viernes, 2 de noviembre de 2012

“Conversaciones con David Foster Wallace” de Stephen J. Burn

Las editoriales vienen y van, sólo algunas (demasiadas) permanecen. En los últimos años he visto morir pocas (pienso, ahora, en DVD) y nunca deja de sorprenderme -y eso a pesar de que en este país cada vez se compren menos libros y cada vez se lea menos (y peor)- la cantidad de ellas que ven la luz. No llevo la cuenta, pero así de memoria puedo nombrar algunas que (salvo error) han nacido este mismo año: Rayo Verde, Sigueleyendo, Automática, Ginger Ape y, ahora, Pálido Fuego. Por falta de presupuesto no les sigo a todas la pista con el mismo interés pero no tengo ninguna duda de que de todas ellas la mejor es (será) con diferencia, la última. Tengo razones de peso para creerlo que nada tienen que ver con la amistad. Y sabiendo como sé que el movimiento se demuestra andado puedo asegurar que Pálido Fuego ha empezado dando un paso de gigante. “Conversaciones con David Foster Wallace” (desde ahora DFW) es lo primero que publica. Y, joder, no podía haber empezado mejor. 

* * * * * 

DFW se suicidó en 2008. Tenía cuarenta y seis años. Después de eso quedó un inmenso vacío (ausencia de DFW) y a aquellos que llevábamos seis años esperando, ansiando, una nueva novela del escritor después de aquello que fue “La broma infinita”, nos quedó una pena infinita que no se podía curar con NADA. Fue un triste consuelo la edición de “El rey pálido”, que con tanto bombo publicó Mondadori y a la que le restaba interés el hecho de que no hubiese tenido Wallace nada que ver en su montaje. Me puede interesar una obra inacabada, pero no reconstruida en base al criterio particular de no sé quién. 

No hace mucho se empezó a hablar de una biografía que vería la luz este año; otro asunto por el que no siento especial interés. Pero estas entrevistas… estas entrevistas son otra cosa. Para los que admiramos a Wallace (que por lo general somos unos tipos bastante faciles de convencer para la compra de según qué libros) estas entrevistas prometían ser algo así como un viaje al interior de Wallace desde el propio Wallace y por lo tanto una forma de reforzar la imagen de genio que prevalece sobre todas las demás imágenes que de él nos hemos ido formando, así como la oportunidad de entender, sobre todo entender, cómo pudo escribir todo lo que escribió desde una edad tan temprana. Cómo cojones se puede ser tan rematadamente bueno tanto tiempo seguido, para que nos entendamos. Había un truco, claro: "[...] el 50 por ciento de lo que hago es malo, y así es como va a ser, y si no puedo aceptarlo, entonces es que no estoy hecho para esto. El truco está en saber qué es malo y no permitir que los demás lo vean." 

Para los que no conocen a Wallace o bien para aquellos a quienes intimida Wallace por la imagen de él que transmite cierta gente, es decir, para aquellos que huyen de Wallace por las reseñas que muchos lectores escriben de sus novelas (ya saben -diría él- esas reseñas en las que vas por la mitad y tienes la sensación de que el autor es tan estúpido que cree que puede engañarte para que pienses que la crítica es sofisticada y profunda de verdad simplemente porque es difícil (algo epidémico en la crítica académica)) o simplemente lo rechazan porque sus libros tienen muchas páginas o la letra muy pequeña o desprende tufo a posmoderno o abandera no sé qué mierda de generación o es seguido por devoción enfermiza por según quienes... pues este libro, para esa gente, debería ser mucho más que una curiosidad que ojear en alguna librería, mucho más que la enésima recopilación de entrevistas inútiles por repetitivas, mucho más que una selección hagiográfica de un escritor de culto; para los no lectores de Wallace, digo -y lo estoy diciendo bien: para los NO lectores de Wallace- “Conversaciones…” es, o debería ser, un libro IMPRESCINDIBLE no porque ayude a conocer mejor a Wallace (que también (claro que, ¿a quién le interesa descubrir un cadáver tan fresco?)) sino porque ayuda a entender qué es la buena literatura, cómo se escribe la buena literatura, qué se debe esperar de un escritor y cómo se puede identificar a la plaga de mediocres que pueblan las estanterías de cualquier librería. 

Conversaciones con DFW” son una serie de entrevistas que desde distintos medios se tienen con el autor. Las hay mejores y las hay peores, pero ninguna prescindible. Como en todas las entrevistas se tiende a repetir en ocasiones las mismas preguntas y es inevitable que algunas veces nos encontremos con una respuesta similar. Esto, que yo temía más que nada, se da sorprendentemente poco y en cualquier caso sirve para reforzar aquello que a Wallace obsesionaba más. No voy a detenerme a recomendar una u otra entrevista; tampoco voy a compararlas (a esto en concreto me niego en rotundo) y desde luego no voy a ponerme a rescatar citas (quizá una, sólo una, al final) básicamente porque no sabría cuales de las doscientas  que he recogiendo podrían ser de más interés o resumir mejor la idea de lo que se puede esperar de este libro. No trato de convencer a nadie para que lea esta recopilación sólo porque contenga un par de apuntes interesantes sobre literatura; trato de convencerles de que deben leer este libro porque les ayudará a recuperar algo que tendemos a perder con el paso del tiempo y el encadenamiento de malas lecturas: perspectiva. Leer lo que Wallace opinaba de la literatura (que es sobre todo de lo que se habla, mucho más que de él, que al fin y al cabo odiaba ser entrevistado) equivale a observarlo todo desde ese punto indeterminado desde el que la paja y el grano resultan perfectamente distinguibles. 

Conversaciones con David Foster Wallace” ha sido (y no me duelen prendas decirlo) una de las lecturas más reconfortantes y valiosas de lo que va de año. Y esto lo visualizan ustedes como faja, si quieren.



En lo que a mí respecta, los últimos años de la era posmoderna han acabado pareciéndose un poco a como te sientes cuando estás en el instituto y tus padres se van de viaje y das una fiesta. Traes a todos tus amigos y das una fiesta salvaje, repugnante y fantástica. Durante un rato es genial ser libre y liberar, desaparecida y derrocada la autoridad parental, un goce dionisíaco tipo “el gato se ha ido, divirtámonos”. Pero después pasa el tiempo y la fiesta sube de volumen y se te acaban las drogas y nadie tiene dinero para comprar más, y empiezan a romperse y a volcarse cosas, y hay un cigarrillo encendido sobre el sofá, y tú eres el anfitrión y también es tu casa, y poco a poco empiezas a desear que tus padres vuelvan y restauren algún jodido orden en tu casa. No es una analogía perfecta, pero lo que percibo en mi generación de escritores e intelectuales o lo que sea es que son las 3:00 a.m. y el sofá tiene varios agujeros por quemaduras y alguien ha vomitado en el paragüero y estamos deseosos de que el disfrute se termine. La labor parricida de los fundadores posmodernos fue magnífica, pero el parricidio produce huérfanos, y no hay jolgorio suficiente que pueda compensar el hecho de que los escritores de mi edad hemos sido huérfanos literarios a lo largo de nuestros años de aprendizaje. En cierto modo sentimos el deseo de que algunos padres vuelvan. Y por supuesto nos inquieta el hecho de que deseemos que vuelvan. Quiero decir, ¿qué nos pasa? ¿Somos una panda de nenazas? ¿De verdad necesitamos autoridad y límites? Y, claro, la sensación más inquietante de todas es que gradualmente comenzamos a darnos cuenta de que, a decir verdad, esos padres no van a volver nunca. Lo que implica que nosotros vamos a tener que ser los padres. (DFW)


21 comentarios:

  1. Estoy con el libro. Y lo estoy disfrutando muchísimo. Me alegro de que ese proyecto haya visto la luz (a pesar del inconveniente que supone, al perderse un blog lleno de interés).

    Y la cita es acojonante (pese a que siendo un lector sin motivaciones académicas, tan sólo tratar de entretenerme y crecer -o lo que quiera para lo que sirva una lectura-, me quede sin saber exactamente de a qué se refiere), porque me permite divagar y creer que comprendo de lo que habla.

    No sé: una gran alegría (la reseña, la recién nacida editorial, la publicación del libro -la letra, demasiado pequeña- y la pasión de un escritor comprometido).

    Este mes se inicia con la marca muy alta

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    1. Sí que es chula la cita, sí.

      Creo que con el traspaso de Bolmangani a Palido Fuego salimos, los lectores, ganando. Es como verlo pasar de la teoría a la práctica.

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  2. Existen dos David Foster Wallace: DFW, el mito de la estrella de rock suicida, icono de la cultura pop; y Foster Wallace, "The Depressed Person", erudito, lingüista, profesor de universidad, experto en teoría, un escritor como la coma de un pino.

    Pero ¿qué quieres que te diga, Carlos? Yo me sigo quedando con el Bret Easton Ellis de The Informers. Que es una blasfemia, ya lo sé. Pero al final lo importante es lo que un escritor te hace sentir. Y Foster Wallace es como un Borges con sentido del humor, pero es frío, calculador, matemático como todas los cerebritos. Uno siempre aprecia lo que no es.

    Hay que decir también que parte del éxito de Wallace en España es gracias a las traducciones acojonantes de Javier Calvo, que casi siempre nos olvidamos. Es verdad que no hay punto de comparación con el original en inglés -era formalista y estructuralista- pero pocos autores tan difíciles de trasladar a otro idioma he leído tan bien traducidos. De hecho, me atrevería a decir que Calvo es uno de los mejores traductores del inglés que ha habido en este país. Si algún día montó una editorial, lo primero que hago es ficharlo con la pasta que sea necesaria para que se convierta en el traductor español de Lyly y de Pope.

    Esperemos que la fiebre DFW no sea fruto de otra estúpida moda. Precisamente el propio Calvo está preparando a Danielewski -tan celebrado por Vicente Luis Mora- que saldrá en Pálido fuego en colaboración con Alpha Decay (no entiendo muy bien cómo es posible una edición conjunta). Y ojalá me equivoqué, pero me juego lo que quieras a que va a provocar tal furor entre los nocillos, a sabiendas de cómo traduce Calvo, que a ver dónde queda DFW en cinco años cuando descubran los modernos la pólvora. Te digo yo que volveremos a los tiempos de Último round y de Larva. Si es que se ve venir.

    Lo de Alpha Decay es la hostia. No suelo leer lo que publican pero le echan unos huevos tremendos publicando a escritores como Tao Lin, Viola di Grado y en breves Danielewski. Parecen editores salvajes como los de antes. Una pena que seamos antagonistas por naturaleza.

    Un abrazo.

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    1. "es como un Borges con sentido del humor".
      Yo me pregunto si alguien que ha leído a Borges puede postular la existencia de un "Borges sin sentido del humor".

      Perdón por enfatizar una línea totalmente periférica en el contexto de tu comentario, estimado V.D.

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    2. Sobre la colaboración con Alpha Decay en el tema Danielewski hay una entrevista en la que Amores lo aclara todo bastante: http://www.playgroundmag.net/musica/articulos-de-musica/entrevistas-musicales/palido-fuego-la-editorial-que-ama-a-david-foster-wallace

      ¿Fue tu pasión por David Foster Wallace el detonante [a la hora de montar la editorial]?

      No. El detonante fue Mark Z. Danielewski. Había leído “House Of Leaves” y estaba entusiasmado. Me puse en contacto con el que creía que era su agente para preguntar por los derechos. Había empezado a darle vueltas a la posibilidad de montar una editorial y creí que era un buen libro para empezar. Entonces a través de un amigo descubrí que había otro sello interesado. En este caso era Alpha Decay. Me puse en contacto con ellos y surgió la posibilidad de coeditarlo, puesto que el libro es muy caro de producir. Para hacerlo tenía que crear mi propio sello. Así que digamos que fue un poco imprevisto, porque de entrada me parecía algo complicadísimo, pero acabó saliendo.

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  3. ¿Sabes si hay algo escrito de su mujer, a lo Courtney Love, por ejemplo?

    Ya me perdonarás, pero yo no puedo con todos estos actos sacramentales, reverenciales, litúrgicos y nostálgicos. Que DFW era un tipo que se merecía bastante más reconocimiento del que recibió en vida y un reconocimiento como mínimo 'diferente' al que está recibiendo después de muerto sí, pero ya solo falta que se publiquen sus mails privados con alguna amante, or something. Lo siento, pero prefiero perderme el librito.

    Javier Calvo es uno de los buenos traductores actuales, cierto, pero donde no llegan sus conocimientos llegan los de su mujer, y eso hay que decirlo también. Vivir con alguien nativo y también traductor resulta de una gran ayuda, y no por ello se menoscaba el trabajo de nadie.

    Alpha Decay... salvajes, salvajes no serían, Vince. Saben perfectamente a quién está dirigido lo que publican y que tienen todo el pescado vendido. Venderán Danielewskis por un tubo, que el libro es muy chulo, eso sí.

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  4. El primer reto, me parece, al que se tiene que enfrentar Pálido fuego es mostrar que NO es otra Alpha Decay. Y ojalá no limiten su catálogo a escritores anglosajones. Me gustaría ver publicada ahí a gente como, digo lo que se me ocurre, Javier Avilés. Eso: que consoliden su apuesta estética con escritores nacionales.

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    1. Javier Avilés? Dònde hay que dispararse?

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    2. Eso (lo de Avilés) ha ido con bala. Me refiero a los dos. Yo creo que como Alpha Decay no será. Toco madera. No sé mucho (nada, en realidad, más allá de lo que indican en su web) de los planes de Pálido Fuego pero sospecho que la literatura que promoverán tendrá más que ver con los abuelos o los padres de los niños que ahora edita Alpha Decay.

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    3. Muy bueno lo de los abuelos! Yo a Pálido fuego le veo una clarísima vocación literaria y suicida. Ojalá acierte, o me equivoque, sólo a medias.

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  5. Solo aclarar que mi comentario hacia Calvo responde a unos comentarios que le leí, donde se pasaba la teoría de la traducción por el forro, con un par. Pero claro, así cualquiera.

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  6. Ire, reina, si me interesan los comentarios que cuatro tarados (en el mejor de los sentidos) hacen en el blog de otro no menos peculiar individuo ¿cómo no me va a interesar lo que pasaba por la cabeza de semejante personaje?

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    1. Ahora no sé si te refieres a DFW o no... pero imagino que sí. Bueno, lo que pasaba por su cabeza está bastante claro en sus libros. A mí lo que me cuesta entender es cómo se puede llegar a un nivel de misreading tan alto. Tampoco es un escritor que necesite redactar una poética para darse a entender.

      En cualquier caso no quería desalentar la lectura de este libro, Quique. Solo es que yo soy particularmente anti mitómana, pero no solo con él sino con todo el mundo. Será porque las estampitas de santos siempre me han dado muy mal rollo.

      Saludos

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  7. Hablar de "semejante personaje" no me convierte en mitómano. Creo que quizàs será interesante. A lo mejor no. Ya te diré.

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    1. Claro que no. Y sin duda será mucho más interesante leerlo a él que muchas biografías que corren por ahí. Sí, ya me lo dirás.

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    2. Tampoco es que sea muy biográfico, el libro. Se centra más en su labor literaria. Bueno, esto de es cajón. Seguramente una biografía sería mucho más aburrida. Lo sabremos pronto.

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  8. Hola a todos

    ¿Habéis reparado alguno en que Foster Wallace se da un aire notorio a Elliott Smith, quién también se suicidó? ¿Casualidades?

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    1. Las casualidades no existen. Estos cabrones son envidiosos hasta en eso. (A ver cuando empiezan a tomar ejemplo algunos de por aquí).

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  9. Tongo, evidentemente aqui hay gato encerrado.
    En plena crisis, no hacen más que abrir librerias indi y editoriales indi. Amores, otrora independiente, ahora firma la crítica de NADA (Alpha Decay) en el QuéNoLeer. Parece que sólo hay un camino, el que siguen todos.
    Celebro, por otro lado, la aparición de este libro, que no de la editorial: libracos a 18-24 euros, de verdad, no necesitamos más!!

    Debe ser que cobran de la Unión Europea o algo...

    Anita Wallace

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    1. Todavía no he comprado la Que Leer. A ver si hoy. De todos modos a Amores siempre le han gustado los libros de Alpha Decay. Desde que lo conozco, al menos. De hecho es una de las cosas en las que más chocamos.

      Respecto a NADA: siento sincera curiosidad por libro pero Wert no sólo ha cerrado el grifo, también le ha puesto candado. Joder, que horror, me tumban cada puta petición que hago.

      Y sí, coincido, tanta nueva editorial es un tanto paranormal.

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  10. Venga, va, me voy a abrir un blog, ya que abrumado por una sobredosis de DFW me he pedido la biografía del susodicho en inglés, me la han traido, he pagado 20 leuros por el tema y voy por la mitad. Sí, amigos, lo han conseguido: más deprimente que el relato más deprimente de DFW. Si te habias quedado en anécdotas generales wiki del tipo, "sufría depres de vez en cuando y tal", aqui las leerás al detalle, con el tipo encerrado en su habitación del College, y más cositas. Los pelos como escarpias.

    Alpha Decay, pues muy bien, yo pillaría sus libros en algún mercadillo, pero es necesario que pongan esos precios de 20 leuros, como capitán swing y compañía? Es evidente que en algún lado está el truco/subvención o equis. Si los pusieran a un precio normal, 8 o 10 euros, venderían mucho más. Al precio actual, no venden ná, se los regalan a Fresy, Vanity, Lunita, Moseguí y demás promocionadores a lo punset, y todo bien.

    De todos modos, lo que más mola es la cantidad de peña que anuncia en su twitter: "en la actualidad, escribiendo una novela". Y no todos se dedican a viajar de congreso en congreso por el mundo, a lo Valeria Luiselli. Alucinante.

    Anita W.

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