jueves, 2 de marzo de 2017

Resumen de lecturas FEBRERO 2017


Lo peor de leer… tanto, digamos (al menos en comparación con meses anteriores), es que llegado este momento las primeras lecturas del mes parecen de pronto un algo a las que el tiempo, de puro lejano, prácticamente les otorga categoría de clásico intemporal. El otro inconveniente es que muchos de los argumentos, los detalles, aquello que durante la lectura planeamos comentar en una hipotética reseña (esos subrayados, dobleces en el esquinas, citas subidas a las redes sociales), cae pronto en el olvido, pierde la importancia que parecía tener en su momento y deja incluso de ser susceptible de ser comentado en una reseña. La ventaja es que las buenas novelas, aquellas que realmente han valido la pena o han significado algo, caso de haberlas, es que brillan sobre las demás y no contentas con eso ponen al resto en su sitio. Es el caso de Pastoral Americana, de Philip Roth, novela que no he podido disfruta más y que, durante su lectura, me hacía pensar (idea que prevalece aún hoy) que estaba frente a la tan esperada o buscada o cacareada Gran Novela Americana. Magnífica historia, magnífico escritor, magníficos personajes: una novela redonda, impecable. Si hubiese novelas imprescindibles (no las hay) esta sería sin lugar a duda una de ellas.

No así La muerte en Venecia, de Thomas Mann, que me dejó ligeramente frío un poco porque yo soy así y otro porque no acabé de entrar en la historia, llámenlo falta de empatía, llámenlo falta de interés, llámenlo como quieran pero el caso es que se me escapan las razones que hacen tan buena o popular esta pequeña novela que no pretendo demonizar pero tampoco etiquetar de genial porque sí.

Mismo caso para Proust, la biografía, breve como pocas, que Edmund White le hace al famoso escritor. Demasiado centrada en demasiados momentos en su condición homosexual o amorosa, se echa en falta una mayor profundidad en el análisis de su obra o algo que vaya más allá de lo comentar lo buen observador que era Proust. Por otro lado y siendo justos y por aquello de equilibrar la balanza, es una biografía prácticamente perfecta para aquellos que sólo quieran una toma de contacto con el escritor de cara a afrontar En busca del tiempo perdido, por ejemplo, con un mínimo de información sobre los códigos secretos (también llamados curiosidades) que se ocultan entre sus páginas.

De Días entre estaciones de Steve Erickson ya hemos hablado lo suficiente en su propio post (clic). Idem para Veinticuatro horas en la vida de una mujer de Stefan Zweig, reseña que pueden leer aquí, y para Los vivos y los muertos de Joy Williams que pueden encontrar allá

El resto del mes se fue en una obrilla de Yasunari Kawabata llamada El maestro de Go que habla un poco de aquella manera, sin profundizar en exceso, de ese tena universal que son las diferencias generacionales por un lado y de carácter por otro y de la santa paciencia que tienen los jugadores de Go no te digo ya sus mujeres e hijos. Ligera y entretenida a partes iguales. 

Y por último y casi en tiempo de descuento, La felicidad de los pececillos de Simon Leys, una recopilación de artículos fundamentalmente de corte literario. A quienes nos gusta leer, este tipo de artículos tan cargados de obviedades y anécdotas vilamatinas y citas a cascoporro nos gustan mucho. No seré yo la excepción aunque tal vez “mucho” sea pasarse. Lo sabremos en la reseña, caso de haberla.

Y eso es todo. O casi.

En la categoría de Abandonos no definitivos podemos encontrar la última novela de Gonzalo Torné, que aburre con sólo hojearla, o la de Iván que peca de cierta afectación. Tampoco este mes fue el mes de Música acuática de T.C. Boyle, me temo, ni de El jilguero de Donna Tartt, ni de la irregular colección de ensayos o artículos de Gaddis (que para que diga yo esto, también…) que acaba de publicar Sexto Piso.

Y acabo.

A día de hoy me encuentro leyendo un par de libros. Por un lado El libro más peligroso de Kevin Birmingham, un relato apasionante (apasionante, sí, han leído bien) sobre lo que fue la creación y publicación del Ulises, un libro que merece la inmensitud sólo por el trabajo que dio sacarlo a la calle. No puede gustarme más y eso que no llevo ni una cuarta parte. La segunda lectura, toda vez que no hay dieta saludable que no incluya algo de ficción, es El mar, el mar, de Iris Murdoch, una novela que intenté leer hace mucho tiempo sin demasiado éxito (no era el momento) pero que hoy veo con otros ojos. Con los buenos, para ser exacto.

Bueno, ahora sí: es todo. El mes que viene, más.



24 comentarios:

  1. Una cuestión menor: ¿por qué "a día de hoy" en lugar de "hoy"?

    Gracias.

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    1. Sospecho que es un error de traducción. Haré que lo revisen.

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    2. ¿Por qué dices 'error de traducción'?
      Saludos

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    3. Era una broma, por echarle la culpa a otro. "A día de hoy" no viene a nada. "Actualmente" hubiese quedado mejor.

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  2. Confieso que "Pastoral americana" se me atragantó un poco. Sí, es un gran estudio psicológico de personajes, inmenso e impecable, pero demasiado repetitiva, le sobran como 200 páginas. La trama no avanza ni concluye, no puede ser redonda por eso. Como retrato psicológico, insuperable, pero claro, hay que tener en cuenta que el retrato se hace a lo largo de 600 páginas a raíz del mismo suceso, así que me acabó resultando pesada.
    Y una duda: ¿cómo es posible que en un solo mes, además del tochazo de la Pastoral, te dé tiempo a leer OCHO libros más?? ¿Cómo lo haces? A mí la Pastoral me ocupó un mes entero, pero también soy de leer despacio, deteniéndome bastante... ¿Lees muy rápido, te saltas párrafos o páginas enteras, eres capaz de disfrutar de la lectura yendo tan deprisa?

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    1. No tiene truco. Y créame si le digo que soy una persona con muy poco tiempo libre que, eso sí, lo aprovecha muy bien. Simplemente me marco una meta que este año es, como el año pasado, leer 80 páginas al día. Yo me las arreglo, por la mañana, a mediodía, por la noche... cuando sea, pero ochenta páginas al día (a veces son cien, a veces cincuenta). Este mes la suma de páginas de los ocho libros es de unas 2300. Eso son 77 al día. Eso son un par de horas/día, una se la quito al sueño, otra a la televisión. De verdad, no es nada complicado.
      Y no, no leo rápido. Yo creo, vamos. Lo que no hago es saltarme páginas aunque es probable que sí lo hiciese con el de Proust. Demasiado repetitivo.

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  3. Unas lecturas magníficas, Tongoy. De Thomas Manny a mí también se me hizo pesada y algo lenta "La muerte en Venecia"; por contra "Los Buddenbrok" me encantó.
    Un saludo

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    1. Buddenbrok es mi siguiente lectura de Mann. Este año, sí o sí.

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  4. los buddenbrok ni la abras, el 80 por ciento es describir muebles, vestidos, estilos de casas, escaleras, expresiones de tal personaje, cómo se sentó, cómo movió un brazo, cómo miró hacia un lado, cómo cierta palabra le hizo pensar en algo que alguien había dicho veinte años atrás: si hemingway la hubiera escrito, no habría pasado de 50 páginas

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  5. El Mesías Eléctrico3 de marzo de 2017, 13:32

    No es mala la elección de "Pastoral Americana" como la Gran Novela Ídem, pero yo (y para ello habría que recurrir a la Foto Finish) hubiera escogido "El teatro de Sabbath".

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    1. Suscribo. La más triste novela porno del mundo. Sabbath es un personaje intensísimo, que se sale de las páginas. Bien hizo Bloom al colocarla como una de las cuatro grandes.

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  6. Mucho que decir...

    A Tongoy no le gustó "Muerte en Venecia". "¡Machopirulo!" Ja ja ja.

    Si Edmund White, al ¿biografiar? a Proust, habla mucho de la sexualidad y el amor, es porque la sexualidad y el amor son lo primero. No se puede escribir bien -bien, de verdad- sin ser una/un "salida/o romántica/o".

    Tongoy se limita a hacerse eco del asunto ¡ojo! pero para enredarse con lo de los códigos secretos de la re-cher-ché hay que ser un pedante de cojones.

    Zweig escribía de puta madre. Pero a veces se quedaba dormido escribiendo. Y seguía escribiendo.

    Kawabata es japonés e Iris Murdoch, irlandesa. Y... ¡lo saben!. (El primero "lo sabía". Que por este blog siempre tiene que aparecer algún tolai a decirte "¿tú vas de listo y no sabes que Kawabata ha muerto?". Lo sé. Ha muerto. Se lo han zampao los gusanos. Como a tu bisagüela.

    Al de los Buddenbrook...

    Ya quisiera contar tu tronka como se sienta su prima, como lo Thomas Mann lo hace en esa novela. Y quien dice tu novia, dice Scarlett Johansson.

    Y ya... ;-)

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    1. July Ann, nena, por qué bebes?

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    2. ¡Ja, ja, ja...! El hombre que tantos años llevo, necesitando a mi lado. Eres pura "Evanescence", Nick.

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    3. Mientras sea a tu lado, y no detrás de ti...

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  7. "Pastoral Americana" me pareció un hallazgo. No sé si es "la gran novela" però sé que es "una gran novela". Lo mejor que ha escrito Roth que ya es decir porque, aunque no lo salvaría todo, ha escrito mucho y muy bien.
    "Los Buddenbrok" es un poco lenta pero está maravillosamente escrita y es un perfecto retrato social de la familia y la época de Mann que la publico a los 25 años. Casi nada.
    Iris Murdoch es una eterna desconocida y, cuando la lees, entras en su talento inqüestionable para crear personajes, atmosferas y, en definitiva, narrarte mundos. Murió demasiado joven y perdida la memoria. Una pena más.

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    1. Que alguien entendido me diga si es correcto considerar de Los Buddenbrok emerge la obsesión genealógica de Faulkner; y por su intermedio la de García Marquez y otros epígonos...

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  8. Por lo que veo Tongoy no es un lector. Es un cuentapáginas. Lo que nos faltaba.

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  9. No creo que exista la gran novela americana, eso sí, si no tuviera más remedio que elegir una sería Moby Dick. Pastoral americana me parece una grandísima novela, quizás la más adecuada de Roth para ser calificada de gran novela americana porque tiene muchísimas capas, pero coincido con un comentario de más arriba, aunque no sea una novela de intereses tan amplios "El teatro de Sabbath" me parece su mejor obra, al menos entre las que he leído. También es verdad que hacia su mitad no me parecía posible que acabara pensando así. "La mancha humana" también me parece al menos tan buena como Pastoral.

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  10. Joer, siempre olvido comentar algo. La felicidad de los pececillos de Simon Leys es una delicia.

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  11. La de Iván "que peca de cierta afectación", deduzco por la observación que se trata de Iván Repila. Estírate más.

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  12. ¿La gran novela americana? Dejemos que la elijan éllos, O mejor no. "La conjura de los necios" Esa sí que si o....Moby Dick, no no no , mejor "Los reconocimintos" Creo que volveré a releer "El quijote"

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  13. No está mal,pero nada mal, disponer de tiempo para leer nueve novelas en 29 días, responder a los comentarios del blog; es de suponer que, además, leerá entradas de otros blogs de los que sea seguidor, quizá se relacione a través de otras redes sociales con miles de amistades virtuales. Y dice que lee todas las páginas de las obras que tiene entre manos. De verdad, Sr. Tongoy, no puedo creerlo. O no le creo, o vive solo y no tiene actividad laboral por cuenta ajena, o su vida y subsistencia dependen de este blog.
    Mi enhorabuena por sus grandes y meritorias capacidades.

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    1. Este comentario parece de broma.

      Mire: Nueve en febrero; ocho en marzo; once en abril; diez en mayo. En lo que va de año, 45. Y le digo más: los fines de semana apenas leo diez páginas en total.

      No me puedo creer que me vaya a prestar a esto.

      Mire, la lectura no se mide en libros leídos, porque los hay de 1000 páginas y los hay de 100. La suma de todos los leídos en febrero, ya que le interesa tanto, asciende a 2.332 (siempre y cuando pensemos que empiezo uno el día 1, cuando esto no suele ser así). Eso son 83 páginas al día. Le presto una calculadora, si no tiene. Ahora, haga usted el siguiente ejercicio: lea media horita cada mañana, mientras desayuna, si total los periódicos dicen siempre lo mismo. A mediodía déjese de siestas y tonterías y dedíquele, no sé, una horita. Por la tarde, si puede, otra media. Pero sólo si puede, eh, sin forzar. Y por la noche sí, ya tómeselo un poco más en serio: acuéstese temprano o tírese en el sillón y dedique no menos de una hora. Si en ese tiempo no ha leído ochenta o noventa páginas como poco, hágaselo mirar. Repita el proceso cinco días a la semana. O seis, si quiere, pero con cinco es más que suficiente. Ni que decir tiene que sus relaciones sociales no se verán afectadas, a no ser que sea usted aficionado a los bares de copas, lo que por otro lado explicaría su pregunta.

      Ah! Y no, no leo otros blogs. Dejé de hacerlo hace tiempo y el Facebook me roba muy poco tiempo o alguno, pero puntualmente. Los comentarios del blog, bueno, en fin, ya he sido más activo; lo cierto es que no llegan a quince al mes los minutos que dedico a esta tarea. Y tampoco vivo solo: estoy casado y tengo dos hijos, un trabajo y con el blog no he ganado jamás ni un céntimo. Tampoco lo he perdido, dicho sea de paso. No contento con eso, mis relaciones sociales son satisfactorias, veo un par de películas al mes, series de televisión y cositas varias. La televisión no, nunca. Perdone que no entre en detalles sobre la cuestión sexual.

      Ahora, también le digo, no tengo un minuto para aburrirme.

      En serio, debería probar. Los resultados pueden parecerle, aun sin serlos, sorprendentes.

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