jueves, 22 de agosto de 2013

RESEÑA de “Hijos apócrifos” de Víctor Balcells Matas

[Conviene recordar que] este es libro que taché de infumable al llegar a la página 212, la misma en la que juré abandonarlo, juramento que más tarde, durante un arrebato, incumplí. El post anterior es el resultado de aquello. Lo cierto es que estoy harto de hablar de este libro por lo que esta reseña debería ser anormalmente breve. (La palabra clave es debería.)

He aquí la causa de mi indignación: uno suponía, y no lo suponía porque sí, que esto (siendo esto el dichoso libro) abordaba, con humor, las relaciones paterno-filiales. Más tarde, en una entrevista que le hicieron a Víctor en La Vanguardia, me enteré de que el verdadero tema del libro era “la imposibilidad de estar muy cerca de las personas que nos interesan y a las que amamos”. El tema cambia de cojones, sobre todo si se tiene en cuenta el título, que así parece puesto para despistar.

La novela es una comedia y efectivamente, tal como apunta Javier Avilés en su reseña, tiene mucho de screwball y también mucho de crítica burlesca al abyecto mundillo literario de poetas trepadores, escritores infames o engreídos o ambas cosas o todo lo peor que se imaginen ustedes que pueda ser un escritor. La novela no deja títere con cabeza y ya sea usted editor, poeta, ensayista, biógrafo, novelista o hijo de tal o pascual, se verá fielmente retratado por Víctor Balcells Matas como un perfecto gilipollas. Para reforzar el carácter literario de la cuestión se acompaña la novela de múltiples referencias, títulos de novelas o nombres de escritores famosos (“Jean, Paul y Sarte emprendieron un ataque contra mí, un ataque existencialista y absurdo, de golpes flojos.”) porque a la gente del medio, que al final son los que a la postre compran estos libros (o se interesan por ellos), les gustan mucho verse inmortalizados, pero sobre todo porque no tener otra cosa en la cabeza que literatura acaba por ponerlo todo perdido de literatura. 

Y puesto que tiene 463 páginas y la idea propuesta (la de un hijo buscando un padre) se va demorando página tras página, se acompaña de mucha nadería insustancial, pensamientos fugaces y reflexiones de ida y vuelta, que son aquellas que salen de la historia total para volver a entrar:

Al salir del bar Arturo se encontraba mareado. [Arturo no es el nombre del bar.] La realidad parecía más luminosa, expandida, vívida. Bajo los efectos del Gin-Tonic se apreciaban mejor sus virtudes y defectos. El artista Vonnegut-Lachaise estaba junto a la puerta del local, alegremente rodeado de sus discípulos. Tenía una cara de persona normal, un cuero normal y piernas largas de persona normal. Barba, se podría decir, pero qué clase de barba, romana imperial tardía, al estilo Caracalla, o quizá siglo dieciséis. Por alguna razón difícil de precisar era un artista célebre y celebrado.

El caso es que uno (yo, en este caso) la va leyendo, la va entendiendo y la va apreciando por lo que vale, por lo que ha debido costar dar forma a tanta referencia más o menos velada de tanto conocimiento amulado durante 27 largos años. Uno le va perdonando (siente que debe hacerlo) la incontinencia verbal del que no quiere renunciar a nada; uno le va cogiendo cariño, al escritor también; la va queriendo, se va riendo (a ratos, cuando se le escapa) y poco a poco, poquito a poco, se acaba cansando. Y se va cansado, entre otras cosas, de no ver nunca la novela avanzar en ninguna dirección, que todo en ella parecen ramales sin salida, que parece la idea central una cosa que no acaba nunca de ser alcanzada, que todo es prestar atención a los flecos. Y no será por páginas. Y no será por relleno. Y no será por diálogos innecesarios (elijan al azar y prueben a obviar lo que no sea diálogo puro y duro y verán como nada cambia, como todo es igual, como en el fondo nos podíamos haber ahorrado los tres cuartos de hora que necesitábamos para ver otro capitulillo de Breaking Bad). 

De ahí mi hartazgo en la página 212; de ahí el cabreo, de ahí la indignación de no ver nada más que gansadas (en cualquier sentido de la expresión) de un proyecto de escritor de veintitantos queriendo demostrar que el tamaño no importa y que todo lo cura el poder vivificante de la risa. El caso es que de ahí el infumable, injusto seguramente, precipitado no, pero exagerado quizá sí. O quizá no, porque la bajada de ritmo de la segunda parte (la mortalmente aburridísima segunda parte), es tan agresiva, se hace tan pesada y tan lenta, tanto, que el castigo de someter al lector (al bueno del lector, al paciente y crédulo lector) a cien páginas de ires y venires de dos seres a cual más lerdo es como para cerrar el libro y tirarlo a un mar con tiburones.

El problema de fondo de todo esto, —he aquí una cuestión personal que no quiero eludir— es que servidor esperaba algo que girase en torno a lo paterno-filial, que es un drama muy socorrido para pasar la tarde, o, como dice Balcells, sobre “la imposibilidad de estar muy cerca de las personas que nos interesan y a las que amamos”. Y de todo eso, nada monada. Tener un padre que ignora a un hijo y viceversa no es suficiente para darle categoría de argumento, y no lo es porque Balcells ese problema se lo pasa por el forro de los cojoncillos durante dos terceras partes de la novela. Se nota que a él lo que le apetece es la risa, el cachondeo, el tonteo literario, ocultar referencias, dibujar un pozo en una pared e invitarnos a sacar agua de él. 

Entré en su habitación: no había nadie. Entre en el salón, en la cocina. Merodeé como el cazador en la jungla: no había nadie.
Estaba solo en casa.
Me quité la camiseta. Me quité los pantalones.
Viva la vida.
Me acerqué a mis bonsáis. No supe qué decirles. Los acaricié. Mis bonsáis. Yo amo todo lo arbóreo. Si fuera planta querría ser un pino, siempre verde y dispuesto a la procreación.


Nota: El mismo día que se publica este post, Jordi Corominas publica una entrevista con el escritor AQUÍ.


28 comentarios:

  1. Se me fue la mano en el post. Aquí les dejo el argumento, por si les interesa un resumen.


    La primera parte de la novela (de un total de cuatro) es un escritor que es contratado para escribir la biografía de otro, uno muy famoso y también muy gilipollas. Un auténtico impresentable. Bien, el pobre infeliz viaja de España a Cracovia y de allí a París tratando de conseguir que el famoso escritor le cuente su vida o nunca tendrá material. Gombrowicz en vena. La segunda parte son dos jóvenes, uno de ellos hijo no reconocido del susodicho, también viajando y más tarde viviendo creo que en Salamanca una suerte de situaciones absurdas que tienen que ver con el hecho de que uno de ellos, Arturo, el no inseminado artísticamente, descubre, al leer la mencionada biografía (esto tiene lugar veintitantos años después), que Guillermo, su amigo del alma, es el hijo apócrifo de aquel. El enredo de este episodio gira en torno a Arturo tratando de evitar que Guillermo se entere de esto. La tercera parte es coral. Un escritor, enemigo declarado del biografiado, contrata (a ver cómo resumo esto) a un poeta un poco trepa para que enamore a su hija, de quien también él está pillado, para que deje de salir con Guillermo, el hijo del famoso escritor, precisamente por ser quien es. Toda la tercera parte es a tres voces y en primera persona. Supongan el enredo argumental. La cuarta (parte) es un viaje a un congreso literario de una editorial, la misma que publica a todos los protagonistas y dónde se enreda el enredo y donde se sigue la máxima de la screwball comedy de juntarlos a todos en el mismo lugar para ver cómo explotan.

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  2. Carlos, ¿crees que con un poco o un mucho de edición el libro habría mejorado?

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    1. Absolutamente. 

      Balcells tiene 27 o 28 años por lo que, si tal como dice en la entrevista con Jordi lleva 5 años con esto, quiere decir que empezó a escribir con 22 la que él llama segunda parte, que es la más autobiográfica. Pues esa es la peor de todas. Es horrible, en serio. Aburrida, larga... no tiene sentido. Yo no sé si el libro me hubiese gustado más sin esa parte o con ella corregida, lo que sí sé es que hay que hacer lo posible para entretener al lector, no para matarlo de aburrimiento. 

      Mire, Balcells será muy listo y todo lo que quieran, pero no le puedes dar un libro a tus amigos para que te lo editen. No me jodas. Se lo das a un editor o a un vecino cabrón, pero, claro, si te editas tú, apaga y vámonos. Ahora no solo me parece que no sólo no está a la altura como escritor, sino tampoco como editor. Bonita forma de jugarte el prestigio. Yo creo que se ha equivocado al ir tanto por libre.

      Cuánto más pienso en el libro, menos me gusta. Creo que la reseña me ha quedado floja no, lo siguiente.

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    2. Absolutamente. 

      Balcells tiene 27 o 28 años por lo que, si tal como dice en la entrevista con Jordi lleva 5 años con esto, quiere decir que empezó a escribir con 22 la que él llama segunda parte, que es la más autobiográfica. Pues esa es la peor de todas. Es horrible, en serio. Aburrida, larga... no tiene sentido. Yo no sé si el libro me hubiese gustado más sin esa parte o con ella corregida, lo que sí sé es que hay que hacer lo posible para entretener al lector, no para matarlo de aburrimiento. 

      Mire, Balcells será muy listo y todo lo que quieran, pero no le puedes dar un libro a tus amigos para que te lo editen. No me jodas. Se lo das a un editor o a un vecino cabrón, pero, claro, si te editas tú, apaga y vámonos. Ahora no solo me parece que no sólo no está a la altura como escritor, sino tampoco como editor. Bonita forma de jugarte el prestigio. Yo creo que se ha equivocado al ir tanto por libre.

      Cuánto más pienso en el libro, menos me gusta. Creo que la reseña me ha quedado floja no, lo siguiente.

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    3. Podríamos aplicar este comentario a la parte de los crímenes de 2666 de Bolaño y ahí está. ¿Cuántos se quedaron en el camino intentando superar ese in-fu-ma-ble escollo? Pero claro, Bolaño está canonizado y se le perdonan las 300 páginas de repetición y tontería. Odiosas comparaciones. Además, esta opinión sobre Bolaño es una opinión tan subjetiva y discutible como la suya.

      Y ya estamos otra vez ofreciendo juicios discutibles sobre la altura como escritor, editor y lo que sea. Ni que Balcells fuera el propietario y director de la editorial. Ahora va a resultar que ese pringadillo es el jefazo de todo esto. ¡Zaforteza y su ego nunca lo permitirán!

      En fin, aquí lo verdaderamente importante es que Alfabia publicará a Saunders en breve. Un autor que ya hacía falta en nuestro país de adictos al realismo. Punto a favor no, puntazo a favor.

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    4. Qué gracioso, qué sinceridad o qué torpeza, ya ni los autores o editores disimulan que dejan comentario anónimos, defendiendo (en este caso) lo indefendible: Hijos apócrifos y Alfabia.

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    5. ¿Saunders? Ah, qué bien. ¿Se sabe cuándo?

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    6. Tongoy, te repites.

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  3. Carlistos, Carlos, Don Carlos... Este blog cada día se parece más a Forovagos.com, tanto resumen, tanto esquema, tanto análisis sesudo, parte a parte, capítulo a capítulo. No tengo por costumbre leer ladrillos de autores tan jóvenes: ¿27 años y 600 páginas? Vamos, que... Hay cursos de jardinero que sirven de gran ayuda para poder podar hasta conseguir un libro decente, coño. Y si todo lo que ha conseguido dejar después de la poda es esto, "Hijos apoqué..", pues andamos buenos. ¿No crees? Se lo dije a Marcello: Joël Dicker solo tiene 27 años y es un niño de papá. ¿No crees que ha construido una novela de 600 páginas sin haber vivido y leído lo suficiente? Acaba de llegar a la página 300 y ahora se queja de la absurda construcción de personajes, de la disparatada elaboración de los diálogos, del tópico argumento: un joven escritor de éxito investiga el asesinato de la amante de su maestro, otro escritor de más éxito que él, una niña de 15 años llamada Nola, bla, bla, bla... Escritores de éxito, pedofilia, novela policíaca, pueblo enfermo... Joder, Carlitos, Carlos, etc., que una novela no nace con un pan debajo del brazo, que 600 páginas se construyen con algo que decir, que no es un soneto de Carmen Jodra o de Álvaro Tato. A Marcello, que es italiano como sabes, pero habla un perfecto español, le he recomendado que lea a Gay Talese, literatura de verdad, con cojones, sangre y esperma, ya sabes, "Honrarás a tu padre", 600 páginas escritas sobre la experiencia de viajar a Sicilia, infiltrarse en la intimidad de los Bonanno durante seis años, ¡seis años de tu puta vida en juego! ¡La Mafia, Don Carlos, la Mafia! La escribió con casi 40 tacos y se jugó la vida. ¿La ha leído? ¿No? Le digo lo mismo que a Marcello: ¿A qué está esperando?

    Gay Talese decía una cosa que es cierta (en "Retratos y encuentros, Orígenes de un escritor de no ficción" (1996)): "Aprendí a escuchar con paciencia y cuidado y a no interrumpir nunca, ni siquiera cuando las personas se veían en grandes apuros para darse a entender, ya que en esos momentos de titubeo y vaguedad la gente suele ser muy reveladora: lo que vacilan en contar puede ser muy diciente".

    Posdata: estaba desayunando en la terraza de mi apartamento y se me ha caído la tostada, la puta tostada al suelo. ¿Sabe por qué lado ha caído? Sí, en efecto, por el lado de la mermelada, porque siempre es así: escritorcillos que, cuando caen, lo hacen siempre por el mismo lado. ¡Sus libros son tan evidentes!

    Laura Glez

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    1. No te esfuerces, Laura, La medicina de Tongoy se ha convertido en una Asesoría Literaria para Jóvenes que no publican nada pero quieren publicar algo. El Señor Tongoy solo responde a preguntas tipo "¿Qué opina usted?". Recuerdo que en la sección de la desaparecida revista para jóvenes "Vale", hubo una chica (supongo que menor de edad; supongo que no sería un personaje inventado por la misma creadora de la sección de sexualidad) que preguntaba cómo podía hacer para que chupársela a su novio no le supiera tan mal. La pseudosexóloga respondió: "Comiéndote antes un caramelo de menta". Otro día alguien quería saber si con la masturbación podía quedarse embarazada... En fin, todo muy chungo, dudas muy de andar por casa que la susodicha pseudosexóloga respondía amablemente. No había debates. Luego llegó internet y la cosa se les fue de las manos porque, claro, uno podía comentar y comentar, poner en jaque a la pseudosexóloga, pero ella solo respondía lo que le parecía. No resolvía dudas: lo único importante eran las entradas en su blog y los comentarios. Así se ganaba el pan, así crecía su blog. Incluso se hizo famosa.
      Las preguntas de verdad, Laura, no las responden los pseudosexólogos, sino los médicos de verdad y este blog tiene muy poco de Ciencia, mucha medicina, dice su autor, pero pseudomedicina, es decir, PLACEBO.
      Un saludo.
      Julian Gómez

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    2. No tiene ningún sentido comentar nada... Este weblog güele a azufre... Se percibe a la legua...
      Grahalowood...

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    3. Lauri, haces bien en pasar. En serio. Me anoto el de Talese para pronto. Gracias.

      Y hazle caso a Julian, parece que sabe de lo que está hablando. Parece, digo.

      Perdonen que no me quede, es fin de semana y me gusta desaparecer. Hoy toca película y ya se me hace tarde.
      Sean buenos.

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  4. Señor Tongoy, estoy con Lydia Davis, y me intriga. Sigo leyendo los relatos pero algunos me parecen una verdadera tomadura de pelo, y otros, en el mejor de los casos, ingeniosos. ¿Qué opina usted? Lo pregunto porque parece que todo el mundo coincide en que la señora Auster es una genio, y entonces el problema es mío.

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    1. Pues mire, yo sólo leí el recopilatorio “Samuel Johnson está indignado” pero tengo anotado sus Cuentos Completos para comprar pronto. Eso debe significar algo.

      Coincido con usted. Algunos me parecen una tomadura de pelo, sobre todo los más cortos como por ejemplo, el de la digestión: “Aquí estamos las dos sentadas, mi digestión y yo. Yo estoy leyendo un libro y ella está ocupada con el almuerzo que me he comido hace un rato.” No lo entiendo, honestamente. De estos hay muchos. Luego están los que me dicen nada, que son unos cuantos, pero después hay otros que compensan los anteriores y que me han parecido “geniales” (tómese esto con pinzas). Con bastantes he disfrutado (me reído mucho mucho) como hacía mucho que no disfrutaba con un relato. Me parece que Davis es una gran observadora y una magnífica humorista. (“En un momento dado de su vida se da cuenta de que, más que querer tener un hijo, lo que no quiere es no tener un hijo, o no haber tenido un hijo.”)  “Nuestro viaje” o “Egoísta” están entre mis favoritos.

      He sido perezoso y apenas he tomado notas durante la lectura y por eso la reseña será de aquella manera pero escrita ya está y ahora que lo dice, será la siguiente. Este finde estaré OFF, pero el lunes o martes la publico.

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  5. Pues coincidimos: prefiero los más extensos que los cortos, que al menos tienen a ventaja de no tomar mucho tiempo, no como el libro de esta reseña. Yo estoy leyendo los Cuentos completos, y sí, a pesar de mi escepticismo y a veces de la sensación de estafa, va triunfando el entusiasmo intermitente, porque sigo con ellos, y no dejan de ser 700 páginas.

    Buen fin de semana, señor Tongoy. Hay que tomar fuerzas para septiembre, además. Espero que pase algo, porque yo es que los veranos, con Twitter, Facebook y los blogs, me aburro mucho.

    Mis respetos.

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    1. Cómo no se va aburrir. ¡Si es que no está pasando nada! El verano nos quita la sal de la vida. Ahora viene septiembre y la reentré y todo volverá a ser maravilloso y todas esas obras maestras....

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  6. Buf, esperaba mayores dosis de crueldad después de esa previa tan humeante. Tongoy, yo ahora mismo estoy con 'Pastoral americana', de Philip Roth. No es exactamente el drama paterno filial que buscabas (y cuya ausencia parece haber encendido más de la cuenta tu sed de sangre)pero algo hay.

    ....

    Bueno, apenas hay nada, en realidad meto con calzador esta recomendación (me está encantando) para saber por qué pollastros no hay nada sobre Roth en este blog.

    Atentamente, su único pollo fan.

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    1. Es que llegué a la reseña con muy pocas ganas, P. Además, hay que dosificar, que de todo se cansa la gente. ;) Y da gracias, que en teoría tocaba paliza dostoievskiana.

      De Roth no hay nada pues por casualidad, creo. Nunca lo había pensado, pero tienes razón. A ver, yo reseño entre el 40% y el 50% de mis lecturas. Muchos se quedan fuera pero no apetece dedicarle más tiempo al blog. ¿Por qué Balcells y no Roth? Chico, es que a Roth lo han reseñado tantos tantas veces… que es como que ya aburre hasta pensar en él.

      A todo esto hace un par de días me compré Los Hechos con intención de leerlo cuanto termine el de Gaddis que tengo entre manos. A ver si de esta va.


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  7. Tongui, te ha podido la presión. Al principio era infumable y ahora casi que te gusta y todo. Te vamos a perder el respeto como sigas así.
    Sobre el autor: me parece que se está sobrevalorando demasiado a un joven tan joven que tiene un libro de relatos y una novela que, por lo que leo, es más bien adolescente. País!
    Salu2.

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    1. ¿Su referencia para decir que sobrevalora al autor es haber leído unos cuantos posts? Si es así, lo que está mal no es el país, sino ciertos paisanos.

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    2. ¿Que gusta qué? Pero si casi no hay ni una sola cosa que me guste. Bueno, no, ni una. ¿Lo dice porque he sido comedido o porque he retirado lo de infumable? NO he podido evitarlo. Si fuese INFUMABLE no hubiese podido terminarla y no ha sido el caso. Pero no, ne me ha gustado un carajo. Y cada vez menos.

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  8. A ver si alguien lo pone en el emule o algo el libro este, no puenso gastar mas dinero en libros geniales de autores geniales, tan listos todos.

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  9. está claro que este blog del Tongoy se dedica a promocionar a los amigos,el tio sabe que si machaca un libro ese libro venderá más. saludos de Moon Martin del soulseek. leed Evelyn Waugh

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  10. Me quedo con la "aproximación" antes que con la "reseña seria".

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  11. Editores que saben moverse en infinidad de elementos: http://colorinpingajohambre.blogspot.com.es/2013/08/editores-que-no-2.html

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  12. Carlos, que dice Pron que el de Balcells no es un verdadero Premio Fnac, que el bueno y merecido es el que le han dado a Aloma Rodriguez.

    Al loro, dice:

    "su novela le valió ser reconocida como Nuevo Talento FNAC, lo que fue una magnífica noticia para la autora pero también para la cadena francesa de librerías, que sólo pocas veces en el pasado había distinguido con ese título a alguien realmente nuevo y talentoso".

    http://www.elboomeran.com/blog-post/539/13995/patricio-pron/en-la-juventud-esta-el-placer-solo-si-te-mueves-de-aloma-rodriguez/


    Si este texto no es efecto rebote del tuyo, Carlos, que baje dios y lo vea. Qué asco de tío, el Pron. Mezquino, ramplón y siempre atacando por la espalda y parasitando el trabajo de los demás.

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