lunes, 10 de abril de 2017

“Estabulario” de Sergi Puertas

La razón número uno por la que no me gusta comentar relatos (si no he contado esto mil veces no lo he contado ninguna) es porque muchas veces frente a la ingente (ingente, sí) cantidad de piezas incluidas en el libro equis se ve uno obligado a ofrecer una necesaria y a todas luces injusta y ambigua reseña cuando todo el mundo sabe (o debería saber si aplicase un mínimo de sentido común) que un relato debe ser tratado siempre como una unidad independiente del resto. 

Pero teniendo como tengo mejores cosas que hacer (leer, por ejemplo) no voy a pasarme el día con esto de modo que hoy toca ser injusto. Sí, otra vez.

Les voy a hacer un resumen de lo poco que van a escuchar sobre este libro que parece no estar leyendo nadie pese a ser, probablemente, y malinterpretando palabras del propio editor, uno de los que se siente más orgulloso así como una de las apuestas más fuertes de la editorial para este año y quién sabe si alguno más. Esto, decía, es lo que van a escuchar: van a escuchar que leer los seis relatos contenidos en Estabulario equivale a ver otros tantos capítulos de Black Mirror, una serie de televisión que supongo que prácticamente todo el mundo conoce (al menos los lectores potenciales de este libro, que es a quienes va dirigido el mensaje).

Tengo que reconocer que yo no soy un gran seguidor de la serie de modo que mi opinión de hoy no lleva la etiqueta de “experto en el tema”. Pero casi, porque he visto seis, de modo que un completo ignorante no soy. Y es desde esa pequeña ignorancia que les puedo decir que, efectivamente, el libro de Sergi Puertas es un poco bastante como ver la dichosa serie.

Si esto es bueno, malo o regular lo deciden ustedes. Personalmente considero que todo libro susceptible de ser comparado (ya sea con otro libro, ya sea con lo que sea) no tiene, por definición, la calidad mínima exigible para recibir la bendición de este santo blog.

Pero al grano.

En el primer relato, Obesidad Mórbida Modular, un hombre encerrado en un traje biológico (por culpa cierto firmware imposible de actualizar, cosas de la ciencia ficción), las va pasando putillas toda vez que la cosa es aislante en grado sumo. Es un poco lo de ser incapaz de hacer dieta mientras ves el colesterol a punto de colapso. 

El segundo, Manos libres, es un relato de guerra en el que dos mujeres intercambian pareceres mientras tratan de huir de un secuestro en una España invadida. Fuera de lo peculiar de este contexto de Reconquista Reload el relato es absolutamente mediocre, en el sentido que tiene ofrecer una historia que ya hemos visto mil veces por más que la perspectiva, el gran secreto de Puertas, pretenda, sin demasiado éxito, ser “diferente”.

El tercer relato, Pegar como texto sin formato, tiene como mayor virtud ser narrado desde el pasado: uno que traza un plan que ha de ser seguido al pie de la letra para atacar y destruir una central nuclear, porque las revoluciones son inmisericordes y estamos todos muy locos.

Torremolinos, el cuarto en discordia, es, de todos, el peor y más largo y más aburrido relato que he leído en mucho tiempo, dentro y fuera de este libro, y la razón, la única razón, de que servidor de ustedes haya tardado un mes en decidir si lo termina o no lo termina. Se retoma, en Torremolinos, la idea de una España en horas bajas: Andalucía es ahora territorio independiente y el protagonista de una serie de televisión que acaba con la salud de los actores (literal, esto, pero no voy a explicarlo) cruza la frontera para recibir un homenaje total para acabar metido en “una de espías” o similar, que tampoco hay por qué destriparlo todo.

Nuestra canción vuelve a recurrir a la deformación del punto de vista del narrador para contarnos una vieja historia de unos poderosos “mutantes” que, acosados, conducen al mundo al pánico mientras arrasan con todo. 

En Estabulario, probablemente el que más me ha gustado, se cuenta una historia de terror con termomix incluida. Ágil, divertida e imprevisible muestra al mejor Puertas, un escritor capaz de conjugar el terror con la ciencia ficción, el suspense y artefactos varios de andar por casa. 

En general (ahora sí) es una propuesta interesante sobre todo para aquellos que dedicamos demasiado tiempo a leer historias sobre mujeres que aman sin ser amadas o niños obligados a madurar antes de tiempo. Tal vez no sea lo bastante bueno, en conjunto y un poco por culpa de ese Terremolinos infernal, como para recordar estos relatos dentro de dos, tres meses, pero sí para tener en cuenta en nombre del autor; sí para saber que, tal vez, sólo tal vez, y sin ánimo de hacer de él nuestra última esperanza, Sergi Puertas no sea tan como los demás están siendo desde hace ya demasiado tiempo.



5 comentarios:

  1. resumen: una puta mierda el 90% del libro y el otro 10% no se sabe qué

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  2. Resumen dos: Impedimenta sigue apostando por muermos gigantescos en cuento, después del de Jon Bilbao. Como no espabilen se les quita la etiqueta de exquisitos y ya está.

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  3. Tongoy, lea a Fernández York.

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    Respuestas
    1. Ediciones del viento! De aquí al lado. Tono nota aunque ahora mismo estoy un poco a otro rollo.

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