He aquí lo que Raúl Zurita dijo en una ocasión acerca de la poesía: «Me da lata. Una profunda lata. La encuentro tan alejada de la experiencia. Si llegara un marciano, y la única información con que contara sobre el siglo XX fueran los libros de poesía, es probable que ese marciano llegara a la conclusión de que aquí no ha pasado absolutamente nada. Los datos básicos son dos: primero, tu existencia, que estás vivo, y segundo, que estás vivo en un mundo. Pero gran parte de lo que entendemos por poesía refleja lo que llamamos experiencia interior, donde están solamente los ecos, pero no el sonido».
Lo del marciano me ha gustado especialmente porque me da la razón en muchas cosas. Ya sólo por esto Zurita me cae lo bastante simpático como para echarle un vistazo a su libro y animarme a escribir esta nota de urgencia (que es casi lo mismo que una aproximación pero salpicada de buenas intenciones).
Supongo que mi desprecio hacia la poesía (un desprecio que ansío total e irreversible) tiene mucho que ver lo poco que me interesa el mundo interior de los llamados poetas o el mundo interior de todo aquello que le parezca interesante a los llamados poetas o cualquier otra interioridad. No me interesan sus excesos de poesía ni de metáforas; no me interesa lo que tienen que decir aquellos que sólo escriben para sí mismos o para los que son como ellos. No me interesa el mundo ficticio y falsificado de los poetas. Seguro que hay muchas otras razones (la forma de peinarse, la mirada perdida…), pero esto es una nota de urgencia, no la consulta de un psiquiatra. Es por ello, por este confesable desprecio del que tan orgulloso me siento y que deseo perpetuar en el tiempo, que no podré nunca jamás en la vida reseñar nada que tenga que ver con la poesía sin meter la pata hasta el fondo. Un poco lo de todos los días pero en verso.
Lo que no es imposible es una nota de urgencia, que en este caso concreto es una excusa para decir estoy leyendo esto y no lo voy a reseñar así me muera. Pero estoy leyendo esto.
ESTOY LEYENDO ESTO
Total, que estoy leyendo ZURITA, que es un libro que tiene una portada cojonuda de puro sencilla. ZURITA (cuando lo escriba en mayúscula estaré refiriéndome al libro) es un poemario de casi 800 páginas. La poesía gusta de espacios en blanco y esto ayuda avanzar en la lectura porque de otro modo lo iba a leer su padre. Con todo, Zurita —supongo que un poco por joder y otro poco por llamar la atención— parece no gustar mucho de la imagen clásica de un poema, lo suyo es más de pequeñas parrafadas, unas veces más prosadas que otras, a veces demasiado mucho, y otra veces demasiado poco. Tampoco es que esto sea muy original pero a los que no acostumbramos nos ayuda a llevar mejor el peso de la lírica.
Fuera de contexto ZURITA puede ser un auténtico coñazo. Lo digo por experiencia. Fuera de contexto, el siguiente poema (lo primero que leí, antes de meterle mano al libro), no pasa de artefacto de cierta belleza. Contextualizado (el título da una pista) la cosa cambia. Y cambia mucho. La cosa, por lo menos, llama la atención.
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ZURITA está divido en tres partes (atardecer, noche y el amanecer). La “historia” comienza el día 10 septiembre de 1973 en Chile, unas horas antes del golpe de estado. El libro es autobiográfico y el narrador el propio Zurita (por más que aquello sea un continuo fluir de voces) y los hechos narrados tienen muy poco que ver con el valor o con lo que le pasa por la cabeza cuando una mariposa aletea en su estómago. Nada que ver con la belleza, desde luego (no al menos más allá de sus formas) y sí mucho con el horror. A ver, tampoco es como una novela aunque algunos afirman que acaba siendo tal. Aquí cabe todo. Adiós narración lineal, eso para empezar. ZURITA es algo así como un estado que nace de un recuerdo. Cosas de poetas, qué sé yo.
Poco más puedo decir puesto que apenas he leído trescientas páginas (que ya no está mal) de poemitas en los que apenas he destacado fragmentos. A medida que voy a avanzando se va confirmando la sensación de que la historia que se cuenta tiene más sentido a vista de pájaro. Con todo, tiene su mérito: inri es de los pocos poemas que me han llamado la atención (y ya) lo bastante como para darle una oportunidad al resto del libro. Un libro de 800 páginas, les recuerdo.
Pero.
Pero es poesía, y aquí odiamos la poesía y a los poetas y no queremos tener nada que ver con ellos, mucho menos lamentar sus infortunios o reírles las gracias. Por eso no puedo recomendar ZURITA. Por eso no voy a recomendarlo. Lo que sí voy a hacer es leerlo y seguramente, acabarlo, signifique esto lo que signifique.
(Zombie, esto es culpa tuya.)
ResponderEliminarYo no estoy en contra de los prejuicios pero creo q decir que uno odia la poesía o venir con el rollo de que los relatos son un género menor, así a priori, es algo muy manido y torpe. Por no hablar de que los mejores novelistas suelen ser poetas ¡aunque no escriban en verso! Virginia Woolf, Walser, Conrad, Yourcenar, Platonov...y hasta Mrozek. Para mí es cuestión de textura y oído... Algo que no he sentido cascándome las 600 páginas de los detectives del recomendadísimo Bolaño. Ironía: ¡tb habla de poetas! Y me viene con la estructura, pero el estilo suena soporífero. En fin... Seguiré dándole una oportunidad a Zurita pq la óptica de tu crítica no me parece muy adecuada, Tongoy!
ResponderEliminarYo no creo que el relato sea un genero menor. Personalmente prefiero leer una novela que una colección de relatos, pero bueno, ya lo llevo mejor que antes. Lo del género menor quizá lo digas por el microrrelato. NO te apures, no me parece un género menor, simplemente no me parece un género. No más que un chiste, al menos.
EliminarLa última frase no la entiendo. Yo tb le estoy dando una oportunidad a Zurita. Por lo demás mi óptica es ejemplar. ;)
Yo saboreo la ironía (igual debería decir la grandiosa broma) de un autor al que la poesía le da la lata y escribe poesía leída por un crítico que la aborrece. Muy bueno de nuevo, señor Tongoy, me voy a poner lo ojos en blanco, a peinarme raro y, si eso, a escribir sobre cosas que a nadie le importan ;-)
ResponderEliminarJajaja, no se olvide de arrastrar un poquito los pies al caminar.
EliminarUn saludo.
Es un poemario fantástico, Carlos. Cuando vi que Zombie te lo recomendaba pensé 'verás como éste le va a gustar'. El género no es el problema, ¿ a que no?.
ResponderEliminarBueno, tanto como "no es un problema"... tampoco nos pasemos. La poesía sigue siendo poesía pero al menos las flores de Zurita son de sangre. No sé si me explico. Con todo, es lo que le digo a Zombie más abajo: es una poesía accesible para aquellos que por norma general renegamos de ella.
EliminarNo es solo el 'qué' en este libro, que también, sino sobre todo el 'cómo', a mi juicio. Fíjate en las palabras. Son precisas, perfectas. A mí me encantó.
EliminarBueno, Tongoy, dios sabe que lo he intentado y te agradezco la confianza. Me sorprende de todos modos que, viendo lo que comentas de Zurita (libro), todavía te queden ganas de seguir.
ResponderEliminarSiento la recomendación, no volverá a pasar. De verdad que pensé que lograría conmover ese corazón de perro descastado que tienes pero, ay, es tarde para ti. En fin, voy a hacer la vista gorda porque soy así de maja y magnánima, y porque es lo que se hace con los amigos aunque sean tipo virtual raro, quererlos con su estrabismo y su pies planos.
En una cosa sí coincido contigo, a mí Zurita (libro) tamb me ha hecho reflexionar sobre la función de la poesía. Su poesía es tan brutal, de tanto alcance, que realmente evidencia la insignificancia y cortedad de la tuya (hablo al menos de la mía). Después de leer El Mar escribí esto, lo siento es otro fucking poem y además sin depurar, pero viene al caso y será la última vez que haga algo parecido (palabrita):
Maticemos: quería construir
poesía de barro, arrojadiza, poesía que estrujaran mis manos porque me ardía en las palmas el deseo impreciso de llegar más allá de mis palabras. Me fijé en la materia, busqué lo que la hacía perdurable.
Y ése no era mi error.
No. Es la insignificancia. Es el pequeño alcance de mi voz cantando el curasana a mis heridas. Simples heridas del estar, del ser, del deshacerse.
Un arrullo que no toca la piel, que no acaricia, ni lastima, ni estremece hasta el hueso haciendo necesario que de pronto detengas tu lectura,
mires al cielo límpido de esta tarde de octubre
para sobrecogida recobrar el aliento
y regresar a la página brutal sin poder en adelante ser la misma.
Una última cosa. Zurita (hombre) también dice: “Si la poesía desaparece, la humanidad sucumbe como ante una bomba de neutrones”.
Y creo que es totalmente compatible con la otra cita, la de los marcianos, que tb me encanta.
Abrazo
No me has entendido Zombie.
EliminarMe he leído casi 300 páginas de un poemario. Joder, ¿tú sabes lo que es eso para un Tongoy? ¿Tú sabes cuánta gente lo ha intentado? Dos días antes de este post un chico me escribió ofreciéndome su libro de poesía y yo le dije que no, porque no me gusta la poesía, le dije, porque nunca podría salir nada bueno de lo que yo dijese.
Y ahora estoy leyendo a Zurita. Y aunque tiene mucho que no me gusta soy perfectamente capaz de apreciar el resultado de lo escrito. Zombie, yo me duermo, literalmente, si leo poesía. Con Zurita no me pasa. A Zurita le he leído 90 páginas del tirón y todavía llevo el libro en el coche. Y lo que es peor: no descarto su compra para no tener que leerlo con las prisas a las que me obliga el alquiler de la biblio.
Este post es un cumplido, Zombie. Parece que no, pero lo es.
Jajaja. Sí, captaba la ironía, pero es que con Zurita no caben esas medias tintas y ambiguedades, joder. No, no, aquí eso de nadar y guardar la ropa al mismo tiempo no puede ser.
EliminarAhora que ya te he arrancado una confesió y tu humanidad ha sido revelada, me quedo más tranquila. Me temo que será tu perdición y acarreará muchos futuros libros de poetillas en tu mail, pero era necesario. A Zurita hay que recomendarlo sin ambages!!
Los poetas somos malas personas.
(En serio, me alegra mucho que te haya gustado)
Si yo te contara....
EliminarY eso de que no se puede nadar y guardar la ropa... vaya si se puede.
Los poetas no sois malas personas. Sois LO PEOR.
No iba a hacerlo pero te la has ganado. Voy a publicar un libro de poesía dentro de poco y te lo voy a mandar dedicado. No te quedará más remedio que leerlo, tu conciencia te acabará obligando.
EliminarEso sí, a este paso no sé si voy a lograr mi objetivo de forrarme con las ventas. Supongo que esto realmente demuestra que lo que nos mueve a los poetas es la idea de hacer todo el mal que podamos. Es una compensación nada desdeñable.
Abrazo
¿Y no podemos intentar conservar esto tan bonito que tenemos?
EliminarVale, todo sea por nuestro amor. Pero luego aunque llores no tengo de dártelo.
EliminarTengo ganas de leer el próximo post. Leí de David B. Los Buscadores de Tesoros y me gustaron bastante, el tío es muy original y buen narrador. A ver qué cuentas tú, desaborido.
Buenas noches :)
Me ha hecho usted disfrutar un montón con este post. Me ha parecido grandioso. Pese al pataleo oportuno, al final hay poesía en LMdT, sus lectores nos sentiremos henchidos de felicidad, jejejeje. A mí me ha convencido, leeré a Raúl Zurita. Ahora solo falta ver en su blog una reseña de los microrrelatos de Virgilio Piñera. Ese día flotaré como una nube de tanto gusto que me va a dar.
ResponderEliminarUn abrazo. Daniel.
Bueno, bueno, no exagere, pero gracias igualmente. Me alegra que haya disfrutado. Me quedo con eso y sólo por eso prometo repetir. Esta semana tengo que volver por la biblio. Prometo sacar otro libro de poesía. Ya tengo decidido cuál será, pero no diré nada hasta la reseña.
EliminarNo sabe cómo me alegra verle así, señor Tongoy: leyendo poesía.
EliminarQuite, quite... Estoy pasando una vergüenza...
EliminarPor fin se atreve con la poesía!!! No se arrepentirá, aquí hay más egos, más mafias y más puñaladas que en cualquier otro lugar. Cuanto menos dinero más vanidad. Así que no se va a arrepentir, porque podrá escribir posts jugosos con la punta, y se le irán llenando cada vez más de cientos de visitantes cabreados.
ResponderEliminarAdemás, la poesía es un género de verdad, muy por encima de otros advenedizos, como demuestra la tradición. Un género con mayúsculas, que tiene verdadero mérito. Ya lo verá.
No es la primera vez que escucho esto. Dicen que sí, que es un mundo salvaje. No deja de tener gracia que cuanto más breve el género mayor la virulencia. Serán cosas de la pasión.
EliminarDe todos modos no creo (estoy bastante seguro) que vaya a ser algo habitual de este blog. Mucho tendrían que cambiar las cosas y los gustos.
¿Géneros advenedizos? ¿Para valorar un poemario es necesario denostar otras formas expresivas? ¿Qué es un haiku hoy: poema al uso, microrrelato, aforismo? Da la sensaciòn de que algunos leen al peso o de oídas. O que leen para detestar inmediatamente lo leído, como si la literatura fuera siempre un trabajo duro y obligado de censores.
EliminarNo sé, es un poco retorcido.
No suelo compartir lo que dicen los poetas sobre la poesía (bueno, tampoco lo que dicen los novelistas sobre la escritura). Solo me vale lo de "he escrito esto, así de este modo, porque era la única forma en que sabía decirlo". Y después, el silencio y el que quiera que lea el libro.
ResponderEliminarHe leído Zurita este verano y ha sido una experiencia luminosa y ominosa. Creo que "sé" mucho más de aquello que pasó que leyendo varias novelas, que contiene ese punto de interioridad que no se transmite en las historias. Y todos tenemos esos puntos de interioridad que solo nos balbuceamos a nosotros mismos en una barra de bar, solos, teniendo delante un güisqui.
Pero es que esto: "he escrito esto, así de este modo, porque era la única forma en que sabía decirlo" no sé yo si es tan así. ¿La única forma? En mi opinión la poesía es la forma más artificial que hay de decir las cosas. Nadie habla ni se expresa como lo hace en la poesía si lo que pretende es hacerse entender. La poesía es cualquier cosa menos la única forma que tiene alguien de decir algo.
EliminarMira que eres sabio. Yo mismo no lo habría sabido expresar mejor. Bueno, sí, pero lo has hecho bastante bien.
EliminarQuique
Estaba esperando que vinieses tú a decirlo, pero supongo que te pillé follando. Me vas a perdonar.
EliminarEl Tongoy.
Puto sexo, qué esclavitud.
EliminarQuique
Cada día te pareces más al Pron: http://letras.s5.com/rzu190712.html.
ResponderEliminarChorradas. Yo soy mucho más guapo.
EliminarHe leído lo que he podido (aguantado) de "Anteparaíso" y sólo he visto repeticiones sobre cosas de Chile, playas, valles, gente, política, etc. No entiendo la carga conceptual/formal de la repetición. Entiendo lo de la autoconsciencia aclaratoria, pero no le veo la gracia. Para alguien interesado en Chile puede ser interesante, pero para el resto de lectores no sé qué fuerza puede tener. Las imágenes y las metáforas no son nada del otro mundo.
ResponderEliminar¿El de título "Zurita" está tan relacionado con Chile?
Yo solo he leído este libro de Zurita y sí, claro, habla de Chile, pero más como dimensión genérica que local, creo. En cuanto a las metáforas supongo que va a gustos. A mí la poesía metafórica me aburre, porque la mayoría de veces no es más que un ornamento que solo es efectista, no responde al sentido recto de la experiencia, salvo excepciones, claro. En cambio me parece que Zurita es extremadamente preciso, al menos aquí, desde un punto de vista lingüístico. En él las metáforas no suponen ningún uso desviado del lenguaje, lo que a mí suele cargarme de la poesía, en general. Por eso me gusta. Con lo que tú te fijas en el léxico y la sintaxis yo creo que te gustaría.
EliminarAgradezco tu comentario, ahora entiendo dónde reside la magia del autor. A mí la poesía en general no me gusta demasiado, porque como tú has dicho, me parece muy efectista o aleatoria en sus recursos (en la mayoría de los casos). Sin embargo, lo poco de poesía que me gusta es aquello que utiliza imágenes y metáforas potentes para enmarcar un contenido. Supongo que aprecio más la "prosa poética", poesía que aparece dentro de una novela, quizás porque va dirigida hacia un contenido y no es tan gratuita como puede serlo en un poema. No sé si me gustaría, la verdad.
EliminarUn libro inmenso, un libro que se puede leer como una novela, como un poema total, repetitivo a veces, pero por el que se puede avanzar. Es como internarse en una selva: a tu paso, todo se cierra en torno. Sabes dónde te encuentras y al mismo tiempo pierdes la noción de dónde te encuentras. Mejor este tipo de entradas que no la porquería de la anterior.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo, sobre todo en lo último.
EliminarChile no es un país más. Chile fue el país, junto con Argentina, donde se implantó el neoliberalismo por la fuerza de las armas, la tortura y la desaparición. Es un símbolo, o una marca, de "dónde empezó todo". Todo lo que nos está sucediendo ahora aquí y en la Conchinchina.
ResponderEliminarLa poesía es a la literatura como la ópera a la música. Si Pretty Woman pudo, tú también, Tongoy.
ResponderEliminarIre, hija, por cada blog que paso me encuentro seis o siete comentarios tuyos en cada entrada. ¿No tienes un trabajo, unos amigos, unas aficiones, una vida? Míratelo, oye.
ResponderEliminarTe estás obsesionando conmigo, amor. Es triste tener que estar dando el coñazo todo el puto día en dos putos blogs que detestas, colega, para que te dirija la palabra. Además de imbécil masoquista, jaja. Escribe algo, venga, y me lo enseñas.
Eliminar¡Ah, pero si habla! Es como los perritos que les silvas, y acuden raudos a echar su meadita.
EliminarHabría venido más contenta con un soneto, pero bueno, no está mal para empezar. Y deja al perrito tranquilo, que ya lo has sacado a pasear muchas veces. Te repites, cielo.
EliminarApunta, Tongui. Primer anónimo lírico residente. Con un poco de suerte vendrán también relatistas o hasta novelistas, tú. A final de mes repartimos beneficios. Me parece justo.
Y la patita, ¿también sabes darla?
EliminarHecho. Te pagaré en libros, si no te importa.
EliminarPues como sean los libros que comentas, mejor la invitas a unas cañas…
EliminarLa ciudad se ha inundado por las lágrimas de Tongoy terminando el poemario.
ResponderEliminarPerdón:
La ciudad
se ha inundado
por lágrimas Tongoyanas
sufriendo
por
un
poemario.
¿Sufriendo o terminando? Decídase.
EliminarY voy por la mitad, por cierto.
Coño, Tong, tú siempre haciendo amigos, eh?: los cuentistas, los microrrelatistas, los nocilleros, los albertolmistas, los matiascadeireros, los quéyoqueséquémás... y ahora los poetas.Porque no te creas que decir que te ha gustado un poemario te va librar de las iras rimadas (bueno, en su mayoría serán no rimadas, supongo)de esta gente...
ResponderEliminarAhora, a por las seguidoras de "Cincuenta sombras de Grey" y de las novelas de highlanders cachotas...
A las de Grey no puedo hacerles nada. Les gustaría. Así no tiene gracia.
EliminarA los poetas les tengo muchas ganas. Un día les voy a regalar un post extremadamente cruel, que es lo que se merecen. Así también les ayudo a sufrir.
Anda, si estás leyendo La ascensión del gran mal... espero que pronto comentes lo mucho que NO te gustó, je.
ResponderEliminarPara mí es un obrón, pero para gustos, colores.
Me apunto Zurita. A mí también me provoca urticaria la poesía, pero lo que comentaste de Daniel Saldaña se dejó leer. Y todo.
No será necesario ponerla a parir, creo. Está bastante bien. ¿Me lo recomendaste tú? (es por no buscar dónde). Si es así, gracias.
EliminarSí, fui yo, cuando hablaste de Pancho Villa. Y si te está gustando me das una alegría, porque esperaba que por el tono del blog le sacaras punta como está mandado, y La ascensión de gran mal me parece tan impresionante que creo que me jodería verle las vergüenzas al aire.
EliminarBueno, punta se le puede quitar guste o no guste. Va con mi forma de ser.
EliminarLo terminé anoche y muy bien. En serio, muy bien. No de diez, porque tiene momentos flojos pero en general lo he disfrutado mucho. Notable alto. Si puedo me pongo esta misma noche con la reseña, que prometo breve para no aburrir al personal.
Gracias otra vez.
Para mí es de más que diez, pero es cierto que empieza flojita: va subiendo y subiendo y subiendo hasta que angustia y las últimas páginas juegan con una melancolía que no es de mi gusto. Lo perdono todo y hasta lo aplaudo por lo mal que me lo hizo pasar. Los momentos flojos... hacen que los grandes se aprecien más aún. La montaña rusa; si no bajas no notas las subidas.
EliminarGracias a ti, por descubrirme un buen puñado de lecturas y (sobre todo) por apartarme de otras tantas.
Más que diez no puede ser, Álvaro. En serio. No puede ser. Mónica Belucci, por ejemplo, es un 8,75.
EliminarQuique
Quique! Hoy me acordé de ti. Estaba leyendo un libro y riéndome mucho y pensé: joder, tengo que decírselo a Quique. Es ese que pongo a la derecha: "Los escritos irreverentes" de Mark Twain. Haz clic en la foto, te he dejado puesto un enlace (sólo para ti). Sólo he leído una cuarta parte, pero es muy cachondo. Twain poniendo a parir a los beatillos católicos.
EliminarJe. Quique, claro que se puede sacar más de diez. Nunca has dado clase a segundo de bachillerato, ¿verdad? Un catorce le daba yo al tebeo de marras, como a los críos de la PAU.
EliminarMónica Belucci, un siete.
¿Mónica Belucci, un 7? ¿Un 8,75? está claro que no se hizo la miel para la boca del asno....
EliminarNo, se hizo para la boca del ano.
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