COMENTARIO EN TRES PARTES.
ANTES DE LEERLO. PARTE 1. DESCUBRIMIENTO Y EXPECTATIVAS.
Hace un rato, Rosa me ha dicho que me encuentra algo cambiado, no sabe lo acertada que está. Porque lo cierto es que se ha producido en mí un pequeño cambio, he tomado la medicina de Tongoy. He dejado atrás mi mal y ahora soy la memoria de la literatura, soy una historia ambulante y no puedo ni quiero ser nada más que eso, porque todo lo que no sea memoria de la literatura me aburre y lo odio, me molesta o estorba.
"Monólogo del Café Sport" -Enrique Vila-Matas
Vila-Matas fue (es) un amor a tercera vista. La primera fue a través de los ojos de otro, un amigo que lo citó de pasada, como citó a otros muchos. De los que probé todos me gustaron. Cabía esperar lo mejor.
La segunda vista fue a través de los míos, que miraban sin ver, buscando información, recomendaciones, opiniones de otros, tratando de dar con la mejor forma de empezar a leer a Vila Matas, para descubrirlo en condiciones. Y todo para nada; para comprobar (como siempre) que no hay mejor manera de leer a Vila Matas (y a cualquier otro) que haciéndolo, no hablándolo. El propio Vila Matas confiesa haber descubierto del mismo modo a Gombrowicz, a través de una imagen, de su leyenda, demorando su lectura, enamorándose a golpe de entrevistas y fotografías.
La tercera y definitiva fue con un pequeño, minúsculo relato llamado “Monólogo del Café Sport” publicado en un recopilatorio del mismo nombre y que recoge los trabajos de los premiados participantes del XII Premio Uned de Narración Breve 2001 al que llegué de la mejor de las maneras posibles: solo y buscando otra cosa. A ese relato corresponde la cita que encabeza este comentario y que se quiere convertir en grito de guerra del que os habla. (1)
DURANTE LA LECTURA. PARTE 2. DIARIO DE IMPRESIONES.
1
Primera noche.
Primeras 17 páginas leídas. Mal momento para hacerlo. Acabo de terminar “Fabulosas narraciones por historias” de Orejudo y todavía huele esta habitación a Guerra Civil y chorizo curado. Lo tomo con prudencia, sin otro objetivo echar un vistazo. El tacto es suave pero me vence el sueño y me acurruco y me quedo dormido. Así no se puede. Tanto esperar para esto no tiene perdón.
Segunda tarde – Primer Momento
A treinta grados, seis amigos, una hija y la piscina. Vila Matas parece condenado a la incomprensión. Sus dificultades para enfrentarse a su primera novela me recuerdan a las mías a hora de afrontar esta lectura.
Segunda tarde – Segundo Momento
Me siento culpable por haber leído dos páginas en el aseo pero lo peor de todo es que este ha sido el único momento en que lo he disfrutado de verdad.
Necesario inciso:
ironía.
(Del lat. ironīa, y este del gr. εἰρωνεία). 1. f. Burla fina y disimulada. 2. f. Tono burlón con que se dice. 3. f. Figura retórica que consiste en dar a entender lo contrario de lo que se dice.
Diccionario de la Lengua Española - Vigésima segunda edición
Ya es difícil lidiar con un relato que mezcla recuerdos reales y ficticios, que salta de la autobiografía al ensayo con dolorosa facilidad pero si además tengo que verlo todo bajo el prisma de la “ironía” entonces apaga y vámonos. Me obliga Matas a tirar de diccionario y hacerme un marcapáginas con la impresión, para tenerlo siempre presente, para no perder el norte. Necesito un ancla para seguir.
Tercera noche
Soy consciente de que cualquier cosa que lea la olvidaré. Se me caen los ojos si no se me han caído ya. Ni siquiera este párrafo es el que había imagino escribir entonces. Me gusta la novela y sospecho que leerla consciente debe ser maravilloso.
"No deja de ser curioso que mi primera lectura de Matas sea la historia de su primera novela."
Carlos González -Sin título - Inédito
Cuarta tarde
Todavía voy por la página 70. Parece que nunca llegaré el ecuador del libro, ese momento clave que me permite cierta tranquilidad al saber que este no será uno de esos que se eternizan o nunca se acaban. Su lectura es agradable; un relato de un tiempo pasado que estuvo lejos de ser bonito. Interesante, demencial. Vila Matas no es autocomplaciente sino todo lo contrario: habla de sí mismo como el joven estúpido y engreído que nunca será Hemingway. No tiene problema en admitir sus errores y en reconocer que vivir en Paris no fue la mejor de las ideas (sobre todo después de ver Nueva York).
Cuarta noche
La novela o diario o lo que sea me ha atrapado definitivamente. Me pierden los nombres, que apenas reconozco mas allá de su casera pero me gusta la historia de lo que fue escribir su novela. Me gusta sobre todo que no pretenda venderla. El proceso de creación al que se refiere está más centrado en sus experiencias, en la clase de persona que era cuando lo escribió. Es, más que el diario de una novela, el diario de un Vila Matas, en 1974, en París, cuando, mira qué casualidad, quería escribir una novela y no le salía.
“Cuando meses después de esa recomendación (2) Hemingway leyó el libro de Joyce, comentó en el 27 de la Rue de Fleurus: “Se trata de un libro jodidamente bueno”. Fue la única vez que iba a poder decir esto en aquella casa, pues Miss Stein le advirtió inmediatamente que si alguien mencionaba dos veces a Joyce en aquel salón, no se le invitaba nunca más. Pero en cualquier caso la frase sobre Ulises llegó a oídos de Ezra Pound, amigo de Joyce, que decidió leer al joven Hemingway y apreció un gran talento en él y le dio ánimos y acabó recibiendo, a cambio, lecciones de boxeo”.
Vila-Matas - Extracto de “París no se acaba nunca”
¿Y a mí porque me gustará tanto este párrafo?
Carlos González- "Citalogía Inevitable" - Inédito
Ya me rondaba la idea en la cabeza pero fue definitivamente con el párrafo anterior y más concretamente con el pie de página que incluye, que me decidí a dar ese gran paso que es leer a Joyce “de una puta vez” (3) y es que cada vez que se cita a Joyce (aquí o en cualquier otra parte) se me excluye y no sé si me gustará o no me gustará pero de momento es un referente de lo más inútil y lo odio, me molesta y estorba.
2
A ochenta páginas del final se obliga una maratón y a la sombra de un árbol me pongo a ello. Esto no es París pero quiero pensar que huele igual. Matas habla ya, en esta recta final, de la madurez a la que llega sin ser consciente de ello.
CONCLUSIONES. PARTE 3. APÉNDICES, PIES DE PÁGINA, otros.
Concluyo que: esta lectura me ha otorgado cierto parecido físico con el autor. Y concluyo que me ha gustado. Y concluyo otra cosa además: que no la voy a recomendar. Me la voy a quedar. Hoy, a la hora del café, se habló de literatura. Salieron muchos nombres y se oyeron muchas alabanzas: mucha novela de intriga histórica que no tenía que pasar por filtro alguno para ser recomendada. En cambio Houellebecq se llevó un montón de palos, convirtiéndose además, vete tú a saber porqué, en representante de la decadente y elitista literatura francesa de hoy. Yo me sentí solo con mi Vila Matas en París, sin más crímenes, pobre, que su juventud. Me negué a recomendarla no fueran a escarbar en mis miserias de lector, no fueran a acabar con el placer de mi lectura.
Novela de recuerdos y de citas, de muchas citas, y de nombres, de muchísimos nombres. Novela para aquellos que nos gusta jugar con los recuerdos. Para aprender que es la ironía y para descubrir que para ser como Hemingway basta con desearlo.
"Sosiéguese, oí que me decía. Es paradójico, pero ha pasado el tiempo y ese tímido, fugaz y frío encuentro lo recuerdo muy cálido. Ignoro de dónde viene ese calor que llega de tan lejos y llega tanto tiempo después."
Enrique Vila Matas - "París no se acaba nunca".
Apéndice estandar número 6: Una buena novela, un libro interesante, una forma ideal de acercarse y conocer al autor.
(1) Incorrección tras incorrección. Lo que quiero decir y no digo porque no queda elegante es: “A este relato corresponde la cita que encabeza este comentario y que quiero convertir en grito de guerra”. Mucho menos literario y de ahí que solo sirva como pie de página o para ganar tiempo antes del párrafo siguiente.
(2) Inmediatamente antes: “Ella es la que le recomendó que prescindiera en su prosa de todo tipo de adornos y que comprimiera y concentrara y, en definitiva, destrozara la vieja retórica a través de la parodia. En realidad lo que, sin darse cuenta, le recomendó a su discípulo Hemingway es que hiciera lo que ejemplarmente acababa ya de hacer James Joyce en su Ulises.” Vila Matas, extracto "París no se acaba nunca".
(3) Siendo "de una puta vez" un momento indeterminado entre este y el final del año 2011.
"La escritura: la escritura llega como el viento, está desnuda, es la tinta, es lo escrito, y pasa como nada pasa en la vida, nada, excepto eso, la vida".
Marguerite Duras - "Écrire"
Te felicito por la reseña tan espléndida que has puesto.
ResponderEliminarMuchas gracias, Madison, por el cumplido, la visita y la huella dejada. El comentario se escribió solo, no tengo mérito en eso.
ResponderEliminarUn saludo,
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarAyer leí la historia, en entradas de blog, de un concurso de relatos cortos en que ganó una chica madrileña de 30 años. También la historia, se supone que de superación, de otra cuya primera novela está por la tercera edición. Ambas escritoras nacen de la escuela de escritura creativa de Clara Obligado. Y yo me pregunto, ¿si llega un tío como tú, que no tiene ningún pudor de admitir entre líneas su desconocimiento de la literatura en un sentido amplio y estudioso, que sé positivamente que no ha escrito cosa más literaria que unos puñados de mails y entradas cachondas en un foro libresco; si llega, digo, y se presenta de esta forma: entonces, para qué coño sirven esas escuelas de los huevos si el talento de verdad está ahí (aquí) fuera?
ResponderEliminarNo te prives, y no lo dejes.
Un abrazo.
P.S.: eliminé el comentario anterior por overbooking de faltas de ortografía; ahora hay menos.
Me sacarás los colores si sigues por esa línea, Bolmangani. Gracias por el cumplido y la visita.
ResponderEliminarTrataré de no dejarlo pero también de no escribir cuando no tenga algo interesante que contar.
Un abrazo,