Se suponía que octubre iba a ser un mes tranquilo. A ver si noviembre....
Arrancó el mes con "En medio de extrañas víctimas" de Daniel Saldaña París, la primera novela de un joven poeta que no estaba del todo mal, especialmente la primera parte. No me repetiré, todo lo que había que decir ya ha sido dicho AQUÍ. También hemos hablado de "El sermón sobre la caída de Roma" de Jerôme Ferrari, la decepción del año vino de la mano de Mondadori. Razón, AQUÍ.
De lo que no he hablado todavía ha sido de "La habitación oscura" de Isaac Rosa. La reseña, que lleva una semana escrita, tendría que haber salido hoy pero he preferido acabar el mes con este pequeño resumen. Prometo sacarla dentro de un par de días (jaja) pero les adelanto que no me ha entusiasmado. "Del color de la leche" de Nell Leyshon resultó ser una lectura inesperada (dentro de todo inesperada que puede ser una lectura programada con cierta precipitación). Pedirlo a la biblioteca y tenerlo en la mano fue todo uno. Afortunada la casualidad también de tener un par de hora libres. Se fue en un suspiro, por breve y porque se dejó querer. Tengo la reseña a medio hacer y abandonada desde hace días. Prometo retomarla al cierre de este post y publicarla en breve (siendo breve, noviembre). Les adelanto que, sin ser la locura, no ha estado del todo mal, sobre todo porque, al no parecer de mi estilo, la cogí sin muchas ganas.
El resto del mes me dio por la novela gráfica.
Todo empezó por "El rayo mortal" de Daniel Clowes, la historia de un chaval que descubre que fumar le da poderes especiales. Como buen gilipollas, se viene arriba. Tiene una pistola que fulmina (literalmente) a la gente. Curiosa sí es, ahora, un poco floja también. Después, del mismo Daniel Clowes cayeron “Mister Wonderful”, una tonta pero curiosa historia de amor de dos seres humanos depresivos e insoportables y la decepcionante “Wilson”, novela que se sostiene sobre breves episodios de una página en la que un hombre despreciable de puro realista, —como parecen ser todos los personajes de Clowes— descubre que tiene una hija. El humor va a la par del patetismo por lo que un rato sí que te ríes.
"Epiléptico" de David B. fue la gran sorpresa del mes. Tienen toda la información que necesitan en su post correspondiente. Haciendo clic AQUÍ, pueden leerlo. Por seguir con David B. y ver si lo del epiléptico había sido casualidad, saqué de la biblioteca "La banda de los postizos". Nada-que-ver. Novela gráfica basada en hechos reales que cuenta la historia de unos atracadores de bancos, lo que viene siendo su quehacer diario y su final. Correcta y mil veces vista en formatos varios. “No cambies nunca” de David Sánchez (Astiberri) es una cosa bastante desagradable sobre monstruos con bocas diseñadas para chupar y experimentos y un montón de cosas inquietantes. Para lo que ha durado, no ha estado nada mal.
"El libro de los pequeños milagros" de Juan Jacinto Muñoz Rengel se lleva el premio del mes a la peor lectura. Se trata de una colección de microrrelatos de corte fantástico. Ni prosa bruñida ni hostias: basura espacial. Mucho dibujito y mucho diseño total para hablar de marcianitos que observan seres humanos y conclusiones de Perogrullo. Hablando de lo cual, si yo fuera uno (un marcianito) y viniese de exploración a la tierra y descubriese que este libro está considerado como un ejemplo de literatura de calidad, tendría que hablar en mi informe de un planeta en vías de desarrollo e incluso cierto posible severo retraso de alguna clase. Mis hermanitos marcianitos vendrían en sus naves espaciales y juntos arrasaríamos el mundillo literario, empezando por los microrrelatistas, esa plaga voraz. Nos comeríamos sus corazones crudos y todavía calientes. Salvaríamos la humanidad y venderíamos la historia a Planeta. Habrá reseña, claro. La cosa no es para menos.
Mención aparte para “Zurita” de Raúl Zurita (Delirio), poemario del que hablé no hace mucho AQUÍ. Lo tengo mediado y así se quedará una temporada, hasta que me haga con un ejemplar en propiedad. Mucho menos interesante fue "Tamara Drewe" de Posy Simmonds, el abandono del mes. Es una novela gráfica sobre un retiro de escritores y las cosas que allí pasan; cosas que tiene mucho que ver con el sexo y el amor y por lo que he visto muy poco con el escribir. La vida misma. Es algo así como Esther y su mundo a los cuarenta y tantos. No llegué ni a la mitad. Me quedaré con la pena de no saber cómo acaba hasta que vea la película.
“Siempre supe que volvería a verte, Aurora Lee” de Eduardo Lago, la primera publicación de la nueva editorial Malpaso, es mi lectura actual. Salvo desastre, la acabaré en un par de días. De momento bien, gracias. Prometo reseña ipso facto, así no escriba más de cincuenta palabras.
Por último comentar que entre las lecturas inacabadas o en curso se encuentran “Bono, el hombre del poder” de Harry Browne que, junto con “Frankenstein” de Mary Shelley (Sexto Piso Ilustrado) y “Los escritos irreverentes” de Mark Twain, me ayudan a relajar la vista entre lectura y lectura.
Esto ya está. Ahora….
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…Avance de NOVIEMBRE
(y breve catálogo de novedades)
Ayer pasé por la biblioteca a recoger algunas cosas, entre ellas, “Librerías” de Jordi Carrión, “Las reputaciones” de Juan Gabriel Vásquez y “Butcher´s Crossing” de John Williams. El primero para echarle un vistazo, leer las primeras páginas y con ellas decidir si debo seguir o no. Le daré una sola oportunidad. El de Vásquez lo pedí por pedir. Vicio propio. Ya veremos en qué acaba. “Butcher´s Crossing”, del autor de “Stoner”, será mi siguiente lectura sí o sí (siempre y cuando no sea no). La siguiente debería ser “Mimodrama de una ciudad muerta” de Alvaro Colomer, que no sé ni de qué va. Me han dicho que hay que leerlo en noviembre y así se hará.
Para las pausas del café, novelas gráficas: “Jimmy Corrigan, el chico más listo del mundo” de Chris Ware, “Asterios polyp” de David Mazzucchelli, “Como un guante de seda forjado de hierro” de Daniel Clowes y “Tú me has matado” de David Sanchez. Esto para empezar. También, si queda tiempo: “Ghost Word” (el puto Clowes otra vez), “¿Eres mi madre?” de Alison Bechdel, “La hermandad de la biblia Perry” de Nicholas Gurewich, “El gato del rabino” de Joann Sfar y todavía por determinar largo etcétera.
El día 11 de noviembre salen a la venta dos libros: “La casa de hojas” de Mark Z. Danielewski (Alpha Decay en colaboración con Pálido Fuego o viceversa) y “Jota Erre” de William Gaddis (Sexto Piso). ¿Te quedas con mamá o con papá? Yo, con Gaddis. A Dani ya le tocará en diciembre. Nada personal; simplemente, todo no puede ser. Tampoco podrá ser —no entero, al menos— “Historias del arcoíris” de William T. Vollmann (Pálido fuego again).
Quisiéramos leer también, mis socios capitalistas y yo, un montón de cosas más, pero a falta de saber cuántas páginas tiene el libro del amigo Gaddis, está la cosa jodida de calcular. Por eso hemos tomado una drástica decisión: meteremos en un saquito bolitas de papel con nombres y dejaremos que una mano inocente las vaya sancando. En la bolsita, que supondremos trucada, meteremos, si podemos, lo siguiente: “Las enseñanzas de Don B.” de Donald Barthelme (Automática Editorial), “Ajedrez para un detective novato” de Juan Soto Ivars (Algaida) que es, según la wikipedia, “una novela satírica con la que se desmarca del Nuevo Drama”. (¡Ops! Visto y no visto.) “El camino de ida” de Ricardo Piglia (Anagrama), “Los amigos de Eddie Cole” de George V. Higgins (Libros del asteroide), “La cartera del cretino” de Kurt Vonnegut (Malpaso), “NWTY” de Ramón Buenaventura (Alianza) y, uno de los libros más esperados de la temporada por quien esto escribe: “Memorias del subsuelo” de Dostoievski (Sexto Piso Ilustrado). Relectura obligada.
Se acabó. Ahora, a leer.