miércoles, 29 de octubre de 2014

Resumen de Lecturas OCTUBRE 2014 [Versión extendida] [2ª parte]

Hoy, segunda de las cuatro partes en que, por razones evidentes, he considerado oportuno dividir el habitual resumen de lecturas del mes.


Ominosus de Bear, Kiernan y Barron

Decíamos el otro día que «probablemente lo mejor que una editorial puede conseguir con la publicación de una antología de relatos es (además de recuperar la inversión) que el lector ocasional (descartemos incondicionales, para no contaminar esta frágil teoría) se interese por alguno de los autores que participan en ella. En ese sentido, Ominosus es impecable. Si te gusta el terror, claro».

Bueno, pues sí. Ominosus son tres relatos de tres escritores que merodean por el Universo Lovecraft, homenajeando, adaptando o reinventando (o lo que se tercie) breves historias de monstruos, bosques y fosas abisales. Interesante.

Nota: entonces, cuando leí este libro, no lo sabía pero el tercer relato, el de Laird Barron, El don de la oportunidad cuenta una historia que funciona como un prólogo perfecto (repito, perfecto) de una novela de la que hablaremos un poco más abajo o en próximos días, también del mismo autor, llamada El rito. Y cuando digo “perfecto” lo que quiero decir es que deberían, en la medida de lo posible, leer este relato antes de la novela. No es imprescindible, pero enriquece. Háganme caso.



En las montañas de la locura de H.P. Lovecraft

Hacía como un millón de años que no leía al nuevo escritor de moda: Lovecraft. Sí, de moda. No tienen más que filtrar, en Amazon, por ejemplo, todas las reediciones de sus obras publicadas en 2014. Se cansarán de pasar páginas.

El caso es que yo, no queriendo ser menos y viniendo como venía de leer cosillas sobre los shoggots (unos bichos lovecraftianos), entre otros, me fui directo a por una lectura de juventud (o algo que se parecía bastante a la juventud): En las montañas de la locura. Horror. No recordaba lo mal escritor que era Lovecraft ni lo mal lector que era yo. Afortunadamente la historia, si la dejas en pañales, es una estupenda mezcla de terror y ciencia ficción donde unos señores encuentran unas montañas que ocultan un terrible y magnífico secreto. Toda la novela es el narrador tratando de convencernos de que no debemos ir allí a ver todas aquellas maravillas, no vayamos a morirnos. Menudo cabrón egoísta.

Recomendada a entusiastas, incondicionales o nostálgicos de las primeras lecturas. 



En el café de la juventud perdida de Patrick Modiano

Y en esto que estaba yo leyendo en Lovecraft cuando Patrick Modiano ganó el Nobel, que tampoco es algo que se gane todos los días. Y pensé: ¿y si nos leemos a Modiano de una puta vez? Y, bueno, nada, que maldita la hora, yo, que tan feliz estaba con mis horrores. 

La novela no puede ser más aburrida. Con esto ya les sobran argumentos para no acercarse a ella. Miren si será ladrillo que me he quedado dormido cuatro veces tratando de recordar su argumento. 

Creo —no estoy seguro, tal es la bruma que cubre mis ojos, tal el bloqueo mental autoimpuesto— que la cosa iba de unos que iban a tomar café a un cafetería y una chica muy mona que se les unía. Ellos, típicos gilipollas de la época, pedantes e insoportables; ella, dulce y misteriosa mujer que ocultaba un secreto. La cosa va de descubrirlo. El secreto, digo, para lo cual diferentes narradores van contado lo que saben, montando un puzle (qué original) de cuatro piezas que el lector deberá encajar total para descubrir que todos es más o menos como se lo imaginaba. De fondo, París, qué bien.

Dicen que lo mejor de Modiano es su forma de narrar. Será.



Más allá del espejo de John Connolly

Y tras esa injustificada pausa para adentrarme en la literatura de altura, tocaba volver a las andadas. Y qué mejor, para pecar, que John Connolly.

Descubrí a Connolly hace años, no sé cuantos, por esa serie que tiene del detective Charlie Parker. Leí, casi del tirón, los cuatro primeros, digamos, episodios. Y bien, bueno, entretenido. Da lo que promete, que ya no es poco. Lo que pasó fue que cuatro seguidos (o casi, fue hace tiempo) se hizo un poco demasiado y ahí lo dejé y nunca más volví hasta que el otro día, por algún razón desconocida o inconfesable, me dio por librarme de viejas espinas.

“Más allá del espejo” es el episodio 4,5 de la serie de Charlie Parker, que es el nombre del detective protagonista. 4,5 porque aunque cronológicamente se sitúa entre el cuarto y el quinto episodio, se publicó mucho después. Aquí, al menos, en nuestro país. No me interesa tanto el tema como para investigar si ocurrió lo mismo en USA pero no me extrañaría en absoluto porque Más allá del espejo parece una novela fallida que se publica igualmente por aquello de aprovechar el tirón de ser un éxito superventas. 

La historia tiene el estilo habitual (quienes lo han leído lo conocerán y quienes no, lo supondrán, seguramente con éxito) y sigue los patrones del resto de la serie: malos malísimos despiadados, buenos buenísimos atormentados, el humor sin gracia de quien es más duro que una nuez, una mujer enamorada y dos gays con pistola. Aquí, en esta novela, secuestran una niña o están a punto de hacerlo o eso parece. Se trata, por tanto, de evitar que secuestren a no se sabe quién, no se sabe dónde no se sabe porqué (que por algo es una novela de intriga) y todo porque hay una casa abandonada en un bosque, que es una cosa nunca vista antes, donde los malos eran todavía peores cuando se miraban al espejo, como en Poltergeist 3. 

La novela, dentro sus tópicos (violencia, violencia, violencia) y aceptando pulpo como animal de compañía, se desarrolla con la normalidad habitual del universo de los asesinos en serie que creen a pies juntillas en fantasmas hasta que llega un momento, cerca ya del final, en que parece que al autor se harta de la historia o se le ocurre otra mejor y decide echar un cierre precipitado en el que la tensión brilla por su ausencia. 



(Continuará)



9 comentarios:

  1. ¡Hola!
    Me has desanimado con el libro de Modiano, porque lo he escogido para las iniciativas de Navidades de Nobel. Espero que no me aburra tanto como a ti, a ver en que queda la cosa. Y el de John Connolly me lo apunto sin duda, tiene buena pinta.
    Un beso

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  2. No me jodas, Tongoy, que acabo de comprarme ahora mismo "La hierba de las noches" de Modiano, si leo antes tu opinión me lo pienso... Igual me gusta, ya te diré.

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    1. Leída ya, por si había quedado alguien con curiosidad, diré que me ha gustado mucho y es muy recomendable. Evocadora y lírica.

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  3. Menos mal que te ha parecido un truñazo "El café" de Modiano. Si no llega a ser así, pido hora con el oculista. Sólo he leído ese, tampoco retuve el apasionante argumento -sólo recuerdo las caminatas por París y el final- y no entiendo este Nobel, claro que la MunrozzzzZZZZZ.

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  4. Me pasó igual que a ti con "En las montañas de la locura". No solo los ríos fluyen sino también -es evidente- nosotros mismos como lectores.

    Saludos.

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  5. Sí, Charlie Parker y sus dos amigos asustan como animales de compañía. De noche, como a Stephen King, es mejor tenerlos alejados.
    Tiene usted deberes: leer a Fred Vargas, o se la admira "in totum" o se abandona en la primera esquina.

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    1. Me costó entrar en el mundo de Vargas porque su primera novela sobre el comisario Adamsberg es flojita, El hombre de los círculos azules. Con paciencia, leímos la legión de seguidores cómo mejoraba tras cada libro: El hombre del revés, uye rápido, vete lejos; Bajo los vientos de Neptuno; La tercera virgen y El ejército furioso (magníficas las últimas).

      De Los tres evangelistas (tres estudiantes en una casa desvencijada) y detectives a contre coeur, Que se levanten los muertos, Más allá a la derecha y Sin hogar ni lugar.

      Llevamos en ayuno unos años y rezamos los lectores para que salga algo nuevo. Nerd que es uno. Su mundo se parece al de Gaetan Soucy, un poco más suave, esa tendencia canadiense y francesa que se ve en Léolo, Pennac y los Malaussènne.

      Para mí, la serie del comisario Bernie Gunther en la Alemania nazi y más allá, de Philip Kerr, es otro puerto seguro.

      änimo, que igual se lo pasa bien, o abandona a la primera; lecturas no le faltan, pero es que usted se traga cada engendro que me hace sufrir y todo. En fin.

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  6. Pues coincido plenamente con el mandamás; leí hace tiempo esta novela de Modiano por aquello del prestigio y la curiosidad. Pero tremenda decepción; blanda y fofa, pura pose, como dejándose caer eternamente, sin nada que decir.
    Quizás tenga otras mejores.

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