lunes, 16 de enero de 2012

Lo odioso de las comparaciones




"Cuando Dickens se decidió a leer en público, cuando apareció por primera vez cara a cara ante sus lectores, Inglaterra fue presa del delirio. La gente asaltó la sala, la llenó hasta los topes, algunos entusiastas se colgaron de los pilares, otros se arrastraron bajo la tribuna, sólo para poder oír al adorado escritor. En Estados Unidos la gente durmió sobre colchones extendidos ante la taquilla las noches más rigurosas de invierno y los camareros le traían comida de los restaurantes cercanos, pero la aglomeración fue imparable. Todas las salas resultaban demasiado pequeñas y finalmente se tuvo que acondicionar una iglesia de Brooklyn como sala de conferencias para el escritor." 

[...]


"Respecto de las grandes obras de arte no hay que preguntar sólo por su intensidad, no sólo por el hombre que estaba detrás de ellas, sino también por su extensidad, por el efecto que produjo en las multitudes. Y de Dickens se puede decir más que de cualquier otro escritor de nuestro siglo que ha aumentado la alegría en el mundo. Lágrimas de millones de ojos han centelleado con sus libros; a miles cuya sonrisa se había marchitado o perdido se la plantó de nuevo en el pecho: su influencia iba más allá de lo literario. Gentes ricas reflexionaron e hicieron donaciones después de leer sobre los hermanos Chereby; corazones duros se ablandaron; con la publicación de Oliver Twist, los niños—es auténtico—recibían más limosnas en la calle; el gobierno mejoró los asilos para pobres y controló las escuelas privadas. La compasión y la benevolencia se acrecentaron en Inglaterra gracias a Dickens, muchísimos pobres e infelices vieron aliviado su destino. Ya sé que estos efectos extraordinarios nada tienen que ver con el valor estético de una obra de arte. Pero son importantes, porque demuestran que toda gran obra trasciende el mundo de la imaginación, donde todo creador puede dar rienda suelta a su fantasía y su magia, y contribuir también a transformar la vida real. Cambios en lo esencial, en lo visible y también en la temperatura de los sentimientos. Dickens, al contrario que los autores que piden compasión y aliento para sí mismos, incrementó la alegría y el goce de su tiempo, estimuló su circulación sanguínea. El mundo se hizo más claro desde el día en que el joven taquígrafo del Parlamento cogió la pluma para escribir acerca de hombres y destinos."
Stefan Zweig "Tres Maestros (Balzac, Dickens, Dostoievski)"


38 comentarios:

  1. Una entrada bellísima. Me trae a la memoria la opinión de Borges acerca de la literatura en lengua española. Decía el maestro que, mientras las letras de otros idiomas mejoraban y producían grandes autores, como Dickens, las de España habían entrado en decadencia tras el Siglo de Oro, presas de un formalismo que las condenó a la esterilidad, además de privilegiar temas de un localismo sin interés, que impedía una trascendencia universal ¿Tenía razón? Resulta curioso preguntarse cómo juzgaría el panorama actual de la literatura en nuestra lengua. Habría que verle la cara al escuchar (ya que alguien tendría que leérselas) las páginas de nuestro nocillero. Especialmente las del remake de "El Hacedor".

    Un saludo.

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    1. Lo de Borges es una boutade que no conviene seguir al pie de la letra. En cuanto a "lo universal", me parece que antes sería conveniente definir qué entendemos por "trascendencia universal". Guillermo de Torre tiene unas conclusiones muy interesantes en su ensayo "La difícil universalidad de la literatura española". Empieza por Lope de Vega y no es casual, ya que el más universal de nuestros dramaturgos es también el más localista.

      La literatura española se mueve por una serie de temas muy concretos y totalmente alejados de lo que podría suceder en Europa. En la literatura francesa o alemana no había un énfasis tan grande en temas que solo preocupaban a los escritores españoles, pero eso tiene su causa en la Historia que nos ha condenado a la periferia. De este modo, Miau no sé si será una "obra universal", pero me da lo mismo, la historia de Villaamil, dentro del contexto en el que se escribe la novela, es de una solidez y de una fuerza significativas. Ahora bien, ¿lo entendería así un francés o un italiano?

      ¿Es que alguien lee a Manzoni? Y sin embargo para los italianos es muy importante. ¿Y Lomonósov? Lo mismo para los rusos.

      Añado una cosa que contradice su insinuación (siempre desde el respeto): ahora la literatura española es más universal que nunca, si entendemos universal por estadounidense o francesa, ya que todos los escritores nocillistas y post-nocillistas son hijos de DFW o Houellebecq, grosso modo. Hasta los temas son "internacionales".

      Eso sí, luego uno se lee El estrangulador de Montalbán y la cosa cambia, pero era el año 94, y dos años después ganaba el Nadal "Matando dinosaurios con tirachinas" de Pedro Maestre.

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    2. Otro ejemplo, a nivel autriaco, podría ser el de Thomas Bernhard. El más universal de su autores lo es también en provinciano.

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    3. Bueno, eso puede que se deba más a la mal llamada 'globalización' que a una vocación realmente universal. Paradógicamente temas estrictamente locales pueden convertirse en universales sin que haya existido ninguna intención previa de que así sea. Véase el buen amigo Dosto, por ejemplo.

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    4. brrr... paradójicamente, claro (cuánto odio estos cruces)

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    6. Lo de Dostoievski es un buen ejemplo, Ire. Dostoievski detestaba a Turguéniev, entre otras cosas, porque era poco eslavo (eran tiempos en los que los intelectuales se dividían en occidentalistas o eslavófilos). En "Los Demonios", hay una parodia de Turguéniev. El caso es que Dostoievski era considerado un europeísta porque empleaba un lenguaje folletinesco que venía de fuera de Rusia. Al morir Dostoievski, según Solzhenitsyn, nadie lo apreciaba. Cuando en Europa crecían los elogios a su obra, entonces los culturetas rusos lo aceptaron.

      También hay que decir que los primeros enfoques serios hacia la obra de Dostoievski eran estrictamente contextualizados. Véase si no el deslumbrante ensayo de André Gide (si el autor del blog me lee y no conoce el libro que digo, que lo deje todo y corra a por él porque no lo lamentará). El caso es que Gide consulta todo tipo de fuentes para explicar por qué surge un escritor así en Rusia, en lugar de extraer conclusiones "universales". Eso sí, el propio Gide advierte que eso no quita que el ensayo sea subjetivo a más no poder, pero aun así es una joya.

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    7. La verdad, Carlitox, es que el gusto literario de Guillermo de Torre yo vengo a considerarlo equivalente al de un becerro ciego. No va contigo, no te ofendas, sino conmigo y este buen señor, que creía saber algo y bien hubiera hecho en aplicarse la máxima de Sócrates.

      Creo que deberíamos prestar algo más de atención a la afirmación de Borges, porque lo que viene a significar es que la literatura española se dejó atrapar en un formalismo extremo del que, finalmente, no llegó a salir, colapsando así en un provincianismo temático y estético sólo quebrado excepcionalmente por ciertos autores. Debemos tener en cuenta que Borges no se refería, precisamente, al Siglo de Oro, sino a las etapas posteriores al mismo. Y, la verdad, no creo que esta interpretación de la literatura española pueda calificarse de boutade.

      Pensemos, siendo sinceros, que la mejor literatura en español del siglo XX ha sido escrita por latino-americanos, lo que debería decirnos mucho. Es cierto que hemos tenido a Martín Santos, Delibes o Sánchez Ferlosio, amén de a García Lorca, pero recordemos que representan excepciones. Yo mismo, por ejemplo, respeto profundamente a Delibes, y Las ratas me parece una obra maestra, pero por esta excepción ibérica podemos encontrar una pléyade de obras latino-americanas de similar peso literario: La vorágine, Cien años de soledad, Bomarzo, El siglo de las luces, Diario de la guerra del cerdo, La casa verde, Bestiario, Ficciones, El Aleph, Rayuela; sólo por citar unas pocas a vuela pluma. ¿De verdad la obra de Azorín, por ejemplo, es comparable a Pedro Páramo? ¿Los cuentos de Aldecoa a El llano en llamas? Si hablamos de poesía, la cosa cambia, bien es verdad, pero, respecto a la prosa, creo que haríamos bien en considerar (cuidado, no digo aceptar sin más) el análisis de Borges.

      Un saludo.

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    8. Una curiosidad. Borges sobre Guillermo de Torre en los diarios de Bioy:


      Domingo, 17 de Enero:

      Dice que Gullermo de Torre tiene ideas preconcebidas sobre miles de personas. Después cuenta: <>.

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    9. Perdón, hubo algún problema. He aquí lo que cuenta Borges:


      "Una vez Gullermo nos enfureció a madre y a mí, explicándonos que Conrad era un autor de relatos de aventuras, una especie de Salgari. Todo esto, naturalmente, sin haberlo leído. Después de que se enteró de que Gide había traducido a Conrad y de que habla de él en la Nouvelle Revue Française, cambió de opinión: ahora lo admira. Lo que menos hubiera alterado su opinión hubiese sido leerlo".

      ¿Una especie de Salgari? Madre mía...

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    10. No lo sabía y agradezco todo lo que se diga de Guillermo de Torre porque es un autor del que sé poco más que el libro que cité en un comentario anterior. Ahora bien, yo pensaba que lo del gusto literario se refería a juicios posteriores a "La universalidad..." invalidaran este ensayo. En realidad, esto es un poco como lo de Nabokov: un señor con un gusto tan particular (hablaba de Mann sin haberse leído toda su obra) y sin embargo ahí están sus comentarios sobre literatura.

      Volvemos a la cuestión de la literatura española: sí, el asombro español ante los escritores latinoamericanos lo resume muy bien Álvaro De Laiglesia en "Receta para un best-seller", un texto de "Los hijos de Pu": <>. Y al final remata con una frase contundente: <>.

      Ahora bien, sigo pensando que cada país tiene sus propias reglas de juego en cuanto al provincianismo y trascendentalidad. Arniches no es ni será un escritor universal, pero es una figura clave en España, quizá sepultada debajo de un costumbrismo que se ha solidificado con el paso del tiempo. La rapidez con la que un personaje arnichesco se zafa de un discurso ramplón que pretende ser elocuente para contradecirse en sus actos es una realidad presente a lo largo de la literatura española. La mención constante a una juventud enferma de violencia presente en el primer Goytisolo es una realidad que debía describirse en ese momento (y nadie ha cruzado esa línea en lo que a novela guerracivilista se refiere). Etc, etc.

      Está claro que doy una visión subjetiva, pero así (yo por lo menos y es una opción personal) percibo mejor la literatura española, tan periférica como la rusa e, incluso, tan distorsionada fuera de sus fronteras.

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    11. Como me ha pasado lo mismo que a ti (compartimos preferencia a citar con paréntesis angulares). Pongo aquí lo de Álvaro De Laiglesia:

      Mientras en España nos dedicamos a criticar a los escritores que tenemos, a decir que su inspiración fue castrada por el franquismo, a asegurar que nadie vale un pimiento, que menuda pena el panorama literario, los hispanoamericanos hablan menos y trabajan más.

      Aquí el final contundente:

      En un solo best-seller hispanoamericano, hay más léxico y más ideas que en toda la obra de muchos novelistas nacionales. Mucho van a tener que trabajar los colegas de aquí, hasta alcanzar la densidad literaria de esos monstruos que nos llegan de allá.

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    12. Muy interesantes las apreciaciones de Laiglesia. Recuerdo que leí una novelita suya, titulada "El sobrino de Dios", que me hizo reír muchísimo. ¿Crees que se podrá conseguir todavía este libro suyo que mencionas?

      Por otra parte, lejos de mi intención negar que en España hayamos tenido también grandes de las letras. Cómo negarlo. Se me olvidó mencionar, como tú sí lo haces, a Goytisolo. También resulta cierto que cada "juego cultural" muestra manifestaciones específicas, y en el caso español, quizás el provincianismo haya sido empleado como espacio simbólico de valor universal. Pero claro, habríamos de reconocer entonces que "La casa de Bernarda Alba", por ejemplo, o "Luces de Bohemia" (que escogen como espacio narrativo un entorno arquetípicamente provinciano a lo ibérico), no vienen a ser lo mismo que Arniches o los Álvarez Quintero. La cuestión sería la de dirimir si lo primero ha tenido mayor peso que lo segundo en nuestra tradición. Cosa que, dicho sea de paso, sería maravilloso discutir si la gente (Quique, Ire, Carlos, Doctor J, unos cuantos anónimos estupendos que suelen frecuentar el blog y, por supuesto, tú mismo, que aportas observaciones interesantísimas) se animara.

      Un placer leerte.

      Un saludo.

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    13. No creo que se haya reeditado una vez muerto de Laiglesia, pero eso constituye una ventaja: en librerías de segunda mano habrá ejemplares a patadas y a un precio muy bajo. En Iberlibro hay varios ejemplares.

      En cuanto a la discusión: soy todavía un lego en literatura. Eso sí, para ver al resto debatir, me apunto el primero. Sobre el tapete quedarían dos cuestiones a) Que "Luces de Bohemia" esté realmente por encima de Arniches o los hermanos Álvarez Quintero, cómo y por qué. b) Cuál sería el andamiaje temático de la literatura española y con qué relevancia se presenta cada tema en según qué obras.

      No deja de ser curioso, por cierto, que sea justo el año pasado cuando por fin se hubiese editado un ensayo en torno a la temática literaria estrictamente española.

      El placer es mutuo.

      Un saludo.

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    14. Disculpen que no participe de este magnífico debate pero no creo estar a la altura. "Lo que menos hubiera alterado su opinión hubiese sido leerlo" es una frase magnífica con la que coincido. Hay mucho de eso. Tanto...

      Respecto al libro de Gide sobre Dostoievski, creo haber localizado una versión en la red, ya que no doy con ella en papel. Por si alguien le interesa dejo el enlace: http://www.pedrogarciaolivoliteratura.com/Sala%20virtual%20de%20lectura_archivos/dostoievski.pdf

      Sobre leerla ya o no... veremos, supongo que YA no. Cuánto más quiero leerlo (a Dosto) más me alejo de mi objetivo en un intento de llegar a él en las mejores condiciones posibles. Y aún no he empezado el segundo tomo de Frank.... Llevo un retraso terrible y la culpa es toda de Dickens.


      Gracias por pasar y ofrecer tan interesante conversación.

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  2. Gran entrada, Carlos.
    Aquí todo el mundo se cree Góngora y Quevedo.

    Besos

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  3. Lo "mejor" de la entrada es el lo poco que ha costado hacerla. Pronto habrá otra de Dickens algo más trabajada. Lo prometo.

    Me ha gustado especialmente la idea de valorar las obras por INTENSIDAD y EXTENSIDAD. Habría que ver cuántas sobreviven a la criba.


    [...] presas de un formalismo que las condenó a la esterilidad, además de privilegiar temas de un localismo sin interés, que impedía una trascendencia universal. ¿Qué si tenía razón? Vaya si tenía razón....


    Saludos,

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  4. Tongoy:

    Da gusto saber que sigue habiendo quien, con pocas palabras, da mucho a entender. Y también sigue existiendo quien quiere leer entre líneas y no necesita que se lo digan todo.

    Me gusta el recurso de titular incluyendo "comparaciones" cuando sólo se llena un platillo y se deja que el otro lo llene (si quiere, como quiera, con lo que quiera) el lector y su imaginación.

    Brillante.

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  5. Pues eso, lo mismo que con los autores de ahora, Olmos, Lunasmigueles y cía, de cuyas lecturas, citando el post de hoy de mi adorada Patrulla de Salvación, "uno sale siendo exactamente la misma persona de antes, pero con varias horas menos".

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  6. Según mi lista del año 2012, tres o cuatro lecturas me faltan para empezar con este libro de Zweig.
    Ya estoy impaciente.

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  7. Y no sólo esos, Maine. Ojalé fuesen sólo esos.

    Gracias Secades. Agradezco lo excesivo del cumplido.

    Arrecogiendo... yo lo estoy leyendo a ratos. La parte de Dickens antes y después de después de leer al propio Dickens y en unos días, pocos, la de Balzac, cuando me ponga con "El pobre Goriot". La de Dosto creo que me la voy a saltar.

    Saludos,

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  8. Detrás de lo que dice Zweig respecto a las consecuencia sociales que produjeron la obra de Dickens hay mucha más tela de lo que aparenta. Porque en realidad de lo que habla es de la función de la obra de arte, en este caso, de la función social de la obra literaria.

    Yo, durante un tiempo, creía firmemente en la función social de la literatura, y creía que el escritor tenía la obligación de intentar cambiar un mundo lleno de injusticias a través de sus obras. Creía también que el escritor que no lo hacía traicionaba una especie de código deontológico tácito que había firmado con el lector por el hecho de asumir la publicación de sus creaciones. Claro, entonces era virgen. Y ahora que no lo soy, tampoco tengo muy claro si la literatura debe tener alguna función. Sí sé que la literatura es un camino para llegar a la verdad ( a algunas verdades); que con ella se pueden crear nuevas realidades que enfrenten como un espejo la nuestra; que es un modo de crear belleza, y también que una obra literaria nunca ha cambiado el mundo, ni creo que nunca lo haga

    Además, con el texto de Zweig podemos también entrar a valorar cuestiones muy contemporáneas que a menudo se ventilan en este blog: la relación entre comercialidad y calidad, la oposición entre best sellers y novelas llamadas “serias”.¿ Las colas que provoca Zafón en cualquier feria son sinónimas a la expectación que generaba Dickens.? ¿Son las obras de Dan Brown exitosas por ser extensas, o en este caso su capacidad de extensión no tiene nada que ver con su intensidad? ¿Los lectores del XIX eran más inteligentes que los del XXI y sabían a quién admiraban? ¿Qué diríamos nosotros en este blog, con la mentalidad lectora del siglo XXI, sin conocer más obras que las que hasta entonces se habían publicado, si hubiésemos sido testigos de la lectura pública de Dickens?

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  9. Tengo una opinió larga y otra corta. La larga me la voy a guardar porque soy un vago y vosotros también. La corta dice así: Muchas más alegrías, denuedos, precupaciones, lamentos, esperanzas, y (todo lo que se os ocurra) le ha procurado mademoiselle Felation a la humanidad y no se le da tanto misterio ni se le dedican estatuas ni tantos blogs ni suscita tanta discusión acerca de si Olmos la chupa mejor o peor. O Luna Miguel. Bueno, a lo mejor eso sí que se lo ha llegado a plantear más de uno. Yo me sé de uno tan salido tan salido que una vez me confesó que a veces se la pela a la salud de su mujer. ¡De la suya propia, el degenerado!

    En cuanto a Dickens no sé. ¿Era bueno?

    Y eso.

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  10. Coño, pues leed lo que os produce placer. Lo mejor del año pasado no está en Mondadori ni en Salto de Página, desde luego (¿Olmos, Pron, Márquez?), sino en Alfaguara(Merino), Barral (Rosa), Tusquets (Hidalgo Bayal), la obra poética de Gimferrer o Mas Alcaraz, algunos libros de editoriales independientes como Periférica, Contraseña o Menoscuarto.
    Si es que sois masocas...

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    1. Merino aburre a las ovejas (a las churras y a las merinas), lo mejor lo tiene escrito hace años. Bayal escribe como si estuviera cubierto hasta el cuello de adjetivos en una bañera, con un engolamiento inverosímil. Márquez ya publicó en Menoscuarto, un libro con varios relatos buenos (bastantes, para lo que suelen ser los libros de relatos) ¿qué pasa? ¿que ha empeorado? Olmos lo hizo también en Lengua de Trapo, otra independiente. A Pron y a Rosa no los he leído. Salto de Página ha publicado este año un libro excelente de Jon Bilbao, por otra parte, y otros meritorios. Qué facil es pontificar y qué diversos, sin embargo, son los puntos de vista y los gustos lectores.

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  11. Por cierto, acabo de leer en uno de los diarios de Bioy Casares que, según afirmaban testigos presenciales, Dickens poseía un gran talento dramático. Interpretaba cuando leía, fingiendo una voz para cada uno de los personajes, e incluso simulando sus gestos. Al parecer, hechizaba a la audiencia y generaba en ellos gran empatía por los personajes centrales de la novela objeto de su lectura.
    Donde hay, hay... No cabe duda.

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  12. Seguramente sería más acertado comparar a Dickens y sus lecturas públicas con algo así como la presentación al publico, por parte de algún famosísimo actor o director, de determinada película de éxito. Un Spielberg con Tintín (por ejemplo y sin tener ni puta idea de cómo fue esa presentación pero por citar dos personajes de renombre que puedan provocar cierto entusiasmo). Al fin y al cabo la literatura entonces era mucho más que ahora. Otro día podemos hablar de los hábitos de lectura de los más jóvenes y del futuro de los que están por venir pero seguro que en parte está la razón de este cambio. Con eso me refiero a que el cine, la televisión e internet han desplazado la lectura (esto no es una invitación a leer "El lectoespectador") y con ella el entusiasmo.

    Respecto a lo que dice Zweig, estoy también de acuerdo contigo, Hablador, pero en ese momento me apetecía resaltar únicamente aquellas lecturas multitudinarias, una imagen que me fascinó desde siempre. El tema de la función social de la literatura merece un espacio propio pero tampoco veo por qué no ha de ser este. Yo no creo que la literatura tenga una función definida. Desde el momento que entiendo ésta como una vocación personal, un “deseo de”, todo es posible. Desde la función de enseñar como la de divertir como la de simplemente entretener o experimentar. Otro cantar es que la buena literatura (la que yo al menos entiendo como tal) tenga la capacidad de hacerlo todo (entretener, enseñar, mostrar el camino a la verdad…) y de ahí el empeño en lograrlo y la frustración de no conseguirlo. Volviendo a Dickens, para explicar esa función social y el éxito que siempre lo acompañó hay otro momento del ensayo de Zweig que quizá ayude a aclararlo (lo ideal sería leerse todo el ensayo, que al fin y al cabo la parte dedicada a Dickens no tiene más que 10.261 palabras -43 páginas en Word-):

    Una influencia tan enorme y perdurable de una obra literaria, tanto en extensión como en contenido, sólo se puede conseguir con la rara conjunción de dos elementos casi siempre en oposición: la identificación de un genio con la tradición de su época. Generalmente lo tradicional y lo genial se repelen como el agua y el fuego. Incluso se puede llegar a decir que es característico del genio que, como alma que encarna una tradición nueva, se muestre hostil a una tradición pasada, que, como patriarca de una nueva generación, declare la guerra a la que muere. Un genio y su tiempo son como dos mundos que ciertamente intercambian luz y sombra, pero se mueven en esferas diferentes que se encuentran en sendas órbitas que, sin embargo, nunca se unen. Sólo hay un raro segundo en el firmamento en que la sombra de una estrella cubre el disco luminoso de la otra tan de lleno que se identifican: Dickens es el único gran escritor del siglo cuyo propósito más íntimo coincide plenamente con las necesidades espirituales de su tiempo. Su novela se identifica totalmente con los gustos de la Inglaterra de entonces, su obra es la materialización de la tradición inglesa: Dickens es el humor, la observancia, la moral, la estética, el contenido intelectual y artístico, el sentimiento de vida—que a menudo nos resulta extraño y nos despierta nostalgia y simpatía—de sesenta millones de personas más allá del canal de la Mancha. No es él quien ha escrito esta obra, sino la tradición inglesa, la más fuerte, rica y peculiar, y por esto también la más peligrosa de las culturas modernas.

    Saludos,

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  13. Qué grande Zweig. Este nuevo párrafo es para enmarcarlo, y leerlo una vez y otra, y otra , y otra... hasta aprenderlo de memoria

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  14. Tengo el gusto de anunciaros la buena nueva de la editorial Mondadori para 2013

    PRÓXIMA PRESENTACIÓN DEL PRÓXIMO LIBRO DE ANTONIO J. RGUEZ.

    MATILDE TOAST

    Tras el éxito de ‘Fresy Cool’, llega lo nuevo de A. J. R., Matilde Toast, la historia de una DJ de Logroño cuya vida da un giro de 180º al toparse en la cola de una pollería catalana con Enrique Vila-Matas.

    “’Matilde Toast’ supone una auténtica revolución en el lenguaje literario español”, VLM.

    “La prosa de este tío no me la pone dura, pero su novia sí”, Alberto Olmos.

    “Lo mejor que he leído en los últimos años. Apabullante. Me gusta”, Juan Carlos Márquez

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  15. Juan Soto Ivars y Nuevo Drama de nuevo en El Cultural...

    http://www.elcultural.es/noticias/LETRAS/2629/Juan_Soto_Ivars-_Quiero_contar_historias_no_abrumar_al_lector

    Al final, lo bien que les ha venido la polémica

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    1. Lo de la polémica me parece camino trillado: la usa Pron, la usa Ibrahim para criticar a VLM, la usa VLM para criticar a Vila-Matas, la usó Bolaño cuando se creía un catedrático de literatura, etc. Lo que a mí me asusta es lo siguiente: tanto este pipiolo, como Olmos en su respuesta a una reseña negativa de Patón y Pérez-Reverte, cada uno a su manera, defienden el hacer libros accesibles "para todos los públicos". "Quiero contar una historia", como si esto fuera hacer de Steven Spielberg...

      Propongo un experimento fascinante: No lean las novelas de ahora, que son carísimas, lean novelas exitosas de hace 10 años. Leer "la vieja del molino de aceite", un thriller ambientado en el caso del aceite de colza fue para mí toda una experiencia. Después de eso, cualquier historia "actual" me resulta anodina porque sé que la ambientación no es un factor concluyente. También he leído novelitas de autores muy conocidos y apreciados hace diez años que nadie recuerda ya.

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    2. Llevas toda la razón, pero creo que alguien debería romper una lanza por Bolaño. Aparte de ser un escritor de verdad, no se puede negar lo mucho que leyó y la inteligencia con que lo hizo. Me parece injusto meterlo en el saco con el resto de los que mencionas.

      Para muestra, un botón:

      http://www.youtube.com/watch?v=eEJhPRHKZgQ

      Un saludo.

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    3. Mi opinión sobre Bolaño es un tanto complicada, porque hay cosas muy concretas que me gustan mucho y otras que detesto. No veo en él al gran escritor que otros dicen, pero no deja de ser una opinión mía. En cualquier caso, el mejor Bolaño está en todo lo que sea ficción, ya que el volumen "Entre paréntesis" solo muestra el retrato de un macarra que confundía la boutade con la grosería más arrogante. Onetti sabía ser más lapidario sin llegar a alzar la voz.

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    4. Completamente de acuerdo. Bolaño se manifiesta como un escritor que vale la pena en el registro de ficción; tu diagnóstico es, a mi entender, más que acertado. Ciertamente, Onetti era un maestro y Bolaño un buen escritor cuando se movía en el registro para el que estaba dotado. A mí tampoco me agrada su narrativa "visceral-realista".

      Un placer leerte.

      Un saludo.

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    5. Tu diagnóstico me parece certero y muy pertinente. No se puede negar que Bolaño se manifiesta como escritor en el terreno para el que estaba realmente dotado; la ficción. A mí tampoco me agrada su narrativa "visceral-realista", la considero un eco de aquellos tiempos suyos en los que se dedicaba a reventar recitales de Octavio Paz al grito de "Es un idiota, ¿No se dan cuenta?". Respecto a Onetti, mi admiración por él no conoce límites, aunque lo que prefiero de su obra son sus cuentos. De hecho, uno de mis cuentos favoritos, de entre todos los que alguna vez he leído, es "El infierno más temido". A mi entender, era un maestro.

      Un placer leerte.

      Un saludo.

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  16. En mi opinión y ya que no me lo preguntan, "Una intriga que su autor se resiste a calificar de thriller" era mejor titular que "Quiero contar historias, no abrumar al lector", donde viene a decir que no escribe mejores historias, no porque no sepa, si no porque le da cosa jodernos la cabeza con sus retorcidas genialidades. En fin. Volvemos a lo mismo: recuperar la polémica del Nuevo Drama para seguir hablando del libro dichoso.

    Carlitox tiene razón: Olmos, Ibra, Pron, Mora... Alguien debería recordarle a esta gente que el paseo de la fama por el que se mueven tiene poco más de dos kilómetros de largo y que tanto esfuerzo únicamente estaría justificado si al final no pudiésemos (los lectores) testar el resultado.

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  17. Pero ¿qué fama? Preguntadle a cualquiera en el metro, en la calle o en el súper, o incluso a pesos pesados del stablishment. No conocen a ninguno de éstos; la cosa de la celebrity literaria va más por Zafones y Etxevarrías, esta tierra de nadie de los Olmos y demás sólo las conocéis vosotros (nosotros, quizá). Imagino la cara de Almudena Grandes al preguntarle por Nuevo Drama, Juan Carlos Márquez o Ibra: "¿El drama de quién...?", "¿Que marcó Juan Carlos, el del Madrid?", "¡Ah, Ibra, ése sí me lo sé, el de las flores del Corán!". Etc.
    Estos mundos nuestros son tan pequeños que cuando exploras dos metros más allá de tu baldosa ya crees que estás en otra galaxia.
    Por cierto, al anónimo de las 12:35 del miércoles 18 de enero le apesta el boquino.

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  18. No voy a entrar a discutir con nadie porque no hay nada que discutir, pero si mi nombre vuelve a aparecer asociado al Real Madrid mandaré al FBI para que cierre este blog. Bromitas con eso, ninguna.

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