navegando entre redes descubro algo en lo que parece haber cierto consenso: escribes bien. Bueno: muy bien. Insisto: dicen. Y sí, supongo que es verdad, Jon: escribes bien. Pero YA. Es decir: sin más.
Pero.
Pero me pregunto en qué momento ha dejado de ser ese el mínimo exigible a partir de la cual se debe o puede, no solo ejercer cualquier tipo de crítica, sino afrontar cualquier tipo de lectura. Quiero decir: uno que se dedique a esto ha de escribir necesariamente bien porque de no ser así deberíamos, los lectores, a poco que nos acompañe el sentido común, o bien obviarte o bien leerte, si mediase afecto, y luego, como Rimbaud, sentarte en nuestras rodillas y, si amargas, injuriarte. Fuera de eso, ni la hora.
Y yo lo siento, Jon, pero para un servidor eso no es suficiente, al fin y al cabo hoy en día escribe bien hasta Google Translator.
Deja que te lo aclare: el criterio de convivencia es este: si escribes bien y publicas una obra maestra (o ni tanto, siquiera destacable) te haré el amor dulcemente. Sin embargo, si la novela es mediocre será, la nuestra, una relación de idéntico calado, a la par que anodina e insustancial. Ahora bien, si repites esto de hoy ya te adelanto que te vas a encontrar las maletas en la puerta cuando vuelvas a casa, AMOR.
Entre nosotros: hay dos, —y ni una más— razones por las que me he terminado este librito: una, porque tiene 140 páginas y dos, porque está decentemente escrito. El resto ha sido CARIDAD. Y lo siento, pero no estoy por la labor. O sí lo estoy, pero no debería. Lo he estado, vaya, hoy y un rato ayer, pero ya no más. Lo juro por estas. (Y van...)
En cualquier caso, Jon: ha sido un placer. Pequeñito. Sin orgasmo. Como de frotarte contra la mochila dos paradas de metro. Pues igual. O parecido.
Quizá algo menos. Hace tiempo que no subo a uno.
¿A qué viene esto, entonces? A nada. Me aburría. Y así hago dedo. (Ese dedo no; el otro). Y dejo constancia, también. Así, la próxima vez que publiques yo vendré, leeré, recordaré e inmediatamente después, TE OBVIARÉ.
Te dejo ya, que tengo al pequeño en la ducha organizando no sé qué desastre. Ya que en lo profesional no tanto (ja) espero que en lo personal todo bien. Nosotros como nunca; tan ocupados viviendo que no nos da para avistar ovnis. No sé si me explico. Jaja. Seguro que sí. Bueno, cuídate, Jon. Ya veremos si nos vemos.
Abrazo,
A mí me gustó el libro, como reflejo en la reseña que le dediqué en Un libro al día. Eso sí: me dio la impresión de que Bilbao tenía a mano un manuscrito prometedor e Impedimenta lo publicó sin que el escritor lo hubiera trabajado lo suficiente.
ResponderEliminarTeresa U.
EliminarTongoy, no
seas antipático, tan despectivo y
chulito.. Todos los escritores se merecen respeto. Jon Bilbao es uno de los mejores de Euskadi. Escribe con precisión admirable. También a Baroja lle insultaban y
aquí le admiramos mucho.
¿Todos los escritores merecen respeto????
EliminarEn fin...
Sí, respeto, eso he dicho, no “caridad” como dices tú. ¡Con el trabajo que es
Eliminarecribir un libro! (yo no he escrito ninguno), para que alguien te diga que lo
ha leído por “caridad”. No lo había escuchado nunca: leer por caridad. Se lee por gusto o
por trabajo pero ¿por caridad?
jajajaja, oh, vamos, si hay que explicarlo...
EliminarTeresa ¿en qué momento ha dejado Jon Bilbao de ser asturiano?
EliminarPor cierto, me ha gustado lo que he leído de él con anterioridad. Pero, visto lo visto, esperaré para leer éste.
Bueno, pues al final esperé y la acabé comprando. Y leyendo. Y, qué quieren que les diga, que Tongoy tiene toda la razón. Vas avanzando, está razonablemente bien escrita -siempre y cuando penséis que escribir bien es abusar de frase corta y casi no emplear subordinadas o subjuntivos, pero eso es otra cuestión- y mantiene la tensión narrativa. Pero entonces llegas al final y... todo se desmorona. Bluffazo como una catedral.
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ResponderEliminarDe acuerdo con Teresa.
ResponderEliminarParece que tienes algo personal contra Jon, no solo literario
¿En que momento lo literario ha dejado de ser personal?
Eliminar¿O somos todos editores, ahora?
No os conozco ni a ti ni aJon pero tienes un mal rollo con Jon que trasciende lo literario. Así no se puede hacer una crítica seria ni certera. Defraudas las expectativas de los lectores que buscan una buena información sobre los libros
EliminarPara no conocerme saca usted unas conclusiones un tanto atrevidas.
EliminarPero bien, está en su derecho. Lo que sí le digo es que si Jon es uno de los mejores escritores de Euskadi, entonces en Euskadi tienen un problema de escritores CLARÍSIMO.
hola, por la regla de tres que aplican tan alegremente las comentaristas deduzco que si Tongoy elogia con entusiasmo una obra es tambien porque tiene algo personal con el autor?
ResponderEliminarSaludos y gracias por asomarte al blog Tongoy.
Incompleto. Escribe mal. ¿Por qué? Cero argumentación...
ResponderEliminar¿ Quiere que le haga un bizum?
EliminarJon, un consejo: escribes bien, tus personajes son interesantes, sabes construir una atmósfera misteriosa y sugestiva. Pero no sabes concluir una historia. Tus narraciones empiezan como acaban: no pasa absolutamente nada en ellas. Y el lector se encoge de hombros después de leer un rollete que conduce al principio, pasando por un sopor creciente. Y no se hable de que es un estilo sugerente, no explicito y que busca la complicidad e imaginación del lector, porque todo eso no es excusa para aburrir y no contar nada. Si no hay nada que contar es inútil contarlo bien, porque de la misma manera se puede contar mal o incluso no contar. Lo esencial es tener algo que contar. Y luego contarlo bien. Pero querer levantar una historia sin historia no puede ser y además es imposible.
ResponderEliminarGracias.