viernes, 25 de febrero de 2011

Franquicia Jordi Corominas, dígame...



—Franquicias Blogliterarias, ¿en qué puedo ayudarle? 

—Buenos días, he visto su anuncio en el periódico y estaba interesado en contratar una franquicia Jordi Corominas pero antes quisiera más información. 

—¿Está al corriente de las condiciones? 

—Más o menos. El anuncio asegura que a cambio de un módico precio puedo alcanzar rápida y fácilmente la fama. 

—Bueno, yo diría que las conoce menos que más. Rápidamente sí, fácilmente dependerá de sus aptitudes como escritor. El de Jordi Corominas, me ha dicho, ¿verdad? 

—Sí. 

—Atienda, porque no acostumbramos a repetir las cosas: por 25 euros al mes, IVA incluido, podrá usted gozar de derechos limitados de publicación en el blog de Jordi Corominas. Tendrá derecho a publicar una entrada semanal a cambio del 10% del total de los ingresos derivados de la publicidad generados desde esa entrada. A cambio se comprometerá a escribir posts con contenido y no simples microrrelatos, hacia los que el autor siente una particular animadversión. Transcurridos diez años, y siempre y cuando los ingresos generados por sus entradas hayan superado el valor resultado de la aplicación de una fórmula cuyo desarrollo no puede ser explicado vía email, alcanzará usted la independencia: Jordi Corominas personalmente apadrinará su nuevo blog, lo enlazará desde el suyo y se comprometerá a poner un comentario en un mínimo de 1 de cada 10 entradas durante el periodo nunca inferior a un año. 

—¿Y después? 

—Será asunto de ustedes. 

—¡¡¿Podré hablar personalmente con él?!!! 

—No. Madure, coño! Estaba bromeando. Al cabo de ese año se quedará usted completamente solo

—¿Y cómo dice que es esa fórmula matemática? Es que yo soy de letras. 

—Ya se lo he dicho: se la enviaremos por email junto con el resto de las condiciones del contrato al finalizar esta conversación. Ya tendrá tiempo de estudiarla. Haga el favor de no interrumpirme. 

—Perdón. Sólo una pregunta: quisiera saber si habría alguna forma de reducir la condena, quiero decir, ¿no podrían ser menos de diez años? 

—En caso de acuerdo entre ambas partes se podría plantear un cambio en la modalidad de contrato una vez transcurridos cinco años, nunca antes, y pasar a tutelar un blog homenaje a Jordi Corominas. Un término que se conocerá como “Filial Innominal”. 

—Eso no lo entiendo. 


—Vale. No me interesa. 

—Bien. No interrumpa. 

—Perdón. 

—El resto de las cláusulas, tal como acabo de explicarle, serán detalladas a través de un email, pero como a pesar de sus continuas interrupciones vamos bien de tiempo, puedo adelantarle tres condiciones especialmente importantes. Primera: se trata de un blog literario, por lo tanto nada de hablar de cine, cocina, bricolaje, programas de televisión, motor o tecnología por mucho que aquéllas traten el asunto literario. Sus problemas personales nos importan un carajo, por lo que tampoco toleraremos entradas del tipo “La ley Sinde me hará ganar dinero” o “No tengo ni puta idea de lo que pasa en Egipto”. En cualquier caso somos flexibles y si lo desea puede contratar pequeños espacios en el blog de Alberto Olmos en la modalidad PPP o Pay Per Post. Sus gustos musicales tampoco nos interesan: por mucha letra que tengan las canciones no se consideran literatura. 

—Pero si en su blog habla de los Beatles… 

—Esa división es la excepción que confirma la regla. Está abierta a petición del propio escritor y es fruto de una debilidad. De momento no esperan ampliar la plantilla. Si me vuelve a interrumpir le colgaré el teléfono. 

—¿No está siendo usted un tanto borde, señorita? Quizá no esté teniendo un buen día, pero eso no debería… 

—Se equivoca. Estoy tendiendo un día cojonudo. Un día de putísima madre. Así de bueno. Tan bueno que he vendido a doce tontos del culo siete franquicias de Lector Mal-herido, cuatro de Todo lo que debe saber para acabar con la cultura y una de Soy un genio y tú no. Quizá de ahí el tono. No lo siento. Acéptelo. La vida es una mierda pero no la hemos inventado nosotros: esto es un negocio: aquí no gestionamos blogs filosóficos. 

—Disculpe. No volveré a interrumpir. 

—Me parece bien. Así vivirá mucho más. Segunda Condición Especial: las entradas no podrán tener menos de 2.000 palabras ni dedicar más de una tercera parte a detallar el contexto histórico de la novela y/o ensayo. Esto no es El placer de la lectura, recuérdelo. ¿Me va siguiendo? 

—De cerca. Ha dicho que eran tres condiciones. 

—Correcto. Tercera Condición Especial, exclusiva de Jordi Corominas' Blogs: el tono debe ser educado y formal. Imagine que es usted de buena familia, un tipo listo y resuelto y no un pobre miserable incapaz de escribir un relato y no digamos una novela. Imagine que no fuma y sabe beber con moderación y que tiene un montón de amigos en todas partes de España que estarían dispuestos a meterlo en sus casa y en sus camas y a dejarle llevar a sus hijas al colegio. Imagine que todos le aman y le leen y que para ellos su blog es el Sancta Sanctórum de la literatura. Cuando se lo haya imaginado empiece a escribir. Antes no. Nunca. Ni se le ocurra. Aquí no se pueden escribir chorradas: eso podría ser en el El rincón de Alvy Singer, pero ahora anda de gira y está como Ausente. ¿Había pensado algún tono en particular? ¿Un estilo especial? ¿Viene con ideas frescas o sólo quiere ponerse en forma y teclear un ratito? 

—Había pensado en analizar en profundidad lo literario desde lo no-literario. O algo así. Algo de crítica literaria sin tener que leer demasiado. Y si me regalasen libros ya sería la leche. 

—Eso se lleva desde Bolmangani Inc.. Son otra franquicia: ¿no ha visto su diseño? Ellos gestionan sus propios asuntos. Pero espere unos días: estamos preparando una OPA hostil que dejará el panorama actual más acojonado que si el blog de Jordi Carrión se pusiera a contar chistes. No lo va a reconocer ni su padre. Quizá entonces podamos llegar a un acuerdo. ¿Alguna otra idea genial? 

—Bueno, ¿y algo artístico, tipo Luna Miguel

—¿Tiene cámara de fotos? 

—No. 

—¿Chaqueta vaquera sin mangas? ¿Pulseras con tachuelas ensangrentadas? 

—No. No. 

—¿Pensamiento fugaces? 

—Ni uno. 

—Pues no puede. ¿Le interesa la poesía? 

—No mucho, la verdad. ¿Lo dice por la loopoesía, verdad? Es que no la sigo mucho. La verdad es que a mí la poesía no me gusta nada. 

—Qué sensible. Estoy a nada de enamorarme. Joder que asquito me está dando su persona. No, imbécil: lo digo por lo que dice usted: “Quizá algo artístico, tipo Luna Miguel”. Pensé que se que refería al amor y sus versos como dardos envenenados, ya sabe, toda esa mierda de la lírica desatada con autorretrato de fondo. Por un momento me hizo sentir mujer. Ah. 

—Pues no, era sólo una idea. Como a veces tiene textos tan breves y tantos seguidores…. 

—¿Quién? 


—Joder, qué pesado. También Café de Madison, pero se necesitan un montón de amigos para mantener la fachada. ¿Los tiene usted? 

—Está mi madre. Y podría convencer a unas primas. También mi mujer. Y en diez años mi hija. 

—Bravo. Definitivamente me he enamorado. 

—El estilo Café de Madison suena genial, bien mirado. Podría hasta escribir cartas. 

—El blog de Jordi Corominas no escribe cartas. Demasiado artístico. Al señor Corominas lo que le gusta es la ensayística y sus variantes. La prosa de pocas elipsis. Para experimentar tenemos la división del verso. 

—¿Y no cree que podría encajar? 

—¿No ha dicho que no le gusta la poesía? Deje ya joder con tanta inseguridad. Sea un poco hombre, por el amor de dios. Porque se me hace tarde y me está empezando a dar pena le echaré un cabo: si le interesa la opción de Café de Madison le puedo hacer precio en su blog: entradas de menos de doscientas palabras con nueve comentarios garantizados: tres “qué recuerdos me trae esto”, dos “qué hermoso, Madison”, un “Cariño, mucho bicos y una aperta” de una gallega nativa y tres “Madi me dejas sin palabras. Ven a cenar a casa cuando quieras”. 

—Está bien, por el tamaño y eso, que es ideal, pero me hacía ilusión el blog de Jordi Corominas. Tiene un diseño como más profesional. Y mi mujer dice que le gusta más. 

—Su vida me provoca una arcada tras otra. Déjelo. A la franquicia Jordi Corominas no se viene con ganas de escribir poco: se viene con ganas de escribir sin parar. Todo el puto día y en sesenta frentes diferentes: Revista de letras, suplementos culturales, blogs de amigos. Hágase cargo: cubrimos el 53% del espacio literario español y pensamos abrir sucursales en Latinoamérica. Si busca algo intermedio entre el estilo Luna Miguel o Café de Madison y el Jordi Corominas pero con vistas al ensayo lo mejor que le podemos ofrecer es un espacio en el blog de Ibrahim B., pero le advertimos desde ya que si una sola vez se le entiende se cancelará ipso facto el contrato y nos deberá un montón de dinero. 

—¿No se me puede entender nada? 

—Nada. Ni una puta palabra. Ya nos ocupamos nosotros de que los seguidores le den la razón y sepan dramatizar por escrito un asentimiento. 

—Y entradas cortas, dice. 

—Cortísimas. Como monosílabos. Era un chiste. No, medianas. Somos flexibles. Dependería del tamaño de los libros, pero ya le digo que tienen que ser muy eruditas, que parezcan de pago. 

—Suena genial, pero definitivamente me quedo con Jordi. Me permitiría explayarme en caso de ser necesitarlo. 

—Está usted pidiendo a gritos una patada en la boca. ¿Quiere explayarse y que no se le entienda una puta palabra? ¿Quiere parecer realmente profesional? Entonces, Vicente Luis Mora. Además está sensacional de precio porque desde que se ha puesto a escribir un nuevo libro se tiene que leer los muros de los 2025 seguidores que cree que se lo comprarán. Necesita ampliar la plantilla. Además se rumorea que dejará la crítica pura a favor del chascarrillo en facebook. Está tan ocupado que le puedo colar sin examen de acceso. 

—¿Examen de acceso? 

—Clausula 73b. Ya la leerá. 

—Vale, pero, ¿Vicente no es también un poco poeta? 

—Me está levantando dolor de muelas tanta tontería. Sí, es un poco poeta. Joder. De acuerdo, le puedo ofrecer algo mejor que el Vicente Luis Mora, por sólo dos euros más, pero ya rondamos los 43, avisado queda: erudición, entradas largas, muchas visitas y pocas lecturas. Le garantizamos impunidad absoluta. Puede usted cagarse en los muertos del mismísimo Herralde, que a partir de la línea 22 no se va a enterar ni dios. Por un euro más puede incluso poner fotos de cuadros con primeros planos de órganos reproductores o mujeres semidesnudas de pechos grandes en vestidos de satén amarillo. 

—Brutal. ¿Qué blog es ese? 

La vuelta al mundo de Ferré. El único requisito es tener nociones básicas de filosofía y ser capaz de citar seis ensayos editados por Anagrama en cada entrada. Textos infinitos incluso en varias partes y listas de lo que quiera: cine, radio y televisión. ¿Cómo anda de idiomas? 

—Fatal. Castellano y gallego hablado siempre que cierre el acento y no se me entienda porque no es normativo. Algo de inglés. Lo que se me pega de las series. Mucha jerga CSI. 

—Pues entonces, no. Al final va a tener usted razón. Corominas es lo mejor. Pero no lo veo a usted muy despierto. Va a tener que ponerse las pilas. ¿Tiene experiencia en el campo? ¿Algún blog en su pasado reciente? 

—La medicina de Tongoy. 

—Cretino. Ya me lo parecía. Podía haberlo dicho antes y no hacerme perder el tiempo. 

Clic. 

2 comentarios:

  1. Imaginativa y original crítica de los blogs literarios.

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  2. "La vuelta al mundo de Ferré. El único requisito es tener nociones básicas de filosofía y ser capaz de citar seis ensayos editados por Anagrama en cada entrada".

    jajajaja

    "Imaginativa y original crítica de los blogs literarios".

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