Yuri Herrera, al igual que Montero Glez (ver post anterior), es fundamentalmente PROSA. Al menos en el caso de esta novela, que viene siendo la única que he podido leer sin echar mano de ahorros, pero que -me han soplado- es una práctica habitual.
Y digo que el muchacho es todo continente porque lo que viene siendo contenido como que no. En cualquier caso mejor que Montero gracias a que sus personajes no dignifican los de una película de Santiago Segura y que el sonsonete mexicano se come con patatas el gaditano. No hay color.
Eso, y que aquí odiamos la literatura española.
Pero a lo que íbamos. El protagonista es un cantante que para entrar en el reino de los cienos nomás debe cumplir una condición: no cogerse a quien no debe. Clarito se lo deja el gerente a la primera de cambio: “cuidadito con meterte donde no debes, no le busques a las mujeres ajenas”. Putas sí, las que quiera y más, pero a las otras, ni mirarlas. El tuno hará lo que se espera de él, es decir, cagarla.
Pero vayamos por orden: el reino de los cienos es el palacio de un capo mexicano al que nuestro protagonista, un cantante de corridos, cae en gracia por una rochada equis. Lo apadrina, lo lleva a palacio y lo tienen componiendo corridos que lo dignifiquen. El palacio era un poco Miraflores en tiempos de Chávez:
Era como siempre se había imaginado los palacios. Sostenido en columnas, con estatuas y pinturas en cada habitación, sofás cubiertos de pieles, picaportes dorados, un techo que no podía rozarse. Y, sobre todo, gente. Cuánta persona cubriendo a zancadas las galerías. De un lado para otro en diligencias o en afán de lucir. Gente de todas partes, de cada lugar del mundo conocido, gente de más allá del desierto. Había, verdad de Dios, hasta algunos que habían visto el mar.
Pues bien, allí hay de todo; tanto, que para salir del cliché hay que sudarla y ni con esas. Está el capo y la cohorte y ese que suponemos traidor, seguramente lo sea. Los únicos decentes, como en el salvaje oeste, serán el doctor y el periodista. Hay una puta buena y guapa y hay una guapa y buena que no es puta y es primero con una y luego con otra que se van enredando la cosa del amor sin llegar a ser nunca del todo un problema de celos. Está todo tan visto que hasta la suegra es un mal bicho.
No hubo cortesano al que negara sus dones. Compuso un corrido al gringo de planta, diestro para idear pasajes de mercancía. Este se había pegado a un hatajo de muchachitos ansiosos de mareo que cada viernes cruzaban a desmayarse de este lado del muro. Aquí está su cuidador, dijo; aquí mero, se confiaron. El más desmedido era un pecoso hijo de cónsul a quien el Gringo devolvía a su casa con amor de padre y los asientos hartos de yerba buena. Bonito fue el negocio hasta que el pecoso se le perdió en un picadero vil. Chulada de canción. Compuso la del Doctor, el principalísimo de la Corte, a quien el Rey mandó a curar a un gatillero con el vientre agujereado de escopeta. Traicionaba el bato, aunque él no sabía que le sabían.
Con estos ingredientes y un escenario palaciego de intrigas, dimes y diretes se hacen ustedes una novela y lo que viene siendo el argumento no les sale diferente ni queriendo.
Pero a cuento de algo tiene que venir el entusiasmo de muchos, no va a ser que estén todos faltos de cultura cinematográfica: los dramas de malos malísimos, buenos buenísimos, drogas, mujeres y alcohol no se multiplican porque sí. Por eso creo que ha de haber algo más si queremos sacar al pinche güey del circuito de novela negra al que, por temática, estaría condenado. La razón, ya lo han visto en las citas anteriores, está en el cómo. A pesar de cierta querencia a hacerse el ininteligible por exceso de localismos mexicanos hay en su estilo ese punto hipnótico que por más que demasiadas (demasiadísimas) veces peque de excesivo (para muestra la siguiente cita en la que asoma un poeta que merece que arranquen el corazón a mordiscos). También a Montero –como vimos en el episodio anterior- se le presume hacer de otro modo lo de siempre. La diferencia fundamental radica en que al menos Herrera se preocupa de atrapar al lector en una historia "musical" (tópica, sí, pero no aburrida) mientras que Montero parece conformase con relatos de borrachos que duermen bajo los soportales de un Banesto o perros que masturban a estrellas de cine. Y no. O sí, pero no.
Son. Tantas letras juntas. Suyas. Puestas ahí sin otra cosa que hacer más que fecundar la testa. Son. Muelen la hoja entre rodillos de insomnio, avisan, hurgan la blancura baldía en el papel y en el mirar. ¿Y qué había sido la hoja sino un trasto del jale, como el serrucho si armara mesas, como la fusca si arreglara vidas? Qué, pero nunca este despeñadero de arena con brío y propósitos a saber. Tantas letras ahí. Son. Son un destello. Cómo se empujan y abrevan una de otra y envuelven al ojo en un borlote de razones. Y qué si perfectas, igual rejegas, ya se incriminan con miedo al desarreglo: palabras. Tantas palabras. Suyas. Bronca de signos que se atan. Son una luz constante. Son.
Muy buen post. Es muy difícil juzgar a los autores que son pura prosa. Nos gustan o no, y listo. Como usted bien apunta, nada se puede sostener solo con prosa, y curiosamente todos acaban escribiendo historias tópicas. Pienso en otros casos, como Pablo Gutiérrez o el también mexicano Daniel Sada. Nos gusten o no, de nueva cuenta, yo les agradezco el simple hecho de escribir diferente.
ResponderEliminarPasando a otros asuntos, me leí La misma ciudad y me gustó mucho, aunque lo inverosímil de la historia sí me resultó un escollo. En todo caso, tengo a Luisgé Martín como uno de los mejores escritores españoles en activo. A ver qué tal sus cuentos, que, según escuché, están por salir al toque.
Mis respetos.
Gracias. Sí, Pablo Gutierrez es un buen ejemplo. Yo leí un par de libros suyos y, bueno, el segundo no estaba mal, pero con el último ni lo intenté. Lo mismo Sada. El último (el póstumo) lo tengo muriéndose de risa en ebook. Supongo que hay que tener ganas y yo estos excesos prefiero dosificarlos. Sí hubo uno que me gustó mucho y tenía una prosa tan exagerada que una buena amiga, que me conoce bien, no acaba de enterder que me gustase. Pero es que el personaje protagonista era fascinante. Ya hablamos de él, creo. "El valle de los avasallados".
EliminarNo sabía que Luisgé sacaba cuentos. Bueno, yo me voy coger unas vacaciones de ellos creo. O mejor: los dejaré para las vacaciones.
Saludos,
Pues si ya me daba pereza este hombre, después de leer los extractos que has puesto ya ni te cuento...
ResponderEliminarEl último no lo tengas en cuenta, Mike, porque es solo ese. El resto sí, es todo igual. Si no te tira, blanco y en botella.
EliminarAl loro, Tongoy, que el Maleherido va a por tí: http://lectormalherido.wordpress.com/2013/06/25/el-plantador-de-tabaco-de-john-barth/
ResponderEliminarSeguro que es por haberte metido con Montero Glez, que será su tronco... la has cagao, tú: te has tropezado con la "M", la Mafia del Malevaje Madrileño, que no perdona una ofensa...
Jonan,
EliminarJuan Mal-Herido tiene el suficiente cerebro para saber como escribe y lo que da de sí, el señor Montero Gzlez. No lo dude. ;-)
¿Olmos? ¿Cerebro? Qué gracioso.
EliminarEn serio que no puedo entender cómo es que os gustan las reseñas del Malherido. Supongo que porque dice lo contrario de lo que es, porque otra cosa... A ver, ¿alguien que dice que lo que 'realmente importa de una obra es cuándo y cómo fue escrita' es que sabe muy poco de literatura. Eso es lo único que no debe importar, precisamente. Y lo digo sin ningunas ganas de meter mal rollo, lo juro.
EliminarBueno, a ver, a mí las reseñas de malherido me gustan las que me gustan. Me gustaban más antes, eso también es verdad. Últimamente le falta gracia. Pero yo le sigo teniendo cariño. Eso sí, esta no me ha gustado nada y no porque esté en desacuerdo, que hasta se agradece, sino porque si después de leer "El plantador..." eso es lo único que tiene que decir es que aquí falla algo. Mi primera reacción fue pensar que no lo había terminado, que quizá se había quedado en la página 300. Así tendría sentido. Algo más de sentido, al menos; tampoco mucho.
EliminarQuerida Ire, te aseguro que yo sólo frecuento (bueno, frecuentaba) las reseñas del Malherido por las fotos. pero ahora ya ni eso, desde que se ha amansado la fiera (mucha niña mona, pero demasiada ropa): fíjate que hasta responde a algunos comentarios y todo, el menda (igual la explicación es que el blog ya no lo escribe Olmos, sino que ha externalizado su gestión, como si fuera un hospital). Yo ya lo hago por costumbre: está en la barra de favoritos, justo encima de éste, así que le doy sin más.
EliminarEn todo caso, y aunque éste no sea el lugar para comentarlo, su post sobre "El plantador..." (aunque ignoro si es justo o no, puesto que no he leído el libro), me trajo a la cabeza una reflexión que yo me solía hacer cuando era aficionado a la novela llmada "histórica": ¿que es más pertinente, en este "género" (no estoy seguro de que lo sea, de ahí las comillas), el estilo didáctico-documental, donde te explican cada palabro y hasta cómo se ataban las botas en el siglo equis-uve-palito (o sea, con cierto miramiento para el lector pero con un inevitable lastre añadido a la narración), o el estilo "inmersión por las bravas y ya te apañarás" (como un infante protoWert en el sistema educativo catalán): que si no sabes lo que es la bita o el cabestrante, ya te enterarás cuando vayas por la página 300...
En fin, yo que sé, se me ha ocurrido así en este ratico (perdón por tanto paréntesis, pero ando algo espeso... más que de costumbre).
Pues no lo sé, pero depende del tipo de lector que seas. Yo es que, de pequeña, cuando no entendía alguna palabra del libro que estaba leyendo pues me cogía el diccionario y lo buscaba, o sea que soy más de 'búscate la vida', pero ten en cuenta que yo aprendí a leer en francés, o sea que igual es por eso.
Eliminar¿En francés? ¡Olé, olé y olé! Es decir... oh, là,là!!! Y con tu permiso, ahí va un beso, resalá... ;)
EliminarPalabrita ;)
EliminarTambién como ex aficionado a la histórica (un lapsus realmente breve, pero que me dejó la casa perdida de libros) nunca he creído que la novela histórica sirva realmente para aprender mucho —entre otras cosas porque algo has de conocer para darte cuenta de que no te la están metiendo doblada— por lo tanto el estilo didáctico-documental sólo sirve para darle “aires” a la novela. En mi opinión una novela de ficción es ficción y cualquier parecido con la realidad es mera ambientación. Aprendo más de la época con la biografía de Dostoievski que con cualquiera de sus novelas.
EliminarEs que no creo que nadie intente aprender de historia leyendo literatura, y si es así mal, muy mal. Para eso están los manuales.
EliminarNi 'La Náusea', ni 'Mme Bovary', ni 'Le rêve', ni 'Crimen y Castigo' sirven para aprender nada de la época en que fueron escritas. Si así fuera serían documentos, no literatura, que es de lo que estamos hablando. Si una obra literaria tiene más valor como 'documento de su época' que como literatura es que su autor no ha logrado lo que quería, ya estemos hablando de realismo, naturalismo o la corriente que os dé la gana.
Pero ocurre. No digo que masivamente, ni mucho menos, pero sí hay gente -y esto lo digo porque he tenido muchas conversaciones de este tipo- que habla de las novelas como si fueran libros de texto, en el sentido de que toma lo narrado como una forma divertida de aprender. Creo recordar, pero estoy tirando de memoria lejana- que el mismo Nabokov hace referencia a esto en su curso de literatura no sé si europea o rusa. Qué rabia. A ver si lo encuentro. Creo que tenía algo anotado al respecto en algún sitio.
EliminarPor otro lado, precisamente ayer estuve leyendo sobre la forma que tenía Dostoievski de "construir" o diseñar sus personajes y lo cierto es que, visto ahora, se puede aprender la hostia de aquello. El significado que tiene el protagonista de Memorias del subsuelo en relación con la polémica que hubo a mediados del siglo XIX con Chernishevski y su "particular" concepción del arte da una dimensión enorme a la novela. Se va imponiendo relectura.
Sí, claro, pero es 'contextualización'. Forma parte de los diferentes niveles de lectura que debe tener una obra literaria. Siempre, o casi siempre, hay guiños más o menos evidentes a hechos o personajes contemporáneos o pasados dirigidos sobre todo a los lectores de la época. Pero el autor de una obra literaria siempre ofrecerá una visión sesgada tanto de su época como de los hechos que sucedieron. Por lo tanto, no tiene ningún valor histórico, más allá del contexto, absolutamente prescindible, o como máximo complementario, para los lectores posteriores.
EliminarMmm, en este caso es algo más que un guiño, pero bien, sí, es cierto que "el valor histórico" es siempre más que discutible.
EliminarA todo esto, ya encontré lo que decía antes de Nabokov. ¡Si hasta le había hecho un post que nunca llegué a publicar! Era tan malo que ahí se quedó.
Un ejemplo que se me ocurre ahora es mismo es Cadalso y sus 'Cartas Marruecas'. Su valor como crónica periodística de un momento histórico concreto es indiscutible, pero tú crees que a un lector extranjero que no esté especialmente interesado en esa época de España le puede interesar, única y exclusivamente como obra literaria? Yo lo dudo.
EliminarJonan, deja de darle cancha a esos "señores" y disfruta del Plantador, a bluff, por supuesto, no le doy ese consejo, prefiero que siga las opiniones de sus amigos y que con su pan se lo coma
ResponderEliminarNo lo pillo. No he emitido el mínimo juicio sobre la novela de Barth, que, evidentemente, pretendo leerme. Si, al final, llego a hacerlo, ya diré lo que opino de ella. Pero primero -obvio es decirlo- me la tengo que leer.
EliminarNo obstante quiero confesar aquí, porque así ha sido, y detesto decir mentiras, por pequeñas que estas sean, que las dos novelas que he leído últimamente a partir de los consejos del señor Gzlez. (je, je,je...) Peón -Moo Pak y Slater- no me han resultado ni mucho menos tan buenas como a él.
Un consejo para todos: literatura dentro de la literatura -un ejercicio de estilo más viejo que la tos, en cualquier caso (Suetonio apela ya a él en su "Vida...)- "Los Héroes" de Manuel Mujica Lainez. A mí... el libro... me deslumbró. Con dos cojones.
Abrazos per tutti!.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
EliminarBluff, me has hecho daño. Maldito. ¿Cómo que no te han gustado? Bueno, no pasa nada. Te quiero igual. Lo que sí te digo es que YA TE VALE. Con todo lo que recomiendo vas tú y te lees Moo Pak y Stoner (te había entendido) que, aunque me han gustado, no son de esos libros "inolvidables". Stoner podría serlo; Moo Pak ni de coña. Hay niveles de placer, joder.
EliminarSaca el lápiz:
GOTICO CARPINTERO. EL PLANTADOR DE TABACO. ESCUELA DE MANDARINES. EL GRAN CUADERNO. MEMORIAS DEL SUBSUELO. HELDENPLAZT. JACQUES EL FATALISTA. MEMORIAS DE UN PAYASO. INCENDIOS...
Y otros: el afinador de habitaciones, 1280 almas, La niña que amaba las cerillas, Maestros antiguos...
Y vas tú y lees moo pak. Hay que joderse. Así no me extraña que me pierdas el respeto.
P.D. Anotado y localizado en la biblio "Los ídolos". Ya te diré. Por cierto, dejo link al libro en versión on line: http://es.scribd.com/doc/48847401/Mujica-Lainez-Manuel-Los-idolos
Joder ¡qué desastre!. Mira abajo, emperrado en que "Los Idolos" se tienen que llamar "Los Héroes". Nada, no me hagan ni puto caso, que el decurso de la Bombay Sapphire (la crisis) a la Lirios, es lo que tiene. Imposible evitar que alguna neurona se despiste por el camino.
EliminarLo de pegar el enlace a "Los He... que no, que es broma... a "Los Idólos", una auténtica pasada a la que nos hemos hecho sobradamente merecedores los sufridos seguidores de este, tu blog. Sigue así, man.
About your suggestions: no me fío demasiado ni de los rusos ni de los alemanes -Gunther Grass es uno de los tíos (no hablo sólo de escritores, sino de hombres en general) más coñazos de la historia y... no sé por qué... pero a Böll me lo imagino más o menos igual. Y de Dostoievsky he leído alguna cosa francamente chunga. Al que le voy a dar un tiento, ipso facto, es al Diderot que se puede pilla by the face a ver que tal. Eso es ¡empezaré con Jacques El Fatalista!.
Y qué está leyendo ahora mismo julian bluff podrán preguntarse algunos de ustedes. Miren: "Los Egoistas" de Bonaventura Tecchi. Michael Caine y yo, somos así.
Por cierto -y vaya que me jode lo de hacer propaganda de tu blog en otros, lo veo de supernenaza- que en ARQUETIPO'S está la crítica de MOO PAK. Pero para enterarse -Tongoy, majete- ¡hay que pasarse!. No hay más güevos.
;-)
La de Diderot es muy divertida. Te gustará. Y El gran cuaderno se lee en dos horas (comprobado).
EliminarMe paso por arquetipos, me paso…
Pues he tirado del link de Tongoy y me he leído la primera parte de "Los ídolos" y me parece correcta, pero he leído 10 páginas de la segunda parte y es un coñazo, y no tiene nada que ver. Como que no apetece seguir leyendo. Justo al final de la primera parte tiene el texto donde quería y en vez de desarrollar lo que tiene, salta a otra cosa. No tiene sentido.
EliminarAl amigo cumbilical (que estoy seguro que se imagina por qué no transcribo su nickname completo).
EliminarVas de "sobrateras" pero TIENES RAZON. Me he pasado por tu blog, por lo de ccastro y resultas bastante convincente. Muy convincente.
Venga... un abrazo!.
Cuando acabé este libro me venía a la cabeza esa canción, por cierto, mexicana que dice:
ResponderEliminar"Mira fijo al sol aunque los ojos te hagan chiribitas,
no le apartes la mirada
y verás cosas bonitas"
Bueno, al menos el libro dura lo justo para no causar daños irreparables en tus córneas y te deja disfrutar de las chiribitas. Lo que yo me preguntaba era si el autor en su próxima obra tendría el cuidado de no abusar con más de lo mismo o sabría cambiar de tercio. Por eso, Tongoy, esperaba tu reseña con ganas, pero entoces vas, y me comentas este mismo y no el nuevo..! qué pendejo.
Abrazos
El otro lo tengo pedido a la biblio. Hace meses que me lo aceptaron. Meses. El dos de febrero, concretamente, lo pidieron a la librería. Sabrán ellos cuál. Sigo esperando. Por eso leí este, no porque realmente me apeteciese.
EliminarTotal, quien no se ahoga en una cosa se ahoga en otra. Lo jodido es ahogarse en la cosa equivocada.
ResponderEliminarSalud, Quique.
Ahí estamos. O que el socorrista crea que te estás ahogando cuando sólo estas jugando.
EliminarAhí, ahí. Cuánta sabiduría en tan corta frase. En serio te lo digo. Hace meses que no digo nada tan en serio. Eso de jugar está de culo visto en todos los entornos. Lo mismo pasa en el trabajo.
EliminarParece que si no se sufre no se está trabajando bien, independientemente del resultado. Qué maldición tan luminosa inteligencia en tan payasa persona.
Humildemente, Quique.
"Los Héroes" de Manuel Mujica Lainez. A mí... el libro... me deslumbró.
ResponderEliminarCon ese título no me aparece nada... ¿No será "Los ídolos"?
No lo digo por tocar las narices, es que me ha llamado la atención el comentario y quería leerlo...
Un saludo.
En efecto...
EliminarPero no sólo me he equivocado con "Los Idolos" que, en efecto, en realidad son "Los Héroes" sino, igual, al confundir "Slater", como puse, con "Stoner", que es como de verdad se llama la novela.
Estoy peor que la Maggie ¿Será la edad o será la ginebra?. ¿O la dos?.
Hola,
ResponderEliminarQuisiera hacer una pregunta, ¿la novela de Celso Castro no es también una novela de puro estilo? Me parece interesante la entrada y los comentarios pero me surge esa inquietud y, si es posible, querria saber qué piensas al respecto. Por si importara, me gustaron mucho tanto las novelas de Yuri Herrera como las de Celso Castro (aunque prefiero a Yuri Herrera)
Saludos
Yo me quedo de cabeza con celso. Y creo que esto tiene una explicación muy lógica. Para empezar no creo que celso sea sólo estilo -tampoco creo que lo sea Yuri- pero si tengo que elegir entre las historias me quedo con las de celso para cualquier día y con las de Yuri para los sábados por la tarde, a la hora que la pasaban las de vaqueros cuando yo era chaval. No sé si se entiende el chiste. Da igual. El estilo de celso (personalísimo, también) es mucho más sutil que el de Yuri, en mi opinión. Resulta mucho menos "cargante". Por otro lado, no sé si tiene algo que ver, pero creo (siempre lo he creído) que el "acento gallego" de celso (también él es de aquí, de Coruña) se refleja en su estilo. Yo disfruto muchísimo leyéndolo y no creo que sea porque hable de lugares comunes.
EliminarPrecisamente hace unos días me cogí en la biblio su primera novela, Dos Noches, a ver qué tal. Uno de estos días tengo que hacer un post para hablar de celso, hay algunas cosas que claman al cielo.
Una curiosidad bastante tonta: ¿eso de llamar a Celso como celso (con minúscula, quiero decir) es algún guiño personal o algún rollo entre coruñeses, que no pillamos los del resto del Estado (del estado resacoso, en mi caso, pero también del Estado español, se entiende)? ¿Quizás una manera de diferenciaros de los de Vigo? ¿O sólo una chorrada que se me ha ocurrido a mí? Gracias.
EliminarGracias por la respuesta. Comparto lo que dices de Celso. Quizás la diferencia que hago con respecto a Yuri es que a sus novelas las relaciono más con leyendas de la literatura latinoamericana, incluso, precolombina, que con las de vaqueros y los clichés.Por eso me gusta más. Pero, bueno, es una opinión. De nuevo, gracias. Y, sí, estaría bien una entrada sobre Celso.
EliminarSaludos
Joni, eso de llamar a Celso celso es porque soy un tipo la mar de enrollado. Por eso y porque él escribe todo con minúsculas, los títulos de los libros también. Aquí una vieja reseña. Tengo que releer las novelas. A ver si las saco un día de estos de la biblio.
Eliminarhttp://lamedicinadetongoy.blogspot.com.es/2011/11/astillas-de-celso-castro-y-de-regalo-el.html
Es curioso, han mencionado a Celso (yo paso de guiños) con dos novelas de Periférica; la otra era "Sobre la felicidad a ultranza". Periférica es una editorial española. Yuri Herrera y Ugo Cornia no son españoles. Celso no tiene editor en España.
Eliminar...ergo celso (SÍ al guiño) debería ir buscando editor en el extranjero.
EliminarHabría que ir pensando en crear un Plan de Intercambio de Escritores, como se hace con los estudiantes.
Yuri Herrera tiene un pase, Cornia no. ¿Cuándo se habló de celso en lo de Cornia, por cierto?
Un librero los comparó. Y yo compré el libro para ver, pero...
Eliminar¿Me podéis iluminar sobre "El afinador de habitaciones"? ¿Alguien me puede decir por qué es buena?
EliminarPorque es de verdad.
Eliminarhttp://fragmentodeinterior.blogspot.com.es/2011/12/otras-cosas-que-no-son-para-contar.html
"narración desbordante"
Eliminar"absorbente, delirante, obsesivo"
"inconfundible y envolvente"
"De una crudeza infantil y de una lucidez abrumadora"
"celso castro hace un recorrido por temas variadísimos: desde filosofía hasta música, pasando por ultratumbas, dios, la existencia, lo más cotidiano, el amor, as drogas"
"y esas cosas que no son para contar y que él, embargo, cuenta. Cuenta irremediablemente, como un chorro de palabras que brotan -parece- incansables e improvisadas"
"Sólo existe lo que celso castro se dedica a iluminar y tocar con una maestría que roza, a saber, la inexactitud, un lenguaje coloquial y adolescente, pero también un dominio asombroso de temas mucho más profundos y difíciles"
"es una de esas historias que no van absolutamente de nada y, en el fondo, van de todo"
"deja un rastro imborrable y muy, muy difícil de olvidar"
"Nace, con la escritura celsocastrista, un giro bestial en la literatura"
Te agradezco mucho tu comentario en mi blog, pero creo que en el comentario de tu blog no estás diciendo nada.
No me quiero enfadar, peo que digas que es un giro bestial en la literatura...
Yo he leído la última y me pasó como a ti: escribe muy bonito pero falta chicha después del deslumbramiento. No sé si es porque pone todo el esfuerzo en pulir en lugar de dar profundidad. Y mira que la trama de La transmigración de los cuerpos podía dar juego para llenar más páginas.
ResponderEliminarOye, Tongoy, tú a veces eres más ininteligible que cualquiera de los que reseñas. Me pierdo en tus frases "ingeniosas" que más bien son chistes malos. ¿Será que por no ser español no las entiendo bien o que en el fondo no tienes nada que decir?
ResponderEliminarSalud.
A falta de más opciones, lo segundo.
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