(Brevemente, a contrarreloj y vuelapluma. Mis disculpas.)
2016 iba a ser un gran año. Elegiría cuidadosamente cada lectura, incluiría clásicos y obras maestras para aburrir. Sería un no parar de maravillas. Pero uno es como es y conviene no olvidarlo. Dos meses y ya he vuelto a las andadas, siendo, las andadas, la literatura española. El resultado no por esperado menos decepcionante: no, no y no. Debería jurarme no volverá pecar nunca, nunca, nunca. Y tal vez lo haga. Siempre es divertido volver a caer.
Aquí mis lecturas del mes:
‘Diarios (1999-2003)’ de Iñaki Uriarte
La excepción que confirma la regla. Uno de los mejores libros del año y probablemente y desde ahora uno de mis escritores patrios favoritos. Uriarte hace posible lo prácticamente imposible: que su libro sea siempre la opción primera como refugio entre lecturas, al menos hasta que uno descubre que ya no puede dejar de leer y decide darle prioridad absoluta y terminarlo en dos días, lo que, bien mirado, no es tan buena idea. Muy recomendable.
‘Trastorno’ de Thomas Bernhard
La idea no escrita es leer algo de Thomas Bernhard cada mes. Y cada mes ponerle un altar y postrarme en él y compararlo con todos los necios del mundo que se creen escritores y no dejar de reír. En enero fue la primera parte de su autobiografía. En febrero, un poco de locura. Un hijo acompaña a su padre, un médico rural, en las visitas de un día cualquiera. Además de los lugareños, visita también al príncipe de la comarca, un hombre, cómo decirlo, singular. Como siempre que se habla de los libros de Bernhard, imprescindible. Y seguimos para bingo: en marzo más Bernhard, pero todavía no he decidido qué (aunque debería ir pensando en dejarme de excusas y afrontar de una puta vez Corrección o Extinción).
‘Las relaciones peligrosas’ de Choderlos de Laclos
Ya existe reseña. Las relaciones, antes conocida como las amistades peligrosas, fue una de mis grandes novelas de juventud, novela que recuperé aprovechando la magnífica edición de Sexto Piso ilustrada por Alejandra Acosta que acaba de salir no hace ni un mes. Libro de amores y odios y venganzas y auténticos cabrones y bestias pardas y mujeres devotas y jovencitas corruptibles que harán las delicias de sátiros y mala gente. La recordaba mejor, menos repetitiva, pero sigue siendo un manual de maldades fenomenal.
‘Bajo el signo de Marte’ de Fritz Zorn
Novela sobre la enfermedad, el rencor y los signos zodiacales, me dicen en los comentarios del blog, al tiempo que me recuerdan lo superficial de mi lectura. Es probable, no lo dudo. Con todo, no veo que establecer una relación entre esto y lo otro y lo del más allá vaya a mejorar mi percepción de la obra (no así la objetiva, parece) que, pese a lo jocoso del post (el inmediatamente anterior), disfruté mucho y recomendaré mucho y otro par de muchos.
‘Instrumental’ de James Rhodes
Estén atentos, será la siguiente reseña. Mañana o pasado en sus pantallas. No quiero adelantar acontecimientos, de modo que les comento el argumento y de mis impresiones ya hablaremos: Instrumental es la autobiografía de Rhores. Rhores fue violado durante cinco años desde que tenía seis por su profesor de gimnasia. Ni se imaginan el infierno. No, en serio; ni se lo imaginan. A pesar de esto que fue su vida hasta hace, literalmente, nada, Instrumental es un libro que sale tan en defensa de la música clásica que, de no ser por lo otro, debería ser manual imprescindible en todos los colegios. Lo dicho, hablamos en un par de días.
‘La tierra que pisamos’ de Jesús Carrasco
Recordarán Intemperie, la gran novela rural española de la última década. Si es así, recordarán a Jesus Carrasco, su autor. Bueno, pues ha vuelto. Pero cómo será la cosa que aquí no se ha enterado ni cristo. De una novela de la que se hablaba hasta en la cervecería a la hora del partido a una sobre la que ha caído un silencio de muerte. ¿Casualidad? ¿Venganza? Cualquiera sabe. Lo mismo es justicia divina o, tratándose de Carrasco, poética.
‘El diario de Adan y Eva’ de Mark Twain
Diría novelita, pero ni eso. Obrita leída casi del tirón un día tonto entre lecturas sin muchas ganas de complicarme la vida con nabokovs, faulkners o bernhards. La cosa es Adán, el primer hombre, hablando de ese hembra puñetera que han puesto a su cargo y Eva rajando del bruto ese que le han impuesto como compañero. Divertido, ligero… mero entretenimiento. La edición medio simpática, con dibujitos y tal.
‘Farándula’ de Marta Sanz
Lo dije el otro día y lo repito hoy: Marta Sanz, grande de España, va camino de ser la Joaquín Sabina de la literatura. Y todo por esa manía que le ha dado con esta novela de encadenar enumeraciones. Nunca tal exceso se ha visto. Pero si sólo fuera por eso… Nunca he sido devoto de esta virgen pero al menos un día me hizo sonreír con aquella novela, cómo se llamaba… Black, black, black! Bueno, ya hablaremos. Debería empezar la reseña hoy mismo y sacarla pronto, como la semana que viene o así. Hablamos.
‘Los insignes’ de David Pérez Vega
Novela de humor sobre la poesía. Lo leo porque “conozco” a David Pérez Vega, porque me cae simpática la editorial que lo edita y porque se supone que critica la poesía, que es una cosa que siempre me ha puesto muy cachondo. La reseña ya está escrita (últimamente estoy que me salgo) pero no la publicaré todavía. O sí, yo qué sé. Según me dé. No dejen de leer este blog y lo sabrán.
* * * * * *
Y ya. Como viene siendo habitual, he roto todas las promesas que me hice antes de empezar el mes. Me tengo por un ser despreciable. No he terminado La muerte de mi hermano Abel; no he leído ninguno de los doce tochos que me comprometí a leer (uno por mes: que si Pureza, que si Las luminarias, que si Los Miserables, que si El idiota, que si Guerra y paz, que si Los Buddenbrook…); he abandonado miserablemente La cartuja de Parma para leer no sé qué (Las relaciones peligrosas, probablemente); no he empezado ninguna de las dos novelas que hace nada “moría” por leer (Música acuática de Boyle y Las alas de la paloma de Henry James) y un largo etcétera.
Lo que sí he hecho es otro planning. Me van ustedes a suponer a muerte con la literatura española, al menos durante un par de semanas. Esto es lo que tengo anotado. Unos caerán y otros no, pero esto es lo que tengo anotado: Cicatriz de Sara Mesa (lectura actual y terminando –de mañana no pasa−); El instante de peligro de Miguel Angel Hernández; Seré un anciano hermoso en un gran país de Manuel Astur; De los otros de Mariano Peyrou (siempre y cuando los bibliotecarios tengan a bien aceptarme la desiderata); el que me han dicho que es uno de los mejores escritores del momento, Jorge de Cascante y su Detrás de ti en el museo del traje; Challenger de Guillem López (segundo intento); tomo dos de los Diarios de Iñaki Uriarte... y (que Dios me perdone) Fiebre, de Matías Candeira. ¿Alguien ha dicho Cocaína, de Daniel Jiménez? Bueno, vale, pues también.
Y ya.
Bueno, se acabó la peseta. Les dejo. Besos.