las inercias que aquí se disparan. Sienta bien ver que uno no está solo si se aburre con algo que no alcanza a apreciar, pero eso no quiere decir que la culpa sea del escritor, por supuesto, sino del lector. Ya no sois lectores. Habéis perdido el norte. Poned tele 5 o leed a Maxim Huerta si aún necesitáis engañaros a voostros mismos y sujetar un volumen de mierda en las manos y pensar que ejercéis un acto que os vincula con la cultura.
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EliminarEste blog es como el gato de Schrödinger; está muerto y vivo al mismo tiempo.
A Ben Lerner lo sigo recordando como un escritor mediocre. Su relativamente reciente publicación en Alpha Decay lo confirma.
Una puntualización sobre lo de Netflix: el año que leí a Lerner leí otros 103 libros. Solo cuatro se llevaron la etiqueta roja, el de Lerner fue uno de ellos. Los otros: Laporte, Abella y Lara Moreno. El último que leí fue JOTA ERRE de William Gaddis. Si quiere que hablemos de literatura podemos empezar por ahí. Ya solo este libro pone firmes a todos los demás.