jueves, 30 de diciembre de 2010

Lo Mejor del 2010 (1º Parte)


“La literatura, dice Gombrowicz al comienzo de sus diarios, ablandada continuamente por diversas tías bonachonas que fabrican novelas o folletines, por proveedores de poesía y prosa de segunda categoría, por blandengues dotados de facilidad de palabra, corre el peligro de convertirse en un huevo pocho, en lugar de ser –de acuerdo con su misión- un huevo duro”. Ha sido gracias a ese criterio que he logrado depurar los veinticuatro libros obtenidos del primer filtro hasta dejarlos en diecisiete, una cifra que, por más que lo he intentado, no he sido capaz de reducir. Del total seleccionado únicamente siete de ellos fueron publicados en el (todavía) presente año. Y de ellos trata esta lista que presento en riguroso orden de lectura. Del resto, ya hablaré en otro momento. 


Mis 7 lecturas favoritas de libros publicados en 2010 

“Homer y Langley” - E.L. Doctorow 

“Providence” – Juan Francisco Ferré 

“Black, black, black” – Marta Sanz 

“Nada es crucial” - Pablo Gutiérrez 

"Correspondencias" - Hugo Abbati 

“Las teorías salvajes” – Pola Oloixarac 

“La otra orilla” - Julio Cortázar 



Entrando en detalle

“Homer y Langley” es de ley que figure pues desde siempre he sentido debilidad por los falsos documentales y en esta ocasión cuenta además con el añadido de esa genialidad doctorowniana de construir, con personajes reales, una realidad alternativa con lo que pudo ser y no fue. (Esta querencia por los falsos acontecimientos que son o se fingen reales es la misma que me hará incluir “El gabinete de un aficionado” en el siguiente listado). “Providence” y “Black, black, black” ganadora y finalista del Premio Herralde respectivamente caen por su propio peso: la primera, entre otras muchas razones, por el complejo mecanismo que la hace funcionar, algo de lo que ya hablé largo y tendido en su momento y que en cierto modo es la culpable del nacimiento de este blog, y la segunda porque es la demostración palpable de que no está todo dicho en cualquiera que sea el género en que adscriban ustedes esta novela (drama, comedia, intriga,…) porque los toca todos y todos reinventa y revaloriza; es una novela tan rematadamente buena ésta de Marta Sanz que me entró complejo de imbécil las tres veces que intenté hacerle una entrada. “Nada es crucial” tiene un mérito enorme: consiguió no hacerme vomitar siendo el motor de la narración una historia de amor y por algo más: porque me la he creído. A pies juntillas. Me refiero al mencionado tejemaneje amoroso entre los dos seres humanos que fingen ser los protagonistas y que parecen haber nacido para estar el uno junto al otro durante el resto de sus vidas. (Y no quiero ni hablar de la prosa porque me entran ganas de llorar recordando lo buena que es). "Correspondencias" de Abbati es como una lotería: de no ser por el azar las probabilidades de llegar a ella hubieran sido prácticamente nulas porque además de no editarla Anagrama, Tusquets, Planeta, Mondadori o Seix Barral no es fácil encontrar en la red comentarios sobre ella. Voy a hacer una excepción y les voy a contar parte de la trama sin estropearles la fiesta que es su lectura: se trata de una epistolar entre dos viejos amigos, que se reencuentran y hablan de sus cosas, de su pasado y su presente. ¿Apasionante, eh? No se hacen idea. Yo sí, porque la he leído, pero ustedes no. Más quisieran. Si sus librerías habituales son como las mías lo llevan claro pero les invito al esfuerzo porque vale mucho la pena. (Les confieso: hubo un proyecto, conjuntamente con otro blog, de hablar de esta novela sin hablar de esta novela, de alimentar no tanto las expectativas como la inquietud por leerla. Un proyecto que vive en una suerte de injusto limbo y que, quien sabe, quizá algún día, cuando menos se lo esperen, salga a la luz). “Las teorías salvajes” ha sido mi primera experiencia masoquista. Leer a Pola es como la mañana de Reyes en el País de Nunca Jamás: bajo un abeto, que es su sombra, se ocultan miles de pequeños paquetes, cada uno de ellos envuelto en papel de regalo de distintos colores y formas y cada uno de ellos conteniendo una pieza de un puzzle, a su vez de infinitas interpretaciones, que sólo al final puede cobrar sentido si sabe mirarse con la perspectiva y desde la distancia adecuadas. La ventaja añadida es que si a uno le aburre la novela siempre puede entretenerse con la fotografía incluida en la solapa de la portada. “La otra orilla” de Cortázar es uno de los libros de relatos que se incluye en la reedición de sus Cuentos Completos en dos tomos. Una confesión que me saldrá cara: esto es lo primero que leo del autor: ya pueden empezar a gritar, llevarse las manos a las mejillas y rasgarse las vestiduras que me da igual. Si esto, que a mí me parece soberbio, es lo que Cortázar no quiso dejarnos leer no quiero imaginarme lo que será este 2011 que viene cargado de proyectos cortazianos de lectura, con sus rayuelas, sus bestiarios y sus cronopios.




(Próximamente: Mis 10 lecturas favoritas de libros NO publicados en 2010) 

miércoles, 29 de diciembre de 2010

"Ya no pisa la tierra tu rey" de Cristina Sánchez-Andrade


Les voy a ahorrar el esfuerzo de escribir en google “Ya no pisa la tierra tu rey”, en busca de resultados que les permitan establecer comparaciones entre este y otros blogs si acaso se les ocurre, por qué sé yo qué milagro navideño, que pueda ser interesante comprar y/o leer este libro, y les voy a resumir lo que se van a encontrar: 

[1] Encabezando el resultado aparece la web de la editorial (Anagrama) referenciando al título en cuestión, algo que parecerá muy lógico pero que no es tan habitual como debiera. 

[2] El segundo enlace nos remite a la versión reducida y adaptada a estos tiempos modernos de prisas injustificadas del “Google Books” que cuenta con el atractivo añadido de estar extraído de una reedición por otra editorial que se tomó la molestia de prologarlo. 

[3] Elcultural.es presenta un interesante y en exceso crítico artículo de la novela que tiene la desfachatez de empezar elogiando a la narradora y su editor [ver [1]] por arriesgarse a “subvertir los esquemas del relato habituales” para terminar criticando más o menos lo mismo: su “falta de equilibrio”, el “peso excesivo de los elementos pintorescos”, el “abultado relieve de la prosa”. Termina este cultural sacándole los colores a la autora en puntuales juegos léxicos que no ha sido capaz, no digo ya de comprender, sino simplemente aceptar. 

[4] El cuarto enlace es, al menos para mí, un completo desconocido. Se trata de una agencia literaria, que, como tal, inspiraría poca o ninguna confianza si no hubiese leído la novela antes de llegar a ella (a la web de la agencia). Cosas como: “[…] ha logrado dar vida a una novela poco (o nada) convencional, llena de lirismo, en la que la soledad, el desamparo del hombre, la dura tarea del ser, la libertad y la búsqueda de la identidad personal juegan papeles cruciales y determinan las acciones y los sentimientos de quienes habitan sus páginas” hacen un flaco favor a la novela que en ningún momento necesita de esos valores añadidos para hacerse valer, no logrndo con ello otra cosa que confundir al lector que probablemente, ante el temor a darse de bruces con un bloque de granito, arte y ensayo, saldrá espantado antes de darle la oportunidad que se merece. 

[5] En el quinto puesto, por méritos ajenos, esta Ciao!: la popular web especializada en cálculos esotéricos que ayuden a determinar en qué momento exacto del día o de la noche y bajo qué específicas circunstancias se nos va a joder la lavadora, hecho éste que no solo será un problema en sí mismo sino que nos servirá para descubrir fallos garrafales en las garantías de las grandes marcas, que los vendedores son unos incompetentes y que el motor, en realidad, es de una marca de segunda fila fabricado en algún país del este. En esta ocasión, de las tres opiniones resultantes de la búsqueda, una es un comentario de texto muy poco profesional de una buena mujer que no recuerda el precio de libro porque no lo ha comprado pero que a cambio de semejante dislate se compromete a preguntárselo a quien se lo dejó por si algún desaprensivo (esto es mío) quisiera volver otro día a comprobarlo y quizá echárselo en cara; la segunda es también una mujer que en esta ocasión nos narra, con todo lujo de detalles y una breve lección de historia, su viaje a Pisa, tierra de torres; el tercer comentario no tiene desperdicio: nos pone al corriente de las excelencias del cepillo eléctrico Braun SB 1 Satin HAIR Brush 648208 que son más bien pocas: la pobre mujer sufrió en sus propias carnes los horrores del instrumento aquel día que, tras haberse pasado una eterna hora peinándose para estar -y cito textualmente- “monina para un chico”, llovió a mares y se le estropeó el pelo y él le preguntó si se le rizaba y ella le contestó que no y se acordó de los “de arriba claramente”, signifique eso lo que signifique. Ciao! es el ejemplo perfecto de cómo la realidad supera la ficción porque esto ni queriendo me lo imagino. 

[6] El sexto enlace es una pesadilla dentro de un mal sueño: un buscador de todos aquellos pdf´s que contengan el texto referenciado motivo de esta entrada y entre las que se encuentran las siguientes lindezas: una página del suplemento cultural de La Vanguardia hablando de otro libro de la autora, uno que dedica (o trata de) Coco Chanel; las novedades del otoño de 2007 de la biblioteca “El Carmen” de Murcia; un enlace al libro pirateado de Orson Scott Card, concretamente la quinta parte de la Saga del Retorno; la lista de precios de 2008 del catálogo de la editorial Anagrama; un pdf del libro “Residencia en la tierra” de Pablo Neruda, que viene acompañado de un profundo y sesudo análisis y en el que no hay ni una sola cadena de caracteres que cumpla las condiciones establecidas; un resumen de prensa de “La crónica de hoy”, diario mexicano, probablemente (hasta aquí llega mi curiosidad) digital, que sospecho ubicado en Guadalajara y que menciona la entrega a la autora del Premio de Literatura Sor Juan Inés de la Cruz en 2004, que tuvo lugar en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara y mandó de vuelta a la autora a su casita con cien mil pesos en el bolsillo (que si no me equivoco vienen a ser unos 6.000 euros; que es más de lo que gano yo en un día). Y así algunos pdf´s más, algunos incluso repitiendo información. 

[7] Este séptimo enlace no merece presentación: se trata de una web especializada en venta de libros a través de Internet de renombre en la que sólo una vez, que yo recuerde, compré un par de ellos (de libros), de los cuales uno vino roto y descolorido y se ve que por entones era yo mucho mas bueno y tonto que ahora porque a pesar de haberme costado una pasta gansa nunca me planteé devolverlo quizá entusiasmado como estaba con un documental que se incluía en el paquete a modo de regalo y que supuse “ofrenda de compensación” por lo maltrecho del envío y aunque más tarde descubrí que formaba parte de una promoción semanal que me había pillado por rebote me quedé con todo y ni dije ni pío. El libro, la primera edición de un robusto ensayo sobre los últimos 500 años de la vida cultural en occidente, sigue todavía hoy sin leer en mi estantería. 

[8] El octavo (enlace) es otra página de venta de libros por Internet o tiendas físicas ubicadas en México, algo así como la Fnac de allí. Apasionante, ya se pueden ustedes imaginar. 

[9] Enlace directo a un foro de libros y literatura. Ambas cosas y no necesariamente a la par. El mismo foro que me obligó a leer el libro para así poder rescatarlo del abismo del subgénero erótico al que había sido condenado por ciertas maliciosas y oportunas frases publicitarias que no tenían otro ánimo que llamar la atención sobre lo que parecía entonces (y se confirmó después) una novela digna del mayor de los respetos. 

[10] El último enlace digno de mención [*] es de mis favoritos: se trata de una web llamada escritoras.com cuya temática, que pueden ustedes deducir sin mi ayuda, está especializada, según ellos mismos, en “literatura escrita por mujeres”. Mi debilidad por esta página, que tiene escasa o nula objetividad, es la misma que me despierta cualquier otro grupo étnico, cultural o social que reivindica su inclusión en lo global a través de la autormarginación. 


¿Satisfechos? Bien, una vez comprobado que Google no sirve para nada con este tipo de libros de autores (semi)desconocidos, de los que se aparentemente se hacen poco a poco, sin padrinos, os voy a decir qué podéis hacer con él: leerlo. Leedlo, porque no hay mejor opinión que la de uno mismo y porque es estupenda (que no magnífica, pero casi: por los pelos). Esta novela, de esta escritora injustamente desconocida (aquí, no tanto en México, visto lo visto), habla de las cosas que pasan, no se sabe cuándo, no se sabe dónde, dentro y fuera de los muros de un convento en el que unas monjas, algo traviesas, espían el mundo desde una ventana clausurada cada día y cada día violada, subidas unas a la espalda de las otras, turnándose unas veces y otras no. Frente a su mundo un palacio y un marqués y una boda y un matrimonio y su madre y su lacayo y el de su mujer y una cocinera juguetona. Tras el muro una abadesa algo deteriorada y medio loca y medio atea y un enorme agujero en el jardín y un misterio, y una muerte y luego otra y un ministro de dios acechado por las dudas de la integridad moral del convento. Y así todo el tiempo, durante las 228 páginas que dura el relato, con una prosa endiabladamente bonita, tan rematadamente dulce que merecía ser pecado y condenarnos así a todos sus lectores a las llamas del infierno de los buenos y menospreciados libros. 


[*] Puesto que el resto son, fundamentalmente, restos de serie y una sucesión infinita de librerías más o menos elaboradas y fiables (entendiendo como fiable un criterio de lo más personal: si la ficha del libro de referencia incluye foto de la portada y breve resumen del argumento me fio mas que no tiene nada de nada y sólo espera de nosotros el dinero de la venta a cambio de un mínimo esfuerzo).

miércoles, 15 de diciembre de 2010

INTRODUCCIÓN A "Lo mejor de 2010"


Les voy a contar un secreto: ¿saben ustedes porqué las listas de “lo mejor de 2010” en lo concerniente al ámbito de la literatura acostumbran a tener un número indefinido de entradas nunca inferior a diez?: para que quepan, además de las verdades, las mentiras; esto es: los amiguismos e intereses partidistas. No pasa nada, todos tenemos nuestros compromisos; somos humanos; estamos en nuestro derecho de sentirnos “obligados a” para evitar ofensas o defendemos intereses económicos o simplemente queremos tener un gesto de cariño hacia un primo o un cuñado o un suegro o a la editorial que nos publica o al amigo que —hay que joderse— nos ha puesto en su lista si, como él, somos también escritores y hemos publicado en este 2010. Pero digo yo, por decir algo: ¿no sería mejor evitar llegar a eso y limitarnos a decir los libros que realmente nos han gustado sin sentirnos en la obligación de incluir aquellos que deberían pero no ha podido ser o aquellos que sin estar mal no están lo suficientemente bien? Lo que quiero decir es: ¿no sería mejor decir la verdad? 

Se ve que no. 


EJEMPLOS PRÁCTICOS, A CUAL MÁS DIVERTIDO, DE ESCRITORES/BLOGGERS QUE HACEN LISTAS 

Vicente Luis Mora acaba su (extensísima, todo hay que decirlo) lista justificando todas y cada una de sus recomendaciones. Decía mi madre que cuando el río suena… algo habrás hecho; eso decía. Pues con Mora lo mismo: lo que Mora expone, la “relación del crítico con” no es ni más ni menos que una forma de decir: “Eh, amiguitos, ¡ved que no miento!:”. De lo que Mora no parece darse cuenta (o está directamente haciéndose el tonto) es que podemos dudar de estas últimas palabras tanto como de las primeras. MÁS: Jorge Carrión, glorificado por Mora, glorifica a su vez a Fernández Porta, Manuel Vilas y Patricio Pron (: estos tres son unos sosos y no tienen lista hecha. También puede ser que estén esperando a que acabe el año, no como todos los demás, que parece arderles el culo por ser los primeros. A ver qué hacen todos estos tan listos si se encuentran con una obra maestra de aquí a fin de año. Porque lo que no quiero pensar —porque sé de primera mano que es impensable que los artistas hagan estas cosas— es que el propósito de estas prisas sea sugestionar al lector cuando a éste le llegue el momento de escribir la carta a los Reyes Magos. No, ellos nunca lo harían). MÁS: Ibrahim B., éste es buena pieza también: glorifica entre otros a: Vicente Luis Mora, Patricio Pron, Jorge Carrión y Eloy Fernández Porta. ¿Les suenan los nombres, verdad? Sí, efectivamente: son siempre los mismos. Pueden ustedes visitar el blog que quieran que uno o dos de ésos se los encuentran seguro. En mi blog no, lo siento, porque aunque me los he leído a casi todos ninguno me parece tan bueno como para hacerlo figurar en ella. También puede ser un problema de mal gusto, que no creo; yo, que tengo un gusto exquisito. MÁS: Luna Miguel. Lo de esta muchacha es buenísimo: en su lista hay dos amigos, la editorial en que publica, la editorial en que prologa un libro, la editorial que publicará a su novio, la editorial de sus padres y no contenta con eso dice que es la más sincera que ha podido hacer. No lo dudo, no, para nada, pero si eso es así esta chica debe estar hasta los ovarios de leer por compromiso regalitos de las editoriales. MÁS: QUIMERA 325. Este es el mejor de todos. Pensé que era Luna Miguel pero no; es éste. (Imagínense). Atención: en el ranking de “Los 10 de 2010” (confeccionado a lo largo del mes de Noviembre para poder salir en Diciembre y coronarse así como los más rápidos entre los rápidos) figuran, entre otros: Patricio Pron, Jorge Carrión y Eloy Fernández Porta. No se asusten: no han tenido un deja vu. Todos los demás, o hasta donde yo sé “en su mayoría”, son también colaboradores de la revista. No se precipiten, no es momento de rasgarse las vestiduras. Yo se lo explico; Quimera se lo explica: “[…] nuestra selección no pretende, ni mucho menos, ser objetiva, sino que es el reflejo de los conocimientos, los criterios de valoración y, sobre todo, los gustos personales que nos han llevado a un grupo de personas a trabajar juntos.” Es decir: la gallina antes que el huevo. Y me puede valer, ojo: un grupo de seres humanos al que une la mutua admiración acaba colaborando en una revista especial(-izada). Perfecto. Lo que ya me parece el colmo de las casualidades es que todos ellos escriban obra maestra tras obra maestra, publiquen este año y además sean lo mejor de él (del año). Si no fuese tan buena persona pensaría que todo esto es un complot para tomar el mercado editorial navideño a golpe de mentiras. Pero no es así: ellos lo admiten: confiesan que su lista no es sobre lo mejor sino que tratan de ser consecuentes con su proyecto y ofrecernos “una lista que refrende el tipo de literatura” en la que creen. (Flaco favor les hace el comentario.) Pues nada; que se la compren ellos. Mi madre también me decía que la ropa me la compraba ella pero los vicios me los tenía que pagar yo. 

¿Qué quiere decir todo esto? Pues lo de siempre: que los que libraban batalla contra el mercado editorial por dejarse dominar por los Perez-Reverte de turno lo hacen a golpe de corporativismo generacional. Una batalla para la que sólo parece haber dos finales posibles: la derrota, que acabaría con todos regentando librerías y colaborando con revistas y periódicos digitales o la victoria, que nos devolvería al status quo habitual, listo para que una nueva hornada de gafapastas literatos, los que hoy abanderan la generación de la espinilla y la hormona desatada, presenten su correspondiente batalla contra los ManuelesVilas, JorgesCarriones, FernandezsPortas, VicentesLuisesMoras, Ibrahimes y Lunas varias que ocuparán el firmamento de “Lo más vendido” de El Corte Inglés.

viernes, 10 de diciembre de 2010

"España" de Manuel Vilas



Esto no es un blog, ni la entrada de un blog, ni el texto de una entrada de un blog (no busquen subterfugios: los conozco todos). Y no lo es por la misma razón y del mismo modo que tampoco el libro de Manuel Vilas llamado “España” es una colección de relatos. No lo es. Es una novela. Y si ustedes no se han dado cuenta es porque no están en la onda; en la onda de la posmodernidad, se entiende. Ni ustedes ni yo. Yo tampoco. Ni me acerco a posmodernidad si para ello he de aceptar algo así. (He dejado la ironía, ya ven, pero vuelvo a ella enseguida) Fogwill, el recientemente fallecido y (y así ya, en pleno) ensalzado escritor argentino defiende mi argumento del siguiente modo (y no quiero pensar que se murió por mentiroso, Fowgil, para una vez que me da la razón): “Hilvana medio centenar de historias y microrrelatos agrupados caprichosamente en once capítulos que el editor español no vaciló en llamar novela siguiendo la práctica fraudulenta de la industria. No es una novela: es literatura en estado puro[…]” Pues mi blog lo mismo. También literatura en estado puro, qué coño, y si a mi Fogwill no me defiende es porque está cadáver, pero él no hubiera querido dejarme sin mi momento de gloria ni el reconocimiento escrito que merezco; por eso he pensado que quizá sería este un buen momento para poner en su boca palabras que hagan frases y a su vez ideas, propias de un genio como él, que como ya está muerto (siento insistir en este dramático punto pero es de vital importancia que lo tengan en cuenta) deben ser seguidas a pies juntillas y no osar, ni por asomo, a dudar del efecto clarificador que debe tener esto en sus dulces e inocentes instrumentos de pensar. 

Dejo pues a continuación el contenido íntegro de lo que Fowgil quiso decir y no pudo quizá por ir justo de tiempo, pero que a la sazón viene a ser exactamente lo mismo que dijo (palabra aquí, palabra allí) de este “España” de Vilas que me he empeñado en comentar sin conseguirlo:

La medicina de Tongoy” es un blog de inusitada frescura, algo sorprendente procediendo de un escritor español. Hilvana multitud de ficciones y microrrelatos agrupados caprichosamente en entradas que el editor español no vaciló en llamar blog. No es un blog: es literatura en estado puro y procesa sin miedo los desafíos de la identidad y el verosímil que enfrentan los verdaderos creadores como Tongoy, y muestran que España está en otra parte y no donde creen los sudacas que quieren conquistarla poniendo desaparecido en la página 78 o en la 132.

Claro que, por otro lado, no veo qué problema puede haber a la hora de establecer si A o B (siendo A cualquier cosa y B cualquier otra) es o no es una novela y de qué tipo. ¿No basta acaso con dar con un hilo conductor? ¿Un nexo que haga las veces de guía? ¿No es la intención del escritor lo que define en última instancia qué es y qué no es una obra? Manuel Vilas establece, porque así es su deseo -al fin y al cabo es su libro- que sea España la médula espinal de su novela, de su obra, de ese compendio de palabras o lo que sea. También pudiera haber elegido Zaragoza, que se nombra mucho, o él mismo, Vilas, omnipresente personaje, real e imaginario a la vez de muchos sino todos los relatos, magníficos por otro lado, en su mayoría, al menos. ¿Y yo? ¿Cuál es mi nexo aquí? Pregunta: ¿qué puede hacer de La Medicina de Tongoy una novela? Respuesta: que así esté planteada. Efectivamente. El problema (el suyo más que el mío) es que ustedes ven solo una parte del todo y así es normal que carezca ese "todo" del sentido al que hago referencia, mientras que yo, como creador, como mente pensante, como fuerza motor, asisto imperturbable a la clarividencia de lo global  y si he de ser sincero he tenido, por un instante, la certeza de estar, no frente a un novela que finge ser un blog sino frente a una escultura que finge ser una novela que finge ser un blog y que reproduce con aterradora perfección la secuencia de elementos que conforman la buena literatura, esto es, el ADN del arte escrito. 

En definitiva: ¿es o no es “España” una novela? Permitan que les responda con otra pregunta: ¿lo es (una novela) “La medicina de Tongoy”

Pues eso.