Y digo aproximación con la boca pequeña y lo digo sin mucho convencimiento y lo digo un poco por decir y otro poco para evitar tomarme demasiado en serio una crítica que ni será crítica ni nada. Y no lo será porque Zebulon forma parte de ese grupo de novelas inclasificables cuya reseña no sabe uno bien cómo afrontar toda vez que la lectura ha resultado ser un tanto, digamos, sorprendente en la medida que decepcionante, incluso diría previsible o razonablemente decepcionante, a pesar de lo cual (a pesar de sospechar su condición de rara avis, se entiende) mi interés por ella fue total desde hace meses, cuando supe de su existencia y próxima publicación en Tropo, la típica editorial que de puro españófila no llega uno a tomarse demasiado en serio.
Para los desinformados les diré que Zebulon es, como bien insinúa la cubierta, un western; pero no contento con eso es un western psicodélico (contra dixit) e imprevisible (Tongoy dixit) más cerca de la también inclasificable Ciudad fantasma de Robert Coover que del Warlock de Oakley Hall o la melviliana y nunca suficientemente reconocida Butcher’s Crossing de John Williams. Para que se hagan una idea, hay quien habla de Pynchon cuando habla de Wurlitzer y de hecho el propio Pynchon fue en su momento por ahí diciendo a voz en grito que si NOG (la primera novela de Wurlitzer recientemente editada por Underwood, que ya es casualidad, también, pasar de la nada a la prácticamente todo) era no sé qué y no sé cuánto y que si iba a cambiar el mundo o reinventar la novela o volvernos a todos locos de puro pynchonismo. Pero no es su única peculiaridad. Se dice se cuenta se rumorea que la estupenda (o así la recuerdo) Dead man de Jim Jarmusch tiene su origen en el esbozo primero de Zebulon, motivo por el cual de repente Wurlitzer parece un genio oculto en un botella recién destapada.
Y bueno, mira, NO.
O SÍ, pero desde luego no gracias a Zebulón. Porque a una novela se le puede perdonar cualquier cosa —por no decir absolutamente todo— excepto que sea aburrida. Y Zebulon, lamento decirlo, lo es. Las aventuras y desventuras aquí descritas de un personaje que, por curpita de una mardisión, vaga entre el mundo de los vivos y los muertos o, más bien, vaga no sabe si vivo o muerto por su propio universo indescifrable, no ofrecen diversión ni acción suficientes que justifiquen sus más de trescientas páginas, por muchos tiroteos que haya, por muchos atracos a bancos, por mucho periodismo desinformado, por mucha mujer hermosa, por mucha bruja, por mucha familia desestructurada, por mucho barco prisión o por mucha huida o por mucho alcaide y mucho sheriff o por mucha leyenda que se forje o mucha recompensa que se pague; por mucho sabor a clásico, en definitiva, que empape sus páginas sin llegar nunca a mojarlas. Porque si no hay poco de garra, si no hay personajes carismáticos, si no hay algo más que niebla y desorientación, no hay nada que justifique avanzar. Y si lo hay, no es suficiente, al menos para un servidor, que sabedor de la existencia de novelas de género infinitamente mejores, lloraba amargamente la mala elección, no así la experiencia acumulada.
En definitiva y por aquello de no hacer más sangre de la estrictamente necesaria, Zebulon es una novela altamente (si he dicho altamente, ni puto caso, eh) recomendable para los amantes de rarezas, sueños o ensoñaciones o tránsitos entre la vida y la muerte mucho más que para amantes o buscadores de western puro y duro, el de toda la vida, aquel en el que la Frontera sigue siendo un estado mucho más físico que mental.
la culpa la tiene la traducción,
ResponderEliminarAquí les dejo otro texto del señor Vargas Llosa:
ResponderEliminarhttp://www.fansdelmadrid.com/de-como-el-madrid-consiguio-la-decimosegunda-gracias-a-la-psicomagia-de-von-rothbart/
Jajajajajajaja. ¡Grande, Super Mario!
ResponderEliminarSinceramente, no le encuentro la menor gracia a un fulano que haciéndose pasar por Vargas Llosa, se dedica a publicar en un blog de franquistas homófobos aficionados al balompié este catálogo de bestialidades campestres saqueando de paso todos los libros que ha ido robando de la biblioteca municipal , desde Cela hasta Delibes. Asco de país.
ResponderEliminar¿Jesús Carrasco?
ResponderEliminarUn burro y mucha verborrea
¿Manuel Darriba?
Un Cormack de regional preferente
¿Ginés Sánchez?
A Cela no llego, a Faulkner ni me asomo.
¿Iván Repila?
Guionista de Disney
¿Sergio del Molino?
La España vacia y más vacias sus ideas
¿Jenn Díaz y Lara Moreno?
Las mujeres no saben escribir.
Resulta que la gran esperanza blanca del denominado neorruralismo literario español no era otro que el señor Mario escribiendo payasadas. Muchas risas.
No se quien será el Von ese, pero desde luego Vargas Llosa no es.
ResponderEliminarEl caso es que ese estilo me recuerda al de algún plumilla, ´nótese la ironía I, nacio-anal, nótese la ironía II. Por cierto, viva la bandera multicolor y que sirva para limpiar durantes estod días muchas lefa............piiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii
Que malo es el aburrimiento.Acabo de leerme el supesto texto del peruano. No se que decir, no se si es una genialidad de una mente enferma o una soberana gilipollez, y bueno, sí, una cosa: el señorito Nicolasito está pidiendo a gritos una novela o una película. Dicho esto, que malo es el aburrimiento.
ResponderEliminarlo malo del texto aludido de ese vargas llosa apócrifo es que su extensión sobrepasa en un 90% la que sería recomendable que tuviera
ResponderEliminarquerrás decir un 900% ¿no es cierto, querido? por cierto, ¿ya te cortaste esos pelos que te salían por las orejas?
EliminarHabrá que esperar a que Don Mario se preste a un encuentro digital con sus lectores en algún periódico o revista para preguntarle si realmente es el tal Von.
ResponderEliminarEs alguien del Clan Jodorowsky haciendo autopromoción, seguro.
ResponderEliminarEsperando ansiosamente la crítica de Tongoy a los escritos del Divino Rothbart, aka M.V.LL.
ResponderEliminar¡Cómo está el patio!
ResponderEliminarLa última ola de calor ha debido reblandecer muchos cerebros.
Parece ser que esta novela fue un guión que dio muchas vueltas. Dicen en la wikipedia que Dead Man le debe mucho.
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