viernes, 26 de julio de 2013

“Leonardo” de Guillermo Aguirre

Me aburro. La madrugada no es lo mismo sin un blog en la retina. Total, que se acabaron las vacaciones blogueras.

Me llevo este libro, Leonardo, a la playa. Me lo llevo a la piscina. Me lo llevo al campo, nos sentamos debajo de una higuera un día y de un limonero, otro. Abrimos juntos siete cervezas. Lo llevo conmigo en el coche. Nos hacemos inseparables. Nos falta meternos mano, nada más. Pero no hay modo. La cosa no avanza. Todo es sangre, sudor y lágrimas y cada párrafo es un dolor de muelas. Sus 186 páginas semejan peores que un parto, con perdón. Leonardo, de Guillermo Aguirre, es un libro que yo suponía interesante, se fue haciendo pesado y acabo siendo directamente insoportable. 

Llegué a la página 52, que ya no está mal. Lo honroso es llegar al final, pero se ve que yo no soy tan hombre como los demás. Me refiero a todos esos críticos que van de maravillamiento en maravillamiento y que ven en esto de Aguirre algo que yo no. Mateo de Paz, por ejemplo, escribe una crítica en tres partes de esta novela para Factor Crítico en la que dice lo siguiente: “Guillermo Aguirre construye un artefacto literario muy inteligente; indispensable y efectivo. En un tiempo en el que los editores solicitan libros fáciles, sencillos, líquidos o digeribles, se hacen necesarios libros así, formalmente complejos, discursivos y profundos.” Como tontería ya no está mal. Para calificar este libro de indispensable hay que tenerlos muy bien puestos (a esto me refería cuando decía que hay mucho macho suelto reseñando esta novela). Pase el elogio que en su momento le dedicó Rafael Reig (una gran novela, dijo) porque al fin y al cabo es amigo y le presentó el libro nosédónde pero el resto podía morderse un poquito la lengua, que se juegan el prestigio, leches.

El caso es que yo no pude con esto de Aguirre porque como prosa tiene un pase si a uno le pirran los excesos pero como trama la cosa cojea de puro insufrible. La cosa va un pollo llamado Leonardo (“Llamadme Leonardo”, dice) persiguiendo una Teta Blanca, del mismo modo que otro, llamado Ismael, perseguía una ballena de idéntico color. Igual esto es lo que Mateo de Paz entiende por “inteligente” y “profundo”, sin saber exactamente cuánto hay que cavar para dar con la puta trufa, pero meter a Moby Dick en una novela para darle una pátina de prestigio al relato es una moda que empieza a resultar vomitiva.

Yo, lo siento, no puedo con tanta dispersión y tanta reflexión de bote. Dedicar una cuarta parte del libro a contarme en primera persona que un imbécil (que Reig, con otro par, comparó con el protagonista de Memorias del Subsuelo y con Oblomov) se va a vivir con una mujer que un poco más tarde lo abandona por infiel es esperar demasiado de mi tiempo libre toda vez que se va demostrando, página a página, que la cosa está otra vez en exagerar el cómo y ver si así, con el ruido, cuela. Bueno, pues no. O sí, vaya, pero no siempre. 

Con diferencia, una de las novelas más aburridas que me he echado a la cara en mucho tiempo.

Puedo escuchar cómo se tensan las jarcias, cómo la nave quiebra su espinazo cuando un cambio de mar atiza su rumbo. Puedo escuchar las tablas que parecen querer quebrarse bajo mis pensamientos, llenas de gorgojos y polillas.
Como ya he dicho, todo amor tiene en su inicio una etapa de florecimiento y, así, nuestro amor se abrió, floreció y creció a la sombra de mi falsedad de un modo tan lustroso y arrogante que incluso aquellos que nos rodeaban —ya no nosotros, que vivíamos en medio de aquella selva demasiado espesa para ver más allá— se sintieron engañados y, para mi absoluto regocijo, compartieron aquel excéntrico paraíso con nosotros. Y tan alto, tan alto estábamos, tan en el cénit de nuestro cielo sentimental vivíamos —o al menos así me sentía yo por entonces, tan feliz como pueda serlo el más infeliz de los mortales— que no supe prever la tragedia que se había gestado bajo mis respuestas engañosas y mis complicadas bravatas.

34 comentarios:

  1. Mateo de Paz también es colega de Aguirre de Hotel Kafka.

    Esas reseñas no cuentan, no valen, son una cuestión de amistad, de "darnos valor", todo el mundo lo sabe.

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    1. Eso explica lo de la Trilogía Crítica. Dos reseñas y una entrevista para un libro tan "menor" como este hacía sospechar que algo había, pero no tenía muchas ganas ni tiempo para investigar. Gracias por el aviso. Entiendo que Hotel Kafka se ha volcado en este libro. Entiendo que en todos los demás (los de sus miembros) también. Habrá que estar atento.

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    2. http://hotelkafka.com/profesores/mateo-paz

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    3. estaba viendo el profesorado. Joder, está medio país.

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    4. Mi sensación es que ha perdido bastante fuelle en los dos últimos años, sobre todo este último.

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    5. Por cierto, creo que uno de los profesores ha fallecido recientemente, ¿no? Y otra es diputada del Congreso, es decir, también está en un plano superior....

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    6. Mal, mal, muy mal... Debe ser que por aquellos lugares no le llega bien la conexión a internet o que no lee hasta el final ni siquiera las reseñas que copia y pega. Joder, acabo de terminar de leer el "Leonardo" de Aguirre y me he puesto a buscar lo que se dice por ahí de él y llego hasta aquí y veo que usted se equivoca porque no es Mateo de Paz quien escribe tres reseñas para Factor Crítico sobre Aguirre, sino solamente una. Así lo único que demuestra es una muy mala investigación crítica, Carlos. Yo creo que esto hay que aclararlo porque luego los pocos que leen este blog piensan mal y no hay que pensar tan tongoymente, sobre todo si ese pensamiento nace y se cría y muere en la ignorancia. Me gusta leer lo que la gente dice en la red, si tienen la misma o distinta opinión, usted sabe. Me gusta leer que alguien, por ejemplo, aunque sea en un blog de costura, de patio de vecinos, del tipo Sálvame, como es este, tenga opiniones diferentes a las mías, pero también me gusta leer la argumentación que defiende el gusto o disgusto. Al caso: ¿dónde está la reseña? La suya, digo, del "Leonardo". Analizando la situación y toda la información que contiene parece más bien un arrebato, por no decir venganza, contra los integrantes de Hotel Kafka porque le despidieron de Diario Kafka, ¿no? Eso se dice por ahí... O es usted todo un comedor de patatas o un plantador de tabaco o algo habrá hecho mal también para no captar lectores semana a semana, día a día, y evitar así que el suplemento cerrara. Es muy de gallegos echarle las culpas a otro. ¿No cree? Se lo digo de gallego a gallego, oiga. Y cuide las faltas de ortografía, que escribe como un bachiller. (No hablo de la calidad de sus "reseñas", no piense mal.)

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    7. No de por hecho tantas cosas, hombre. Sé que Mateo escribió sólo una crítica. Lo expresé mal, nada más. Pero es cierto, debí aclararlo. Simplemente no le dí más importancia.

      Sobre HK, se equivoca. NO me echaron. Me fui. Y avisé con tiempo, además: un mes, nada menos. Pruebe a pasarse dos meses leyendo crítica literaria, ya verá como también acaba hasta los huevos. Si no fuera porque lo escribo ni siquiera leería este blog. No hay ninguna razón para vengarse de DK o HK porque mis relaciones con ellos fueron siempre cordiales. Escasas, pero cordiales.
      Por cierto, vuelven en otoño, ¿lo sabía? (Yo no).

      No me ha dicho, ¿le ha gustado Leonardo?

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  2. Existe una cosa muy efectiva para evitar partos literarios de este tipo: interrumpir el embarazo en cuanto uno ve que aquello no va a desarrollarse como debiera y no esperar a los dolores...
    Que últimamente tus reseñas son como retratos de los hijos deformes que creaba aquella terrible señora de Maupassant.
    ¿O es que como ella ves que sacas más provecho de los engendros? Son ideales para montar circos...

    Además, así te daría tiempo de ir a por otro embarazo que llegue a buen término y de poder presentarnos luego a la criatura deshaciéndote en halagos.

    Aprovecha el tiempo, que te queda poco de playitas e higueras.


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    1. Zombie, la credibilidad de Carlos como crítico es la siguiente. Te vas a su goodreads y realizas una comparación sencilla, que podría responder a los binomios:

      Autor extranjero.

      Autor español.

      Prácticamente la totalidad de puntuaciones de autores extranjeros tienen tres estrellas -"salvo alguna cosa"- mientras que la de todos los autores españoles que ha leído -"salvo alguna cosa"- tienen dos o una estrella, las más.

      No sólo es que Carlos no esté demasiado capacitado como lector, es que tiene un sistema de clasificación de fábrica, como el pobre robot que se da cuenta de su destino. "No me va a gustar ningún autor español, los voy a poner todos en la picota".

      Aun asumiendo la relativa y dudosa y mierder calidad de muchos autores españoles, que prácticamente ninguno -incluso los decentes- llegue a las dos estrellas dice mucho de con qué mirada coge el supuesto blogger-lector los libros. Fácil comprobación, insisto.

      Tampoco es que esto sea un secreto. Seguro que Carlos lo reconoce. No es que reseñe hijos deformes, es que tiene la mirada deforme y llena de lugares comunes.

      Por lo demás, Leonardo es una novela estupenda y os fastidia que reciba reseñas positivas y bla bla bla. Vale, que sí, lo de siempre. Carlos, muy arteramente, ha puesto un fragmento de la parte del libro que, justamente, usa esa prosa rebuscada y dieciochesca a propósito. La parte de la aventura en el mar, con piratas y esas cosillas.

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    2. Ah, qué cabrón el Tongoy, eligiendo las peores citas. Bien, por aquello de ser imparcial, elegiré fragmentos al azar de partes del libro que no he leído. Así, arteramente también:

      Como puede deducirse, aunque el trabajo no era especialmente fabuloso y mi economía abrigada desde las posesiones familiares y ahora ayudada por el extenso sueldo que C. gastaba en taxis, no lo requería, mi alma de eterno veraneante se sentía cálidamente acogida y realizada ante una actividad —¡mi primera actividad remunerada!— que me colocaba más cerca de los hombres comunes y de mi preciada C. Algunas tardes, al regresar yo a casa, realizábamos esa natural, tranquilizadora y banal pantomima de las parejas: preocuparse por el día del otro.








      No miento si digo que lejos del terrible trauma que la incursión de la Teta podría haber tenido en nuestra vida en pareja, más teniendo en cuenta que me había tocado —justicia poética— colgarla en la pared que gobernaba el frente de la sala en donde yo trabajaba y, probablemente excitado y movido por la culpa, aquella permanente conciencia de una vida anterior a los medicamentos y a C., una vida mucho menos aburguesada y en la que me regía por violentos caprichos —y que la Teta me recordaba continuamente—, despertó en nuestra relación otro monstruo que arremetía como un búfalo herido contra todas las palmeras de la casa, contra la sexualidad de mi amada compañera y contra mi presente existencia.



      No hay día en el que no nos la veamos con una tormenta o con la niebla. Con el frío polar o el calor de los trópicos. En el que no nos entreguemos a las más disipadas teorías sobre los monstruos marinos (llegará y será como el capítulo final del Gran Libro), el porqué de los mares rojos (la sangre de los caídos que regresa) o de los océanos verdes de algas, que son casi como la tierra firme (el estable aunque engañoso sueño del pasado).



      No miento si digo que no sé si hubo premeditación en el asunto o no, de todos modos era culpable y la premeditación, o su ausencia, en nada hubiera cambiado los hechos, ni servido de bálsamo a aquellos a los que tan profundamente herí. No sé si acaso semejante acción había sido gestada como única posibilidad de devolver las cosas a su sitio o fue un lujo impulsivo al que doté aceleradamente de sentido. En cualquiera de los casos y, aunque parezca absurdo, a veces, una acción del todo irreverente puede ser la única solución a un estado absolutamente hilarante.

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    3. Sobre lo otro: si creer que lo que se hace actualmente en este país no alcanza, por lo general, el mínimo de calidad exigible, entonces sí, le doy la razón: tengo la mirada deforme. Y tan feliz.

      Y acabo, por no liarme mucho que no son horas: el problema de la puntuación en goodreads (que cualquiera puede comprobar aquí http://www.goodreads.com/review/list/5068300-carlos-gonz-lez-gonz-lez-pe-n) es, fundamentalmente, que de lo español leo novedades y de lo extranjero raramente. Claro, lo uno ha pasado un filtro y lo otro no. También puede ver en esto un acto de pura maldad. Personalmente también lo prefiero.

      Gracias por pasar.

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    4. Espero que la frase "no hay día en el que no nos la veamos con una tormenta o con la niebla" la hayas copiado mal. ¿Que no nos LA veamos? ¿Qué coño es lo que se veían con una tormenta?

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    5. ... y supongo que el velero transpotará maiz o patatas porque si no, no se que cojones pintan ahí, a bordo, los gorgojos.

      Bueno sí lo sé. Aquí todo vale. Al tío que lo ha escrito le parece que lo de "gorgojos" suena de puta madre. Al editor le parece que ese tío, el que ha escrito lo de "los
      gorgojos" es mazo de majete. Y venga... ¡pa' alante como los de Alicante!

      Y ahora aparecerá por aquí un listo ¡qué os conzoco como si os hubiese parido! diciendo, tras tirar de la wiki, que la madera de cedro y la de baobab también albergan cierta especies de gorgojos. ¡Qué no, chaval, que a ni dios va a ocurrírsele hacer un barco con madera de cedro ¡Ni a la Paris Hilton!

      Los otros párrafos que ha extractado Tongoy me reservo para leérmelos esta noche, que seguro que apareceré por casa medio torrija.

      Venga... ¡un abrazo para todos! ("pardillos, que sois unos pardillos");-)

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    6. "Leonardo" es una basura. Peón es un ignorante que pone bien todo lo extranjero y a partir todo lo español, pero por lo menos leerlo es gratis.

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  3. Yo he leído las dos, ¡las dos!, novelas de Guillermo Aguirre. Son cortitas, ¿eh?

    Creo que es un tipo que puede escribir algo más que bueno cuando se dé cuenta de que una novela no tiene por qué ser ininteligible (o, al menos, no todo el rato) para ser buena. Tiene la prosa y tiene la inteligencia, pero creo que le sobran las ganas de epatar.

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  4. ¿Aún hay gente que escriba como en el extracto que has puesto? ¿O es esta novela un rescate literario de un texto justamente olvidado del XIX? Se me antoja este libro un cénit lustroso lleno de gorgojos y polillas… y como que bichitos de anticuario rancio los justos.

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  5. Sincronización de reseñas, hice una entrada sobre el mismo libro ayer. A mí también me pareció un bodrio sobrevalorado.

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    1. Sí, la leí anoche, mientras escribía esta. Coincido con todo, punto por punto. PAra los despistados: http://condonumbilical.blogspot.com.es/2013/07/mucha-teta-y-poca-testa.html

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  6. "Pase el elogio que en su momento le dedicó Rafael Reig (una gran novela, dijo) porque al fin y al cabo es amigo y le presentó el libro nosédónde pero el resto podía morderse un poquito la lengua, que se juegan el prestigio, leches".
    Tongoy, tu doble rasero para medir es muy descarado. No te cortas a la hora de criticar a los amigos escritores que apoyan a sus amigos escritores escribiendo reseñas elogiosas, pero si se trata de Rafael Reig, tu excolega en Hotel Kafka, te parece bien que ponga por las nubes esta novela de su amigo. ¡Ah, es que es el pope Reig, el intocable! Tus incoherencias y tu doble rasero te van a hacer perder lectores, aunque eso a ti te da igual, con tal de quedar bien con el rebaño de vacas sagradas.

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    1. No me ha entendido. Quería ser irónico. LO de Reig me parece mucho peor que lo del crítico, precisamente porque por comentarios como ese es por lo que yo me decidí en su momento a leer el libro y porque la posición de Reig hace mucho más eco de la cuestión. NO soy amigo ni enemigo de Reig ni de ningún otro miembro de Hotel Kafka. Nuestra relación fue puntual; de aquello no me quedan ni amistades ni deudas pendientes.

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  7. Querido Tongoy, espero que me envíe lo de Zizek, si todavía sigue en pie su propuesta.

    Sobre lo de maldecir la opinión de otros críticos, creo que suficiente tenemos los que hacemos esto con analizar la obra en cuestión como para empantanarnos con lo que dicen de ella los demás. Básicamente porque hay cosas que pueden ser normativamente incorrectas, pero al final, cada uno tiene su opinión y su paladar literario y, aunque abundan, no todos los críticos son unos iletrados a sueldo. Y, oiga, a mi García Márquez me cansa, pero no se me ocurriría azotar a los miembros de la academia sueca que le dieron el Nobel.

    Para acabar, le confesaré que leyéndolo desde hace aproximadamente un mes, me sobreviene una pregunta: ¿a usted le gusta más la literatura o atizar sablazos? No me queda claro.

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    1. Confieso que yo tampoco sé qué me gusta mas. Ambas por igual, creo.

      Olvidé lo del artículo. Acabo de enviárselo.

      Un saludo,

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    2. Fb

      Hostia sableas a la gente? Eres una joya, espero que la excusa no sea que necesitas pasta para libros. El otro día pensé que debes ser el cliente más odiado de El Corte Inglés, sección libros, por aquello de, si no le gusta....

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    3. ¿sablear a la gente? ¿A quién? (perdone, es que no lo pillo)

      Jajaja, lo de ECI no es mala idea, no se crea, pero la verdad es que suelo tener mucho cuidado con dónde meto la pasta y pocas veces me equivoco.

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    4. Fb

      "¿a usted le gusta más la literatura o atizar sablazos?"

      Era un juego de palabras.

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    5. Efectivamente, atizar sablazos (herirlos con el sable) a los libros y los autores.

      Gracias por el artículo de Zizek.

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  8. ¿Hay algún trasfondo o sentido último que se me escape en el aire tan masoquista que destila este, por lo demás, jugoso blog?

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  9. Tongoy, please, léete algo que te guste por una vez, que te haga disfrutar (aunque sean las 50 sombras ésas), que es verano, vacaciones... Es que ya padezco por tí, de verdad...

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    1. Estoy en ello: "Un hombre soltero" de Isherwood.

      Y esta noche, sesión doble (recomendación y media).

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  10. Constantino Bértolo ya tiene su Carrasco:

    La salvación está en el bosque, pero ¿qué hay en el bosque?
    La historia de Hansel y Gretel reescrita en clave de relato de
    supervivencia y apocalipsis. El bosque es grande y profundo es la traducción al castellano, llevada a cabo por el propio autor, de una de las novelas más significativas de la actual narrativa en lengua gallega.
    Ámbito primario donde la naturaleza impone su poder, el bosque está siendo penetrado por hordas de refugiados de guerra. Proceden de la Ciudad, trasunto de civilización sepultada bajo la barbarie. Dos hermanos-paradigma, Hans y Greta,encarnan el aprendizaje de lo cruel y el asedio a la inocencia. Obra polimorfa, de múltiples registros (del western apocalíptico al relato de iniciación) que se ensamblan en una estructura de sinfonía atonal. Novela de límites, de cuestiones definitivas, de la mano de un autor que concibe la literatura como laboratorio artístico y discurso de indagación en el bosque de lo real.
    Hans, el viajero, y personaje principal de esta historia, ha abandonado la Ciudad en guerra para buscar refugio en el bosque, pero la vida allí no es fácil y para sobrevivir
    se verá obligado a iniciar un largo proceso de aprendizaje superando los obstáculos que su nueva existencia le pone por delante. Recibido con desconfianza por los distintos pobladores del enigmático y desconocido bosque, entrará en contacto, en
    medio de múltiples encuentros inesperados, con el matarife de cerdos de la aldea, el cazador solitario, las tres mujeres solitarias, el jefe de una comuna que tienen su cabaña en lo alto de los árboles o con el viejo destilador que surte de aguardientes a los pobladores del bosque. De cada encuentro extraerá un conocimiento, alguna nueva habilidad o una nueva mirada.
    Mientras tanto en la Ciudad, refugiada en un sótano destartalado, una niña sobrevive en compañía de su profesora de piano y unos pocos e inquietos vecinos.
    Ir a por agua potable se convierte en toda una aventura. Encontrar comida supone un alto riesgo, los bombardeos aéreos continúan y la niña tratará finalmente de reencontrarse con su hermano Hans.

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  11. Me pregunto qué meritos hay que hacer para ser profesor de la mafia de escritores, digo de la escuela de escritores. Luego te publican en cualquier editorial y todo el mundo habla bien de ti. Qué guay!

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  12. He escrito esto, Carlos. A ver qué te parece. :-)

    http://cagarrouniversal.blogspot.com.es/2016/04/los-hombres-que-no-amaban-las.html

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