jueves, 3 de noviembre de 2022

“Los días del abandono” de Elena Ferrante (Apuntes desde el recuerdo #01)

Esto me lo cuento más a mí que a ustedes.

Cuanto retomé la actividad bloguera (dios me perdone el exabrupto) lo hice con una doble intención: por un lado pretendía estimular mis hábitos lectores que estaban ligeramente deteriorados cuando no directamente defenestrados desde la pandemia. Por otro lado, quería dejar constancia de mis lecturas toda vez que la memoria es la que es y no parece que vaya a mejorar.

Pues bien: arranca noviembre y desde mediados de septiembre no he dicho esta boca es mía (y si lo hice fue de idéntico modo). Y aunque los libros terminados no han sido más que cuatro, lo cierto es que son cuatro libros que podría haber mencionado siquiera fugazmente.

Con esto quiero decir que hoy toca post de enmienda o lo que es lo mismo, una reseña de mierda en formato píldora para no olvidar y poco más.



“Los días del abandono” de Elena Ferrante

De no haber sido por “En los márgenes” —que leí un par de semanas antes, aprovechando que el libro cayó en mis manos un poco por azar y otro poco porque fui a la biblioteca—, esta, “Los días del abandono” hubiera sido mi primer Ferrante. Con todo, como digo, ambos fueron en septiembre, o sea que igualmente MAL pero es que, siguiendo la inveterada costumbre de llegar tarde a todas partes, no fue hasta poco antes que empecé a sentir curiosidad por esta escritora y todo por culpa de un booktuber devenido en editor que jura y perjura por la gloria de su santa madre que Ferrante es carne de Nobel desde su tercer cuaderno de caligrafía.

En su momento, cuando este blog todavía era algo para alguien, Lumen me envió el primer volumen de la trilogía o tetralogía o lo que sea de Nápoles, pero como yo siempre he sido muy racista para los nombres italianos y las portadas de esa editorial, me hice el interesante un rato y después lo dejé en la estantería dando por hecho que aquello quedaría en nada y qué Ferrante ni qué trilogía ni qué hostias.

Lo que confirma el buen ojo que tengo en según qué casos.

Total, que queriendo poner punto final a tanta supina ignorancia saqué esto de la biblioteca. Dos días me duró. En según qué esferas literarias, con especial virulencia en las que incluyen críticos en plena floración, se tiende a confundir agilidad con calidad, ergo si el libro dura dos días tiene que ser la hostia. Y no, no tiene; puede. A modo de ejemplo y sin venir a cuento de nada, uno que yo me sé tachaba hace dos días de fascinante la basura de Carmen Mola por considerarla “un thriller rápido” de “ritmo vertiginoso”.

Repito: dos días. Ergo tiene que ser buenísima.

Lo vemos.

La novela narra en primera persona el descenso a los infiernos de una mujer que, tras unos quince años de matrimonio y haber renunciado a mucho —a un futuro como escritora, por ejemplo—, es miserablemente abandonada por su marido, un tipo ahora sin corazón que de un día para otro dice que se va con una de poco más de quince y que ahí te quedas y que de entrada ni hijos ni hostias y ya veremos cuando se te pase el enfado, Olgita.

La novela, escrita con ejemplar corrección, sin alardes de ninguna clase (aunque ésta sea también una forma de alarde) es el amago de locura de Olga —que por si no había quedado claro es como se llama la protagonista—, durante los días siguientes a la ruptura. Esto incluye a sus hijos, a quienes arrastra con ella, y a su vecino, que también, al menos en cierto modo, ya que lo utiliza por razones que ni ella misma sabe cuáles son pero que sin duda deben tener algo que ver con la desesperación y la autoestima.

Media novela es esto y otra media novela es un acceso de fiebre con encierro de fondo y dos niños que son los que dan calidad a la secuencia, que diría el otro. La película, que debe ser más interesante de lo que estoy dando a entender en este post, —habida cuenta de que, casi dos meses después, permanece viva en mi memoria— es poco más que el descenso a los infiernos de la locura previo trauma salvaje; la reconfiguración de estados mentales y cómo parece que todo se va a la mierda cuando parece que todo se ido a la mierda.



2 comentarios:

  1. No he leído nada de esta autora!
    Voy a intentar remediarlo.
    Saludos!

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  2. Hola. Sólo quería decir que no sabía que habías vuelto a retomar la lectura (y la crítica) con fuerza. Me alegro mucho verte otra vez a pleno rendimiento. Ahora me pondré a leer todos las entradas tuyas que me he perdido. Soy fan tuyo desde hace años. Te felicito por tu blog.

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